En su instalación Fábrica del sol, Hito Steyerl se vale de una noción enfática de la luz solar, aquel viejo símbolo de progreso, para conducirnos de manera dialéctica, a la vez crítica y divertida, al corazón mismo de los debates sobre nuestro presente digital. Fábrica del sol se transforma en un video juego para adoptar la estructura narrativa de la industria del entretenimiento, estableciendo así una posición más conveniente desde la cual dar batalla contra los males contemporáneos. Se trata nada menos que de una lucha por descubrir la libertad de acción que nos queda en tanto individuos y sujetos políticos ante al entrelazamiento de los flujos digitales de información digital, los intereses económicos y las distorsiones sociales y culturales. Como las distintas modalidades de un video juego, la película alterna entre distintos niveles de realidad. Yulia es a la vez la narradora y la programadora del juego. Los protagonistas aparecen al principio como esclavos en un estudio de captura de movimiento, ese dispositivo técnico que transforma los movimientos de una persona en puntos lumínicos. En un montaje frenético, las secuencias de baile actúan como el motor de un interminable flujo de imágenes cambiantes. Para los jóvenes protagonistas, el baile es también la forma de resistencia más alegre en su lucha contra la supremacía de sus invisibles contrincantes.
En la calle, la video-instalación de Jasmina Metwaly y Philip Rizk, es un trabajo de ficción. La estrategia que adoptan contra los procesos neoliberales que se libran en Egipto no consiste en una mera documentación del estado de cosas. Es más bien una forma de teatro radical, una actuación basada en experiencias colectivas y en el poder de la imaginación. Los artistas invitaron a un grupo de trabajadores, tanto empleados como desempleados, al techo de un edificio en el centro de El Cairo para recrear allí la privatización de una fábrica, entrelazándola con las experiencias personales de los actores. Todos trabajaron juntos para crear escenas que expresaran los mecanismos de poder en Egipto y la humillación cotidiana que los trabajadores sufrían a manos de sus superiores. El video intercala actuaciones, testimonios personales y videos tomados con un celular, y establece un vínculo entre estas experiencias y luchas sociales de carácter más general. Si bien el video es el elemento principal de la instalación, también se presentan documentos que detallan varios aspectos del experimento: fotografías y las baldosas del techo, hoy abandonado, que sirvió de espacio escénico, así como el registro de la destrucción de la fábrica que uno de los trabajadores tomó con su celular.
[En un punto suspendido en el tiempo, el espectáculo de alas giratorias...]
Proyección de dos videos en repetición continua, filmados con cámaras montadas en bumeranes
en el techo del Pabellón alemán, situado en los Jardines de la Bienal de Venecia. (cielo 2h 09 / tierra 1h 30); vista de la instalación
© VG Bild-Kunst, Bonn © Photograph: Alia Haju, Goethe-Institut Beirut
La presentación de Olaf Nicolai rescata y concretiza todos los documentos utilizados para su obra duracional GIRO, desarrollada en el techo del Pabellón alemán durante la 56ta Bienal de Venecia. Su punto de partida fue una investigación de imágenes que componen una iconografía del techo, entendido este como espacio dialéctico de libertad así como de amenaza. Esta exhaustiva colección de imágenes incluye registros mediáticos contemporáneos e imágenes históricas. El montaje entrelaza nociones relacionadas con el escape: la liberación, el ascenso, el vuelo, el jardín secreto, pero también el retraimiento, la defensa y el castigo. Junto al mural, se exhiben dos proyecciones de videos filmados desde bumeranes en pleno vuelo como parte de la obra llevada a cabo en el techo del Pabellón. La instalación resume los temas principales de la exhibición: el techo como espacio político y la circulación global de imágenes, personas y cosas.
The Citizen, 2015 [El ciudadano]
Siete fotografías a color en varios tamaños, dispuestas en planchas impresas en tinta y montadas en aluminio Dibond. Diarios desplegados en vitrinas verticales. Cuatro vitrinas horizontales con treinta imágenes. Diarios de dieciséis páginas, formato tabloide, ofrecidos al público.
La serie El ciudadanode Tobias Zielony trata sobre la sobre la autopercepción de un grupo de refugiados y sobre su representación en los medios europeos. Si bien los movimientos migratorios de nuestra época suelen ser reducidos a meras tragedias que ocurren en los confines de la ?Fortaleza Europa?, la mirada de Zielony se interesa por la auto-representación de sus protagonistas, por sus historias personales y por su derecho a ser tomados seriamente como sujetos políticos en Alemania. Estos refugiados protestan contra la falta de libertad de movimiento, contra la prohibición de trabajar o estudiar. Zielony destaca esa nueva confianza en sí mismos a través de sus fotografías. Dispuestas en vitrinas y en grandes planchas verticales, imitan allí el diseño de las páginas de un periódico; lo que falta son las columnas de texto entre las imágenes. Esos espacios vacíos señalan los quiebres en las biografías de estas personas, así como todos los detalles que quedan excluidos del debate en los medios. Por su parte, Zielony les pidió a escritores y periodistas africanos que comentaran sus fotografías. El resultado de ese intercambio fue publicado en varios periódicos, dispuestos aquí en una gran vitrina. Un tercer componente de la instalación es una pila de diarios con información que aportaron las personas retratadas por Zielony.