Prensa Publicada

  • Título: Variado y agitado calendario artistico 2011
    Autor: Mercedes Ezquiaga.
    Fecha: 27/04/2020
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    Los espacios culturales de la ciudad calientan motores para la largada del calendario artístico de este año donde se destacan los aniversarios de arteBA y Malba, las esculturas de Louise Bourgeois en Proa, las fotos del genial Robert Doisneau en el Recoleta y una gran muestra de arte cinético en el Museo de Bellas Artes.

     

    En tren de festejos, el Malba celebra sus 10 años con "más obras de la colección permanente en más salas" -donde destacan Tarsila do Amaral, Frida Kahlo, Diego Rivera, Xul Solar y Antonio Berni-, y presentará un muestrario de todo lo ocurrido en este tiempo, a través de material gráfico y en formato audiovisual.

    Por primera vez en la Argentina, se exhibirán las esculturas de la francesa Louise Bourgeois (1911-2010) -de marzo a julio en Fundación Proa- obras monumentales de arañas, oníricas y surrealistas, que llegan al país bajo el título "El Retorno de lo Reprimido".

    Se exhibirán cerca de 75 obras de los diversos períodos de su producción -entre instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas `Mamá`- en una visión retrospectiva curada por el crítico Philip Larratt Smith, quien ya estuvo en Argentina como curador de la mega convocante exposición de Andy Warhol en el Malba.

    La vigésima edición de la feria de arte contemporáneo arteBA, uno de los encuentros más emblemáticos del Cono Sur, promete una gran convocatoria -del 19 al 23 de mayo en La Rural-, con la incorporación este año de "U-Turn Project Rooms", una sección de galerías internacionales para acercar lo mejor del arte contemporáneo.

    De gran impacto visual será sin duda la muestra "Arte cinético" que planea para octubre el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se reconstruirá la exposición histórica La inestabilidad (1964), con obras de Julio Le Parc, Víctor Vasarely y Jesús Rafael Soto, curada por María José Herrera.

    En su rica y variada programación, el Centro Cultural Recoleta exhibirá en mayo en la sala Cronopios una muestra del genial francés Robert Doisneau (1912-1994), mientras que en julio reunirá a Juan Doffo, cuya obra se centra en paisajes de su Mechita natal (provincia de Buenos Aires); y en octubre a Pablo Siquier, uno de los grandes artistas argentinos surgidos en el 80.

    Se destacan también "Arte latino en Estados Unidos" desde junio en Espacio de Arte de la Fundación Osde, un proyecto organizado junto con el Smithsonian Latino Center del Complejo Museográfico Smithsonian de Washington, con 80 obras que dan cuenta de la construcción de la identidad latina en los Estados Unidos, y de sus acuerdos y tensiones con la cultura mayoritaria.

    Además, en ese mismo espacio de la calle Suipacha 658 se verá a fines de 2011 (entre noviembre y diciembre) "Religiosidades contemporáneas", que pone en exhibición el modo en que el arte contemporáneo da cuenta de algunos rituales, como el del Gauchito Gil o la Difunta Correa, a través de obras de Marcos López, Víctor Quiroga, Miguel Ronsino y otros.

    La reciente reapertura en Barracas del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), la feria especializada Buenos Aires Photo (del 25 al 30 de octubre), la Semana del Arte (del 25 de septiembre al 1 de octubre) y los tradicionales Gallery Nights, el ultimo viernes de cada mes en distintos barrios porteños, se suman a este efervescente mapa cultural. (Télam).- mme-mag 26/01/2011 17:15



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  • Título: Observaciones sobre Maman
    Autor: Gustavo Nielsen
    Fecha: 24/04/2020
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    Un dibujo y tres reflexiones muy personales de un escritor y arquitecto sobre las colosales arañas de Louise Bourgeois en la muestra de Proa.

    La araña desarmada, la araña armada 
    DÁ. Da-dá. La niña le habla a su mamá. Le pide la teta. A priori, es decir con los ojos cerrados, DADÁ sitúa antes de la acción y por encima de todo: a LA DUDA, escribe Tristán Tzara en uno de sus siete manifiestos. “El arte moderno trata sobre el dolor de no poder confiar en el mundo para expresarnos directamente”. Lo que Louise Bourgeois quiere expresar es lo que le pasa por adentro, “las relaciones íntimas”, “el inconsciente”. Dadá duda de todo. Bourgeois habla de confianza. Desconfíen de Dadá.

    La primera vez que vi “Maman”, la araña de Bourgeois, fue en una situación parecida a la que ahora nos muestra Proa. En un exterior, frente a un río oscuro, con un museo de fondo. Recuerdo que me pareció más chica y más sencilla, tal vez porque el Guggenheim de Bilbao es enorme y retorcido, y la fachada de Proa es un telón blanco.

    La segunda vez que la vi, la araña estaba desarmada. El jueves anterior a la apertura de la muestra, la escultura se desparramaba sobre la vereda, con una grúa amarilla como centinela. Las patas todavía estaban envueltas en telas que parecían vendas azules y verdes. Más que la visión de las partes, lo que vi fue una catástrofe, un derrumbe. La araña no estaba para crecer; sino que había recibido un fuerte palmetazo. Sus restos eran unas eses gigantes diseminadas sobre los adoquines de madera.

    ¡La niña quiere la teta! “Maman” se niega a dársela. La niña la golpea fuertemente con su palma. ¡No puede negarle su alimento! Los pedazos de “Maman” se separan por el golpe. Louise escribe: “Es de noche cuando ese deseo de matar a la madre me asalta”. Aplastarla y dejarla ahí, para que todos la vean. Para que nadie caiga en la trampa de la confianza ciega. Esa que sabe que la otra mujer la alimentará sí o sí, que está obligada por la especie, que lo hará siempre para que el género humano subsista y se propague.

    Ese jueves la mamá de Bourgeois apareció en la Vuelta de Rocha como un cadáver desmembrado, con fajas de peligro delimitando la zona del accidente.

    Des- cuar-ti-za… ¡DA-DÁ!

    La mamá de la artista, mi mamá
    En una sala de adentro del Museo hay otra araña: “Spider”. Es un poco más chica que la de afuera, y me hace acordar a un cuadro de Magritte de 1937, “The Therapeutist”. Es una jaula vestida de hombre. Adentro hay un pájaro. La puerta de la jaula está abierta, pero el pájaro no se escapa.

    “Spider” ha tendido una red con forma de cilindro. Es una trampera a escala humana. Adentro está el sillón favorito de la escultora. Cuelgan de delgados hilos de baba su perfume de siempre, un camafeo con la foto de una señora, unos broches para el pelo, unos collares, tres jarras de vidrio, un reloj, huesitos limpios de caracú. Hay adherida a las paredes de la trampa restos de tapices deshilachados. La puerta está abierta. El reloj marca las doce, hora de comer.

    Los tejidos son parte de la infancia de Louise, nos dice Philip Larratt-Smith, el joven curador. Los objetos y las telas – jaquard, toile de jouy, piqué – son aquí una especie de carnada. La mamá de Louise Bourgeois, la cazadora, tenía una tapicería y le hacía dibujar los motivos para las restauraciones. Vos que dibujás tan bien. Entonces es cuando, de muy pequeña, Louise comienza a trabajar. El pan hay que ganárselo, no puede ser gratis. En esta casa no alentamos la obligación de mantener a la especie. Bourgeois misma, madre de tres hijos, afirma que no tenía demasiado interés por ellos, y el padre, Robert, se hizo cargo de su cuidado. “En realidad no hace falta tener hijos”, dice Bourgeois en una entrevista que le hizo Donald Kuspit. “Dios sabe que el mundo no necesita más niños”.

    Suena el teléfono de casa. Es mi mamá. Tiene una amiga, Susana, que hace unos meses se quedó ciega. A Susana siempre le gustaron mis libros, por la enfermedad en sus ojos no alcanzó a leer el último. Mamá me anuncia, contenta, la noticia del día: descubrió que en Haedo hay una biblioteca parlante para ciegos. Me pide si me puedo hacer cargo de grabar el libro en un caset. Cuanto antes mejor, dice. Vos que leés tan lindo.

    Lo voy a hacer, claro, por la felicidad de ella y de Susana, aunque casi no tenga tiempo para nada, aunque leerme sea como un castigo, pudiendo leer el Ulises , o El Quijote . Para colmo, en voz alta. Para colmo, frente a un grabador. Mamá me promete una cena con sus canelones de verdura y ricota hechos con panqueques, que le salen riquísimos.

    “Cómo se repite el amor sin importar el recipiente”, escribe Bourgeois.

    La araña de adentro, la araña de afuera
    “Mamá adoraba tanto la limpieza, las alfombras limpias, los parqués brillantes, el servicio doméstico. La escultura me hizo consciente de esto y no debería olvidarlo.” ( Loose sheet of writing, c.1959 -Nota suelta, fragmento-. 27,9 x 21,6 cm. Archivo de Louise Bourgeois en Nueva York).

    Desde el primer piso de Proa veo cómo la gente se arremolina concéntricamente alrededor de la “Maman” ya armada. Rodeándola, a pesar del poco espacio que deja la muchedumbre que quiere entrar a ver la muestra. Es el día de la inauguración oficial. Pocos se ubican debajo de la araña. Si lo hacen, es por un tiempo reducido. No soy el único que lo nota. Alguien de prensa hace un rulo con el dedo índice, como indicando la rueda, el caminar alrededor. De repente unos niños valientes se ubican en la zona vacía. Señalan hacia arriba. Enseguida sus madres van a sacarlos de ahí. ¿Tendrán miedo a que el cuerpo de “Maman” pueda caerse y aplastarlos, o será la desconfianza Dadá, oscura e inconsciente? La red de “Spider” tiene la puerta abierta. Apenas entreabierta, digo. Como esperando a que alguien entre. Y una sola persona puede entrar ahí, lo sabemos: una Louise dibujante, de ocho o nueve años, con trencitas en el pelo, aferrada a su lápiz 6b.

    Por otro lado “Maman” sigue ahí afuera para cazar a todos los otros hijos del planeta, a los que pasean como turistas, a los desprevenidos que viven en las calles de La Boca, a los que se sueltan de las manos de sus madres y se arrojan a lo desconocido, al miedo, al arte.

    El objeto de la caza. 
     

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  • Título: Louise Bourgeois / Sagrada y fatal .
    Autor: Vidal Medina
    Fecha: 23/04/2020
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    Hace pocos días asistí a la exposición: Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido, en la fundación Proa, un museo que queda a 10 cuadras de donde me hospedo, muy cerca de Caminito, en La Boca. Ahí me enfrenté por vez primera con su obra. Confieso que algunas de sus piezas me han impresionado más que otras, pero ante ninguna he sido indiferente. No hay impunidad en ninguna de ellas. Todas dicen algo, expresan algo que raya con el misterio, lo terrible y lo maravilloso. He tenido esa extraña sensación de querer asirlas, de apropiármelas. Un segundo encuentro afortunado fue un libro de textos y entrevistas a Louise que me prestó una amiga y del cual extraigo algunos textos para compartirlos con quienes lean esto: 

    Las palabras de un artista deben siempre tomarse con precaución. Suele ocurrir que la obra terminada es ajena, y a veces está reñida con lo que el artista sentía o deseaba expresar cuando la comenzó. en el mejor de los casos el artista hace lo que puede en lugar de hacer lo que quiere.

    Cada vez que se me pregunta sobre mi obra me deseco. El cómo se hizo carece obviamente de importancia o relieve.

    Algunos estamos tan obsesionados con el pasado que morimos sepultados por èl. Ésta es la actitud del poeta que nunca encuentra el paraíso perdido y también es la del artista que trabaja por motivos que nadie es capaz de comprender. Puede ser que lo que ambos intentan sea reconstruir algún elemento del pasado para así exorcizarlo, razón por la cual el pasado tiene para muchas personas un enorme poder y belleza.

    Yo no sueño. podría decirse que trabajo bajo un hechizo, una especie de sortilegio que en verdad valoro.

    El arte es un privilegio y una bendición, un alivio. El privilegio significa sentirse favorecido, que lo que uno hace no es del todo debido a uno mismo, a una situación que uno mismo haya producido, sino que se trata de un favor que le han hecho.

    Nacer artista es tanto un privilegio como una maldición, pero ¿es algo que pueda enseñarse? No es posible convertirse en artista, sólo se puede aceptar o rechazar el don que le ha sido otorgado. No está en mi poder, ni tampoco es responsabilidad mía, ni tengo deseo alguno de intentar lograr el objetivo, imposible, de enseñar a alguien a convertirse en un artista.

    Los artistas, si fueran médico (terapeutas) podrían ser profesores de inmensurable valor gracias a su perspicacia y acceso a los secretos del inconsciente, su capacidad de comprensión y su tolerancia hacia los trastornados.

    Debemos dejar de correr y ocupar nuestro lugar... Situarnos unos frente a otros y mirarnos. Es decir, enfrentarnos a lo limitados e intrascendentes que en el fondo somos. Cada uno de nosotros debe experimentar este proceso frente a otra persona. En este punto podremos decir que hemos crecido.

    Bretón y Duchamp me ponían violenta. Estuvieron demasiado cerca de mí y yo me opuse violentamente a ellos, a su intento de pontificar.

    Los existencialistas desaparecieron cuando aparecieron los estructuralistas, con Lacan a la cabeza. los estructuralistas estaban interesados en el lenguaje, la gramática, las palabras; mientras que Sartre y los existencialistas enfocaron su atención en la experiencia. Como es obvio, yo estoy de parte de los existencialistas. Con las palabras uno puede decirlo todo. Puedes mentir sin parar, pero en cambio, al re-crear la experiencia no es posible que mintamos.
    Como decía La Rochefoucauld: "¿Por qué habla tanto? ¿Qué es lo que tiene que ocultar? A menudo el propósito de las palabras es el de ocultar. Sin embargo, yo quiero disponer de una evocación completa y un control total del pasado. Por ello, ¿qué sentido tendría mentir?

    Extractos del libro: Destrucción del padre / Reconstrucción del padre. Louise Bourgeois. Ed. Sìntesis, 2002.

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  • Título: Buenos Aires en arte.
    Autor: Mariana Jaroslavsky
    Fecha: 23/04/2020
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    Entre La Boca y Palermo, la Ciudad Autónoma ofrece una caminata diferente a metros del río: museos, galerías y expresiones estéticas de valor incalculable, desde Marta Minujín hasta Louise Bourgeois.

    De Norte a Sur o de Sur a Norte, el bajo de la Ciudad de Buenos Aires es una cadena de propuestas culturales unida por paseos al aire libre y bares típicos donde recargar energía. A pesar de que la Ciudad no mira hacia el río, el marco natural bordea y oxigena el camino, que en esta época del año se tiñe de dorado. Después del éxito de ArteBA, que recibió a más de 120 mil visitantes en cinco días, la pasarela se mantiene en las 120 galerías de arte de la Ciudad y en los más de veinte centros culturales.

    Las Gallery Nights de cada último viernes de mes, que arrancaron entre los barrios de Recoleta y Retiro y extendieron su recorrido incluyendo los espacios de Palermo, son el clásico más distinguido.

    Desde el Norte

    Diego Rivera, Xul Solar, Frida Kahlo. Así comienza el paseo por los espacios de arte de Buenos Aires si elegimos el Malba como primer eslabón. El Museo de Arte Latinoamericano, que este año festeja una década de vida, de a poco se convirtió en un motor elemental de la actividad cultural de la Ciudad, entre el cine, su muestra permanente y los espacios  de exhibición. Ahora, el arte argentino y Emilio Pettoruti como muestras principales dan vida a los muros interiores. Afuera, el panel de luces de colores marca la contaminación auditiva de la avenida Figueroa Alcorta.

    De Palermo Chico a Recoleta, apenas unas cuadras por la Avenida del Libertador conducen hacia el Museo de Arte Decorativo que, además de mantener intacta una de las casas más europeas de la Ciudad, continúa con su temática del diseño y ornamentación. Hasta el 31 de julio expone Cerámicas de Suecia, diseños de 1950, el diseño utilitario escandinavo simultáneo de la Bauhaus. Como siempre, antes o después de la exhibición, un café en el bar del patio de la Mansión Errázuriz Alvear es un placer patricio.

    Entre Libertador y Figueroa Alcorta, frente a la Facultad de Derecho, hoy el Museo Nacional de Bellas Artes recibe con el brazo alzado –y el otro caído– de Doríforo, la escultura de Policleto que prestó el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles por la celebración de los 150 años de la unificación italiana. De entrada gratuita, el museo guarda obras de arte de autores internacionales desde la Edad Media hasta el siglo XX y trabajos de los artistas más destacados del país.

    Plaza Francia, el Cementerio y los cafés sobre Alver y Quintana ya son materia conocida, pero pueden ser parte del atractivo: ¿cómo negarse a un café debajo de un ombú centenario?

    Enfrente, el Centro Cultural Recoleta cuenta con 27 salas que sufren mucha rotación, para el placer de los visitantes. El antiguo monasterio de los recoletos suele ser un escenario para obras de teatro y espectáculos musicales. En la sala Cronopios, hasta el domingo 26 se puede visitar los besos según Robert Doisneau.

    El patrimonio del Palais de Glace, edificio donde se encontraba la antigua pista de patinaje de Barrio Norte, se incrementa cada año al menos con los dieciséis Premios Adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales de Pintura, Escultura, Grabado, Dibujo, Fotografía, Arte Cerámico, Arte Textil y Nuevos Soportes e Instalaciones. 

    Gratis y aire libre

    La continuación del verde no descansa desde los Bosques de Palermo hasta Recoleta y sigue hacia Retiro por el Parque Thays. Ubicado sobre el antiguo predio del Italpark, el parque, además de ser un espacio perfecto para hacer un pic nic en el pasto o sentarse en un banco a leer un libro sin el alboroto de otras plazas vecinas, es una galería de arte sin paredes. Allí descansan la escultura del colombiano Fernando Botero, Torso masculino desnudo y, en 1996, la artista argentina Marta Minujín regaló a la Ciudad La humanidad y las Naciones Unidas, por el cincuentenario de la creación de la organización internacional. Una Venus de bronce fragmentada por cuatro líneas curvas, como una alegoría del planeta dividido, pero abrigado por el manto de las Naciones Unidas.

    Plaza San Martín, Retiro y la Torre de los Ingleses separan el parque que hace honor al paisajista francés del comienzo de Puerto Madero. Desde la calle Viamonte, la zona del antiguo puerto de la Ciudad arranca con una galería privada. Entre el acervo de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat –que reunió piezas de su colección personal esparcidas entre sus propiedades– se cuentan 230 obras de arte nacional de los siglos XIX y XX.

    Al costado del río el paseo se bifurca: mirando hacia el Sur, a la izquierda la Reserva Ecológica y su ecosistema de bosque templado en medio de la Ciudad, o hacia la derecha, San Telmo, los bares notables, los anticuarios y la feria por la calle Defensa, que cada domingo se transforma en peatonal.

    El Sur

    El salto se produce acá, pero no son más de unos minutos en auto, taxi o colectivo. A los pies de Caminito y de frente al Riachuelo, la Fundación Proa será hasta mañana el hogar transitorio de la muestra de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, El retorno de lo reprimido. La famosa araña Maman, que ya estuvo atrapando entre sus patas a parisinos, neoyorquinos, vascos, ingleses y japoneses, desde el 29 de marzo permite a los porteños caminar entre sus zancas freudianas. De la página de Internet del Museo se puede descargar una audioguía para bajar al celular y recorrer la muestra en profundidad. Adentro, otras 86 piezas de la artista y la posibilidad de tomarse un café en el espacio intervenido por Ernesto Ballesteros.

    Del otro lado, el museo Quinquela Martín, los artistas callejeros, parejas bailando tango, souvenirs fileteados y parrillas, la zona sur de la Ciudad no escapa de la tradición rioplatense.

    Entonces, después de un largo paseo, con la luz del sol ya escondida detrás de la Ciudad, puede ser el momento justo para un asado, una copa de vino y un lento regreso a casa.



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  • Título: Louise Bourgeois. Un araña gigante en La Boca
    Autor: Julio Sánchez
    Fecha: 23/04/2020
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    "No es buena dibujante, no se puede decir me gusta o no me gusta, o si su obra es bella o no; sin embargo, te atraviesa simbólicamente y te emociona". Esto me decía Nacho Valdez (él mismo artista y dibujante) mientras montaba las esculturas y dibujos de Louise Bourgeois en la Fundación Proa. No sólo es la primera vez que se muestra obra de esta artista en la Argentina, sino que se trata de una de las mayores retrospectivas que se hayan hecho hasta ahora, responsabilidad del joven curador canadiense Philip Larrat- Smith (que ya conocemos por la muestra de Andy Warhol en el Malba). Hay un bonus track imperdible, Mamá, la gigantesca araña de 9 metros de altura y 10 de diámetro que se emplaza en la vereda de la Fundación. ¿Qué tiene de especial Louise Bourgeois? Una vida acosada por fantasmas de abandono, engaños y decepciones; un reconocimiento tardío, pues recién después de los 70 años su obra no sólo comenzó a reconocerse, sino a despegar de una manera inédita, con una energía creativa que no la abandonó ni siquiera cuando cumplió 98 años. De hecho, la muerte la sorprendió en mayo del 2010 (había nacido en París una Navidad de 1911) cuando se estaba preparando esta muestra en Buenos Aires. En su producción hay temas recurrentes: el amor y el odio, la protección y el abandono, gran parte de esta dualidad se puede resumir en la forma simbólica de la aguja, un elemento que puede lastimar, pinchar y provocar heridas, y a la vez puede restaurar, remendar y cerrar heridas. No es casual que la aguja aparezca en sus dibujos y esculturas, si consideramos que LB trabajó en el taller de restauración de tapices que su padre tenía en Choisy-le-roi, en las afueras de París. Un gouache sobre papel, El dar de comer, de 2007 (es decir que lo hizo a los 96 años) muestra a un hombre acostado con una gigantesca teta que se le viene encima. El pezón parece un pene gordo (primera ambigüedad, la mujer fálica que nutre con su teta-pene) y ahí está presente el lado oscuro de la madre, que es buena cuando alimenta adecuadamente a su niño y es mala cuando lo sobrealimenta ahogándolo con su leche, con su presencia desmesurada. Paradójicamente un niño demasiado cuidado por su madre, no crece, queda niño. La destrucción del padre, de 1974 es un obra tenebrosa, casi de terror. Una especie de cueva llena de seres imprecisos que parecer dormir o acechar, listos para dar un salto aguerrido. Una luz rojiza ilumina (u oscurece) la guarida de los monstruos. Dijo LB: "Trata del miedo, del miedo real y físico que sigo sintiendo. Lo que me interesa es la capacidad de dominar el miedo, ocultarlo, huir de él, enfrentarlo, exorcizarlo, avergonzarse de él y finalmente tener miedo a tener miedo. Ese es el tema. (...) Después de mostrar el miedo en esta obra me sentí otra persona". No por nada en 2000 LB escribió en un papel ­casi como una obra conceptual- : El arte es garantía de cordura. The Feeding, 2007 Louise Bourgeois adentro de Cell, (Arch of Hysteria), 1992 Hasta el 19 de junio en Fundación Proa.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido en Fundación Proa
    Autor:
    Fecha: 23/04/2020
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    Ver nota original (El refugio de la cultura / Canal 7)

    El refugio de la cultura / Canal 7

     

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  • Título: Go See - Buenos Aires: Louise Bourgeois' "The Return of the Repressed" at Fundación Proa through June 19th, 2011
    Autor:
    Fecha: 23/04/2020
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    Louise Bourgeois, Arch of Hysteria (1993). via Fundación Proa

    In late march, The Fundación Proa, a prominent cultural center in Buenos Aires, Argentina became host a to an impressive retrospective of world-renowned French – American Artist Louise Bourgeois. Bourgeois, who was born in Paris and later moved to New York, worked mainly in sculpture and is recognized for her contribution to the American Abstract Artists’ Group. Her work is largely autobiographical, drawing inspiration from trauma suffered in early childhood and describing the later emotional turmoil she underwent. For the first time in Argentina, a wide range of Bourgeois’ life’s work will be on display, including samples of her various mediums of production such as sculpture and installation and even a collection of her writings on psychoanalysis. The exhibition, entitled “Louise Bourgeois: The Return of the Repressed”, will additionally feature a cast of the prominent giant spider sculpture “Maman” (“mother” in French) guarding the entrance to the Fundación Proa. The replications of “Maman” maintain equally conspicuous and permanent positions in London, St Petersburg, Seoul, and Tokyo.

    A view of the entrance to the Fundación Proa in Buenos Aires via Why on Earth Did I Move to Argentina?

    More text and images after the jump…

    Growing up in France, Bourgeois was born to gallery-owners whose turbulent relationship later provided material for the themes of betrayal and anxiety she would later pursue in her work. She attended the Sorbonne, and a few other art schools later before deciding to move to New York with her  husband Robert Goldwater. There she would spend the rest of her life, only returning to France to adopt a child. It was in New York that she would go on to become a recognized artist, earning her first retrospective in 1981, hosted by the Museum of Modern Art. She remained an incredibly prolific and diverse artist, creating works right up to her death last May.



    The exhibition, curated by Philip Larratt-Smith was organized with the help of Instituto Tomie Ohtake in San Pablo, Brazil, and supported by the Louise Bourgeois Studio in New York. It showcases a variety of famous works as the “Arch of Hysteria” (1993), the Red Room facilities (1994) and “The Destruction of the Father” which revolve around themes of filial and familial  love. Almost one hundred pieces created between 1946 and 2009 are presented, as well as large body of recently uncovered drawings and writings from Louise’s life, dealing with these themes and linking the exhibition together as a whole.

    To complement the exhibition, various other events will be taking place. Every Saturday at 5 o’clock, starting in April, the Fundación Proa will invite distinguished professionals to offer their perspectives on the exhibit. The 1995 documentary Louise (Querida Louise) by Brigitte Cornand will be projected in the adjacent auditorium. The film “reveals the artist’s passion and inspiration that gave rise to her powerful pieces of work. Set in her house and studio in New York, the film draws on memories from infancy to draw an intimate portrait of an original and active artist.  The Spider, the Mistress, and the Tangerine by Marion Cajori & Amei Wallach, is a captivating tour of the world of the legendary artist and over six decades of her work.” (Fundación Proa).

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  • Título: Lo de siempre: dónde ir ante tamaña oferta
    Autor: Javier Firmo
    Fecha: 04/04/2020
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    Ver nota original (La Razón)

    No es el mismo punto de vista que salió en esta página hace un año, ni tampoco el de hace seis meses. Sí es la misma ciudad, la que hospeda una oferta artística y cultural de la hostia. En el fútbol, los DT grafican que tienen un lindo “bolonqui” cuando cuentan con varias opciones para un mismo puesto. Podría trasladarse aquella máxima al parecer del público, el cual, algo abrumado, no debe saber para dónde rumbear ante la lluvia de alternativas que presenta Buenos Aires. ¿Una ayudita? Veamos: la vuelta de Roxette, desde esta noche, pasando por la visita de The Flaming Lips como apertura del Quilmes Rock. Te parece meloso o muy alternativo; preferís el neofolk de Devendra Banhart. Tampoco. Ah, entonces andás buscando lo más pesado de la pesada: ¡Iron Maiden!, en Vélez. ¿Todavía insatisfecho? Ya sé: una fija, el cubano Pablo Milanés. ¡No! De yapa te tiro el flamenco de Diego El Cigala.

    Ah, no sos del “palo” musical. Ok, anotá: andá al Abasto, el miércoles, que arranca el Bafici y allí tendrás para elegir entre 400 películas del masivo Festival. ¿Fóbico a las multitudes? ¿Preferís algo más autóctono y tranqui? En La Plata, aquí nomás, empieza, y gratis ¡eh!, el Festival Internacional de Folklore, en el que se entrelazarán las músicas latinas, con la anglosajona. Sí, impresiona la cantidad y la calidad ¡y todo en esta semana! ¡¿Nada de nada?! Bueno, no sé, fijate si te asusta la “araña” de Louise Bourgeois en Proa; si no, que te consuele el nudismo del Doríforo en Bellas Artes.

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  • Título: Arte y psicoanálisis unidos en la obra de Bourgeois
    Autor: Ana Martínez Quijano.
    Fecha: 29/03/2019
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    Hace unos días, en la esquina de Caminito y Pedro de Mendoza, apareció una araña gigantesca. Se trata de «Maman», una imponente escultura de la artista Louise Bourgeois, que representa la figura materna. Así, con la dimensión onírica que depara la puesta en escena de esta asombrosa araña que se divisa desde lejos, la Fundación Proa presenta «El retorno de lo reprimido», una muestra que se exhibirá hasta el mes de junio.

    La obra de Bourgeois y su infancia atormentada configuran un todo indivisible con su inclinación a las interpretaciones psicoanalíticas. Este es el punto de vista elegido por el curador de la muestra, Philip Larrat Smith, quien, en la exhibición de Proa, la primera que llega de la escultora a la Argentina con 87 obras significativas, se dedica a explorar la relación que entabla con el psicoanálisis. Bourgeois nació en París en 1911, se acercó al surrealismo y al arte de Léger, Breton y Marcel Duchamp; en 1938 se casó con un crítico de arte estadounidense y se fue a vivir a Nueva York, ciudad donde realizó su obra y donde murió, a los 83 años.

    Si bien el arte expresa cuestiones que es imposible formular con palabras, y Bourgeois demuestra en este sentido su especial talento, hay algunos momentos en esta exhibición que las obras tienden a volverse literales, a representar los discursos y anotaciones que ella misma había escrito y que fueron descubiertos entre sus papeles en estos últimos años. No obstante, la mayor parte de las obras, como sus ambiguas y extraordinarias arañas con sus panzas cargadas de huevos, expresan cuestiones absolutamente inesperadas, con una potencia que resulta difícil de encontrar en el arte actual. Ciertamente, la madre de Bourgeois fue una tejedora de tapices, pero este dato no suma demasiado a la significativa grandeza de sus «mamás».

    El curador explica que las obras son «equivalentes plásticos» de «estados psicológicos». Así, la puesta en imágenes de los «estados» de esta artista, sumerge al espectador en el universo de «lo siniestro» freudiano, ya que sus obras tienen esa capacidad que adquiere algo familiar para transformarse y causar espanto. Desde el título, «El retorno de lo reprimido», el curador parodia el célebre texto de Hal Foster, «El retorno de lo real». En la muestra se percibe la presencia de lo abyecto, «una sustancia fantasmal» que produce pánico por lo repulsivo, por lo extraño, porque amenaza romper los límites. El espectáculo visual se asemeja en algunos momentos a una orgía, y, sin embargo, la experiencia que provoca la muestra no está exenta de una espiritualidad que trasciende esa dimensión del horror que también está presente. Se trata de obras con múltiples sentidos, que invitan a ser vistas una y otra vez, para acceder a las varias lecturas que ofrecen. En el territorio de esta exposición se abre paso al sufrimiento humano y ni la estética ni la ética permanecen firmes. La pérdida de la estabilidad es el factor que coloca al espectador en el centro de un proceso perturbador. Ya el encuentro con lo abyecto resulta desestabilizador. La abyección remite a lo perverso, a aquello que produce repulsión, pero además se relaciona con el envilecimiento y la humillación. Por estas razones, no es de extrañar que las obras susciten sentimientos contradictorios: atracción y también cierta repulsión.

    Los contrastes son difíciles de asimilar. A la patética figura de un muñecote de tela negra fornicando o violando a una mujer con una pierna ortopédica -imagen que realmente provoca rechazo por su crudeza-, se contraponen diez figuritas delicadas de lana color piel que yacen abrazadas unas a otras sobre un almohadón. Estos pequeños muñequitos son símbolos de la ternura, encarnan la búsqueda de amor y la posibilidad de no estar solo en este mundo. No obstante, junto a estos cuerpecitos y trabajada con el mismo material, aparece la desesperación, encarnada en el rostro desollado de una mujer.

    Desde la araña que llega hasta el techo de la sala y que entre sus patas cobija una jaula con un sillón y retazos de las antiguas tapicerías que la madre de la artista restauraba, hasta el resto de las obras, la muestra mantiene una sensación de nostalgia constante.

    Las referencias al campo del psicoanálisis son permanentes, y el mejor ejemplo es el «Arco de la histeria», un bronce pulido y brillante que representa, en tamaño natural, el cuerpo de un hombre decapitado. El personaje dibuja un arco perfecto en medio de la sala, cuelga de un gancho introducido en su vientre, como animal dorado y reluciente. Aunque la histeria se consideraba una enfermedad femenina, la artista representa un cuerpo masculino. La enfermedad se conocería en los hombres a partir de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, cuando llegan los heridos de guerra, víctimas de las trincheras, que les hacía perder el control de su cuerpo y de su movilidad.

    Las referencias a los experimentos de Charcot en el hospital de Salpêtrière de París son evidentes. Charcot creó un aparato para producir histeria; Bourgeois se sirvió de esa historia para analizar, desmenuzar, representar, con rigor científico, las experiencias traumáticas que le deparó la vida. Desde el principio al fin de la exhibición, pasando por un dormitorio que se puede, no sólo espiar, sino además inspeccionar a través de un juego de espejos, las obras recrean situaciones que dejaron su huella en la psiquis de la artista. Hay una caverna de látex rojo, «La destrucción del padre. La cena», una mesa cargada de formas genitales, bultos como globos y patas de cordero que puede verse como una alusión a un sacrificio ritual, aunque según los escritos de la artista existía en ella el deseo de devorar al padre. Es su obra más intensa y pasional.

    Varios trabajos aluden a la maternidad, pero tampoco son ajenos al conflicto que sobrevuela la exposición.

    La artista atravesó como una sombra varios de los movimientos que cruzaron el siglo XX, hasta principios de los años 80, cuando se la reconoce por su dedicación al cuerpo como tema y como problema estético. En esa década, el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó una exposición antológica y consagratoria de sus obras, y por primera vez una mujer ocupó este escenario privilegiado. A partir de entonces, a sus 70 años, se convirtió en una de las escultoras más valoradas del circuito internacional.

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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed
    Autor:
    Fecha: 12/03/2017
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    e-flux shows:
    Louise Bourgeois, "Arch of Hysteria", 1993.
    Bronze, polished patina, hanging piece, 83.8 x 101.6 x 58.4 cm.*

     

    Fundación Proa 19 March?19 June 2011 For the first time in Latin America, Fundación Proa presents in Argentina and Brazil Louise Bouegeois: The Return of the Repressed, a major exhibition of the artist's work curated by Philip Larratt-Smith and organized by the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo, the Louise Bourgeois Studio in New York and Proa, with the support of Tenaris.



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  • Título: Diario. FAN. Una artista elige su obra preferida: Lihuel gonzalez y Red Room (parents), de Louise Bourgeois. Estudio en Escarlata.
    Autor: Lihuel González
    Fecha: 02/11/2014
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    Ver nota original (Radar - Página 12)

    Sólo conocía las obras de Louise Bourgeois a través de fotografías hasta que vi su muestra en Fundación Proa. Todas sus obras me impactaron, pero hubo una en particular que me sedujo y retuvo: Red Room (Parents). 

    Entré a la sala en penumbras y observé con inquietud la barrera circular de madera que se desplegaba delante de mí. Estaba sola, en silencio. Me acerqué lentamente y me di cuenta de que se trataba de varias puertas entrelazadas. Rodeé la instalación tocando la superficie de las puertas y espiando por las rendijas empecé a reconstruir el cuarto a través de los fragmentos. Me sentí una voyeur obsesionada con una escena ajena que no tardaría mucho en hacer propia. Seguí rodeando la obra hasta encontrar un pasaje estrecho entre dos puertas. Desde ahí, a través de un espejo ovalado, pude observar un poco más la escena en el interior del cuarto, aunque parte de él seguía vedado.

    Descubrí en el centro una cama matrimonial de color bermellón. Su superficie era un tablón de madera, duro e incómodo. Sobre ella un tren de juguete y una caja bastante extraña que podría haber sido de un instrumento musical. En la cabecera, entre dos almohadones escarlata, una almohadilla color blanco con la inscripción “Je t’aime” bordada en hilo rojo.

    Seguí observando, reconstruyendo poco a poco el espacio. Descubrí entonces unas estructuras blandas que relacioné con algo orgánico, algo que transmuta o se deshace. Una de ellas colgaba encima de la cama; era un objeto color rubí, resinoso, en parte transparente y tuve la sensación de que se trataba de algo que en algún momento fue blando y que con el correr del tiempo se fosilizó. En ese momento pensé en un gran coágulo de sangre, algo viejo y doloroso suspendido sobre la cama de los padres. Bajé la mirada y a los costados de la cama, sobre dos mesas casi idénticas, encontré dos esculturas cubiertas por un velo endurecido que semejaban dos portarretratos. Inmediatamente pensé en dos cuerpos inertes, en la escena de un crimen.

    Tuve una sensación de violencia. Pensé en todo lo que se escondía detrás de la escena, en las huellas que podía ir leyendo. Comencé a hilar las partes, sentí que había algo esencial escondido que parecía siempre a punto de revelarse. El cuarto estaba cargado de una presencia que me transportó a otro tiempo. Supongo que por un momento me vi escarbando viejos recuerdos. Todo gira alrededor de lo oculto, velo sobre velo de algo que se escapa y que finalmente no podemos ver.

    De una forma sutil y densa a la vez, la obra de Bourgeois convoca imágenes propias, perturbadoras, imágenes de lo que quizás nunca estuvo pensado para una mirada infantil.



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  • Título: La Araña gigante se fue a San Pablo.
    Autor:
    Fecha: 27/11/2011
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    Ver nota original (Cronista.com)

    Acaba de dejar la explanada de la Fundación Proa, en el barrio de La Boca, Maman, la araña gigante parada sobre sus ocho enormes patas que pesa 22 mil kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho y que llegó de Nueva Yersey en marzo. La escultura de la artista franco-estadounidense Louise Bourgeois formó parte de la muestra El retorno de lo reprimido. Estamos felices de haber tenido esta muestra y que hayan pasado mas de 50.000 visitantes, comentaba la presidenta de la Fundación Proa, Adriana Rosemberg, en una recorrida organizada por el Grupo Techint con periodistas. Allí se comentaba que el 21 de julio será el dia D en la discusión entre Siderar y la ANSES por el nombramiento de directores y el reparto de utilidades por unos 4600 millones de pesos que quiere el estado naciaonal. Uno de los asistentes manifestaba que están trabajando seis estudios de abogados liderados por Horacio de las Carreras.


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  • Título: Medindo dez metros de altura e pesando dez toneladas, a escultura 'Maman', de Louise Bourgeois, chega ao Aterro .
    Autor: Cristina Tardáguila
    Fecha: 04/09/2011
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    Ver nota original (O Globo (Brasil))

    RIO - Em 1999, a artista plástica franco-americana Louise Bourgeois empunhou canos de aço, parafusos de vários calibres e um capacete de soldagem para expurgar de uma vez por todas a imagem da própria mãe. Fez esboços, avaliou possibilidades e decidiu dar à luz a figura que lhe parecia mais familiar, mais maternal. Assim nasceu "Maman" ("mamãe", em francês), a aranha de dez metros de altura esculpida em metal que ilustra o alto desta página e que, até o dia 13 de novembro, adornará o jardim do Museu de Arte Moderna (MAM) do Rio como chamariz para a exposição "Louise Bourgeois: o retorno do desejo proibido", que será aberta a convidados no próximo dia 15 e, no dia seguinte, ao público, com 112 trabalhos da artista.

    "A aranha é uma homenagem a minha mãe, que foi minha melhor amiga", escreveu a escultora - morta em maio de 2010, aos 98 anos de idade - depois de ser interpelada sobre sua obra mais expressiva. "Mamãe, assim como as aranhas, era tecelã, comandava com muita esperteza o ateliê de restauração de tapeçarias de nossa família e era superprotetora dos filhos." Na opinião de Louise, uma das maiores artistas de seu tempo, nada mais adequado do que transformar a figura maternal num animal peçonhento, gigantesco, com 26 ovos de mármore no ventre. E o bicho fez um sucesso danado.

    Doze anos depois do nascimento de "Maman", dar com uma de suas cópias (Louise fez sete) no Aterro do Flamengo consistiu numa tarefa hercúlea, num périplo que começou três semanas atrás, no porto de Buenos Aires, e que mobilizou uma equipe multinacional composta por pelo menos 40 pessoas.

    Na viagem de navio rumo ao Rio, seu segundo e último destino na América Latina este ano, "Maman" dispensou o tradicional plástico-bolha. Esculpida em bronze-silício, que resiste bem a impactos, intempéries e até mesmo a doses cavalares de xixi de cachorro, contentou-se em ser enrolada num cobertor acinzentado e cuidadosamente acomodada num contêiner comercial de 40 pés. Fez uma viagem tranquila.

    Para poder se fixar no jardim que fica entre o MAM e o Monumento dos Pracinhas, local escolhido a dedo pelo curador da mostra, Phillip Larrat-Smith, para a obra, "Maman" precisou aguardar o aval técnico de uma equipe de engenheiros e topógrafos cariocas. Durante sete dias, o grupo foi a campo, estudou a curva de nível e a solidez do terreno e concluiu, aliviado, que o espaço poderia, sim, servir de casa para "Maman" por mais de um mês. Era plano e recheado de saibro, uma mistura de argila com areia grossa de grande resistência.

    Ciente de que "Maman" pesa dez toneladas e que tende a se esborrachar com todo seu peso contra o chão (só seu corpo pesa duas toneladas), o grupo liderado pelo engenheiro Valdir Bittencourt decidiu redobrar os cuidados com a aranha gigante. Abriu oito buracos na grama do Aterro e instalou em cada um deles uma sapata de concreto armado. Nelas, chumbariam as "unhas" de "Maman" - consideradas o ponto frágil da escultura.

    - Agora ela não sai daqui nem se o Irene (furacão que recentemente apavorou a Costa Leste dos Estados Unidos) atingir o Rio! - repetia Bittencourt na última quarta-feira, dia em que "Maman" finalmente chegou ao MAM.

    Suando da cabeça aos pés, o americano Eddie McAveney, um quarentão bronzeado que há mais de dez anos trabalha como "babá de 'Maman'", balançou a cabeça demonstrando concordância. Recai sobre seus ombros a responsabilidade de montar e desmontar todas as aranhas de Louise que viajam pelo mundo e de se certificar de que elas estão firmes, estáveis, longe de riscos. Para McAveney, Bittecourt havia feito um bom trabalho.

    - Não sei quantas vezes a montei, mas é sempre uma tarefa delicada - contou o americano, sem despregar os olhos da obra. - Há um pouco de técnica e muito de sorte. Conjugamos a habilidade do operador de guindastes com a velocidade dos ventos e a dificuldade inerente à ideia de apertar parafuso a mais de dez metros de altura.

    Durante sete horas e sem dizer uma palavra em português, McAveney comandou os 12 homens e os dois guindastes postos a sua disposição pelo MAM. Comunicou-se com as mãos, os dedos, os braços e grunhidos, que supôs de compreensão universal. Muitas vezes foi compreendido, outras, não. Mas, no fim do dia, "Maman" estava de pé.

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  • Título: Louise Bourgeois.
    Autor: Nettrice Gaskins
    Fecha: 18/07/2011
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    In this week’s roundup, Louise Bourgeois’s first show in Brazil, Fred Wilson inspires ‘artist as curator’ exhibition, Laurie Anderson’s short talk, and more.
     
    There’s still time to see art by Louise Bourgeois in The Return of the Repressed exhibition at Tomie Ohtake Institute in São Paulo (Brazil).  This is the first time the artist’s work is on view in Latin America.  The exhibition presents a solid and extensive collection of drawings and sculptures that highlight Bourgeois’s radical thoughts and reflections on love: filial, parental, familiar—love itself.  The show closes on August 28.
     
    Wall Works at the DeCordova Museum in Lincoln, MA, is a “curatorial conflation” of the site-specific and historically-aware practice of artist Fred Wilson and the “artist as curator” exhibition model, and the diversity of installation practices in contemporary art. This project invites the artists to curate their own exhibitions and it’s on view until Spring 2012.
     The inaugural exhibition at Galeri Manâ, Nereden Nereye, a Turkish phrase that translates “From Where to Where,”  features paintings, drawings, photographs and video works by eleven artists, including John Baldessari.  The show explores the function of images and the nature of representation and runs through July 23.
     Earlier this month, Laurie Anderson performed and discussed A Short Talk on Places at the 2011 Biennale in Venice.  The event was one of the Biennale’s “Meetings on Art,” a series of seminars with artists, curators, philosophers, and scholars in conjunction with the 54th International Art Exhibition, ILLUMInations.
     Laurie Anderson‘s next scheduled performance is a free concert at the Damrosch Park Bandshell in New York City as part of the Lincoln Center Out of Doors program. She will be joined by frequent collaborators Rob Burger and Eyvind Kang, both of whom perform on Anderson’s latest album, Homeland.  The event will take place on August 10.
     William Kentridge will be giving a talk and presentation at Greatmore Studios in Cape Town (South Africa) as part of a fundraiser.  Greatmore is a non-profit organization and relies on funding in order to facilitate the programs it runs. The event will take place on August 5.
      As part of Seattle Art Museum’s SAM Next, the museum’s contemporary art program, Mika Tajima is creating installation work that incorporates painting, sculpture, design, performance, and video.  It is on view this weekend.

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  • Título: Louise Bourgeois.
    Autor:
    Fecha: 18/07/2011
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    Ver nota original (Weekly Roundup)

    In this week’s roundup, Louise Bourgeois’s first show in Brazil, Fred Wilson inspires ‘artist as curator’ exhibition, Laurie Anderson’s short talk, and more.

    There’s still time to see art by Louise Bourgeois in The Return of the Repressed exhibition at Tomie Ohtake Institute in São Paulo (Brazil).  This is the first time the artist’s work is on view in Latin America.  The exhibition presents a solid and extensive collection of drawings and sculptures that highlight Bourgeois’s radical thoughts and reflections on love: filial, parental, familiar—love itself.  The show closes on August 28.

    Wall Works at the DeCordova Museum in Lincoln, MA, is a “curatorial conflation” of the site-specific and historically-aware practice of artist Fred Wilson and the “artist as curator” exhibition model, and the diversity of installation practices in contemporary art. This project invites the artists to curate their own exhibitions and it’s on view until Spring 2012.

    The inaugural exhibition at Galeri Manâ, Nereden Nereye, a Turkish phrase that translates “From Where to Where,”  features paintings, drawings, photographs and video works by eleven artists, including John Baldessari.  The show explores the function of images and the nature of representation and runs through July 23.

    Earlier this month, Laurie Anderson performed and discussed A Short Talk on Places at the 2011 Biennale in Venice.  The event was one of the Biennale’s “Meetings on Art,” a series of seminars with artists, curators, philosophers, and scholars in conjunction with the 54th International Art Exhibition, ILLUMInations.

    Laurie Anderson‘s next scheduled performance is a free concert at the Damrosch Park Bandshell in New York City as part of the Lincoln Center Out of Doors program. She will be joined by frequent collaborators Rob Burger and Eyvind Kang, both of whom perform on Anderson’s latest album, Homeland.  The event will take place on August 10.

    William Kentridge will be giving a talk and presentation at Greatmore Studios in Cape Town (South Africa) as part of a fundraiser.  Greatmore is a non-profit organization and relies on funding in order to facilitate the programs it runs. The event will take place on August 5.

    As part of Seattle Art Museum’s SAM Next, the museum’s contemporary art program, Mika Tajima is creating installation work that incorporates painting, sculpture, design, performance, and video.  It is on view this weekend.

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  • Título: La araña viajera.
    Autor:
    Fecha: 16/07/2011
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    Ver nota original (La Nación)

    Después de su estada en La Boca, la escultura de Louise Bourgeois se va a Río de Janeiro
    a araña Maman ya hizo las valijas y, después de visitar La Boca, va camino a Río de Janeiro.
    Con nueve metros de alto, la criatura fue la gran protagonista de la retrospectiva de su autora, la artista francesa Louise Bourgeois, en la Fundación Proa. Durante cuatro meses, la impresionante estructura de bronce fue todo un show en la vereda de esta institución. No por nada, la muestra que protagonizaba marcó un récord para Proa, con más de 55.000 personas.
    El martes último, Maman, toda una viajera frecuente, fue desmontada y alistada para su próximo viaje a Río, donde protagonizará una exposición en los jardines del Museo de Arte Contemporáneo.
    La conocida obra, que Bourgeois definió alguna vez como una oda a su madre ("como una araña, mi madre es una tejedora"), tiene en realidad varias versiones. La original, de acero, fue adquirida por la Tate Modern, de Londres.
    Hay también varias esculturas Maman en bronce en el Guggenheim (Bilbao), Samsung Museum of Modern Art (Seúl) y San Petersburgo, y la National Gallery of Canadá. Otras se han exhibido temporalmente, al igual que en Buenos Aires, Copenhague, París (Pompidou y Jardín de las Tullerías), Boston, Nápoles y Washington D.C.

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  • Título: Visita Guiada con Graciela Speranza y Leo Estol a la exposición de Louise Bourgeois .
    Autor:
    Fecha: 10/06/2011
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    Ver nota original (Arte en la red)

    Sábado 11 de junio, 17 hs
    Este fin de semana, el último encuentro del programa Artistas + Críticos en el marco de la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido recibe a la crítica, investigadora y escritora Graciela Speranza, que recorrerá la exhibición, junto al artista Leo Estol.


    Artistas + Críticos propone cada semana un diálogo abierto entre los visitantes y destacados especialistas, investigadores, psicólogos y artistas de diversas disciplinas. El programa organizado para la exhibición de Louise Bourgeois concluirá el sábado 11 de junio con la presencia de Graciela Speranza y Leo Estol.

    Coordinación: Ana Schwartzman

     

     

    Informes: info@proa.org

    Graciela Speranza es crítica, narradora y guionista de cine. Se doctoró en letras en la Universidad de Buenos Aires donde enseña Literatura Argentina. Es profesora del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín y del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella. Entre otros libros, ha publicado: Primera persona. Conversaciones con quince narradores argentinos (1995), Guillermo Kuitca. Obras 1982-1998 (1998), Razones intensas. Conversaciones sobre arte y literatura (1999), Manuel Puig. Después del fin de la literatura (2000), y dos novelas, Oficios ingleses (2003) y En el aire (2010). Colaboró en Crisis, Babel, Página/12 y Clarín, y en la revista ADN del diario La Nación. Codirige la revista de letras y artes Otra Parte. Desde 2009 participa en el proyecto “Surrealism in Latin America” en el Getty Research Institute de Los Ángeles. En 2002, recibió la Beca Guggenheim para desarrollar un proyecto de ensayo publicado por Anagrama en 2006, Fuera de campo. Literatura y arte argentinos después de Duchamp.

    Leo Estol nació en Buenos Aires en 1981. Estudió Historia del Arte en la Universidad de Buenos Aires y participó de la clínica de Pablo Siquier y el taller de Jorge Macchi. Además, recibió la beca Kuitca del Centro Cultural Rojas y la UBA. Como artista plástico, expuso sus instalaciones en las galerías Alberto Sendrós y Ruth Benzacar, y en el edificio del Correo Central. También participó de la 6ª Bienal del Mercosur. Escribió para los diarios Ámbito Financiero y Página/12. Actualmente se dedica a la docencia.



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  • Título: Louise Bourgeois en Proa
    Autor: Alejo Ponce de León y Victoria Márquez
    Fecha: 10/06/2011
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    Ver nota original (Los In Rocks)

    Estructurada a partir de su relación con el psicoanálisis, la monumental muestra Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido reúne un centenar de obras en las cuales la escultora canalizó sus miedos e instintos más primarios, así como la relación traumática con el cuerpo. Por Alejo Ponce de León y Victoria Márquez

    Tranquilos: el día en que la Humanidad deba pagar por sus crímenes contra la Madre Tierra no ha llegado aún. La araña que guarda con recelo la fachada de la Fundación Proa, en La Boca, no es un agente vengador emergido desde el lecho radioactivo del Riachuelo, sino que se trata de Maman, la obra más emblemática de la escultura, pintora, poeta y muy psicoanalizada artista Louise Bourgeois. Un arácnido de acero y bronce que acusa más de nueve metros de altura, ideado como homenaje a su madre, a su carácter protector y paciente, y a sus habilidades como tejedora. El esfuerzo conjunto de una tríada institucional (el Instituto Tomie Ohtake, de San Pablo, el Louise Bourgeois Studio, de Nueva York, y Proa) hizo posible la concreción de la muestra Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido, una exhibición monumental en la que, a través de casi cien obras de la más variada naturaleza, se nos otorga el acceso al mundo privado de esta creadora notable, sin duda uno de los nombres más resonantes en la historia del arte moderno.

    La noche de Navidad de 1911, Bourgeois vio la luz por primera vez mientras su madre se disculpaba con el obstetra por haberle arruinado una noche de festejos, ostras y champagne. “Fui un incordio cuando nací. Mi padre, que quería un hijo varón, me tuvo a mí y mi hermana acababa de morir mientras el país se preparaba para la guerra.” Así comenzaba una existencia que iba a estar sesgada por el drama familiar, el abandono, los conflictos de poder y por una necesidad intensa de exorcizar el trauma que mora como el Minotauro en el laberinto viscoso de la mente. A lo largo de su prolífica carrera, Bourgeois cultivó las distintas posibilidades de la “solución escultórica”: el arte como medio definitivo de catarsis y canalización de sus instintos más primarios. A edad temprana descubre que mediante la labor manual puede sosegar los sentimientos de impotencia que florecían en su interior como tumores exóticos: cuando Louise tenía apenas ocho años, en medio de un discurso fanfarrón de su padre, a quien ella detestaba, levanta de la mesa un poco de miga de pan, la embebe en saliva y la moldea hasta que la mezcla toma la forma de su progenitor. Luego de eso procede a amputarle los brazos con delicadeza. “Fue una experiencia importante y determinó ciertamente mi dirección futura”, afirmó en una entrevista. Ese mismo proceso de descarga y cura se repetiría una y otra vez a lo largo de su vida, pero en vez de pan y saliva usaría mármol, madera, bronce y látex para darle cuerpo a sus estados emocionales.A pesar de la multiplicidad de formas y materiales con los que trabajó, la obra de Bourgeois es conceptualmente homogénea, y en ella puede observarse una relación dialógica entre sus primeras producciones y sus últimos trabajos. La evolución estilística en términos cronológicos prácticamente no existe: en lugar de eso encontramos idas y venidas sobre los mismos motivos y obsesiones como si fueran los ídolos tallados de un culto en el que se exalta la persistencia de lo individual. Teniendo en cuenta esto, podemos afirmar que sus trabajos están atravesados por un único y muy definido hilo conductor: los conceptos básicos de la angustia, la violencia, el miedo, la culpa, la ausencia y la relación traumática con el cuerpo, en un mundo donde las manifestaciones físicas de agresividad quedan reservadas exclusivamente para los hombres: “Como en sus cincuenta y dos años nunca vi a mi madre enojada, cuando me enojo siento vergüenza […] Los que se enojan son los hombres, las mujeres se supone que huyen o se callan la boca […] Esto a mí me hace gritar, me ataca la identidad”, dirá Bourgeois. Las protuberantes esculturas expuestas en la planta baja contribuyen a crear un clima opresivo (en el que se destaca, de manera casi irónica, una obra en la que puede verse la leyenda Claustrofobia y Omnipotencia), repleto de figuras colgantes que evocan un paisaje de carnicería. Figuras desolladas, piernas ortopédicas y cuerpos retorcidos constituyen una especie de cartografía de la tensión y del sufrimiento corporal.
    El eje curatorial de la muestra es la relación de la escultora con el psicoanálisis, un vínculo fecundo que se extendió durante casi cuarenta años y le permitió identificar sus temores y obsesiones ocultas entre la maleza del inconsciente. Respaldada por un lujoso catálogo de dos volúmenes donde se publica una selección de muchos de sus escritos, inéditos hasta el momento, Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido es una oportunidad única para conocer o redescubrir a una artista que nació con el siglo y murió con él. Despegó de la capital de las ideas del siglo XIX, París, para hacer nido en la Gran Manzana, la ciudad del siglo XX. Se convirtió en un referente para el movimiento feminista y a través de su trabajo sedujo a Duchamp, a Miró, a Keisler, a Warhol. Pero aun en medio de la vorágine vanguardista eligió mirar hacia adentro y mantenerse fiel a su manía. Construyó una obra introspectiva y brutalmente honesta, un reflejo del interior oscuro común a todo ser humano, lo que le otorga cierta cualidad universal sin dejar de ser profundamente personal. Logró poner en imágenes los fantasmas y las pasiones que la atormentaban y que fueron a la vez una fuerza motora constante para el proceso creativo, que la liberaba: “El arte es garantía de cordura”, declara en una de sus obras. Y al ver su gran sonrisa en todas las fotos que de ella encontramos, no podemos hacer otra cosa que creerle.

    El retorno de lo reprimido. En Fundación Proa. Av. Pedro de Mendoza 1929.

    Hasta el 19 de junio.



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  • Título: Louise Bourgeois: Freudian Art on Display at PROA
    Autor:
    Fecha: 09/06/2011
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    Ver nota original (The Independent Argentina)

    Disturbing, haunting, troubling, touching and beautiful are words that come to mind. The art of Louise Bourgeois spans almost the whole of the 20th century, but due to sexism in the art world, she only became well-known in the second half, with a stunning retrospective in 1981 at the MOMA in New York. The artist lived a troubled life and her self-described autobiographical work puts her phobias and anxieties on full display. Born on Christmas day in 1911 in Paris, she moved to New York in 1938, and she died on 31st May 2010 at 98. Just one year on from her death, over 45,000 people have seen her exhibition at Fundación PROA museum in La Boca.

    The exhibit, Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido (the return of the repressed) at PROA museum runs until 19th June and then moves to Brazil in July. Curator, Philip Larratt-Smith, compiled this show as the notes from her therapy sessions recently came to light and spotlight her troubled mental state. In the capital of psychoanalysis, this theme makes perfect sense.

     


    The work of Bourgeois focuses on sexuality, human interactions and troubled family dynamics. Her father’s affair with her English governess gravely affected Bourgeois and this can be seen in the exhibits entitled ‘Cells’, specifically ‘Destruction of the Father’.


    In this work, there is a large rectangular hole cut out in the wall and along the floor and ceiling, large bulbous masses sprout, covered in red fabric surrounding a scary dining room setting. The red light in the exhibit gives the impression you are looking into a body cavity. She had some serious problems with her father and expressed herself through her art. He was constantly disappointed in her as a child, and was a domineering man with an explosive temper, never mind the constant infidelities.

    Another piece in ‘Cells’, is the ‘Red Room’. You come upon a circular arrangement of panels, which forces you to peek through the cracks to see a sparse red bedroom. The bedspread is blood red with red pillows and a white pillow with ‘je t’aime’ embroidered in red thread. You never get a good look at the room because you are forced to spy around the panels and through the cracks and you feel very much the voyeur Bourgeois forces you to be; spying on the bedroom where parents’ sexuality is usually hidden behind closed doors.


    The explanation on the wall states: “In the present work Red Room (parents) she reconstructs the scene of a child voyeur who spies on adult desire. Red is the colour of blood and passion present on the scene centrally focused on the bed – the key of life, birth, death, sexual encounter, and home.”


    These themes are a constant in Bourgeois’ creative art and feminine touches are felt all throughout the exhibit. Bourgeois adored her mother and her death in 1932 spurred Bourgeois to abandon her mathematics focus at the Sorbonne and focus on her art work instead. She studied at Académie de la Grande Chaumière and École des Beaux-Arts, drawing on her father’s infidelities as well as her feelings about motherhood for inspiration. Feminine touches can be seen all throughout the exhibit; the use of embroidery, knitting, but most of all, representations of breasts.


    The piece ‘Maman’ (not the spider outside) in the Red Room is a frightening representation of women’s breasts. In this piece, the breasts double as the teeth of a mother’s mouth, giving a terrifying view of a feeding. They are painted in blood red and the symbolism of literally drips from the canvas.


    The more famous piece, ‘Maman’ sits out front of La PROA at the entrance to the museum. This frightening representation of motherhood is softened by the care that we see the spider takes with her egg sack underneath. The sharp hard steel edges of the spider’s legs do not make one think of a warm and inviting and caring mother.

    The main exhibition room on the first floor is full of statues in various media. Some are made of stone, others bronze, while others are knit wool. For the most part, the scale of the statues is a lot smaller than the photos make them out to be. Some of the figurines are surprisingly small in stature, the piece ‘Seven in bed’ was not to human scale at all.


    Bourgeois makes human figures that she knit herself over the years. The ‘women’s work’ of embroidery and knitting are interestingly woven into works of art full of self-doubt, fear, insecurity and intimacy issues, turning the normal view of femininity on its head. The embroideries are on hand kerchiefs and tapestries, which one usually associates with domestic bliss, but the words sewn in describe a woman full of fear. Her anxieties manifested themselves in agoraphobia and issues surrounding family dynamics.


    Her relationship with her sons was strained and ultimately resulted in their estrangement. This can be seen in her work ‘He Disappeared into Complete Silence’, a series of nine engravings each with a drawing and accompanying text. This work is on the back wall of the very first room of the whole exhibition. The last panel, ‘lamina 9′, tells the tale of a troubled mother-son relationship. The mother worries about the state of the world and the dangers it holds for her child. He resents the smothering and leaves her, ultimately leaving her to die alone, never knowing his mother’s fate.


    Freud played a heavy role in Louise Bourgeois’ life. She went to therapy to work through her issues and used the intensely creative outlet of her varied art pieces to express her feelings. The exhibit leaves a lasting impression on the viewer and you find yourself coming back to her pieces in your mind after seeing her mind on display.


    The PROA Foundation will commemorate the year anniversary of the death of Louise Bourgeois by publishing a bilingual version of an audio guide with simultaneous translation of the show, made by the Curator, Phillip Larratt-Smith on their website. This valuable material will be available for download.

    There are two documentaries available for viewing as part of the exhibit. “Chère Louise”, by Brigitte Cornand is a journey to the interior of an unclassifiable artist. The intimate documentary “The Spider, the mistress and the Tangerine” by Marion Cajori and Amei Wallach profiles her later life.  See the trailer on YouTube.

    The statue “Maman” will continue to be on display at La PROA until July 24. The main exhibition however will shut its doors on June 19 and leave for Brazil, to Instituto Tomie Ohtake in San Pablo opening its doors in July and then the Museu de Arte Moderna in Rio de Janeiro in September. If you are traveling to Brazil be sure to catch this beautiful exhibit if you don’t see it before.



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  • Título: Fundación Proa conmemora el primer aniversario de la muerte de Louise Bourgeois.
    Autor:
    Fecha: 30/05/2011
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    A un año de la muerte de la artista, 45 mil personas ya vieron su muestra en Proa. La araña Maman seguirá expuesta hasta el 31 de julio.

    Con admisión libre para todos los asistentes, este martes, 31 de mayo, de 11 a 19 hs., Fundación Proa conmemora el primer año de la muerte de Louise Bourgeois (París, 25 de diciembre de 1911 - Nueva York, 31 de mayo de 2010).

    La fecha coincide con la presentación en Proa de la mayor exposición de la artista en Latinoamérica, Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, que desde su inauguración en la sede de La Boca, el sabado 19 de marzo, convoca miles de visitantes: ya han recorrido sus salas 45.000 personas.

    Maman, la gigantesca araña de la artista instalada en la vereda de Proa, continúa acercando una inestimable cantidad de público, entre asistentes a la exhibición, docentes, estudiantes, turistas, transeuntes y vecinos.

    Maman continuará expuesta en la explanada de Proa hasta el 24 de julio. La muestra, en cambio, cierra el 19 de junio.

    Hacia el fin de la exposición, el catálogo Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, habrá agotado su primera edición, alcanzando un record y determinando otro de los factores que convierten a la exhibición en un destacado acontecimiento artístico.

