Edgardo Rudnitzky
Nocturno2012.

Instalación sonora para 15 monocordios
Fundación Proa, Argentina. www.proa.org

“Nocturno (del latín nocturnus) es usualmente una composición musical inspirada o que evoca la noche. Los Nocturnos son generalmente calmos, a menudo expresivos y líricos y, en algunos casos, algo sombríos…”

Edgardo Rudnitzky –artista, compositor y percusionista– presenta Nocturno, una instalación sonora compuesta por quince monocordios que conforman una composición mecánica y azarosa, sin intervención humana o eléctrica.

En la obra, cada monocordio (un instrumento de una sola cuerda con una sola nota) es pulsado por el golpe de un pequeño percutor que, a su vez, es activado por un imán y el calor de una vela. Cada monocordio se afina a una nota diferente, formando una escala llamada hexatónica. Las velas accionan cada monocordio en momentos impredecibles y aleatorios, formando una composición totalmente azarosa.

Una versión de Nocturno se presentó en 2011 en Berlín y, en 2012, en Bolonia y en el Auditorio Proa. La versión actual da mayor densidad al misterioso espacio armónico que genera la obra.

Mariano Sardón
200 miradas recorriendo sus rostros2012.

En colaboración con Mariano Sigman.
Retrato generado por el recorrido de los ojos de 200 personas mirando simultáneamente la imagen de cada rostro.
Artes Electrónicas (Universidad Nacional de Tres de Febrero) – Laboratorio de Neurociencia Integrativa (FCEyN, Universidad de Buenos Aires).

El proyecto Morfologías de la mirada (2012), de Mariano Sardón, surge de una investigación conjunta entre la Universidad de Tres de Febrero –donde el artista es profesor– y el Laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Universidad de Buenos Aires, dirigido por Mariano Sigman, cuyo objetivo fue investigar la confluencia entre las neurociencias y las artes electrónicas. El punto de partida fue una pregunta aparentemente simple, ¿Cómo se construye la mirada?

Desde ya hay que entender que tal desafío sólo puede asumirse como el puntapié inicial para una investigación; sería impensable para cualquier estudio dar cuenta de la complejidad de la conformación de la mirada, que no depende exclusivamente del sentido de la vista sino también de infinitas determinaciones sociales, culturales e históricas. Pero aquí se buscó algo más elemental: determinar qué es lo que ve un individuo cuando se enfrenta a una imagen, qué recorrido realizan sus ojos, donde posa su atención y qué zonas quedan fuera de su interés, y en qué medida esta combinación entre áreas visualizadas y negadas contribuye a la construcción de aquello que consideramos una aproximación al mundo.

Utilizando un dispositivo que permite registrar los recorridos oculares, Sardón elabora un conjunto de videoobjetos basados en las miradas que diferentes observadores realizan sobre una serie de rostros. Al tratarse de retratos, no es sorprendente que los lugares más visitados sean los ojos y las bocas, los sitios que nos ayudan a reconocer más rápidamente a la persona que tenemos enfrente; en contrapartida, los bordes laterales son los sectores menos vistos y aparecen en los videos como nebulosas. La dinámica del medio electrónico produce un efecto visual hipnótico y el fondo blanco que rodea a las figuras exalta su presencia, aunque sea parcial. Indefectiblemente, la mirada de los otros funciona como una suerte de matriz para la nuestra. Pero si logramos separarnos de los rostros y de su fascinación resplandeciente, lo que queda en el primer plano es una cartografía que es, a la vez, fisiológica y cultural, un esquema que nos muestra cómo percibimos el mundo y cómo se configura, desde el cuerpo, el universo de lo visible. Otra serie de retratos exhibe los mismos rostros recortados por las pupilas de sus observadores, que flotan como una galaxia de círculos vibrantes sobre las imágenes.

Texto de Rodrigo Alonso

Mariela Yeregui
Octópodos sisíficos2010.

Desarrollo robótico: Miguel Grassi
GAE - Grupo de Artes Electrónicas UNTREF (Cipriano González, Mariana Pierantoni, Ernesto Romeo, Alejandro Schianchi, Marcelo Terreni, Santiago Villa)

Octópodos sisíficos es una obra constituida por doce seres robóticos móviles, provistos de pequeñas pantallas de LCD. Los videos reproducidos en las pantallas de estos crustáceos remiten a una interioridad visceral: imágenes de órganos humanos funcionando bombeando, latiendo, etc. Como Sísifo empujando una piedra enorme cuesta arriba oír una ladera empinada y empezando de nuevo cada vez que cae estos robots acarrean irremediablemente su propio ser en video. Como dice Camus a propósito de Sísifo: “Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres”. Es en la puesta en relación dinámica con el entorno que los robots van construyendo su propia identidad.

Fueron creados para transportar las imágenes con rumbo errático. Carecen de mecanismos de autoposicionamiento o de navegación, de modo que sólo tienen una referencia de cuánto han avanzado en uno u otro sentido pero no de la posición definitiva que ocupan en el espacio. Cada robot se encuentra sujeto a la pared mediante una extensión de caño tubular flexible de metal corrugado. [...]

Texto de Mariela Yeregui y Miguel Grassi
Publicado en Taxonomías. De formatos de pantalla en la era digital, 2012