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Leonardo López Luján es arqueólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, y doctor en arqueología por la Universidad de París. A lo largo de su carrera, ha sido investigador huésped de las universidades de Princeton y Harvard, en los Estados Unidos, y profesor invitado de la Sapienza de Roma, la Sorbonne y la Escuela Práctica de Altos Estudios de París.
López Luján es, desde 1980, además, miembro del Proyecto Templo Mayor, y su director dede 1991. En el Coloquio Internacional Dioses, ritos y oficios del México prehispánico, celebrado en Proa a fines de noviembre de 2011, el autor expusos su ponencia “El despertar de las piedras: Arqueología en la ciudad de México”, en la que emprende un recuento de la historia de la arqueología en el Centro Histórico de México, desde 1978 hasta la actualidad.
En una pausa de ese notable encuentro, López Luján dialogó con PROA TV sobre las particularidades arqueológicas del Distrito Federal, en una síntesis por demás reveladora del espesor investigativo que recubre esa zona.
El Tajín es uno de los sitios arqueológicos donde se encontró la mayor cantidad de canchas para practicar el ritual del juego de pelota en Mesoamérica. “¿Por qué una sociedad tiene tantos juegos de pelota? ¿Qué significa?” A partir de estos interrogantes, un equipo del que participó la arqueóloga Patricia Castillo Peña comenzó un estudio integral de esta sociedad prehispánica en un intento por lograr una mayor comprensión.
En esta entrevista para PROA TV en el marco del Coloquio Dioses, ritos y oficios del México prehispánico Castillo Peña da cuenta de la importancia del trabajo interdisciplinario que ha permitido que los investigadores dispongan de nuevas tecnologías. “Esta combinación de herramientas del siglo XXI aplicada a las ciencias sociales va a revolucionar la interpretación y el manejo de la información para un futuro”, explica la arqueóloga.
Patricia Castillo Peña es arqueóloga (Universidad de Veracruzana de Xalapa, México) y doctorante en Arqueología del Paisaje y Arqueología de la Identidad por la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México (INAH). Ha participado de importantes proyectos de salvamento y restauración en as zonas de El Tajín, Hidalgo, Querétaro, Campeche y Puebla. En 2010 fue designada delegada del INAH en Veracruz. Dirigió los proyectos de salvamento Prospección Arqueológica Furbero-Presidente Miguel Alemán – Remolino 3D y el Proyecto Integral del Sitio Arqueológico de El Tajín (PISAT).
El Coloquio Internacional se realizó en Proa el 24 y 25 de noviembre de 2011, con la organización de la Embajada de México en Argentina, en ocasión de la exhibición Dioses, ritos y oficios del México prehispánico.
Los “misterios” de la zona arqueológica de El Zapotal, al sur de Veracruz, representan un enclave decisivo para comprender la particularidad y la riqueza de varias de las piezas exhibidas en la muestra de Proa Dioses, ritos y oficios del México prehispánico.
Así, Sara Ladrón de Guevara, una de las invitadas especiales al Coloquio que en ocasión de la exposición organizó la Embajada de México en Argentina, sintetiza en esta entrevista con PROA TV los aspectos centrales de las representaciones del inframundo, eje de las culturas que habitaron esa zona.
Sara Ladrón de Guevara es licenciada en Antropología por la Universidad Veracruzana, y obtuvo la maestría en Arqueología e Historia del Arte por la Universidad de París I La Sorbona. Está doctorada en Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México con mención honorífica. Ha sido investigadora y catedrática en la Universidad Veracruzana y en la U de Guadalajara. Es directora del Museo de Antropología de la Universidad Veracruzana. Sus últimos proyectos de investigación se centran en estudio de los aspectos simbólicos, religiosos, iconográficos y estéticos de mundo mesoamericano.
Como primera entrega de una serie de entrevistas especiales realizadas durante el Coloquio Dioses, ritos y oficios del México prehispánico, la arqueóloga Laura Filloy Nadal actualiza en este diálogo los objetivos centrales de la práctica arqueológica contemporánea.
Filloy Nadal fue una de las cuatro figuras invitadas al encuentro, organizado por la Embajada de México en la Argentina en ocasión de la exhibiciónDioses, ritos y oficios del México prehispánico.