    Como parte de la conmemoración, Proa publica en su página web, www.proa.org, y en versión bilingüe con traducción simultánea, una audiogua de la muestra realizada por su curador, Philip Larratt-Smith. Un material de notable valor, disponible para descargas.

    Además, el martes a las 16 hs., los asistentes podrán profundizar en el universo creativo de Bourgeois con la proyección del documental "Chre Louise", de Brigitte Cornand: un viaje al interior de una artista inclasificable

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, emprenderá en julio una itinerancia que la llevará, primero, al Instituto Tomie Ohtake, en San Pablo (Brasil), y en septiembre, al Museo de Arte Moderno de Ro de Janeiro (Brasil).

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  • Título: Muestra de louise bourgeois en proa conmemora un año de su muerte.
    Autor: Mercedes Ezquiaga.
    Fecha: 27/05/2011
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    Ver nota original (Yahoo Télam)

    Con admisión libre, el próximo martes de 11 a 19 la Fundación Proa conmemora el primer año de la muerte de Louise Bourgeois (París, 25 de diciembre de 1911 - Nueva York, 31 de mayo de 2010) que coincide con la mayor exposición de la artista en Latinoamérica.

    "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido" es el título de la muestra que desde su inauguración en la sede de La Boca, el sábado 19 de marzo, ya ha sido recorrida por 45 mil personas.

    Maman, la gigantesca araña de la artista instalada en la vereda de Proa, continúa acercando una inestimable cantidad de público, entre asistentes a la exhibición, docentes, estudiantes, turistas, transeúntes y vecinos.

    Esta monumental escultura continuará expuesta en la explanada de Proa hasta el 24 de julio pero la muestra, en cambio, cerrará al público el 19 de junio.

    Además, el martes a las 16, los asistentes podrán profundizar en el universo creativo de Bourgeois con la proyección del documental “Chère Louise”, de Brigitte Cornand: un viaje al interior de una artista inclasificable.

    "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido" emprenderá en julio una itinerancia que la llevará, primero, al Instituto Tomie Ohtake, en San Pablo (Brasil) y en septiembre al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (Brasil). (Télam).-

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  • Título: Visita Guiada con Rodrigo Alonso y Sergio Baur a la exposición de Louise Bourgeois.
    Autor:
    Fecha: 21/05/2011
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    Ver nota original (Arte en la red)

    Dos destacados curadores, Rodrigo Alonso y Sergio Baur, son los invitados del próximo encuentro de Artistas + Críticos, el ciclo que cada sábado propone un recorrido distinto por la exhibición: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido

    Investigador sobre arte contemporáneo y nuevos medios, Rodrigo Alonso es el curador del envío argentino a la 54ª Bienal de Venecia (2011) y de la exhibición Sistemas, Acciones y Procesos. 1965-1975, que se presentará en Proa de julio a septiembre de este año. Sergio Baur curó el año pasado las muestras Martín Fierro en las artes y en las letras (Museo Nacional de Bellas Artes) y Literatura argentina de vanguardia 1920-1940 (Haus der Kulturen der Welt, Berlín). Especialista en literatura de vanguardia iberoamericana y sus relaciones con las expresiones plásticas, Baur es diplomático de carrera y trabaja en el área Asuntos Culturales de la Cancillería argentina.

    Todos los sábados, hasta el 11 de junio, Artistas + Críticos expone la diversidad de miradas en torno a la obra de Louise Bourgeois y complementa las visitas a cargo del Departamento de Educación de Proa. El 28 de mayo, estarán las artistas Marina de Caro y Magdalena Jitrik.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido - Fundación PROA.
    Autor:
    Fecha: 19/05/2011
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    Ver nota original (Arte Hispano)

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido - Fundación PROA

    Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido inaugura en Proa el 19 de marzo y presenta por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 86 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York. Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis.

    En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.

    Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo.

    Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo. Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, escribe la artista.

    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña Maman (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París.

    Con Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, Proa vuelve a ofrecer la oportunidad de conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo. Louise Bourgeois profundizó el pensamiento radical de la época. Louise Bourgeois tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas. Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.

    El catálogo, editado en dos volúmenes bajo la supervisión del curador, reproduce, por un lado, una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 93 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos.

    Una exhibición histórica que consolida el acuerdo para difundir las obras más destacadas del arte actual, y que con el respaldo de Tenaris / Organización Techint en Brasil y la Argentina permite que Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se presente en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.

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  • Título: Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido.
    Autor:
    Fecha: 19/05/2011
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    Ver nota original (Ambito PSI)

    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".
    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.
    Fundación Proa presenta por primera vez en Latinoamérica la mayor exhibición de la obra de Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido , desde el 19 de marzo al 19 de junio de 2011. Bourgeois, una de las artistas más reconocidas del siglo XX, nació en París en 1911, y viajó y vivió en Estados Unidos desde 1938 hasta sus últimos días, en 2010.
    La exhibición comienza con la famosa araña Maman (1999) en la entrada de Proa, y el interior de las salas despliega un conjunto de 86 obras. Sus primeras esculturas, en las que aparecen ya la espiral y varias de las formas y figuras que vertebran toda su obra, rodean el Arch of Hysteria , 1993; Spider , 1997, y las emblemáticas instalaciones Red Room (Parents) , 1994, y The Destruction of the Father , 1974. Un sólido y numeroso cuerpo de dibujos y escritos dan cuenta de su radical pensamiento ligado a la reflexión sobre el amor: filial, parental, familiar - el amor en sí mismo -. 
    Las obras  evidencian cómo el psicoanálisis intervino en el pensamiento de la artista, y cómo el diálogo con  ese discurso creó un universo emocionante sobre la compleja, conflictiva, y sutil vida contemporánea. El mundo interior, el de las relaciones familares, el lugar del padre, la madre, la hija y la esposa están tratados de manera singular, propia y personal, y convierten a Bourgeois en un ícono de los temas más trascendentales del siglo XX.
    Sus famosas obras colgadas, pendientes de un hilo, muestran la fragilidad, la delicadeza de los acontecimientos, evidenciando la ambivalencia entre el mundo exterior y el mundo interior del sujeto.
    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido , curada por Philip Larratt-Smith, es organizada conjuntamente con Louise Bourgeois Studio de Nueva York y el Instituto Tomie Ohtake de Sao Pablo, Brasil, y cuenta con el auspicio de Tenaris tanto para su presentación en Argentina como para su itinerancia,  en Río de Janeiro y en San Pablo.
     
    Fundación PROA: 
Av. Pedro de Mendoza 1929
La Boca, Caminito
    De martes a domingo
11 - 19 hrs.
Lunes cerrado.
    Fuente: http://www.proa.org/esp/exhibition-louise-bourgeois.php

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  • Título: Louise Bourgeois en Buenos Aires.
    Autor: Alberto Perrone
    Fecha: 19/05/2011
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    Ver nota original (Revista Magenta)

    Louise Bourgeois: La escultura de la emoción.  
    “Tal vez, ya no tengo necesidad de conservar el pasado porque tengo menos miedo del futuro…...” L.B. 
     Acertó el tradicional sello Flammarion cuando en 1995 editó un excelente volumen y tituló “Sculpter l´emotion” la introducción a la obra de esta artista franco-norteamericana. Porque la extraordinaria colección de obras que recibe nuestro país, al decir de la misma Louis Bourgeois (París, 1911-EE.UU, 2010) no pueden verse tan solo como el resultado de buscar imágenes desaforadas, chocantes o concretar alguna idea, y sí, más bien, de emociones recreadas de su sentimiento del deseo, la entrega y la destrucción puestas, una y otra vez, bajo la lupa de una auscultación de vivencias íntimas, hasta la tenaz problematización de sus relaciones familiares.
    Sobre esto habría de volver una y otra vez en infinidad de variantes, como lo hizo con la construcción de su arquetípico arácnido en metal, de 9 m. de altura. La artista ya era anciana cuando fue captada por Robert Mappleton, y quién si no?, en una foto donde ella nos mira con sonrisa pícara mientras aprieta bajo su brazo, el olímpico falo de una de sus esculturas. En la cuna de Borges, el menos sexy de nuestros escritores (excepción de “Emma Zunz”, cuento no casualmente aportado por la hija de José Ingenieros) y en una de las capitales donde prendió el bichito del psicoanálisis en todas su variantes, es sugerente reunir esta variedad de obras en busca de “El retorno de lo reprimido”. Su creadora, anclada en la condición femenina, -alegórica, refinada, onírica, revulsiva-,  expresa con reiteración admirable una pormenorizada síntesis de intentos y logros con papeles, muñecos tejidos, sobrebordados, esculturas de bulto con reproducciones de órganos no solo sexuales en diversos materiales y tamaños. Nada parece improvisado, (arbitrario) y todo ofrece una esmerada confección. Entre las muchas realizaciones producidas sobre la “histeria”, sobresale un bronce suspendido y móvil de un joven arqueado en tamaño natural, con la manos estirándose hacia los pies, decapitado y patinado (en oro?) para el cual, según la solicitud del personal que mucho contribuye con la exhibición, habría servido de modelo el mismo ayudante que incluso se trasladó, para contribuir a esta exposición. Ricas son las resonancias de una serie de esculturas menores ubicadas sobre una tarima que posibilita, además, comprobar cierto desarrollo. Quizá menos interesantes, algunos embolsados, papeles con simples espirales, abstracciones e instalaciones amuebladas algunas de ellas con verídicas mamparas, puertas, alambrados, espejos e innumerables adminículos de procedencia familiar como fragmentos de prehistóricos textiles o sábanas que la artista atesoraba de su bisabuela. Mientras objetos de color carmín detonan la oscuridad de un ambiente que se ofrece para auscultar sesgado, y que algunos pretenden asimilar a cierta herencia del Barroco. La hostil araña gigante con su panza colmada de huevas de mármol que entre sus delgadísimas extremidades abre la muestra, y de la cual existen ejemplares reproducidos en diferentes museos extranjeros, con su nombre materno (otras instalaciones-ambientaciones remiten al padre), tanto como unas postreras acuarelas de furioso carmín con alusiones al embarazo, conforman un abanico de expectativas innovadoras tras las que se jugo la urdimbre de esta artista, la misma que afirmó que los materiales la ayudaban pero no la inspiraban, y que eso “venía de una necesidad interior”. Una mujer que se reconocía pronta a culparse pese a su ostensible seguidilla de terapeutas (se habría tratado con uno de ellos por más de 30 años, algo poco psicoanalítico) por la demora al dar a luz a uno de sus hijos, como por ser mantenida de su esposo norteamericano e historiador del arte. En la década del 50 compartió con dispares vanguardistas como Miró y Rauschenberg una firme entrega de energía radiante, de compromiso político que la llevó a visitar la URSS, y a su ayuda arribaron varios artistas europeos a Estados Unidos; aunque recién ayer recibió del presidente Sarkozy la legión de honor de Francia. Poco de lo que puede verse en estas obras, ni conocerse por el catálogo harían suponer que fue una artista feliz: “Había una vez una madre con un hijo. Lo amaba con absoluta devoción. Y lo protegía porque sabía lo triste y malvado que es este mundo. Su hijo era de naturaleza tranquila y bastante inteligente pero no le interesaba que lo amaran o lo protegieran porque había puesto su interés en otra persona. En consecuencia, a muy temprana edad dio un portazo y nunca regresó. Tiempo después ella murió y él nunca lo supo”;  o este otro texto: “Una vez un hombre estaba enojado con su esposa, la cortó en pedacitos, y la hizo con guiso a la cacerola. Después llamó por teléfono a sus amigos y los invitó a una fiesta de guiso y tragos. Entonces vinieron todos y la pasaron genial”. Pero sí que lo ha sobrellevado con humor. (“Díganle a mis amigos que tuve una vida feliz”, últimas palabras de Wittgenstein) Y también que persistió con una vida fecunda y vulnerable, hasta el final. Una ojeada por la mesa de consulta permite disfrutar logrados volúmenes que le dedicó el Reina Sofía, en 99; y Skira en 07; hasta sorprenderse porque sus obras llegaron en 2004, al Centro de Arte Contemporáneo “Wifredo Lam”, de La Habana, por donde pasaron desde Picasso a Moore; y supo ser esta institución donde se la destacó como una excepcional “corredora de fondo”, por su soledad y su esfuerzo de larga duración. En esta ocasión porteña, quizá la exhibición aspire a una teatralidad tenebrosa, a propuesta del avezado curador Phillip Larrat-Smith. Tendencias. Y en cuanto a nuestro país, Carlota Petrolini y Nicola Constantino potencian atribuciones locales significativas de una similar deriva de este no agotado surrealismo de género.
En la Fundación Proa. Vuelta de Rocha, La Boca.

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  • Título: Impactante Muestra de Bourgeois.
    Autor: Pablo Quirós
    Fecha: 18/05/2011
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    Se presenta en la Fundación Proa



    La presentación de la muestra “El retorno de lo reprimido”, que integran más de 80 obras de la artista francesa Louise Bourgeois en los salones de la Fundación Proa, en la Boca, es sin duda uno de los acontecimientos destacados de la primera parte del año en el ámbito de la plástica.

    Inaugurada a mediados de marzo, la muestra, que se extenderá hasta fines de junio, incluye 87 obras de esta particular artista plástica que falleció en 2010 a los 98 años, y dejó como herencia una obra escultórica de alto volumen tanto expresivo como material.

    Fuertemente influida por el psicoanálisis, Bourgeois se inscribió dentro de lo figurativo, pero con un contenido muy simbólico en obras donde generalmente recurrió a materiales como el acero, el bronce y el mármol como medios de expresión.

    Las más de 40 mil personas que hasta ahora concurrieron a ver esta impactante muestra que se realiza en Pedro de Mendoza 1929 de martes a domingo entre las 11 y las 19 no pueden menos que quedar impactadas ante “Maman”, la araña gigante que se exhibe en la entrada de la sala, y que la autora dedicó a su madre, de quien decía que “era muy protectora”.

    La escultura, que estaba depositada en Nueva Jersey, mide 9 metros de alto y pesa 22 mil kilos, fue exhibida en los más importantes museos del mundo, en ciudades como Londres, Nueva York y Bilbao, y esta es la primera vez que se presenta en Buenos Aires.

    Según explicaron los organizadores, el traslado y el montaje, que insumió dos días de trabajo, requirió una logística especial y un equipo capacitado para cuidarla, el que es conducido por el especialista Edgard Mc Averey.

    El traslado se realizó en un contenedor especial, y según expresó Mc Averey, “cuando queda suspendida en el aire, la araña parece cobrar vida al mover sus patas”.

    Louise Bourgeois, que nació en París en 1911 y murió en Nueva York en mayo del año pasado, siempre tuvo como eje de su creación a temas como la memoria, el dolor y las relaciones familiares complejas.

    La exposición incluye todo tipo de obras entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones. Fue curada por Philip Larratt-Smith y organizada  por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Mhkate de San Pablo y la misma Fundación Proa.

    El curador remarcó que “todas las obras fueron elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración de su vida y su obra”. 

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  • Título: Visita a la fundación PROA
    Autor:
    Fecha: 18/05/2011
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    Salida Senior 1 Artes Visuales. El 11 de mayo visitamos la Fundación PROA para ver la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido. A la entrada nos recibió la monumental araña Maman “hecha en acero inoxidable, bronce y mármol que Bourgeois concibió como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, dar protección e inspirar temor” (Catálogo Fundación PROA Marzo-Julio 2011 pag. 5). Luego comenzamos nuestro recorrido acompañados por Pablo, el guía, que nos ayudó a pensar acerca de qué es una obra de arte y también a entender más profundamente la obra de Louise Bourgeois. 

    Una vez terminada la visita a PROA recorrimos la multicolor calle Caminito y dedicamos el resto de la jornada a dibujar.

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  • Título: Louis Vuitton Pre-Fall 2011
    Autor: Paper Blog
    Fecha: 17/05/2011
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    Louis Vuitton presenta su lookbook Pre-Fall 2011 inspirada en la reciente exposición sobre Louise Bourgeois.

    Louise fue una reconocida escultora y artista francesa que actualmente sus obras recorren el mundo. En este caso está  instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña MAMAN (1999). Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran LondresTokio y París, ofreciendo conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo, profundizó el pensamiento radical de la época y tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas. Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio. 
      
    El catálogo reproduce una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 96 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos. Una exhibición histórica.   Martes a domingo de 11 a 19 
    Fundación Proa
    Av. Pedro de Mendoza 1929Buenos Aires - Argentina
    (011) 4104-1000  - http://www.proa.org/

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  • Título: Centro Cultural Nómade se despide invitándote a crear una telaraña para Maman
    Autor:
    Fecha: 11/05/2011
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    Albergó a turistas, recibió a hijos de visitantes, atrajo a curiosos y fue la cita obligada de decenas de chicos del barrio, que cada fin de semana activaron su creatividad y desde allí construyeron personajes del inconciente, reinstalaron peces de colores en el Riachuelo e imaginaron monstruos y arañas. Ahora, con un intervención sobre Maman, que promete llegar a rodear su enorme figura con una telaraña urdida con lanas, el Centro Cultural Nómade se despide de los fines de semana de Proa.

    El próximo sábado 14 de mayo, desde las dos de la tarde y hasta las seis, los asistentes podrán accionar directamente sobre la monumental araña de Bourgeois, y finalizar así los talleres gratuitos que desde enero el container educativo ofrece en la vereda de la Fundación. La escultura de la artista, prólogo de la exposición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, quedará atrapada en su propio tejido, el que, ya con cerca de 40 mil asistentes e incontables testigos callejeros, tendió sobre la Vuelta de Rocha.

    Coordinado por el Departamento de Educación de Proa, desde el 22 de enero el Centro Cultural Nómade fue creciendo en convocatoria y resonancia. Su singular irrupción generó interés en medios periodísticos locales e internacionales. En marzo, responsables del tour latinoamericano de la cantante colombiana Shakira, invitaron a los responsables del Centro a participar de la edición porteña del Pop Festival. En el evento, el container desarrolló una actividad especialmente orientada a resignificar el atributo “pop” de ciertas objetos, siempre en eje con la concientización ambiental y el reciclado de materiales de trabajo.



    Ideado por el estudio de arquitectos a77, de Lucas Gilardi y Gustavo Diéguez, y aprobado por la Ley de Mecenazgo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el proyecto propone instituir en diversos puntos educativos de la ciudad, contenidos pedagógicos especiales que posibiliten nuevas formas de experimentar la relación entre el arte, el diseño, la comunidad y el espacio público. Concebido desde los parámetros de sustentabilidad y aprovechamiento de recursos, el Centro Cultural Nómade seguirá funcionando hasta fines de mayo los días de semana con las Visitas Taller para escuelas.

    Más adelante, el container se instalará en el Centro Hipermediático Experimental Latinoamericano (cheLA), en Parque Patricios, para trabajar en torno a la tecnología y la comunidad, y luego en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) en Barracas.



    Proa, mientras tanto, aguardará su regreso.

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  • Título: Arácnido en la Boca
    Autor:
    Fecha: 10/05/2011
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    Nunca antes la Fundación Proa estuvo tan custodiada como con esta monumental presencia. Fría, amenazante, la enorme araña funciona como un anexo arquitectónico, una especie de portal o preámbulo anunciando que adentro viven varios de sus numerosos hijitos, para quien se atreva a visitarlos. Para entrar al Proa esta vez hay que pasar por dos puertas, corriendo el riesgo de quedar atrapado en una de ellas, que es esencialmente una trampa. Si bien la obra invita al ejercicio lúdico del recorrido circular, el hecho de entrar, salir, mirar hacia arriba, tocar sus enormes patas, sacarse fotos divertidas, en el fondo sabemos que con un movimiento fugaz el juego se transforma en pesadilla. La gigante de acero es tan seductora e imponente como peligrosa.

    Una vez adentro, la obra de Louise Bourgeois se me aparece como un gran organismo definido por una multiplicidad de materiales. Vidrio, madera, aluminio y tela apelan a la memoria sensorial del espectador y conviven en el singular espacio simbólico del inconsciente. La artista parece estar guiándonos en una especie de tour freudiano donde emergen penes, arañas, pechos y trozos de carne. Pero lejos de ser tan solo un grito catártico, estas piezas son engranajes del gran rompecabezas que constituye el sujeto fragmentado. Los retazos de tela se complementan con su producción escrita que es a mi modo de ver, parte clave de su obra.

    Mientras algunas obras platean incógnitas desde la puesta en escena de elementos simbólicos (“Consciente e inconsciente”), otras son equivalentes plásticos de cuestiones psicoanalíticas como por ejemplo “La destrucción del padre”. En ambos casos la artista fluctúa entre lo expuesto y lo oculto, ya sea desde la connotación subjetiva de la obra o la denotación de los materiales. Lo frío, lo cálido, lo vacío, lo lleno, el placer y el dolor son los ingredientes del juego de tensión y liberación, subyacente también en la terapia. El espacio vedado del inconsciente tiene su correlato en la habitación que aprisiona los recuerdos de la infancia, o en el espacio interno de la obra “Madre” donde somos los espectadores quienes transitamos esa estructura de acero que nos provee de habitación, pero con dudosa salida. En esa dualidad constante conviven las obras de Louise Bourgeois, una artista que sabe que el mismo lugar apacible de contención y calidez puede ser también una monstruosa cárcel.



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  • Título: Home Sublimación y Creatividad / Catarsis y Arte
    Autor:
    Fecha: 10/05/2011
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    Es imposible no relacionar al psicoanálisis con la obra de Bourgeois. Primero porque ya se ha hecho, segundo porque son tantos los conceptos psicoanalíticos aplicables a la interpretación de su obra que sería un desperdicio no usarlos.

    La sublimación es indispensable en la vida del ser humano. Implica depositar la libido en algo externo, por fuera del “yo”. Es el modo de satisfacer la pulsión en el ámbito de la cultura. Si uno no sublima en “algo”, se encuentra atrapado, a veces rodeado de demonios y pensamientos oscuros, y no ve salida posible. Tiene miedo, palabra que aparece mucho en la obra de Bourgeois, buscando ser exorcizado. La sublimación tiene relación con el goce, con la pulsión de muerte, con el placer, con la sexualidad. La intención de este escrito no es revisar la teoría freudiana, pero sí poder lograr una aproximación a la obra teniendo en cuenta estos conceptos y sin caer en el intento estéril de hacer un análisis de la psiquis de Bourgeois, método que está comprobado no es de utilidad en el campo artístico. Sí tenemos como objetos a analizar sus obras.

    Obras que hablan de ella y de su psiquis, obviamente. Pero que también nos acercan a aspectos universales como la problemática de género, la sexualidad, el voyeurismo, los recuerdos y traumas infantiles, la maternidad, entre otros.
    Les voy a plantear un reto: piensen cuántas mujeres artistas de su generación han trabajado el tema de la sexualidad tan abiertamente como ella? Aquí ya tenemos un dato interesante. Louise innova, crea, sublima. El amor y la muerte están presentes en su obra, ella dirá en relación con su infancia y su mirada sobre el vínculo entre sus padres. La sexualidad, la “falta”, el “vacío” que no se llena con nada. La muerte de su madre la lleva al arte. El arte será catarsis.

    La madre araña “Maman” (1999), “I`m Affraid” (2009), “Pareja IV” (1997), entre otras obras presentes en la muestra, nos llevan por el extenso recorrido de su producción y por distintas etapas creativas en donde tocó temas diversos pero intrínsecamente vinculados.Nos introducimos, de manera contemplativa, en el inconsciente. Y si pensamos en la noción de “inconsciente colectivo”, podemos vernos reflejados de cierta manera en las obras, porque también tienen que ver aspectos comunes a todos los seres humanos. La diferencia aquí es la manera en la que la artista representó cada temática escogida, atravesada por su propia individualidad.Y cada uno de los espectadores, a su vez, interpretará a través de su propia individualidad también, se sentirá identificado o no, sentirá goce o no, podrá ver o no representada una problemática común que lo una a la obra o no. Todo depende de los ojos con los que se mira, ojos únicos e irrepetibles.

    Su vida artística comenzó tardíamente, primero como galerista, lo que le dió la posibilidad de codearse con intelectuales de renombre, como André Breton, padre del surrealismo y ferviente lector de Freud. También fue exponiendo paulatinamente (comenzó a hacerlo a la edad de 34 años) y trabajando en su propia obra. Comienzó a psicoanalizarse en 1952, cuando muere su padre. No caeremos aquí en explicaciones psicoanalíticas, pero sí recordaremos palabras de Freud según las cuales la muerte del padre es fundamental en la vida de todo sujeto, independientemente de su género, porque despierta un sentimiento de desarraigo.

    Posiblemente este camino emprendido, que implica un profundo análisis y compromiso con uno mismo, haya ido sacando a la luz conflictos reprimidos, dolores, angustias, y la hayan hecho conocerse mejor a sí misma. Pero muchos de ellos ya habían sido de antemado sublimados en su obra, depositados hacia afuera, sacados a la luz, desenterrados mediante el acto creador. Aquí está la sublimación de deseos reprimidos. Es mostrar “la herida”, sin pudores, sin tapujos, para sanarla, como forma de terapia. Y esto nos conduce a la idea de que el arte en sí es una de las mejores terapias que existen, ya sea mediante la creación o mediante la contemplación, mediante el goce estético que produzca o el desagrado...siempre que genere algo, que se cree algo, que se estimule, que se piense, que se analice, allí uno va a estar exteriorizando e interiorizando “algo”, lo que sea, lo que salga a la superficie. Y ese es uno de los mejores caminos que cualquiera de nosotros puede tomar: conocerse, reconocerse, aceptarse, aprender a mirar y a ver, hacia adentro y hacia afuera.

    Eso nos deja como uno de sus legados Bourgeoise: animémonos a destapar, a perder el miedo, usemos la creatividad para sanar, nosotros y nuestros vínculos.

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  • Título: Louise Bourgeois. The Return of the Repressed.
    Autor:
    Fecha: 10/05/2011
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    Louise Bourgeois 
    The Return of the Repressed 
    Kurator: Philip Larratt-Smith 

    For the first time in Latin America, Fundación Proa presents in Argentina and Brazil Louise Bourgeois: The Return of the Repressed, a major exhibition of the artist's work curated by Philip Larratt-Smith and organized by the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo, the Louise Bourgeois Studio in New York and Proa, with the support of Tenaris. 

    Bourgeois' huge and emblematic piece Maman (1999)—an icon of maternal protection and withdrawal—will dominate the whole exhibition from Proa's front terrace. With more than 80 pieces on display, including The Destruction of the Father (1974), Le Défi II (1992), Arch of Hysteria (1993), Red Room (Parents) (1994) and Spider (1997), Louise Bourgeois: The Return of the Repressed offers a comprehensive overview covering 60 years of artistic production, from her early beginnings until 2009. 

    In the words of the curator, "All the works have been selected to highlight the enduring presence of psychoanalysis as a motivational force and a site of exploration in her life and work." 

    The publication of the two volume catalogue is a project by Philip Larratt-Smith and a joint venture of Fundación Proa and the Louise Bourgeois Studio. As well as an introduction and essay by the curator, the first volume also presents the view of renowned theorists and researchers of diverse backgrounds such as Donald Kuspit, Elisabeth Bronfen, Meg Harris Williams, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Paul Verhaeghe and Julie de Ganck. For the second volume, Philip Larratt-Smith has selected and edited 93 of Bourgeois' writings never published before now that reveal the impact of psychoanalysis on her creative process. 

    After Buenos Aires and thanks to the support of Tenaris both in Argentina and Brazil, the exhibition will tour to the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo in July and to the Museu de Arte Moderna of Rio de Janeiro in September.


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  • Título: Louise Bourgeois, una mujer sufrida
    Autor:
    Fecha: 10/05/2011
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    Por primera vez en la Argentina un panorama completo de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York. "El retorno de lo reprimido", muestra del sufrimiento de una mujer

    Louise Bourgeois (1911-2010), la obra de una mujer sufrida, se encuentra en Buenos Aires del 19 de marzo  y hasta el 19 de junio con una muestra de itinerario mundial: “El retorno de lo reprimido”. Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis.

    Por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 87 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York.

    En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.

    Louise (bautizada con el mismo nombre de su padre, que tantos tormentos le causaría) sufrió una serie de pérdidas que motivaron gran parte de la creatividad de su obra: primero muere su madre, luego su padre, seguido de su esposo y por último, uno de sus hijos, período que coincide con la producción de sus gigantescas y emblemáticas arañas, Maman.

    “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, escribe la artista. Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña MAMAN (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París.

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  • Título: Conquistando el miedo
    Autor: Ana María Labuntés
    Fecha: 03/05/2011
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    “Lo que me interesa es la conquista del miedo, su ocultamiento y la huída de él, enfrentarme con el miedo, exorcizarlo, avergonzarme de él, por último, tener miedo de tener miedo” esta frase es la que más me impactó de LOUISE BOURGEOIS.

    Un recorrido por el trabajo de esta gran artista: “Spiders”: obras arquitectónicas, que simbolizan el recuerdo de su madre, que le brindó protección pese a su fragilidad.
    “Cells”: recuerdos de su infancia convertidos en estructura simbólica, objetos oníricos pero cotidianos que nos muestran su sensación de opresión.
    Las bobinas de hilo como recuerdo de la actividad familiar reparando los tapices y como metáfora de protección.
    “The destruction of the father”, la deconstrucción del padre y su reconstrucción encarnando la mesa del comedor, el lugar donde se formaron los traumas de la artista, la escultura como invocación de la memoria para poder aceptarla.

    Louise Bourgeois ha elaborado su lenguaje plástico visual, un diálogo emocional con el espectador, y una catarsis tan subjetiva, que ha constituido su fortaleza y su búsqueda constante.

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  • Título: Lo inconciente, ¿es o se hace?
    Autor: Patricia Katz
    Fecha: 02/05/2011
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    Por estos días, en la Fundación Proa está montada una exposición que lleva por nombre El retorno de lo reprimido de Louise Bourgeois.

    En esta muestra la artista expresa a través de la obra su particular manera de conectarse con sus propios contenidos internos.

    Todos los tenemos. Algunos de estos contenidos son generadores de conflictos y en general las personas podemos buscar modos de metabolizarlos.

    En el caso de Louise Bourgeois, el hecho artístico es su particular intento.

    El curador de la muestra Philip Lorrot- Smith dijo que "El proceso creativo es así una forma de exorcismo, un modo de moderar las tensiones y la agresión y un acto de catarsis." Agregó también palabras de la artista que consideraba al arte como su garantía de cordura.

    No sé si el arte siempre es un logro completo de salida saludable pero sí que es una manera creativa de expresar los conflictos y de elaborarlos.

    El psicoanálisis es otra forma. En un encuentro singular dos personas se encuentran para hablar de lo que le ocurre a una de ellas. Una cree que nada sabe y la otra está supuesta a saber.

    Entre ambas van a intentar descubrir lo inconciente.

    Seguramente han escuchado muchas veces hablar de lo inconciente y de que aquello es inconsciente:

    En el habla cotidiana lo usamos a menudo para referirnos a quien no tiene conciencia. Una persona que cruza la calle sin mirar, alguien que dice todo lo que se le ocurre sin pensar…

    La filosofía llama inconsciente a todo lo que no ha penetrado el campo de la conciencia o que carece de ella. Se puede hablar de un estado de inconciencia.

    Sigmund Freud dio un nuevo sentido a este término para referirse a aquellas ideas y pensamientos que en algún momento estuvieron a nuestro alcance y que por alguna razón desaparecieron. Pero no se fueron, quedaron ocultos en un lugar al que no se accede fácilmente; quedaron en "la capa más profunda de los procesos psíquicos, a diferencia de la claridad de la conciencia y la semiclaridad de lo preconciente", como dice el diccionario enciclopédico Sopena.

    Por una parte aquello desaparecido de la conciencia, va a parar por mecanismos especiales a un lugar particular; que en realidad tiene una ubicación virtual. A ese lugar se le llama inconciente. A él acceden no cualquier pensamiento ni idea, sino aquellos que suelen resultarnos insoportables. Muchas veces tienen que ver con impulsos,

    No importa que sean buenos o malos, sino que tienen una condición de inaceptable, pero en dos tiempos. En el primero, aquello fue aceptado y en un segundo momento, rechazado. Al mecanismo que empuja hacia atrás se lo llama represión.

    Podemos imaginarnos un colectivo lleno y una persona que sube mientras el chofer grita: "para atrás" y uno pasa y se esfuerza y llega al fondo y se queda ahí. A veces al momento de bajar y otras cuando no nos sentimos cómodos intentamos volver adelante; a veces lo logramos y otras no.

    Una pregunta posible sería: Si desaparecen y se van a ese lugar oculto ¿por qué nos enteramos de su existencia? ¿Cómo nos enteramos?

    Si realmente el mecanismo del "olvido" funciona bien nunca sabremos nada; pero cuando fracasa y producen fisuras es ahí que podremos tener noticias, por vía de sueños, por vía de chistes o equívocos que dan lugar a que algo de lo oculto emerja, retorne desde esos lugares ocultos a la superficie.

    El resultado pueden ser síntomas de sufrimiento, que nos lleven a hacernos preguntas y despierten interés por ocuparnos de diverso modo.

    Una forma puede ser consultar a un profesional, otra forma a través del arte.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido.
    Autor:
    Fecha: 30/04/2011
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    Ver nota original (Globedia)

    Durante su primer mes de exhibición, más de 30 mil personas visitaron "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido"

    A un mes de su inauguración,   más de 30.000 personas   ya visitaron  Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido , la mayor exhibición de la artista en Latinoamérica.  Centrada en el decisivo diálogo de Bourgeois con el psicoanálisis y con los principales temas que dominaron las ideas del siglo XX, la muestra de Fundación Proa ya constituye un destacado acontecimiento cultural de Buenos Aires.  

    Abierta al público desde el 19 de marzo, curada por Philip Larratt-Smith y organizada junto con el Louise Bourgeois Studio de Nueva York y el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo,   Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido  presenta más de 80 obras y recorre más de 60 años de producción artística, desde los años 40 hasta las últimas obras de la artista, fallecida en 2010.  Instalada en la vereda de Proa, la monumental araña   Maman  (Mamá, 1999) introduce a los visitantes en el universo de Bourgeois y genera variadas formas de interacción entre los asistentes, los vecinos, el turismo y el público en general. Obra capital del arte del siglo XX,   Maman f ue concebida por la artista como una figura que homenajea a su propia madre y simboliza la capacidad protectora y amenazante de la maternidad. El incesante registro de fotos y videos alrededor de la obra refuerza su presencia en el espacio público, tal como fuera expuesta ya en Londres, Nueva York, Bilbao y París.  A su vez, en el primer mes de venta, el catálogo con la publicación inédita de los escritos de Bourgeois sobre psicoanálisis y ensayos interpretativos de distintos investigadores en más de 500 páginas, lleva vendido un tercio de su tirada original, subrayando el creciente interés que comenzó a despertar la artista.  

    Visitas guiadas a cargo de importantes artistas y críticos, actividades especiales del Departamento de Educación, talleres gratuitos del Centro Cultural Nómade y la proyección del documental "Chère Louise"   sobre la vida y la obra de la artista: factores, todos, de uno de los ejes excluyentes de la actualidad del mapa artístico local. La exhibición permanecerá abierta hasta el 19 de junio, de martes a domingos de 11 a 19 hs.  Muy Recomendada

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  • Título: Louise Bourgeois: el retornLouise Bourgeois: el retorno de lo reprimidoo de lo reprimido
    Autor:
    Fecha: 30/04/2011
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    Ver nota original (Revista Lunfarda)

    Curador: Philip Larratt-Smith
    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será “el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte”.

    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.

    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y  se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Autor: Javier Varela
    Fecha: 30/04/2011
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    Ver nota original (Reseñas Blog)

    Durante su primer mes de exhibición, más de 30 mil personas visitaron "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido"

    A un mes de su inauguración, más de 30.000 personas ya visitaron Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, la mayor exhibición de la artista en Latinoamérica. Centrada en el decisivo diálogo de Bourgeois con el psicoanálisis y con los principales temas que dominaron las ideas del siglo XX, la muestra de Fundación Proa ya constituye un destacado acontecimiento cultural de Buenos Aires. 

    Abierta al público desde el 19 de marzo, curada por Philip Larratt-Smith y organizada junto con el Louise Bourgeois Studio de Nueva York y el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo, Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido presenta más de 80 obras y recorre más de 60 años de producción artística, desde los años 40 hasta las últimas obras de la artista, fallecida en 2010. 
    Instalada en la vereda de Proa, la monumental araña Maman (Mamá, 1999) introduce a los visitantes en el universo de Bourgeois y genera variadas formas de interacción entre los asistentes, los vecinos, el turismo y el público en general. Obra capital del arte del siglo XX,  Maman fue concebida por la artista como una figura que homenajea a su propia madre y simboliza la capacidad protectora y amenazante de la maternidad. El incesante registro de fotos y videos alrededor de la obra refuerza su presencia en el espacio público, tal como fuera expuesta ya en Londres, Nueva York, Bilbao y París. 
    A su vez, en el primer mes de venta, el catálogo con la publicación inédita de los escritos de Bourgeois sobre psicoanálisis y ensayos interpretativos de distintos investigadores en más de 500 páginas, lleva vendido un tercio de su tirada original, subrayando el creciente interés que comenzó a despertar la artista.  
    Visitas guiadas a cargo de importantes artistas y críticos, actividades especiales del Departamento de Educación, talleres gratuitos del Centro Cultural Nómade y la proyección del documental "Chère Louise"  sobre la vida y la obra de la artista: factores, todos, de uno de los ejes excluyentes de la actualidad del mapa artístico local.
    La exhibición permanecerá abierta hasta el 19 de junio, de martes a domingos de 11 a 19 hs. 
    Muy Recomendada

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  • Título: Visita Guiada con Ricardo Ibarlucía y Emilio García Wehbi a la exposición de Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 29/04/2011
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    Ver nota original (Arte en la red)

    El investigador y académico Ricardo Ibarlucía y el director, actor y dramaturgo Emilio García Wehbi protagonizarán un nuevo encuentro de Artistas + Críticos, el ciclo de visitas guiadas con especialistas que propone todos los sábados un particular recorrido junto al público por la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido.

    El 30 de abril, a las 17 hs., Ibarlucía y García Wehbi propondrán un diálogo crítico, una mirada personal sobre la mayor muestra de Louise Bourgeois en Latinoamérica, deteniéndose en algunas obras y proponiendo nuevas perspectivas de análisis.

    Ricardo Ibarlucía publicó decenas de ensayos y libros sobre diversos temas de estética contemporánea. Integra el consejo directivo de Diario de Poesía, es docente, traductor y escritor de poesía y teatro. Emilio García Wehbi fundó en 1989 el paradigmático grupo de teatro experimental El Periférico de Objetos junto a Ana Alvarado y Daniel Veronese. Como director, dramaturgo y actor trabaja con el cruce de lenguajes escénicos en proyectos experimentales. Este año dará un workshop basado en la obra de Francis Bacon y Gilles Deleuze para el Theatertreffen de Berlín y estrenará dos obras en Buenos Aires.

    El próximo sábado 7 de mayo, la visita guiada con especialistas estará a cargo de Hugo Petruschansky, doctor en Historia de las Artes, y la psicoanalista Raquel Rascovsky.

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  • Título: Corpo em catarse
    Autor: Nina Gazire
    Fecha: 29/04/2011
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    Ver nota original (Revista ISTO É (Brasil))

    Louise Bourgeois - El retorno de lo reprimido/ Fundación PROA, Buenos Aires/ até 19/6 

    Louise Bourgeois - A arte como garantia de sanidade/ Instituto Tomie Ohtake, SP/ a partir de 7/7


    Ao lado do El Caminito, uma das paisagens mais tradicionais de Buenos Aires, com suas casas coloridas lotadas de turistas, uma enorme aranha de metal repousa de frente para o rio Riachuelo. Conhecida como “Maman” (foto), essa escultura de forma aracnídea é a obra mais famosa de Louise Bourgeois. A artista produziu uma série delas na década de 1990 em homenagem a sua mãe. Mas a aranha – que tem outra versão exposta em caráter permanente no MAM de São Paulo – é apenas a porta de entrada para a vasta produção dessa artista nascida em Paris, em 1911, e falecida em Nova York, em 2010. “El Retorno del Reprimido”, na Fundación PROA, na capital argentina, contempla 86 obras produzidas de 1942 a 2004.

    Vinda de uma família de tapeceiros, Louise passou sua infância em meio a rocas, agulhas e novelos, materiais que aparecem constantemente em seus trabalhos. A agulha é especialmente representada pelas patas pontiagudas de suas aranhas. “Como a maioria dos símbolos de Bourgeois, a agulha tem várias camadas de significado. Ela é aquilo que possibilita a costura, a união. É o desejo de permanecer conectada às pessoas que eram importantes para ela”, explica o curador Philip Larratt-Smith.

    Outro aspecto importante é a relação obsessiva que a artista tinha com seu pai. Quando pequena, descobriu que ele mantinha uma amante sob o mesmo teto da mãe. São abundantes as esculturas fálicas, feitas em diferentes materiais, nas quais Louise invoca a psicanálise para representar sua difícil relação com a figura paterna. Nesse sentido, o corpo mutilado entra como estrutura proeminente para extravasar um trauma jamais superado. Exemplo é “Arco da Histeria” (foto), escultura de um corpo masculino em forma de arco, em que as mãos tentam inutilmente tocar os próprios pés. “Bourgeois comentou certa vez que seu corpo é sua escultura e sua escultura é seu corpo. Para ela, o corpo é uma ligação não só com o inconsciente, mas também com o passado, precisamente por causa dos sintomas físicos através dos quais os traumas e as ansiedades presentes se manifestam”, afirma o curador, que também é responsável pela mostra da artista prevista para acontecer em julho, em São Paulo.

    Entreveista - Philip Larratt-Smith

    Esta exposição apresenta uma proposta curatorial que sintetiza a vida e a obra de Louise Bourgeois. Ao mesmo tempo, é perceptível sua obsessão em representar o corpo em diferentes obras. Por que o corpo é tão importante na obra dessa artista?
    Bourgeois comentou certa vez que seu corpo é sua escultura e sua escultura é seu corpo. Para a artista, o corpo era uma ligação não só com o inconsciente, mas também com o passado. È por meio do corpo que sentimos os sintomas físicos de traumas passados e as ansiedades do presente. Uma dor de estômago pode sinalizar o retorno de um sentimento reprimido, assim como as cólicas menstruais tinham, para ela, uma ligação com a figura materna. A divisão cartesiana entre corpo e mente não existe na obra de Bourgeois. Na realidade, ela sugere que a mente e o corpo são parte de um contínuo. A artista mostrava o corpo feminino através de uma variedade de símbolos e metáforas (os corpos femininos multilados nas esculturas) porque a suas identidades como mulher, filha, esposa e mãe eram intrínsecas à sua psicologia e a produção artística. O mais importante evento emocional para ela foi o nascimento de seu filho Jean-Louis Bourgeois, em 1940. No final de sua vida, a artista voltou-se para um imaginário de penetração, fecundação, gravidez e parto, pintados em guache vermelho vivo, sugerindo fluidos corporais como o sangue ou líquido amniótico.

    Outra figura presente em sua obra é a da aranha. Uma vez ela disse que a aranha transmite a ideia da agulha, objeto pelo qual tinha fascinação. Qual é a relação das aranhas com o passado da artista?
    A artista nasceu em uma família de restauradores de tapetes. Seu pai, Louis, comandava o negócio e por isso estava sempre viajando pela França. Sua mãe, Josephine, ficava no atelier, gerenciando a equipe de costureiras que trabalhavam para os Bourgeois. Dessa maneira, a iconografia das agulhas tem uma origem explícita e é autobiográfica. Como a maioria dos símbolos usados por Louise Bourgeois, a agulha possui várias camadas de significados. Ela possibilita a costura, a união. Esta ação comunica o desejo da artista de permanecer conectada ás pessoas que importavam para ela. Como um gesto simbólico, ela homenageou sua mãe na série de aranhas chamadas “Mamam”, produzidas na década de 1990, incluindo a icônica aranha que está na frente da Fundación PROA. Bourgeois afirmou que as aranhas significam proteção, carinho e zelo.

    O título principal da exposição em Buenos Aires é “Louise Bourgeois: O retorno do reprimido”. Em suas obras a artista evidencia sua obsessão com a figura paterna. De que forma o título da mostra evidencia este fato?
    Devido às dificuldades de tradução para português, o título da mostra no Brasil será "Louise Bourgeois: A arte como garantia de sanidade". No entanto, a exposição permanece a mesma. O trabalho da Louise Bourgeois é de orientação psicanalítica, mais do que o de qualquer outro artista do século XX. A arte e a psicanálise estão completamente fundidas na sua produção de maneira que é impossível dizer onde começa uma e termina a outra. Bourgeois disse que sua arte era uma forma de psicanálise e muitas vezes sustentou que fazer análise de nada adiantou para ela. Ao mesmo tempo, com a recente descoberta de seus escritos, ficou claro que ela estava profundamente envolvida com a literatura psicanalítica e sua prática desde o início. A retrospectiva é toda fundamentada nesses escritos. Eles formam o núcleo do catálogo da exposição que será publicado em português para a exposição no Instituto Tomie Ohtake a partir de julho. Em meu ensaio, afirmo que Bourgeois nunca resolveu plenamente sua fixação edipiana com seu pai. Longe de ser a uma narrativa simplista, partindo da teoria de que Bourgeois odiava o pai, sustento que a verdadeira história é muito mais complexa e que os sentimentos da artista eram ambivalentes. O conceito do “retorno do recalcado” fortalece a exposição no sentido de que, para toda a heterogeneidade dos meios utilizados por ela, sua obra também revela uma notável coerência narrativa. Ela oscila entre as polaridades masculina e feminina, materna e paterna, ativa e passiva, homicídio e suicídio, consciente e inconsciente, de forma verdadeiramente dialética.



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  • Título: La araña gigante, un imán para 30.000 personas en La Boca
    Autor:
    Fecha: 28/04/2011
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    Ver nota original (Blog de José Francisco Palmiotti)

    Muchos turistas y vecinos van a la Vuelta de Rocha a ver la escultura de 9 metros de alto:

    Desde la explanada exterior de la Fundación Proa, la enorme araña proyecta una imagen tan protectora como amenazante, como si acechara al Riachuelo. No es casual que represente a una madre. Maman, la escultura de la artista franco estadounidense Louise Bourgeois, ofrece un mensaje tan universal que por donde pasa se convierte en una atracción. Y cada vez más gente va a La Boca sólo para conocerla. Desde la inauguración de la muestra “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”, el 19 de marzo, por Proa ya pasaron 30.000 visitantes .

    “Era previsible que en una ciudad como Buenos Aires, con tanta gente dedicada al psicoanálisis, la araña iba a tener el suceso que alcanzó. Porque Maman es un ícono del psicoanálisis y el arte. Vienen a verla muchas personas que no necesariamente entran a Proa. Se sacan fotos con la escultura y las suben al facebook de la Fundación”, cuenta Adriana Rosenberg, directora de Proa.

    “Ha sido una sorpresa llegar a La Boca y encontrarse con Louise Bourgeois”, confesó Mario Vargas Llosa cuando, el domingo, fue a almorzar a Proa con Mauricio Macri y se topó con la gran araña. A fin de marzo, la muestra también atrajo a The Edge, que al igual que Bono es fanático de Bourgeois. El guitarrista de U2 llegó con su esposa y su hijo, se sacó fotos con la araña y recorrió Caminito.

    Bourgeois creó Maman a los 88 años, en 1999. La obra está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, y es la más grande de una serie de esculturas de arañas. Pesa 22.000 kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho. Ya fue exhibida en Bilbao, Londres y Nueva York. En Buenos Aires estará hasta el 19 de junio y, después, la expondrán en Río de Janeiro.

    La propia Bourgeois, que murió hace un año, la describió así: “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.

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  • Título: Mas de 30 mil personas visitaron muestra de louise bourgeois
    Autor: Mercedes Ezquiaga.
    Fecha: 28/04/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (Yahoo Télam)

    A un mes de su inauguración, más de 30 mil personas ya visitaron en Fundación Proa "El retorno de lo reprimido", la mayor exhibición de la artista francesa Louise Bourgeois en América latina.

    Centrada en el decisivo diálogo de Bourgeois con el psicoanálisis y con los principales temas que dominaron las ideas del siglo XX, la muestra permanecerá abierta al público hasta el 19 de junio en Avenida Pedro de Mendoza 1929, de martes a domingos de 11 a 19.

    Curada por Philip Larratt-Smith, la exposición presenta más de 80 obras y recorre más de 60 años de producción artística, desde los años 40 hasta las últimas obras de la artista, fallecida en 2010.

    Instalada en la vereda de Proa, la monumental araña Maman (Mamá) introduce a los visitantes en el universo de Bourgeois y genera variadas formas de interacción entre los asistentes, los vecinos, el turismo y el público en general.

    Esta obra capital del arte del siglo XX, que ya se exhibió en Londres, Nueva York, Bilbao y París, fue concebida por la artista como una figura que homenajea a su propia madre y simboliza la capacidad protectora y amenazante de la maternidad. (Télam)

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Autor:
    Fecha: 27/04/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (Arte al Día)

    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza el curador Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".

    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.



    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.

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  • Título: Louise Bourgeois: del pánico al goce
    Autor: Juan Martini
    Fecha: 26/04/2011
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    Ver nota original (Eterna Cadencia)

    El sábado pasado fuimos con mi amiga Claudia Piñeiro a La Boca a tomar un café, charlar de libros y ver la muestra de Louise Bourgeois en Proa. Por suerte llegamos temprano, en un mediodía de otoño templado y a pleno sol, y nos internamos en las visiones de Bourgeois sin la congestión que había que atravesar para salir un par de horas después. Así que recorrimos la exposición a un ritmo pausado y con el suficiente espacio alrededor de las obras como para hilvanar, pieza a pieza, el curso de un relato que parece abrirse como una confesión, como una escena turbulenta o como un ejercicio desaforadamente pasional. El transcurso entre cuerpos mortificados, habitaciones propias del infierno y sueños más cerca del realismo que de la fantasía se transforma así, paso a paso, primero en una intuición del pánico, después en una pura desolación, y por último en el goce de un universo recreado para una asimilación que no puede, nunca, dejar de ser crítica como el núcleo de la vanguardia. No se puede ser indiferente frente a una revelación de esta magnitud. Y no se sale de la muestra de Bourgeois ni tan entero ni fracturado ni tan impune o culpable como se entró.

    * Maman es Maman. Una de las tres arañas gigantes de bronce, acero y mármol construidas por Bourgeois está en la explanada de adoquines frente a la Fundación y a pocos metros del Riachuelo con su altura colosal, su simbología explícita, y la expansión insaciable de la furia de Bourgeois. Una furia sólo amortiguada por la excelencia. Maman es Maman, con sus dimensiones inabarcables. Pero no es toda la muestra. Es una especie de prólogo inolvidable y fastuoso. La verdad, o la revelación, esperan adentro.

    * La muestra, como toda muestra, es una sucesión de formas y de imágenes. Pero en este caso cada forma, cada imagen, cada pieza es un relato en sí mismo: y todos los volúmenes y todas las figuras planas narran algo, o cuentan una historia. De este modo se construyen escenas. Y las escenas construyen un único, impecable relato. Desde el borde de la conciencia ese relato se asoma a lo escabroso, a lo prohibido, al dolor y a un alivio siniestro para regresar a lo real recargado de sentido: lo secreto, lo indecible, el sexo, la violencia o la perversión se reordenan en un goce que sólo la intuición de un saber volátil tolera que se desencadene.

    * En una pared, como un cuadro más, hay un texto de Bourgeois escrito en inglés. ¿Es un poema? En castellano, aproximadamente, dice:

     

    Tengo miedo del silencio.
    Tengo miedo de la oscuridad.
    Tengo miedo de caer.
    Tengo miedo del insomnio.
    Tengo miedo del vacío.

    ¿Hay algo perdido?
    Sí, algo está perdido y siempre estará perdido:
    La experiencia de la vacuidad.

    Extrañar.
    ¿Qué extrañas?
    Nada.

    Soy imperfecta pero no extraño nada.
    Tal vez falta algo  pero no lo sé y por eso no sufro.

    Estómago vacío, casa vacía, botella vacía.
    La caída en el vacío señala el  abandono de la madre.

    Es un poema. Y es una declaración, o una manera de enunciar una política de la intimidad y de la creación. Como cuando Bourgeois, en otro texto, dice: Tengo miedo del poder. Me pone nerviosa. En la vida real. Yo me identifico con la víctima.

    * Cinco obras realizadas entre 1993 y 2001, además de Maman (1999), podrían recortarse o abstraerse del conjunto, si se quiere, para ilustrar una de las versiones de la historia que cuenta esta muestra. Bourgeois encaró estas obras entre sus 80 y 90 años: algo así como un legado definitivo. La irresistible Arch of Hysteria (1993) es el cuerpo de oro y decapitado que se arquea en torno de su propio vacío. Red-Room Parents (1994) obliga a quien mira a espiar para poder contemplar la cama en la que ocurren todos los desórdenes y todas las traiciones. Couple IV (1997) exhibe dos figuras decapitadas -y una de ellas con una pierna mutilada- que cojen, o eso parece. Entonces Spider Room (1997) viene a decir, con una imagen de pesadilla, que hay una sola manera de reordenar lo incomprensible: una manera regida por el dolor, el desamparo y el miedo. Seven in Bed (2001), casi una miniatura que representa a diez figuras cojiendo, pone en evidencia que en toda escena sexual hay una falta irreversible, o alguien que sobra. Esto, y mucho, mucho más, puede verse, o espiarse, o intuirse, como una función del conocimiento, en la muestra de Louise Bourgeois.

    * Después tomamos un café, con mi amiga Claudia Piñeiro, hicimos los primeros comentarios parecidos a balbuceos, charlamos de libros, hicimos los siguientes comentarios, más cerca de la materia que se trataba, empezamos a trasladarnos entre el torrente que inundaba la Fundación Proa y La Boca, llegamos al auto, y ya no fue posible hablar de otra cosa: la muestra de Bourgeois había tejido su trama: la percepción del propio vacío sólo se realiza desde los extremos de la realidad y es un viaje de regreso.



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  • Título: La Boca, donde Quinquela "relojea" la Araña de Bourgeois
    Autor: Oscar Smoljan
    Fecha: 25/04/2011
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    Ver nota original (Diario de Río Negro)

    A metros de la Fundación Proa, cerca de la gigantesca araña de Louise Bourgeois, que se yergue imponente de cara a la Avenida Pedro de Mendoza del barrio porteño de la Boca, se levanta el Museo de Bellas Artes Benito Quinquela Martín, donde perduran algunos de los grandes maestros de la pintura y la escultura nacional.

    El edificio fue construido en 1938 por decisión del gran pintor boquense, quien puso como condición para donar el inmueble que en la planta baja se fundara una escuela primaria pública –que sigue funcionando- y en las plantas superiores, el museo propiamente dicho.

    Era voluntad de Quinquela destinar ese espacio a la exhibición de arte figurativo de los siglos XIX y XX y él mismo inició la colección que hoy reúne a los más importantes exponentes nacionales de este género, como Fortunato Lacámera, Miguel Carlos Victorica, Fernando Fader, Eduardo Sívori, Ernesto de la Cárcova. Rogelio Yrurtia y muchos otros que llenaron de talento y arte la Argentina.

    Pasear por sus salas es contemplar buena parte de lo que podríamos considerar los cimientos del arte nacional. El arte social, esa llama que alumbró el corazón de esos artistas hace casi un siglo, hoy nos sigue conmoviendo hondamente con su fuerza, técnica y expresión.

    Pero lo maravilloso de esta conjunción de museos y calles pintorescas, como Caminito, frente al Riachuelo por donde llegó Solís; lo bueno de esa "buena vecindad" de artistas tan aparentemente dispares como pueden ser la francesa, adoptada por Nueva York, Louise Bourgeois, y el mismo Quinquela, adoptado por los carboneros de quienes heredó el apellido, es la síntesis que surge poderosa e inevitable y saca lo mejor de cada creador para dar vida a una nueva obra maestra.

    Allí, en el barrio más turístico de la Reina del Plata, conviven las exploraciones intimistas de esa mujer que, tras hundirse en su propio drama, creó un monstruo de ocho patas y once toneladas, con las telas y mármoles de los artistas plásticos de La Boca, que ahondaron en el sustrato de la Argentina inmigrante y aluvional del siglo pasado para convertir a la Buenos Aires de entonces en la capital cultural de América.

    Millones de personas de todo el mundo pasan por ahí cada año, llevándose lo mejor del arte americano y parte de nuestra propia y desgarrada historia, nunca está demás volver a vivir la intransferible experiencia.

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  • Título: La araña gigante, un imán para 30.000 personas en La Boca
    Autor:
    Fecha: 24/04/2011
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    Ver nota original (Antena 5 (Radio de Bella Vista, Corrientes))

    Desde la explanada exterior de la Fundación Proa, la enorme araña proyecta una imagen tan protectora como amenazante, como si acechara al Riachuelo. No es casual que represente a una madre. Maman, la escultura de la artista franco estadounidense Louise Bourgeois, ofrece un mensaje tan universal que por donde pasa se convierte en una atracción. Y cada vez más gente va a La Boca sólo para conocerla. Desde la inauguración de la muestra “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”, el 19 de marzo, por Proa ya pasaron 30.000 visitantes .

    “Era previsible que en una ciudad como Buenos Aires, con tanta gente dedicada al psicoanálisis, la araña iba a tener el suceso que alcanzó. Porque Maman es un ícono del psicoanálisis y el arte. Vienen a verla muchas personas que no necesariamente entran a Proa. Se sacan fotos con la escultura y las suben al facebook de la Fundación”, cuenta Adriana Rosenberg, directora de Proa.

    “Ha sido una sorpresa llegar a La Boca y encontrarse con Louise Bourgeois”, confesó Mario Vargas Llosa cuando, el domingo, fue a almorzar a Proa con Mauricio Macri y se topó con la gran araña. A fin de marzo, la muestra también atrajo a The Edge, que al igual que Bono es fanático de Bourgeois. El guitarrista de U2 llegó con su esposa y su hijo, se sacó fotos con la araña y recorrió Caminito.

    Bourgeois creó Maman a los 88 años, en 1999. La obra está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, y es la más grande de una serie de esculturas de arañas. Pesa 22.000 kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho. Ya fue exhibida en Bilbao, Londres y Nueva York. En Buenos Aires estará hasta el 19 de junio y, después, la expondrán en Río de Janeiro.

    La propia Bourgeois, que murió hace un año, la describió así: “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.

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  • Título: Del psicoanálisis como una bella arte
    Autor: Mercedes Urquiza
    Fecha: 24/04/2011
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    Ver nota original (Diario Perfil)

    La exposición, que puede verse hasta el 19 de junio, ya se ha convertido en un hito para la escena artística argentina. Una araña de 22 toneladas da la bienvenida a los visitantes, que dentro del museo encontrarán una propuesta que vincula vida y experiencia con la terapia psicoanalítica, y obtiene como resultado una obra tan sugestiva como estremecedora

    Dos esculturas. La propia Bourgeois en 1967, contemplando la pieza Germinal.

    Ahí, plantada casi sobre las aguas del Riachuelo, en pleno corazón de La Boca, está la araña gigante, la más grande y famosa de la serie de esculturas que realizó Louise Bourgeois en 1999. La gente se saca fotos delante de ella, jugando a ser sus víctimas, dejándose atravesar el cuerpo por alguna de sus larguísimas patas. Hay un cierto ambiente de feria de atracciones en la puerta de Proa, donde el habitual ir y venir de turistas se ve ahora sorprendido por la figura del monstruo de Bourgeois.

     

    Algo similar ocurrió en otras ciudades del mundo por donde paseo la descomunal araña. Antes de llegar al sur de América se paseó por sitios como el Guggenheim de Bilbao (1999), la Tate Gallery de Londres (2007), el Guggenheim de Nueva York (2008) y el Mori Art Museum de Tokyo (2010). Y ahora le toca a Proa sumarse a esta selecta lista de espacios de arte que albergaron esta potentísima y perturbadora muestra de la creadora francesa-estadounidense.

    Mientras mantiene un involuntario pero evidente diálogo con la estructura metálica del viejo Puente Avellaneda, la araña custodia la entrada a la muestra y establece un impacto inicial que quedará reverberando a lo largo de todo el recorrido posterior. Su presencia es imponente: mide 9 metros de altura, 10 de ancho y pesa 22.000 kilos, ni más ni menos. Vista desde el lugar que sea, en ningún momento la obra pierde la potencia que irradia, de un magnetismo arrebatador. Como si fueran insectos, los curiosos que la rodean caen inevitablemente rendidos ante su hipnosis. Es imposible dejar de observarla. Niños, adultos y ancianos se dejan atrapar por igual por su influjo. Y quizás de esa empatía que genera, de ese poder que contagia, surja el nombre que lleva: Madre. 

    Louise Bourgeois (París, 1911- Nueva York 2010) fue una artista tardíamente aclamada por la crítica y el mundillo del arte. Cuando presentó esta obra explicó: “La Araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”. Una explicación cruda, complejamente emocional, de una artista que desarrolló la mayor parte de su trabajo a partir de imágenes y estados de ánimo surgidos en su propia terapia psicoanalítica.

    La araña/madre de Bourgeois es entonces quien da la bienvenida a la exposición El retorno de lo reprimido que, además de presentar por primera vez en Latinoamérica una interesante selección de obras de la artista, da cuenta de cómo ha producido una obra que se vincula de modo consistente y profundo con la teoría y la práctica psicoanalíticas.

    “Hacer arte era para Bourgeois una ‘forma de psicoanálisis’; y encontraba allí una vía de acceso directo al inconsciente. A su juicio, el artista, privado de poder en la vida cotidiana, posee el don de la sublimación y se vuelve por tanto omnipotente durante el acto recreativo. Pero el artista es también una suerte de atormentado Sísifo, condenado a repetir el trauma infinitamente a través de la producción artística. El proceso es así una forma de exorcismo, un modo de moderar las tensiones y la agresión, y un acto de catarsis. Es también, como el psicoanálsis, una fuente de autoconocimiento. O como decía Bourgeois solía decir: “El arte es garantía de cordura”. “ señala el curador de la exposición, Philip Larrat-Smith.

    Aunque podría relacionársela con diferentes corrientes estéticas de mediados del siglo XX, Bourgeois se focaliza tanto en su universo interior, tanto a nivel conceptual como estético, que lo más adecuado sería categorizarla en un género particular, esencialmente propio. Se formó artísticamente en París, tras la muerte de su madre, y comenzó a exponer en Nueva York en 1945 y estuvo más o menos en activo hasta 1953.

    Luego se hizo humo y recién volvió a exponer en 1964, cuando presentó un innovador conjunto de esculturas abstractas en la Stable Gallery de Nueva York. Estas figuras de yeso, goma y látex formaron parte de la célebre muestra de Lucy Lippard Abstracción excéntrica, exhibida en la Fischbach Gallery de Nueva York en 1966, junto con obras de Bruce Nauman y Eva Hesse. Pero mientras Nauman y Hesse llegaron a las formas postminimalistas a través de la filosofía y el conceptualismo, la evolución de Bourgeois nunca abandonó el trazado de su propia experiencia psicoanalítica.  

    En la exhibición, que también resulta una gran retrospectiva, ya que recorre 60 años de su producción artística, se encuentran 86 obras que incluyen dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones de una artista que trabajó activamente hasta su muerte, a los 98 años, en Nueva York.

    De principio a fin de la muestra, la vida de la artista se recorre como en una novela familiar en la que Bourgeois es hija, esposa y madre. Casi en penumbras en la primera sala se exhibe Araña (1997) -en diálogo con la araña que está afuera- que trata de un opresivo arácnido encerrado dentro de una jaula rodeada de diferentes objetos que remiten a la familia de Bourgeois.

