La colección
Libros italianos de artista de la Colección L. Pecci

Por Marco Bazzini
Director Centro para el arte contemporáneo L. Pecci

Si los códices son vulgarmente definidos como manuscritos, en esta exposición el término adquiere un valor mayor: el de obra de arte, manteniendo la característica de manufactura de la genial tradición italiana.

La tradición del arte del libro es una herencia aún presente en nuestras bibliotecas (recordemos la Hypnerotomachia Poliphili (1499) estampada por Manuzio) y también un arte que vive en el presente, como muestra esta selección de libros de la Colección del Centro para el Arte Contemporáneo Luigi Pecci de Prato.

Los artistas, sobre todo después de la experiencia del Futurismo italiano, han tenido siempre una fascinación especial por los libros y durante el siglo XX han estrechado aún más su relación con ellos, superando la unión entre texto e imagen, típica del libro ilustrado, para llegar a la íntima unión entre forma y contenido consiguiendo, finalmente, que este medio obtenga la categoría de obra de arte.

En vente años de actividad, el Centro Pecci ha llevado a cabo (también gracias al trabajo desarrollado por el Centro de documentación de las artes visuales, presente en la estructura del museo) una importante recopilación, incluso a nivel internacional, de libros de artistas entre los que, para esta ocasión, se ha hecho una selección poniendo énfasis en mostrar la situación italiana de los años 60.

Las obras han sido seleccionadas tanto para dar una idea de la heterogénea presencia del material recogido en la Colección como para brindar un muestrario de tipologías de obras que en estos cuarenta años han sido realizadas por importantes maestros como Mauri o Baruchello. Además, están presentes también representantes de la nueva escena artística italiana como Arienti, Barzagli, Borghi o Cattelan.

Idealmente la exposición se desarrolla a lo largo de un recorrido que, comenzando desde la obra-libro se concluye con obras en forma de libro, Miccini y Pozzi, justamente para ser testimonio de cómo el proceso creativo de un artista actualmente supera cada categoría o género.