Doctora en Arqueología por la Université de Paris-I Panthéon-Sorbonne, profesora titular de Conservación de material arqueológico en el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y miembro del Laboratorio de Conservación del Museo Nacional de Antropología, en esta conversación con PROA TV Laura Filloy Nadal opina sobre renovación tecnológica y desafíos profesionales.
Frente a las cámaras de PROA TV, el creador y director del Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea del Teatro San Martín, Martín Bauer, repasa los quince años de trayectoria del evento, del que Fundación Proa es sede y sponsor principal.
Presentaciones destacadas, visitas especiales y momentos únicos de un acontecimiento cultural que año tras año acerca lo mejor de la escena internacional, en un ciclo que no cesa de creciente prestigio e innovación.
El sábado 3 de diciembre a las 18 hs., con la última proyección del filme 24 City de Jia Zhang Ke (China, 2008) culmina el ciclo de cine y política que el crítico y escritor Alan Pauls presentó en Proa desde el mes de julio.
24 City es una de las realizaciones asiáticas más personales y desafiantes de los últimos años; Ke, su director, es una figura cultural resonante de la China continental. La película elegida por Pauls recurre a una modalidad narrativa deliberadamente confusa, en la que las estrategias documentales y la ficción tensan una trama dramática: el devenir del sistema económico chino, miniaturizado en historias de vida atravesadas por un giro imprevisto: el cierre de una fábrica y el establecimiento en ese predio de un complejo habitacional de lujo.
Firmes en su primera persona, los testimonios de 24 City son cuerpo y voz de aquello que las películas anteriores del ciclo postularon de manera más “teórica”: capitalismo y dogma comunista.
Noticias de la Antigüedad ideológica: Marx – Eisenstein – El capital (Alemania, 2008) el denominado “Capital de Marx filmado por Alexander Kluge”, despertó en julio y agosto el interés de cientos de asistentes. Organizadas por el Goethe Institut y Proa, las funciones del filme de Kluge (que fue proyectado por primera vez en la Argentina en versión completa, respetando las nueve horas y media de duración original) impusieron su lógica y como en un “pase de postas” inevitable, determinaron la segunda elección de Pauls para el programa: la presentación en septiembre y octubre de Autobiografía de Nicolae Ceausescu (Rumania, 2010) de Andrei Ujica, acompañada de Videogramas de una revolución (Alemania, 1992) de Harun Farocki y Ujica.
Así, desde la indagación exasperante de restos marxistas en la actualidad que Kluge emprende en “su” capital, hasta la puesta en práctica traumática de esa posibilidad -la legendaria y “eterna” dictadura del rumano Ceausescu, contada elocuentemente por las imágenes oficiales del gobierno y las imágenes oficiales de la rebelión popular que lo derrocó 25 años después de su ascenso al poder – el destacado ciclo de Alan Pauls fue creciendo en convocatoria, aportando un material central para comprender la insistente, extraña, renovada relación de la cinematografía contemporánea con los grandes relatos políticos.
En cada caso, Alan Pauls elaboró notables textos. Los sábados, el Auditorio de Proa esperó su presencia: cada uno de sus prólogos dinamizó las proyecciones e incentivó el deseo del público. Proa cierra una experiencia enriquecida por la selección de Alan Pauls, una voz crítica siempre reveladora.
Cuatro únicas funciones
Sábados 12, 19 y 26 de noviembre / 3 de diciembre*
17.30 hs. Presentación de Alan Pauls
18.00 hs. 24 City
* POR RAZONES PERSONALES, EL SR. ALAN PAULS NO PODRÁ PRESENTAR EL FILME EL SÁBADO 3 DE DICIEMBRE.
Admisión: $15
Informes y reservas: auditorio@proa.org / (5411) 4104-1000/1001
Niños desde 9 años, acompañados por adultos
Con la colaboración de la Embajada de Francia en Argentina
Aunque las hojas sean muchas, la raíz es sólo una. A través de los mentirosos días de mi juventud mecí al sol mis hojas y mis flores. Ahora puedo marchitarme en la verdad.