    Luego, se suceden en el resto de las salas obras claves de la artista como la delicadísima escultura de bronce titulada Arco de histeria (1993) o las intensas instalaciones Cuarto rojo (1994) en la que propone espiar el cuarto de los padres o el banquete que despliega en La Destrucción del padre con la que cita a Freud directamente. Se trata de un recorrido integral por la producción de una artista difícil de catalogar, que se deja la piel (y el alma) en su obra. Una particular travesía, por momentos estremecedora, en la que los espectadores deberán pararse frente a grandes temas personales, sus propias fantasías y construcciones en las que habla del fantasma del padre, la sexualidad, la histeria, los miedos, la maternidad.

    En el mundo de Bourgeois se cruza lo onírico con el inconsciente, y a través de ese diálogo entre fantasías y angustias existenciales se despliegan, plásticamente, impecables instalaciones como las que forman parte de la muestra de Proa, una exposición que -gracias a una incesante transmisión boca a boca- se está convirtiendo en uno de los episodios más relevantes de la escena porteña del arte de los últimos tiempos.



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  • Título: Puñaladas mentales
    Autor:
    Fecha: 23/04/2011
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    Ver nota original (La Voz del Interior / Suplemento Vos (Córdoba))

    Una impactante muestra de Louise Bourgeois se exhibe en la Fundación Proa de Buenos Aires.

    En La Boca los vientos hediondos arrastran a los turistas internacionales, los arrabaleros for export , y los vendedores que falsifican el portugués hacia su corazón, el nacimiento de calle Caminito. Allí, un atasco de buses con cientos de curiosos le sacan fotos a la gigante Maman(Mamá, 1999). Se trata de una araña de acero y bronce que pesa 22 toneladas y mide 8 metros. Es la emblemática obra de Louise Bourgeois que Fundación Proa instaló en el frente de su edificio. Todos pasan debajo de ella, entre sus patas, observando que su cuerpo esconde varios huevos. Nadie se resiste, en ningún idioma, a la fuerza colosal de este homenaje que evoca a la madre tejedora. La araña es buena, aunque matará silenciosamente a los invasores para proteger a sus criaturas en ese frágil mundo privado que es su red. Atrapados, ingresamos como los otros dos mil visitantes de un día no laborable a una de las muestras más exitosas de la historia de Proa.

    La primera sala exhibe otra araña, Spider (1997), que une el exterior con el interior. Es un ambiente lánguido que invita a conocer desde una celda el interior de la mente de la artista. El texto del ingreso lo advierte: ni siquiera los surrealistas llegaron a desarrollar equivalentes plásticos tan nítidos como Louise Bourgeois simboliza el sexo, el miedo, el amor, la soledad, la familia o la muerte. Esta segunda gran araña tiene su cuerpo enrejado. Ese un nido, un hogar y una trampa con un sillón listo para la sesión de terapia en su interior. El exterior está cubierto de tapices antiguos con ángeles castrados. Eran la labor que su madre hacía casi un siglo atrás, tejiendo, modificando paños para norteamericanos puritanos. Mutilaba penes y ponía flores. Vaya colección de retazos que quedó.

    La sala 2 es la más grande del edificio y exhibe casi 50 piezas. Vivimos una potente alucinación anatómica donde se suceden entrañas, falos, vaginas, glandes y úteros en materiales duros y fríos. Estos contrastan con las sensaciones cálidas provenientes del otro conjunto de piezas confeccionadas en materiales blandos y texturados. La maternidad, el amor y el sexo flotan conflictivamente en la psique femenina. La ternura de materiales como la toalla reconforta a los espectadores que, unos pasos más adelante, serán sacudidos como en un orgasmo frente a piezas de orfebrería psicológica y pureza formal como Arch of hysteria (1993), erigida en emblema de la exposición. Se trata de la anatomía humana en estado poético, el brillo del cuerpo suspendido a la altura de nuestras ideas. Somos mentes recorriendo la arquitectura de otro pensamiento.

    Para espiar
    Las salas restantes de la planta baja exhiben otra celda, la Red Room (parents) (1994). Un espiral de puertas iluminado silenciosamente que permite espiar su interior por las rendijas de las bisagras. Dentro encontramos la intimidad de todos nuestros padres. Es la vieja habitación de papá y mamá, austera, universal y doméstica exhibida como arte de las ideas, de los recuerdos. Más abstracto será el voluptuoso The destruction of the father (1974).

    En la planta alta del edificio hay trabajos pictóricos -seguramente las piezas menos potentes de la muestra- que ilustran sanguíneamente ciclos vitales (copulación, nacimiento, infancia, crecimiento y muerte). Lo mismo propone The reticent child (2003), una serie de objetos pequeños y simples que sintetizan un embarazo, el sueño infantil, o la tragedia de la muerte. Materiales tan disímiles como el mármol y el tul conviven con una naturalidad femenina, sencilla y poética. El fondo es una lámina de metal que integra al espectador en un juego macabro hacia el interior de nuestros temores. Vivimos en el reflejo íntimo y frágil de una casa de muñecas regenteada por Freud. Este nivel del edificio tiene otras obras icónicas como Nature study (2002), un cuerpo de águila con varios pares de senos defendiendo un pene en una reflexión maternal y edípica. Salimos del útero de la artista un poco exhaustos, sucios de sus fluidos mentales y nos recibe la librería de Proa, donde también se exhiben trabajos y los dos tomos del catálogo.

    “He estado en el infierno y he vuelto. Y les digo una cosa: fue fantástico”.

    Lo dijo la autora y lo dice el visitante al abandonar el edificio de Proa, medio mareado y con la incestuosa sensación de haber estado ahí, dentro de un recinto demasiado familiar, frente a lo que proyecta su propia cabeza.

    La muestra
    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido. Curador: Philip Larratt-Smith (fue el responsable, en 2010, de Warhol en el Malba). Fundación Proa, avenida Pedro de Mendoza 1929, Buenos Aires. Martes a domingo de 11 a 19. Entrada: $ 10. Los catálogos con reproducciones y textos inéditos en español de la artista, una estudiosa de la psicología, son imperdibles e impagables.

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  • Título: La araña gigante, un imán para 30.000 personas en La Boca
    Autor: Nora Sánchez
    Fecha: 23/04/2011
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    Ver nota original (Clarín)

    Muchos turistas y vecinos van a la Vuelta de Rocha a ver la escultura de 9 metros de alto.

    Desde la explanada exterior de la Fundación Proa, la enorme araña proyecta una imagen tan protectora como amenazante, como si acechara al Riachuelo. No es casual que represente a una madre. Maman, la escultura de la artista franco estadounidense Louise Bourgeois, ofrece un mensaje tan universal que por donde pasa se convierte en una atracción. Y cada vez más gente va a La Boca sólo para conocerla. Desde la inauguración de la muestra “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”, el 19 de marzo, por Proa ya pasaron 30.000 visitantes .

    “Era previsible que en una ciudad como Buenos Aires, con tanta gente dedicada al psicoanálisis, la araña iba a tener el suceso que alcanzó. Porque Maman es un ícono del psicoanálisis y el arte. Vienen a verla muchas personas que no necesariamente entran a Proa. Se sacan fotos con la escultura y las suben al facebook de la Fundación”, cuenta Adriana Rosenberg, directora de Proa.

    “Ha sido una sorpresa llegar a La Boca y encontrarse con Louise Bourgeois”, confesó Mario Vargas Llosa cuando, el domingo, fue a almorzar a Proa con Mauricio Macri y se topó con la gran araña. A fin de marzo, la muestra también atrajo a The Edge, que al igual que Bono es fanático de Bourgeois. El guitarrista de U2 llegó con su esposa y su hijo, se sacó fotos con la araña y recorrió Caminito.

    Bourgeois creó Maman a los 88 años, en 1999. La obra está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, y es la más grande de una serie de esculturas de arañas. Pesa 22.000 kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho. Ya fue exhibida en Bilbao, Londres y Nueva York. En Buenos Aires estará hasta el 19 de junio y, después, la expondrán en Río de Janeiro.

    La propia Bourgeois, que murió hace un año, la describió así: “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.

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  • Título: Complex and Fascinating Louise Bourgeois at Proa Foundation
    Autor: Victoria Verlichak
    Fecha: 20/04/2011
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    Ver nota original (Art Nexus)

    Pain and redemption, passion and fear dominate Louise Bourgeois: The Return of the Repressed, an astounding exhibition of works by Louise Bourgeois (Paris, 1911 ¿ New York, 2010) at Proa Foundation. The show explores the life and art of a key Twentieth-Century artist who, through her lucidity and capacity for introspection, found "visual equivalents" to "psychological states." These words by Philip Larratt-Smith, the curator, underscore the artist¿s more than 30 years in psychoanalysis and her more than 60 years in art, accompanying many interpretations of her work. One photograph shows Bourgeois and her knowing smile, holding firmly under her arm her 1968 sculpture of a large penis and testicles. The sculpture is titled Fillette, in the feminine. After envying and fearing it, did Bourgeois appropriate the phallus? At the time, already in her 70s, she handled it at will. "The phallus is an object onto which I project my tenderness. This work is about vulnerability and protectiveness (¿) And although I feel the phallus needs my protection, that doesn¿t mean I don¿t fear it as well¿", she said, glossing this sculpture. The famous image, by Robert Mapplethorpe, in a way summarizes the joys and shadows of this large-scale exhibition co-organized, with the support of Tenaris, with New York¿s Louise Bourgeois Studio and São Paulo's Tomie Ohtake Institute. 

    Fragments of a life, childhood terrors, severe mandates, parallelisms in her work between sex and death, betrayals, exorcisms, vindications, nightmares, psychoanalysis as an "inspiring drive,¿ and more, in the largest exhibition of her work ever held in Latin America, where the artist's universe is revealed. "I became an artist through a family situation," Bourgeois told Donald Kuspit, the historian and critic. She was born to a bourgeois family that, among other things, was in the business of tapestry restoration. Her father procured them and her mother was in charge of the workshop; when the latter fell ill, 10-year-old Louise suspended her studies to assist her. Thanks to her talent for drawing, at the age of 12 she was assigned to outline the missing parts in the tapestries, to be followed by the weavers. "Everybody thought [my drawings] were wonderful¿ that is how I became an artist."

    The family wanted a son, who was late in coming, so she was given her father's name; a father who was openly a womanizer and included among his lovers the children¿s live-in English teacher. A father Louise was to revere and who ignored her, alongside an intelligent and protective mother who also provoked in her contradictory emotions. 

    Bourgeois studied calculus and geometry at the Sorbonne and graduated with a degree in philosophy. Later, she studied art, set up a gallery, got married, had children, and started showing her paintings in 1945 in New York City, where she lived since 1938 with her husband, the historian Robert Goldwater. In 1949 she started showing sculptures, following a path of her own, outside fashionable trends. In 1982 the Museum of Modern Art in New York devoted to her its first retrospective of a female artist's work; afterwards, recognition came as a deluge. Already in her 80s, she represented the US at the 1993 Venice Biennale, and her work was to be seen in the most exalted art stages of the world. Bourgeois would have liked to know that her art traveled to Buenos Aires, a city with more psychoanalysts per square mile than any other across the globe. The artist even prepared part of her shipment to the Southern Cone, before passing away in May of 2010.

    It is not a surprise that the giant Maman (1999), measuring almost 10 x 10 meters and weighing 22 tons, is traveling for the first time to Latin America. "An ode to my mother, my best friend. Like the spider, she was a weaver," the poignant Maman welcomes visitors in the lawn at Proa and anticipates a universe of dazzling shapes and disturbing meanings, as in Spider (1997), an installation depicting a spider whose legs extend over a cage containing a chair and pieces of tapestries (the child chained to her labor?). Public art in the streets of La Boca, as previously in Paris, London, Tokyo, and Bilbao. Loaded with eggs, made in bronze, stainless steel, and limestone, Maman has received thousands of visitors. The spider has eight legs; from afar, it appears menacing, yet it is a beneficial presence. And with Spider, of about seven meters, the show seems to assert something unequivocal: Bourgeois¿ work speaks of confinement and family mandates. They say that Bourgeois, already in her advanced years, liked to spend long periods inside the cage. 

    The suggestive montage at Proa, comprised of 79 shocking but also delicious artworks, emphasizes Bourgeois¿ tenacious exploration of multiple supports-drawings, objects, paintings, sculptures, and installations. Representations of Arch of Hysteria as a tense, perhaps hermaphroditic figure, and of her parents¿ red bedroom that the viewer spies on Red Room (Parents). A staging of the destruction of the father in a cannibal feast in the nightmarish table of The Destruction of the Father, where the artist remembers the persistent fantasy of quartering and devouring him along with her siblings, in her desire to punish him. Soft sculptures, some with stark expressions of rejection; bronze sculptures with male/female genitals (Janus Fleuri) and with spirals (a memory of the twisting of tapestries, desire to strangle someone, ascent and joy); a soft sculpture with two headless figures that simulate a sexual act, Couple IV, one of them wearing a prosthesis; generous (oppressive?) breasts in Mamelles and in many of the gouaches she produced in her later years; lighted crystal glasses, perhaps containers, in her installation Le Défi II: a veritable challenge, like this imposing, emotional exhibition. 

    A written drawing from 2000 tells us that Art Is Guaranty of Sanity. Four years later, Bourgeois¿ assistant Jerry Gorovoy found two metal boxes with a thousand pages of writing (two more were found after her death, and those are still in the collating process). Proa complements the exhibition with a tome of texts written from the beginning of her psychoanalysis in 1951. "For someone who thought that her art could eliminate words, explanations, or defenses, Bourgeois wrote abundantly throughout her life," the curator says. In Analysis (1958), the artist writes: "it is a fraud / it is a trap / it is work / it is a privilege / it is a luxury / it is a duty / (¿) it is a farce / it is a love affair / (¿) it is my field of study / it is more than I can handle¿.

    Bourgeois' work can nevertheless be perceived as free from any discourse. In her installation Le Défi¿, the artist connects those lighted, vacant glass pieces displayed on a shelf to corporal and existential hollowing-out, in a variety of ways. Yet, the visitor needing some respite from the anguish and emotional dilemmas on exhibit can look at the glasses as the potential containers of positive emotions¿a fascinating ambiguity. The unequivocal meaning of these works leaves no room for speculation, but the show makes visitors work as they are probably involved in such contradictory emotions. 

    Ambivalence and psychoanalysis, "therapeutic exploration," in various supports that discourse about the correspondence between sex and death, the huge family romance; in the written works; in hanging bronze sculptures such as the spirals (a memory of twisting tapestries, desires of strangling someone, ascent and joy). A feminism avant la lettre in two early paintings from the series Femme Maison; in maternities in woven cloth sewn with terrible expressions of rejection; in Fillette (Sweeter Version), which can be seen here: "(¿) And although I feel the phallus needs my protection, that doesn¿t mean I don¿t fear it as well ¿", the artist said about this work; and so much more. Louise Bourgeois, born with the century, traverses in this way the most transcendental topics of the subjectivity of the "new times" that, among other discourses, finds in psychoanalysis a possible narrative.

    Fantastic and complex, the work of Louise Bourgeois is a challenge for its viewers, a feast for psychoanalysts, and a reason for rejoicing for artists. In June of this year, the exhibition will travel to the Tomie Ohtake Institute in São Paulo, and in September it will be at the Museu de Arte Moderna in Rio de Janeiro (sponsored by Tenaris.) At Proa, the show is accompanies by an illuminating in-gallery pamphlet and a superb catalog with key interpretative essays by seven international experts who expand the point of view of the curator and note the growing importance of Bourgeois' work. Also, the publication presents a special volume with 93 texts by the artist, which highlight another of her great virtues: writing.

    Louise Bourgeois Trust authorized to reproduce images of works provided by the Louise Bourgeois Studio to the print media for the dissemination of the exhibition Louise Bourgeois: the return of the repressed, under the condition that the item or line of caption accompany the above reproduction.

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  • Título: Visita guiada con Mercedes Casanegra y Nushi Muntaabski a la exposición de Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 20/04/2011
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    Ver nota original (Arte en la red)

    El sábado 23 de abril, el ciclo Artistas + Críticos invita a la investigadora y curadora Mercedes Casanegra y a la artista Nushi Muntaabski. Desde las 17 hs., recorrerán juntas Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido-la mayor muestra de la artista en Latinoamérica- y mantendrán un diálogo con el público que complementa las visitas guiadas organizadas por el Departamento de Educación.
    Mercedes Casanegra es licenciada en Historia del Arte (UBA), escritora e investigadora en arte contemporáneo argentino e internacional. Es docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. También fue presidente de la Asociación Argentina de Críticos de Arte-AICA (2001-2006). Entre sus trabajos curatoriales más recientes, se encuentran las muestras de Roberto Elía, Enio Iommi, Kasuya Sakai, Eduardo Stupía y Matilde Marín en el Centro Cultural Recoleta; Entre el silencio y la violencia, en Fundación Telefónica y Sotheby’s de Nueva York; el envío argentino a la Bienal de Venecia de 2003; y la muestra de De la Vega en el MALBA. Fue consultora invitada para la exhibición El Tiempo del Arte, en Fundación Proa, en la selección de las obras latinoamericanas.
    Nushi Muntaabski trabaja en distintas disciplinas: objetos, video, performance, fotografía e instalaciones. Fue becada por la Fundación Antorchas para el taller de experimentación escénica 2001-2002, recibió la mención de honor Premio Limbo, MAMBA, 2003, el subsidio a las artes del Fondo de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, 2005, y el Primer Premio Fundación Federico Klemm, 2010. Expuso en Malba, Centro Cultural Recoleta, MAMBA, CCEBA y las galerías Varasi, Azcue, Doque (Barcelona) y Luisa Pedrouzo (Madrid). Desde 2005 dirige el proyecto Las piedras preciosas, donde integra su labor artística a la arquitectura, realizando murales, site specific, y otros trabajos para coleccionistas, arquitectos y diseñadores industriales. Durante 2004 y 2005, dirigió la revista de arte Cabecalón. A partir de 2008 es columnista de arte en el programa Tarde Negra en la radio Rock & Pop. Actualmente escribe un libro sobre artistas contemporáneos para la Editorial Planeta.

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  • Título: La madre araña de Bourgeois y el campo intelectual argentino
    Autor: Juan Terranova
    Fecha: 19/04/2011
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    Ver nota original (Revista El Guardián)

    Hace unos días pasé por la Fundación Proa a ver la muestra Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido. El recorrido empieza en la calle con Maman, una araña gigante hecha en bronce y acero inoxidable. Es una pieza que intimida. Mientras nos exhibe su vientre y sus huevos blancos, bajo sus patas nos sentimos protegidos y amenazados a la vez. La muestra, según el folleto “propone pensar los equivalentes plásticos de los estados psicológicos”. Desde luego el tema es más complejo. La araña madre, para el caso, es tan psicoanalítica como mutante, tan diván como ciencia-ficción. Después, sí, en la sala principal, hay unas formas en madera negra que recuerdan las máscaras africanas de los consultorios psi. Mujer espiral, una pieza en bronce de 1984, tranquilamente podría amenizar una biblioteca lacaniana. Pero no todo, insisto, es para decorado de despacho.

    Con ánimo de retrospectiva, El retorno de lo reprimido combina tela con piedra, fotos e instalaciones con trabajos sobre papel. Pero, de todo lo que se expone, es en lo escultórico donde mejor se identifica esa mezcla de deseo y castración, de fetiche y fobia, que es parte fundamental del repertorio psicoanalítico. Bourgeois ofrecen figuras antropomórficas fragmentadas, formas orgánicas que alternativamente son senos, glandes, vulvas o garras. Destaca el trabajo sutil en Figura Cuchillo del 2002 y el muy bello Arco de histeria de 1993, que recuerda los bocetos que los discípulos de Charcot hacían de las mujeres de la Salpétriêre.

    En el centro de la muestra, bien planteada por su curador Philip Larrat-Smith, están La habitación roja de los padres, en una versión erótico-carnívora de 1994, y La destrucción del padre, de 1974, más sosegada desde lo visual pero no por eso menos inquietante. Muchos de los textos de Bourgeois, que viven en los intersticios de la muestra, suenan adolescentes, incluso aniñados. Pero algunos terminan de perfilar su aventura estética donde los fragmentos de nuestra pequeña neurosis nos son devueltos, tamizados por la subjetividad de la artista y hechos materia. Hay un humor muy puntual en la obra de Bourgeois. Una ironía muy fina que interpela directamente al sujeto porteño psicoanalizado. Aunque su influencia esté presente, no se trata de los experimentos surrealistas. Más bien la escultora se ríe un poco de la abstracción intelectual del psicoanálisis y transforma ideas en objetos concretos. Más allá de alguna ilustración ingenua –no me gustó por naif y literal El niño reservado, del 2003– El retorno de lo reprimido logra un diálogo productivo entre teoría y arte.

    Bourgeois trabaja, entonces, con el psicoanálisis, un discurso decisivo del siglo XX. Según Carlos Correas el otro sería el cinematógrafo. De hecho, es posible pensar El retorno de lo reprimido como una prima hermana de El Capital filmado por Alexander Kluge. Finalmente Bourgeois también transforma el arte en herramienta para comentar, antes que ilustrar, una disciplina “científica”. Así, me pregunto, ¿y si pusiera su talento en otro discurso? Por ejemplo, ¿cómo sería una muestra que trabajara sobre el campo intelectual argentino? ¿Quién sería la Gran Madre Araña Argentina, madre de todas las madres, protección y amenaza? En otra época habría sido la crítica, juiciosa, exigente, altanera. Hoy la crítica estaría más cerca de un muñeco de trapo con la cara vendada en un costado polvoriento. ¿La madre, entonces, son los editores y los catedráticos? ¿O los medios de comunicación? La Universidad de Buenos Aires daría una buena araña, o mejor un pulpo, cuyos húmedos tentáculos se estiran y nunca se cortan; alrededor le nacerían sus hijas díscolas, la universidades nacionales, tuertas pero vigorosas. La televisión estaría a un costado transmitiendo lluvia gris, mientras en el centro pondríamos un monitor que a medida que nos acercamos se achica. Un bandoneón pintado de naranja sobre una silla de madera comentaría, literal, nuestro apego nostálgico a una tradición de la que dudamos. ¿O mejor filmar a una pareja de poetas desnudos bailando una zamba? Sigo: ¿Hay alguna figura icónica sobre la cual trabajar el resentimiento? ¿Cómo corporizar una Buenos Aires que –lo dijo bien Maxi Tomas– se convirtió en la capital mundial de la mala leche? ¿Podríamos empotrar una jaula vacía y titular la obra “Nuestra esquizofrenia del conocimiento”? A la cabeza de todo, yo ubicaría Civilización Occidental y Cristiana de León Ferrari, quizás una de las piezas artísticas más incomprendida y sobrevalorada del mundo. Pero no la original sino una copia irónica, como el Quijote de Menard. Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se puede ver hasta el 19 de junio. El campo intelectual argentino nos acompañara, para gracia o desgracia de sus habitantes, un poco más.

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  • Título: Adriana Rosenberg recuerda a Louise Bourgeois
    Autor: Cristina Mucci
    Fecha: 19/04/2011
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    Ver nota original (Los 7 Locos)

    Video del programa Los 7 Locos / Canal 7

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  • Título: Louise Bourgeois, en Proa
    Autor: Natalia Giannangeli
    Fecha: 18/04/2011
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    Ver nota original (Josephine B)

    El interés por el arte estuvo siempre presente en mí. Y a pesar de ello, y como consecuencia de preguntarme por qué a cada lugar que viajaba tenía la necesidad de conocer sí o sí sus museos y sus obras, o por qué me hacía socio-amigo de museos nacionales, me llevó mucho tiempo tomar la decisión de empezar a estudiarlo.

    Caminaba mirando las exposiciones llena de expectativas. Y lo hacía simplemente como observadora, ya que mi critica se limitaba a decir: me gusta, no me gusta o me llama la atención.
    Así que fue recién cuando decidí dar un paso más, y comencé a mirar las obras de arte a través del conocimiento, que pude entender esos por qué. Por qué me gustaba lo que me gustaba, y por qué no, lo que no.

    En mi primera visita al Tate Modern de Londres, todavía inexperta, me encontré con una exposición que, a pesar de no saber a quién pertenecía, me resultó irresistible de mirar. Y de fotografíar. En aquel entonces supe que la obra era de la artista francesa Louise Bourgeois, pero no mucho más.
    Sin embargo, hoy, que se puede ver esta misma exposición en Fundación Proa, en Buenos Aires, y pude entender sus por qué, lo que quiso transmitir la artista, insaciablemente, a lo largo de su carrera, siento emoción y felicidad.

    Una sensación que quiero compartir con ustedes, con la idea siempre presente de hacer extensiva otra arista de mis pasiones y, ¿por qué no? invitarlas a que, si se sienten atraídas por algo en particular y no saben el por qué, simplemente se dejen llevar… Que las respuestas, más tarde o más temprano, llegan.

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  • Título: El "Top 10" de las muestras de arte
    Autor:
    Fecha: 18/04/2011
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    Buenos Aires está repleta de ofertas de muestras de arte. Aquí, un recorrido por algunas de las más relevantes durante este mes.

    1. Araña de Bourgeois
    En pleno barrio de La Boca (Fundación Proa, Pedro de Mendoza 1929) y hasta julio, se pueden apreciar 75 trabajos de una de las más grandes escultoras del último siglo, la francesa Louise Bourgeois. Dicha muestra se titula "El retorno de lo reprimido" y refleja la profunda influencia del psicoanálisis sobre la obra de la artista. La joya de la muestra es "Maman", una araña gigantesca de 10 metros de altura y 22 mil kilos. 

    Es una monumental oda de Louise a su madre, hecha en bronce, hierro y mármol. También sobresalen en el espacio las obras "Arco de histeria" y "Jano florido". 

    La periodista Mercedes Pérez Bergliaffa definió en Clarín estos trabajos como "densos, traumáticos, emotivos. No sólo por cómo están realizados sino porque tocan conflictos comunes a todos los seres humanos, como las relaciones entre padres e hijos. Y tratan de sexo, pero en estado de angustia. 
    Las obras de Bourgeois reflejan eso que todos reprimimos. Hacen conscientes los deseos inconscientes".

    2. Grandes fotos en blanco y negro
    Un matrimonio de periodistas (David Smith-Sonia Ruseler) formó también una de las colecciones de fotografía del último siglo -en Blanco y Negromás importantes del mundo. Y una parte de dicha colección se expone hasta el 24 de este mes en el Centro Cultural Borges (Galerías Pacífico). 
    Así pueden verse imágenes tomadas por Alfred Stieglitz (pionero de la foto como arte), Anselm Adams (reconocido por sus paisajes estadounidenses), Cartier-Bresson ("padre" del fotorreportaje) y Robert Doisenau. Entre los argentinos, Horacio Coppola y Diego Ortiz Mugica.

    3. El Doríforo
    Una joya del arte clásico se exhibe en el Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473, entrada gratuita). Se trata de la copia romana de la escultura Doríforo, de Policleto (el creador del Canon en su arte). Esta reproducción data del siglo I d.C. y fue encontrada en 1797 en el gimnasio "Palestra Sanítica", en Pompeya. Las obras de Policleto, entre ellas el Doríforo, marcan los arquetipos de la escultura clásica.

    4. Recorrido por la historia
    En tres amplias salas del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930, entrada libre) continúa "Imágenes e historias Argentina 1848-2010". Se trata de 250 fotos de ese período en un "diálogo" con obras de arte. Se incluyen retratos de íconos argentinos como Atahualpa Yupanqui, Julio Cortázar, Astor Piazzolla, Jorge Luis Borges y Charly García.

    5. Las villas
    En Puerto Madero sobresale el Pabellón de las Artes de la UCA (Alicia M. de Justo 1300). Este mes, con entrada gratuita, se puede ver la muestra fotográfica "La Villa, dignidad y miseria". Es una excepcional selección de imágenes, rescatadas de los principales archivos periodísticos del país hasta trabajos de fotógrafos como Eduardo Longoni, Matías Roth, Hernán Zenteno, Alberto Raggio y Carlos Greco.

    6. Richard Sturgeon
    La galería de arte contemporáneo Elsi del Río -en Humboldt 1510, en pleno Palermo Hollywood- cuenta hasta fin de mes con las pinturas "Bad Keats" de Richard Sturgeon. 
    Se inspiran en el lenguaje exuberante e imaginativo del gran poeta inglés John Keats, transformado por Sturgeon en paisajes fantásticos y lugares inconscientes.

    7. Papeles
    La inauguración de la temporada en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3413) se da con "Papeles Modernos". Se trata de 85 obras sobre papel, pertenecientes a la colección del Bellas Artes y que abarcan dibujos y grabados de artistas como Toulouse-Lautrec, de Chirico, Chagall, Picasso, Modigliani, Klee.

    8. Buenos Aires en Tránsito
    En Galería Zurbarán (Cerrito 1522) continúan las exposiciones dedicadas a la Ciudad. Y en este caso, con la muestra "BA en Tránsito" de Enrique Burone Risso, cuyas pasiones son el fútbol, la pintura y el paisaje urbano. Algunos de los temas: "La Bombonera" y "El Monumental", "Puente Pacífico", "El Zoológico" y el "Bicentenario en la calle".

    9. Rodrigo Suárez y el Otoño
    "Colores de Otoño" se denomina la exposición que se extenderá hasta fin de mes en el espacio de arte GP, en Palermo (Cabrera 4934). 
    Se trata de obras de Rodrigo Suárez inspiradas en esta estación, muy coloridas, detalladas y con toques de humor: hojas, paraguas, bancos de plaza, bicicletas. Y los recuerdos de la infancia.

    10. Emilio Reato
    El barrio de San Telmo es uno de los ejes de la movida artística de la Ciudad. Y en galería Masottatorres (México 459) durante este mes expone Emilio Reato con "Hormigón", apelando al imaginario popular argentino: Perón, Evita, El Che ...

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  • Título: Representar lo impensable
    Autor: Victoria Verlichak
    Fecha: 18/04/2011
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    Ver nota original (El País (Montevideo, Uruguay))

    LOS CHICOS LE TEMEN un poco, los turistas que saben de qué se trata (que la conocían de París, Londres, Tokio, Bilbao) se sacan fotos a rabiar, los paseantes locales se están enterando de la importancia de su autora y no se van a olvidar fácilmente de Maman (Mamá), 1999. Imponente, con 22.000 kilos, más de 9 metros de alto y 10 de ancho, ocho patas, la escultura anticipa desde la explanada de Fundación Proa la seductora y perturbadora muestra "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido". "La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era tejedora. (…) Como las arañas, mi madre era muy inteligente. (…) Las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre", dijo Louise Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010) al comentar la pieza, la mayor de esta serie que, tan protectora como amenazante, ofrece sensaciones encontradas.

     

     


    Cargada de huevos, de bronce, acero inoxidable y mármol, Maman tiene un antecedente en Spider (Araña) de 1997, instalación con una araña -cuyas patas se extienden sobre una celda circular con una silla adentro y algunos trozos de tapices- que recibe al visitante en la primera sala de Proa.

    Exploración terapéutica. Autobiografía, psicoanálisis y obra están inequívocamente unidos en un universo de asombrosas formas e inquietantes significados. Las 79 revulsivas pero también deliciosas obras en múltiples soportes -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- tratan sobre la correspondencia entre sexo y muerte, infidelidades, reivindicaciones, conjuros. El sugestivo montaje de la muestra potencia el trabajo de Bourgeois que, tal como señala el curador Philip Larratt-Smith, encuentra "equivalentes plásticos" a sus "estados psicológicos": la artista se psicoanalizó por más de 30 años. La persistencia de la expresión, por momentos con cierto humor y catarsis de sus conflictos emocionales, instiga al espectador a examinar los propios y constituye una experiencia emocionante.

    Bourgeois nació en París en 1911. Como esperaban un hijo varón que tardó en llegar, fue bautizada con el nombre del padre. Bien establecida económicamente, entre otras actividades su familia reparaba tapices. El padre conseguía los encargos y la madre dirigía el taller. Cuando ella enfermó Louise, de 10 años, debió suspender sus estudios para atenderla. Luego, gracias a su don para el dibujo, cuando tuvo 12 años su madre la llamó para que trazara las partes faltantes de los tapices, para que las tejedoras pudieran enmendarlos. "A todos les parecían maravillosos [los dibujos]… así fue como me hice artista". Pero, mientras la madre la protegía y la hacía trabajar porque la valoraba y era útil, el padre, al que había que reverenciar, infiel (con amantes, incluyendo a la profesora de inglés de sus hijos que vivía con la familia), no la tomaba en cuenta. En la pesadillesca instalación The Destruction of the Father rememora la recurrente fantasía de descuartizar y devorar al padre en un festín caníbal, junto a sus hermanos. Art Is a Guarantee of Sanity (El arte es garantía de cordura), dice uno de sus dibujos.

    Diplomada en Filosofía en la Universidad de la Sorbona, donde también aprendió cálculo y geometría, Bourgeois luego estudió arte, armó una galería, se casó, tuvo hijos y comenzó a exhibir pinturas en 1945 en Nueva York. Allí vivió desde 1938, con el historiador norteamericano Robert Goldwater, su marido. En 1949 mostró esculturas por primera vez y siguió un camino autónomo y audaz. A partir de la retrospectiva -la primera dedicada a una artista mujer- del Museum of Modern Art de Nueva York en 1982, el reconocimiento le llegó en cascadas. Octogenaria, representó a Estados Unidos varias veces en la Bienal de Venecia, y exhibió en los mejores escenarios artísticos del mundo.

    Gozos y sombras. Muchos coinciden en que, gracias a la longevidad de la artista, los espectadores pueden explorar aristas impensadas en obras producidas en los últimos 25 años, que ponen en juego aprensiones y culpas infantiles. Como en el cuarto rojo de los padres, por ejemplo, al cual el espectador se asoma en la instalación Red Room (Parents). Las representaciones del "Arco de histeria" cuelgan del techo. Como una figura quizás hermafrodita: inequívocamente en Janus Fleuri, escultura en bronce con genitales masculinos/femeninos.

    En Fillette (Niñita), nombre en femenino que designa la escultura de 1968, que representa un gran pene con testículos, parece haber domado uno de sus temores. "Esta pieza trata de la vulnerabilidad y de la protección. (…) Y aunque siento que el falo necesita de mi protección, eso no significa que deje de tenerle cierto miedo...", dijo la artista al comentar la obra. Su Niñita. Versión más dulce puede verse en Proa. Hay esculturas de género cosidas por ella misma, algunas con terribles expresiones de rechazo; colgantes y ambivalentes espirales de bronce; prótesis por doquier, como en Couple IV, pareja sin cabeza de tejido negro; generosos y múltiples pechos en Mamelles y en muchos gouaches de sus últimos años; vasos de vidrio iluminados, tal vez contenedores de emociones positivas en la instalación Le Défi II. De hecho, toda la fascinante muestra es en sí un desafío.

    La obra prodigiosa y compleja de Bourgeois provoca a los espectadores, es una fiesta para los psicoanalistas y una oportunidad de aprendizaje y deleite para los artistas. La exhibición es organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo (Brasil) y la Fundación Proa (con el apoyo de Tenaris). También viajará al Museu de Arte Moderna (Río de Janeiro, Brasil).

    Para acompañar la exhibición que estará abierta hasta el 19 de junio, Proa ofrece un esclarecedor folleto de sala, un estupendo catálogo y un volumen con la publicación de la selección de mil páginas de escritos -generados a partir del comienzo de su análisis en 1951- hallados en 2004. A su muerte su asistente Jerry Gorovoy descubrió dos cajas más, aún en proceso de compaginación.



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  • Título: Louise Bourgeois en Proa
    Autor: Sara Echezarreta
    Fecha: 16/04/2011
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    Curada por Philip Larratt-Smith, y organizadapor el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, presenta por pimera vez en la argentina, 86 obras, a las que se suman escritos, dibujos, y fotografías.

    Con el enfoque de una lectura psicoanalítica de la obra, la propuesta narrativa de la exposición está anclada en aspectos subjetivos característicos de Bourgeois, dejando de lado en forma intencional, el ordenamiento cronológico del recorrido.

    La araña gigante de bronce(Mamá, 1999) instalada en la vereda frente al acceso genera un gran impacto por la gran cargasimbólica de la figura representada y su forma monumental.

    La primera manifestación que percibimos de la intención narrativa de la muestra es un texto junto a la araña que cita un comentario de la artista con respecto a su obra:
    “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo de un taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos.Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”

    Una vez leído este texto, quedamos reconciliados con la araña. Y nos disponemos a entrar a recorrer. 

    La primera sala contiene una instalación de 1997 y una serie de 9 grabados de 1947. 

    La primera Bourgeois y la última. Podemos identificar en ambas obras -entre las que transcurrieron 50 años-una misma consistencia artística.

    El recorrido nos va llevando por los grandes temas psicoanalíticos de Louise Bourgeois : Los padres, la maternidad, la pareja, el miedo, la ambivalencia, la culpa.

    Escritos y fotos están expuestos en dos vitrinas que obligan a acercarse y experimentar una cierta intimidad con la artista. Una comunicación uno a uno.

    Citar que Louise Bourgeois nació en Paris en 1911 y murió el año pasado en Nueva York a los 98 años, va mucho más allá de un dato positivo, nos explica la vigencia de una artista de infinitos recursos, que indagó todas las técnicas:
    escultura en bronce, yeso, aluminio, goma, volúmenes de tela y acero, bordados, acuarelas, tintas, le otorgan la solvencia con que se expresa a lo largo de tan prolífica obra.

    Habiendo compartido con el surrealismo la temática del inconsciente, y con el expresionismo abstracto la espontaneidad del gesto, la forma artística con que los aborda Bourgeois la exploración de sus angustias, es completamente autónoma y vanguardista, que inscribe una huella en los rumbos del arte contemporáneo.

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  • Título: Louise Bourgeois en Fundación Proa
    Autor: Victoria Verlichak
    Fecha: 16/04/2011
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    Ver nota original (Arte al Día)

    Dolor y redención, pasión y temor, en Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, la asombrosa muestra de Louise Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010), artista fundamental del arte contemporáneo que, con lucidez e introspección, encontró “equivalentes plásticos” a sus “estados psicológicos”.

    Las palabras del curador Philip Larratt-Smith subrayan los más de 30 años de psicoanálisis de la artista y acompañan muchas interpretaciones de las obras. Sin embargo, éstas pueden ser percibidas autónomas de todo discurso. En la instalación El desafío II, la artista relaciona a los iluminados y vacantes vidrios de diversas formas, desplegados en un estante, al vaciamiento corporal y existencial. Pero, necesitado de un respiro ante la angustia y dilemas emocionales exhibidos, el visitante puede ver a los vasos como posibles contenedores de emociones positivas; fascinante ambigüedad. El sentido inequívoco de otras piezas no deja lugar para la especulación, pero la muestra hace trabajar al visitante que, probablemente, se vea comprometido por contradictorias emociones.

    Sugestivo montaje
    Arte público en las calles de La Boca, como antes en París, Londres, Tokio, Bilbao. Cargada de huevos, hecha de bronce, acero inoxidable y mármol, la imponente escultura Maman (Mamá), 1999, recibe a los visitantes en la explanada de Fundación Proa. La araña tiene ocho patas, más de 9 metros de alto y 10 de ancho, y pesa 22.000 kilos; desde lejos parece amenazante pero es una presencia bienhechora. “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era tejedora. (…) Las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”. En Spider (Araña), 1997, antecedente de Maman, una araña como de siete metros cubre con sus patas una celda circular con una silla adentro y algunos trozos de tapices, en el centro de la primera sala de Proa; acá no hay equívoco la obra habla de confinamiento y mandatos de la familia, dedicada a la reparación de tapices a la que la artista contribuyó desde niña.

    El montaje potencia las asombrosas formas e inquietantes significados de las 86 obras expuestas. “Exploración terapéutica” en diversos soportes, los dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones, que discurren sobre la correspondencia entre sexo y muerte, infidelidades. Curiosidad y culpa infantiles en la instalación Cuarto rojo (Padres); catarsis en el deseo de castigar al padre (que no la tomaba en cuenta y le era infiel a la madre) en la pesadillesca mesa de La destrucción del padre, recurrente fantasía de la artista de descuartizarlo y devorarlo junto a sus hermanos.

    Ambivalencia y psicoanálisis en las obras escritas; en los generosos y múltiples pechos de la escultura Mamelles y en muchos de los gouaches de sus últimos años; en esculturas colgantes de bronce como Espiral (memoria de retorcer los tapices, deseos de ahorcar a alguien, ascenso y alegría); en la figura tensa de Arco de histeria; en Jano Florido con genitales masculinos/femeninos. Feminismo avant la lettre en dos tempranas pinturas de la serie Mujer casa; prótesis por doquier como en Pareja IV, escultura blanda tejida de una pareja sin cabeza que simula copular; en Niñita. Versión más dulce, nombre en femenino que designa la escultura de goma que representa un gran pene con testículos. “(…) Y aunque siento que el falo necesita de mi protección, eso no significa que deje de tenerle cierto miedo...”, dijo la artista sobre la obra; maternidades en género tejido y cosido con terribles expresiones de rechazo; y tanto más.

    Exhibición organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, Instituto Tomie Ohtake de San Pablo (Brasil) y Fundación Proa (con el apoyo de Tenaris), acompañada aquí con un esclarecedor folleto de sala (gratis) y con datos de su biografía; estupendo catálogo y un volumen con selección de escritos de la artista.

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  • Título: Louise Bourgeois está en exposición en Proa. La Boca
    Autor:
    Fecha: 16/04/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (AGN Cultural)

    Louise Bourgeois está en exposición en Proa. La Boca.

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Curador: Philip Larratt-Smith
    Por primera vez en Argentina se exhibirá  Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".

    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.

    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y  se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.

    Con el auspicio de Tenaris Confab – Tenaris Siderca – Techint

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  • Título: Escultora Louise Bourgeois en FUNDACION PROA
    Autor:
    Fecha: 16/04/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (Blog Cultura + Arte)

    La obra de la artista con algunos de los 
    conceptos más importantes del psicoanálisis
    .Por primera vez en la Argentina un panorama
    completo a través de 87 obras -dibujos,
    objetos, pinturas, esculturas e instalaciones-
    de la artista franco-norteamericana 
    Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 
    y fallecida recientemente, a los 98 años,
    en Nueva York.Curada por Philip Larratt-Smith,
    y organizada por el Studio Louise Bourgeois 
    de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de
    San Pablo y la Fundación Proa, 
    la muestra vincula la obra de la artista 
    con algunos de los conceptos más importantes
    del psicoanálisis. En palabras del curador,
    el modo en el que la artista encuentra 
    “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”
    : “Todas las obras han sido elegidas para destacar
    la persistente presencia del psicoanálisis como
    fuerza inspiradora y espacio de exploración en su 
    vida y su obra”.Fantasma del padre, 
    ecos de la infancia, imaginario 
    autobiográfico, el ser madre,
    la histeria, ejes, temas, reflexiones,
    escritos presentes en la exhibición que 
    abarca 60 años de producción artística,
    en un recorrido integral de una de las 
    artistas más destacadas, inclasificables
    y notables del siglo.Género Y
    representación fálica,
    Proa vuelve a ofrecer la oportunidad 
    de conocer la obra de una de las artistas 
    emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois 
    convivió con los movimientos artísticos
    de su tiempo. Louise Bourgeois profundizó 
    el pensamiento radical de la época.
    revela el impacto que la práctica 
    psicoanalítica,y que con el respaldo de Tenaris 
    / Organización Techint en Brasil 
    y la Argentina permite que Louise
    Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    se presente en el Instituto Tomie 
    Ohtake de San Pablo y el Museu de
    Arte Moderna de Río de Janeiro.
    Departamento de Prensa, Buenos Aires, 2011

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  • Título: Louise Bourgeois en Proa
    Autor:
    Fecha: 16/04/2011
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    Fundación Proa presenta por primera vez en Latinoamérica la mayor exhibición de la obra de Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido, desde el 19 de marzo al 19 de junio de 2011. Bourgeois, una de las artistas más reconocidas del siglo XX, nació en París en 1911, y viajó y vivió en Estados Unidos desde 1938 hasta sus últimos días, en 2010.

    La exhibición comienza con la famosa araña Maman (1999) en la entrada de Proa, y el interior de las salas despliega un conjunto de 86 obras. Sus primeras esculturas, en las que aparecen ya la espiral y varias de las formas y figuras que vertebran toda su obra, rodean el Arch of Hysteria, 1993; Spider, 1997, y las emblemáticas instalaciones Red Room (Parents), 1994, y The Destruction of the Father, 1974. Un sólido y numeroso cuerpo de dibujos y escritos dan cuenta de su radical pensamiento ligado a la reflexión sobre el amor: filial, parental, familiar - el amor en sí mismo -. 

    Las obras evidencian cómo el psicoanálisis intervino en el pensamiento de la artista, y cómo el diálogo con ese discurso creó un universo emocionante sobre la compleja, conflictiva, y sutil vida contemporánea. El mundo interior, el de las relaciones familares, el lugar del padre, la madre, la hija y la esposa están tratados de manera singular, propia y personal, y convierten a Bourgeois en un ícono de los temas más trascendentales del siglo XX.

    Sus famosas obras colgadas, pendientes de un hilo, muestran la fragilidad, la delicadeza de los acontecimientos, evidenciando la ambivalencia entre el mundo exterior y el mundo interior del sujeto.

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, curada por Philip Larratt-Smith, es organizada conjuntamente con Louise Bourgeois Studio de Nueva York y el Instituto Tomie Ohtake de Sao Pablo, Brasil, y cuenta con el auspicio de Tenaris tanto para su presentación en Argentina como para su itinerancia, en Río de Janeiro y en San Pablo.

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  • Título: Una araña junto al Riachuelo
    Autor: Cristina Civale
    Fecha: 16/04/2011
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    Es una de las grandes obras del siglo XX y preside, en La Boca, una amplia muestra de la escultora Louise Bourgeois.

    Desde el sábado 19 de marzo quedó insta­lada en la explanada de la Fundación Proa en La Boca, la impresionante y emblemática araña "Maman" (1999), una escultura de la ar­tista francesa Louise Bourgeois que prologa la primera exhibi­ción retrospectiva de su obra en la Argentina. El retorno de lo reprimido, tal es el nombre de la muestra, fue curada por Philip Larratt-Smith, el mismo catedrá­tico canadiense que hace poco trajo al Malba la muestra de Andy Warhol. Proa ubicó en el espacio público una obra icónica de la artista, como ya lo hicieron recientemente la Tate Gallery de Londres (2007), el Guggenheim de Nueva York (2008) y de Bil­bao (1999).

    Bourgeois sufrió cíclicos mo­mentos depresivos a lo largo de toda su vida y la creación, más concretamente plasmada en es­culturas, fue de gran alivio para esos momentos de honda triste­za. "Maman" (la gran araña) es un curioso homenaje a su madre realizado casi 50 años después de la muerte de su muerte, en los momentos que la propia artista luchó contra todos sus diablos, in­cluida la aracnofobia.

    El encargado de la instalación, Edward Mc. Aveney, pertenecien­te al Louise Bourgeois Studio de Nueva York, llegó especialmen­te a la Argentina para el empla­zamiento de la pieza que estuvo retenida en la Aduana porteña durante tres días por tonterías bu­rocráticas. Fueron, para él y para todo su equipo, dos jornadas de intenso trabajo ya que el montaje se realizó con retraso.

    De este modo, Proa inauguró una muestra de excepción, reco­rriendo 60 años de producción de una de las artistas más importan­tes del siglo XX.

    Alguna vez, Bourgeois escri­bió: "La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapi­ces y mi madre estaba a cargo del taller. las arañas, mi madre era muy inteligente. Las ara­ñas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. To­dos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre".

    Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, la artista fran­co norteamericana concibió esta araña como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. "Manam" es la mayor de la serie de esculturas de arañas, pesa 22 mil kilos, tiene nueve metros de alto y 10 de ancho y llegó a Bue­nos Aires en barco.

    Luego de permanecer en Buenos durante tres me­ses, "Maman" acompañará la iti­nerancia de la exhibición Louise Bourgeois: El retorno de lo repri­mido y será presentada en el Mu­seo de Arte Moderno (MAM) de Río de Janeiro.

    Fundación Proa concibe su explanada como espacio ex­positivo y por eso la gran ara­ña madre dialoga con el públi­co, introduciendo con fuerza el universo de la artista e interactuando con los talleres que dic­ta el Centro Cultural Nómade, una serie de containers educa­tivos diseñados por los arqui­tectos de A77, que desde ene­ro suman cientos de asistentes cada fin de semana en sus ta­lleres de arte gratuitos.

    Una ex­planada junto al Riachuelo que cobija bajo las largas patas de una araña madre protectora-depredadora, junto a cubículos de madera donde los niños y no tanto pueden dar rienda suelta a su expresión con los crayones de las maestras convocadas por los arquitectos de A77 y de Fun­dación Proa, una institución que tiene como sponsor a la multi­nacional Technit pero que, pa­radójicamente, se constituye en uno de los espacios más abier­tos y democratizados del arte contemporáneo. Todo esto sin duda se debe a la emprende­dora Adriana Rosenberg, crea­dora y directora de esta institu­ción insignia porteña, enclavada en uno de los barrios más popu­lares de la Ciudad.

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  • Título: Únicamente arte, ¡por favor!
    Autor:
    Fecha: 15/04/2011
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    Ver nota original (El Elegido (Telefé))

    En la Fundación Proa por primera vez en Latinoamérica se presenta una exhibición de las obras de Louise Bourgeois. La muestra, El retorno de lo reprimido. Una gran artista francesa del siglo XX, Bourgeois creó la increíble araña Maman en 1999. Hoy más de 80 obras se presentan en la Fundación y la araña gigante te recibe imponente en la vereda.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido en Fundación Proa
    Autor: Hebe Depetris Ruiz
    Fecha: 14/04/2011
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    Ver nota original (Hebe Depetris Arte)

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido inaugura en Proa el próximo 19 de marzo y presenta por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 86 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York. Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”. Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo.

    Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo. Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, escribe la artista.

    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña Maman (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París.

    Con Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, Proa vuelve a ofrecer la oportunidad de conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo. Louise Bourgeois profundizó el pensamiento radical de la época. Louise Bourgeois tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas.

    Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.

    La muestra estará abierta hasta el 19 de junio.

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  • Título: Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido en Fundación Proa
    Autor:
    Fecha: 14/04/2011
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    Ver nota original (Todo Buenos Aires)

    Fundación Proa presenta por primera vez en Latinoamérica la mayor exhibición de la obra de Louise Bourgeois, una de las artistas más reconocidas del siglo XX. La exhibición comienza con la famosa araña Maman (1999) en la entrada de Proa, y el interior de las salas despliega un conjunto de 86 obras. Un sólido y numeroso cuerpo de dibujos y escritos dan cuenta de su radical pensamiento ligado a la reflexión sobre el amor: filial, parental, familiar - el amor en sí mismo -. Las obras evidencian cómo el psicoanálisis intervino en el pensamiento de la artista, y cómo el diálogo con ese discurso creó un universo emocionante sobre la compleja, conflictiva, y sutil vida contemporánea. Sus famosas obras colgadas, pendientes de un hilo, muestran la fragilidad, la delicadeza de los acontecimientos, evidenciando la ambivalencia entre el mundo exterior y el mundo interior del sujeto.

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  • Título: Louise Bourgeois - Fundación Proa Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 14/04/2011
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    Ver nota original (Rivista Segno)

    Fundación Proa presenta dal 19 marzo al 19 giugno Louise Bourgeois: The Return of the Repressed a Buenos Aires e da luglio in Brasile. La mostra a cura di Philip Larratt-Smith raccoglie più di 75 opere dell’artista - tra le quali The Destruction of the Father (1974), Le Défi II (1992), Arch of Hysteria (1993), Red Room (Parents) (1994), Spider (1997) e la famosa ed emblematica Maman(1999) - includendo installazioni, sculture,  e oggetti, coprendo 60 anni della sua produzione artistica, dagli inizi fino al 2009.

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  • Título: Louise Bourgeois - The Return of the Repressed
    Autor:
    Fecha: 14/04/2011
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    Ver nota original (ArsKey Magazine)

    For the first time in Latin America, Fundación Proa presents in Argentina and Brazil Louise Bourgeois: The Return of the Repressed, a major exhibition of the artist's work curated by Philip Larratt-Smith and organized by the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo, the Louise Bourgeois Studio in New York and Proa, with the support of Tenaris.

    Bourgeois' huge and emblematic piece Maman (1999)—an icon of maternal protection and withdrawal—will dominate the whole exhibition from Proa's front terrace. With more than 80 pieces on display, including The Destruction of the Father (1974), Le Défi II (1992), Arch of Hysteria (1993), Red Room (Parents) (1994) and Spider (1997), Louise Bourgeois: The Return of the Repressed offers a comprehensive overview covering 60 years of artistic production, from her early beginnings until 2009.

    In the words of the curator, "All the works have been selected to highlight the enduring presence of psychoanalysis as a motivational force and a site of exploration in her life and work."

    The publication of the two volume catalogue is a project by Philip Larratt-Smith and a joint venture of Fundación Proa and the Louise Bourgeois Studio. As well as an introduction and essay by the curator, the first volume also presents the view of renowned theorists and researchers of diverse backgrounds such as Donald Kuspit, Elisabeth Bronfen, Meg Harris Williams, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Paul Verhaeghe and Julie de Ganck. For the second volume, Philip Larratt-Smith has selected and edited 93 of Bourgeois' writings never published before now that reveal the impact of psychoanalysis on her creative process.

    After Buenos Aires and thanks to the support of Tenaris both in Argentina and Brazil, the exhibition will tour to the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo in July and to the Museu de Arte Moderna of Rio de Janeiro in September.

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  • Título: Louise Bourgeois en La Boca
    Autor:
    Fecha: 14/04/2011
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    Ver nota original (Soy buenos Aires)

    "El retorno de lo reprimido" es el nombre de la muestra de esta gran artista plástica.

    El sábado 9 se inauguró en Fundación Proa la obra de Bourgeois, quien se caracterizó por establecer un fuerte e indiscutible vínculo entre sus obras y el psicoanálisis. 

    Maman, la araña, es la obra más imponente y emblemática que se exhibe y la mismísima Louise la definió como una oda a su madre, por ser protectora y útil. Muchísima gente llegó a la Vuelta de Rocha para admirar los detalles de Maman que tiene, nada más y nada menos, que 9 metros de alto, pesa más de 20 mil kilos y estará en Buenos Aires hasta el mes de agosto.

    A unos pocos metros, en el Centro Cultural Nómade, se agruparon niños y adultos para realizar arañas de distintos tipos de material, una propuesta artística muy entretenida y familiar.

    En el año 2000, esta gran artista plástica comentó: “Nací el 24 de diciembre de 1911 en París. Todo el trabajo que he realizado en los últimos cincuenta años, todos mis temas están inspirados en mi infancia. Mi infancia no ha perdido ni un ápice de su magia ni de su misterio ni de su drama”. 98 años después, Bourgeois falleció un 31 de mayo en la ciudad de Nueva York.



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  • Título: Louise Bourgeois y el psicoanálisis en Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 13/04/2011
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    Ver nota original (Arte Selección)

    La retrospectiva sobre Louise Bourgeois que ofrece hasta el 19 de junio la Fundación Proa de Buenos Aires se ha convertido en una de las grandes atracciones de la capital argentina en este otoño austral. Casi 90 obras, desde esculturas hasta instalaciones, ilustran la especial relación que tuvo con el psicoanálisis la artista franco-norteamericana que falleció en 2010 cuando estaba a punto de cumplir los 99 años. 

    Nacida en París en 1911, Bourgeois ayudó a sus padres desde muy pequeña en el negocio de restauración de tapices que regentaban en la ciudad donde inició sus estudios artísticos junto a maestros como Fernand Léger. Tras su boda con el historiador del Arte Robert Goldwater, Bourgeois se trasladó a los Estados Unidos, donde ocupó un lugar de primera fila en los movimientos de vanguardia durante siete décadas. Su particular visión creativa asume así trazas reconocibles de Surrealismo, Expresionismo, Postminimalismo y Abstracción. 

    ‘Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido’ reúne trabajos que van desde 1942 hasta 2009, componiendo una sucesión de radiografías psicoanalíticas que aluden a sucesos muy íntimos. Philip Larratt-Smith, comisario de la exposición, ha reunido imágenes y textos en los que puede apreciarse la enorme influencia que tienen en sus creaciones los traumas de la infancia. Como expresión de aquellas emociones, sus figuras humanas se deforman y los conceptos abstractos cobran vida a través de materiales muy maleables como el látex, la resina o la escayola. 

    La araña gigante de metal que recibe a los espectadores a la entrada del edificio es un anuncio de lo que encontrarán después con obras que recorren todas las etapas de su carrera. Se titula ‘Mamá’ (1999) porque su progenitora fue para ella "tan inteligente, paciente, limpia y útil, razonable e indispensable, como una araña". Esa evocación de la madre se repite una y otra vez en la producción de Louise Bourgeois, con referencias al "hada", en alusión a la figura materna, y también al padre, al que Bourgeois adoraba y odiaba al mismo tiempo. 

    ’The destruction of the father’ (1974) es una obra fundamental en ese sentido, en la que muestra trozos de cuerpo humano dentro de una cámara roja, una construcción que Bourgeois realizó como método de catarsis para eliminar la figura paterna del pasado, y lo hizo precisamente en el periodo de duelo tras la muerte de su marido. 

    Las creaciones "más violentas" de la retrospectiva hay que situarlas en la década de los 60, con incorporaciones constantes de órganos vitales que expresan las emociones de la artista. Más recientes son las ‘celdas’, grandes jaulas que albergan recuerdos del hogar natal, y las ‘habitaciones rojas’ que reproducen el dormitorio de sus padres. Con ellas muestra el miedo y el dolor sufridos en un lugar al que el espectador no puede penetrar, sólo divisarlo de lejos. De esa época son también los dibujos y grabados abstractos en los que Bourgeois plasma su exploración de la familia y las relaciones de promiscuidad. 

    Es su propio “exorcismo” a través de pinturas, esculturas, dibujos y grabados con los que Louise Bourgeois bucea en una infancia que nunca perdió su magia, ni su misterio, ni su dimensión dramática", como la propia artista explicó en alguna ocasión. En su constante catarsis, Bourgeois utiliza técnicas y materiales muy distintos aunque el tema sea siempre el mismo: "la vida expresada en Arte” porque “es necesario abandonar el pasado cada día o aceptarlo. Si no se consigue, te conviertes en escultora". 

    La categoría de Louise Bourgeois no fue reconocida como merece hasta los años 80, cuando el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) le dedicó una retrospectiva en la ciudad a la que se fue a vivir cuando contrajo matrimonio. Ahora se le dedica esta otra retrospectiva de gran nivel en Buenos Aires, primera etapa de un recorrido suramericano que continuará en el Instituto Tomie Ohtake de São Paulo y en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro.

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  • Título: Louise Bourgeois en Proa
    Autor:
    Fecha: 12/04/2011
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    Ver nota original (Romano Arte)

    Curador: Philip Larratt-Smith
    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será “el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte”.
    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.
    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.
    Fundación PROA

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  • Título: ouise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Autor:
    Fecha: 10/04/2011
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    Ver nota original (El arca digital)

    Fundación Proa presenta por primera vez en Latinoamérica la mayor exhibición de la obra de Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido, desde el 19 de marzo al 19 de junio de 2011. Bourgeois, una de las artistas más reconocidas del siglo XX, nació en París en 1911, y viajó y vivió en Estados Unidos desde 1938 hasta sus últimos días, en 2010.
    La exhibición comienza con la famosa araña Maman (1999) en la entrada de Proa, y el interior de las salas despliega un conjunto de 86 obras. Sus primeras esculturas, en las que aparecen ya la espiral y varias de las formas y figuras que vertebran toda su obra, rodean el Arch of Hysteria, 1993; Spider, 1997, y las emblemáticas instalaciones Red Room (Parents), 1994, y The Destruction of the Father, 1974. Un sólido y numeroso cuerpo de dibujos y escritos dan cuenta de su radical pensamiento ligado a la reflexión sobre el amor: filial, parental, familiar - el amor en sí mismo -. 
    Las obras  evidencian cómo el psicoanálisis intervino en el pensamiento de la artista, y cómo el diálogo con  ese discurso creó un universo emocionante sobre la compleja, conflictiva, y sutil vida contemporánea. El mundo interior, el de las relaciones familares, el lugar del padre, la madre, la hija y la esposa están tratados de manera singular, propia y personal, y convierten a Bourgeois en un ícono de los temas más trascendentales del siglo XX. 
    Sus famosas obras colgadas, pendientes de un hilo, muestran la fragilidad, la delicadeza de los acontecimientos, evidenciando la ambivalencia entre el mundo exterior y el mundo interior del sujeto.
    "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido", curada por Philip Larratt-Smith, es organizada conjuntamente con Louise Bourgeois Studio de Nueva York y el Instituto Tomie Ohtake de Sao Pablo, Brasil, y cuenta con el auspicio de Tenaris tanto para su presentación en Argentina como para su itinerancia,  en Río de Janeiro y en San Pablo.

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  • Título: Louise Bourgeois: devenir, fragilidad y estirpe
    Autor: Fabiana Barreda
    Fecha: 10/04/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (Revista Sauna)

    "Tu Cuerpo inerte irradiaba la huella de lo imposible de ser habitado"
    La obra de Louise posee la fuerza paradojal del sueño: las ilusiones de los deseos materializados en imágenes y la máxima oscuridad abismal de las pesadillas.
    Sentada de espaldas su pelo es largo, el cabello como cascada cae sobre su cuerpo de niña. Sus dibujos tienen la magia misteriosa de ese cuerpo pequeño, expuesto a curvas límites, una mujer-criatura atrapada en una pasión incontenible.
    El cuerpo emerge del mármol como la hija dilecta de Rodin, Venus nace pero queda petrificada en fragmentos, extremidades que lidian con los huracanes de la carne.
    Su cuerpo es su casa y la casa es el cuerpo, construyendo un árbol genealógico de artistas donde lo real solo se experimenta desde el soma.
    La femme maison es su tierna e incierta historia de protección, felicidad y devenires dramáticos acerca de las posibilidades del hogar como un espacio para los afectos.
    Siempre encarnó sus piezas en la estirpe aristocrática de los materiales nobles; bronce, piedra, el frío y suave mármol, hasta su secreto más perfecto: el Cristal.
    Resonancia vulnerable de las emociones, el Cristal fue su esqueleto sensible; desde las ventosas, farmakhon para cuerpos enfermos, hasta las presencias silenciosas de los seres transparentes que conforman las familias de sus celdas-células.
    Sus obras crean físicamente cuerpos escultóricos ambivalentes, donde la violencia coexiste con la máxima ternura de la belleza. Emociones encarnadas y escenificadas en ámbitos de intimidad afectiva y erótica. La carne virgen es expuesta a todas las fuerzas extremas del amor y el odio. El insaciable cuerpo femenino cohabita con el abrazo de los amantes.
    Todo es eterno y a la vez puede fracturarse irreversiblemente, y como una extraña cicatriz podemos seguir el camino que dibuja la herida. La máxima fragilidad da vida a la materia. Allí nace la atmósfera psicológica de la percepción de los vínculos de amor en algunas de sus obras: lo más amado es la entidad mas poderosa y a la vez la más frágil, posee una delicada existencia de perfección en peligro de quebrarse. En ese instante la obra revela ante nosotros la potencia conmovedora e indeterminada de los vínculos humanos.
    Todo es único en la vida, demasiado intenso para con la conciencia de la potencia, de lo posible.
    Louise en esa potencia vulnerabiliza la materia inerte. Como una Emily Brönte desata los naufragios del sujeto en el centro del hogar, y los devenires viscontianos de esas tragedias íntimas se hacen carne en el mármol rosado; las manos suaves y románticas se unen y suplican sobre espejos biselados. Junto a los perfumes, la piel rosada del mármol tiembla de miedo y pasión ante cada mirada de la dama del cabello de sirena

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  • Título: Impresiones de un Artista : Del Caos al Orden en la obra de Louise Bourgeois.
    Autor:
    Fecha: 09/04/2011
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    Ver nota original (Arsomnibus)

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido

    Curador:Philip Larratt-Smith


    Recién llegado de San Luis a Buenos Aires y luego de estar ausente 50 días de la escena porteña, el artista visual Aníbal Garfunkel recorrió durante dos horas junto a Arsomnibus, una psiconalista -la licenciada Paola Calcerano- y el soporte fotográfico de Juan Cruz Lobo, la impresionante muestra de la franco estadounidense Louise Bourgeois, que hace días se inauguró en la sede de la Fundación Proa en la Boca, a metros del Riachuelo y de la inefable Vuelta de Rocha. 
Estas son las algunas de las impresiones de nuestros invitados especiales, ante las 85 obras que integran una mega exposición excepcional, titulada "Louise Bourgeois: el retorno de la reprimido", que clausura al público el 19 de julio.
    Hubo asombro y silencios, entre la marea de argentinos y extranjeros -estuvimos los cuatro, un domingo por la tarde- que visitan diariamente la muestra (menos los lunes) ; y Garfunkel -quien en mayo próximo expondrá su propia producción artística, dentro del espacio Barrio Joven, que todos los años arteBA brinda a los artistas- varió varias veces su estado de ánimo, ante la mirada absorta de quienes transitan las cuatro salas de Proa destinadas a la obra de la artista.
    "Veo gran autenticidad en el trabajo de Borugeois, porque ella moldea desde sí misma y desde una situación personal una obra que nos permite meternos en un rincón de su cabeza, creando imágenes de gran naturalidad artística, con una técnica admirable".

    "Hay cierto encanto en lo siniestro y la brutalidad, sobre todo en el manejo de los materiales que utiliza para componer objetos de arcilla, modelados con absoluta maestría, donde trabaja mucho lo interno, lo hueco y el agujero que parece sustentar la realidad".
    "Por eso es una obra muy contemporánea y coherente representativa del mundo en que vivimos".
    "Me impresiona muchísimo Maman, esa escultura monumental que vimos al principio, porque la famosa araña guarda nueve huevos de purísimo mármol blanco, que -a mi juicio- están emparentados con los nueve meces de gestación de la mujer".

    "Es como si la artista misma hubiese tejido tramas y redes, nutriéndose de distintos estilos estéticos, para significar una única y particular forma de hablarle al público y de transmitirle sus entrañas y su perturbante mundo interior".

    "Creo que su máxima -inconsciente quizás- fue: dibuja tu mente y pintarás la de las demás".
    "Todo lo que vemos aquí hoy, es como sueño atrayente y a la vez escabroso, porque nos toca desde lo más profundo del ser y donde el cuerpo humano -protagonista principal de su obra- está visto (y decapitado), como un tejido más de la vida y de las cosas de este mundo, que a todos nos angustia".
    "Es admirable la libertad con que trabaja y elabora técnicamente su obra y la carencia de preconceptos para expresar el resultado artístico de su labor". 
    "La elección de materiales como el bronce, el mármol y el acero inoxidable denotan la pureza y solidez de sus creencias, y el amor y preciosismo técnico con que arribaba a ellos"
    "Bourgeois nos transmite visiones de un mundo inexorable, donde hay que aceptarnos como somos y donde la realidad permanentemente contribuye a deformarnos y , nuevamente, a formarnos como finalmente somos. En definitiva, yo creo que la artista nos quiere decir que la realidad es mucho más compleja que una mera deformación, llamémosla equilibrada, de sí misma".
    "Todas son imágenes muy potentes y, viéndolo bien, sus inquietantes arañas, si bien tienen su parte fuerte, a mí se me representan bastante amigables y generosas con el paisaje ".
    A todo esto, hay que decir que a Garfunkel y a Paola Calcerano, a veces les faltó el aire cuando vieron la muestra de L.B. ( y que todos respiramos aliviados cuando salimos de nuevo a la calle), porque no dejaron de sugerir durante la recorrida, que sentían el conjunto de la obra concebida en un clima de bárbaro y tenebroso nerviosismo; y no en el sutil y estrecho desfiladero de la paz, que la artista -parece- nunca transitó. 
    Claro: nuestra vivienda -el cuerpo- es una ruina insegura nos sugiere L.B. en esta exposición, porque su mano nunca negoció con los dioses y demonios de la moderna sociedad estadounidense, donde desarrolló gran parte de su vida.
    Esta obra (cada una de ellas), seguramente explotó por los poros de la artista, que nunca desestimó sus vínculos con el psicoanálisis y su parentesco con el surrealismo de postguerra.
    Tal vez, hay mucho de arrojo íntimo y personal y no de arrepentimiento: puro talento en manos de esta artista única que, durante muchos años de su extensa vida pagó el precio del silencio de la crítica mundana.
    Tal vez, sus propios pecados y bendiciones se entremezclaron en la charla que tuvimos con Garfunkel y Calcerano.

    Ella murió hace poco, a los 83 años, entre la tierra y el cielo, finalmente consagrada por la copiosa y para nada obsecuente crítica internacional que, curiosa y paradójicamente, antes -años atrás- la había ignorado y pasado por alto; como una de las más grandes, prolíferas y por cierto, temibles ( como la famosa, fabulosa y mortuoria araña, símbolo hermenéutico y alter-ego de la mega mater tejedora y protectora, que ahora está en Buenos Aires y que luego viajará directamente a New York ) manifestaciones artísticas del siglo XXI que, -obviamente- no la había visto nacer, pero sí crecer hasta el límite de la vejez y bucear en el -para ella- inescrutable y frenético destino humano.
    Finalmente, Maman -de 22 toneladas de bronce- cumple varias funciones. Es, literalmente, el mascarón de Proa, porque da al sin igual y turbio río ( que nadie pintó mejor que don Quinquela Martín y se impone siniestramente a la entrada de la Fundación, donde hoy yace instalada parte importante de la obra de L. B. , como un único y gestual objeto creativo y tan elocuente, porque pareciera que desde el más allá habla por sí misma ( la artista); y también porque precisamente y preciosamente precede y antecede ( al aire libre ) la entrada de la muestra. Justamente, el renombrado artista boquense parece guiarnos aquí y allá, desde lo agrio del paisaje pictórico que lo vio nacer manifestarse y morir , hasta la cima de otro arte (el de L. B.) que reclama (a gritos luz), gran parte de lo que el arte contemporáneo nacional e internacional alberga y contiene de estupor y, de hediondo hondo, fondo ( olor) a fango.
    Claro: hay algo que une y despiada a la artista con el mítico universo natural y putrefacto ( el de este río), que sin lugar a dudas nos inclina a pensar la vida y el arte moderno, como dos caras de una misma moneda, donde sufrimiento y felicidad se alzan en gestación, para soportar el titánico y mitológico esfuerzo cotidiano que hace la humanidad para seguir con vida.

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  • Título: Exposición de Louise Bourgeois en Fundación Proa: Una amiga de U2 en Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 08/04/2011
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    Ver nota original (Letras y Celuloide Blog)

    Por la Argentina pasó un huracán, pero esta vez –por una vez- el epicentro, el ojo de la tormenta no estuvo sobre Buenos Aires. En La Plata, la oblicua, la banda de rock que hoy por hoy y libra por libra es la más grande del mundo, dejó un tendal de fanáticos con sus cabezas partidas, derramando lo que quedó de ellos por esas diagonales que convierten a la ciudad en un laberinto para forasteros. Los irlandeses U2 brindaron tres shows en los que nadie parece haber sido defraudado y acrecentaron su fama de hacedores de espectáculos inolvidables. Eso, se dirá a esta altura, lo sabe todo el mundo, de la misma manera en que ya nadie ignora que además de su música, la gran estrella de sus presentaciones fue el escenario futurista cuyo nombre de entrecasa es La Garra. Lo que pocos saben es que mientras ellos hacían saltar a la Argentina completa en el lujoso Estadio Único, en la República de La Boca, en el espacio que ocupa frente al Riachuelo la Fundación Proa, una gigantesca araña metálica ponía en evidencia que esa Garra tiene una madre.
Bajo el título de El retorno de lo reprimido, la Fundación Proa exhibe una exquisita selección de trabajos de la francesa Louise Bourgeois, artista multifacética a quien por convención podría definirse principalmente como escultora, aunque muchas de sus obras sean dibujos, pinturas, instalaciones, textos y bordados, que exceden por mucho la rigidez de una única categoría. Cualquier intento por clasificarla resulta entonces tan incompleto como reductivo, limitante y, sobre todo, innecesario. Será que Bourgeois representa cabalmente la figura del artista total y una visión orgánica del arte, en donde lo genérico no es una frontera cerrada, sino una puerta entreabierta por la cual aventurarse en resonantes espacios familiares. Será por eso que no sorprende encontrar algunos dibujos trazados sobre hojas pentagramadas, como si de ese modo también expandiera su obra hasta el etéreo universo de la música.
Pero si de música se trata, allí están otra vez los U2 y su Garra bourgeoiseana, inspirada en la bestial madre de hierro, esa araña que parece inclinarse a parir sus huevos de mármol ahí, en la vereda misma de la Fundación. No es aventurada la relación entre ambas estructuras, sobre todo sabiendo la admiración que el propio Bono ha manifestado en más de una ocasión por la obra de Bourgeois. Pero si no alcanza con oponer foto contra foto para que la monumental Maman (tal es el nombre original de la araña; literalmente “Mamá” en castellano) reclame la patria potestad de la acromegálica garra rockera, tal vez sea suficiente arrojar sobre la mesa la última foto que el cantante irlandés se tomó el año pasado junto a su admirada Louise, en el atelier neoyorkino de la artista. Y si tampoco eso bastara -porque siempre hay quien quiere una última prueba de la existencia de Dios-, tal vez sea definitiva la visita que el propio The Edge (mejor conocido como “el guitarrista de U2”) realizó a la sede de Proa, para recorrer integro la exhibición de El retorno de lo reprimido, según confirman los responsables de la Fundación, que todavía se lamentan por la negativa del Guitar Hero a permitir que las cámaras perpetuaran ese momento mágico. Después de eso, ¿qué importa que Bono haya querido disimular lo evidente, declarando (demagógico) en su paso por España, que el diseño de La Garra esta más influenciado por la estética del arquitecto catalán Antoni Gaudí, que por las arañas de Bourgeois? ¡Dale, Bono!
El recorrido de El retorno de lo reprimido, al cuidado de su curador Phillip Larratt-Smith, propone un espacio onírico de fantasías que irrumpen sin aviso en la realidad. Fantasías que, como si de una visión psicoanalítica se tratara, conservan el trazo entre monstruoso e hipnótico de los recuerdos nebulosos de la infancia. Si al comienzo esa araña parturienta recibe a los visitantes en la puerta misma de la fundación (y una hermana menor los aguarda en la primera sala, pronta a desovar dentro de una enorme jaula cilíndrica, en cuyo centro se ubica una silla que espera blandamente la descarga), no sorprenderá encontrar en el camino una profusión de objetos que remiten de manera directa a lo fálico, lo mamal o lo escatológico. Janos colgantes como glandes bífidos; espejos curvos que devuelven la realidad retorcida por el filtro de lo deforme; orgiásticos muñecos de trapo, mutilados y tullidos, que insisten en trenzarse en sugestivos abrazos; textos que desbordan sublimadas fantasías, y la certeza, de puño y letra, de que El arte es garantía de cordura, forman parte de ese recorrido oscuro pero vital. En el medio, la más compleja de las obras expuestas: Cuarto Rojo (Padres). Se trata de una habitación matrimonial cercada por un vallado circular de puertas, que abrazadas como piqueteros impiden asomarse hacia adentro de manera directa. Obligado a escudriñar por rendijas, cerraduras o espejos, el visitante sólo puede tener una mirada fragmentaria y dirigida del interior de ese cuarto rojo, el de los padres, donde Bourgeois se permite sugerir fantasmas hasta con las sombras intencionadas de los objetos que lo habitan. Lo que cualquier chico busca, ni más ni menos, al espiar la habitación prohibida, esa de los ruidos (y los ritos) nocturnos, en el intento por saciar esa pulsión curiosa sin la cual El retorno de lo reprimido no tendría razón de ser. Y con ello, el mundo entero.

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  • Título: Casi idénticas: La Garra de U2 y la araña diseñada por Bourgeois
    Autor: Juan Pablo Cinelli
    Fecha: 08/04/2011
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    Ver nota original (Tiempo Argentino)

    Miembros de la banda irlandesa visitaron la exposición de la artista francesa en Fundación Proa

    Bono fue un gran amigo y admirador de la escultora cuyas obras se exponen en Buenos Aires. Y no sólo eso, la estructura del escenario de los shows de su grupo tiene notables similitudes con una de sus creaciones. 

       
    Por la Argentina pasó un huracán, pero esta vez –por una vez– el epicentro, el ojo de la tormenta no estuvo sobre Buenos Aires. En La Plata, la oblicua, la banda de rock que hoy por hoy y libra por libra es la más grande del mundo, dejó un tendal de fanáticos con sus cabezas partidas, derramando lo que quedó de ellos por esas diagonales que convierten a la ciudad en un laberinto para forasteros. Los irlandeses U2 brindaron tres shows en los que nadie parece haber sido defraudado, y acrecentaron su fama de hacedores de espectáculos inolvidables. Eso, se dirá a esta altura, lo sabe todo el mundo, de la misma manera en que ya nadie ignora que además de su música, la gran estrella de sus presentaciones fue el escenario futurista cuyo nombre de entrecasa es La Garra. Lo que pocos saben es que mientras ellos hacían saltar a la Argentina completa en el lujoso Estadio Único, en la República de La Boca, en el espacio que ocupa frente al Riachuelo la Fundación Proa, una gigantesca araña metálica ponía en evidencia que esa Garra tiene una madre.
    Bajo el título de “El retorno de lo reprimido”, la Fundación Proa exhibe una exquisita selección de trabajos de la francesa Louise Bourgeois, artista multifacética a quien por convención podría definirse principalmente como escultora, aunque muchas de sus obras sean dibujos, pinturas, instalaciones, textos y bordados que exceden por mucho la rigidez de una única categoría. Cualquier intento de clasificarla resulta entonces tan incompleto como reductivo, limitante y, sobre todo, innecesario. Será que Bourgeois representa cabalmente la figura del artista total y una visión orgánica del arte, donde lo genérico no es una frontera cerrada sino una puerta entreabierta por la cual aventurarse en resonantes espacios familiares. Será por eso que no sorprende encontrar algunos dibujos trazados sobre hojas pentagramadas, como si de ese modo también expandiera su obra hasta el etéreo universo de la música.
    Pero si de música se trata, allí están otra vez los U2 y su Garra bourgeoiseana, inspirada en la bestial madre de hierro, esa araña que parece inclinarse a parir sus huevos de mármol ahí, en la vereda misma de la Fundación. No es aventurada la relación entre ambas estructuras, sobre todo sabiendo la admiración que el propio Bono ha manifestado en más de una ocasión por la obra de Bourgeois. Pero si no alcanza con oponer foto contra foto para que la monumental Maman (tal es el nombre original de la araña; literalmente “Mamá” en castellano) reclame la patria potestad de la acromegálica Garra rockera, tal vez sea suficiente arrojar sobre la mesa la última foto que el cantante irlandés se tomó el año pasado junto a su admirada Louise, en el atelier neoyorkino de la artista. Y si tampoco eso bastara –porque siempre hay quien quiere una última prueba de la existencia de Dios–, tal vez sea definitiva la visita que el propio The Edge (mejor conocido como “el guitarrista de U2”) realizó a la sede de Proa, para recorrer íntegra la exhibición de El retorno de lo reprimido, según confirman los responsables de la Fundación, que todavía se lamentan por la negativa del Guitar Hero a permitir que las cámaras perpetuaran ese momento mágico. Después de eso, ¿qué importa que Bono haya querido disimular lo evidente, declarando (demagógico) en su paso por España, que el diseño de La Garra está más influenciado por la estética del arquitecto catalán Antoni Gaudí que por las arañas de Bourgeois? ¡Dale, Bono!
    El recorrido de “El retorno de lo reprimido”, al cuidado de su curador Phillip Larratt-Smith, propone un espacio onírico de fantasías que irrumpen sin aviso en la realidad. Fantasías que, como si de una visión psicoanalítica se tratara, conservan el trazo entre monstruoso e hipnótico de los recuerdos nebulosos de la infancia. Si al comienzo esa araña parturienta recibe a los visitantes en la puerta misma de la fundación (y una hermana menor los aguarda en la primera sala, pronta a desovar dentro de una enorme jaula cilíndrica, en cuyo centro se ubica una silla que espera blandamente la descarga), no sorprenderá encontrar en el camino una profusión de objetos que remiten de manera directa a lo fálico, lo materno o lo escatológico. Janos colgantes como glandes bífidos; espejos curvos que devuelven la realidad retorcida por el filtro de lo deforme; orgiásticos muñecos de trapo, mutilados y tullidos, que insisten en trenzarse en sugestivos abrazos; textos que desbordan sublimadas fantasías, y la certeza, de puño y letra, de que El arte es garantía de cordura, forman parte de ese recorrido oscuro pero vital. En el medio, la más compleja de las obras expuestas: Cuarto Rojo (Padres). Se trata de una habitación matrimonial cercada por un vallado circular de puertas, que abrazadas como piqueteros impiden asomarse hacia adentro de manera directa. Obligado a escudriñar por rendijas, cerraduras o espejos, el visitante sólo puede tener una mirada fragmentaria y dirigida del interior de ese cuarto rojo, el de los padres, donde Bourgeois se permite sugerir fantasmas hasta con las sombras intencionadas de los objetos que lo habitan. Lo que cualquier chico busca, ni más ni menos, al espiar la habitación prohibida, esa de los ruidos (y los ritos) nocturnos, en el intento por saciar esa pulsión curiosa sin la cual el retorno de lo reprimido no tendría razón de ser. Y con ello, el mundo entero.

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  • Título: Yendo de la cama al MOMA. Encierro y liberación de Louise Bourgeois
    Autor: Mariano Soto
    Fecha: 06/04/2011
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    Ver nota original (Revista Sauna)

    Una viejita de sonrisa algo forzada, con un tapado de peluche y portando un enorme miembro masculino en la mano, es la imagen icónica de la señora Bourgeois, con toda la potencia de los significantes que Mapplethorpe bien sabía cargar en sus fotos. No se agotó en él, empero, la costumbre de iconizar la obra y la personalidad de la artista franco-americana con el símbolo fálico.
    Hoy, una muestra en Buenos Aires, en Fundación PROA, toma al psicoanálisis como eje alrededor del cual está construida la espectacular exhibición.
    Apoyado en todo el menú de la Psicología (Incesto, Complejo de Edipo, Complejo de Castración, Proceso de Reparación, etc.), el guión curatorial enhebra estos dilemas inconscientes manifestados en la vida de Bourgeois con la obra seleccionada.
    El enfoque es atípico, y hasta puede sonar algo pretensioso, pero más allá de esto acompaña perfectamente la esencia de la producción y el hinterland de la mente y emociones de quien la creó.
    Por otro lado, la elocuente obra de esta artista puede leerse “a pelo”, y ofrece conexiones personales aún en la ausencia total de toda justificación teórica. Cualquier persona ajena al mundo del arte puede sentirse movilizada ante algunas de sus obras, y prueba de ello es la multitud que asistió a la inauguración de PROA, formando en la entrada una cola helicoidal con un formato digno de madame Bourgeois. 
    También es cierto que en ello operó el grado de popularidad alcanzado tardíamente por la artista, que arrancó a partir de la muestra de 1964 en la Stable Gallery de Nueva York hasta llegar a la retrospectiva del MOMA en 1982; y también su conversión involuntaria en “símbolo” de muchas cuestiones sociales centrales en el siglo XX: guerras mundiales, rol de la mujer, revolución sexual, psicoanálisis, etc. Pero es una realidad innegable que la obra de esta prolífica y longevísima artista produce emociones como por un tubo, apoyada en su sola existencia formal.
    El largo camino recorrido por esta muchacha nos recuerda que, tras años de depresión, agorafobia y psicoanálisis, sale al ruedo y, legitimada en el circuito del arte neoyorkino y mundial, transforma sus dolores en expresión artística.
    En su versión porteña y boquense, la muestra en PROA aborda este enfoque de manera central. Es un relato efectivo y claramente visible no solo en la elección de las piezas sino, también, en el guión y en la disposición museográfica. Hay implícita una metáfora sobre el timing de la evolución mental y emocional de la artista a través de los distintos momentos de su vida, y la incidencia directa del psicoanálisis sobre estos cambios y sobre su obra. 
    Nos recibe en la primera sala una instalación: otra araña, de escala más reducida que la Mamananfitriona, y que encierra entre sus altas patas una jaula con objetos. Los restos de tapices antiguos hechos jirones y la semipenumbra de la sala nos ponen en alerta. Hay una tensión voluptuosa en todos estos elementos y en su sagaz combinación. Lo autorreferencial se sale de su casillero y nos toma de las solapas, así no sepamos quién era Louise Bourgeois, o qué significaban para ella los tapices y las arañas. Esta primera sala-etapa tiene el clima misterioso, fantástico y oprimente de la infancia de la artista.
    La sala siguiente, la central, resulta la más difícil. Reúne gran cantidad de su obra escultórica, más que nada la directamente linkeada con el psicoanálisis. Desde los tótems de su primera producción (Personages) hasta Arco de Histeria de 1993, pasando por toda la artillería de esculturas orgánicas, los penes-vaginas de Janus Fleuri y Fillette y las tardías figuritas de trapo como Siete en la cama, de 2001. El inconveniente aquí radica en que, a pesar de la coherencia de la selección de las piezas en función de su relación con figuras concretas del psicoanálisis (Edipo, Complejo de Castración, Histeria), la muestra decae visualmente en esta parte. Tal vez sea un problema endémico de esta sala, ya que es un hecho ocurrido en otras ocasiones. El exceso de luz natural, la inusual forma del espacio o las columnas originales de la casa ochocentista -cualquiera de estos factores o todos- hacen que la efectividad de los relatos pueda fallar. El uso de vitrinas convencionales coadyuvó, en este caso, a darle un algo aburrido, y ni las obras colgadas salvan este bache. No obstante, exhibiéndose en esta sala la obra más relacionada a los “rollos” psicológicos de la artista, puede funcionar como un acierto -ex profeso o azaroso- el clima limpio y blanco que se respira; casi hospitalario, aséptico y amenazante a la vez. En la sala siguiente la atmósfera se oscurece. Nos recibe una de las Cells, instalaciones que la artista desarrolló durante la década de 1990. Verla, aún exteriormente, sin asomarse al interior, es una experiencia sensible. Tablones de madera oscura con molduras, que nos hablan desde el vamos de una casa burguesa con retintines victorianos, encierran a medias una habitación matrimonial. La imposibilidad de ver la totalidad de la escena nos permite asomarnos a la sensación que habrá sentido la pequeña Louise en pleno apogeo de su Edipo, cuando los padres cerrarían la puerta en sus narices. La obra que sigue –o la más destacada- es la famosa Destrucción del padre, de 1974, la cual entra en diálogo con Sleep II, una especie de glande gigante de nívea materia, apostado frente al padre hecho trizas y comido. Esta última obra, La destrucción del padre, provoca una conexión con lo ancestral: la iluminación roja, sanguínea, las protuberancias bulbosas de arriba y abajo, la organicidad y la cosa cavernaria que trasmite la vuelven una especie de llamada a un mundo antiquísimo y antropófago. Anterior al mito. Esta parte de la muestra puede relacionarse con las pérdidas de la artista, sus depresiones, y el abatimiento en que cayó luego de años de psicoanálisis.
    Subiendo a la segunda planta, nos espera el último eslabón en la cadena. Y la muestra nos devuelve una obra seleccionada aquí por lo racional, en el caso de la vitrina de tres patas cargada con cientos de envases de vidrio, pero que trasmiten también fragilidad e incertidumbre. O seleccionada por los colores, como en el caso de Estudio del natural, una escultura de formas inquietantes mezcla de gárgola y grifo pero de un refrescante color celeste, puesta en diálogo con los guaches rojizos de sus últimos años, y con una especie de friso corrido plagado de mamas color rosado. Aquí, el juego de colores y la malsana infantilidad representada en las aguadas, funcionan como metáfora del reacomodamiento de piezas que el psicoanálisis le permitió hacer a Bourgeois: adentrarse y ver, hacer el duelo, reubicar y lograr algo como una síntesis. Un renacer. Por lo cual no es curioso que la muestra termine con la obra llamada El niño reservado, en la que pequeñas y delicadas figuritas de embarazadas, se recortan contra un enorme plano curvo que oficia de espejo –y que recuerda un poco a C-Curve, de Anish Kapoor-. El espejo nos devuelve una imagen deformada a lo ancho, monstruosa y graciosa a la vez. Lo ilusorio de nuestras construcciones señalado con ironía.
    Racionalidad/Fragilidad. Duelo/Superación. Vida/Muerte. Parecen ser los temas principales que se juegan en la última sala de la muestra, y que nos dejan la consoladora imagen de una Louise Bourgeois que luchó contra sus fantasmas. Que opuso fuerza vital y creadora a los recovecos más oscuros de su mente y su ego que, empezamos ya a vislumbrar en el siglo XXI, son eternos malos consejeros.

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  • Título: Louise Bourgeois
    Autor: Romina Mirko
    Fecha: 05/04/2011
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    Ver nota original (Submergente.org)

    De la protección a lo venenoso, de la amenaza a la fragilidad

    Louise Bourgeois – Fundación Proa
    Maman majestuosa, parece tragarse la frialdad del edificio de Proa, envolviendo los colores de La Boca, haciéndolos suyos. Su dueña, la inventora de la terrible criatura, Louise quiso representar con ella a su madre, a la relación entre ellas, logrando transmitir ese sentir a la mayoría de las mujeres de todas las épocas y culturas. Ese amor, ese odio, esa protección en cada venenoso tentáculo al terrible invasor, ese sofocante encierro en telaraña de tenue y frágil cristal. Puede observarse en esa
    inmensidad como brilla la luz de los distintos momentos del día sobre la criatura complementando un espacio que no será lo mismo luego de esta invasión arácnida.
    Maman amenaza al visitante, pero lo cobija en cada tentáculo, bajo su brillante y reflectante panza, pero su creadora es mucho más que una esplendorosa araña de metal, es la mujer y su vida, la mujer y sus formas, la mujer y su pensar. Sus femme maison pequeñas, casi invisibles en su materialidad de mina de carbón, tan diminutas, pero tan sagradas, se despliegan en mi mente cada vez que imagino una obra de la frágil demiurga francesa.
    Un ser que lleva a cuestas su hogar y las vivencias que allí ocurren, no es más que un ser humano , hay quienes salen de él para nunca volver, quienes salen y desean volver cada minuto que pasan fuera, hay quienes despliegan sus fuerzas allí , hay quienes esperan y quienes son esperados en cada hogar. Un espacio que Bourgeois eligió graficar como plano y casi insignificante sobre el pequeño cuerpo femenino,es un territorio significativo para cada ser humano, paredes que limitan, paredes que alientan a la creación y hasta a veces sufrimiento. Para algunos el bien más deseado, para otros un ahogo, casi como esa diabólica araña que custodia la puerta.
    Lo más intenso que puede respirarse al pensar y ver la producción de la francesa es el deseo que tuvo ,hasta no hace mucho tiempo, de salir de su ahogo , de su terrible historia, de su pequeña casa mental y ser ella misma ,un ser único, un talento poco apreciado ,pero que desahogaba cada pequeño gran dolor en una obra tremendamente atrayente. 
     

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  • Título: Louise Bourgeois, el retorno de lo reprimido
    Autor: Martin Wullich
    Fecha: 05/04/2011
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    Ver nota original (Mujeres & Cia)

    Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra "equivalentes plásticos" de "estados psicológicos": "Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra".

    Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo. Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo. Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: "Mi trabajo es ocuparme del dolor", escribe la artista.

    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña MAMAN (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París, ofreciendo conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo, profundizó el pensamiento radical de la época y tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas. Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.

    El catálogo reproduce una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 96 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos. Una exhibición histórica.

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  • Título: La araña de Louise Bourgeois cambia el paisaje de La Boca
    Autor: Canela
    Fecha: 05/04/2011
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    Ver nota original (Colectivo Imaginario / TN)

    Colectivo Imaginario

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  • Título: Arte catártico
    Autor: Viviana Fischler
    Fecha: 05/04/2011
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    Ver nota original (Ramona)

    En la transferencia de la interioridad a lo objetual, obra la magia de la emoción que purifica y sana. 

    A algunos artistas los inspiran los materiales, a Louise Bourgeois no, al menos así consta en sus escritos. Para ella, fueron recursos y herramientas de expresión al servicio de la exposición de su existencia sensible, tanto particular como social. Especie de diario íntimo. Pero también, los materiales, fueron el medio de elaborar un modo de dar y de amar. Con sus obras contó lo que sentía, le sucedía y pensaba. Hoy frente a sus obras de arte, nosotros escuchamos, primero con los ojos y el resto de nuestros sentidos después.

    Sus creaciones, producidas a lo largo de más de sesenta años, vuelven estéticamente inclasificable la diversidad de su obra. Sin embargo, una vez más son los materiales, en su mayoría el bordado y el tejido, los que dan cuenta del mundo femenino, el de las labores domésticas. A los que se agrega la delicadeza con que han sido tratados el hierro, el bronce, el yeso y la madera, para reforzar aún más la feminidad de un trabajo que se traduce en esculturas, objetos e instalaciones. Con estos, unas explícitas acuarelas, junto con breves y exquisitos poemas, la artista reúne imagen y palabra para hablar de los grandes temas humanos. Infancia y adultez, vida y muerte, lo femenino y lo masculino, lo consciente y lo inconsciente, el deseo y el placer, el pecado y la culpa.
    Así cobran sentido frente a nosotros, las figuras humanas -solas, en pareja o en montón-, los penes, las mamas, los laberintos pintados o tridimensionales.

    Represión y expresión, siempre la misma idea que va y viene, en un retorno que intenta comprender qué lugar le cabe al amor entre el “Ethos” y el “Eros”, la ética y lo erótico. Formas biomórficas y humanas. El tema -la idea- es ella, la mujer y la familia. Y familia es memoria, historia.

    La hace y la cuenta, la teje conscientemente, para destejer esos nudos inconscientes, que por momentos entorpecen la lectura de la trama de la historia privada. Para comprenderla, para madurarla, para intentar mejorarla en la que cada uno construye, para crecer y heredar a los hijos.

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  • Título: Hay un Mondongo en las gateras
    Autor: Alicia De Arteaga
    Fecha: 05/04/2011
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    Ver nota original (La Nación)

    Los franceses tienen una palabra que aplican al esplendor cultural del otoño, cuando hablan de la rentrée , momento en el que la actividad cobra un brillo único. Algo de eso sucede en Buenos Aires, en estos días de récord de visitantes en Proa para ver la muestra magnética de Louise Bourgeois; de ocasionales fotógrafos en la explanada de la fundación, listos para capturar la imagen de la araña inmensa, obra de la inmortal creadora franco-norteamericana, y de visitantes en el Museo de Bellas Artes atraídos por el Doríforo , la escultura de Policleto que ha cambiado la rutina del MNBA.

    Muchas cosas cambiarán de ahora en adelante en la agenda de nuestro museo mayor con el paso al costado protagonizado por Nelly Arrieta de Blaquier, como presidenta de los Amigos del Museo, que deja en su lugar a Julio Crivelli, coleccionista de ley, abogado de profesión, integrante hoy de la comisión directiva con Andrés von Buch y Eduardo Grüneisen. Será Crivelli quien continúe la tarea iniciada por la señora de Blaquier en una larga gestión filantrópica reconocida el año último por la Frick Collection de Nueva York.

    La temporada de subastas comienza con el remate de carruajes, timoneado por Juan Antonio Saráchaga, en la Rural de Palermo, que este año incluye una selección de autos vintage . Impecable es la cupé Ford A 1931, que bien podría haber trasladado a la pareja del momento, Luisana Lopilato y Michael Bublé, el sábado último, por el umbroso parque de la estancia que fue de los Pereda, en Cañuelas. Una Bugatti junior con el sello del gran diseñador Ettore, hijo de Carlo y hermano de Rembrandt Bugatti, extraordinario escultor, saldrá a remate con un precio bastante más bajo que el de una 4 x 4 de alta gama.

    Roldán hizo punta al subir a la tarima de las subastas el arte contemporáneo, que es, usualmente, materia de comercialización en la galerías. Primero, fueron las obras de Alberto Sendrós, al que siguieron las de Ignacio Liprandi, como si el destino de ambos coleccionistas, devenidos galeristas, fuera seguirse los pasos. El atractivo en esta oportunidad es la incorporación de un retrato de Lucien Freud, firmado por el colectivo Mondongo, realizado con chacinados y carnes ahumadas sobre madera. Tiene un precio estimado de 15.000 dólares. Martín Saráchaga, J. C. Naón y Breuer Moreno completan el primer tramo de subastas, en esta rentrée con un horizonte de grandeza.

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  • Título: Una araña de 22 toneladas y un viaje al inconsciente
    Autor: Oscar Smoljan
    Fecha: 05/04/2011
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    Ver nota original (Diario de Rio Negro)

    Una gigantesca araña de acero y bronce, de nueve metros de alto, diez de ancho y más de veinte toneladas de peso, la cual puede contemplarse en el barrio porteño de La Boca, en la explanada de la Fundación Proa, es la puerta de entrada a una de las más profundas e intensas exposiciones de arte exhibidas hoy en Argentina.

    La escultura en cuestión lleva el nombre de "Mamam", obra emblemática de la escultora francesa Louise Bourgeois, fallecida el año pasado a los 98 años, la cual está dedicada a la memoria de su madre y que se exhibe junto a una colección de 75 obras referidas a la experiencia de la artista a lo largo de más de 30 años de su propia terapia psicoanalítica.

    Louise Bourgeois nació en Francia en 1911 y emigró a los Estados Unidos poco antes de la Segunda Guerra Mundial. En 1982 tuvo su primera muestra en el MOMA de Nueva York, ciudad que hizo propia a lo largo de su vida.

    "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido" es el título de la muestra que puede verse en la sede de Proa hasta el 19 de junio y que nos lleva a un recorrido por las intensas vivencias psíquicas de la artista, quien se volcó a esta disciplina tras morir su madre y luego de una relación conflictiva con su padre.

    La muestra viene de ser presentada en el Guggenheim de Nueva York y Bilbao y en la Tate Gallery de Londres y seguirá viaje a San Pablo y Río de Janeiro.

    El curador de la exposición, Phillip Larrat-Smith sostuvo que pensó en la muestra como una serie de constelaciones de obras, que combinen los elementos femeninos y masculinos, lo arquitectónico y lo orgánico, lo abstracto y lo concreto.

    Estas dicotomías pueden apreciarse en las distintas obras, en especial, aquellas como "Janus Fleuri", parte de una figura humana colgante del techo que combina elementos de ambos géneros, demostrando la obsesión de la artista por la ambivalencia.

    La muestra presenta esculturas, dibujos, una visión de la artista de la habitación de sus padres y textos íntimos recientemente descubiertos.

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  • Título: Fundación Proa presenta la obra de Louise Bourgeois
    Autor: Claudia Pérez
    Fecha: 04/04/2011
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    Fundación Proa presenta por primera vez en Latinoamérica la mayor exhibición de la obra de Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido, desde el 19 de marzo al 19 de junio de 2011. Bourgeois, una de las artistas más reconocidas del siglo XX, nació en París en 1911, y viajó y vivió en Estados Unidos desde 1938 hasta sus últimos días, en 2010.
    La exhibición comienza con la famosa araña Maman (1999) [foto arriba, margen izquierdo] en la entrada de Proa, y el interior de las salas despliega un conjunto de 86 obras. Sus primeras esculturas, en las que aparecen ya la espiral y varias de las formas y figuras que vertebran toda su obra, rodean el Arch of Hysteria, 1993; Spider, 1997, y las emblemáticas instalaciones Red Room (Parents), 1994, y The Destruction of the Father, 1974. Un sólido y numeroso cuerpo de dibujos y escritos dan cuenta de su radical pensamiento ligado a la reflexión sobre el amor: filial, parental, familiar - el amor en sí mismo -.
    Las obras evidencian cómo el psicoanálisis intervino en el pensamiento de la artista, y cómo el diálogo con ese discurso creó un universo emocionante sobre la compleja, conflictiva, y sutil vida contemporánea. El mundo interior, el de las relaciones familares, el lugar del padre, la madre, la hija y la esposa están tratados de manera singular, propia y personal, y convierten a Bourgeois en un ícono de los temas más trascendentales del siglo XX.
    Sus famosas obras colgadas, pendientes de un hilo, muestran la fragilidad, la delicadeza de los acontecimientos, evidenciando la ambivalencia entre el mundo exterior y el mundo interior del sujeto.
    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, curada por Philip Larratt-Smith, es organizada conjuntamente con Louise Bourgeois Studio de Nueva York y el Instituto Tomie Ohtake de Sao Pablo, Brasil, y cuenta con el auspicio de Tenaris tanto para su presentación en Argentina como para su itinerancia, en Río de Janeiro y en San Pablo.
    Fundación Proa: Ubicado en uno de los barrios más pintorescos e históricos de Buenos Aires, La Boca.
    La sede está abierta de martes a domingo de 11:00 a 19:00 horas.

    Presentación
 Adriana Rosenberg
    […]
    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido reúne un conjunto destacado de obras desde 1942 hasta el 2009. La exhibición profundiza los pensamientos que la artista articuló sobre el psicoanálisis. Esta decisión curatorial derivó en el descubrimiento de escritos inéditos sobre su relación con su psicoanalista y también pensamientos sobre la teoría. Material que se edita por primera vez dando cuerpo a casi cien textos sobre el tema, cuya publicación acompaña esta exhibición. El curador, Philip Larratt-Smith, recupera el diálogo de lenguajes, susceptible de formar parte del mismo universo estético: imagen y escritura.
    La muestra compone una geografía psicoanalítica, un mapa del lenguaje y una radiografía de sucesos íntimos, subjetivos, que a la luz del psicoanálisis, le proponen al espectador transitar el interior de la psiquis, descubierta hace más de un siglo.
    Louise Bourgeois es impensable sin sus lecturas psicoanalíticas y su práctica terapéutica. De la misma manera es impensable hoy el psicoanálisis sin las imágenes de Louise Bourgeois. Esta capacidad de la obra de dar cuenta del campo teórico funda lo que podríamos atrevernos a denominar “el diccionario visual del psicoanálisis”.
    […]
    Los escritos psicoanalíticos de Louise Bourgeois son otra clave de acceso a la exhibición. En estos manuscritos -que hasta hoy permanecían inéditos, tanto en español como en su lengua de origen- asoma Louise Bourgeois de manera descarnada, íntima y sorprendente. Los escritos son un recorrido de su propio inconciente, paisaje ignoto que ella explora desde su experiencia psicoanalítica y en el que aparecen los protagonistas de su novela familiar. Apuntes de sueños reveladores, cuadernos de notas, entradas de diario: es la infancia, el presente artístico y las contradicciones de una vida doméstica y una vida profesional. Una escritura que sorprende por su alcance literario y su libertad poética.
    […]

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  • Título: La muestra de Louise Bourgeois en Proa y la inspiración de la garra de U2
    Autor:
    Fecha: 04/04/2011
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    ¿La araña de U2 en la puerta de Proa en La Boca?

    ¿La garra de Louise Bourgeois en el Estadio Unico de La Plata?

    Pista: en la muestra de Proa, el espacio que alberga fotos de la vida de la artista, puede verse una de Bono visitándola en su casa el año pasado, poco antes de morir ella.

    De paso, super recomendada la muestra de esta artista.

    Por primera vez llega a la Argentina la obra de Louise Bourgeois (1911-2010). Lo impactante de su obra –sobre todo la monumental araña montada en la puerta de Proa– y la nitidez con que ella misma adhirió ciertos conceptos a ellas permitieron presentarla como la gran artista del siglo XX dedicada a dar forma a las ideas del psicoanálisis. Sin embargo, pasó casi toda su vida en el anonimato o el silencio, y recién pasados los 50 años decidió ella misma encauzar las interpretaciones, explicaciones y mitificaciones de su vida y su trabajo.

    Lejos de ser sólo el último eslabón que nos une al surrealismo y el fin de siglo XIX, su obra, más que una araña, es un pulpo que abrió con cada brazo una corriente artística diferente.

    “He hecho del dolor mi negocio”, solía decir la artista fallecida el año pasado. Y qué buenos réditos le dio: en 2006 la casa de subastas Christie’s vendió una araña de la serie Maman en 4 millones de dólares, convirtiendo a Bourgeois en la artista mujer mejor paga del mundo. Dos años después superó su record: otra araña se vendió en 4,5 millones. Nada mal para alguien que comenzó en el arte como una forma de terapia: “Todos los días tenés que abandonar tu pasado o aceptarlo. Si no podés aceptarlo, te convertís en escultora”.

    El arte era para Bourgeois casi una sesión de exorcismo, un modo de negociar con sus demonios: dicen quienes la conocían que ella no se sentaba a hacer obra, sino que buscaba atravesar el día, cruzar sana y salva el tambaleante puente que va desde la mañana a la noche, y el arte era lo que le sucedía mientras tanto.

    Louise Bourgeois
    El retorno de lo reprimido
    Fundación PROA
    Av. Pedro de Mendoza 1929
    De martes a domingo
    De 11 a 19
    Hasta el 19 de junio.

    Fuente: suplemento Radar (Página 12)

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  • Título: EL beso de la mujer araña/ tres observaciones sobre "Maman"
    Autor: Gustavo Nielsen
    Fecha: 04/04/2011
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    La araña desarmada; La araña armada. DÁ. Da-dá. La niña le habla a su mamá. Le pide la teta. A priori, es decir con los ojos cerrados, DADÁ sitúa antes de la acción y por encima de todo: a LA DUDA, escribe Tristán Tzara en uno de sus siete manifiestos. “El arte moderno trata sobre el dolor de no poder confiar en el mundo para expresarnos directamente”. Lo que Louise Bourgeois quiere expresar es lo que le pasa por adentro, “las relaciones íntimas”, “el inconsciente”. Dadá duda de todo. Bourgeois habla de confianza. Desconfíen de Dadá. La primera vez que vi “Maman”, la araña de Bourgeau, fue en una situación parecida a la que ahora nos muestra PROA. En un exterior, frente a un río oscuro, con un museo de fondo. Recuerdo que me pareció más chica y más sencilla, tal vez porque el Guguenheinm de Bilbao es enorme y retorcido, y la fachada de PROA es un telón blanco. La segunda vez que la vi, la araña estaba desarmada. El jueves, durante el almuerzo de prensa, la escultura se desparramaba sobre la vereda, con una grúa amarilla como centinela. Las patas todavía estaban envueltas en telas que parecían vendas azules y verdes. Más que la visión de las partes, lo que vi fue una catástrofe, un derrumbe. La araña no estaba para crecer; sino que había recibido un fuerte palmetazo. Sus restos eran unas eses gigantes diseminadas sobre los adoquines de madera. ¡La niña quiere la teta! “Maman” se niega a dársela. La niña la golpea fuertemente con su palma. ¡No puede negarle su alimento! Los pedazos de “Maman” se separan por el golpe. Louis escribe: “es de noche cuando ese deseo de matar a la madre me asalta”. Aplastarla y dejarla ahí, para que todos la vean. Para que nadie caiga en la trampa de la confianza ciega. Esa que sabe que la otra mujer la alimentará sí o sí, que está obligada por la especie, que lo hará siempre para que el género humano subsista y se propague. Ese día del almuerzo la mamá de Bourgeois apareció en la Vuelta de Rocha como un cadáver desmembrado, con fajas de peligro delimitando la zona del accidente. Des- cuar-ti-za… ¡DA-DÁ! 

    La mamá de la artista; Mi mamá En una sala de adentro del Museo hay otra araña: “Spider”. Es un poco más chica que la de afuera, y me hace acordar a un cuadro de Magritte de 1937, “The Therapeutist”. Es una jaula vestida de hombre. Adentro hay un pájaro. La puerta de la jaula está abierta, pero el pájaro no se escapa. “Spider” ha tendido una red con forma de cilindro. Es una trampera a escala humana. Adentro está el sillón favorito de la escultora. Cuelgan de delgados hilos de baba su perfume de siempre, un camafeo con la foto de una señora, unos broches para el pelo, unos collares, tres jarras de vidrio, un reloj, huesitos limpios de caracú. Hay adherida a las paredes de la trampa restos de tapices deshilachados. El reloj marca las doce, hora de comer. Los tejidos son parte de la infancia de Louise, nos dice Philip Larratt-Smith, el joven curador. Los objetos y las telas -Jaquard, Toile de Jouy, Piqué- son aquí una especie de carnada. La mamá de Bourgeois, la cazadora, tenía una tapicería y le hacía dibujar los motivos para las restauraciones. Vos que dibujás tan bien. Entonces es cuando, de muy pequeña, Louise comienza a trabajar. El pan hay que ganárselo, no puede ser gratis. En esta casa no alentamos la obligación de mantener a la especie. Bourgeois misma, madre de tres hijos, afirma que no tenía demasiado interés por ellos, y el padre, Robert, se hizo cargo de su cuidado. “En realidad no hace falta tener hijos”, dice Bourgeois en una entrevista que le hizo Donald Kuspit. “Dios sabe que el mundo no necesita más niños”. Suena el teléfono de casa. Es mi mamá. Tiene una amiga, Susana, que hace unos meses se quedó ciega. A Susana siempre le gustaron mis libros, por la enfermedad en sus ojos no alcanzó a leer el último. Mamá me anuncia, contenta, la noticia del día: descubrió que en Haedo hay una biblioteca parlante para ciegos. Me pide si me puedo hacer cargo de grabar el libro en un caset. Cuanto antes mejor, dice. Vos que leés tan lindo. Lo voy a hacer, claro, por la felicidad de ella y de Susana, aunque casi no tenga tiempo para nada, aunque leerme sea como un castigo, pudiendo leer el Ulises, o El Quijote. Para colmo, en voz alta. Para colmo, frente a un grabador. Mamá me promete una cena con sus canelones de verdura y ricota hechos con panqueques, que le salen riquísimos. “Cómo se repite el amor sin importar el recipiente”, escribe Bourgeois. 

    La araña de adentro, la araña de afuera "Mamá adoraba tanto la limpieza las alfombras limpias los parqués brillantes. el servicio doméstico. la escultura me hizo consciente de esto y no debería olvidarlo.” Loose sheet of writing, c.1959 –Nota suelta, fragmento-. 27,9 x 21,6 cm. Archivo de Louise Bourgeois en Nueva York. Desde el primer piso de PROA veo cómo la gente se arremolina concéntricamente alrededor de la “Maman” ya armada. Rodeándola; a pesar del poco espacio que deja la muchedumbre que quiere entrar a ver la muestra. Es el día de la inauguración oficial. Pocos se ubican debajo de la araña. Si lo hacen, es por un tiempo reducido. No soy el único que lo nota. Alguien de prensa hace un rulo con el dedo índice, como indicando la rueda, el caminar alrededor. De repente unos niños valientes se ubican en la zona vacía. Señalan hacia arriba. Enseguida sus madres van a sacarlos de ahí. ¿Tendrán miedo a que el cuerpo de “Maman” pueda caerse y aplastarlos, o será la desconfianza Dadá, oscura e inconsciente? La red de “Spider” tiene la puerta abierta. Apenas entreabierta, digo. Como esperando a que alguien entre. Y una sola persona puede entrar ahí, lo sabemos: una Luisa dibujante, de ocho o nueve años, con trencitas en el pelo, aferrada a su lápiz 6 b. Por otro lado “Maman” sigue ahí afuera para cazar a todos los otros hijos del planeta, a los que pasean como turistas, a los desprevenidos que viven en la calles de La Boca, a los que se sueltan de las manos de sus madres y se arrojan a lo desconocido, al miedo, al arte. El objeto de la caza. 

    Publicado en Ñ

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  • Título: Dos colosos dialogan a 25 siglos de distancia
    Autor:
    Fecha: 04/04/2011
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    En Buenos Aires esculturas de Louise Bourgeois y Policleto.

    La trepidante actividad artística porteña no conoce treguas. En la misma medida, los conflictos políticos y gremiales hacen de la ciudad un caos permanente. Pero la semana pasada quedará en la memoria cultural del país como un hecho histórico. En pocos días se sucedieron la presentación de U2, la ópera El gran macabro de György Ligeti, en versión Fura dels Baus y las inauguraciones de Louise Bourgeois y el Doríforo de Policleto. La simple enumeración, nada exhaustiva, quita el aliento.

    Entre las numerosas e importantes muestras individuales de Louise Bourgeois (París, 1911- Nueva York, 2010) que el autor de esta nota experimentó a través de los años (Documenta IX, 1992, Bienales de Venecia y de Lyon, 1993, Bienal de San Pablo, 1996, Centro Cultural de Belén, Lisboa, 1998), la exposición que se exhibe actualmente en la Fundación Proa de La Boca, hasta el mes de junio, con el título Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, es una de las más notables.

    Y lo es porque la escala arquitectónica del lugar potencia de manera exponencial la obra de la artista francoestadounidense, una de mayores y originales escultoras del siglo XX. Y de todos los tiempos. Su colosal Mamam (Mamá), enorme araña de nueve metros de altura y veintidós mil kilos de acero inoxidable, bronce y mármol, está implantada en la vereda, a la entrada de la Fundación Proa, por debajo de la cual se puede circular, palpar y admirar la energía irradiante de los materiales, su textura, rugosidades, soldaduras, brillos y oscuridades de la luz siempre cambiante durante el día y la noche, de sus ocho patas amenazadoras- acogedoras y su vientre fecundado anunciador de nacimientos inminentes.

    En el interior, otra sorpresa aún mayor: Araña, 1997, de cuatro metros de altura que se posa sobre una celda circular de acero cubierta por afuera con fragmentos de tapices gobelinos raídos y trozos de hueso caracú incrustados. Adentro, un sofá que perteneció a la propia artista y otros objetos autorreferenciales que remiten a una atmósfera ominosa, los tiempos de la infancia, de esta hija de restauradores de tapices que ayudó a sus padres dibujando pies y ramos de flores. Un trozo de tapiz aparece con un círculo recortado: el que correspondía al sexo de los ángeles que luego sustituía con un ramillete de flores. Bourgeois conservó esos pequeños sexos recortados y así, lentamente empezó a elaborar una obra que hunde sus raíces en una vida hogareña construida de amor y odio al padre, en una conflictividad permanente. La araña como símbolo de creación, protección, siempre devoradora.

    Estudió en París en varias academias (Ranson, Julian, Colarossi, La Grande Chaumière), influida especialmente por Fernand Léger, que le abrió el camino a la escultura y, gracias a Paul Colin, visitó dos veces la URSS en 1932 y 1934, época en que los intelectuales franceses simpatizaban con el comunismo soviético. En 1938 se casó con Robert Goldwater, historiador de arte estadounidense y se marchó a Estados Unidos, siguiendo estudios en la Art Students League y es atraída por cubistas, surrealistas y constructivistas, encontrando a André Breton y Marcel Duchamp en Nueva York. Y aunque sigue trabajando en su amplio taller de Brooklyn en grabado, pintura y escultura, es a partir de la muerte de su marido, en 1973, que Bourgeois, ya en plena madurez, adquiere proyección internacional. Recién en 1982 realiza la primera retrospectiva en el MoMA de Nueva York, a los 71 años. En 1985 la primera individual en su tierra natal. Después, la trayectoria triunfal por bienales y centros culturales de todo el mundo.

    Al morir su padre, comenzó a psicoanalizarse en 1951, con Henry Lowenfeld, analista freudiano ortodoxo interesado en la creatividad. Y siguió analizándose hasta la muerte de su doctor, en 1985, además de enfrascarse en la lectura de los libros de Melanie Klein.

    El retorno de lo reprimido conjura los miedos y obsesiones de una existencia hogareña traumática, infernal, pautada por hipocresías, humillaciones y cobardías del padre, arrogante y machista, en el cual concentra todos sus recursos operativos para exorcizar sus sentimientos de destrucción y odio. Toda su obra, en bronce, en tela maravillosamente tejida y unida en trozos, metal, mármol, son figuras andróginas, la fusión de lo masculino y lo femenino, el erotismo como motor de la creación, las fragmentación de los cuerpos, como ausencia de afectividad y vulnerabilidad del ser humano.

    La muestra se compone de 85 piezas de diferentes períodos y cada una de ellas es un alarde de invención disparando inquietantes, perturbadores sentidos e interpretaciones, crueles e iluminadores, además de textos escritos por la artista descubiertos luego de su muerte al año pasado. Está espléndidamente presentada para ejercer la fascinación asombrosa proveniente de lo que rara vez se acepta llamar genio. Como Picasso, como Beuys, hizo de su autobiografía el trampolín para la creación. Es imprescindible visitar este festín de la imaginación. 

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  • Título: Separados al nacer
    Autor:
    Fecha: 03/04/2011
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    ¿La araña de U2 en la puerta de Proa en La Boca?

    ¿La garra de Louise Bourgeois en el Estadio Unico de La Plata?

    Pista: en la muestra de Proa, el espacio que alberga fotos de la vida de la artista, puede verse una de Bono visitándola en su casa el año pasado, poco antes de morir ella.

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  • Título: Cuando las vanguardias dialogan
    Autor:
    Fecha: 03/04/2011
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    Más allá de los diferentes caminos tomados, U2 y La Fura dels Baus parecen ser vecinos

    La gira 360° de los cuatro de Dublín comenzó hace dos temporadas, en Barcelona. Allí mismo, hace 17 años, La Fura dels Baus, los que están presentando en el Teatro Colón El gran macabro, diseñaron la apertura de los Juegos Olímpicos. Analizado a la distancia, parecería ser que allí se pasaron una posta.

    Por lo pronto, en la siguiente Olimpíada, que tuvo lugar en Atlanta, la fiesta de cierre estuvo a cargo de Willie Williams. Y Williams es, ni más ni menos, el director de escena que está a cargo de los espectáculos de U2 (incluso, el que aterrizó en La Plata la misma noche que La Fura desembarcó en el Colón).

    Influenciados por la performances y el happening de los sesenta y el punk de los ochenta, La Fura comenzó montando experiencias que realizaban en lugares no convencionales en las que rompían con la tradición del teatro a la italiana (espectador ubicado frente al escenario). A aquello lo llamaron "lenguaje furero". Hoy, esas experiencias forman parte del pasado ya que la mayoría de sus producciones pasan por la ópera, formato tradicional si los hay.

    U2 parece ir en camino inverso aunque, como veremos, todo confluye al fin. En el reciente almuerzo que sus integrantes compartieron con algunos periodistas, Bono describió la génesis de este gran montaje que hoy se despide de La Plata. "Todos los shows, Madonna, los Rolling Stones, Pink Floyd, todos, son así: parlantes acá, y el público frente al escenario. Siempre es lo mismo. Es maravilloso romper eso". Entonces, idearon el 360° Tour en el cual, desde la perspectiva de la utilización del espacio escénico, ponen en práctica algunos postulados fureros.

    Para sus primeras experiencias escénicas, La Fura tomó la posta de varias tendencias artísticas que, en la década del sesenta, tuvieron su momento de expansión. U2 también reparó en esa década constitutiva de las vanguardias. De hecho, en el mismo almuerzo, Bono acotó: "Si ves los primeros shows de los Beatles, o mismo el del Shea Stadium [1965], ellos no tienen nada alrededor y crean cierta sensación psicológica cuando ves a los cuatro sobre el escenario. En esta gira, al rato de empezado el show, la escala [de la estructura central] desaparece y lo único que ves es un pequeño escenario en el medio de un estadio, como los shows originales de rock and roll de los Beatles". En parte, tiene razón. Aunque, en varios momentos, esa estructura es el todo, es el imán, es la megainstalación sonora-visual que se apodera del espacio y logra poner en un segundo plano a Bono, al estadio y a la

    Esculturas que hablan

    En ambas propuestas hay dos estructuras esculturas que generan una extraña, majestuosa e hipnótica relación con el entorno. En el montaje del Colón, la figura es Claudia, la muñeca de 17 metros de altura en donde transcurre la acción, sobre la cual se proyectan imágenes y de donde salen los intérpretes. Claudia remite a las esculturas hiperrealistas del australiano Ron Mueck y, en plan de libre asociación, la gran araña de los irlandeses podría ser una versión todavía más agigantada de la otra araña, la de Louise Bourgeois, que expone la Fundación Proa.

    En un reciente artículo firmado por Sebastián Ramos, decía: "Los obispos italianos del siglo XIV argumentaban a favor de las dimensiones de la catedral de San Pedro con la idea de constatar la inmensidad de Dios, Jake Berry, el dios productor en esta gira [de U2], dice que lo de la inmensidad, aquí, es para procurar intimidad, forzando a los estadios a empequeñecerse". Tiene razón.

    Al entrar al estadio Unico, el efecto es similar a cuando se ingresa en el Colón y allí, al fondo, aparece la figura de una mujer que está agachada porque, de estar parada, no entraría. La sensación de extrañamiento es inevitable. ¿Cómo puede ser que el escenario del Colón quede chico? ¿Cómo puede ser que esa araña gigante de 50 metros de altura (o llámela plato volador, o garra, o...) deje en un segundo plano las dimensiones del estadio? Ciertos parámetros de relación con el contexto están invertidos.

    Alex Ollé es uno de los fundadores de La Fura. En una charla con La Nacion explicó su llegada a la ópera (género rígido en lo que se refiere a la distribución espacial público-escenario). "Intuitivamente -reconocía- siempre nuestra intención fue la búsqueda del espectáculo total que, con los años, supimos que era un término acuñado por Wagner. Curiosas las vueltas de la vida que nos han hecho terminar haciendo montajes de ópera ya que, desde nuestros inicios, tendíamos a los multidisciplinario". El concepto de arte total fue acuñado por Wagner (aunque, como en todo, habría que irse más lejos). Wagner se refería a un tipo de obra que integraba música, teatro y artes visuales para crear la impresión de una totalidad y de una riqueza de significaciones capaz de atrapar al público.

    En estos dos montajes que coinciden en nuestras tierras, más allá de cualquier valoración de El gran macabro como del montaje de U2 (denominar al 360° Tour como un "recital" parece un desatino), habría que agregar otro componente constitutivo: el avance tecnológico aplicado a cada elemento de estas puestas multidisciplinarias.

    El primer disco simple de U2 fue editado en 1979. El primer espectáculo de La Fura dels Baus fue, también, en 1979. Pasaron 32 años. Podrían estar repitiendo fórmulas. Pero no. "Muchas bandas se contentan con tener un escenario y unas luces, mientras que ellos siempre quieren meterse en los territorios nuevos. Ser pioneros", decía a La Nacion el director de 360° cuando vino con PopMart.

    Hoy, por la autopista La Plata Buenos Aires, vuelven a encontrarse.

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  • Título: Verdades y proyectos
    Autor: Albino Diéguez Videla
    Fecha: 03/04/2011
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    Ver nota original (La Prensa)

    Louise Bourgeois y su araña monumental en la Boca. Más gallery nights y más Marta Minujín.

    A la muestra de Louise Bourgeois que acaba de llegar a Buenos Aires la conocimos hace unos años en el Centro Reina Sofía de Madrid cuando la gran artista francesa aún vivía.
    Ahora, muevamente. el conjunto de trabajos reunidos bajo la denominación de El retorno de lo reprimido que presenta la Fundación Proa reitera primigenia impresión inolvidable.
    Por primera vez en la Argentina una retrospectiva de obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de una artista emblemática del siglo XX. 
    La explanada de la Fundación, a metros de Caminito, en la Boca, recibe al visitante con la monumental y amenazante araña Maman (1999) de 22 toneladas de bronce, acero y mármol, de nueve metros de alto y diez de ancho, que ya se exhibió en la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y el Guggenheim de Bilbao (1999).
    La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. (ˆ) Las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madreö, decía Bourgeois sobre esta construcción que se erige gigante en su amenaza y enorme en su protección.
    El amplio espectro de obras exhibidas se extiende desde las pinturas Femme Maison de fines de los 40 hasta obras en tela y acuarelas rojas de 2009, y entre las que también destacan "Red Room", Janus Fleurt y Couple IV, obras autorreferenciales en las que reflexiona acerca de las relaciones, los padres, la infancia, la maternidad y el sexo.
    Muchas de sus obras se mueven pendularmente entre los masculino y lo femenino, el interior y el exterior, lo orgánico y lo arquitectónico, lo emocional y lo racional, ja explicaso el curador de la muestra, el estadounidense Philip Larrat-Smith, conocido aquí por la curaduría de la muestra de Andy Warhol en el Malba. 
    La muestra vincula de modo consistente y profundo la obra de Bourgeois con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis: el modo en que la artista encuentra equivalentes plásticos de estados psicológicos, y convierte al proceso creativo en una forma de exorcismo o un acto de catarsis.
    El arte es garantía de corduraö, proclamaba esta mujer que comenzó a psicoanalizarse en 1951 y lo hizo durante 30 años con Henry Lowenfeld, discípulo directo de Sigmund Freud en Viena, cuando ambos (paciente y terapeuta) habían emigrado a Estados Unidos.
    I have been to hell and back and let me tell you it was wonderful reza  una de las obras de la artista, una tela con la inscripción cosida que, al igual que el resto de sus trabajos denota angustia, tensión, conflicto y dejan 
al descubierto la crudeza de sus pensamientos.
    Bourgeois "experimentaba las sensaciones con una intensidad pavorosa",  juzgó el curador sobre la creadora de piezas omo "Arch of Hysteria, la escultura del cuerpo de un hombre suspendido en el aire en una torsión angustiante, o "La destrucción del padre", metáfora de cómo una madre y sus hijos tienden matar y comerse al padre. 
    "Todas sus obras giran en torno a la falta", especificó el curador, en el recorrido por obras como El desafío, cientos de frascos y recipientes de vidrio que Bourgeois reunió a lo largo de toda su vida, una pieza extremadamente frágil y delicada, que alude a la inestabilidad de que todo puede romperse en cualquier momento.
    Lo reprimido siempre regresa de forma inesperada y sorprendent de esta artista que se consagró en 1982 con una gran muestra en el Moma de Nueva York, cuya obra es impensable sin su práctica terapéutica y sus ávidas lecturas psicoanalíticas.
    Organizada por el Louise Bourgeois Studio de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake (ITO) de San Pablo y Fundación Proa, El retorno de lo reprimido se verá en Pedro de Mendoza 1929 hasta el 19 de junio y luego llegará al ITO de San Pablo (a partir de julio) y en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, desembarcará en septiembre de este año

    Las Gallery nights

    La edición número once de Gallery Nights dará comienzo el viernes 29 del actual con un recorrido que nuclea a más de cimcuenta galerías de arte, anticuarios, museos y centro culturales de la ciudad de Buenos Aires.
    Los últimos viernes de cada mes se abrirán las puertas de los espacios de arte para presentar las novedades del circuito de Retiro y Barrio Norte; más dos ediciones especiales en el circuito de Palermo el miércoles 8 de junio y el martes 6 de diciembre.
    El recorrido tradicional se extiende desde Plaza San Martín hasta Callao y desde Tucumán hasta Libertador", explican los organizadores a través de un comunicado.
    Para facilitar el acceso de los visitantes, se implementará un servicio gratuito de transporte que tienen paradas fijas y recorrido constante, permitiendo que el público pueda acceder a todos los puntos del circuito", informan.
    Como siempre, habrá música a lo largo de todo el recorrido, y los visitantes serán recibidos en cada espacio participante con una copa de champagne", aseguran.
    El ciclo de conferencias -a cargo de Laura Batkis- invita en su primer encuentro a dialogar con el fotógrafo Dino Bruzzone. La conferencia se dictará el día de la inauguración, a las 19 en el Auditorio del BAC, British Arts Centre, Suipacha 1333.
    Toda la información detallada se puede encontrar en el site exclusivo de Gallery Nights en el que es posible consultar información relacionada con el evento y acceder a las galerías y muestras vigentes mes a mes: www.gallery-nights

    Minujín no cesa

    Marta Minujín prepara la obra La Torre de Babel e invitó a habitantes de la ciudad y turistas a participar activamente de la misma a través de la donación de libros -que serán usados como material de la obra- que se pueden acercar a las 46 bibliotecas, librerías y centros de gestión y participación comunal porteños.
    Las personas que entreguen un libro -anunció el Ministerio de Cultura porteño- intervendrán en una gran celebración de la palabra y en la construcción de lo colectivo desde lo particular en el marco de la designación de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro 2011.
    Minujín definió a La Torre de Babel como "una obra participativa, que mostrará lo diverso y lo particular conviviendo en un mismo espacio".
    Una vez finalizada, la Torre será emplazada el 7 de mayo en la Plaza San Martín. Medirá 25 metros de altura y estará conformada por alrededor de veinte mil libros de distintos idiomas y provenientes de unos cincuenta países. 