W.B. Yeats
Unánimemente elogiado, el filme chino 24 City (2008) es una de las últimas realizaciones de Jia Zhang Ke, considerado el director emergente más radical de la cinematografía asiática. Un registro descarnado de las transformaciones sociales de la actualidad china, a mitad de camino entre el documental y la ficción. El lujo y la marginación, la tradición milenaria y el afán capitalista: 24 City narra un proceso de sincretismo cultural y económico que desnuda con agudeza la situación de China a partir de un hecho puntual: el cierre de una fábrica de aviones. Un relato polifónico de ocho personajes que representan tres generaciones.
24 City culmina el ciclo de cine presentado por el crítico y escritor Alan Pauls. Tras la proyección de El capital de Marx filmado por Alexander Kluge, y del tándem de documentales sobre el dictador rumano Nicolae Ceausescu (Autobiografía de Nicolae Ceausescu de Andrei Ujica, y Videogramas de una revolución, de Harun Farocki y Ujica), Proa Cine cierra una programación estructurada en torno al vínculo entre la cinematografía contemporánea y la política.
24 CITY Título original Er shi si cheng ji
China, 2008. 107 minutos. Color Dirección Jia Zhang Ke Guión Jia Zhang Ke, Zhai Yongming Intérpretes Joan Chen, Lv Liping, Zhao Tao
“24 CITY” POR ALAN PAULS
En la prehistoria hay una película que nunca llegó a nacer. Se llamaba La salida de la fábrica, igual que el corto con el que los hermanos Lumière inauguraron la historia del cine. Al menos en el papel, el proyecto narraba, encarnándola en los destinos de dos ex compañeros de escuela del director —obreros con fe a fines de los ’80, desempleados sin futuro en los ’90—, la transición brutal entre la China de la economía planificada y la de la libertad de mercado.
Jia Zhang-Ke lo descartó por simplista: que el dinero vuelve malvados a los hombres no podía ser todo lo que tuviera para decir sobre el asunto. Pero el proyecto tuvo la supervivencia sigilosa que a menudo tienen las cosas interrumpidas antes de tiempo. De hecho ronda y se hace ver velado, como un pentimento, en la película que Jia terminó haciendo seis años más tarde, 24 City. De La salida de la fábrica, 24 Cityy retoma no sólo el tema —los efectos traumáticos de la mutación económica, social y cultural más singular de la historia contemporánea— y el tono —la elegía— sino algo quizá más particular, más complejo, que de algún modo había quedado cifrado en aquella alusión original a los hermanos Lumière: el enigma de la relación íntima, histórica, entre el cine, la pulsión documental, el mundo del trabajo y ese horizonte de posibilidades que llamamos ficción.
Es de hecho una inversión de esa escena mítica —la salida de los obreros— la que abre 24 City. Los obreros, uniformados con su ropa de trabajo, entran en bicicleta a la fábrica. Pero entran no tanto para trabajar —los tres o cuatro que Jia filma en plena labor, aislados, aparecen casi como “artistas del trabajo“, un poco a la Kafka, repitiendo los gestos de producir para la mirada de un público de museo— como para asistir a la ceremonia oficial que decreta su propia defunción. Entran al lugar que durante cincuenta años fue todo para ellos: trabajo, residencia, educación, ocio, vida comunitaria. Entran y se acomodan en el auditorio de la fábrica en orden, con esa disciplina que el trabajo aprendió de la milicia, y cantan y aplauden lo que puede ser la oportunidad más jugosa o la peor de las tragedias: la venta de la fábrica a una compañía de desarrollo inmobiliario, la China Resources, que la tirará abajo para construir un gigantesco complejo residencial y comercial bautizado —según un viejo poema chino— 24 City.