     

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Autor: Stela Maris Leone
    Fecha: 02/04/2011
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    “Para Bourgeois, el arte era un medio de “sobrevivir”, no la libre elección de una carrera, y no había “escapatoria” de él. La “catarsis”o la “sublimación” que con lleva el arte puede ser terapéutica en lo personal; pero sus “vibraciones” van más allá de ella misma, hasta las situaciones emocionales “universales”. “El arte es un modo de reconocerse, razón por la cual siempre será moderno”.
    Extracto del catálogo

    Ayer 1 de abril de 2011, tuve el placer de ver la muestra de Louise Bourgeois, El retorno de lo reprimido,
    ya mucho se dijo sobre la muestra, demasiadas criticas hablan sobre arte y psicoanálisis, les voy a hablar sobre mi visión, la mirada de una Artista que tuvo un pequeño paso por la escultura, llegar a la Fundación Proa (Buenos Aires, Argentina) y encontrarse con esa araña gigante, ya resulta emocionante, pararse debajo de ella, tocarla recorrerla, hace que el corazón empiece a latir
    de ansiedad, cumplir el tramite de sacar la entrada y listo, uno ya entra en el mundo de Louise Bourgeois, una instalación de la araña, donde una la recorre, empieza a descubrir los pequeños tesoros que hay dentro de ella, ya comienza el enamoramiento, pero al entrar en la otra sala me encontré con una obra, que en lo personal siempre vi en los libros “El arco de la Histeria”, ahí estaba para que yo pudiera recorrerla, verla, mirarla, observarla desde todos sus ángulos, eso para mí ya era cumplir un sueño, que más podía pedir.
    No les voy a detallar obra por obra, quiero que vayan a ver la muestra, que no es lo mismo que mirar, eso lo hacen todos, esta muestra es para ver, en la siguiente sala van a encontrar dos instalaciones, “El cuarto rojo”, donde la intimidad y esa cosa de querer ver hace que intentemos de todos los modos, espiar, otras de las instalaciones que llama la atención por su vibrante color rojo es “la destrucción del padre”, que la sensación que produce es querer meterse dentro de ella, pero claro no es posible.
    En el segundo piso sigue la magia, una de las dos instalaciones que voy a comentar es “El reto”, compuesta por objetos de vidrio, todos perfectamente alineados, todos vacíos, salvo alguno de ellos que tienen otro objeto de vidrio adentro, la fragilidad y sutileza de esa obra conmueve, para mi llega el plato fuerte la instalación “El niño reservado”, donde el ver, nos permite jugar con su obra, el reflejo de las piezas, en determinados puntos producen una distorsión tan interesante, que nos obliga a ver desde que otros lugares podemos encontrar otra imagen fraccionada.
    Como les comenté anteriormente, es una muestra para VER, no solo para MIRAR, además de las grandes instalaciones, pueden ver sus dibujos, pinturas y grabados, una última recomendación si pueden comprar el catálogo es una gran inversión, porque no solo tendrán un registro de la obra, también de sus escritos, que tienen el mismo valor, que su obra artística.
    LOUISE BOURGEOIS:El retorno de lo reprimido

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  • Título: La obra de Louise Bourgeois por primera vez en Argentina
    Autor: Unión de Diseñadores Gráficos de Buenos Aires.
    Fecha: 02/04/2011
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    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    [Texto: Arte al día]
    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza el curador Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".
    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.
    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Texto: Fundación PROA]
    Por Philip Larratt-Smith
    Más que ningún otro artista del siglo veinte, Louise Bourgeois (1911 – 2010) ha producido una obra que se vincula de modo consistente y profundo con la teoría y la práctica psicoanalíticas. Puede que los surrealistas hayan encontrado una vía de accesso a la imaginería del sueño y que la espontaneidad del gesto de los expresionistas abstractos esté ligada al inconsciente, pero el arte de Bourgeois permite comprender de un modo privilegiado la conexión entre el proceso creativo y su función catártica. En su conjunto, el arte y los escritos de Bourgeois representan una contribución original a la investigación psicoanalítica sobre la formación del símbolo, el inconsciente, la cura por la palabra, la historia familiar, la identificación materna y paterna, y el cuerpo fragmentado. A través de la exploración de materiales, formas y procesos escultóricos, Bourgeois encuentra equivalentes plásticos de los estados psicológicos y los mecanismos del miedo, la ambivalencia, la compulsión, la culpa, la agresión y el retraimiento.
    Hacer arte era para Bourgeois una “forma de psicoanálisis”, y encontraba allí una vía de acceso directo al inconsciente. A su juicio, el artista, privado de poder en la vida cotidiana, posee el don de la sublimación y se vuelve por tanto omnipotente durante el acto creativo. Pero el artista es también una suerte de atormentado Sísifo, condenado a repetir el trauma infinitamente a través de la producción artística. El proceso creativo es así una forma de exorcismo, un modo de moderar las tensiones y la agresión, y un acto de catarsis. Es también, como el psicoanálisis, una fuente de autoconocimiento. O como Bourgeois solía decir: “El arte es garantía de cordura”.
    La carrera de Bourgeois en Nueva York comenzó con dos muestras individuales de pintura en 1945 y 1947, seguidas de tres muestras de escultura en madera e instalaciones ambientales en 1949, 1950 y 1953. No volvería a exponer individualmente hasta 1964, cuando presentó un innovador conjunto de esculturas abstractas en la famosa Stable Gallery de Nueva York. Estas figuras seminales de yeso, goma y látex fueron incluidas en la célebre muestra de Lucy Lippard “Abstracción excéntrica”, exhibida en la Fischbach Gallery de Nueva York en 1966, junto con obras de Bruce Nauman y Eva Hesse. Pero mientras Nauman y Hesse llegaron a las formas postminimalistas a través de la filosofía y el conceptualismo, la evolución de Bourgeois deriva de y se inspira en su propia experiencia psicoanalítica.
    Bourgeois empezó a psicoanalizarse con el Dr. Leonard Cammer en 1951, año de la muerte de su padre. En 1952 comenzó su terapia con Henry Lowenfeld. Nacido en Berlín en 1900, discípulo de Freud en Viena, Lowenfeld emigró a Nueva York el mismo año que Bourgeois (1938), se convirtió en miembro destacado de la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York y publicó numerosos trabajos. Bourgeois se psicoanalizó con él hasta principios de los ochenta. En los cincuenta, durante un período de retraimiento y depresión, no sólo se analizó sino que se sumergió en la lectura de textos psicoanalíticos de Sigmund Freud a Erik Erikson, Anna Freud, Melanie Klein, Heinz Kohut, Susanne Langer, Otto Rank, Wilhelm Reich y Wilhelm Steke.
    Poco antes de la retrospectiva organizada por la Tate Modern en 2007, en la casa de Bourgeois se encontraron dos cajas de escritos y otras dos en 2010. Este material, hasta ahora inédito, permite ampliar y enriquecer nuestra comprensión del desarrollo artístico de Bourgeois y completar el recorrido que ofrecen sus copiosos diarios y notas de trabajo. Por su calidad literaria e importancia histórica, puede compararse a los diarios de Eugène Delacroix y las cartas de Vincent van Gogh. Constituye una obra complementaria que da cuenta de su vida psíquica y el legado del pasado. En estos documentos Bourgeois registra y analiza sus sueños, sus emociones y angustias, y sobre todo, sus sentimientos conflictivos respecto de cómo ser a la vez artista, madre y esposa. La relaciones entre sentimiento, pensamiento y proceso escultórico se esbozan allí con claridad. Los escritos, como la obra escultórica, representan además una crítica a la teoría psicoanalítica en su relación con la sexualidad femenina y la identidad. Iluminan a la vez su transición desde las obras figurativas de su período expresionista abstracto hasta las piezas abstractas que abrieron el camino al postminimalismo, y permiten apreciar cómo su relación con el psicoanálisis continuó siendo productiva hasta el final de su vida.

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  • Título: El retorno de lo deprimido.
    Autor: Magali Tercero
    Fecha: 02/04/2011
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    Ver nota original ( Diario Milenio (México))

    Con motivo de la inauguración en Buenos Aires de Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, en la Fundación Proa, el penúltimo número de Revista Ñ, de El Clarín, estuvo dedicado a la relación con el psicoanálisis de la artista. En Argentina, la capital del psicoanálisis, no sorprende esta decisión editorial alrededor de una muestra de 75 piezas resultado, según el curador neoyorkino Philipe Larrat-Smith, de su proceso analítico. La exhibición surge de la publicación de un conjunto de textos de Louise Bourgeois (1911-2010), escritos a lo largo de sus treinta años de terapia con el analista freudiano Henry Lowenfeld, estudioso de la teoría de la creatividad. Más que ninguna otra artista del siglo XX, afirma Larrat-Smith, Bourgeois produjo obra profundamente comprometida con la teoría y práctica freudianas. El descubridor del material fue Jerry Gorovoy, asistente suyo e incluso modelo de una pieza casi freudiana de 1993: Celda. El arco de la histeria. Conforme a este primer estudio museístico de su obra en Latinoamérica, el psicoanálisis la condujo a una significativa transformación artística entre los cincuenta y los sesenta.

    Cordura

    Bourgeois inicia en 1951 la última gran aventura reservada al hombre moderno según el poeta y ex psicoanalista mexicano Jan William: la inmersión en el inconsciente. La artista tiene 40 años cuando muere su padre, contra quien sentía una enorme hostilidad. Sufre una caída anímica brutal y termina conociendo a Lowenfeld, ex discípulo de Freud recién llegado como ella a Estados Unidos. Sin la terapia, apunta en Ñ Larrat-Smith, no habría sobrevivido. Tampoco habría sido la artista que fue. Ella sostuvo siempre que el arte es garantía de cordura. Este es, de hecho, el título de una obra suya de 2000. “La experimentación formal —cito a Larrat-Smith— siempre está enraizada en una intensa necesidad psicológica de aliviar la ansiedad”. Bourgeois fue reconocida sólo en su madurez gracias a Robert Storr, entonces curador de arte contemporáneo del MoMA. Luego se convirtió en una artista de culto y fue la primera mujer que expuso ahí. Escribe el crítico estadunidense Gary Indiana, “la melancolía, la sombría condición que aflige a artistas y poetas con especial virulencia, puede adoptar muchas formas”.

    Muerte del padre

    La muerte de uno de los padres, cuando se es muy joven, suele asociarse a la depresión crónica. Bourgeois pierde a su madre a los 21 años, en 1932, y decide abandonar las matemáticas por el arte, aunque no progresó mucho los siguientes 20 años. En 1951 muere el padre, como se dijo, y en 1974 fallece su marido, el historiador de arte Robert Goldwater, ante quien sentía una “culpa debilitante”. De esa muerte nace una obra seminal, La destrucción del padre: puesta en escena de la fantasía homicida de una hija contra el hombre todopoderoso y cruel de su infancia. Cuenta Indiana que el registro íntimo de un largo período de “profunda agitación interior es testimonio de una persistencia asombrosa, una negativa obstinada a caer en el silencio, a sucumbir a la pasividad casi de muerte que la depresión instila en sus víctimas”. Ideas de suicidio la rondan, sin importar que el psicoanálisis le haya devuelto la capacidad de realizarse.

    Confesiones

    Indiana, otro depresivo, cuenta que los escritos de Bourgeois están llenos de reproches contra sí misma, visiones oscuras del futuro. Hay una decisión, no siempre firme, de sustraerse al poder destructor de la enfermedad psíquica: “Miedo, odio y desesperación reaparecen en patrones obsesivos, intensamente opresivos, alegorizados en su escultura [en] una discusión constante con el sí mismo”. En Ñ aparece también un texto de la artista Tracey Emin. Se hicieron amigas cuando colaboró con Bourgeois en No me abandones, de 2010. Termino con Emin: “La última vez que la vi hojeamos un libro de pinturas de Carl Jung. Cuando hablamos del dolor de haber nacido, le di una flor. Louise, como un pajarito, me dio un beso en la mejilla. Fue la última vez que la vi”.

    Fundación Proa. Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido. Escultura, dibujo y pintura, acompañados del libro inédito de la artista sobre psicoanálisis, Buenos Aires, Argentina

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  • Título: Louse Bourgeois en el Proa
    Autor: Javier Barrera
    Fecha: 02/04/2011
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    Louise Borgeois, “ El retorno de lo reprimido”- Fundación PROA- marzo-junio 2011.

    Como un portal o un testigo silencioso, la escultura de la araña en la entrada del PROA, nos previene acerca de la intensidad que concibe la artista su obra. Símbolo de la imagen materna: tejedora, cuidadora de su nido, pero también cazadora y oscura.
    Es mi intención ofrecer una mirada (si se quiere) de flâneur, a cerca de esta muestra. Imposibilitado desde el conocimiento y la experiencia de ofrecerles un panorama más preciso de análisis. Que por otra parte ha sido oportunamente descripto por teóricos de la talla de Kuspik Juliet Mitchell y el propio Larrat- Smith, entre otros, como puede leerse en el catálogo.
    Este último curador de la muestra. Organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, nos ofrece un panorama de su intensa relación con el psicoanálisis y la auto referencialidad.
    La artista franco-americana, refleja en su producción matérica rastros inevitables que atraviesan su pasado no solamente desde el profundo autoconocimiento de su psiquis (hija de restauradores de tapices antiguos en Paris), desde su infancia se vinculó inevitablemente con el arte textil. La figura de la bordadora –araña y otras obras construidas con puntadas y tela atestiguan esto.
    Instalaciones, dibujos objetos, pinturas y esculturas,  con casi una impecable curaduría y montaje, nos ofrecen un panorama claro de todo el proceso creativo y reflexivo de esta artista.
    “Mi trabajo es ocuparme del dolor” dice L.B y este sentimiento es claramente reflejado en esta retrospectiva.
    El recorrido de la muestra abarca desde la instalación “Spider” una situación propuesta desde el encierro de una jaula-nido de araña cuyo contenido dialéctico, nos “previene” a cerca de la línea creativa de la artista. Introspección, imágenes de génesis, figuras paternas, sexo, fertilidad, mutilación, falo, mamas aisladas, contrastadas en bajorrelieve o simplemente insinuadas en la acuarela, ofrecen una visión de la vida, repleta de recursos plásticos y literarios.
    Los escritos de L.B exceden el mero grafismo, poseen su propio protagonismo, desnudan el pensamiento de la creadora que pudiera ser desligado del soporte en el que están inmersos en esta muestra, para realizar una lectura acaso mas precisa.
    Encuentro imposible realizar una descripción detallada de la cantidad de obras que ofrece esta retrospectiva, tal vez hay obras que por su contenido estético o significado, requieren de una mención en esta reseña, tal es el caso de la ofrecida en la sala 2 con “Arch of Hysteria”, un pieza colgante que representa un cuerpo masculino realizada en bronce, cuya presencia debería haber ocupado un espacio de mayor protagonismo para su mejor apreciación.
    La misma situación se repite en “Red Room (parents)” una instalación compleja desde su lectura donde es necesario asomarse en un cubículo que reproduce un cuarto (el de sus padres), trasformando al espectador en una voyeur. Aquí la obra requiere aislamiento total, o sea no compartir una sala con otros trabajos de la artista. A mi entender, infiero en este punto, que el espacio de la fundación ha quedado pequeño para tamaña exposición. Pese a estas consideraciones acerca del montaje, subjetivas por cierto y sujetas a mi propia mirada como artista, considero que tener al alcance de nuestros ojos la obra de L.B, es un privilegio que los que habitamos en Buenos Aires no podemos dejar de disfrutar.
     Javier Barrera

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  • Título: La tarde de un fauno
    Autor: Tommy Barban.
    Fecha: 02/04/2011
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    Ese momento sublime de la tarde de un sábado en que el resto de la familia nos pregunta: "¿No te molesta, no, que te dejemos solo y nos vayamos a ver la araña de Proa?"

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  • Título: Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido
    Autor: The house of blogs
    Fecha: 01/04/2011
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    Durante tres meses podés disfrutar de la mayor exhibición en Latimoamérica de la recientemente fallecida artista francesa Louis Bourgeois (1911-2010). La muestra, organizada por Philip Larratt-Smith (curador también de la exposición sobre Andy Warhol, "Mr. América"), el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Louise Bourgeois Studio de Nueva York, estará en la Fundación Proa hasta el 19 de junio.
    La muestra incluye a la imponente araña MAMAN, escultura de más de 9 metros de alto.
    Es -verdaderamente- una exhibición imperdible, sobre todo por la maravillosa y basta obra de Bourgeois y su increíble historia de vida.

    Fuente: ¡Te dije que no me lo dijeras!

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  • Título: La araña de Bourgeois da un paseo por Buenos Aires
    Autor: Blog El dado del arte.
    Fecha: 01/04/2011
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    Fundación Proa (Buenos Aires) acoge hasta el 19 de junio por primera vez en Argentina la obra de Louise Bourgeois (1911-2010).

    Sin duda, una de las obras más espectaculares de la exposición es 'Maman', la gran araña instalada en la puerta de la fundación que la francesa creó en homenaje a su madre, hilandera.

     


    La muestra 'Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido' acoge cerca de ochenta obras gracias a las cuales, cómo remarca el curador de la muestra Philip Larratt-Smith suponen 'el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte', relación que se evidencia también en el catálogo de la muestra que recoge los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.

    Después de pasar por la Fundación Proa, la muestra viajará al Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro.



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  • Título: La escultora del dolor
    Autor: Carlos Baudry
    Fecha: 01/04/2011
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    Ver nota original ( Revista Nueva (diarios del interior). )

    Sorprendente siempre, inmune a la indiferencia, la obra de Louise Bourgeois es una invitación permanente al asombro. Como todos los grandes artistas, ella demuestra originalidad y provoca sentimientos contradictorios en quienes contemplan sus creaciones, porque no habla solo de sí misma, sino del ser universal.

    Amenazante, y a la vez protectora, una araña gigantesca, de casi diez metros de alto, sorprende a quienes se aproximan a la Fundación Proa, en la calle Pedro de Mendoza, próxima a Caminito, en el barrio de La Boca. La escultura se llama Mamá y es una de las tantas y lúcidas alucinaciones de Louise Josephine Bourgeois, una artista francesa que fue alumna de Fernand Léger y que conoció y discutió sobre creación artística con Salvador Dalí (otro adicto a las pesadillas), Pablo Picasso y otros genios que cambiaron para siempre los conceptos de la pintura y la escultura.
A diferencia de sus colegas, Bourgeois no buscó la notoriedad. Nacida en Francia en 1911, desarrolló casi en secreto su arte, buscando inspiración en sus traumas personales. En 1938 dejó Europa para ir a los Estados Unidos a casarse con Robert Goldwater, profesor de arte norteamericano. Allí continuó su formación en la Art Students League y decidió dedicarse por completo a la escultura. Quienes la conocieron bien aseguran, no obstante, que no fueron los horrores del siglo XX los que la estremecieron y definieron su estética, sino un episodio familiar. Cuando todavía era una niña, sorprendió a su padre engañando a su madre, y el episodio le provocó una crisis de inseguridad personal de la cual no pudo sobreponerse.
Extraño y sorprendente, su arte no fue reconocido hasta que ella tenía 70 años, cuando el Museo de Arte Moderno de Nueva York realizó una exhibición retrospectiva de sus obras, la primera de una artista mujer.
Tampoco cortejó a la fama, como lo hicieron de un modo casi enfermizo y compulsivo Dalí o Picasso. Tal vez porque dedicó más tiempo a la crianza de sus tres hijos que a coquetear con la crítica, fue ignorada durante mucho tiempo por expertos que muchas veces no sabían cómo definir su arte. Entonces, hubo quien habló de sueños tormentosos, de la influencia de Sigmund Freud y el psicoanálisis, de histeria, del fantasma de su padre dictándole obras, de un inconsciente que dominaba sus creaciones. Ella, que falleció el año pasado, a los 98 años, en Nueva York, dejó una definición de sí misma: “Mi trabajo es ocuparme del dolor”.
Claro que se preparó técnicamente bien para tratar esos temas: estudió en la Escuela de Bellas Artes de París, geometría en La Sorbona de Francia y arte en general en la Escuela de El Louvre, por donde pasaron, como alumnos regulares o circunstanciales, los más grandes del siglo XX.

    Arte exorcista
    Los arácnidos, junto a los ofidios, se consideran universalmente repugnantes. Tienen mala prensa. Por algo la serpiente del Edén es juzgada como la gran tentadora, la que nos hizo perder el Paraíso, y aunque jamás hubo en toda la historia de la humanidad una tarántula que alcanzara una celebridad semejante, despiertan una antipatía que casi se podría calificar de instintiva. Louise Bourgeois necesitó elaborar su gigantesca Mamá para exorcizar su miedo. ¿Quería que su madre hubiera sido gigantesca y letal para castigar a su padre infiel? Ningún periodista se lo preguntó jamás, y ella ya no está para responder, de modo que los traumas de la artista pueden hoy ser sospechados, pero no ratificados, y cualquier interpretación naufraga inevitablemente en un mar de conjeturas.
Por lo demás, Louise no dedicó su larga vida a construir solo arañas de bronce, sino que elaboró figuras humanas y buscó reflejar en su arte el mundo de los sueños y el de los miedos. Pero siempre desde el punto de vista exorcizante. Es como si hubiera hecho sus obras para librarse de ellas o, mejor, para librarse de una obsesión que le robaba el sueño.
¿Qué provoca en el espectador la visión del arte de Bourgeois? ¿Miedo? ¿Admiración? ¿Son visiones liberadoras o movilizadoras? ¿O toda esa gama de sensaciones y sentimientos a la vez? El título de la muestra de la Fundación Proa es “El retorno de lo reprimido”, lo cual sugiere infinitas interpretaciones. Tal vez cada persona deba admirar sin prejuicios y simplemente asombrarse por la calidad de las obras porque, en definitiva, se trata de Arte, con mayúscula. Bourgeois vivió lo suficiente como para ver nacer el surrealismo (que abrevaba en los sueños y las pesadillas), el dadaísmo (que intentaba un arte tal como lo haría un bebé), el cubismo (que desarmaba la figura humana para armarla dándole otro significado) y hasta el realismo socialista, que quería copiar la realidad al punto de que no se diferenciara obra de modelo. Conoció a los grandes creadores de todos esos movimientos, pero no adhirió a ninguno. Se forjó su propio camino y, tal vez por eso, el mundo tardó mucho tiempo en reconocerla como una elegida. No es una exageración: en las 87 obras suyas que pueden verse en la Fundación Proa hasta del 19 de junio próximo, se comprueba su talento. Son dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones. En el catálogo es posible acceder a sus confesiones; entre ellas, el papel primordial que ella misma atribuye al psicoanálisis como fuerza inspiradora.

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  • Título: Coming of the Spider Woman: Louise Bourgeois at Proa.
    Autor: Nile Guide
    Fecha: 31/03/2011
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    Louise Bourgeois: The Return of the Repressed is on now at the Fundación Proa, La Boca’s main cultural institution and one of the principal venues for international art exhibitions in Buenos Aires. The show boasts the most comprehensive body of the French artist’s work to ever be exhibited in Latin America. The key piece? Maman, a 4-story high iron sculpture of a spider, overlooking the Riachuelo in La Boca’s harbor. The work is Bourgeios’ signature sculpture.
    The show is organized by Proa in conjunction with the Louise Bourgeois Studio in New York, her adopted hometown, and the Instituto Tomie Ohtake in Sao Paolo, Brazil. Louise Bourgeois: The Return of the Repressed will be on exhibition at Proa until June 19.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Autor: Nocturnar.
    Fecha: 31/03/2011
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    Fundación Proa
    19 de marzo al 19 de junio
    Se exhibe por primera vez en Argentina una visión retrospectiva de la obra de la artista francesa Louise Bourgeois. La muestra está compuesta por alrededor de 75 obras de los diversos períodos de su producción e incluye instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman: una araña gigante instalada en la calle.

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  • Título: La confusión es sexo: el arte de Louise Bourgeois.
    Autor: Gabriela Schevach.
    Fecha: 31/03/2011
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    Ver nota original ( Juanele AR.)

    Como en la novela de Henry James La figura en el tapiz, la obra de Louise Bourgeois entreteje una serie de símbolos que se relacionan mutuamente, y también con la vida de la artista y la cultura en la se hicieron y se exhiben. Cada pieza se convierte en un hilo de la gran figura, se integra en un sistema con su propia lógica y que sigue sus propias reglas, siempre dejando una sensación de incertidumbre e inquietud, nunca tranquilizando al observador.

    Con ochenta y seis obras que empiezan en 1947 y terminan en 2009, la muestra en Proa presenta un panorama de este universo simbólico, subrayando la influencia que el psicoanálisis, como disciplina y también como teoría, ejerció en el desarrollo de los trabajos y cómo sus significados se encuentran profundamente relacionados con el lenguaje visible y tangible de las esculturas, pinturas e instalaciones de Bourgeois.

    No es casual que una araña negra gigantesca, llamada Maman, con sus pesados pies de acero enterrados en la vereda, ocupe la entrada de Fundación Proa, prologando la exhibición y convirtiendo a los visitantes en sus hijos e hijas de todas las edades. La canasta cargada de huevos, que lleva bajo su cuerpo comparablemente pequeño, despierta en seguida fantasías de maternidad, paternidad y hermandad, pero también de viudas negras que devoran a los machos. Habiendo caminado entre sus piernas, la prole se prepara para saltar en la telaraña.

    Una vez adentro, otro juego de piernas arácnidas, esta vez tenuemente iluminados, rodean una jaula de tejido metálico, de donde los pájaros ya se fueron. En la narrativa familiar, la canasta de huevos colgando del cuerpo de la madre se transformó en una jaula de, casi, el mismo tamaño que la araña-madre que la rodea y encierra un mueble que no va a moverse de ahí, cubierto de un tapiz flexible y antiguo.

    En la sala siguiente, una figura dorada y sin cabeza, ambiguamente masculina, cuelga y se curva como las pacientes histéricas de La  Salpêtrière, el hospital mental parisino para mujeres, donde el joven Dr Sigmund Freud tuvo sus primeras decepciones con los tratamientos psiquiátricos del siglo XIX y empezó a desarrollar su teoría de la transferencia. Es conocido que  Jean-Martin Charcot, el director del hospital, hacía medir el ángulo de la curva para establecer la gravedad de la condición, de acuerdo a los parámetros positivistas de la época.

    También se sabe que hacía posar a sus pacientes para producir fotografías y pinturas, que con el tiempo se hicieron referentes icónicos de las enfermedades mentales femeninas y sus interpretaciones, supuestamente objetivas, por parte de las instituciones médicas. En este contexto, Bourgeois declara “Art is a guarantee of sanity” (“El arte es garantía de cordura”).
    En la primera sala grande, el cuerpo dorado doblándose en círculo domina la habitación, gira suspendido de un hilo invisible, que la sujeta al techo y encuadra la visión por detrás de ella. Su superficie metálica contrasta con los muñecos rellenos, suaves e inmóviles de Seven in Bed (Siete en la cama), que gritan como la cabeza decapitada de Rejection (Rechazo) o se recuestan en una vitrina de vidrio como los amputados de tamaño real.

    Algunas anotaciones de la artista que en el primer piso hacen referencia explícita a las investigaciones de Bourgeois sobre los sentimientos de personas que sufrieron una amputación. Este sentido de pérdida se relaciona, en términos freudianos, a la percepción de la mujer como un ser imperfecto, castrado e incompleto. Bourgeois estaba obsesionada con formas fálicas que detentan el poder masculino, la autoridad y el peso del padre. Muchas veces representan bosques, puñales o piernas. En muchas esculturas, estas formas alargadas se empiezan a torcer, volviéndose espirales. En este proceso, que puede también tomar el camino inverso, pasan de un género al otro, revelando cómo lo masculino y lo femenino son categorías contruidas culturalmente.
    Formas fálicas y puntiaguidas también pueden parecer pechos, que encienden fantasías de alimentación materna y tragedias edípicas. La serie de gouaches rojas, chatas y acuosas, derritiéndose en el papel, a propósito infantiles y transparentes, reflejan un sentimiento de temor infantil. Los pechos dominan la escena. Bourgeois escribió sobre sus ambivalencias con respecto al falo: “El hecho de que me sienta protectora del falo, no significa que no le tenga temor.”Y agrega que “Se trata de vulnerabilidad y protección”.

    En esta confusión calculada, salta a la vista un juego de oposiciones. Sin embargo, después de una observación más cercana, los opuestos se disuelven entre sí, se reflejan en un espejo deformante. La escalera, presente en muchas obras, permite el pasaje entre los dos extremos, pero siempre recordando el orden jerárquico de niveles superiores e inferiores. Pequeño y grande, niño y adulto, duro y blando, frío y caliente, lleno y vacío, cerrado y abierto, claro y oscuro, liviano y pesado, sádico y masoquista, masculino y femenino, falo y espiral, protección y temor. “ Janus es una referencia a la clase de polaridad de representamos,” comentó la artista sobre su escultura Janus Fleuri (Jano Florido), colgando del techo en la misma habitación que el doradoArco de la Histeria.

    Atractivo y repulsivo a la vez, lo reprimido retorna como siniestro, seguido por el miedo y la necesidad de protección. Sólo el masoquismo, la felicidad en el sufrimiento, junto con la producción artística, parecen aliviar a Bourgeois. Un pañuelo enmarcado, bordado con letras Bodoni declara: “I’ve been to hell and back. And let me tell you, it was wonderful” (“Estuve en el infierno y volví. Y déjenme decirles, estuvo buenísimo”). La artista demuestra también que puede manejarse en distintos soportes materiales y formatos. Por ejemplo, puede construir un bosque totémico de protuberancias fálicas, un animal antinatural con tres pares de pechos humanos, bordar una confesión en un pañuelo que sirvió para secar sus lágrimas o instalar una colección de recipientes vacíos de vidrio en una estantería.

    Todas las obras se relacionan con la larga vida de la autora y con el sistema de símbolos que supo ir entretejiendo en más de seis décadas de intensa producción. El retorno de lo reprimido, como Philip Larratt-Smith llamó a esta muestra, hace hincapié en los aspectos psicoanalíticos del trabajo. Demuestra también cómo la interpretación de Sigmund Freud de la tragedia de Edipo y su teoría de la castración proporcionan una base cultural esencial de relaciones simbólicas.

    Bourgeois solía decir que era una mujer sin secretos, pero probablemente, eso mismo significaba que tenía algunos. Y, aunque sea posible entender y explicar su trabajo, el sentimiento perturbador que provoca, persiste.

    Louise Bourgeois:
El retorno de lo reprimido
    Fundación Proa
    Hasta el 19 de junio

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  • Título: Louise Bourgeois: la angustia femenina, con sabor parisino y psicoanálisis austríaco
    Autor: Guía Vulevú
    Fecha: 31/03/2011
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    asualmente en el mes de la mujer, Louise Bourgeois (1911-2010), o mejor dicho, su obra, desembarcaron en Buenos Aires con una expo de itinerario mundial: “El retorno de lo reprimido”, ya vista en Europa y Estados Unidos.
     
    Hasta julio, la Fundación Proa alberga a esta generosa muestra de 75 trabajos y ofrece, como bonus track, un libro de escritos  de la artista sobre el psicoanálisis (se puede comprar en la librería de Proa).
     
    Louise (bautizada con el mismo nombre de su padre, que tantos tormentos le causaría) sufrió una serie de pérdidas que motivaron gran parte de la creatividad de su obra (además de sesiones intensivas de psicoanálisis: ¡4 veces por semana!): primero muere su madre, luego su  padre, seguido de su esposo y por último, uno de sus hijos, período que coincide con la producción de sus gigantescas y emblemáticas arañas, Maman.
     
    Una de ellas ya se ganó todo el protagonismo del barrio de La Boca, con sus 10 metros de altura y sus 22.000 kilos en bronce, hierro y mármol. Otras imperdibles: Habitación Roja recrea el cuarto paterno, invadido por el adulterio y el conflicto de pareja, y Destrucción del padre, que muestra una serie de falos fragmentados y un padre destrozado sobre una mesa.
     
    Fuerte, ¿no? Pero vale la pena. La muestra es el gran grito de una gran mujer sufrida, torturada, angustiada y traumada, además de una verdadera oda al psicoanálisis, que encontró en estos testimonios de vida, teorías corroboradas.
     
    Si salís un poco alterada, no te preocupes: andá al Café Proa, adentro de la Fundación, y sentáte en una de las mesas de la terraza, con aire fresco y vista privilegiada a La Boca. Ah, y si es mediodía, no te pierdas el Menú del Artista, y por la tarde, el cupcake de frutos rojos con jugo de pomelo, miel orgánica, lima y naranja.
    Fundación Proa 
Pedro de Mendoza 1929
Hasta el 19 de junio

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  • Título: Vernissage Louise Bourgeois en Fundación Proa.
    Autor: Galerias de arte - Koniec
    Fecha: 30/03/2011
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    https://vimeo.com/21722568

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  • Título: Fundación Proa: Louise Bourgeoiss The Return of the Repressed.
    Autor: . Brooklyn art project.
    Fecha: 30/03/2011
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    Fundación Proa
    19 March–19 June 2011

    For the first time in Latin America, Fundación Proa presents in Argentina and Brazil Louise Bouegeois: The Return of the Repressed, a major exhibition of the artist’s work curated by Philip Larratt-Smith and organized by the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo, the Louise Bourgeois Studio in New York and Proa, with the support of Tenaris.
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  • Título: Louise Bourgeois, el retorno de lo reprimido.
    Autor: Martin Wullich
    Fecha: 29/03/2011
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    Por primera vez en Argentina, un panorama completo de dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones de la artista nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York.
    Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.

    Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo. Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo. Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, escribe la artista.

    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña MAMAN (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París, ofreciendo conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo, profundizó el pensamiento radical de la época y tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas. Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.

    El catálogo reproduce una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 96 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos. Una exhibición histórica.

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  • Título: Louise Bourgeois En Proa - Bs. As.
    Autor: Globedia.
    Fecha: 29/03/2011
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    Por primera vez llega a la Argentina la obra de Louise Bourgeois (1911-2010). Lo impactante de su obra “sobre todo la monumental araña montada en la puerta de Proa “ y la nitidez con que ella misma adhirió ciertos conceptos a ellas permitieron presentarla como la gran artista del siglo XX dedicada a dar forma a las ideas del psicoanálisis. Sin embargo, pasó casi toda su vida en el anonimato o el silencio, y recién pasados los 50 años decidió ella misma encauzar las interpretaciones, explicaciones y mitificaciones de su vida y su trabajo. Lejos de ser sólo el último eslabón que nos une al surrealismo y el fin de siglo XIX, su obra, más que una araña, es un pulpo que abrió con cada brazo una corriente artística diferente.

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Philip Larratt-Smith

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  • Título: Louise Bourgeois en proa - BsAs.
    Autor: Paper Blog
    Fecha: 28/03/2011
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    Por primera vez llega a la Argentina la obra de Louise Bourgeois (1911-2010). Lo impactante de su obra –sobre todo la monumental araña montada en la puerta de Proa– y la nitidez con que ella misma adhirió ciertos conceptos a ellas permitieron presentarla como la gran artista del siglo XX dedicada a dar forma a las ideas del psicoanálisis. Sin embargo, pasó casi toda su vida en el anonimato o el silencio, y recién pasados los 50 años decidió ella misma encauzar las interpretaciones, explicaciones y mitificaciones de su vida y su trabajo. Lejos de ser sólo el último eslabón que nos une al surrealismo y el fin de siglo XIX, su obra, más que una araña, es un pulpo que abrió con cada brazo una corriente artística diferente.

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Philip Larratt-Smith

    Fuente: www.pagina12.com.ar/diario/radar

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  • Título: Por primera vez llega a la Argentina la obra de Louise Bourgeois (1911-2010). Lo impactante de su obra sobre todo la monumental araña montada en la puerta de Proa y la nitidez con que ella misma adhirió ciertos conceptos a ellas permitieron presentarla
    Autor: ConectArte.
    Fecha: 28/03/2011
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    Por primera vez llega a la Argentina la obra de Louise Bourgeois (1911-2010). Lo impactante de su obra –sobre todo la monumental araña montada en la puerta de Proa– y la nitidez con que ella misma adhirió ciertos conceptos a ellas permitieron presentarla como la gran artista del siglo XX dedicada a dar forma a las ideas del psicoanálisis. Sin embargo, pasó casi toda su vida en el anonimato o el silencio, y recién pasados los 50 años decidió ella misma encauzar las interpretaciones, explicaciones y mitificaciones de su vida y su trabajo. Lejos de ser sólo el último eslabón que nos une al surrealismo y el fin de siglo XIX, su obra, más que una araña, es un pulpo que abrió con cada brazo una corriente artística diferente.

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Philip Larratt-Smith

    Fuente: www.pagina12.com.ar/diario/radar

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  • Título: Louise Bourgeois works on exhibition in Buenos Aires.
    Autor: Lugabe.
    Fecha: 28/03/2011
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    A retrospective on French-American artist Louise Bourgeois’ work will be
exhibited in Argentina for the first time at Fundación PROA of Buenos
Aires.
From March 19th to June 19th, 2011, the exhibition, called “Louise Bourgeois: The Return of the Repressed”, will feature over seventy-five works from all of her diverse periods of production, including installations, sculptures, drawings, paintings, and objects.
Her famous and monumental “Maman” spider (photo) will be on display at the museum’s esplanade. Made in stainless steel, bronze and marble, weighing 22,000 kilos and 9 meters tall, Maman is the biggest of her series of spiders, and has already been displayed in public spaces in London, Paris, New York, Tokyo, and Bilbao. 
The exhibition catalog will reunite texts by art specialists on her work and a special book with Bourgeois’ writings on psychoanalysis.

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  • Título: Opciones para ver.
    Autor:
    Fecha: 28/03/2011
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    Buenos Aires.

    Quedó inaugurada en la Fundación Proa una importante muestra de la escultora francoestadounidense Louise Bourgeois, integrada por 75 obras, una de ellas la famosa araña gigante de 9 metros de alto y 22 mil kilos ubicada a la entrada, en la calle, frente a Caminito. En el Centro Cultural Borges recoge las imágenes de los fotógrafos Anselm Adams, Robert Doisneau, Yousuf Karsh, Alfred Stieglitz y Cartier Bresson. El Museo Nacional de Bellas Artes recibió la versión del Dorífero de Policleto, réplica en mármol del siglo I del original en bronce del siglo V, proveniente del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Es la primera vez que la famosa escultura sale del país.

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  • Título: MAMAN en La Boca
    Autor: Julio Portela
    Fecha: 27/03/2011
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    El emplazamiento de MAMAN, una de las esculturas de Louise Burgeois de grandes dimensiones que desdibuja actualmente la fachada del edificio de PROA, no es casual para nosotros.

    Por el contrario es un tema recurrente del barrio de la Boca. Nos recuerda años de la niñez donde uno de los entretenimientos consistía en observar estos arácnidos cobijados en las apretadas ranuras en sombras que permitían los revestimientos en chapas de zinc de las paredes de los edificios característicos de la zona.

    Es cierto que entonces la observación se realizaba subrepticiamente mientras la araña se replegaba hacia la hondura oscura para proteger las crías y a ella misma de los intrusos.

    Pero nos interesa resaltar esta característica por lo acertado de su entronización a la intemperie, en su “ambiente natural” al que pareciera haber regresado luego de un largo viaje e ignorar que sólo lo haya hecho por falta de espacio en el interior del edificio.
    Esta vez la araña ha salido de su escondite no para desafiarnos sino para mostrarse en la luz del día con toda su grandeza física con sus ocho patas y sus ocho ojos para mirarnos mejor. Se la observa esbelta y firme con gran confianza en sí misma y nos permite circular entre sus patas. Esto nos relaciona con temas del inconsciente a los que nos dicen Louise fue gran aficionada.

    Si nos dejamos llevar por nuestra imaginación podemos afirmar que lo de la araña es un regreso a su “habitat naturelle”, que le permite ahora mostrarse plenamente en su ambiente de pertenencia física donde nos invita a olvidarnos de su reputación repulsiva.

    Sabemos que Mamam ha visitado anteriormente varias ciudades importantes del mundo donde fuera admirada por sus méritos técnicos y artísticos y lo hará próximamente en San Pablo y Río de Janeiro.

    ¿ Pero podrá mostrarse como aquí con su correspondencia a este ambiente tan propicio?

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  • Título: La mujer araña
    Autor: Maria Gainza.
    Fecha: 27/03/2011
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    LOUISE BOURGEOIS EN PROA
    Por primera vez llega a la Argentina la obra de Louise Bourgeois (1911-2010). Lo impactante de su obra –sobre todo la monumental araña montada en la puerta de Proa– y la nitidez con que ella misma adhirió ciertos conceptos a ellas permitieron presentarla como la gran artista del siglo XX dedicada a dar forma a las ideas del psicoanálisis. Sin embargo, pasó casi toda su vida en el anonimato o el silencio, y recién pasados los 50 años decidió ella misma encauzar las interpretaciones, explicaciones y mitificaciones de su vida y su trabajo. Lejos de ser sólo el último eslabón que nos une al surrealismo y el fin de siglo XIX, su obra, más que una araña, es un pulpo que abrió con cada brazo una corriente artística diferente.


    Una grúa amarilla, alta y amenazadora, está estacionada a orillas del Riachuelo. De lejos parece un pterodáctilo que acaba de atacar. Su presa, una araña de hierro gigante, yace sobre el suelo. Las patas desperdigadas forman una estrella de ocho puntas. Parece muerta, desmembrada, pero no lo está. En unas horas el animal reunirá sus partes y se alzará sobre la rambla como una sombra al atardecer. Si caminan por debajo sentirán la fuerza de su psiquis, los suaves hilos de seda que acunan y sujetan. Maman, así se llama la obra, es una creación de Louise Bourgeois en homenaje a su madre, una hilandera protectora pero también sofocante. No es un recuerdo especialmente feliz pero, después de todo, nunca fue la felicidad la fuente de inspiración de Bourgeois.
    “He hecho del dolor mi negocio”, solía decir la artista fallecida el año pasado. Y qué buenos réditos le dio: en 2006 la casa de subastas Christie’s vendió una araña de la serie Maman en 4 millones de dólares, convirtiendo a Bourgeois en la artista mujer mejor paga del mundo. Dos años después superó su record: otra araña se vendió en 4,5 millones. Nada mal para alguien que comenzó en el arte como una forma de terapia: “Todos los días tenés que abandonar tu pasado o aceptarlo. Si no podés aceptarlo, te convertís en escultora”. El arte era para Bourgeois casi una sesión de exorcismo, un modo de negociar con sus demonios: dicen quienes la conocían que ella no se sentaba a hacer obra, sino que buscaba atravesar el día, cruzar sana y salva el tambaleante puente que va desde la mañana a la noche, y el arte era lo que le sucedía mientras tanto. Así, Bourgeois transformó su experiencia en un lenguaje propio, una gramática del miedo que corrió paralela a la de los grandes movimientos del siglo XX pero no formó parte de ninguno.
    El éxito le llegó tarde, demasiado tarde para los cánones de hoy, donde un artista ya es viejo a los treinta. Pero ser conocida no era algo que hubiera buscado con ambición o proyectado en un gráfico sobre la pared. Había sido siempre una marginal. Tenía sesenta y pico cuando comenzaron a hablar de ella. Y en 1982, cuando el Museo de Arte Moderno de Nueva York le dedicó una retrospectiva –la segunda dedicada a una mujer, después de Georgia O’Keefe–, ella era para entonces una viejita excéntrica, imposible de categorizar. La retrospectiva la transformó en la gran dama de Nueva York.

    EL ESLABON PERDIDO
    Ser artista fue entonces la soga que encontró para sobrevivir. Y vaya que sobrevivió. Murió el año pasado, en Nueva York, a los 98 años. Y ese día el mundo occidental perdió el último lazo directo entre el siglo XIX, el París de la Belle Epoque (aquel del cubismo, el simbolismo, el surrealismo) y todo lo que vino después.
    Bourgeois se paseó entre la fiesta surrealista, pero aunque ellos la reclaman para sus filas proclamando su abierta relación amorosa con el inconsciente, la artista evitó alistarse en sus tropas. Su memoria fue su único partido. Fue de las heridas de la infancia que ahora parecen no cauterizar de donde Bourgeois entró y salió como un explorador en busca de sus pepitas de oro. En otras personas, esto podría haberse vuelto sentimentalismo empalagoso, pero en ella aparece siempre teñido, habitando una tierra fronteriza entre lo tierno y lo cruel. Bourgeois, aquella lechuza sabia con una mente sucia, dejó una obra que es por turnos, agresiva y sumisa, sexualmente cargada y físicamente torpe, tensa e informe.
    Las 86 obras exhibidas en la Fundación Proa por primera vez en la Argentina ponen a los defensores de tal o cual estilo, a los que no se pierden una bienal, a los que buscan el éxito como una zanahoria, a todos en su lugar. Ellas silencian el debate sobre si el arte contemporáneo tiene sentido o no, si realmente le dice algo a alguien o si son puros espejitos de colores reflejando carteras Vuitton. La obra de Bourgeois es honda y poética en un tiempo en que esos adjetivos se han vuelto casi un insulto; es una obra que trata sobre los celos y el sexo, sobre la humillación y el odio, sobre la culpa y la agresión y sobre todas las cosas que hacen que la vida muchas veces resulte insoportable pero tan real.

    MI SALON
    Durante treinta años, bajo el sol calcinante o la nieve impiadosa, todos los domingos un grupo de jóvenes se paró en la vereda de un departamento de Chelsea esperando ser recibidos por la gran dama de las artes. Era un ritual al que ella llamaba “Mi salón” y al cual nunca faltó. Imaginen. Catorce visitantes por turno atraviesan un pasillo oscuro. Cargan consigo anotadores, bolsas y cajas de cartón. La madera cruje ominosa bajo sus pies. Al fondo alguien abre una puerta y la luz polvorienta de la mañana deja ver un salón pequeño donde sillas de metal, como las viejas sillas de escuela, han sido colocadas en círculo. Sobre una mesa hay una botella grande de aspirinas, toallas de papel y una calculadora. Los visitantes se sientan y llenan formularios para calmar los nervios mientras una cámara los filma. Artistas de todas partes viajan para la sesión. Son poetas, bailarines, escultores o dibujantes. Un rato después, que puede llegar a parecer un siglo, Louise Bourgeois se materializa bajo el vano de la puerta. Es una mujer pequeña con calzas negras, zapatillas negras, una blusa rosada y un rodete tirante. Ella va a presidir la reunión durante las próximas cuatro horas y media.
    Entonces alguien abre una caja de cartón y saca una pequeña silla de tres patas envuelta en hilos blancos. Bourgeois la examina con cuidado. La artista balbucea una explicación, ella la escucha y vuelve su mirada sobre el objeto que yace sobre la mesa. En la sala el silencio es total. Y luego, como la ola articulada de un trueno, se escucha: “Muy interesante, sí, muy interesante. Aplaudan por favor”. La artista respira aliviada y recién entonces toma conciencia de que su cuerpo se ha entumecido. Bourgeois señala al próximo. Un joven de pantalones chupines y camisa a rayas le alcanza una carpeta. Ella hojea los dibujos pero no ha pasado de la tercera hoja cuando declara: “Es tonto... un naïf falso”. “¿Quiere ver más?”, le pregunta el joven. “No, no, por Dios, ya está.” El joven se da vuelta y se tapa la cara pero Bourgeois ya se ha largado a hablar sobre la diferencia entre la pintura y la escultura. Mientras habla juega con un pedazo de arcilla. “Cuando uno pasa de la pintura a esto, es porque tiene un pensamiento agresivo. Uno quiere romperle el cuello a alguien... me convertí en escultora porque me permitía expresar –y esto es terriblemente importante–, quería expresar lo que hasta entonces me daba vergüenza.” Después le arranca la cabeza a la figurita que tiene entre sus manos.

    PAPITO QUERIDO
    Jerry Gorovoy, su asistente durante años, dijo: “Su arte es sobre todo lo que salió mal”. ¿Y qué salió mal? Bourgeois nació hace casi un siglo, el día de Navidad de 1911, en París. Su madre no dejó de echarle en cara que con su nacimiento le había arruinado las Fiestas. Además era la tercera hija mujer y esto suponía un problema. “Cómo voy a hacer que mi marido se quede en casa si le traigo tres mujeres”, pensó su madre. La solución fue ponerle a su recién nacida el nombre del padre (Louis). Bourgeois vino al mundo pidiendo perdón por nacer en un día inoportuno con un sexo inoportuno. Dos años después finalmente nació el varón, pero para entonces Louise ya era la favorita de Louis, lo que se traducía en un psicopateo continuo. Sus sentimientos sobre esto aparecen en la obra La destrucción del padre (1974). Una especie de cueva cubierta por estalactitas redondas como pechos o penes. Al acercarse un olor acre, a goma quemada, o pensándolo bien, a sexo, comienza a subir. Una luz roja baña la escena y en el centro hay una mesa, como un altar con algo inmundo que parecen pedazos de carne. La obra recuerda la cueva del cíclope Polifemo en La Odisea, llena de extrañas comidas. Pero Bourgeois ha descripto la fantasía que subyace desde un lugar muy preciso: “Durante la cena mi padre estaba dale que dale fanfarroneando. Y cuanto más se agrandaba más pequeños nos hacía sentir. De repente hubo una tensión terrible y lo agarramos... y lo tiramos debajo de la mesa y comenzamos a tirar de sus piernas y brazos hasta desmembrarlo, con tanto éxito que luego nos lo comimos”. Esto es su explicación. Pero una obra cuando es buena puede pararse por sí sola. La destrucción del padre es un cumulus nimbus: no trata solamente sobre el odio sino también sobre el amor y la conquista del miedo y sobre cosas que están en el aire y que al caer podrían ahogarnos.
    La familia de Bourgeois tenía una empresa que arreglaba tapices medievales, era próspera y, como su apellido lo sugiere, burguesa. Louise ayudó un tiempo en los talleres arreglando los agujeros en los viejos tapices, cosiendo hojas a las figuras desnudas en los trabajos destinados a los pudorosos coleccionistas americanos. En realidad su pasión eran las matemáticas, la geometría de los sólidos, donde “las relaciones pueden ser anticipadas y son eternas”. Pero eventualmente descubrió que ni eso era cierto: “Te dicen que dos paralelas nunca se juntan y luego te enterás de que en la geometría no euclidiana pueden fácilmente tocarse. Es muy frustrante”. Entonces comenzó a recorrer estudios de arte. Hasta que conoció a Léger, que le dijo que ella era una escultora nata. Para pagarse las clases hacía traducciones. Su inglés era impecable porque su padre había insistido en que sus hijos aprendieran idiomas y había llevado a la casa a una joven maestra llamada Sadie. De ella Louise aprendió inglés y también el ácido corrosivo de los celos. Pronto Sadie había ocupado el lugar de su madre en la cama del señor Bourgeois.
    En 1936 conoció al historiador de arte Robert Goldwater y dos años después se casó con él, probablemente por las mismas razones que antes había elegido la matemática: “Era una persona completamente racional. Nunca me traicionó, ni a mí ni a nadie”. Juntos se fueron a Nueva York y hasta fines de los ’40 era conocida en los círculos intelectuales como “la francesa esposa de Goldwater”. En su primera muestra, en 1949, mostró unos largos postes en bronce y madera, delgadas figuras a lo Giacometti. Después murió su padre y Louise se retiró del mundo. Siguió produciendo pero durante once años no mostró. De todas formas, su obra hasta entonces no había sido mirada. En parte porque al lado de la atmósfera masculina del arte de posguerra dominada por el expresionismo abstracto de Pollock o Motherwell con su énfasis en la virilidad y la acción, su trabajo parecía blando y narrativo.

    EL COMING OUT
    Recién en los ’60, cuando los críticos comenzaron al liberarse del influjo del formalismo, le prestaron atención. “¿Por qué el arte sólo puede ser abstracto?”, preguntaron las feministas. En 1966 la crítica Lucy Lippard la incluyó en una muestra llamada “Abstracción excéntrica”, junto a Eva Hesse y Bruce Nauman. Bourgeois tenía treinta años más que todos ellos pero tenía los bríos de una teenager.
    En 1973 murió Goldwater y ella, curiosamente, floreció. De repente le llovieron títulos honorarios, comisiones, notas de tapa. En 1982 el MOMA le dio su retrospectiva. Tenía 70 años y en esa oportunidad Bourgeois hizo algo impensado. Hasta entonces había sido una mujer silenciosa, reticente a hablar de su vida personal. Entonces se destapó la olla: la destapó ella misma. Contó sobre el romance de su padre con la niñera, publicó fotos en Artforum, fotos adorables y perversas donde se veía a Louise junto a Sadie remando en un bote o escalando la montañas. “Toda la motivación de mi obra surge de mi enojo hacia Sadie, mi padre y mi madre por permitirlo, casi fomentarlo.” Bourgeois se volvió confesional. Publicó diarios, memorias, describió incluso el día en que encontró a su hermana haciendo el amor con el vecino. Cuando le preguntaban sobre la técnica en sus obras contestaba: “Es una metáfora sobre la dependencia psicológica”.
    Al abrir la boca, Bourgeois parecía exponerse en toda su vulnerabilidad. “Soy una mujer sin secretos”, decía. Por supuesto, si uno tiene secretos, eso es justamente lo que diría. Ella contaba para que los otros dejaran de hurgar. Sus cuentos mantenían a raya las preguntas. Había creado su propio teatro de la crueldad y entendido los engranajes que comenzaban a mover la maquinaria del arte. “Bourgeois la artista” creó a “Louise la niña sufriente” y su historia de abuso y éxito tardío encajó a la perfección con las políticas del arte de los ’90.

    BAILAR CON LOS DEMONIOS
    Bourgeois creó esculturas, grabados, dibujos, instalaciones claustrofóbicas, muñequitas de trapo, arañas de metal. Hizo incluso una grabación donde ella canta canciones de su niñez y que se podía escuchar en una abandonada torre veneciana. Las arañas son su hit, probablemente su imagen más icónica, pero de ninguna manera su mejor obra: demasiado terroríficas, acotan un poco las lecturas. ¡Cuánto más complejos y fascinantes son los oscuros e informes amantes decapitados hechos de amasijos de tela! Las cabezas de lana parecen congeladas en medio de un berrido o un rigor mortis. No son retratos sino sensaciones psicológicas, como el grito de Munch o los rostros encontrados después del Vesubio.
    Sus celdas son containers de sentimiento, atmósferas que pueden sofocarte o rebanarte en cuatro. El cuarto rojo recrea el dormitorio de sus padres, privado y escabroso. Un biombo de madera encierra una cama matrimonial roja. Sobre ella hay un trencito de juguete y un xilofón y una almohada donde está bordado “te amo”. Una gota blanda y asquerosa cuelga del techo. Según por dónde uno espíe, un espejo oval da diferentes versiones del asunto. Es un lugar carnavalesco, como los cuartos de Francis Bacon, donde uno dormiría con los ojos bien abiertos. Después toca uno de los tabúes más pesados de la sociedad: la agresión materna. Sobre ella escribe y crea obras: la serie de figuritas de lana embarazadas son de una soledad fantasmal y no esbozan nada sobre las supuestas bondades de la maternidad. Y también están sus formas más orgánicas: espirales, torsiones, penes, vulvas, que se repiten con variaciones de escala en bronces y mármoles. Louise trabaja esta obra a martillazos, insistiendo sobre sus temas, repitiendo en ritmos monótonos y sincopados sobre aquello que no la deja en paz. Y al darle forma no sólo lo exorciza sino que también se asegura de no olvidarlo.
    Algunos pueden encontrar estas imágenes arcaicas y fuera de moda: invocaciones a lo totémico y a lo primitivo han sido de uso estándar por los modernistas durante tres cuartos de siglo. Pero Bourgeois parece utilizar sus citas de una manera tan consistente que siempre evade lo convencional. La mayor parte de sus obras evitan una descripción precisa: ¿son tubos o pechos los que cuelgan?, ¿es una fruta podrida o un tótem?, ¿es una gárgola o una sirena? Las obras de Bourgeois diseminan confusión o la espejan sobre nosotros. Además hay un rigor en la confección de las obras que maravilla. No son cosas hechas a las apuradas sino confeccionadas al detalle, con el rigor de un diseño de carrocería para Fórmula 1.
    TODOS AL DIVAN
    En 1988 escribió: “Las palabras de un artista deben ser tomadas con precaución”, y luego siguió durante cuatro páginas hablando sobre los motivos de su obra. El caudal de escritura que dejó atrás es asombroso y las cajas que su asistente encontró tras su muerte parecen una canilla que no se puede cerrar.
    La exposición en la Fundación Proa se centra en el vínculo de su obra con algunos conceptos rectores del psicoanálisis que aparecen en sus escritos. La forma en que Bourgeois encontró equivalentes plásticos para estados psicológicos inconscientes: el fantasma del padre, la histeria o la formación del símbolo. Pero Bourgeois fue muy crítica del psicoanálisis también y por momentos intentó superarlo, creando formas pulidas e híper racionales por sobre el contenido puramente inconsciente.
    Por supuesto, uno puede entrar a la muestra y recorrerla sin que toda esta información se interponga en el camino. Después de todo, es una lectura curatorial que, si bien consistente, es lo suficientemente elástica para no transformar a Louise Bourgeois en “El caso Dora del arte”. Algo tan amenazador y enigmático como la obra de Bourgeois se niega a ser encerrado en una teoría.
    Louise Bourgeois es un pulpo, de cada uno de sus brazos se desprende una corriente del arte: los textos epigramáticos sobre papel, las formas existencialistas en lana, las acuarelas sensibles. Con cualquiera de estas ideas un artista construye una carrera entera. Pocas veces en el siglo XX un artista revistió la dignidad y el compromiso de un escultor clásico como Louise Bourgeois; la capacidad de conjurar rigor formal y poesía desbordada en una misma pieza y la lucidez para abordar los grandes temas del hombre: ¿cómo escapar del miedo?, ¿cómo más tarde conjurarlo, para finalmente después, conquistarlo?

    Louise Bourgeois
El retorno de lo reprimido
    Fundación PROA

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  • Título: Louise Bourgeois.
    Autor: Mirta Greco
    Fecha: 26/03/2011
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    Louise Bourgeois (1911-2010)
    Fundación PROA es un espacio de arte muy querido por mí, he visto exposiciones muy bellas e inolvidables en ese lugarcito de la Boca, por ej. la de Marcel Duchamp. En esta ocasión me sorprendió el material de Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido, esta mujer lleva el psicoanálisis en la sangre, por no decir que el inconsciente vuela en cada sala. Ya antes de entrar me encontré con una Maman, impactante, para una vez dentro quedar fascinada en El ataque histérico y La escena primaria que ella me representó magistralmente.
    No se la pierdan.

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  • Título: La monumental "Maman" de Louise Bourgeois en Proa
    Autor: Boludeo Productivo.
    Fecha: 26/03/2011
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    Ya quedó instalada en la explanada de Proa la monumental y emblemática araña MAMAN (1999), prologarando la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, curada por Philip Larratt-Smith. Así, Proa ubicó en el espacio público una obra capital de la artista, como ya lo hicieran la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y, antes, el Guggenheim de Bilbao (1999).

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  • Título: Araña gigante llega a la Boca traída por la Fundación Proa
    Autor: Conexión (diario de La Boca).
    Fecha: 26/03/2011
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    La monumental araña «Maman» de la artista franco norteamericana Louise Bourgeois llega a La Boca.  Con 9 metros de alto y 10 de ancho, puede verse en la explanada de la Fundación Proa desde el 19 de marzo.

    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña MAMAN (1999) prologará la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, curada por Philip Larratt-Smith, que inauguró el 19 de marzo. Así, Proa ubica en el espacio público una obra capital de la artista, como ya lo hicieron la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y, antes, el Guggenheim de Bilbao (1999).
    Acerca de su obra Bourgeois escribió: « La Araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre».
    Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, la artista franco norteamericana concibió esta araña como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. MAMAN es la mayor de la serie de esculturas de arañas, pesa 22.000 kilos, tiene 9 metros de alto y 10 de ancho y ya viaja en barco a la Argentina.
    Luego de pasar por Buenos Aires, MAMAN acompañará la itinerancia de la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido y será presentada en el Museo de Arte Moderna (MAM) de Río de Janeiro.
    Fundación Proa concibe su explanada como espacio expositivo. En este caso, MAMAN dialogará con el público, introduciendo con fuerza el universo de la artista e interactuando con los talleres que dicta el Centro Cultural Nómade, el container educativo diseñado por el dúo de arquitectos a77, que desde enero suma cientos de asistentes cada fin de semana.

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  • Título: Louise Bourgeois - Proa.
    Autor: Cecilia Maidana.
    Fecha: 25/03/2011
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    Ver nota original (Cecilia Maidana Blog.)

    Bourgeois, joven, muy imbuída en el psicoanálisis, creó su obra desde su propia vida y dolor, 1911- 2010.
    Maman en la calle, para todos, gran-diosa.
    Figuras de espiral, germen de tejidos y el incesante retorno del tiempo, que no existe diría un amigo.
    Cuerpos colgados de hilos avidencian la preocupación de la autora por la fragilidad humana y la delicadeza de los acontecimientos de la vida.
    Arco de Histeria
    Primera obra en la sala, su color y la tensión del cuerpo sin cabeza atrae inexorablemente, es bella, dejo a uds. averiguar porqué la autora hacía algunos cuerpos sin cabezas, lean.
    Maman de 1999, es el comienzo de esta exhibición de arte, llamada también Spider , madre de todas las madres, para la autora la madre era gigante en su amenaza y enorme en su protección, ubicada en el espacio público impresiona por su tamaño y su peso, la gente deambulaba entres sus patas sacando fotos y admirando su factura, color y grandiosidad.
    Imagenes

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  • Título: Actividades de la Fundación Proa en el fin de semana largo.
    Autor: Aqui show
    Fecha: 25/03/2011
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    La Fundación Proa realizará visitas guiadas por la exposición de Louise Bourgeois, "El retorno de lo reprimido", la primera retrospectiva en Latinoamérica de la gran escultora francesa, el sábado y domingo próximos de 15 a 19 en su sede de Pedro de Mendoza 1929, barrio de La Boca.

    Los recorridos permiten profundizar sobre la vida y la obra de la artista, en esta muestra que reúne 86 obras entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones.

    Además, se desarrollará el Centro Cultural Nómade, que consiste en talleres gratuitos de arte para familias en el container educativo ideado por el estudio de arquitectos a77, en el ingreso a la Fundación.

    Rodeado por la fuerza inspiradora de la enorme araña "Maman" de Louise Bourgeois, el Centro propone confeccionar arañas en diálogo con la exhibición y el entorno.

    El sábado a las 20 habrá cine al aire libre, ya que el club de cine La linterna Mágica proyectará gratis "El pibe", el clásico de Charles Chaplin, con música en vivo.

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  • Título: Maman in PROA
    Autor: Why on Earth did I move to Argentina? (Blog)
    Fecha: 24/03/2011
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    Maman is probably one of the most famous sculptures of today. It is a gigantic spider in bronze which carries marble eggs, made by Louise Bourgeois (1911-2010). This is without any doubt her most famous work. You can see this spider permanently in a couple locations. In London, Kansas City, Otawa, St Petersburg, Tokyo, Bilbao, Seoul and Des Moines. And she has visited Paris, Boston, Washington, Oostende (Belgium)and is now in BA.

    Fundacion PROA is a very nice museum in La Boca, and has a really nice restaurant with a view over the river, and a beautiful library. Certainly a must-do!

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  • Título: Actividades de la Fundación Proa en el fin de semana largo
    Autor: Terra - Télam.
    Fecha: 24/03/2011
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    La Fundación Proa realizará visitas guiadas por la exposición de Louise Bourgeois, "El retorno de lo reprimido", la primera retrospectiva en Latinoamérica de la gran escultora francesa, el sábado y domingo próximos de 15 a 19 en su sede de Pedro de Mendoza 1929, barrio de La Boca.

    Los recorridos permiten profundizar sobre la vida y la obra de la artista, en esta muestra que reúne 86 obras entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones.

    Además, se desarrollará el Centro Cultural Nómade, que consiste en talleres gratuitos de arte para familias en el container educativo ideado por el estudio de arquitectos a77, en el ingreso a la Fundación.

    Rodeado por la fuerza inspiradora de la enorme araña "Maman" de Louise Bourgeois, el Centro propone confeccionar arañas en diálogo con la exhibición y el entorno.

    El sábado a las 20 habrá cine al aire libre, ya que el club de cine La linterna Mágica proyectará gratis "El pibe", el clásico de Charles Chaplin, con música en vivo.

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  • Título: Actividades de la Fundación Proa en el fin de semana largo.
    Autor:
    Fecha: 24/03/2011
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    Ver nota original (Télam)

    La Fundación Proa realizará visitas guiadas por la exposición de Louise Bourgeois, "El retorno de lo reprimido", la primera retrospectiva en Latinoamérica de la gran escultora francesa, el sábado y domingo próximos de 15 a 19 en su sede de Pedro de Mendoza 1929, barrio de La Boca.

    Los recorridos permiten profundizar sobre la vida y la obra de la artista, en esta muestra que reúne 86 obras entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones.

    Además, se desarrollará el Centro Cultural Nómade, que consiste en talleres gratuitos de arte para familias en el container educativo ideado por el estudio de arquitectos a77, en el ingreso a la Fundación.

    Rodeado por la fuerza inspiradora de la enorme araña "Maman" de Louise Bourgeois, el Centro propone confeccionar arañas en diálogo con la exhibición y el entorno.

    El sábado a las 20 habrá cine al aire libre, ya que el club de cine La linterna Mágica proyectará gratis "El pibe", el clásico de Charles Chaplin, con música en vivo.

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  • Título: Louise Bourgeois' giant spiders.
    Autor:
    Fecha: 24/03/2011
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    Ver nota original ( NTN 24 News Latin America's News in English)

    Buenos Aires, Argentina (Reuters) - A new exhibition put on in the colorful Argentine neighborhood of La Boca is not for the faint-hearted or the arachnophobic.

    These giant spider sculptures are a trademark of the late artist Louise Bourgeois.

    A show commemorating her life's work had been put together by the curators at the Proa art gallery in Buenos Aires.

    The French-born US sculptor died last year in June.

    She is one of the world's most influential contemporary artists but her followers say she was never appreciated until the end.

    Curator Philip Larratt-Smith:

    "Maybe this is anecdotal but for a lot of people they did not realize what they had in Louise until she was gone, and this show brings together a good selection of all the work that makes Louise one of the most important artists of the 20th century," Larratt-Smith said.

    Bourgeois worked in a variety of media ranging from wood to steel to stone and tended to center on the human form.

    The artist said one of her main inspirations was her childhood in France, where she was close to her affectionate mother but was also unsettled by her father's marital infidelities including with her governess.

    Proa Foundation Director, Adriana Rosenberg, told Reuters Bourgeois also played with the idea of femininity.

    "The Proa Foundation selects one fundamental artist in history each year that has never been presented in Buenos Aires or in Argentina and in this case we chose Louise Bourgeois, who is one of the most well-known artists of the twentieth-century. We think it is a very appropriate choice seeing as she has had an influence on a huge amount of young artists and women. She deals with the problem of femininity and today is recognized as one of the great masters so the opportunity to present her work is not something to sniff at," Rosenberg said.

    Bourgeois moved to New York in 1938 after marrying a U.S. art historian, and her reputation gradually grew.

    But it was not until the 1980s and 1990s, when she had a retrospective at the Museum of Modern Art and represented the United States at the Venice Biennale, that she began to be considered a major influence.

    The exhibition at the Proa art gallery will continue until June 19.

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  • Título: Galería de arte argentina muestra obras de artista francesa.
    Autor: http://www.unonoticias.com/DS/205576/w-Galeria-de-arte-argentina-muestra-obras-de-artista-francesa.h
    Fecha: 23/03/2011
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    Ver nota original ( UNO Noticias (México).)


    El barrio de La Boca en Argentina alberga una exposición de piezas realizadas por la artista Louise Bourgeois.

    Dentro de las piezas más llamativas de Louise destaca una figura poco apta para los cardiacos o aracnofóbicos, pues se trata de una araña gigante ubicada en plena explanada de la galería.

    El espectáculo que conmemora el trabajo de su vida ha sido llevado a cabo por la galería de arte Proa en Buenos Aires.

    Louise Bourgeois es considerada como una de las artistas más influyentes del mundo contemporáneo, sin embargo sus seguidores comentan que no fue apreciada si no hasta el final. La escultora francesa nacida en EU, murió en junio del año pasado.

    La exposición dentro de la galería de arte Proa estará abierta al público hasta el 19 de junio de 2011.

    Fuente: Reuters

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  • Título: Con nombre y apellido
    Autor:
    Fecha: 23/03/2011
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    Ver nota original (La Nación)

    La luna, más llena que nunca, se levantaba, gigante, sobre el Riachuelo. Y un chico vestido de Niño Araña corría y trepaba por los muros de la Costanera que no superaran el metro de altura. Y, ya todo el mundo sabe que las casualidades no existen, justo en ese momento se abría la muestra de Louise Bourgeois en la fundación Proa, con Maman , la gran araña de bronce y acero inoxidable en la vereda. Entre la multitud, se destacaban algunas celebrities del arte y otras de securities de traje que se ponían de mal humor cuando la gente se acercaba a tocar a Maman ? aunque estuviera para eso. Copa de vino en mano, por la fundación pasearon, entre otros, el actor Boy Olmi; el embajador de Francia Jean Pierre Asvazadourian; artistas como Mercedes Robirosa, Margarita Paksa, Guillermo Kuitca, Rogelio Polesello y Eduardo Costa.

    Eduardo Costa , a pesar de su trayectoria en el arte conceptual, despierta más admiración entre los advenedizos arty por las letras que escribió para Virus: la de Una luna de miel en la mano , por ejemplo. Hay diálogos que lo persiguen de vernissage en vernissage, incluso en éste: "¿Y después no escribiste más letras?", le preguntaron. "No, se trató de un momento nada más. Después murió Federico Moura, las cosas cambiaron y no volvió a darse una situación así", contestó. Y reveló, esperanzador: "Pero si se da la ocasión, podría. Claro".

    Cuando ya quedaban pocos en la muestra, un grupo de afortunados fue invitado a una parrilla aledaña, a dos cuadras. Afortunados todos?, pero no tanto los vegetarianos. Desde la vereda con mesas de lata hasta el patio trasero con guirnaldas de luces cundió el horror: "¡No hay nada que no sea choripán ni lomito!" De repente, Diego de Adúriz hizo arte, pero culinario esta vez: "Ya está, un pan con salsa criolla adentro queda buenísimo". De todas maneras, el parrillero, conmovido por la postal, mostró su sensibilidad y preparó una provoleta. Y el pan con provoleta y salsa criolla fue lo más rico de la noche.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido en Fundación Proa.
    Autor: Gabriel Massera.
    Fecha: 22/03/2011
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    (Imagenes) Tomadas el domingo en la muestra de la escultora Louis Bourgeois en la fundación Proa.

    Está muy bien presentada. La temática de esta mujer era muy psicoanalítica: todas sus obras giran alrededor de sus traumas, sus obsesiones, en forma explícita. Mas allá de eso, hay unas cuantas piezas muy atractivas visualmente, como sus arañas y "El arco de la histeria", que es la pieza en bronce de la primera foto.
    Saludos!

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  • Título: Ser madre, hija y mujer, en una muestra impactante
    Autor: Vanesa López
    Fecha: 22/03/2011
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    Ver nota original (Clarín. Entremujeres)

    Entremujeres estuvo en la apertura de la exposición de Louise Bourgeois en PROA. Feminismo, problemas familiares, ambigüedad sexual y una araña gigante.

    Recorrimos la muestra “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido” en Fundación PROA. Son 86 obras para reflexionar sobre la relación padre/hijo, los miedos, la sexualidad, la culpa, y todo lo que atraviesa la vida de una mujer. Al menos, de una mujer como Louise.

    Lo primero que vemos, y lo que muchos fueron a mirar, es una araña gigante en la puerta. “Maman” mide 9 metros de altura y 10 de ancho y está hecha con 22 mil kilos de bronce (Foto superior). Pasó por Bilbao, Londres, Nueva York y ahora la tenemos entre nosotros. La artista la definió como una oda a su madre “útil y protectora”.

    Al entrar, el desconcierto. “No entiendo nada”, dijo un señor en la sala uno. Lo repetía parte del multitudinario público que se acercó el sábado, hizo cola y pasó gratis. Entre todos, y con la ayuda de los asistentes, fuimos entrando en sintonía. Consejo: buscá las visitas guiadas (martes a viernes 17 horas, sábados a las 15, domingos a las 15 y 17).

    Nos enteramos de que Louise nació en Paris, que su madre murió cuando era pequeña, que vivió la Segunda Guerra Mundial, que su hermana era discapacitada… Un dolor que transmite en piezas autobiográficas, pero que logran identificarnos. Y no olvidemos el contexto: el psicoanálisis y el feminismo se respiran en cada espacio.

    Con esa teoría en mente, vemos a “Jano Florido” (Foto 2). ¿Son dos falos o es la sexualidad femenina? Depende de cómo lo mires. También a “Sin título (He estado en el infierno y volví)”: un espiral que, según la guía, podría leerse como el amor que nunca llega (Foto 1). Y un atractivo planteo masculino de la histeria (Foto 4).

    Todos nos detuvimos ante “La destrucción del padre” (Foto 3). Representa el deseo de destruir y devorarse al padre. Desde el psicoanálisis, claro está. Aunque dos señoras de unos 70 años no lo entendieron así: “Qué horror, esto es horrible”, dijeron angustiadas.

    “Impactante”, “fuerte” y “muy bien curada” fueron algunos comentarios del público, habitué del circuito artístico o no tanto. Y podemos agregar más adjetivos: perturbadora, indescriptible, claustrofóbica, intimidante. Vale la pena verla. Si te animás.

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  • Título: 2 muestras en 1.
    Autor: David López Mastrángelo
    Fecha: 21/03/2011
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    Ver nota original (Ramona)

    Como la pulsión que provoca un anuncio publicista de cualquier marca, el sábado decidí aventurarme, junto con amigos londinenses de visita en BA, por la ex Républica de La Boca, que con su cierta argentinidad siempre seduce a los extranjeros, previo a un breve paso por Fundación Proa, que con su estatuto jurídico de cierto aire benefactor para `la cultura´ de la sociedad poco tiene o pocas ganas le quedan.

    Luego de ratificar según mis cálculos que la muestra de Louise Bourgeois se inauguraba al público a las 19hs y sortear la gran celosía de seguridad en la puerta de la sala, como si de una resurrección se tratara y no dejar escapar un cuerpo, decidimos subir a la única librería del mundo no anticuaria, en donde los libros sólo pueden ser hojeados en la mesa según estricta indicación del vendedor, como si de antiguos incunables se tratara, espantando así a todo lector avisado, aunque para mi sorpresa solo encontré los clásicos catálogos de papel económico que relucen con carácter de ecológico y reciclable de `cuidemos al mundo´ a un precio de 300 pesos ó 73 dólares, y muy lejos de toda la bibliografía de LB publicada en otras instituciones donde el precio es realmente accesible.

    En realidad, aunque predije mi reseñita de pulsión consumista y, mas allá de todas estas nimiedades personales, y conociendo la obra de LB por exposiciones en Venecia y en París, no cabe duda de lo interesante del evento que llegó a La Boca. Por un lado la muestra de una gran artista francesa radicada en EUU, y por otro lado la muestra de Pro A que es otro signo de argentinidad, llamado elitismo.
    Aunque todavía no vi la muestra y tampoco pienso ir a verla como decisión política que me exijo, pude ver la otra muestra de altos precios en entradas y catálogos.

    Se podría suponer que este tipo de instituciones, impulsadas por empresarios que se jactan de auspiciar lo que ellos suponen de antemano como `cultura´ tendrían que generar un puente entre la sociedad y toda expresión cultural, y la llegada de esta muestra y todo lo que quiere generar actúa más como roca prehistórica que dificulta el paso, y evita ser nexo fluido entre el público poco conocedor, que es el que alimenta estas instituciones, y estos sucesos. Realmente poco importa si yo puedo tener o no el catálogo, sino en todo el emergente de la cuestión, que no es nada inocente y simplista, ya comenzado el siglo 21

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  • Título: La obra de Bourgeois, en el país
    Autor:
    Fecha: 21/03/2011
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    Ver nota original (Diario de Rio Negro. )

    Ambivalente, dolorosa, onírica y punzante, la exposición "El retorno de lo reprimido de la gran escultora francesa Louise Bourgeois (1911-2010) inauguró este sábado en la Fundación Proa y presenta por primera vez en la Argentina una retrospectiva de 86 obras -entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de esta artista emblemática del siglo XX.

    La explanada de la Fundación, a metros del Caminito de la Boca, recibe al visitante con la monumental y amenazante araña "Maman" (1999) de 22 toneladas de bronce, acero y mármol, de nueve metros de alto y diez de ancho, que ya se exhibió en la Tate Gallery de Londres, el Museo Guggenheim de Nueva York y el Guggenheim de Bilbao. "La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña mi madre era una tejedora. (…) Las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre", decía Bourgeois sobre esta construcción que se erige gigante en su amenaza y enorme en su protección.

    El amplio espectro de obras exhibidas se extiende desde las pinturas "Femme Maison" de fines de los 40 hasta obras en tela y acuarelas rojas de 2009, y entre las que también destacan "Red Room", "Janus Fleurt" y "Couple IV", obras autorreferenciales en las que reflexiona acerca de las relaciones, los padres, la infancia, la maternidad y el sexo.

    La muestra vincula de modo consistente y profundo la obra de Bourgeois con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis: el modo en que la artista encuentra equivalentes plásticos de estados psicológicos, y convierte al proceso creativo en una forma de exorcismo o un acto de catarsis. "El arte es garantía de cordura", proclamaba esta mujer que comenzó a psicoanalizarse en 1951 y lo hizo durante 30 años con Henry Lowenfeld, discípulo directo de Sigmund Freud en Viena, cuando ambos (paciente y terapeuta) habían emigrado a Estados Unidos. "I have been to hell and back and let me tell you it was wonderful" reza una de las obras de la artista, una tela con la inscripción cosida.

    Organizada por el Louise Bourgeois Studio de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake (ITO) de San Pablo y Fundación Proa, la exhibición "El retorno de lo reprimido" se verá en Avenida Pedro de Mendoza 1929 hasta el 19 de junio y luego desembarca en el ITO de San Pablo y en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. (Télam)

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  • Título: Una gigantesca araña, como un símbolo de la maternidad
    Autor:
    Fecha: 21/03/2011
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    Ver nota original (La Gaceta (Tucumán).)

    La primera muestra retrospectiva de Louise Bourgeois se puede ver en la Fundación Proa, en Buenos Aires. Temática de la artista.

    Las gigantescas patas de la araña elevan a nueve metros de altura su cuerpo preñado de maternidad, frente a la reciclada casona del siglo XIX que alberga otras criaturas de la escultora franco-estadounidense Louise Bourgeois, expuestas desde este fin de semana en Buenos Aires.

    Cruzando la calle, las turbias aguas del Riachuelo, que limita el barrio de La Boca en el sur porteño, otorgan un marco singular a la muestra en la Fundación Proa, el museo de arte contemporáneo en que ha sido montada la exposición "Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido". Se trata de la primera gran retrospectiva de la obra de Bourgeois tras su muerte, acaecida en mayo del año pasado a los 98 años, y la última concebida aún en vida de la artista.

    Lo femenino y lo masculino, visto su relación con la sexualidad y la función de madre y padre, imbuida de contradicciones y ambivalencias, atraviesa la obra de Bourgeois, concebida bajo una fuerte impronta de su experiencia psicoanalítica.

    "A través de la exploración de materiales, formas y procesos escultóricos, Bourgeois encuentra equivalentes plásticos de los estados psicológicos y los mecanismos del miedo, la ambivalencia, la compulsión, la culpa, la agresión y el retraimiento", señala Philip Larrath-Smith, el curador de la muestra, en su presentación.

    La misma artista sintetizaba la relación que establecía entre su vida personal y su obra: "el arte es garantía de cordura". Del mismo modo le otorgaba una importancia incluso mayor a sus escritos sobre este vínculo. Reflejo fiel de ello es el catálogo de la exposición, compuesto por dos volúmenes de textos de y sobre la artista, que probablemente vayan a constituirse más allá de la exposición en pequeña joya de coleccionistas.

    Un total de 86 esculturas, objetos, pinturas, dibujos e instalaciones componen la muestra organizada por el Louise Bourgeois Studio junto con el museo porteño y el Instituto Tomie Othake, de San Pablo. (DPA-Especial)

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  • Título: Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña MAMAN (1999) prologará la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido.
    Autor: Néstor García
    Fecha: 21/03/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (Clarín)

    Montaje de la monumental "Maman" de Louise Bourgeois en la explanada de Proa, en el barrio de La Boca.

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  • Título: Una exposición imperdible: Louise Bourgeois en Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 21/03/2011
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    Ver nota original (Portal de América)

    "El retorno de lo reprimido", la excepcional muestra en Fundación Proa de la creadora de una obra universal, se la considera una de las más grandes escultoras.
    por Mercedes Pérez Bergliaffa

    La gran diosa de la escultura, la madre de las madres de las formas, se presenta por primera vez de forma completa en la región, y lo hace en Buenos Aires. Se trata de la increíble escultora Louise Bourgeois y de “El retorno de lo reprimido”, la muestra que se expondrá en la Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929) a partir del sábado próximo y hasta julio.

    Fruto de un esfuerzo de producción y de costo gigante (los 75 trabajos, algunos inmensos, vienen desde distintas partes del mundo), los amantes del arte, y en realidad todas las personas, deberíamos aprovechar y acercarnos hasta La Boca, a conocer el original mundo íntimo de Bourgeois. Porque se trata de una de las mayores artistas de toda la historia del arte y de una oportunidad nada común en estas tierras, ya que estas obras moran en Europa o Norteamérica.

    El combo es imperdible: esculturas raras, grandes, emblemáticas + una artista fundamental y muy original del siglo XX= un viaje intergaláctico de saber y placer. Y una gran posibilidad de auto-conocimiento , como pasa cuando uno observa una obra de arte genuina.

    Pero debo advertirle: antes de entrar a la exposición, prepárese. Porque los trabajos son densos, traumáticos, emotivos; no sólo por cómo están realizados sino porque tocan conflictos comunes a todos los seres humanos, como las relaciones entre padres e hijos (el Edipo del que nadie puede escapar).

    Y tratan de sexo, pero en estado de angustia . Digamos que las obras de Bourgeois reflejan eso que todos reprimimos. Hacen conscientes los deseos inconscientes. Preservan sin pulir las grandes pulsiones que uno descarta pero que siempre subyacen, persisten, retornan; y aparecen en el momento menos pensado.

    Le repito, ármese emocionalmente antes de entrar a esta apasionante aventura que es la obra de Bourgeois. Usted se dará cuenta cuando enfrente las obras, que la artista no podía ser alguien sencillo y prístino.

    No era Heidi, no era Warhol, no era Minujín . Era, más bien, la Freud del arte; la Van Gogh de la escultura; la Kafka de la plástica contemporánea. Y, ¡oh, sorpresa! en pleno siglo XX, el genio escultórico de la psiquis hecha forma fue una mujer.

    Debe enterarse también de esto: Bourgeois era hiper-sensible, frágil, depresiva. Torturada. Sufría de crisis nerviosas si no hacía sus esculturas. Sufría de impulsos de hostilidad, de auto-castigo. Era un gran “paquete” psíquico, una gran reserva de energías que canalizar por algún lado, para sobrevivir; que canalizar a través del arte.

    “He estado en el infierno y he vuelto. Y les digo una cosa: fue fantástico”, comentaba la escultora en uno de sus textos (muchas veces ella misma se pensó más como escritora que como artista; de hecho, hasta escribió para Art Forum, la famosa revista de arte).

    Quien fue su psicoanalista durante más de treinta años, Henry Lowenfeld (discípulo directo de Freud), pensaba que el principal problema de Bourgeois era su incapacidad para aceptar la propia agresión. “No olvido ni perdono, es el lema del que se alimenta mi obra”, escribía ella por entonces. Decía que para crear obras debía internarse en los “corredores de la memoria” y “transferir a una escena de hoy, emociones que tuve hace cuarenta años …” “Todos los días uno tiene que abandonar su pasado o aceptarlo; y entonces, si no puede aceptarlo, se hace escultor”, escribió alguna vez la escultora (ver recuadro).

    Por eso no debe esperar ver en la muestra paletas felices ni temáticas livianas. Lo anuncian los trabajos y sus títulos: Maman (una araña gigantesca, de 10 metros de altura y 22 mil kilos, monumental oda a su madre hecha en bronce, hierro y mármol); Habitación roja (padres) , un símil de habitación a tamaño real que intenta mostrar todo aquello que ocurría en el dormitorio parental con adulterios y angustias sobrevolando la pareja; Arco de histeria, en bronce, de carácter erótico-seductor pero también evidencia de una torsión dolorosa; Jano florido , en bronce, un falo doble, de tamaño grande, partido, segmentado, que cuelga del techo; Destrucción del padre, escultura-instalación de los 70´s, montones de pedazos de falos naranja-rojizos, enfrentados entre sí como cielo y tierra; y en medio, una mesa con el padre destrozado). Sobre esta última obra, Eleanor Munro, quien estudió a la artista, escribió: “Está la mesa de una cena y se ve que pasan toda clase de cosas. El padre está fanfarroneando, contándole al público cautivo lo grande que es, la cantidad de cosas maravillosas que hizo, cuánta gente mala rebajó hoy. Pero esto sigue un día tras otro. En los niños crece un resentimiento. Un día al fin se enojan. Se masca la tragedia. El padre ha repetido la pieza una vez más. Los niños lo agarran y lo ponen sobre la mesa. Y se convierte en comida. Lo despiezan, lo desmembran. Se lo comen. ¡Es, como verás, un drama oral! Lo irritante era su continuo agravio verbal. Así que fue liquidado: tal como él había liquidado a sus hijos”. El curador de la muestra, Philip Larrat- Smith, habla de una “conmemoración del acto de destrucción recreándolo”.

    Conflicto. Qué mejor palabra para definirla. Louise Bourgeois. Misteriosa, sabia, táctil. Golpea, roe, raya, corrompe, destruye los materiales, los hace nacer. Los ataca (“Cuando no ataco no me siento viva”). Necesitó hacer catarsis; la aliviaba. Necesitó sacar fuera de sí una complejidad tal que no le permitía siquiera dormir. Pero sí amar. En su vida, a su manera, fue madre y compañera, esposa.

    Uno se podría preguntar, ¿pero cómo sobrevivir a esto, a una angustia tan inmensa que todo lo inunda ….? ¿Y qué la ayudó más a Bourgeois, la escultura o el amor? Las respuestas, en las obras.

    fuente: revistaenie.clarin.com

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  • Título: Louise Bourgeois.
    Autor:
    Fecha: 21/03/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original ( ArquiNoticias. )

    Hasta la luna estuvo presente, el pasado sábado 19 de Marzo en la
    excepcional muestra que la Fundación Proa nos presenta hasta el 19
    de Junio.


    Gran cantidad de público formo largas colas, bajo las patas "protectoras"
    de Maman (Mamá), la gigantesca araña de bronce, acero inoxidable y
    mármol que ocupa la explanada del edificio de la fundación.

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  • Título: Exposición antológica de Louise Bourgeois se muestra en Buenos Aires .
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    Fecha: 20/03/2011
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    Se exhiben alrededor de 86 obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.
    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se inauguró en la Fundación Proa ayer 19 de marzo, y presenta por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 86 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York.
    Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.
    Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo.
    Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo. Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, escribe la artista.
    Instalada en la explanada de la Fundación Proa, la monumental y emblemática araña Maman (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París.
    Con Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, Proa vuelve a ofrecer la oportunidad de conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo. Louise Bourgeois profundizó el pensamiento radical de la época. Louise Bourgeois tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas. Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.
    El catálogo, editado en dos volúmenes bajo la supervisión del curador, reproduce, por un lado, una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 93 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos.
    Una exhibición histórica que consolida el acuerdo para difundir las obras más destacadas del arte actual, y que con el respaldo de Tenaris / Organización Techint en Brasil y la Argentina permite que Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se presente en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.
    Con información de Prensa Fundación Proa

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  • Título: Louise Bourgeois - Fundación Proa.
    Autor: Taxi Art Magazine.
    Fecha: 20/03/2011
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    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será “el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte”./ A retrospective on artist Louise Bourgeois‘ s work will be exhibited in Argentina for the first time. Curator Philip Larratt-Smith states that this show will be the “first in depth analysis on her relationship with psychoanalysis and art.”
    En la Fundación Proa se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis./Over seventy-five works from all of her diverse periods of production, including installations, sculptures, objects and one of her famous “Maman” will be on display in Proa Foundation. The exhibition catalogue will reunite texts by art specialists on her work and a special book with Bourgeois’ writings on psychoanalysis
    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y  se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011./ The show Hill be produced with the collaboration of the Louise Bourgeois Studio and will also be presented at Tomie Ohtake Institute of San Pablo and the Museum of Modern Art of Rio de Janeiro, during 2011.

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  • Título: Louise Bourgeois en Proa
    Autor: Achís news.
    Fecha: 20/03/2011
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    Llegó a Fundación PROA Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, una muestra impactante que cuenta con 86 trabajos (realizadas desde 1942 a 2009) que plasman los estados psicológicos de la artista.
    La exhibición comienza con la araña Maman (1999) en la entrada de PROA, y en las salas pueden verse Arch of Hysteria (1993), Spider (1997) y las instalaciones Red Room (Parents,1994) y The Destruction of the Father (1974). Los tópicos recurrentes del psicoanálisis -como las relaciones familiares, el lugar del padre, de la madre y de los hijos, el de la esposa y el de la persona consigo misma- son plasmados con singular gracia por una de las artistas más significativas del siglo XX.
    Además de la exhibición, Fundación PROA creó un programa paralelo de reflexión y encuentros que enriquecen el conocimiento de la obra de Bourgeois. Todos los sábados a las 17 hs, a partir de abril, se llevará a cabo el encuentro Artistas y críticos, un espacio que reúne a destacados profesionales del medio que recorren la exposición y brindan sus agudos puntos de vista.“Es el momento de irrupción del vacío, el silencio, la subjetividad y el inconciente, que ingresan al texto y a la imagen de la obra y transforman la relación entre el arte y la realidad. Aparecen nuevas formas de narrar experiencias y designar sentimientos hasta entonces innominados. Neurosis, trauma e inconciente son ahora sujetos activos del discurso, y el sueño es una nueva concepción del tiempo”, explica Adriana Rosemberg en la presentación de la obra.Para el curador Philip Larrat-Smith, uno de los núcleos principales de la muestra son los escritos de Bourgeois, descubiertos el año pasado tras la muerte de la artista. Las imágenes y los textos inéditos fueron recopilados en un catálogo de dos tomos. Para más información acerca de la artista, la Revista de Cultura Ñ publicó un artículo muy interesante escrito por Eduardo Villar.
    Y si es cierto que en Buenos Aires somos fanáticos del psicoanálisis, Louise Bourgeois es un asunto urgente.

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  • Título: Una salida al museo.
    Autor: Blog Centro Cultural Nómade.
    Fecha: 20/03/2011
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    "Las mesas del Centro Cultural Nómade están llenas de chicos (y grandes) que fabrican arañas con papel, lana y otros materiales reciclables. Como la familia Lomanto, de Barracas. Papá Alfredo con Mateo (10) y mamá Silvia con Lorenzo (6). “Cuando me dijeron que la salida era al museo no quería, pero así, me gusta”, cuenta el más chiquito, que pasó por debajo de la araña pero no se animó a tocarla."
    (Diario Clarín 20-3-2011)

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  • Título: El largo viaje de una araña hasta La Boca.
    Autor: Eduardo Villar.
    Fecha: 20/03/2011
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    Unas dos mil personas asistieron el sábado pasado en Proa a la inauguración de la muestra “Louise Bourgeois: el retorno de la reprimido”. El número es infrecuente en Buenos Aires. Tanto como la calidad de la muestra y el magnetismo de la obra emblemática de la exposición, la colosal araña “Maman” emplazada en la explanada de Proa. La muestra y la presencia de la araña en el paisaje de La Boca es un verdadero acontecimiento, un privilegio que hasta ahora sólo habían tenido lugares centrales del mundo del arte, como el Guggenheim de Nueva York, la Tate Gallery de Londres o el Guggenheim de Bilbao. Y la gente responde a esos acontecimientos. Quedó claro el sábado a las seis o siete de la tarde frente al Riachuelo y bajo la espectacular luna llena, cuando una larguísima cola serpenteaba frente a la puerta de Proa llena de gente ansiosa por recorrer la exposición, que abarca sesenta años de producción de Louise Bourgeois (París, 1911 – Nueva York, 2010), sin duda una de las artistas más importantes del siglo veinte.
    La pequeña multitud reunida el sábado a los pies de la araña desconocía los inconvenientes de los días previos que inquietaron a los organizadores de la muestra y demoraron un par de días la llegada de la colosal escultura y su emplazamiento. Después de navegar en barco durante un mes con destino a Buenos Aires, la araña estuvo finalmente en su sitio el viernes a las tres y media de la tarde. El problema se inició cuando, al cargar la pieza en la en Nueva York, se anotó en los documentos de la aduana de allá que su peso era de 22.000 kilos y no de 22.000 libras, es decir, poco menos de 10.000 kilos, como es en realidad. En su propia documentación, Proa no se había manejado con el peso, sino con las medidas de la obra de bronce, acero inoxidable y mármol: 927,1 x 891,5 x 1023,6 m. La consecuencia de ese detalle -la diferencia entre el peso denunciado en los documentos y el peso real- fue que al llegar a Buenos Aires, el lunes 14, la araña quedó retenida en la Aduana. Fue necesario que en Nueva York el Louise Bourgeois Studio rehiciera los papeles nuevamente con el peso correcto y los enviara a Buenos Aires. Recién tres días más tarde, el jueves, la araña fue liberada en la Aduana y llegó a la puerta de Proa a la mañana temprano. Y el armado e instalación de la pieza se realizó en 16 horas. El encargado de la instalación, Edward Mc. Aveney, de Louise Bourgeois Studio, de Nueva York, vino especialmente a la Argentina para el emplazamiento. Fueron, para él y para todo su equipo, dos jornadas de intenso trabajo. Pocos saben que cada una de las ocho patas de “Maman” viaja dividada en dos partes, que primero se encastran y luego se elevan y se adosan al cuerpo. Finalmente, se pone la cabeza.
    Del montaje del resto de la exposición -85 obras- curada por el neoyorquino Philip Larrat-Smith -presente en Buenos Aires lo mismo que Jerry Gorovoy, asistente de Bourgeois durante décadas- se ocupó el equipo de Proa.
    Es claro que el costo económico de una muestra como ésta excede las posibilidades de la Argentina, por lo que fue fundamental el respaldo de Tenaris / Organización Techint de la Argentina, pero sobre todo de la misma empresa de Brasil. Hay que recordar que después de su paso por Buenos Aires la exposición se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.
    Uno de los costos más importantes es el del seguro, cuya tasación de “Maman” está en una cifra entre los 22 y los 25 millones de dólares. No es arriesgado suponer que la tasación del resto de la exposición debe ser una cifra igualmente impresionante.
    Tener una obra como “Maman” expuesta en el espacio público requiere además medidas extraordinarias de seguridad. Aparte de la habitual seguridad privada de Proa, hay otro servicio especialmente contratado por los responsables de a escultura. La araña, entonces, será custodiada día y noche por lo menos hasta el final de la muestra, el 19 de junio próximo. Y hasta agosto, si prosperan las gestiones -ya avanzadas- para que continúe en la explanada de Proa aún después de terminada la muestra, ya que la exposición de Río de Janeiro no se inaugura hasta setiembre y no es necesario que la araña viaje hasta entonces.
    “Louise Borgeois: el retorno de la reprimido” es, sin duda, la muestra del año en Buenos Aires. La gente de Proa tiene razones para estar orgullosa. Pero no se duerme en los laureles: aunque aún es extraoficial, se sabe que para el año que viene tienen reservada otra sorpresa: una muestra de Alberto Giacometti.

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  • Título: Louise Bourgeois en proa
    Autor: Blog Artistas de Buenos Aires.
    Fecha: 20/03/2011
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    Louise Bourgeois, eternamente maravillosa.
    Bienvenida a nuestra ciudad

    Louise Bourgeois en PROA
    diciendo lo indecible, por siempre eterna: (video)
    http://feeds.feedburner.com/ArtistasDeBuenosAires

     

     



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  • Título: Colas para ver a la araña de Bourgeois en Buenos Aires.
    Autor:
    Fecha: 20/03/2011
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    Ver nota original (Misiones cuatro.)

    Hubo mucha gente en la inauguración de la muestra de la artista franco-estadounidense ya fallecida. La escultura instalada en La Boca se queda hasta agosto.

    Mucha gente. Tanta, que ayer la cola formaba una especie de telaraña alrededor de la gran araña que custodia la entrada de la Fundación Proa, frente a la Vuelta de Rocha, y la postal se sumó a la serie de contrastes que propone la muestra El retorno de lo reprimido , de la artista franco-estadounidense Louise Bourgeois.

    Aunque la exposición abrió sus puertas recién a las 18, la esquina de La Boca comenzó a poblarse desde temprano. Y cómo no, si desde el viernes tiene una enormidad de acero inoxidable, bronce y mármol que mide 9 metros de altura y diez de ancho. Es Maman , quizás la escultura más emblemática de esta artista fallecida el 31 de mayo de 2010, con 98 años. La pieza pasó por Bilbao, Londres y Nueva York, y permanecerá en Buenos Aires hasta agosto.

    Algunos pasaban por ahí y simplemente “la vieron”. Es el caso de Carlos Almada, un colombiano asombrado por la cantidad de gente que espera para entrar a la sala. “¿Y esa mujer hizo esto?”, insiste, mientras camina entre las ocho patas enterradas en la vereda.

    Las mesas del Centro Cultural Nómade (un proyecto de los arquitectos Lucas Gilardi y Gustavo Diéguez montado sobre la vereda de Proa) están llenas de chicos (y grandes) que fabrican arañas con papel, lana y otros materiales reciclables. Como la familia Lomanto, de Barracas. Papá Alfredo con Mateo (10) y mamá Silvia con Lorenzo (6). “Cuando me dijeron que la salida era al museo no quería, pero así, me gusta”, cuenta el más chiquito, que pasó por debajo de la araña pero no se animó a tocarla.

    La mayoría de los visitantes sabe de qué se trata. Como Ana Lisa Dumont, que llega de la mano de su novio y en broma exclama: “¡Oh, Maman! ¿Le puedo pedir que me abrace como si fuera mi mamá?” Es que la artista definió a su araña como una oda a su madre, “útil y protectora”.

    Cada detalle de este recorrido muestra la relación profunda que existe entre la obra de Bourgeois y el psicoanálisis. Una búsqueda creativa que usa grandes instalaciones, esculturas, dibujos y escritos para recorrer las huellas que dejaron su infancia, su madre -araña , el padre (al que frecuentemente mataba en sueños), su propia maternidad y el universo de la femineidad. En ese contexto se repiten las formas fálicas y hasta un planteo masculino de la histeria, en una impactante escultura colgante de bronce. “El arte es una garantía de sanidad”, define Bourgeois desde una de sus pinturas. Aunque no queden dudas.

    Fuente: Clarín.

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  • Título: Louise Bourgeois en Proa Marzo 2011 .
    Autor:
    Fecha: 20/03/2011
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    Ver nota original (Todo Escultura. )

    La explanada de la Fundación, a metros del Caminito de la Boca, recibe al visitante con la monumental y amenazante araña “Maman” (1999) de 22 toneladas de bronce, acero y mármol, de nueve metros de alto y diez de ancho, que ya se exhibió en la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y el Guggenheim de Bilbao (1999).

    “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga.

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  • Título: Louise Bourgeois en Buenos Aires. En Fundación PROA y con la gran Maman en su puerta
    Autor: Rafael Sturla
    Fecha: 20/03/2011
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    Ver nota original (Blog Res-Poética. )

    Ya se puede visitar la muestra de esta escultora que ha hecho de la mirada psicoanalítica una marca en y sobre su obra: el psicoanálisis como un medio para acercarse y leer cada pieza expuesta. Como un posible modo de abrir un camino o, al menos, pequeños senderos en el bosque de los múltiples singificados...

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  • Título: Colas para ver a la araña en La Boca
    Autor: Einat Rozenwasser
    Fecha: 20/03/2011
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    Ver nota original (Clarín)

    Hubo mucha gente en la inauguración. La escultura se queda hasta agosto.

    Mucha gente. Tanta, que ayer la cola formaba una especie de telaraña alrededor de la gran araña que custodia la entrada de la Fundación Proa, frente a la Vuelta de Rocha, y la postal se sumó a la serie de contrastes que propone la muestra El retorno de lo reprimido , de la artista franco-estadounidense Louise Bourgeois.

    Aunque la exposición abrió sus puertas recién a las 18, la esquina de La Boca comenzó a poblarse desde temprano. Y cómo no, si desde el viernes tiene una enormidad de acero inoxidable, bronce y mármol que mide 9 metros de altura y diez de ancho. Es Maman , quizás la escultura más emblemática de esta artista fallecida el 31 de mayo de 2010, con 98 años. La pieza pasó por Bilbao, Londres y Nueva York, y permanecerá en Buenos Aires hasta agosto.

    Algunos pasaban por ahí y simplemente “la vieron”. Es el caso de Carlos Almada, un colombiano asombrado por la cantidad de gente que espera para entrar a la sala. “¿Y esa mujer hizo esto?”, insiste, mientras camina entre las ocho patas enterradas en la vereda.

    Las mesas del Centro Cultural Nómade (un proyecto de los arquitectos Lucas Gilardi y Gustavo Diéguez montado sobre la vereda de Proa) están llenas de chicos (y grandes) que fabrican arañas con papel, lana y otros materiales reciclables. Como la familia Lomanto, de Barracas. Papá Alfredo con Mateo (10) y mamá Silvia con Lorenzo (6). “Cuando me dijeron que la salida era al museo no quería, pero así, me gusta”, cuenta el más chiquito, que pasó por debajo de la araña pero no se animó a tocarla.

    La mayoría de los visitantes sabe de qué se trata. Como Ana Lisa Dumont, que llega de la mano de su novio y en broma exclama: “¡Oh, Maman! ¿Le puedo pedir que me abrace como si fuera mi mamá?” Es que la artista definió a su araña como una oda a su madre, “útil y protectora”.

    Cada detalle de este recorrido muestra la relación profunda que existe entre la obra de Bourgeois y el psicoanálisis. Una búsqueda creativa que usa grandes instalaciones, esculturas, dibujos y escritos para recorrer las huellas que dejaron su infancia, su madre -araña , el padre (al que frecuentemente mataba en sueños), su propia maternidad y el universo de la femineidad. En ese contexto se repiten las formas fálicas y hasta un planteo masculino de la histeria, en una impactante escultura colgante de bronce. “El arte es una garantía de sanidad”, define Bourgeois desde una de sus pinturas. Aunque no queden dudas.

     

     



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  • Título: Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 20/03/2011
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    The Return of the Repressed. With more than 80 pieces on display, including 'The Destruction of the Father' (1974), 'Le De'fi II' (1992), 'Arch of Hysteria' (1993), 'Red Room (Parents)' (1994) and 'Spider' (1997), the exibithion offers a comprehensive overview covering 60 years of her artistic production, from her early beginnings until 2009.

    curated by Philip Larratt-Smith

    For the first time in Latin America, Fundación Proa presents in Argentina and Brazil Louise Bourgeois: The Return of the Repressed, a major exhibition of the artist's work curated by Philip Larratt-Smith and organized by the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo, the Louise Bourgeois Studio in New York and Proa, with the support of Tenaris.

    Bourgeois' huge and emblematic piece Maman (1999)—an icon of maternal protection and withdrawal—will dominate the whole exhibition from Proa's front terrace. With more than 80 pieces on display, including The Destruction of the Father (1974), Le Défi II (1992), Arch of Hysteria (1993), Red Room (Parents) (1994) and Spider (1997), Louise Bourgeois: The Return of the Repressed offers a comprehensive overview covering 60 years of artistic production, from her early beginnings until 2009.

    In the words of the curator, "All the works have been selected to highlight the enduring presence of psychoanalysis as a motivational force and a site of exploration in her life and work."

    The publication of the two volume catalogue is a project by Philip Larratt-Smith and a joint venture of Fundación Proa and the Louise Bourgeois Studio. As well as an introduction and essay by the curator, the first volume also presents the view of renowned theorists and researchers of diverse backgrounds such as Donald Kuspit, Elisabeth Bronfen, Meg Harris Williams, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Paul Verhaeghe and Julie de Ganck. For the second volume, Philip Larratt-Smith has selected and edited 93 of Bourgeois' writings never published before now that reveal the impact of psychoanalysis on her creative process.

    After Buenos Aires and thanks to the support of Tenaris both in Argentina and Brazil, the exhibition will tour to the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo in July and to the Museu de Arte Moderna of Rio de Janeiro in September.

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  • Título: La gigantesca araña de Bourgeois ya habita en el barrio de La Boca
    Autor:
    Fecha: 19/03/2011
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    Se exponen en la Fundación Proa 75 obras de la artista francesa, fallecida el año pasado

    A la típica postal de La Boca que incluye puentes, barcos y edificios multicolores, se sumó desde ayer una araña gigante. De bronce, mármol y acero inoxidable, nueve metros de alto y diez de ancho, la obra capital de Louise Bourgeois que se expuso en los museos Guggenheim de Nueva York y de Bilbao y en la Tate Gallery de Londres, llegó a Buenos Aires.
    La obra Maman fue instalada en la explanada de Proa con una grúa

    fuente:Silvina Premat / La Nación

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  • Título: La araña gigante que paseó por el mundo ya puede verse en La Boca
    Autor:
    Fecha: 19/03/2011
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    Casi en la puerta de la Fundación Proa, en La Boca, una araña gigante está parada sobre sus ocho largas patas. Se llama “Maman”, está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, puede visitarse a partir de hoy y permanecerá allí hasta agosto.

    La escultura de la artista franco-estadounidense Louise Bourgeois partió de Nueva Jersey y luego de 30 días de viaje desembarcó en el puerto de Buenos Aires para formar parte de la muestra “El retorno de lo reprimido”, que se inaugura hoy y que cuenta con 75 obras de Bourgeois. Esta escultura de grandes dimensiones es una obra fundamental del siglo XX y ya ha sido exhibida en distintos museos del mundo. Por eso, aquí se espera que se repitan las imágenes de Bilbao, Londres o Nueva York, en donde la gente se acercaba para admirarla, tocarla, impresionarse o simplemente pararse debajo de ella, para experimentar sensaciones y quizá hasta dejarse capturar por la esencia que la artista quiso darle a su obra.

    Es que las arañas fueron una constante en la obra de Bourgeois, que concibió a esta escultura como un homenaje a su madre. “Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre ”, afirmaba Bourgeois en un reportaje.

    Maman pesa 22 mil kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho.

    Su traslado y su montaje (16 horas en dos días de trabajo) requiere de una logística especial y de un equipo que cuida especialmente de ella. Es por eso que llegó acompañada por Edward Mc Averey, algo así como su armador personal , que viaja con Maman a todas partes y supervisa cada detalle.

    “Se necesita tiempo y conocimiento para su montaje”, le contó a Clarín Mc Averey, que es especialista en el traslado de obras de arte de gran escala y comenzó a trabajar para Bourgeois a finales de los 80.

    La monumental araña, que además carga en su cuerpo con 20 huevos, viajó en un contenedor especial (abierto) y para su armado y traslado se necesitó una enorme grúa. “Hay un momento del montaje en el que queda suspendida en el aire y las patas se mueven. Entonces, parece cobrar vida ”, relató Mc Averey.

    Hay por lo menos seis versiones de la monumental “Maman” que recorrieron distintos museos y galerías del mundo, como el Guggenheim de Bilbao (1999), la Tate Gallery de Londres (2007) y el Museo Guggenheim de Nueva York (2008). Desde ayer, la monumental obra de Bourgeois, que murió el año pasado, a los 98, puso sus pies aquí, para que los porteños la vean y la sientan de cerca.

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  • Título: The Return of the Repressed
    Autor:
    Fecha: 19/03/2011
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    More than any other twentieth century artist, Louise Bourgeois (1911 - 2010) has produced a work that consistently links and deepens into psychoanalytic theory and practice. The surrealists might have found a way of access into the imagery of dreams and the spontaneity of the Abstract Expressionist gesture might be linked to the unconscious, but the art of Bourgeois allows a privileged way to understand the connection between the creative process and its cathartic role. Together, art and writings of Bourgeois represent an original contribution to psychoanalytic research on the formation of the symbol, the unconscious, the talking cure, family history, maternal and paternal identification, and the fragmented body. Through the exploration of materials, shapes and sculptural processes, Bourgeois founds plastics equivalents of psychological states and mechanisms of fear, ambivalence, compulsion, guilt, aggression and withdrawal.

    "The return of the repressed" is the first detailed analysis of the relationship between psychoanalysis and art in the work of Bourgeois. The exhibition includes drawings, paintings and sculptures, as well as a large selection of her journals. The broad spectrum of the exhibited works ranges from paintings "Femme Maison" in late 1940, to works on canvas and red watercolors made in 2009. The monumental outdoor sculpture "Maman" (1999), an ode to his mother, will be installed in front of the Foundation. All works have been chosen to highlight the continuing presence of psychoanalysis as an inspiring force and exploration space in her life and work.

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  • Título: Louise Bourgeois el retorno de lo reprimido
    Autor:
    Fecha: 19/03/2011
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    For the first time in Argentina, a homage to the French scultptor  Louise Bourgeois (1911-2010). Bourgeois' long and distinguished career reveals a vast oeuvre in dialog with most of the major international avant garde artistic movements of the 20th century; with over 75  works spanning her entire career, the exhibition includes installations, sculptures, and  hand made objects.

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  • Título: Una araña gigante suelta en La Boca
    Autor:
    Fecha: 19/03/2011
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    “Maman”, la clásica obra de Louise Bourgeois, llegó a Buenos Aires. El bicho está construido en bronce, mármol y acero. Gentileza Crónica TV.

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  • Título: La araña gigante que paseó por el mundo ya puede verse en La Boca.
    Autor:
    Fecha: 19/03/2011
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    Mide 9 metros de alto, pesa 22 mil kilos y estará hasta agosto frente a Caminito.

    Casi en la puerta de la Fundación Proa, en La Boca, una araña gigante está parada sobre sus ocho largas patas. Se llama “Maman”, está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, puede visitarse a partir de hoy y permanecerá allí hasta agosto.

    La escultura de la artista franco-estadounidense Louise Bourgeois partió de Nueva Jersey y luego de 30 días de viaje desembarcó en el puerto de Buenos Aires para formar parte de la muestra “El retorno de lo reprimido”, que se inaugura hoy y que cuenta con 75 obras de Bourgeois. Esta escultura de grandes dimensiones es una obra fundamental del siglo XX y ya ha sido exhibida en distintos museos del mundo. Por eso, aquí se espera que se repitan las imágenes de Bilbao, Londres o Nueva York, en donde la gente se acercaba para admirarla, tocarla, impresionarse o simplemente pararse debajo de ella, para experimentar sensaciones y quizá hasta dejarse capturar por la esencia que la artista quiso darle a su obra.

    Es que las arañas fueron una constante en la obra de Bourgeois, que concibió a esta escultura como un homenaje a su madre. “Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre ”, afirmaba Bourgeois en un reportaje.

    Maman pesa 22 mil kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho.

    Su traslado y su montaje (16 horas en dos días de trabajo) requiere de una logística especial y de un equipo que cuida especialmente de ella. Es por eso que llegó acompañada por Edward Mc Averey, algo así como su armador personal , que viaja con Maman a todas partes y supervisa cada detalle.

    “Se necesita tiempo y conocimiento para su montaje”, le contó a Clarín Mc Averey, que es especialista en el traslado de obras de arte de gran escala y comenzó a trabajar para Bourgeois a finales de los 80.

    La monumental araña, que además carga en su cuerpo con 20 huevos, viajó en un contenedor especial (abierto) y para su armado y traslado se necesitó una enorme grúa. “Hay un momento del montaje en el que queda suspendida en el aire y las patas se mueven. Entonces, parece cobrar vida ”, relató Mc Averey.

    Hay por lo menos seis versiones de la monumental “Maman” que recorrieron distintos museos y galerías del mundo, como el Guggenheim de Bilbao (1999), la Tate Gallery de Londres (2007) y el Museo Guggenheim de Nueva York (2008). Desde ayer, la monumental obra de Bourgeois, que murió el año pasado, a los 98, puso sus pies aquí, para que los porteños la vean y la sientan de cerca.

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  • Título: El retorno de lo reprimido
    Autor:
    Fecha: 19/03/2011
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    Louise Bourgeoi: el retorno de lo reprimido

    Con la presencia del curador Philip Larratt-Smith, el Louise Bourgeois Studio y el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo.

    Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".

    19 de marzo - 19hs

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  • Título: Louise Bourgeois en Proa
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    Fecha: 19/03/2011
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    Fundación Proa

    El sábado 19 en Fundación PROA abre "Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido" a las 18 hs.

    Curador: Philip Larratt-Smith

    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".

    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.

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  • Título: Gran interés por ver en La Boca la araña gigante que paseó por el mundo
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    Fecha: 19/03/2011
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    Casi en la puerta de la Fundación Proa, en La Boca, una araña gigante está parada sobre sus ocho largas patas. Se llama “Maman”, está hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, mide 9 metros de alto, pesa 22 mil kilos y estará hasta agosto frente a Caminito, en la exposición de obras de Louise Bourgeois. Se forman largas colas para verla.

    La escultura de la artista franco-estadounidense Louise Bourgeois partió de Nueva Jersey y luego de 30 días de viaje desembarcó en el puerto de Buenos Aires para formar parte de la muestra “El retorno de lo reprimido”, que cuenta con 75 obras de Bourgeois.

    Esta escultura de grandes dimensiones es una obra fundamental del siglo XX y ya ha sido exhibida en distintos museos del mundo. Por eso, aquí se espera que se repitan las imágenes de Bilbao, Londres o Nueva York, en donde la gente se acercaba para admirarla, tocarla, impresionarse o simplemente pararse debajo de ella, para experimentar sensaciones y quizá hasta dejarse capturar por la esencia que la artista quiso darle a su obra.


    Es que las arañas fueron una constante en la obra de Bourgeois, que concibió a esta escultura como un homenaje a su madre. “Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre ”, afirmaba Bourgeois en un reportaje.

    Maman pesa 22 mil kilos y mide 9 metros de alto y 10 de ancho.

    Su traslado y su montaje (16 horas en dos días de trabajo) requiere de una logística especial y de un equipo que cuida especialmente de ella. Es por eso que llegó acompañada por Edward Mc Averey, algo así como su armador personal , que viaja con Maman a todas partes y supervisa cada detalle.

    “Se necesita tiempo y conocimiento para su montaje”, le contó a Clarín Mc Averey, que es especialista en el traslado de obras de arte de gran escala y comenzó a trabajar para Bourgeois a finales de los 80.

    La monumental araña, que además carga en su cuerpo con 20 huevos, viajó en un contenedor especial (abierto) y para su armado y traslado se necesitó una enorme grúa. “Hay un momento del montaje en el que queda suspendida en el aire y las patas se mueven. Entonces, parece cobrar vida ”, relató Mc Averey.

    Hay por lo menos seis versiones de la monumental “Maman” que recorrieron distintos museos y galerías del mundo, como el Guggenheim de Bilbao (1999), la Tate Gallery de Londres (2007) y el Museo Guggenheim de Nueva York (2008). La monumental obra de Bourgeois, que murió el año pasado, a los 98, puso sus pies aquí, para que los porteños la vean y la sientan de cerca.



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  • Título: La gigantesca araña de Bourgeois ya habita en el barrio de La Boca
    Autor: Silvina Premat
    Fecha: 19/03/2011
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    Se exponen en la Fundación Proa 75 obras de la artista francesa, fallecida el año pasado

    A la típica postal de La Boca que incluye puentes, barcos y edificios multicolores, se sumó desde ayer una araña gigante. De bronce, mármol y acero inoxidable, nueve metros de alto y diez de ancho, la obra capital de Louise Bourgeois que se expuso en los museos Guggenheim de Nueva York y de Bilbao y en la Tate Gallery de Londres, llegó a Buenos Aires.

    Hasta el 19 de junio, Maman , la araña con la que la artista francesa fallecida el año pasado quiso homenajear a su madre -"ella era una gran tejedora"-, permanecerá en la explanada de la Fundación Proa como prólogo de la primera muestra individual de Bourgeois en América latina. "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido", se denomina la exhibición de unas 75 obras que muestran la incidencia del psicoanálisis en la vida de la escultora, que se volcó al arte luego de la muerte de su madre y fue marcada a fuego por la infidelidad de su padre.

    "Estamos felices de tener esta muestra tan interesante para contemplar", dijo la presidenta de la Fundación Proa, Adriana Rosemberg, antes de una recorrida por los salones de la exhibición guiada por su curador, Philip Larratt-Smith.

    Larratt-Smith explicó que pensó la muestra como constelaciones de obras" que combinan lo femenino y masculino, lo arquitectónico y lo orgánico, lo abstracto y lo concreto.

    Una de las piezas más importantes, según el curador, es Janus Fleuri que, como muchas otras, cuelga del techo, parece ser una parte de un cuerpo humano sin cabeza y condensa los atributos femeninos y masculinos. "Las piezas colgantes expresan el gusto de Bourgeois por la ambivalencia del sentido, porque el hecho de estar colgando las hace frágiles y a la vez pueden ser objeto de cambios", dijo Larratt-Smith.

    Bourgeois contó que la institutriz que vivía en su casa era la amante de su padre, relación de la que su madre habría sido silenciosa cómplice.
    De allí que una de las piezas que dio mayor fama a Bourgeois fue La destrucción del padre, en la que simboliza una mesa-lecho en la que madre e hijos comen el cadáver destrozado de su esposo y padre.

    La creación de Bourgeois podrá visitarse hasta el 19 de junio en la Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929), de martes a domingo, de 11 a 19. La entrada general tiene un valor de $ 10, $ 6 para estudiantes y $ 4 para jubilados. Los días martes los estudiantes y docentes ingresan gratis con acreditación previa.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido - Fundación PROA .
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    Fecha: 18/03/2011
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    Ver nota original (Arte en la red)

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido inaugura en Proa el 19 de marzo y presenta por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 86 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York. Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.

    Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo.
    Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo. Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, escribe la artista.
    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña Maman (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París.

    Con Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, Proa vuelve a ofrecer la oportunidad de conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo. Louise Bourgeois profundizó el pensamiento radical de la época. Louise Bourgeois tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas. Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.
    El catálogo, editado en dos volúmenes bajo la supervisión del curador, reproduce, por un lado, una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 93 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos.
    Una exhibición histórica que consolida el acuerdo para difundir las obras más destacadas del arte actual, y que con el respaldo de Tenaris / Organización Techint en Brasil y la Argentina permite que Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se presente en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.

    Introducción, por Philip Larratt-Smith 
Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Más que ningún otro artista del siglo veinte, Louise Bourgeois (1911 – 2010) ha producido una obra que se vincula de modo consistente y profundo con la teoría y la práctica psicoanalíticas. Puede que los surrealistas hayan encontrado una vía de accesso a la imaginería del sueño y que la espontaneidad del gesto de los expresionistas abstractos esté ligada al inconsciente, pero el arte de Bourgeois permite comprender de un modo privilegiado la conexión entre el proceso creativo y su función catártica. En su conjunto, el arte y los escritos de Bourgeois representan una contribución original a la investigación psicoanalítica sobre la formación del símbolo, el inconsciente, la cura por la palabra, la historia familiar, la identificación materna y paterna, y el cuerpo fragmentado. A través de la exploración de materiales, formas y procesos escultóricos, Bourgeois encuentra equivalentes plásticos de los estados psicológicos y los mecanismos del miedo, la ambivalencia, la compulsión, la culpa, la agresión y el retraimiento.
    Hacer arte era para Bourgeois una “forma de psicoanálisis”, y encontraba allí una vía de acceso directo al inconsciente. A su juicio, el artista, privado de poder en la vida cotidiana, posee el don de la sublimación y se vuelve por tanto omnipotente durante el acto creativo. Pero el artista es también una suerte de atormentado Sísifo, condenado a repetir el trauma infinitamente a través de la producción artística. El proceso creativo es así una forma de exorcismo, un modo de moderar las tensiones y la agresión, y un acto de catarsis. Es también, como el psicoanálisis, una fuente de autoconocimiento. O como Bourgeois solía decir: “El arte es garantía de cordura”.
    La carrera de Bourgeois en Nueva York comenzó con dos muestras individuales de pintura en 1945 y 1947, seguidas de tres muestras de escultura en madera e instalaciones ambientales en 1949, 1950 y 1953. No volvería a exponer individualmente hasta 1964, cuando presentó un innovador conjunto de esculturas abstractas en la famosa Stable Gallery de Nueva York. Estas figuras seminales de yeso, goma y látex fueron incluidas en la célebre muestra de Lucy Lippard “Abstracción excéntrica”, exhibida en la Fischbach Gallery de Nueva York en 1966, junto con obras de Bruce Nauman y Eva Hesse. Pero mientras Nauman y Hesse llegaron a las formas postminimalistas a través de la filosofía y el conceptualismo, la evolución de Bourgeois deriva de y se inspira en su propia experiencia psicoanalítica.
    Bourgeois empezó a psicoanalizarse con el Dr. Leonard Cammer en 1951, año de la muerte de su padre. En 1952 comenzó su terapia con Henry Lowenfeld. Nacido en Berlín en 1900, discípulo de Freud en Viena, Lowenfeld emigró a Nueva York el mismo año que Bourgeois (1938), se convirtió en miembro destacado de la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York y publicó numerosos trabajos. Bourgeois se psicoanalizó con él hasta principios de los ochenta. En los cincuenta, durante un período de retraimiento y depresión, no sólo se analizó sino que se sumergió en la lectura de textos psicoanalíticos de Sigmund Freud a Erik Erikson, Anna Freud, Melanie Klein, Heinz Kohut, Susanne Langer, Otto Rank, Wilhelm Reich y Wilhelm Stekel.
    Poco antes de la retrospectiva organizada por la Tate Modern en 2007, en la casa de Bourgeois se encontraron dos cajas de escritos y otras dos en 2010. Este material, hasta ahora inédito, permite ampliar y enriquecer nuestra comprensión del desarrollo artístico de Bourgeois y completar el recorrido que ofrecen sus copiosos diarios y notas de trabajo. Por su calidad literaria e importancia histórica, puede compararse a los diarios de Eugène Delacroix y las cartas de Vincent van Gogh. Constituye una obra complementaria que da cuenta de su vida psíquica y el legado del pasado. En estos documentos Bourgeois registra y analiza sus sueños, sus emociones y angustias, y sobre todo, sus sentimientos conflictivos respecto de cómo ser a la vez artista, madre y esposa. La relaciones entre sentimiento, pensamiento y proceso escultórico se esbozan allí con claridad. Los escritos, como la obra escultórica, representan además una crítica a la teoría psicoanalítica en su relación con la sexualidad femenina y la identidad. Iluminan a la vez su transición desde las obras figurativas de su período expresionista abstracto hasta las piezas abstractas que abrieron el camino al postminimalismo, y permiten apreciar cómo su relación con el psicoanálisis continuó siendo productiva hasta el final de su vida.

    El retorno de lo reprimido será el primer análisis profundo de la relación entre psicoanálisis y arte en la obra de Bourgeois. La muestra incluye dibujos, pinturas y esculturas, así como una importante selección de sus diarios. El amplio espectro de las obras exhibidas se extiende desde las pinturas Femme Maison de fines de los 1940, hasta obras en tela y las acuarelas rojas de 2009. La monumental escultura de exterior Maman (1999), una oda a su madre, se instalará frente a la Fundación. Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra. Acompañará la muestra una publicación en dos volúmenes editada por Philip Larratt- Smith. El primero estará dedicado a los escritos inéditos de la artista, mientras que el segundo incluirá colaboraciones de reconocidos historiadores del arte y psicoanalistas. Entre los colaboradores se cuentan Larratt-Smith, Elisabeth Bronfen, Donald Kuspit, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Meg Harris Williams, y Paul Verhaeghe & Julie de Ganck.

    Actividades paralelas

    Artistas y Críticos
Destacados artistas, críticos de arte, psicoanalistas y especialistas de diversas disciplinas recorren la exhibición junto al público, en una oportunidad única para comprender desde distintas perspectivas la obra de Louise Bourgeois.
    Proa organiza una nueva edición de este notable ciclo con el objetivo de potenciar y complementar las actividades educativas y de extensión. Los encuentros se realizan todos los sábados a las 17 hs.
    Auditorio
A lo largo de la exhibición, el Auditorio Proa realizará una serie de actividades en torno a la obra de Louise Bourgeois: encuentros y diálogos con expertos, proyecciones de films y presentaciones que permitirán abordar desde distintos enfoques la carrera artística y la vida de esta artista.
    Educación
Con el fin de abordar en profundidad la obra de Louise Bourgeois, Proa diseñó actividades especiales adecuadas a los distintos públicos: visitas guiadas todos los días a las 17 horas, y los fines de semana a las 15 y a las 17 horas; actividades para escuelas y universidades; materiales para docentes y talleres para familias. Más información: educacion@proa.org /
www.proa.org / [54 11] 4104 1041
    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña Maman (1999) prologará la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido. Así, Proa ubicará en el espacio público una obra capital de la artista, como ya lo hicieron la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y, antes, el Guggenheim de Bilbao (1999). Bourgeois escribió: “La Araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.

    Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, Bourgeois concibió esta araña como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. Maman es la mayor de la serie de esculturas de arañas, pesa 22.000 kilos, y tiene 9 metros de alto y 10 de ancho.
    Luego de Buenos Aires, Maman será exhibida en el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.
    Proa concibe su explanada como espacio expositivo. En este caso, Maman dialogará con el público, introduciendo con fuerza el universo de la artista e interactuando con las propuestas educativas que se realizan en ese espacio.
    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
Del 19 de marzo al 19 de junio de 2011 
Curador: Philip Larratt-Smith
    Con el auspicio de Tenaris / Organización Techint

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido @ PROA
    Autor:
    Fecha: 18/03/2011
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    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".

    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.

    La muestra se realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y  se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.

    Acerca de la exhibición
    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido inaugura en Proa el próximo 19 de marzo y presenta por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 86 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York.

    Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.
    Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo.

    Género y representación fálica. Lo fisiológico. La dimensión onírica y el inconciente. Oscilantes, los trabajos de Louise Bourgeois no persiguen una geometría única ni se adaptan al realismo.
    Por el contrario, activan un vocabulario personal y persiguen una función emotiva: “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, escribe la artista.
    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña Maman (1999) prologa la exhibición. Gigante en su amenaza. Enorme en su protección: Proa ubica en el espacio público una obra capital de Louise Bourgeois, como oportunamente hicieran Londres, Tokio y París.

    Con Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, Proa vuelve a ofrecer la oportunidad de conocer la obra de una de las artistas emblemáticas del siglo XX. Louise Bourgeois convivió con los movimientos artísticos de su tiempo. Louise Bourgeois profundizó el pensamiento radical de la época. Louise Bourgeois tuvo las inquietudes que tuvieron muchos artistas.
    Sin embargo, su legado es irreductible al orden de las corrientes estéticas y las vanguardias artísticas. Un mundo propio.

    El catálogo, editado en dos volúmenes bajo la supervisión del curador, reproduce, por un lado, una serie de ensayos que dan a conocer la riqueza de su pensamiento, acompañados por las obras presentes en la exhibición. La edición de 93 escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, revela el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo desde siempre en sus procesos creativos.

    Una exhibición histórica que consolida el acuerdo para difundir las obras más destacadas del arte actual, y que con el respaldo de Tenaris / Organización Techint en Brasil y la Argentina permite que Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se presente en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.

    MAMAN en PROA

    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña Maman (1999) prologará la exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido. Así, Proa ubicará en el espacio público una obra capital de la artista, como ya lo hicieron la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y, antes, el Guggenheim de Bilbao (1999).

    Bourgeois escribió: “La Araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga.

    Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.

    Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, Bourgeois concibió esta araña como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. Maman es la mayor de la serie de esculturas de arañas, pesa 22.000 kilos, y tiene 9 metros de alto y 10 de ancho.

    Luego de Buenos Aires, Maman será exhibida en el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.

    Proa concibe su explanada como espacio expositivo. En este caso, Maman dialogará con el público, introduciendo con fuerza el universo de la artista e interactuando con las propuestas educativas que se realizan en ese espacio.

    Actividades paralelas

    EDUCACIÓN Con el fin de abordar en profundidad la obra de Louise Bourgeois, Proa diseñó actividades especiales adecuadas a los distintos públicos: visitas guiadas todos los días a las 17 horas, y los fines de semana a las 15 y a las 17 horas; actividades para escuelas y universidades; materiales para docentes y talleres para familias. Más información: educacion@proa.org / www.proa.org / [54 11] 4104 1041

    ARTISTAS Y CRÍTICOS Destacados artistas, críticos de arte, psicoanalistas y especialistas de diversas disciplinas recorren la exhibición junto al público, en una oportunidad única para comprender desde distintas perspectivas la obra de Louise Bourgeois.
    Proa organiza una nueva edición de este notable ciclo con el objetivo de potenciar y complementar las actividades educativas y de extensión. Los encuentros se realizan todos los sábados a las 17 hs.

    AUDITORIO A lo largo de la exhibición, el Auditorio Proa realizará una serie de actividades en torno a la obra de Louise Bourgeois: encuentros y diálogos con expertos, proyecciones de films y presentaciones que permitirán abordar desde distintos enfoques la carrera artística y la vida de esta artista.

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  • Título: Una araña monumental desembarca en la boca.
    Autor: Mercedes Ezquiaga.
    Fecha: 18/03/2011
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    Ver nota original (Télam / Yahoo Noticias)

    Ambivalente, dolorosa, onírica y punzante, la exposición “El retorno de lo reprimido de la gran escultora francesa Louise Bourgeois (1911-2010) inaugura el sábado en la Fundación Proa y presenta por primera vez en la Argentina una retrospectiva de 86 obras -entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de esta artista emblemática del siglo XX.

    La explanada de la Fundación, a metros del Caminito de la Boca, recibe al visitante con la monumental y amenazante araña “Maman” (1999) de 22 toneladas de bronce, acero y mármol, de nueve metros de alto y diez de ancho, que ya se exhibió en la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y el Guggenheim de Bilbao (1999).

    “La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. (…) Las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”, decía Bourgeois sobre esta construcción que se erige gigante en su amenaza y enorme en su protección.

    El amplio espectro de obras exhibidas se extiende desde las pinturas “Femme Maison” de fines de los 40 hasta obras en tela y acuarelas rojas de 2009, y entre las que también destacan “Red Room”, “Janus Fleurt” y “Couple IV”, obras autorreferenciales en las que reflexiona acerca de las relaciones, los padres, la infancia, la maternidad y el sexo.

    “Muchas de sus obras se mueven pendularmente entre los masculino y lo femenino, el interior y el exterior, lo orgánico y lo arquitectónico, lo emocional y lo racional”, explicó en una recorrida para la prensa el curador de la muestra, el estadounidense Philip Larrat-Smith, conocido aquí por la curaduría de la muestra de Andy Warhol en el Malba.

    La muestra vincula de modo consistente y profundo la obra de Bourgeois con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis: el modo en que la artista encuentra equivalentes plásticos de estados psicológicos, y convierte al proceso creativo en una forma de exorcismo o un acto de catarsis.

    “El arte es garantía de cordura”, proclamaba esta mujer que comenzó a psicoanalizarse en 1951 y lo hizo durante 30 años con Henry Lowenfeld, discípulo directo de Sigmund Freud en Viena, cuando ambos (paciente y terapeuta) habían emigrado a Estados Unidos.

    “I have been to hell and back and let me tell you it was wonderful” reza una de las obras de la artista, una tela con la inscripción cosida que, al igual que el resto de sus trabajos denota angustia, tensión, conflicto y dejan al descubierto la crudeza de sus pensamientos.

    Bourgeois “experimentaba las sensaciones con una intensidad pavorosa”, juzgó el curador sobre la creadora de piezas como “Arch of Hysteria”, la escultura del cuerpo de un hombre suspendido en el aire en una torsión angustiante, o “La destrucción del padre”, metáfora de cómo una madre y sus hijos deciden matar y comerse al padre.

    “Todas sus obras giran en torno a la falta”, especificó el curador, en el recorrido por obras como “El desafío”, cientos de frascos y recipientes de vidrio que Bourgeois reunió a lo largo de toda su vida, “una pieza extremadamente frágil y delicada, que alude a la inestabilidad de que todo puede romperse en cualquier momento”.

    “Lo reprimido siempre regresa de forma inesperada y sorprendente”, concluye el curador sobre esta artista que se consagró en 1982 con una gran muestra en el Moma de Nueva York, cuya obra es impensable sin su práctica terapéutica y sus ávidas lecturas psicoanalíticas.

    Organizada por el Louise Bourgeois Studio de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake (ITO) de San Pablo y Fundación Proa, la exhibición “El retorno de lo reprimido” se verá en Avenida Pedro de Mendoza 1929 hasta el 19 de junio y luego desembarca en el ITO de San Pablo (a partir de julio) y en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, desde septiembre de 2011. (Télam).

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  • Título: Carne de diván
    Autor: Julio Sánchez
    Fecha: 18/03/2011
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    Ver nota original (La Nación)

    Vida y obra de Louise Bourgeois, genial escultora fallecida el año último, se mezclan como nunca en una gran exposición que inaugura mañana la Fundación Proa

    Fue un excepcional ejemplo de "carne de diván". Se llamaba Louise Bourgeois, y en Palermo hubiera sido la paciente mimada de los analistas. Murió como una heroína del arte del siglo XX, en mayo de 2010. Una muerte esperada para una mujer casi centenaria (le faltaban unos meses para cumplir 99), postergada por mucho tiempo y reconocida después de cumplir los 70. Nació el día de Navidad, en 1911, en el seno de una familia parisina culta y acomodada, aunque como artista se desarrolló en Estados Unidos, a tal punto que en 1993 representó a ese país en la Bienal de Venecia. Causa gracia y cierta ternura escuchar sus entrevistas en YouTube, en las que afirma con escasa sonrisa y abundante acento francés que se siente absolutamente américaine. Su formación se arraiga en la Francia más clásica: de niña escuchaba las fábulas de La Fontaine, y de joven se confesaba lectora apasionada de Molière y Sartre; además, escribió su tesis sobre Pascal.

    Gran parte de su vida transcurrió en Nueva York: se casó con Robert Goldwater, un historiador del arte egresado de Harvard y en 1955 adoptó la ciudadanía estadounidense. Cuando comenzó a crear sus Celdas, en los años 90, admitió que sólo lo podría haber hecho en Nueva York: "En las veredas se encuentra toda clase de artículos para el hogar, como si un departamento entero hubiera sido puesto ahí. Uno quiere salvar esas cosas porque son tan maravillosas. En Francia no es así, no se encuentra nada en las calles, no hubiera tenido la libertad de crear estas obras ahí". Se la conoce como escultora, aunque antes incursionó en el dibujo y la pintura. Fue valorizada en forma tardía. En 1982 el MoMA de Nueva York organizó una muestra retrospectiva, la primera de una mujer en este museo, debido en parte al auge de los estudios de género, los mismos que rescataron a Frida Kahlo de la sombra de Diego Rivera y a Ana Mendieta, encerrada en el casillero subalterno de "latinoamericana". Eran tiempos de revisión feminista y Louise, con esa mezcla de admiración y conmiseración que despiertan los viejos, comenzó a recorrer un camino de reconocimiento en los museos prestigiosos del mundo.

    Bourgeois en La Boca

    La Fundación Proa se pliega a estos homenajes con una megamuestra, Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido (desde mañana hasta el 19 de junio) realizada en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y que se presentará más tarde en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. El curador es Philip Larratt-Smith, que trabajó en el archivo de la artista desde 2003. Su asistente de toda la vida, Jerry Gorovoy, descubrió en 2004 dos cajas metálicas con aproximadamente mil páginas sueltas que contenían anotaciones sobre su vida y obra, cartas, diarios, anotaciones de trabajo, etcétera. El catálogo de esta muestra recoge -además de ensayos a cargo de especialistas muy prestigiosos como Donald Kuspit, Elizabeth Bronfen, Mignon Nixon, Juliet Mitchell y otros- una selección inédita de los centenares de notas y papeles que Bourgeois escribió en el largo proceso de su psicoanálisis.

    Cuando se ven las fotos del espectacular caserón que la familia Bourgeois tenía en Choisy-le-roi, en las afueras de París, uno se imagina una vida aristocrática, protocolar y cómoda. Era más o menos así, pero con más desdichas que dichas. Louise tenía un padre que se llamaba Louis, que fue reclutado para combatir en la Primera Guerra Mundial. Su mujer, Josephine, ya estaba criando a dos hijos, Louise y Pierre. Monsieur Bourgeois volvió sano y salvo de la guerra, no así su hermano Desiré, que dejó viuda y con dos hijos a su mujer. Todos los Bourgeois vivían juntos en una casa que tenía un taller de restauración de tapices. La joven Louise ayudaba; a ella le encargaban rehacer los pies desgastados por el arrastre, y con su hábil aguja de tapicera les arrancaba el sexo a las figuras masculinas porque las familias pudorosas lo querían así. Ella no tiraba nada y logró una pequeña colección de penes de angelitos.

    Doscientos millones de la población mundial murieron entre 1918 y 1920 a causa de una influenza virus A del subtipo H1N1, conocida como gripe española, la peor pandemia de la historia. Su madre cayó enferma y Louise se vio obligada a cuidarla. Ahí empezó a desmoronarse la vie en rose.

    El padre instaló en su casa a Sadie, la profesora de inglés; miss Sadie se convertiría en su amante. En los años treinta Louise estudió matemáticas, física y química por correspondencia, luego ingresó en la Sorbona para estudiar ciencias exactas. La madre muere, Louise sufre, se deprime, deja los números y comienza a frecuentar talleres y escuelas de arte.

    Fernand Léger fue uno de sus maestros y André Breton tenía su galería Gradita en el mismo edificio en el que ella alquiló su primer departamento. Ella también fue galerista; vendía litografías y pinturas de Delacroix, Matisse, Redon y Bonnard, entre otros. En su galería conoció a Robert Goldwater, un especialista en arte primitivo que la sedujo, se casó con ella y la llevó a Nueva York, todo en el mismo año, 1938. En 1939 vuelven a Francia, adoptan un niño de tres años y en 1940, un 4 de julio colmado de globos tricolores, nace Jean-Louis, el primer hijo de ambos.

    Ella tenía 36 años cuando expuso por segunda vez (dos años antes había debutado en una individual) en Nueva York, 17 pinturas en las que aparecía su imagen de Mujer-casa. En 1949, muestra sus esculturas en madera y desde entonces se dedica de lleno al volumen. La familia Goldwater-Bourgeois vuelve a Francia con una beca. En 1951, el padre muere, Louise sufre, se deprime y comienza a psicoanalizarse. Lo hace desde 1952 hasta 1967, aunque continúa viendo a su terapeuta hasta su muerte en 1985. Recién a fines de los años sesenta su obra se hace sexualmente más explícita. Gran parte de su producción se nutre de sus recuerdos de infancia, de sus conflictos internos y de la relación con sus padres.

    Como sucede con todos los artistas del siglo, no hay material que se le escape, desde el mármol y el bronce hasta las instalaciones y esculturas blandas en tela. Recibió halagos y premios no sólo de instituciones artísticas sino de jefes de Estado (Clinton y Sarkozy, entre otros) y pedidos de esculturas públicas y monumentales de todo el orbe.

    Louise se atrevió como nadie a exteriorizar sus propios conflictos. Joseph Beuys, el gran artista-chamán alemán, decía que el verdadero artista era aquel que mostraba sus heridas. Louise cumplió con este requisito en abundancia.

    Ficha. Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929), desde mañana a las 18 hasta el 19 de junio.

    Fue un excepcional ejemplo de "carne de diván". Se llamaba Louise Bourgeois, y en Palermo hubiera sido la paciente mimada de los analistas. Murió como una heroína del arte del siglo XX, en mayo de 2010. Una muerte esperada para una mujer casi centenaria (le faltaban unos meses para cumplir 99), postergada por mucho tiempo y reconocida después de cumplir los 70. Nació el día de Navidad, en 1911, en el seno de una familia parisina culta y acomodada, aunque como artista se desarrolló en Estados Unidos, a tal punto que en 1993 representó a ese país en la Bienal de Venecia. Causa gracia y cierta ternura escuchar sus entrevistas en YouTube, en las que afirma con escasa sonrisa y abundante acento francés que se siente absolutamente américaine. Su formación se arraiga en la Francia más clásica: de niña escuchaba las fábulas de La Fontaine, y de joven se confesaba lectora apasionada de Molière y Sartre; además, escribió su tesis sobre Pascal.

    Gran parte de su vida transcurrió en Nueva York: se casó con Robert Goldwater, un historiador del arte egresado de Harvard y en 1955 adoptó la ciudadanía estadounidense. Cuando comenzó a crear sus Celdas, en los años 90, admitió que sólo lo podría haber hecho en Nueva York: "En las veredas se encuentra toda clase de artículos para el hogar, como si un departamento entero hubiera sido puesto ahí. Uno quiere salvar esas cosas porque son tan maravillosas. En Francia no es así, no se encuentra nada en las calles, no hubiera tenido la libertad de crear estas obras ahí". Se la conoce como escultora, aunque antes incursionó en el dibujo y la pintura. Fue valorizada en forma tardía. En 1982 el MoMA de Nueva York organizó una muestra retrospectiva, la primera de una mujer en este museo, debido en parte al auge de los estudios de género, los mismos que rescataron a Frida Kahlo de la sombra de Diego Rivera y a Ana Mendieta, encerrada en el casillero subalterno de "latinoamericana". Eran tiempos de revisión feminista y Louise, con esa mezcla de admiración y conmiseración que despiertan los viejos, comenzó a recorrer un camino de reconocimiento en los museos prestigiosos del mundo.

    Bourgeois en La Boca

    La Fundación Proa se pliega a estos homenajes con una megamuestra, Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido (desde mañana hasta el 19 de junio) realizada en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y que se presentará más tarde en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. El curador es Philip Larratt-Smith, que trabajó en el archivo de la artista desde 2003. Su asistente de toda la vida, Jerry Gorovoy, descubrió en 2004 dos cajas metálicas con aproximadamente mil páginas sueltas que contenían anotaciones sobre su vida y obra, cartas, diarios, anotaciones de trabajo, etcétera. El catálogo de esta muestra recoge -además de ensayos a cargo de especialistas muy prestigiosos como Donald Kuspit, Elizabeth Bronfen, Mignon Nixon, Juliet Mitchell y otros- una selección inédita de los centenares de notas y papeles que Bourgeois escribió en el largo proceso de su psicoanálisis.

    Cuando se ven las fotos del espectacular caserón que la familia Bourgeois tenía en Choisy-le-roi, en las afueras de París, uno se imagina una vida aristocrática, protocolar y cómoda. Era más o menos así, pero con más desdichas que dichas. Louise tenía un padre que se llamaba Louis, que fue reclutado para combatir en la Primera Guerra Mundial. Su mujer, Josephine, ya estaba criando a dos hijos, Louise y Pierre. Monsieur Bourgeois volvió sano y salvo de la guerra, no así su hermano Desiré, que dejó viuda y con dos hijos a su mujer. Todos los Bourgeois vivían juntos en una casa que tenía un taller de restauración de tapices. La joven Louise ayudaba; a ella le encargaban rehacer los pies desgastados por el arrastre, y con su hábil aguja de tapicera les arrancaba el sexo a las figuras masculinas porque las familias pudorosas lo querían así. Ella no tiraba nada y logró una pequeña colección de penes de angelitos.

    Doscientos millones de la población mundial murieron entre 1918 y 1920 a causa de una influenza virus A del subtipo H1N1, conocida como gripe española, la peor pandemia de la historia. Su madre cayó enferma y Louise se vio obligada a cuidarla. Ahí empezó a desmoronarse la vie en rose.

    El padre instaló en su casa a Sadie, la profesora de inglés; miss Sadie se convertiría en su amante. En los años treinta Louise estudió matemáticas, física y química por correspondencia, luego ingresó en la Sorbona para estudiar ciencias exactas. La madre muere, Louise sufre, se deprime, deja los números y comienza a frecuentar talleres y escuelas de arte.

    Fernand Léger fue uno de sus maestros y André Breton tenía su galería Gradita en el mismo edificio en el que ella alquiló su primer departamento. Ella también fue galerista; vendía litografías y pinturas de Delacroix, Matisse, Redon y Bonnard, entre otros. En su galería conoció a Robert Goldwater, un especialista en arte primitivo que la sedujo, se casó con ella y la llevó a Nueva York, todo en el mismo año, 1938. En 1939 vuelven a Francia, adoptan un niño de tres años y en 1940, un 4 de julio colmado de globos tricolores, nace Jean-Louis, el primer hijo de ambos.

    Ella tenía 36 años cuando expuso por segunda vez (dos años antes había debutado en una individual) en Nueva York, 17 pinturas en las que aparecía su imagen de Mujer-casa. En 1949, muestra sus esculturas en madera y desde entonces se dedica de lleno al volumen. La familia Goldwater-Bourgeois vuelve a Francia con una beca. En 1951, el padre muere, Louise sufre, se deprime y comienza a psicoanalizarse. Lo hace desde 1952 hasta 1967, aunque continúa viendo a su terapeuta hasta su muerte en 1985. Recién a fines de los años sesenta su obra se hace sexualmente más explícita. Gran parte de su producción se nutre de sus recuerdos de infancia, de sus conflictos internos y de la relación con sus padres.

    Como sucede con todos los artistas del siglo, no hay material que se le escape, desde el mármol y el bronce hasta las instalaciones y esculturas blandas en tela. Recibió halagos y premios no sólo de instituciones artísticas sino de jefes de Estado (Clinton y Sarkozy, entre otros) y pedidos de esculturas públicas y monumentales de todo el orbe.

    Louise se atrevió como nadie a exteriorizar sus propios conflictos. Joseph Beuys, el gran artista-chamán alemán, decía que el verdadero artista era aquel que mostraba sus heridas. Louise cumplió con este requisito en abundancia.

    Ficha. Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929), desde mañana a las 18 hasta el 19 de junio.

    adn MAMÁ

    Una enorme araña de 9 metros de altura, 10 de ancho y 22.000 kilos dará la bienvenida a quienes vayan a visitar la muestra de Louise Bourgeois. Esta araña paseandera ya estuvo en la Tate Gallery de Londres (2007), en el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y, antes, en el Guggenheim de Bilbao (1999), y es la mayor de la serie de esculturas de arañas. La misma artista la definió de esta manera: "La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre".

     

     



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  • Título: Escultora de un siglo y de dos mundos.
    Autor: Alicia De Arteaga
    Fecha: 18/03/2011
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    Es probable que Louise Bourgeois no hubiera recibido el tardío halago de la crítica y del público sin el sostenido reconocimiento de Robert Storr, ex curador de arte contemporáneo del MoMA, decano de la Universidad de Yale, que consagró un texto crítico a su obra (Phaidon), precedido por una larga entrevista del brasileño Paulo Herkenhoff. Hoy es una artista de culto y el desembarco de su obra en Proa un acontecimiento en el mundo de las artes visuales, por la enorme gravitación de su producción, que atraviesa dos siglos y dos mundos, y por los textos inéditos que descubren una de sus más fascinantes facetas creativas. Nació en Francia y en 1938 emigró a los Estados Unidos. Le tocó vivir una época atravesada por el surrealismo, la abstracción, el expresionismo y el feminismo, y encontrar el reconocimiento en el último tramo de su vida (que no fue corto). El cuerpo, lo masculino y lo femenino, determinan el corpus de un trabajo que ignora los límites del soporte y de los materiales: látex, plástico, alabastro, bronce y mármol. En la edición de la Bienal de Venecia que tuvo a Robert Storr como director general (2007), Louise Bourgeois presentó una instalación de dibujos hechos con birome sobre hojas de papel de cuaderno. Una pieza inesperada, irreverente y fresca, lo suficiente como para deleitar al público e inspirar la frase de la New York Magazine: "Bourgeois tiene más influencia a los 90 años que muchos artistas a lo largo de toda su vida". En 1991 recibió la Medalla Nacional de las Artes, en los Estados Unidos, y, ese mismo año, el Gran Premio Nacional de Escultura en Francia. Dos años después representó a los Estados Unidos en la Bienal de Venecia y en 1999 recibió el León de Oro en la cita veneciana. Menuda y de aspecto frágil, asumió con naturalidad los grandes desafíos: ser mujer en un medio de hombres, enfrentar una educación represiva y construir una araña gigantesca que desde hoy vigila la Fundación Proa.

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  • Título: Bourgeois por Bourgeois.
    Autor:
    Fecha: 18/03/2011
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    El amor y la muerte

    Desde pequeña asocié el acto sexual con la muerte. Mis padres se juraban amor continuamente. Y eso a mí me resultaba muy extraño porque mi padre era una persona promiscua que le era infiel a mi madre cada vez que podía y mi madre lo sabía. Ése era un rasgo muy peculiar de mi padre, porque este hombre promiscuo que se acostaba con medio mundo tenía por ideal la historia de Píramo y Tisbe. Pensaba que si él moría su esposa ya no querría vivir, aunque no estoy muy segura de que eso funcionara en el sentido inverso. A mi madre no le gustaban mucho esas tonterías pero mi padre decía cosas como: "¡Te quiero tanto que si te murieras yo también me moriría!" El día anterior tenía marcas de lápiz de labios en la cara. Mi padre siempre tenía la cara manchada de lápiz de labios. Las declaraciones de amor siempre tenían que ver con la muerte. Mis padres concebían el amor como algo diferente del sexo.

    Los artistas

    Hay muchísimos artistas, pero la mayoría son muy poco interesantes, porque la expresión personal no puede ser un fin en sí mismo o, mejor dicho, la expresión personal puede ser un fin en sí mismo pero no es interesante. Millones de personas toman el desayuno por la mañana, pero es muy difícil lograr que el desayuno sea interesante, desde un punto de vista objetivo. Trabajo muy duro y sin embargo nunca -¡nunca!- consigo que la gente entienda lo que quiero decir. Quiero que entiendan que la tenacidad es una virtud y un fin en sí mismo. Más aún, deberían entender que quiero equiparar el sexo al asesinato, el sexo a la muerte. Pero nunca entenderán el problema de esta ecuación. Debería ser menos dura conmigo misma. No debería seguir persiguiendo el misterio, pero el misterio está siempre ahí y sigo aspirando a resolverlo.

    El matrimonio y los hijos

    El matrimonio funcionó. Correcto. Pero Robert no quería tener hijos. Solía decir: "Ya me tienes a mí". Se molestó bastante con la idea. Pero después, cuando llegaron los niños, fui yo la que perdí el interés y él se hizo cargo del cuidado de los niños. Era un padre muy afectuoso. Los hombres son extraños. Se supone que era yo la que sería más dulce con los niños pero no fue así, él era más dulce con ellos que yo. En realidad no hace falta tener hijos. Dios sabe que el mundo no necesita más niños.

    De una entrevista de Donald Kuspit, con traducción de Graciela Speranza

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  • Título: La lucha para torcer un funesto destino
    Autor: Gary Indiana
    Fecha: 18/03/2011
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    Ver nota original (Revista Ñ. Clarín)

    Para el autor, él mismo un depresivo, la escritura ayudó a Bourgeois a resistir la pasividad de muerte que La depresión instila en sus víctimas.

    Conocí a Louise Bourgeois cuando yo escribía una columna semanal sobre arte hace mucho tiempo, en primer lugar a través de su obra: publiqué un artículo sobre una de sus exposiciones en una galería, que según recuerdo tal vez de manera inexacta, contenía muchas esculturas negras estupendas, alargadas, de látex suspendidas del techo, que evocaban las distorsiones espaciales y otras deformidades perceptivas inducidas por períodos prolongados de insomnio. En cualquier caso, titulé el artículo “Insomnio” y, al poco tiempo de salir publicado, recibí una breve nota de la artista, confirmando que sufría, efectivamente, de insomnio; tal vez fuera un hecho sabido entre la gente que la conocía, pero yo lo había inferido de algo en su trabajo sin que me lo hubieran apuntado, y se formó una especie de vínculo de entendimiento.

    Tal vez esté yendo demasiado rápido. Quería decir que nunca me consideré a mí mismo gran cosa como crítico de arte, pero a veces entraba en una sintonía oculta, en particular con algunos artistas, y en algunos casos podía captar asombrosamente sus motivaciones y pensamientos más profundos. No sé si lo hice escribiendo sobre Louise Bourgeois, pero reconocí cierta similitud entre su escultura y mi escritura –en realidad, ahora diría que el parecido estaba en verdad entre su escritura y mi escritura, aunque es algo que habría notado ella, no yo.

    En ese pasado estresante, comencé a “buscar ayuda”, como suele decirse, cuando sentí que estaba al borde del abismo. Se había ido volviendo cada vez más difícil mantener algún tipo de equilibrio mental. No sabría hasta muchos años después que una depresión grave era otra de las cosas que compartía con Louise Bourgeois; durante gran parte de mi vida, había mantenido a raya esta enfermedad aniquiladora “auto-medicándome” con alcohol y varias otras drogas, y habitando ese ambiente concéntrico en el que beber mucho, o tomar drogas en exceso, no eran respuestas inusuales a las tensiones de la vida cotidiana.

    Ahora entiendo, no entonces, que una persona puede “resistir” artificialmente a través de la adicción, en vez de realizar el duro trabajo de descubrir el qué, cómo y por qué de la psique. Quizá reconozcamos estas cosas verbalmente sin entenderlas de verdad.

    No me parece que las cosas hayan llegado alguna vez lo suficientemente lejos, en terapia –yo trataba de desatar los nudos, dragar el estiércol aparentemente sin fondo de una infancia horriblemente desdichada y una vida familiar “disfuncional” y averiguar cómo me había formado “Yo” a partir de las personalidades histriónicas de mis padres, y los padres de ellos, y sus hermanos, etcétera– esa excavación continuó, con largas interrupciones, durante once años, de manera muy imperfecta. Aprendí por qué estaba dañado sin conseguir repararme.

    Un médico me dijo una vez: “Usted ha estado deprimido toda la vida y estará siempre deprimido”. No pude discutir con un diagnóstico tan categórico, sobre todo porque estaba severamente deprimido en ese momento; pero la depresión , la melancolía, la sombría condición que aflige, como es sabido, a artistas y poetas con especial virulencia, puede adoptar muchas formas diferentes.

    Yo me considero afortunado porque, hasta hace muy poco tiempo, la enfermedad no me inhibió de escribir; con muchísima frecuencia, la escritura venció a la depresión, aportó un estrecho pasaje de salida, aunque también es verdad que he escrito muchas cosas en la agonía de la depresión, obligándome a cumplir con una cuota de palabras cada vez que me sentaba a escribir, y me he sorprendido al no encontrar vestigios de mi desastroso estado emocional reflejado en el trabajo terminado.

    La depresión extrema es imposible de describir. Quienes la han sufrido pueden reconocerla en otros –en realidad, no hay nada más palpable en cuanto a la subjetividad de los otros, que este estado desamparado en el que todo es imposible, aun cuando el depresivo dice que está bien, hace esfuerzos extravagantes por parecer “normal”, tranquilo, etc. Quienes no la han conocido imaginan erróneamente que el cerebro tiene un interruptor que se puede mover e instantáneamente “salir” – parte de lo que debe soportar un individuo deprimido, y que le resulta insoportable, es el juicio negativo de los otros, y el miedo a ser considerado culpable. En muchos aspectos la depresión es un veredicto de culpable en y de sí mismo. Cada mala decisión que se tomó, cada cosa mala que se hizo, se presentan como la totalidad de la vida, sin circunstancias atenuantes. Nada de lo realizado vale nada; se es un fracaso en todo; además, nada puede cambiar, nunca, el futuro simplemente agravará el fracaso hasta la catástrofe.

    Este repertorio de autovaloraciones punitivas y proyecciones funestas atraviesa los escritos de Louise Bourgeois, junto con una determinación vacilante de superarlo, de borrarlo a través del análisis cuidadoso, de arrancar el control del yo al poder de la enfermedad psíquica. Una y otra vez, menciona una culpa debilitante frente a otros (en la mayoría de los casos su marido e hijos) que a veces salta a una culpa dirigida a ellos; miedo, odio y desesperación reaparecen en patrones obsesivos, repetitivos, la charla no audible de alguien cuya mente no le permite descansar o relajarse. Sus manejos con otras personas, especialmente su marido Robert Goldwater, parecen particularmente crispados, excesivamente analizados, paranoicos incluso.

    Sentimientos intensos, intensamente opresivos, alegorizados de esa manera tan ingeniosa en la escultura de Bourgeois, se repiten en todos sus diarios y notas, adquiriendo la forma de una discusión constantemente renovada con el sí mismo. El psicoanálisis hace explícitos los términos esenciales de su angustia; ella registra los sucesos de la vida cotidiana en términos del monólogo interior que los acompaña. Los episodios de un día parecen convenir a erupciones de estrés anteriores. “Escena post-mortem/abril 1950 rue Daguerre – No pude entrar en la sala sin/resistir qué colapso – del sistema/digestivo y mareo”. La ansiedad se somatiza como dolores menstruales, vértigo, diarrea. El pesar flota sobre la vida como un sudario, torna la vida imposible –“de hecho, el presente es todo, toda/la vida real está en este minuto presente. Eliminarlo/ para vivir en el pasado o eliminarlo/para vivir en el futuro, es matar la vida misma”.

    Los documentos creados por Bourgeois que comprenden sus “escritos psicoanalíticos” están llenos de imágenes y percepciones asombrosas, una cantidad de referencias que van de Bossuet a Victor Hugo o Mary McCarthy; las entradas en el diario cotidiano y los escritos incidentales tienen las líneas irregulares, desplazadas de la poesía y con frecuencia la atmósfera comprimida, tensa, de “poemas en prosa”. El registro íntimo de las reflexiones de la artista sobre un prolongado período de profunda agitación interior es testimonio de una persistencia asombrosa, una negativa obstinada a caer en el silencio, a cerrarse, y a sucumbir a una pasividad casi de muerte que la depresión instila en sus víctimas. Es más que evidente por el contenido de estos escritos que las ideas de suicidio acosan regularmente sus reflexiones, que la desesperación nunca está lejos, ni siquiera en momentos de calma sobrenatural, cuando el trabajo salió bien y no hay ninguna crisis inmediata cerca.

    © Gary Indiana para Clarin, 2011 Traduccion de Cristina Sardoy Gary Indiana (1950) es escritor, critico de arte, cineasta y fotografo. Vive y trabaja en Nueva York y Los Angeles.

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  • Título: El caso Louise.
    Autor: Philip Larratt-Smith
    Fecha: 18/03/2011
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    Philip Larratt-Smith, curador de la exposición en Fundación Proa, analiza la obsesión de Bourgeois por el psicoanálisis.

    Louise Bourgeois dijo una vez que quería ser una mujer sin secretos. Como una Sherezade moderna, sintió una necesidad compulsiva de contar y volver a contar su historia de vida, en esculturas que brindan equivalentes simbólicos a los estados emocionales, y en escritos que van desde cartas y diarios, a anotaciones en el dorso de los dibujos y declaraciones artísticas. Creía en el viejo proverbio francés: tout comprendre c’est tout pardonner –comprender es perdonar todo. El tema confesional y autobiográfico de muchas de sus obras se origina en el deseo de comprender el pasado y por lo tanto, exorcizarlo.

    Más que ninguna otra artista del siglo XX, Bourgeois produjo un volumen de obras que se compromete de manera consistente y profunda con la teoría y la práctica psicoanalíticas. Para Bourgeois, el arte y el psicoanálisis coexistieron en la misma continuidad, involucrando la excavación obsesiva del pasado. El núcleo de esta exposición en la Fundación Proa, en la capital mundial del psicoanálisis, es el descubrimiento de un conjunto de escritos que datan del tiempo de Bourgeois, analizado por su asistente, Jerry Gorovoy. Estos documentos –registros de sueños, notas de procesos– enriquecen nuestra comprensión de un cambio crucial que tuvo lugar en la obra de Bourgeois entre las décadas del 50 y el 60, un aspecto solo comprendido de manera imperfecta. Que se había psicoanalizado y leído la literatura psicoanalítica, ya lo sabíamos; son los detalles de su compromiso con el psicoanálisis y la importancia crucial que esto tuvo para su desarrollo artístico, lo que confirman estos escritos. Solía escribir en lo que tenía a mano –papel cuadriculado, sobres, invitaciones, incluso las paredes de su casa. Es una paradoja que una mujer que hablaba y pensaba en imágenes y palabras desconfiadas, que sentía que su obra no necesitaba explicación, haya escrito tanto. Un corolario a su sueño profundamente asentado de abandono –que ella entendía como originado en las ausencias de su padre debido a la guerra, el trabajo y las amantes; y en la enfermedad prolongada de su madre, y su muerte en 1932– fue su incapacidad de desechar todo. Por lo tanto, los archivos contienen una cantidad enorme de cartas a su familia y amigos. Si Bourgeois necesita sus recuerdos porque “son mis documentos”, lo opuesto también es verdad: los elementos que guardó (ropa, fotografías o pedazos de tapizados) poseían un poder talismático para conjurar el pasado y así protegerse del olvido, la pérdida, la inconsciencia y la muerte.

    Sus escritos constituyen una crónica literaria de calidad inusual, que ofrece visiones únicas en la naturaleza del proceso creativo. La publicación de una selección de estos escritos por primera vez es un acontecimiento literario –como la exposición en sí misma, que es el primer estudio a nivel museo de la obra de Bourgeois en Latinoamérica. En los escritos, encontramos sus evaluaciones de las figuras importantes del psicoanálisis. Bourgeois podría haber sido hija de Freud, pero como toda relación entre padre e hija, había ambivalencia, tensión y crítica. Jacques Lacan era un charlatán vano que “se hace gárgaras con las palabras” y trató de filtrar el judaísmo del psicoanálisis. Era mordaz acerca de los analistas “que pretenden ser dioses” y llama al análisis una “moda”, una “trampa”, un “dolor de cabeza”. Sin embargo, los escritos también dejan en claro que su compromiso con su teoría y práctica transformaron su arte, así como su proceso creativo informó y enriqueció sus creaciones simbólicas. Sin el psicoanálisis, no habría sobrevivido a su profunda depresión, tampoco se habría convertido en la artista que sería más tarde.

    Nació en París en 1911 en una familia de restauradores tapiceros. Le pusieron el mismo nombre que su padre, Louis, a quien se parecía en diversos aspectos. Comenzó a psicoanalizarse en octubre de 1951, poco después de la muerte de su padre, con el analista freudiano ortodoxo Henry Lowenfeld, un judío alemán emigrado, interesado en la teoría de la creatividad. Iba cuatro veces por semana. Sus escritos aclaran que vio a Lowenfeld con más intensidad desde 1952 hasta 1967, cuando parece haber recobrado el equilibrio mental. Siguió psicoanalizándose hasta la muerte de su doctor en 1985. Mientras tanto, su carrera como artista continuaba a los empujones. A fines de los años 40 y comienzos de los 50, Bourgeois construyó unas formas verticales en madera, llamadas “Personajes”, que representaban a las personas que había dejado en Francia. Demasiado frágiles para sostenerse por sí mismas, tuvieron que ser atornilladas al piso. De este período son sus pinturas tempranas “Femme Maison”, en las cuales la parte superior del cuerpo de una mujer está oculto por una casa, una condensación simbólica de los roles doméstico y sexual. Al morir el padre, su producción artística fue más lenta. Resurgió en 1964 con una exposición de formas abstractas forjadas en látex y yeso, que se parecían a madrigueras de animales y espirales en serpentina. La retrospectiva de 1982 en el MOMA en Nueva York, la primera otorgada a una artista mujer, llevó sus obras al gran público. Continuó trabajando en una variedad de materiales hasta su muerte el año pasado. El resultado es un conjunto de obras heterogéneas. Estas constelaciones están unidas por una patología singular y el retorno obsesivo al romance familiar, que le dio forma a su vida temprana. La experimentación formal siempre esta enraizada en una necesidad psicológica intensa de aliviar la ansiedad.

    En mi última visita a la casa de la artista en Chelsea, le leí uno de sus escritos que había seleccionado para publicar. Escuchaba con fascinación perpleja, intercalando de manera intermitente, comentarios punzantes y su acostumbrado humor negro. Louise Bourgeois murió el 31 de mayo del año 2010. Yo trabajé como archivista literario de Bourgeois desde 2003 hasta 2010, y tuve el gran privilegio de conocer a esta extraordinaria “mujer sin secretos”. Sólo puedo esperar que esta exposición haga justicia y honor a la memoria de una de las más grandes artistas del siglo XX.

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  • Título: "Si no hago arte, no soy yo"
    Autor: Tracy Emin
    Fecha: 18/03/2011
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    Cuando tenía diecinueve años tenía que ir al psicoanalista los lunes cada quince días. Lo pagaba Salud Nacional. Y nunca supe exactamente por qué tenía que ir. Un día le pregunté al analista qué pasaría si un día no iba. Dijo que me vendrían a buscar. Se llamaba algo así como “Vik Tenko”. Era un cuarto pequeño y ni bien entraba me hacía preguntas relacionadas con el afiche que más me gustaba. Había una imagen de los Alpes, una isla desierta, un bosque y otro con gente feliz. Siempre resultaba un juego extraño. Todavía hasta hoy no sé por qué tenía que ir pero fui por un tiempo bastante largo. En nuestra última sesión me preguntó cuál era mi ideal de la felicidad. Dije que me gustaría estar en una casa pequeña en la cima de una colina con vista al mar. Me preguntó qué hacía en la casa y qué tendría en ella. Dije que estaba sentada a una mesa, y que estaba comiendo un tazón de cereales. Fue entonces que me dijo que ya no hacía falta que siguiera viniendo.

    Mi arte es una profusa expresión de elementos de mí misma que no entiendo y siempre a través de mi obra mantengo un diálogo conmigo misma. Vuelvo una y otra vez al mismo tema pero siempre de un modo algo diferente. Recientemente me encontré con unas cartas que escribí cuando tenía quince a un amante que era diez años mayor que yo. Me sorprendió enormemente mi sensatez y madurez. El recuerdo de mí a los quince es tan distinto a como era en realidad. Así es que siempre con el arte el viaje al interior de uno, al pasado, es como un viaje a lo desconocido porque tendemos a juzgar todo por la manera en que percibimos las cosas ahora, no como pudieron haber sido en ese momento.

    Hacer arte me hace verdaderamente feliz. Me recuerda quién soy y me hace sentir completa. Tiendo a no estar enojada, un poco más a sentirme herida o triste. Me paso más tiempo llorando que gritando. Mi frustración y mi dolor saltan con frecuencia al primer plano cuando paso un tiempo sin hacer arte. Mi mente se congela y me siento atrapada y suicida porque ya no soy más yo. Soy nada más que la caparazón de alguien. Sin arte me volvería loca.

    La última vez que vi a Louise, estuvimos hojeando un libro grande de pinturas de Carl Jung. Y hablando del dolor del nacimiento, de haber nacido, le di una flor a Louise. Me dio un beso en la mejilla como un pajarito.

    Esa fue la última vez que la vi.

    Tracey Emin (1963) colaboró con Louise Bourgeois en una serie de trabajos impresos sobre tela titulada “No me abandones” (2010) Traduccion de Cecilia Benitez

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  • Título: Una mujer expuesta.
    Autor: Eduardo Villar
    Fecha: 18/03/2011
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    Llega a Buenos Aires una exposición que por primera vez explora en profundidad el estrecho vínculo con el psicoanálisis de la obra de una de las mayores artistas del siglo XX.

    Nueve metros de altura, veintidós mil kilos de bronce, acero inoxidable y mármol, muchos millones de dólares. Con esas cifras y su presencia contundente, pero al mismo tiempo y paradójicamente con su extraña, delicada calidad etérea, la colosal araña “Maman” se posó frente a la fachada de Proa para convertirse en el emblema de la muestra Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido , que –con el apoyo de Tenaris/Techint de Brasil y la Argentina– abrirá esta noche y alterará el paisaje de La Boca hasta mediados de junio. Además de belleza, la obra tiene la potencia de un icono, pero no disminuye la fascinación que produce ingresar en las salas donde se despliegan los otros 85 trabajos de Bourgeois e ir encontrando en el conjunto y en cada uno lo que el curador de la exposición, Philip Larratt-Smith llama con precisión “equivalentes plásticos” de los “estados psicológicos” de la artista.

    Es ella misma –sus pulsiones y temores más primarios, las sensaciones que no pueden ponerse en palabras porque son anteriores a la lengua, las figuras de la madre y el padre, el falo, el género, el hambre, la culpa, la frustración, el abandono, la muerte, el vacío en el estómago– lo que hay en cada pieza, lo que se expone en cada trabajo y lo que golpea en el plexo solar del espectador. Louise Bourgeois se expone. Y conmueve. Porque toca en ella misma algo que de alguna forma, en alguna medida, es común a todos.

    La segunda obra, única pieza en una sala en semipenumbra, es una instalación donde otra araña, más pequeña que la de afuera –nueve toneladas– cubre con su cuerpo y rodea con sus patas una especie de gran jaula cilíndrica que encierra pedazos maltrechos de vida doméstica, un sillón desvencijado, tapices, mantas deshilachadas, gobelinos descoloridos, rotos, apolillados; un vaso, unos huesitos enganchados en el alambre de la jaula. De alguna manera vaga, inexplicable pero inequívoca, esa obra es la sensación de la muerte o –quién sabe– la muerte misma. O un recuerdo débil, ya fantasmal, eternamente a punto de apagarse como las formas de una habitación cerrada, iluminada apenas por una lamparita temblorosa y débil. Cómo no vincular esta obra, de 1997, con la escena de los Bourgeois reunidos en casa un sábado a la tarde cuando Louise tenía diez, doce años, y dibujaba muy bien, empezó, por pedido de su madre, a ayudar en el negocio familiar reparando tapices. “Los tapices –recordó en 1988 la escultora en una entrevista con el crítico e historiador Donald Kuspit– siempre estaban dañados en la parte inferior. Se usaban como paredes móviles en habitaciones que no estaban muy limpias, y se gastaban sobre todo en el borde inferior, que a veces se destruía por completo. De ahí que a las figuras en general les faltaran los pies. Dibujé el primer pie a pedido de mi madre y luego me volví una experta en pies. Y eso es así hasta hoy, dibujo muchísimos pies. Me sentía muy satisfecha con los pies que dibujaba para mi madre. Era una gran victoria. Y eso también me enseñó que el arte es interesante y puede ser muy útil, algo que hoy ya no se aprecia. El arte puede reparar.” Es curioso: la araña de esta obra que parece evocar aquellos días –las arañas (“tejedoras, inteligentes, protectoras”) de Bourgeois siempre son su madre– se para milagrosamente sobre el piso de cemento de la sala sobre sus ocho patas, ocho puntas que tienen apenas milímetros de superficie de contacto. Novecientos kilos sostenidos en el aire a varios metros de altura y en perfecto y sólido equilibrio por esos ocho puntos diminutos. La araña de Bourgeois es capaz de pararse aunque le faltan los pies. El arte puede reparar.

    Si no ésta en forma directa, ya que la araña en realidad está perfectamente entera, muchas obras de El retorno de lo reprimido aluden a la falta, a cuerpos amputados, fragmentados, incompletos. O a partes sin cuerpos. En el centro de la sala siguiente flota en el aire “Arch of hysteria” (arco de histeria), de 1993, un brillante cuerpo masculino sin cabeza, cerrándose en un círculo imposible hacia atrás que parece la antítesis de la posición fetal.

    Es la sala de la muestra más poblada de trabajos, uniendo más de sesenta años de producción, y la que, por su diversidad, da de un solo golpe la idea de lo irreductible que es la obra de Bourgeois –artista inclasificable– a una vanguardia o corriente estética. Están allí sus tempranas esculturas totémicas ( Personnages ) –de la década del 40, cuando lo totémico era un tema reincidente en la obra de muchos artistas norteamericanos pero que en la de Bourgeois es difícil no vincular con la figura paterna– y sus pinturas de la serie Femme Maison (mujer casa), también con apariencia de tótems, que cuestionan el lugar sexual que se impone socialmente a la mujer y la reducción de su rol a lo doméstico, y que en los años sesenta se convirtieron en emblemas del feminismo en los Estados Unidos. Y junto a los tótems, las formas circulares y espiraladas que son recurrentes a lo largo de toda su producción pictórica y escultórica. Círculos y espirales en los que se puede ver el retorno al origen, a lo reprimido, y que en alguna obra en la que son más irregulares puede recordar a las líneas de una huella digital, a la identidad. Círculos y espirales que también son asociables a la famosa metáfora del trabajo del psicoanálisis como ir retirando, una tras otra, las capas de una cebolla en busca de alguna verdad sobre la propia historia reprimida y olvidada.

    En la misma sala, otra forma de retorno, de circularidad, de identidad, y al mismo tiempo de resignificación y de voluntad de cambio es una obra sin título de 1996 que consiste en un viejo pañuelo con una frase, primorosamente bordada: “ I have been to hell and back - And let me tell you, it was wonderful ” (estuve en el infierno y regresé - y dejame decirte, fue maravilloso). En ese pañuelo se condensan cantidad de sentidos y asociaciones: el bordado como evocación de la madre tejedora, araña, el trabajo en los tapices de la infancia, el regreso (al origen, a la infancia, del infierno), el bordado como marca permanente de identidad, la escritura unida al arte y como una forma de arte y de reflexión, el psicoanálisis, el feroz cuestionamiento a la reducción de la mujer a la tarea de las labores domésticas...

    Para el curador Larratt-Smith, uno de los núcleos de esta muestra en Proa son los escritos de Bourgeois descubiertos el año pasado tras la muerte de la artista por Jerry Gorovoy, quien fue su asistente durante décadas y conoce perfectamente su trabajo. Esos textos hasta hoy inéditos –anotaciones, reflexiones, registros de sueños, comentarios sobre el análisis– que Burgeois escribió para sí misma, fueron cuidadosamente ordenados, revisados, y ahora se publica por primera vez una selección de ellos en uno de los dos tomos del catálogo de Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido. De alguna manera la artista había mostrado su interés por la escritura en alguna de sus obras como artista plástica. Por ejemplo en “Claustrophobia and Omnipotence” (2007), una serie de cuatro obras en lápiz sobre papel que son a la vez frases reflexivas y obras plásticas.

    Casada con un estadounidense con quien se trasladó a Nueva York en 1938, la vida y la obra de Bourgeois estuvieron desde muy temprano signadas por un bilingüismo que podría calificarse de traumático. Su padre Louis –a quien Bourgeois debe su nombre– contrató a Sadie Gordon Richmond como su profesora de inglés cuando ella tenía once años. Louis y Sadie no sólo se convirtieron rápidamente en amantes sino que, además, la profesora vivió en la casa de la familia en varios períodos durante diez años. Fue la amante de su padre, entonces, quien le enseñó una lengua que no era la materna, una situación que seguramente no fue ajena a la ambivalencia que la artista tuvo siempre frente al francés, su lengua natal, y el inglés, su lengua de adopción, que se cruzan y se mezclan permanentemente en su obra. Ese cruce se da, por ejemplo, en una de las obras clave de la exposición: “Red Room (Parents)” [cuarto rojo (padres)], instalación que evoca la alcoba paterna, con una cama donde hay una almohadita con la frase bordada “ Je t’aime ” (te amo) y, entre muchas otras cerradas –que forman un círculo o, más bien, una espiral– una puerta abierta donde se lee “ Fermez la Porte S.V.P .” (cierre la puerta, por favor) con tres de las iniciales que rematan algunas tarjetas de invitación: R.S.V.P.

    Difícil saber si el pedido –¿o invitación?– es del padre a la hija o viceversa.

    La relación con el padre lleva a otra obra fundamental de Bourgeois a la que también se ha dado un lugar especial en Proa: “La destrucción del padre”, cuya realización la artista ha descrito como un exorcismo y un hecho catártico que la transformó profundamente. Una vieja fantasía de descuartizar y devorarse al padre que se ponía especialmente arrogante e insufrible en la mesa familiar, sublimada y convertida en obra de arte.

    En la última sala de la muestra hay muchas obras sobre la maternidad y la relación materno-filial. Hay allí cantidad de esculturas y acuarelas de pechos maternos en un doble papel de alimentación amorosa y de agresiva amenaza que recuerdan la teoría de Melanie Klein sobre la existencia de una escisión de los objetos pulsionales en el niño como un modo inicial de defensa contra la angustia. Así, habría en el niño la fantasía de un pecho “bueno” y un pecho “malo”. Algunas de estas obras translucen también la fantasía materna de que la madre puede ser devorada por su bebé.

    Mientras el curador Larratt-Smith, la gente de Proa y del Studio Louis Bourgeois de Nueva York trabajaban con devoción en el montaje de esta muestra que después de la Argentina viajará a Brasil para ser exhibida en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro, llegamos al encuentro con la última obra en nuestro recorrido: la instalación “The Reticent Child”, (el niño reservado), de 2003: seis momentos, seis estados del embarazo y el parto de un niño que no está muy convencido de nacer. Frente a ella, Jerry Gorovoy responde a una pregunta que no, que cuando Bourgeois iniciaba un trabajo no sabía cuál sería el resultado, que sólo tenía una sensación que la llevaba hasta saber que había quedado expuesta en la obra.

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  • Título: Louise Bourgeois en Proa
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    Fecha: 17/03/2011
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    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña “MAMAN” (1999) prologará la exhibición “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”, curada por Philip Larratt-Smith, que inaugura este sábado 19 de marzo a las 18 hs.
    Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, “MAMAN” es la mayor de la serie de esculturas de arañas, pesa 22.000 kilos, tiene 9 metros de alto y 10 de ancho. Así, Proa ubicará en el espacio público una obra capital de la artista, como ya lo hicieron la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y, antes, el Guggenheim de Bilbao (1999).
    La artista franco norteamericana concibió esta araña como representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. Según Philip Larratt-Smith, la muestra será “el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte”.
    Además, la edición de dos volúmenes especiales sobre la obra, la escritura y el pensamiento de Louise Bourgeois refuerzan el primer desembarco de su extraordinaria producción en la Argentina. Una publicación inédita, en el marco de un verdadero acontecimiento artístico para la ciudad, el país y la región. Los catálogos que acompañan la exhibición “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido” serán ofrecidos a la venta en la librería de Fundación Proa a un precio de enorme accesibilidad.
    Desde el 19 de marzo, la muestra y las 500 páginas de las dos publicaciones constituyen una oportunidad excepcional para especialistas, estudiantes e interesados. La reproducción de las 87 obras de la muestra -objetos, dibujos, esculturas e instalaciones-, una biografía completa de la artista y una bibliografía de textos críticos y teóricos completan el primer volumen.
    Una vida escrita a través de una obra construida. La muestra, prologada por la instalación de la gigantesca araña “MAMAN” en la explanada de Proa, sumada a la edición de estos textos, determinan otro de los grandes aportes de la Fundación, inscriptos en la base misma de su misión institucional.

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  • Título: El eterno retorno de la amenaza a lo reprimido.
    Autor: Alejandro Martínez
    Fecha: 17/03/2011
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    Louise Bourgeois, artista que nunca se fue, se presenta al completo en la Fundación Proa de Buenos Aires

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se inaugurará el próximo 19 de marzo como la primera exposición antológica de la artista franco-americana en tierras argentinas. Una selección de dibujos, pinturas, esculturas e instalaciones que tratarán de mantener viva el aura de eterna amenaza a lo reprimido de su universo artístico. Nacida en París en 1911 y fallecida la primavera del año pasado a los 98 años, Bourgeois se manifiesta a través de la mirada del comisario Philip Larratt-Smith. Una perspectiva que vincula su trabajo con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis, a través de los «equivalentes plásticos» de «estados psicológicos», según su comisario, que nos muestran de forma brutal las imágenes de los sentimientos reprimidos.

    El fantasma del padre, los ecos de la infancia, el imaginario autobiográfico, la maternidad, la histeria... son los ejes de una producción artística que se muestra desde los años 60, en un recorrido integral. Lo fisiológico y la dimensión onírica cuajan su impronta a través de las formas diseñadas por Bourgeois. Y activan un vocabulario personal que persigue una función emotiva. Una amenaza gigante comparable a su araña Maman (1999), instalada esta vez en los jardines de la Fundación Proa. 

    Con Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido, Proa ofrece al público un recordatorio oportuno de la vigencia de una artista que convivió con los movimientos artísticos de su tiempo y supo profundizar de forma aguda en el pensamiento radical de la época. Un legado irreductible que define toda una corriente estética de la vanguardia artística. Con motivo de la muestra se presenta la edición de un conjunto de escritos inéditos de Louise Bourgeois, nunca antes publicados en inglés ni en español, que revelan con claridad el impacto que la práctica psicoanalítica tuvo en sus procesos creativos. Tras visitar Buenos Aires, la exposición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido se trasladará al Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y al Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.

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  • Título: Louise Bourgeois: La Mujer-Casa y el Hada Costurera
    Autor: Raquel Rascovsky de Salvarezza
    Fecha: 17/03/2011
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    Ver nota original (Blog Carlos Ianni.)

    El retorno de lo reprimido se llama la muestra de la gran artista plástica Louise Bourgeois, nacida en 1911 en París y fallecida el 31 mayo de 2010 en Nueva York, que se inaugura el sábado próximo en Fundación Proa. La vida y la obra de Bourgeois mantuvieron un particular vínculo con el psicoanálisis.
    Por Raquel Rascovsky de Salvarezza *

    La obra de Louise Bourgeois difícilmente puede ser clasificada dentro de las corrientes habituales del arte: en todo caso, entre las décadas de 1940 y de 1950 se la ubica próxima al expresionismo abstracto, y en los años ’60 en la abstracción excéntrica, pero quizá lo más importante es que se la considera precursora del interés corporal que caracterizó el arte de los años ’90.

    Trazar una evolución de sus obras es complicado dado que los temas abandonados resurgen con nuevas formas; así sucede también con los materiales dejados de lado, que vuelven a reaparecer: todo parece ser igual y sin embargo todo es diferente.

    Esta dificultad para ubicarla dentro de una corriente artística específica y su propia dificultad para exhibir sus obras explicaría en parte la escasa repercusión que, inicialmente, tuvo en el mundo del arte Fue el movimiento feminista el que, en los años ’60, incluyó las obras de esta genial escultora en varias exposiciones. Años después Jerry Gorovoy, que ya era su representante, logró llamar la atención de las autoridades del Museo de Arte Moderno de Nueva York, que en 1981 organizó una retrospectiva de Louise Bourgeois: fue la primera artista mujer que tuvo este honor. El éxito de la exposición ubicó a Louise, a los 71 años, en un primer plano entre los artistas vivientes y la transformó en una presencia constante en el espectro del arte actual. Ante el éxito, Louise Bourgeois pareció perder el hermetismo con que cuidara su vida y declaró públicamente, en libros y entrevistas, que su obra poseía un gran contenido autobiográfico. En el año 2000, contó: “Nací el 24 de diciembre de 1911 en París. Todo el trabajo que he realizado en los últimos cincuenta años, todos mis temas están inspirados en mi infancia. Mi infancia no ha perdido ni un ápice de su magia ni de su misterio ni de su drama”.

    Louise aprende a dibujar y a bordar en el taller de restauración de tapices de su familia. Tiene una hermana ocho años mayor y un hermano un año menor. Sus recuerdos infantiles quedan marcados por la diferencia entre una madre laboriosa y al decir de ella demasiado permisiva frente a su padre, un hombre brillante e infiel al que la niña adoró y odió al mismo tiempo, en una situación de ambivalencia torturante que persistió toda su vida. Louise no puede olvidar su dolor frente a las infidelidades de su padre ni la serenidad de su madre frente a estas actitudes paternas que ella sentía en carne propia. Recuerda los amores furtivos con las costureras y los chistes subidos de tono. Finalmente, él lleva a convivir a su casa a su amante, que era en ese momento la institutriz de sus hijos. La madre no reacciona; la niña, que sí lo hace, no se siente acompañada por ella y cae en un profundo dolor que posteriormente se transforma en un gran rencor.

    Este intenso odio que persiste el resto de sus días seguramente ha aportado la compulsión tanática necesaria para las sublimaciones futuras. Por otra parte, esta situación incrementó la dificultad de una identificación con el objeto femenino o el masculino, así como una dificultad para la superación del complejo de Edipo, lo que se objetivará en la ambigüedad sexual de sus futuras obras cumbre. Al nacer Louise, su padre, Louis, que deseaba un varón, había sufrido una gran desilusión. Su esposa, para consolarlo, le puso a la niña su nombre en femenino. Louise Bourgeois no dio a sus hijos el apellido del padre real, Goldwater, sino que los llamó con su apellido, Bourgeois. Seguramente la culpa por no haber sido varón la acompañó toda su vida e hizo que les regalara sus hijos a su padre en el contexto de una fantasía edípica.

    Todos los inviernos Louise acompaña a su madre al sur de Francia en busca de mejor clima, dado que ésta sufre de problemas respiratorios. Allí, cuidada por su hija, morirá, en sus brazos, en 1932. A la muerte de la madre, Louise abandonó por el arte sus estudios de filosofía y matemática. Se inscribió en la Academia Julian y después en la Escuela de Bellas Artes y La Grand-Chaumière. Vivió en la casa paterna hasta que, en 1934, se mudó a los altos de la galería Gradiva, en la margen izquierda del Sena. Era éste un lugar de reunión del grupo surrealista, donde ella trabó amistad con artistas importantes de la época.

    Las nuevas amistades y su dedicación al estudio del arte marcan el comienzo de su independencia respecto del padre, que se consolida cuando conoce al historiador de arte étnico Robert Goldwater. Se casan en 1938 y se establecen en Nueva York, donde ella reinicia su carrera artística. Al año de casada vuelve a París y adopta un niño huérfano de guerra, quizá dramatizando una fantasía de orfandad, y al tiempo concibe otros dos hijos.

    Fue una mujer generosa que ayudó a sus amigos artistas que, durante la guerra, habían emigrado en busca de refugio en Estados Unidos. Entre ellos André Breton, Max Ernst, Yves Tanguy, Marcel Duchamp, Joan Miró, André Lhote, Fernand Leger y otros muchos.

    Cuando Bourgeois piensa en sí misma y en su madre, advierte que es en el seno de la familia donde aparece con mayor crudeza el drama del sometimiento de la mujer a la opresión sexual, a la violencia del hombre. Considera que vivimos en un mundo donde las mujeres no son acompañadas en su deseo de liberación, y la posibilidad de una auténtica identidad femenina queda inmersa en la inseguridad y el miedo. En 1946-47 ejemplifica esto creando unas pinturas y dibujos a las que denomina las femme-maisons (las mujeres-casa).

    La escultura recién toma primacía en los años ’60, cuando modela las lairs o guaridas, en general asociadas a las fieras y hombres primitivos. En 1964, marca un giro en su escultura al comenzar a utilizar el látex y varias resinas; estos elementos, más blandos, la llevan a abandonar el tallado por el modelado. Lo que fue rigidez en las esculturas de madera se transforma en algo maleable; esto parece asustarla, algo del pasado sigue vigente y las lairs que esculpe se transforman en la guarida o el nido como lugares para protegerse. Realiza la Fée couturière –Hada Costurera–, relacionando el titulo con su madre y explicando que la casa, cuando aparecía el padre, se transformaba en un lugar claustrofóbico. Sin embargo, la posibilidad del modelado, el uso de las manos, el tocar, nos ubica en un cambio en sus recuerdos. Aparece el retorno al regazo materno, ya que el hada costurera representaba a su madre. Puede recordar momentos de amor y aparece el cuerpo materno como algo amado y, sobre todo, usable y usado. Años después, pasó a tratarse de las cells, celdas en las que, para poder observar su interior, era necesario introducirse, lo cual creaba una fuerte sensación de encierro. Sin embargo, a medida que sigue creando aparecerán espacios amplios con asientos, espejos, puertas y muchos otros elementos.

    A fines de 1967, y al año siguiente, el erotismo invade abiertamente su obra. La escultura Janus fleuri forma parte de una serie de falos dobles para ser colgados del techo, unidos entre sí por una superficie rugosa de aspecto vaginal. Es una obra llena de contrastes entre las superficies de los falos y la rugosidad de la unión entre ellos. Está referida al dios Jano, que se representa con dos caras, una que mira adelante y la otra hacia atrás. Tal vez podríamos pensar en la evolución terapéutica que la lleva por caminos eróticos develando su posibilidad pulsional aunque siempre ambivalente en sus dos posibilidades, amor-odio. Bernadac y Obrist (Louise Bourgeois, The Destruction of the Father, Reconstruction of the Mother: Writings and Interviews 1923-1997) definen así esta obra: “Tiene la permanencia del bronce, aunque fue concebida en yeso. Es una escultura colgante, simple en su perfil pero enigmática y ambigua en sus referencias. Suspendida en un solo punto a nivel del ojo, puede balancearse y girar, pero despacio porque su centro de gravedad es bajo. Es simétrica, como el cuerpo humano, y tiene una escala similar a la de esas partes variadas del cuerpo a las que quizás, hace referencia: una doble máscara facial, dos pechos, dos rodillas. Su naturaleza de pieza suspendida indica pasividad, pero la rotundidad de su masa expresa resistencia y duración. Es quizás un autorretrato, uno de tantos”.

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido en Fundación Proa
    Autor:
    Fecha: 17/03/2011
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    Ver nota original (Artes en Santo Domingo)

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Curador: Philip Larratt-Smith


    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será “el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte”.

    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.

    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y  se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.

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  • Título: Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido en Buenos Aires.
    Autor:
    Fecha: 17/03/2011
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    Ver nota original (Eterna Buenos Aires.)