Un proyecto es reemplazado por una película; una vieja planta industrial aeronáutica por una vertiginosa urbanización. ¿Qué es metáfora de qué? Difícil saberlo. Lo cierto es que esa lógica del desalojo está en el corazón de la película y la anima y la vuelve desesperada y fúnebre como un requiem. Jia no se engaña: la palabra “transición“, tan frecuente a la hora de describir el devenir sui generis de la sociedad china, no es más que un eufemismo para nombrar procesos que sólo la jerga militar se atreve a nombrar con crudeza: ocupación, posesión, expulsión. Los nueve testigos que Jia convoca para conjurar la fábrica sentenciada son eso: expulsados. Expulsados de un ecosistema —la fábrica— pero también, y sobre todo, de un tiempo, una época para la que esa clase de lugares tenían significado y valor y encerraban una promesa. Atraviesan medio siglo de utopía productiva comunista, abarcan cuatro o cinco generaciones y tocan toda la jerarquía de puestos fabriles, desde el operario raso hasta el maestro industrial, pasando por el jefe de seguridad o el control de calidad.
¿Historia oral? Sin duda, porque Jia sobre todo los hace recordar, hablar, contar, como si el lenguaje fuera la única reliquia del Mundo Fábrica capaz de conservar el aura de lo que está perdiéndose y, a la vez, sobrevivir a la demolición. Pero también historia coral, sembrada de contrapuntos y hasta de disonancias. Porque la historia también tiene que crujir, hacer ruido. Sólo que en 24 City el cortocircuito no es entre historias (los relatos de vida de fábrica son tan idiosincráticos que no sabrían cómo contradecirse). Es entre registros: entre la verdad documental de un obrero que se reencuentra con el maestro que lo formó, por ejemplo, y la ficción —ficción al cuadrado— de una actriz que hace de obrera y contempla por tv la película de los años ’70 que la consagró como actriz, de donde salió el apodo (“Pequeña Flor“) que dice haber llevado siempre en la fábrica. Jia es tramposo: devela que trabajará con actores cuando incluye sus nombres en los créditos de apertura, pero intercala los momentos de ficción como quien deja caer un billete falso entre verdaderos.
¿Cómo distinguir a unos de otros? Todo está en el cuerpo. Mientras los personajes tienen “historias“, los obreros —los expulsados de la fábrica: a la vez sus hijos, sus héroes, sus historiadores— son los que tienen cuerpo, el cuerpo que les esculpió el trabajo en la fábrica, el cuerpo quieto y ya un poco mítico que Jia retrata en silencio, en largos planos fijos, dejando que el tiempo actúe sobre él y lo haga vibrar todavía un poco, esperar y desear todavía algo más.
Alan Pauls
Dijo la prensa: Fundación PROA – Ciclo Alan Pauls: 24 City. Film Focus. 26.10.2011 “24 City” de Jia Zhang Ke. Cine Búho. Noviembre 2011 Proa Cine estrena el film “24 City”. Escribiendo Cine. 4.11.11 Todo un símbolo de los cambios en China. Por Diego Brodersen. Página 12. 18.11.11 Los obreros chinos, de la utopía a la calle. Por Silvia Naishtat. Clarín / iEco. 19.11.11 Otras imágenes. Agencia Télam / Terra / El Comercial. 22.11.11
En el centro, Robyn. Alrededor, una audiencia cautiva. En todas partes, las piezas de Dioses, ritos y oficios del México prehispánico, la exhibición de objetos arqueológicos reunidos por primera vez en una muestra, y responsables de enmarcar uno de los conciertos más destacados de la XV Edición del Ciclo de Música Contemporánea del Teatro San Martín: el que ofreció en Proa la percusionista norteamericana Robyn Schulkowsky.
En este diálogo con PROA TV, Schulkowsky, residente en Berlín, recuerda su primera visita a Buenos Aires y su debut en el ciclo, y Martín Bauer, creador y director del ciclo, cuenta cómo surgió la idea de ralizar el concierto en el medio de una de las salas de la sede.
Martín Seijo, creador y director de la Companía de Funciones Patrióticas -el colectivo teatral que realiza presentaciones únicas en días feriados o efemérides nacionales, actualizando textos y ejes temáticos de la “cuestión nacional”- narra la génesis del grupo y repasa las tres propuestas que ideó para Fundación Proa.
Con enorme repercusión de público y creciente interés en la crítica, la Compañía de Funciones Patrióticas renueva el vínculo entre dramaturgia, actuación e historia política, una relación que Seijo comenta en esta nota de PROA TV.