    El siglo XX, desde sus comienzos, vio crecer nuevas formas de creación artística y vio florecer los resultados de esas rupturas con el pasado. Por supuesto, las nuevas posibilidades que los artistas de las vanguardias exploraron durante las primeras décadas, hacían parte de un contexto histórico lleno de transformaciones tecnológicas, filosóficas, sociopolíticas y estéticas, que plantearon preguntas y respuestas particulares.


    Louise Bourgeois fue una mujer que nació y creció en medio de esta agitación artística: París 1911. El manifiesto futurista había sido publicado un par de años antes; el cubismo, Braque y Picasso, estaban en pleno auge de su carrera; mientras ella crecía el dadaismo, el surrealismo, el expresionismo se desarrollaban… todos buscaban nuevas formas de expresión para plasmar plásticamente el ser, en vez de copiar la realidad con habilidad naturalista. Así mismo, el psicoanálisis daba sus frutos en el mundo de la época; con Freud a la cabeza, otros se interesaban por este campo teórico y terapéutico y es en esta intersección (arte-psicoanálisis) donde se encuentra la fuerza de la obra de Louise Bourgeois.

    Esta mujer estudió matemáticas pero se apartó de ellas para dedicarse al arte; a finales de los años treinta se casó y fue a vivir a Nueva York, donde continuó sus búsquedas plásticas. Durante muchos años asistió a sesiones de psicoanálisis que condicionaron su trabajo en el arte, plasmando en las esculturas e instalaciones sus sentimientos y reflexiones, dando forma a sus miedos y conflictos internos.

    Este sábado 19 de marzo la Fundación PROA inaugurará una exposición retrospectiva de su obra: El retorno de lo reprimido. Se trata de una colección de esculturas, dibujos y pinturas realizados entre 1942 y 2009 que destacan la importancia del psicoanálisis en su proceso creativo. La muestra estará acompañada por dos publicaciones editadas por Philip Larratt-Smith -curador de la muestra-; una reúne textos inéditos de Bourgeois y la otra se compone de escritos de psicoanalistas e historiadores del arte. Tras su paso por Buenos Aires, la exhibición seguirá su camino hacia Brasil, presentándose en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y en el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro.

    Una de las obras más impresionantes de esta selección es MAMAM, una araña gigante de bronce, acero inoxidable y mármol realizada por la artista en 1999 como homenaje a su madre. Estará ubicada en la explanada de la Fundación PROA que queda en la Av. Pedro de Mendoza 1929 (La Boca, Caminito) y se puede visitar de martes a domingo entre las 11 y las 19 hrs.

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  • Título: Las esculturas de Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 17/03/2011
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    Ver nota original (La Razón)

    Una de las grandes muestras de la temporada se inaugura el próximo sábado en la Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929), donde permanecerá hasta julio. Se trata de “El retorno de lo reprimido”, con las obras de la escultora Louise Bourgeois. Abarca 75 obras, procedentes de Europa y Estados Unidos.

    Según definió Mercedes Pérez Bergliaffa en Clarín “cuando enfrente las obras, el público sentirá que la artista no podía ser alguien sencillo y prístino. No era Ieidi, no era Warhol, no era Minujín. Era, más bien, la Fred del arte, la Van Gogh de la escultura, la Kafka de la plástica contemporánea. El genio escultórico de la psiquis hecha forma fue una mujer”.

    Por eso, no habrá “paletas felices ni temáticas livianas”. Entre los trabajos están Maman (una araña gigantesca de 10 m. de altura y 22 mil kg), Habitación roja (símil dehabitación a tamaño real que intenta mostrar todo aquello que ocurría en el dormitorio de los padres), Arco de histeria (de carácter erótico-seductor pero también de una torsión dolorosa), Jano florido o la escultura Destrucción del Padre (instalación de la década del 70).

    “El principal problema de Bourgeois era su incapacidad para aceptar la propia agresión”, pensaba Henry Lowenfeld, su psicoanalista durante más de tres décadas.

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  • Título: La Mujer-Casa y el Hada Costurera.
    Autor: Raquel Rascovsky de Salvarezza
    Fecha: 17/03/2011
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    Ver nota original (Página 12)

    El retorno de lo reprimido se llama la muestra de la gran artista plástica Louise Bourgeois, nacida en 1911 en París y fallecida el 31 mayo de 2010 en Nueva York, que se inaugura el sábado próximo en Fundación Proa. La vida y la obra de Bourgeois mantuvieron un particular vínculo con el psicoanálisis.

    La obra de Louise Bourgeois difícilmente puede ser clasificada dentro de las corrientes habituales del arte: en todo caso, entre las décadas de 1940 y de 1950 se la ubica próxima al expresionismo abstracto, y en los años ’60 en la abstracción excéntrica, pero quizá lo más importante es que se la considera precursora del interés corporal que caracterizó el arte de los años ’90.

    Trazar una evolución de sus obras es complicado dado que los temas abandonados resurgen con nuevas formas; así sucede también con los materiales dejados de lado, que vuelven a reaparecer: todo parece ser igual y sin embargo todo es diferente.

    Esta dificultad para ubicarla dentro de una corriente artística específica y su propia dificultad para exhibir sus obras explicaría en parte la escasa repercusión que, inicialmente, tuvo en el mundo del arte Fue el movimiento feminista el que, en los años ’60, incluyó las obras de esta genial escultora en varias exposiciones. Años después Jerry Gorovoy, que ya era su representante, logró llamar la atención de las autoridades del Museo de Arte Moderno de Nueva York, que en 1981 organizó una retrospectiva de Louise Bourgeois: fue la primera artista mujer que tuvo este honor. El éxito de la exposición ubicó a Louise, a los 71 años, en un primer plano entre los artistas vivientes y la transformó en una presencia constante en el espectro del arte actual. Ante el éxito, Louise Bourgeois pareció perder el hermetismo con que cuidara su vida y declaró públicamente, en libros y entrevistas, que su obra poseía un gran contenido autobiográfico. En el año 2000, contó: “Nací el 24 de diciembre de 1911 en París. Todo el trabajo que he realizado en los últimos cincuenta años, todos mis temas están inspirados en mi infancia. Mi infancia no ha perdido ni un ápice de su magia ni de su misterio ni de su drama”.

    Louise aprende a dibujar y a bordar en el taller de restauración de tapices de su familia. Tiene una hermana ocho años mayor y un hermano un año menor. Sus recuerdos infantiles quedan marcados por la diferencia entre una madre laboriosa y al decir de ella demasiado permisiva frente a su padre, un hombre brillante e infiel al que la niña adoró y odió al mismo tiempo, en una situación de ambivalencia torturante que persistió toda su vida. Louise no puede olvidar su dolor frente a las infidelidades de su padre ni la serenidad de su madre frente a estas actitudes paternas que ella sentía en carne propia. Recuerda los amores furtivos con las costureras y los chistes subidos de tono. Finalmente, él lleva a convivir a su casa a su amante, que era en ese momento la institutriz de sus hijos. La madre no reacciona; la niña, que sí lo hace, no se siente acompañada por ella y cae en un profundo dolor que posteriormente se transforma en un gran rencor.

    Este intenso odio que persiste el resto de sus días seguramente ha aportado la compulsión tanática necesaria para las sublimaciones futuras. Por otra parte, esta situación incrementó la dificultad de una identificación con el objeto femenino o el masculino, así como una dificultad para la superación del complejo de Edipo, lo que se objetivará en la ambigüedad sexual de sus futuras obras cumbre. Al nacer Louise, su padre, Louis, que deseaba un varón, había sufrido una gran desilusión. Su esposa, para consolarlo, le puso a la niña su nombre en femenino. Louise Bourgeois no dio a sus hijos el apellido del padre real, Goldwater, sino que los llamó con su apellido, Bourgeois. Seguramente la culpa por no haber sido varón la acompañó toda su vida e hizo que les regalara sus hijos a su padre en el contexto de una fantasía edípica.

    Todos los inviernos Louise acompaña a su madre al sur de Francia en busca de mejor clima, dado que ésta sufre de problemas respiratorios. Allí, cuidada por su hija, morirá, en sus brazos, en 1932. A la muerte de la madre, Louise abandonó por el arte sus estudios de filosofía y matemática. Se inscribió en la Academia Julian y después en la Escuela de Bellas Artes y La Grand-Chaumière. Vivió en la casa paterna hasta que, en 1934, se mudó a los altos de la galería Gradiva, en la margen izquierda del Sena. Era éste un lugar de reunión del grupo surrealista, donde ella trabó amistad con artistas importantes de la época.

    Las nuevas amistades y su dedicación al estudio del arte marcan el comienzo de su independencia respecto del padre, que se consolida cuando conoce al historiador de arte étnico Robert Goldwater. Se casan en 1938 y se establecen en Nueva York, donde ella reinicia su carrera artística. Al año de casada vuelve a París y adopta un niño huérfano de guerra, quizá dramatizando una fantasía de orfandad, y al tiempo concibe otros dos hijos.

    Fue una mujer generosa que ayudó a sus amigos artistas que, durante la guerra, habían emigrado en busca de refugio en Estados Unidos. Entre ellos André Breton, Max Ernst, Yves Tanguy, Marcel Duchamp, Joan Miró, André Lhote, Fernand Leger y otros muchos.

    Cuando Bourgeois piensa en sí misma y en su madre, advierte que es en el seno de la familia donde aparece con mayor crudeza el drama del sometimiento de la mujer a la opresión sexual, a la violencia del hombre. Considera que vivimos en un mundo donde las mujeres no son acompañadas en su deseo de liberación, y la posibilidad de una auténtica identidad femenina queda inmersa en la inseguridad y el miedo. En 1946-47 ejemplifica esto creando unas pinturas y dibujos a las que denomina las femme-maisons (las mujeres-casa).

    La escultura recién toma primacía en los años ’60, cuando modela las lairs o guaridas, en general asociadas a las fieras y hombres primitivos. En 1964, marca un giro en su escultura al comenzar a utilizar el látex y varias resinas; estos elementos, más blandos, la llevan a abandonar el tallado por el modelado. Lo que fue rigidez en las esculturas de madera se transforma en algo maleable; esto parece asustarla, algo del pasado sigue vigente y las lairs que esculpe se transforman en la guarida o el nido como lugares para protegerse. Realiza la Fée couturière –Hada Costurera–, relacionando el titulo con su madre y explicando que la casa, cuando aparecía el padre, se transformaba en un lugar claustrofóbico. Sin embargo, la posibilidad del modelado, el uso de las manos, el tocar, nos ubica en un cambio en sus recuerdos. Aparece el retorno al regazo materno, ya que el hada costurera representaba a su madre. Puede recordar momentos de amor y aparece el cuerpo materno como algo amado y, sobre todo, usable y usado. Años después, pasó a tratarse de las cells, celdas en las que, para poder observar su interior, era necesario introducirse, lo cual creaba una fuerte sensación de encierro. Sin embargo, a medida que sigue creando aparecerán espacios amplios con asientos, espejos, puertas y muchos otros elementos.

    A fines de 1967, y al año siguiente, el erotismo invade abiertamente su obra. La escultura Janus fleuri forma parte de una serie de falos dobles para ser colgados del techo, unidos entre sí por una superficie rugosa de aspecto vaginal. Es una obra llena de contrastes entre las superficies de los falos y la rugosidad de la unión entre ellos. Está referida al dios Jano, que se representa con dos caras, una que mira adelante y la otra hacia atrás. Tal vez podríamos pensar en la evolución terapéutica que la lleva por caminos eróticos develando su posibilidad pulsional aunque siempre ambivalente en sus dos posibilidades, amor-odio. Bernadac y Obrist (Louise Bourgeois, The Destruction of the Father, Reconstruction of the Mother: Writings and Interviews 1923-1997) definen así esta obra: “Tiene la permanencia del bronce, aunque fue concebida en yeso. Es una escultura colgante, simple en su perfil pero enigmática y ambigua en sus referencias. Suspendida en un solo punto a nivel del ojo, puede balancearse y girar, pero despacio porque su centro de gravedad es bajo. Es simétrica, como el cuerpo humano, y tiene una escala similar a la de esas partes variadas del cuerpo a las que quizás, hace referencia: una doble máscara facial, dos pechos, dos rodillas. Su naturaleza de pieza suspendida indica pasividad, pero la rotundidad de su masa expresa resistencia y duración. Es quizás un autorretrato, uno de tantos”.

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  • Título: Louise Bourgeois en la Fundación Proa
    Autor:
    Fecha: 15/03/2011
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    El sábado 19 de marzo se inaugura la muestra de Louise Bourgeois, El retorno de lo reprimido, en la Fundación Proa. Un panorama de la gran artista franco-norteamericana, que nació en París en 1911 y murió recientemente, a los 98 años, en Nueva York.
    La muestra incluye 87 obras, entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones.
    Curada por Philip Larratt-Smith y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.
    La exposición se abrirá con la monumental araña Maman, de 1999 (en la foto), que será instalada en la explanada de Proa (Pedro de Mendoza 1929).

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  • Título: La reina de la escultura en Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 15/03/2011
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    Una de las más grandes escultoras y creadora de una obra universal Louise Bourgeois se presenta por primera vez en esta región del mundo con la muestra El retorno de lo reprimido en la Fundación Proa.

    Son 75 trabajos, algunos inmensos que vienen desde distintas partes del mundo. Son obras muy conmovedoras, tocan conflictos comunes a todos los seres humanos, como las relaciones entre padres e hijos, el sexo, la angustia, violencia. Lograba hacer una catarsis en el arte y fue su manera de estar viva. Solía decir: Cuando no ataco no me siento viva.

    Maman
     (una araña gigantesca, de 10 metros de altura y 22 mil kilos, monumental oda a su madre hecha en bronce, hierro y mármol); Arco de histeria, en bronce, de carácter erótico-seductor pero también evidencia de una torsión dolorosa; Habitación roja (padres) , una habitación en tamaño real que quiere mostrar aquello que ocurría en el dormitorio de sus padres con adulterios y angustias sobrevolando la pareja; Jano florido , en bronce, un falo doble, de tamaño grande, partido, segmentado, que cuelga del techo; Destrucción del padre, escultura-instalación de los 70´s, montones de pedazos de falos naranja-rojizos, enfrentados entre sí como cielo y tierra; y en medio, una mesa con el padre destrozado).

    Sobre esta última obra, Eleanor Munro, una estudiosa de la artista, escribió: “Está la mesa de una cena y se ve que pasan toda clase de cosas. El padre está fanfarroneando, contándole al público cautivo lo grande que es, la cantidad de cosas maravillosas que hizo, cuánta gente mala rebajó hoy. Pero esto sigue un día tras otro. En los niños crece un resentimiento. Un día al fin se enojan. Se masca la tragedia. El padre ha repetido la pieza una vez más. Los niños lo agarran y lo ponen sobre la mesa. Y se convierte en comida. Lo despiezan, lo desmembran. Se lo comen. ¡Es, como verás, un drama oral! Lo irritante era su continuo agravio verbal. Así que fue liquidado: tal como él había liquidado a sus hijos”.

    El curador de la muestra, Philip Larrat- Smith, la define som una conmemoración del acto de destrucción recreándolo.

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  • Título: La araña más temida llega a Buenos Aires.
    Autor: Eduardo Chaktoura
    Fecha: 15/03/2011
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    Entre jueves y viernes, así como ocurrió en Londres, Tokio y París, la emblemática araña MAMAN llegará por primera vez a Buenos Aires y se posará en Caminito, en el barrio de La Boca. Será una oportunidad única para conectar con nuestros deseos y temores reprimidos.

    MAMAN (1999) es obra de Louise Bourgeois, recientemente fallecida, a los 98 años, en Nueva York. Su vida resume momentos de extremo dolor y pasión. Más de 200 escritos que pudieron encontrarse dan cuenta de sus grandes angustias y deseos.

    “Mi trabajo es ocuparme del dolor”, dijo alguna vez Bourgeois, una de las artistas más emblemáticas del siglo XX.

    La araña y otras 87 obras, entre dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones, incluso parte de los diarios íntimos de la artista, formarán parte de una ambiciosa muestra de arte y psicoanálisis, que presenta la Fundación PROA y que estará abierta a la comunidad desde el próximo sábado. Es esta una buena oportunidad para experimentar cómo el arte plástico, así como la escritura, el baile y tantas otras “artes”, son una forma tan creativa como contundente por medio de las cuales las personas podemos expresar todas nuestras emociones, sentimientos y deseos, los conscientes y los reprimidos.

    Escribir, dibujar, moldear, bailar, cantar … es un acto catártico, modela las tensiones y libera las voces internas. Y para eso, no hace falta ser “artista profesional”. A Louise la hizo “grande” su obra, pero más allá de la crítica que la consagró en el mercado internacional, el arte fue su canal de expresión como hija, madre y mujer. La araña MAMAN es una oda a su madre.

    A través de la exploración de materiales, formas y procesos escultóricos, Bourgeois encuentra equivalentes plásticos de los estados psicológicos y los mecanismos del miedo, la ambivalencia, la compulsión, la culpa, la agresión y el retraimiento.

    En la exposición denominada “El retorno de lo reprimido”, seguramente podamos tener una clase de arte y psicología, así como un encuentro con la sensibilidad, esa que nos facilita el encuentro y nos ayuda a expresar nuestros verdaderos sentimientos, deseos y necesidades.

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  • Título: Llega a Proa la araña de Louise Bourgeois.
    Autor: Alicia De Arteaga
    Fecha: 15/03/2011
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    Ver nota original (La Nación)

    Adriana Rosenberg no les teme a los desafíos titánicos. Años atrás, la presidenta de la Fundación Proa se propuso exhibir la legendaria cabeza de la cultura olmeca de cinco toneladas, que nunca había salido de México, y lo logró.

    Esta vez, dobló la apuesta y va camino de La Boca una araña de 22 toneladas, de bronce, acero, inoxidable y mármol, que mide 10 metros de altura y tiene 10 metros de diámetro. En 20 cajas viajó en barco desde el Studio Louise Bourgeois, de Nueva York, para ser la pieza central de la muestra que se inaugura el sábado próximo, un panorama con lo mejor de la producción de la escultora franco-norteamericana:

    La araña gigante, que se vio en el Guggenheim, de Bilbao, y en la Tate, de Londres, es la pienza emblemática de Bourgeois, artista de culto, reconocida internacionalmente por su capacidad para reflexionar plásticamente sobre los temas más profundos y dolorosos de la naturaleza humana. LouiseBourgeois murió el año último, a los 98 años.

    Por primera vez llega a América del Sur un conjunto de su obra, reunido con el provocativo título Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido , con la curaduría de Philip Larrat Smith, conocido en Buenos Aires por haber montado la recordada y exitosa muestra de Andy Warhol, en el Malba.

    Ayer, al mediodía, mientras instalaban las placas de hierro que soportarán las patas de la araña en la explanada de Proa, Larratt Smith y Jerry Gorovoy, asistente de Bourgeois durante más de 20 años y sabio custodio de su legado, recordaban que Louise sabía que su araña, llamada Maman en homenaje a su madre -capaz de tejer la tela de los afectos y también quedar atrapada en ellos- viajaría a Buenos Aires para ser exhibida en Proa.

    De haber podido asistir, le hubiera gustado la idea de mostrar este panorama de su producción de "equivalentes plásticos de estados psicológicos" en una ciudad que es capital mundial del psicoanálisis.

    Bourgeois se analizó más de 30 años con el mismo terapeuta, en Nueva York. Nació en Francia en 1911, emigró a los Estados Unidos en 1938 y tuvo su primera gran muestra en el MOMA en 1982.

    Las salas de Proa albergan desde ayer las famosas celdas, esculturas blandas, dibujos, una visión del cuarto de sus padres, sus textos íntimos (considerados el último gran descubrimiento) y la icónica escultura de bronce de un cuerpo masculino suspendido en el espacio.

    Ese cuerpo, de mórbida belleza, es el de Jerry Gorovoy, su asistente, que fue también su modelo y ha viajado para acompañar las obras.

    La categoría de la exposición justifica la itinerancia. Cuando cierre sus puertas en Proa, el próximo 19 de junio, seguirá viaje a la fundación Tomie Ohtake, de San Pablo, y al Museo de Arte Moderno, de Río de Janeiro. No se mueven 22 toneladas así nomás.

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  • Título: Bourgeois, una chamana de la intensidad
    Autor: Daniel Molina.
    Fecha: 14/03/2011
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    La apuesta artística de Louise Bourgeois fue por el puro margen. Su mirada jamás se detuvo en el iluminado centro de la escena, sino en la periferia densa que trama lo real. Se pasó la vida mirando el mundo desde un costado. Margen y búsqueda de paz. Si en su camino no se hubiera cruzado el psicoanálisis (o si en vez de irse a Nueva York se hubiera ido a Los Ángeles) quizás habría sido budista.

    El arte no fue para ella una carrera profesional, sino una forma de mantener la cordura. Esa apuesta catártica rodea a sus obras de un aura que pocas producciones contemporáneas tienen: hay luz en los meandros oscuros de sus piezas. Hay humor y amor. Pero es un humor despiadado y su amor es brutal. Louise Bourgeois es una chamana de la intensidad.

    En su larga vida (1911-2010) se destacan cuatro momentos esenciales. Todos ellos están signados por la muerte de un ser querido.

    En 1932, ante la muerte de su madre, abandona sus estudios en matemática y filosofía para dedicarse exclusivamente al arte. En 1951, debido a la depresión que sufre por la muerte de su padre, comienza a psicoanalizarse.

    En 1974, luego de la muerte de su marido, produce un cambio en su producción estética y realiza una de sus obras icónicas: "La destrucción del padre".

    En 1990 muere uno de sus hijos y realiza otra vuelta de tuerca estética y existencial: la última etapa de su producción se caracteriza por una insistencia en lo familiar como amenazante. A este período pertenecen sus gigantescas arañas, que Bourgeois llamó "Mamá".

    Para Bourgeois el arte no cura.

    Nada puede suturar la herida que produce el haber nacido. La práctica constante (pulir, golpear, moldear, cortar, amasar la arcilla) le permitía mantenerse en pie.

    Esa lucidez era, a la vez, un reparo y un desamparo. Bourgeois es una maestra de la ambigüedad: nunca se sabe dónde comienza el signo femenino ni el masculino en una obra suya; nunca se sabe si nos está jugando una broma o nos está mostrando el abismo de lo horroroso. Tiene la potencia de lo vital.

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  • Título: Mamá-araña: Louise Bourgeois en Buenos Aires
    Autor: Mercedess Perez Bergliaffa
    Fecha: 14/03/2011
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    Ver nota original (Revista Ñ. Clarín)

    "El retorno de lo reprimido", la excepcional muestra en Fundación Proa de la creadora de una obra universal, se la considera una de las más grandes escultoras.

    La gran diosa de la escultura, la madre de las madres de las formas, se presenta por primera vez de forma completa en la región, y lo hace en Buenos Aires. Se trata de la increíble escultora Louise Bourgeois y de “El retorno de lo reprimido”, la muestra que se expondrá en la Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929) a partir del sábado próximo y hasta julio.

    Fruto de un esfuerzo de producción y de costo gigante (los 75 trabajos, algunos inmensos, vienen desde distintas partes del mundo), los amantes del arte, y en realidad todas las personas, deberíamos aprovechar y acercarnos hasta La Boca, a conocer el original mundo íntimo de Bourgeois. Porque se trata de una de las mayores artistas de toda la historia del arte y de una oportunidad nada común en estas tierras, ya que estas obras moran en Europa o Norteamérica.

    El combo es imperdible: esculturas raras, grandes, emblemáticas + una artista fundamental y muy original del siglo XX= un viaje intergaláctico de saber y placer. Y una gran posibilidad de auto-conocimiento , como pasa cuando uno observa una obra de arte genuina.
    Pero debo advertirle: antes de entrar a la exposición, prepárese. Porque los trabajos son densos, traumáticos, emotivos; no sólo por cómo están realizados sino porque tocan conflictos comunes a todos los seres humanos, como las relaciones entre padres e hijos (el Edipo del que nadie puede escapar).

    Y tratan de sexo, pero en estado de angustia . Digamos que las obras de Bourgeois reflejan eso que todos reprimimos. Hacen conscientes los deseos inconscientes. Preservan sin pulir las grandes pulsiones que uno descarta pero que siempre subyacen, persisten, retornan; y aparecen en el momento menos pensado.

    Le repito, ármese emocionalmente antes de entrar a esta apasionante aventura que es la obra de Bourgeois. Usted se dará cuenta cuando enfrente las obras, que la artista no podía ser alguien sencillo y prístino.

    No era Heidi, no era Warhol, no era Minujín . Era, más bien, la Freud del arte; la Van Gogh de la escultura; la Kafka de la plástica contemporánea. Y, ¡oh, sorpresa! en pleno siglo XX, el genio escultórico de la psiquis hecha forma fue una mujer.

    Debe enterarse también de esto: Bourgeois era hiper-sensible, frágil, depresiva. Torturada. Sufría de crisis nerviosas si no hacía sus esculturas. Sufría de impulsos de hostilidad, de auto-castigo. Era un gran “paquete” psíquico, una gran reserva de energías que canalizar por algún lado, para sobrevivir; que canalizar a través del arte.

    “He estado en el infierno y he vuelto. Y les digo una cosa: fue fantástico”, comentaba la escultora en uno de sus textos (muchas veces ella misma se pensó más como escritora que como artista; de hecho, hasta escribió para Art Forum, la famosa revista de arte).

    Quien fue su psicoanalista durante más de treinta años, Henry Lowenfeld (discípulo directo de Freud), pensaba que el principal problema de Bourgeois era su incapacidad para aceptar la propia agresión. “No olvido ni perdono, es el lema del que se alimenta mi obra”, escribía ella por entonces. Decía que para crear obras debía internarse en los “corredores de la memoria” y “transferir a una escena de hoy, emociones que tuve hace cuarenta años …” “Todos los días uno tiene que abandonar su pasado o aceptarlo; y entonces, si no puede aceptarlo, se hace escultor”, escribió alguna vez la escultora (ver recuadro).

    Por eso no debe esperar ver en la muestra paletas felices ni temáticas livianas. Lo anuncian los trabajos y sus títulos: Maman (una araña gigantesca, de 10 metros de altura y 22 mil kilos, monumental oda a su madre hecha en bronce, hierro y mármol); Habitación roja (padres) , un símil de habitación a tamaño real que intenta mostrar todo aquello que ocurría en el dormitorio parental con adulterios y angustias sobrevolando la pareja; Arco de histeria, en bronce, de carácter erótico-seductor pero también evidencia de una torsión dolorosa; Jano florido , en bronce, un falo doble, de tamaño grande, partido, segmentado, que cuelga del techo; Destrucción del padre, escultura-instalación de los 70´s, montones de pedazos de falos naranja-rojizos, enfrentados entre sí como cielo y tierra; y en medio, una mesa con el padre destrozado). Sobre esta última obra, Eleanor Munro, quien estudió a la artista, escribió: “Está la mesa de una cena y se ve que pasan toda clase de cosas. El padre está fanfarroneando, contándole al público cautivo lo grande que es, la cantidad de cosas maravillosas que hizo, cuánta gente mala rebajó hoy. Pero esto sigue un día tras otro. En los niños crece un resentimiento. Un día al fin se enojan. Se masca la tragedia. El padre ha repetido la pieza una vez más. Los niños lo agarran y lo ponen sobre la mesa. Y se convierte en comida. Lo despiezan, lo desmembran. Se lo comen. ¡Es, como verás, un drama oral! Lo irritante era su continuo agravio verbal. Así que fue liquidado: tal como él había liquidado a sus hijos”. El curador de la muestra, Philip Larrat- Smith, habla de una “conmemoración del acto de destrucción recreándolo”.

    Conflicto. Qué mejor palabra para definirla. Louise Bourgeois. Misteriosa, sabia, táctil. Golpea, roe, raya, corrompe, destruye los materiales, los hace nacer. Los ataca (“Cuando no ataco no me siento viva”). Necesitó hacer catarsis; la aliviaba. Necesitó sacar fuera de sí una complejidad tal que no le permitía siquiera dormir. Pero sí amar. En su vida, a su manera, fue madre y compañera, esposa.

    Uno se podría preguntar, ¿pero cómo sobrevivir a esto, a una angustia tan inmensa que todo lo inunda ….? ¿Y qué la ayudó más a Bourgeois, la escultura o el amor? Las respuestas, en las obras.

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  • Título: Louise Bourgeois (II)
    Autor:
    Fecha: 13/03/2011
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    Por primera vez en América Latina, la Fundación Proa presenta en Argentina y Brasil Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido , una gran exposición del artista de la labor de la curada por Philip Larratt-Smith y organizada por la Tomie Ohtake Instituto de Sao Paulo, el Louise burguesa Studio en Nueva York y Proa, con el apoyo de Tenaris.

    La emblemática y enorme pieza Maman (1999)-icono de la protección derivada de la maternidad- dominará toda la exposición desde la terraza de Proa. Con más de 80 piezas en exhibición, incluyendo La destrucción del Padre (1974), Le Défi II (1992), Arco de la histeria (1993), Sala Roja (Padres) (1994) y Spider (1997), Louise Bourgeois: La retorno de lo reprimido ofrece una visión global que abarca 60 años de producción artística, desde sus inicios hasta 2009.

    En las palabras de su curador: "Todas las obras han sido seleccionadas para resaltar la presencia permanente del psicoanálisis como una fuerza de motivación y un sitio de exploración en su vida y obra."

    La publicación del catálogo de dos volúmenes es un proyecto de Philip Larratt-Smith y una empresa conjunta de la Fundación Proa y el Estudio de Louise Bourgeois. Además de una introducción y ensayo de la curadora, el primer volumen presenta la opinión de los teóricos de renombre e investigadores de diversos orígenes, tales como Donald Kuspit, Bronfen Elisabeth, Meg Harris Williams, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Verhaeghe Paul y Julie de Ganck . Para el segundo volumen, Philip Larratt-Smith ha seleccionado y editado los 93 escritos inéditos de Bourgeois, que revelan el impacto del psicoanálisis en su proceso creativo.

    Después de Buenos Aires y gracias al apoyo de Tenaris en Argentina y Brasil, la exposición viajará al Instituto Tomie Ohtake de Sao Paulo en julio y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro en septiembre.

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  • Título: Louise Bourgeois and Psychoanalysis
    Autor:
    Fecha: 13/03/2011
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    Louise Bourgeois
    FUNDACION PROA
    BUENOS AIRES
    Through June 26
    Curated by Philip Larratt-Smith
    This major survey of Bourgeois’s work, titled “The Return of the Repressed,” is being billed as the “first in-depth examination of the artist’s relationship to psychoanalysis.” Yet that over-eggs the pudding, since all Bourgeois exhibitions—be they modest or ambitious—must engage psychoanalysis as the most convincing mode of formal interpretation. Indeed, the sculptor’s Freudian analysis was as transformative for her work as Jackson Pollock’s Jungian analysis was for his. At Fundación Proa, an exhibition of nearly one hundred pieces made between 1946 and 2009 takes on this subject directly, as does a catalogue featuring an examination of the late artist’s recently uncovered writings. Cold-shouldered by AbEx society, Bourgeois should now be seen as having but one AbEx parallel—Pollock himself_. by Robert Pincus-Witten.

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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed
    Autor:
    Fecha: 13/03/2011
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    For the first time in Latin America, Fundación Proa presents in Argentina and Brazil Louise Bourgeois: The Return of the Repressed, a major exhibition of the artist's work curated by Philip Larratt-Smith and organized by the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo, the Louise Bourgeois Studio in New York and Proa, with the support of Tenaris.

    Bourgeois' huge and emblematic piece Maman (1999)—an icon of maternal protection and withdrawal—will dominate the whole exhibition from Proa's front terrace. With more than 80 pieces on display, including The Destruction of the Father (1974), Le Défi II (1992), Arch of Hysteria (1993), Red Room (Parents) (1994) and Spider (1997), Louise Bourgeois: The Return of the Repressed offers a comprehensive overview covering 60 years of artistic production, from her early beginnings until 2009.

    In the words of the curator, "All the works have been selected to highlight the enduring presence of psychoanalysis as a motivational force and a site of exploration in her life and work."

    The publication of the two volume catalogue is a project by Philip Larratt-Smith and a joint venture of Fundación Proa and the Louise Bourgeois Studio. As well as an introduction and essay by the curator, the first volume also presents the view of renowned theorists and researchers of diverse backgrounds such as Donald Kuspit, Elisabeth Bronfen, Meg Harris Williams, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Paul Verhaeghe and Julie de Ganck. For the second volume, Philip Larratt-Smith has selected and edited 93 of Bourgeois' writings never published before now that reveal the impact of psychoanalysis on her creative process.

     

    After Buenos Aires and thanks to the support of Tenaris both in Argentina and Brazil, the exhibition will tour to the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo in July and to the Museu de Arte Moderna of Rio de Janeiro in September.

    Sponsor
    Tenaris

    Opening times
    Tuesdays to Sundays, 11 am to 7 pm
    Mondays closed

    Daily guided tours
    Tuesdays to Fridays, 5 pm
    Saturdays and Sundays, 3 pm and 5 pm



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  • Título: Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 13/03/2011
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    Por primera vez en América Latina, la Fundación Proa presenta en Argentina y Brasil Louise Bourgeois: El retorno de lo reprimido , una gran exposición del artista de la labor de la curada por Philip Larratt-Smith y organizada por la Tomie Ohtake Instituto de Sao Paulo, el Louise burguesa Studio en Nueva York y Proa, con el apoyo de Tenaris.

    La emblemática y enorme pieza Maman (1999)-icono de la protección derivada de la maternidad- dominará toda la exposición desde la terraza de Proa. Con más de 80 piezas en exhibición, incluyendo La destrucción del Padre (1974), Le Défi II (1992), Arco de la histeria (1993), Sala Roja (Padres) (1994) y Spider (1997), Louise Bourgeois: La retorno de lo reprimido ofrece una visión global que abarca 60 años de producción artística, desde sus inicios hasta 2009.

    En las palabras de su curador: "Todas las obras han sido seleccionadas para resaltar la presencia permanente del psicoanálisis como una fuerza de motivación y un sitio de exploración en su vida y obra."

    La publicación del catálogo de dos volúmenes es un proyecto de Philip Larratt-Smith y una empresa conjunta de la Fundación Proa y el Estudio de Louise Bourgeois. Además de una introducción y ensayo de la curadora, el primer volumen presenta la opinión de los teóricos de renombre e investigadores de diversos orígenes, tales como Donald Kuspit, Bronfen Elisabeth, Meg Harris Williams, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Verhaeghe Paul y Julie de Ganck . Para el segundo volumen, Philip Larratt-Smith ha seleccionado y editado los 93 escritos inéditos de Bourgeois, que revelan el impacto del psicoanálisis en su proceso creativo.

    Después de Buenos Aires y gracias al apoyo de Tenaris en Argentina y Brasil, la exposición viajará al Instituto Tomie Ohtake de Sao Paulo en julio y el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro en septiembre.

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  • Título: Más allá del tabú
    Autor: Diana Fernández Irusta
    Fecha: 13/03/2011
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    Ver nota original (La Nación)

    Inclasificable y autora de una obra demoledora, la francesa Louise Bourgeois hizo del psicoanálisis la gran materia prima de su trabajo expresivo
    La araña se yergue enorme, distante, suspendida sobre largas, siseantes, oscuramente frágiles patas de acero.


    La araña se llama Maman (Mamá).

    Así la bautizó su creadora, la artista Louise Bourgeois, fallecida el año pasado en Nueva York, a los 98 años. Mujer que atravesó dos siglos, francesa que hablaba en inglés, vivía en los Estados Unidos y nombraba a sus trabajos más viscerales en su lengua natal, la autora será el eje de una ambiciosa muestra en la Fundación Proa.

    En su primer desembarco en la Argentina, su obra promete causar impacto, y no sólo por la monumental araña que se emplazará a metros de la calle Caminito: quizás como ningún otro artista contemporáneo, Bourgeois hizo del psicoanálisis la sustancia, nudo y razón de sus trabajos, algo que difícilmente le sea indiferente a la psicoanalizada población porteña.

    "El arte es garantía de cordura", solía decir quien llegó al análisis en 1951, devastada por la muerte del padre y, seguramente, percibiendo la fuerza del abismo interior que amenazaba desgarrarla. De sus largos tratamientos psicoanalíticos dan testimonio sus diarios y su obra. Como la araña teje su tela, la artista tejía en palabras, esculturas y pinturas la trama que la preservaría del vacío.

    Con sólo tres años, conoció la guerra, los bombardeos, el miedo. A esa edad también supo del furor de los combates que no se libran en el campo de batalla sino en la desolada cotidianidad. Reclutado en plena Primera Guerra Mundial, el padre dejó la casa. La madre, desesperada, cargó con Louise, su segunda hija, y siguió al marido por campamentos y hospitales de campaña, atravesando una Francia sumergida en la conflagración.

    Ocho años después, mientras en Europa se encendían los años 20, el hogar de los Bourgeois volvía a estremecerse. Sadie, una inglesa pocos años mayor que Louise, ingresó a la casa como institutriz y amante del padre. Traicionada y herida (aún más luego de la muerte de la madre en 1932), nunca pudo superar la lacerante ambivalencia que la unía a su progenitor. "Quería que yo pareciese una poule (zorra) -escribió-. Yo quería parecer lo contrario, es decir, una mujer independiente, estudiante, artista o santa".

    El no consideraba necesario que su hija recibiese mucha educación. Ella, que estudió matemáticas y geometría en la Sorbona antes de dedicarse al arte, llenó páginas y páginas de sus diarios con dudas sobre una producción artística a la que el padre nunca dio importancia.

    En 1937 Louise conoció a Robert Goldwater, con quien se casó e instaló en Nueva York.

    Madre y esposa, retratada por Mapplethorpe, respetada por Andy Warhol, cortejada por el feminismo, Louise Bourgeois fue longeva y joven a un tiempo. Onírica pero no cabalmente surrealista; abstracta y simbolista. Inclasificables, sus piezas aluden a una sexualidad atávica, omnipresente.

    "Su obra expresa la guerra perpetua que se libra en el inconsciente", escribe Philip Larratt-Smith. Conocerla es atravesar la abismal lógica de los sueños.

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  • Título: Fundación Proa: Louise Bourgeoiss The Return of the Repressed.
    Autor:
    Fecha: 12/03/2011
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    Ver nota original ( Brooklyn art project.)

    For the first time in Latin America, Fundación Proa presents in Argentina and Brazil Louise Bouegeois: The Return of the Repressed, a major exhibition of the artist’s work curated by Philip Larratt-Smith and organized by the Instituto Tomie Ohtake of Sao Paulo, the Louise Bourgeois Studio in New York and Proa, with the support of Tenaris.

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  • Título: Asociación libre
    Autor: Marisa Avigliano.
    Fecha: 10/03/2011
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    Ver nota original (Revista Debate)

    Por primera vez en la Argentina se exhiben las esculturas de la genial Louise Bourgeois, la artista que murió el último año a los 98 años y que debió esperar setenta para ser descubierta. Convertida en talismán por los adoradores del psicoanálisis en el arte, la muestra en Fundación Proa desnuda sus sueños y nuestras pesadillas
     Posa para el retrato. Es una abuelita sentada en su taller de puertas amarillas despintadas que muestra como al descuido, como si fuera un mantel, un enorme dibujo que borra los límites de la gruesa mesa de madera. Se trata de un boceto todavía: una mujer de cabeza grande que lleva un vestido estampado con ojos, cientos de ojos. La abuelita que sostiene la mirada al llamado de la celebridad es Louise Bourgeois, la escultora que esperó setenta años para ser famosa y un instante para hacerse de culto. La mujer del retrato es cualquier cosa menos lo que se espera de una abuelita. Cientos de cosas. Las fotos de su pasado de artista desconocida, de la mujer francesa viviendo en Nueva York, no ingresan en el catálogo más que como intromisiones. Porque ella siempre será una anciana para nosotros. Vieja y sabia.
    Louise apareció en escena treinta años después de Giacometti a pesar de compartir directamente con el maestro suizo la misma extroversión psicológica de la sexualidad. Por eso la cara arrugadísima que aparece en las fotos y entrevistas laudatorias muestran una sonrisa tan socarrona como la cantidad de años vividos antes del click. No importa, en su rostro, está la aventura en la que andaba cuando empezó todo. Cada rasgo, un desfiladero, ya lo decía el maestro Giacometti, la cabeza es soberana.

    Hábleme de su padre
    Nació en 1911, en París  y en Navidad, y como en un cuento de Dickens tuvo una infancia desgraciada a merced de la guerra y el romance que su padre vivió durante diez años con su propia institutriz, la inglesa Sadie, delante de los ojos de su madre y del pueblo entero. La nena que lavaba y retorcía tapices en el río frente a un matadero -su familia se dedicaba a la restauración de tapices- deseaba que ese trapo sin forma que estrujaba después de sumergirlo hasta ahogarlo, fuera la amante de su padre. Pero esa no fue la única muerte, el cuerpo de su padre pulverizado -hecho con miga de pan- había sido la antesala de un deseo mayor, verlo descuartizado, ofrecerlo como banquete familiar y devorarlo como se hace con las especialidades de la casa (igual a las que se ofrecen en el Sbirro de Stanley Ellin). Deseos asesinos que concebirán años después toda su obra y que serán su salvación. Según Philip Larratt-Smith, el curador de la muestra “El retorno de lo reprimido” que presenta la Fundación Proa, la pieza The Destruction of the Father (La destrucción del padre, 1974) marcaría el fin del período psicoanalítico que se inició en 1952 y que coincide con el período de análisis más reconcentrado. Larratt- Smith describe aquella obra dedicada al papá como una “mezcla de guarida y de paisaje blando monumentalizado donde la escena teatral está bañada por una luz roja y tachonada de protuberancias bulbosas de látex, que emergen desde arriba y desde abajo. De una estructura cavernosa de paño oscuro asoma un elemento figurativo de látex, cubierto con montículos más pequeños, que a su vez se abren en patas de animales”. Según la explicación de Bourgeois, la obra recrea una fantasía infantil de venganza, rebelión contra el padre que alardea y se jacta en la mesa familiar, y a quien, exasperada, ella desmiembra y devora. Pero este acto de venganza puede entenderse también, desde otra perspectiva, como una defensa contra el pasado que se come el presente.” Ya se sabe, por más que viajemos dejando atrás los límites domésticos, cuando los suponemos olvidados, llaman a la puerta. A la maravilla de esta muestra gigantesca se agregan como un plus para expertos y también morbosos, los papeles que la escultora iba escribiendo al margen de sus obras. Anotaciones casi poéticas, bitácora de sus sesiones de terapia que acaban de ser traducidas al español bajo el sello de Proa.Dice allí Bourgeois: “La relación de una persona con su entorno es una preocupación constante. Dicha relación puede ser fortuita o estrecha; simple o compleja; sutil o rotunda. Puede ser dolorosa o agradable. Pero, sobre todo, puede ser real o imaginaria. Ésta es la base de la que nace toda mi obra. Los problemas de la realización -técnica, formal y estética- son secundarios; sólo se plantean después y es posible solucionarlos.”

    Las arañas y otros inconvenientes
    Estas notas ponen en palabras lo que ya sus esculturas habían manifestado con inapelable contundencia: su vinculación -consistente y profunda- con la teoría y la práctica psicoanalíticas. La escultura como síntoma señalan los críticos, el arte como sanación, dice ella.  “No tengo por qué vivir en un mundo vacío/ tengo que controlar el espacio porque no soporto el vacío/el vacío es un espacio de bordes/desconocidos e inciertos, como caer/por el espacio o estar mareado.” Como una dracma medicinal sus esculturas son, en látex y en madera, la representación del miedo, la culpa, la agresión y la ambivalencia. “Qué corresponde a la escultora y qué a su psicoanálisis está bien encaminado pero es terrible (electrónica sofisticada)” anota Bourgeois, en otra hoja suelta de 1986. Como en los tapices rotos heredados de vetustas genealogías familiares, sus esculturas e instalaciones respetan la jerarquía de  la ausencia, como si a pesar de la restauración nadie pudiera olvidar que ahí hubo una grieta, un agujero. Después, la artista hará posible que la obra estalle en el espacio -y hasta pondrá en duda su fastuosidad-, pero sólo después. La creación de sus arañas (que invadieron Londres, Bilbao, cada gran ciudad por donde la exposición viene pasando y que recibirá a los visitantes en la explanada de Proa) irrumpen contundentes para desagradar, asustar y proteger con sus patas repugnantes, frágiles y encantadoras. La más popular es “Mamá”, una araña de diez metros de altura en bronce, acero y mármol pero hay otras de otros tamaños que tejen laboriosas en su inventario. Resulta desconcertante y encantador verla colgada de las patas de una de ellas como si se tratase de la soga de una hamaca, o sea, la soga de su progenitora; en la foto Louise es muy vieja -ya lo sabemos- pero su mirada está jugando en una plaza.

     El exilio tan temido
    Louise estudió en la escuela de Bellas Artes -antes había intentado en la Sorbonne- y luego en el estudio de André Lhote y de Fernand Léger. En 1938  dejó a la fuerza París y fue a Estados Unidos -donde comenzó a esculpir- con su marido, el historiador y crítico de arte Robert Goldwater. No lo olvidemos: es mujer a principios de siglo, es escultora, se psicoanaliza y vive en otra lengua que la materna. Antes de convertirse en leyenda, su nombre se perdía en una lista junto a David Hare, Seymour Lipton y Ibram lassov, con quienes compartía aquella combinación de cuadrículas en forma de jaula, la selección de marcos con formas interiores vegetales y tan angulosas. Sus frágiles obras totémicas de los años sesenta delataban un delicado equilibrio que iban a catalogarla luego dentro del grupo de los artistas del neoexpresionismo (como León Golub, Lucian Freud, Cy Twombly). También de los años sesenta son sus “paisajes inconscientes”, fragmentos corporales hinchados, heridas en forma de vulva y protuberancias fálicas. “La mujer de la abstracción excéntrica” -como se llamó la exposición en Nueva York en 1966- guardaba cierta afinidad con el minimalismo pero no, porque ella  a todo le daba un giro erótico, sensual o humorístico.  Pliegues tan húmedos y heridos, tan retorcidos como lo fueron los tapices de su infancia a la orilla del río.
    Como en toda leyenda se dicen cosas sobre las que poco importa la veracidad. La nombran aquí y allá como la primera mujer que logró una retrospectiva en el MOMA pero lo cierto es que no lo fue.  Si bien el MOMA le dedicó tal honor en los albores de sus setenta años, ya lo había hecho en 1946 con Georgia O’Keeffe. Qué más da. Después de esperar setenta años, todo se hace por primera vez. De modo que bienvenida sea la silueta falsa que cuestione  las erratas y se pregunte si los segundos pensamientos son residuos  retóricos o enmiendas constitucionales.
    Esculturas como muebles de una casa evocada en el dolor y la ira, la obra de Louise Bourgeois prorrumpe en la cotidianidad hogareña a través de un pedazo de bronce arrancado de cuajo y fundido. Delgadísimas patas de madera sostienen apenas la idea de una casa que está en el límite del desmoronamiento mientras que puertas viejas, ventanas rotas, objetos perdidos y arcos de acero evidencian un vacío destinado a una evocación estremecida y desgarradora.  Como balance y espejo de ese vacío sus imágenes corporales sensuales, grotescas, fragmentadas y muchas veces sexualmente ambiguas, son especialmente memorables y muestran múltiples aspectos escultóricos que se concentran en los objetos y en su rastro como un medio para definir el cuerpo y su orientación en un espacio determinado. Basta con recordar el poste de madera puesto en vertical y perforado por unos agujeros con clavos pegados, las manos con las palmas abiertas, plegaria imborrable, sempiterna o la esfinge sin cabeza con garras y pechos múltiples. Tan múltiples como las patas de sus arañas y su arquitectura de cáscara de nautilus. Porque como el nautilus (que a medida que crece va añadiendo una nueva y más amplia cámara para su cáscara curva, quedando las cámaras más antiguas como un registro de su historia), la obra de Bourgeois conserva su identidad sin haber eliminado nunca la cáscara de su pasado. Por eso, ver sus obras o verla a ella llevando en brazos a sus esculturas, sacándose fotos al lado de ella -como lo hizo con “Fillette” (1968) un gran falo hecho en  látex, ella y el falo ambos como obra-, sonriendo, provocando, es ver ese espacio vacío que durante mucho tiempo estuvo esperándola en  los museos.
    La anciana miedosa y reveladora, artista emblemática del siglo XX, murió el 31 de mayo de 2010, en Manhattan, a los 98 años. “Pero sé que/entenderás, mi estatua,/porque no hace/ningún ruido, no te/molesta, no huele/mal, no es/posible que te moleste/o te ofenda./Si hago una dos, tres,/cuatro estatuas en una/serie es porque debo/repetirme  a mí misma, estar/segura de que mi mensaje/te llega, si quieres/diez de ellas entonces haré diez, cien/al infinito no me cansaré/jamás  tendremos una acumulación de/estatuas como los granos/de arena en la playa.” (“Arena de verdad, esa que pisan los camellos, diría Osvaldo Lamborghini”).

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  • Título: Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Autor:
    Fecha: 09/03/2011
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    La obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis.
    Por primera vez en la Argentina un panorama completo a través de 87 obras -dibujos, objetos, pinturas, esculturas e instalaciones- de la artista franco-norteamericana Louise Bourgeois, nacida en París en 1911 y fallecida recientemente, a los 98 años, en Nueva York.

    Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada por el Studio Louise Bourgeois de Nueva York, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y la Fundación Proa, la muestra vincula la obra de la artista con algunos de los conceptos más importantes del psicoanálisis. En palabras del curador, el modo en el que la artista encuentra “equivalentes plásticos” de “estados psicológicos”: “Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra”.

    Fantasma del padre, ecos de la infancia, imaginario autobiográfico, el ser madre, la histeria, ejes, temas, reflexiones, escritos presentes en la exhibición que abarca 60 años de producción artística, en un recorrido integral de una de las artistas más destacadas, inclasificables y notables del siglo.

    Philip Larratt-Smith
    Más que ningún otro artista del siglo veinte, Louise Bourgeois (1911 – 2010) ha producido una obra que se vincula de modo consistente y profundo con la teoría y la práctica psicoanalíticas.
    Puede que los surrealistas hayan encontrado una vía de accesso a la imaginería del sueño y que la espontaneidad del gesto de los expresionistas abstractos esté ligada al inconsciente, pero el arte de Bourgeois permite comprender de un modo privilegiado la conexión entre el proceso creativo y su función catártica. En su conjunto, el arte y los escritos de Bourgeois representan una contribución original a la investigación psicoanalítica sobre la formación del símbolo, el inconsciente, la cura por la palabra, la historia familiar, la identificación materna y paterna, y el cuerpo fragmentado. A través de la exploración de materiales, formas y procesos escultóricos,
    Bourgeois encuentra equivalentes plásticos de los estados psicológicos y los mecanismos del miedo, la ambivalencia, la compulsión, la culpa, la agresión y el retraimiento.
    Hacer arte era para Bourgeois una “forma de psicoanálisis”, y encontraba allí una vía de acceso directo al inconsciente. A su juicio, el artista, privado de poder en la vida cotidiana, posee el don de la sublimación y se vuelve por tanto omnipotente durante el acto creativo. Pero el artista es también una suerte de atormentado Sísifo, condenado a repetir el trauma infinitamente a través de la producción artística. El proceso creativo es así una forma de exorcismo, un modo de moderar las tensiones y la agresión, y un acto de catarsis. Es también, como el psicoanálisis, una fuente de autoconocimiento. O como Bourgeois solía decir: “El arte es garantía de cordura”.
     

    La carrera de Bourgeois en Nueva York comenzó con dos muestras individuales de pintura en 1945 y 1947, seguidas de tres muestras de escultura en madera e instalaciones ambientales en 1949, 1950 y 1953. No volvería a exponer individualmente hasta 1964, cuando presentó un innovador conjunto de esculturas abstractas en la famosa Stable Gallery de Nueva York. Estas figuras seminales de yeso, goma y látex fueron incluidas en la célebre muestra de Lucy Lippard “Abstracción excéntrica”, exhibida en la Fischbach Gallery de Nueva York en 1966, junto con obras de Bruce Nauman y Eva Hesse. Pero mientras Nauman y Hesse llegaron a las formas postminimalistas a través de la filosofía y el conceptualismo, la evolución de Bourgeois deriva de y se inspira en su propia experiencia psicoanalítica.
    Bourgeois empezó a psicoanalizarse con el Dr. Leonard Cammer en 1951, año de la muerte de su padre. En 1952 comenzó su terapia con Henry Lowenfeld. Nacido en Berlín en 1900, discípulo de Freud en Viena, Lowenfeld emigró a Nueva York el mismo año que Bourgeois (1938), se convirtió en miembro destacado de la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York y publicó numerosos trabajos. Bourgeois se psicoanalizó con él hasta principios de los ochenta. En los cincuenta, durante un período de retraimiento y depresión, no sólo se analizó sino que se sumergió en la lectura de textos psicoanalíticos de Sigmund Freud a Erik Erikson, Anna Freud, Melanie Klein, Heinz Kohut, Susanne Langer, Otto Rank, Wilhelm Reich y Wilhelm Steke.
    Poco antes de la retrospectiva organizada por la Tate Modern en 2007, en la casa de Bourgeois se encontraron dos cajas de escritos y otras dos en 2010. Este material, hasta ahora inédito, permite ampliar y enriquecer nuestra comprensión del desarrollo artístico de Bourgeois y completar el recorrido que ofrecen sus copiosos diarios y notas de trabajo. Por su calidad literaria e importancia histórica, puede compararse a los diarios de Eugène Delacroix y las cartas de Vincent van Gogh. Constituye una obra complementaria que da cuenta de su vida psíquica y el legado del pasado. En estos documentos Bourgeois registra y analiza sus sueños, sus emociones y angustias, y sobre todo, sus sentimientos conflictivos respecto de cómo ser a la vez artista, madre y esposa. La relaciones entre sentimiento, pensamiento y proceso escultórico se esbozan allí con claridad. Los escritos, como la obra escultórica, representan además una crítica a la teoría psicoanalítica en su relación con la sexualidad femenina y la identidad. Iluminan a la vez su transición desde las obras figurativas de su período expresionista abstracto hasta las piezas abstractas que abrieron el camino al postminimalismo, y permiten apreciar cómo su relación con el psicoanálisis continuó siendo productiva hasta el final de su vida.
     
    El retorno de lo reprimido será el primer análisis profundo de la relación entre psicoanálisis y arte en la obra de Bourgeois. La muestra incluye dibujos, pinturas y esculturas, así como una importante selección de sus diarios. El amplio espectro de las obras exhibidas se extiende desde las pinturas Femme Maison de fines de los 1940, hasta obras en tela y las acuarelas rojas de 2009. La monumental escultura de exterior Maman (1999), una oda a su madre, se instalará frente a la Fundación. Todas las obras han sido elegidas para destacar la persistente presencia del psicoanálisis como fuerza inspiradora y espacio de exploración en su vida y su obra. Acompañará la muestra una publicación en dos volúmenes editada por Philip Larratt- Smith. El primero estará dedicado a los escritos inéditos de la artista, mientras que el segundo incluirá colaboraciones de reconocidos historiadores del arte y psicoanalistas. Entre los colaboradores se cuentan Larratt-Smith, Elisabeth Bronfen, Donald Kuspit, Juliet Mitchell, Mignon Nixon, Meg Harris Williams, y Paul Verhaeghe & Julie de Ganck.

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  • Título: Marzo de exposiciones
    Autor:
    Fecha: 09/03/2011
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    A partir del 19 de marzo y hasta el 19 de julio.

     

    Con la colaboración del Studio Louise Bourgeois, el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, se presenta esta muestra itinerante que reunirá alrededor de setenta y cinco obras de esta importante escultora franco-estadounidense fallecida en el año 2010. El curador de la muestra Philip Larratt-Smith menciona que será “el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte”. El catálogo incluirá textos de especialistas sobre sus obras y un libro con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.



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  • Título: Louise Bourgeois en Proa: el retorno de lo reprimido
    Autor:
    Fecha: 08/03/2011
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    Ver nota original (Blog Rayo Verde.)

    A partir del sábado 19 de marzo

    Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido
    Curador: Philip Larratt-Smith
    Organización: Louise Bourgeois Studio, Nueva York Instituto Tomie Ohtake, San Pablo Fundación Proa, Buenos Aires Con el auspicio de Tenaris/Organización Techint

    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra.

    Para entender la obra de esta artista nada mejor que la fotografía que ilustra su escultura, notablemente producida por Raimon Ramis.

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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed.
    Autor: Art Calendr.
    Fecha: 03/03/2011
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    A retrospective on artist Louise Bourgeois exhibited in Argentina for the first time

    This exhibition includes over seventy-five works from all of Louise Bourgeois's diverse periods of production, including installations, sculptures, objects and her famous work 'Maman'.  This show constitutes the first in-depth analysis of her relationship with psychoanalysis and art.

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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed.
    Autor:
    Fecha: 02/03/2011
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    Ver nota original ( British Airways.)

    A major solo exhibition of the late Louise Bourgeois' work, The Return of the Repressed, starts its South American tour at Buenos Aires' cutting-edge Fundación Proa. Born in Paris in 1911, Bourgeois was based in New York until her death.

    ARCH HYSTERIA, Louise Bourgeois, 1993. Bronze, polished patina, hanging piece. Photo by Allan Finkelman, © Louise Bourgeois TrustShe worked "in dialogue" with most of the 20th century's pivotal international avant-garde artistic movements, from Surrealism to Conceptual art, but always remained apart, powerfully inventive and often at the forefront of contemporary art.

    Renowned for her highly autobiographical works, exploring often dark and painful secrets from her past, Bourgeois is best known for her "Cells" and "Spiders". Crouching Spider is an immense, towering arachnid sculpted in bronze.

    The Return of the Repressed moves to São Paolo's Instituto Tomie Ohtake and on to Rio de Janeiro's Museu de Arte Moderna.

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  • Título: Maman de Louise Bourgeois llega a la vereda de Proa
    Autor:
    Fecha: 01/03/2011
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    Ver nota original (Kunst in Argentinien)

    La obra monumental prologará la exhibición “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”

    Instalada en la explanada de Proa, la monumental y emblemática araña “Maman” (1999) prologará la exhibición “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”, curada por Philip Larratt-Smith, que se inaugurará el 19 de marzo. Así, Proa ubicará en el espacio público una obra capital de la artista (1911-2010), como ya lo hicieron la Tate Gallery de Londres (2007), el Museo Guggenheim de Nueva York (2008) y, antes, el Guggenheim de Bilbao (1999).

    Bourgeois escribió: “La Araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre”.

    Hecha en acero inoxidable, bronce y mármol, la artista franco norteamericana concibió esta araña como representación del poder de su madre: hilar, tejer, cuidar, dar protección. “Maman” es la mayor de la serie de esculturas de arañas, pesa 22.000 kilos, tiene 9 metros de alto y 10 de ancho y ya viaja en barco a la Argentina.

    Luego de pasar por Buenos Aires, “Maman” acompañará la itinerancia de la exhibición “Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido” y será presentada en el Museu de Arte Moderna (MAM) de Río de Janeiro.

    Fundación Proa concibe su explanada como espacio expositivo. En este caso, “Maman” dialogará con el público, introduciendo el universo de la artista e interactuando con los talleres que dicta el “Centro Cultural Nómade”, el container educativo diseñado por el dúo de arquitectos “a77″, que desde enero suma cientos de asistentes cada fin de semana.

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  • Título: Bourgeois en la Argentina
    Autor:
    Fecha: 25/02/2011
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    Ver nota original (País 24)

    La Fundación Proa inaugurará en marzo, la exposición “Louise Bourgeois, el retorno de lo reprimido”.

    Una retrospectiva de la autora, en el Centre Pompidou de París, donde se exhibe una de sus características arañas gigantes.] (3quarksdaily.com) Una retrospectiva de la autora, en el Centre Pompidou de París, donde se exhibe una de sus características arañas gigantes.
    Mundialmente famosa, Bourgeois fue una escultora fuertemente subjetiva, de tendencia figurativa, que utilizaba algunos materiales nobles pero, sobre todo, muy expresivos y dramáticos. Sus temas son la memoria, el dolor y las relaciones familiares complejas.

    Fue a partir de sus 70 años, en 1982, cuando esta artista saltó a la fama, la que le duró hasta el año pasado, cuando falleció en Nueva York a los 98 años.

    Traerla por primera vez a la Argentina (y a Sudamérica) no es tema menor: sus esculturas son inmensas, pesadísimas, muy costosas y ni el traslado ni los permisos son tarea fácil.

    Louise Caroline Bourgeois (nacida en París en 1911) fue una reconocida escultora y artista francesa naturalizada estadounidense en 1955. Trabajó con Fernand Léger antes de instalarse en Nueva York. Tuvo de profesores a artistas como Paul Colin, Cassandre o el mismo Fernand Léger. Bourgeois abrió una vía muy vanguardista del arte contemporáneo. Sus esculturas monumentales de arañas, construcciones oníricas, son uno de los ejemplos más conocidos.

    En el 2003 le fue concedido el Premio de la Fundación Wolf de las Artes de Jerusalén, en 1997 el "Lifetime Achievement in Contemporary Sculpture Award, International Sculpture Center, Hamilton, NJ, USA. y la Medalla Nacional de las Artes. En 2008 le fue entregada la condecoración de la Legión de Honor del gobierno francés.

    Fuente: Diario Cultura 

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  • Título: Bourgeois en la Argentina
    Autor:
    Fecha: 25/02/2011
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    Ver nota original ( Diario Cultura )

    La Fundación Proa inaugurará en marzo, la exposición “Louise Bourgeois, el retorno de lo reprimido”.

    Una retrospectiva de la autora, en el Centre Pompidou de París, donde se exhibe una de sus características arañas gigantes.] (3quarksdaily.com) Una retrospectiva de la autora, en el Centre Pompidou de París, donde se exhibe una de sus características arañas gigantes.
    Mundialmente famosa, Bourgeois fue una escultora fuertemente subjetiva, de tendencia figurativa, que utilizaba algunos materiales nobles pero, sobre todo, muy expresivos y dramáticos. Sus temas son la memoria, el dolor y las relaciones familiares complejas.

    Fue a partir de sus 70 años, en 1982, cuando esta artista saltó a la fama, la que le duró hasta el año pasado, cuando falleció en Nueva York a los 98 años.

    Traerla por primera vez a la Argentina (y a Sudamérica) no es tema menor: sus esculturas son inmensas, pesadísimas, muy costosas y ni el traslado ni los permisos son tarea fácil.

    Louise Caroline Bourgeois (nacida en París en 1911) fue una reconocida escultora y artista francesa naturalizada estadounidense en 1955. Trabajó con Fernand Léger antes de instalarse en Nueva York. Tuvo de profesores a artistas como Paul Colin, Cassandre o el mismo Fernand Léger. Bourgeois abrió una vía muy vanguardista del arte contemporáneo. Sus esculturas monumentales de arañas, construcciones oníricas, son uno de los ejemplos más conocidos.

    En el 2003 le fue concedido el Premio de la Fundación Wolf de las Artes de Jerusalén, en 1997 el "Lifetime Achievement in Contemporary Sculpture Award, International Sculpture Center, Hamilton, NJ, USA. y la Medalla Nacional de las Artes. En 2008 le fue entregada la condecoración de la Legión de Honor del gobierno francés.

    Fuente: Diario Cultura 

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  • Título: Arte 2011: De Córdoba a Ushuaia y de la gran Bourgeois a los cinéticos
    Autor:
    Fecha: 23/02/2011
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    Ver nota original (Asociación Amigos de la Recoleta. )

    El 2011 se viene cargado  de arte para todo el país. Los principales museos y fundaciones estarán inundados de exposiciones, muchas de ellas muy buenas. En marzo mismo inaugura el que promete ser el plato fuerte del año: la retrospectiva de la famosísima escultora francesa Louise Bourgeois en la Fundación Proa.

    El arte cinético, el óptico, el arte mexicano, el francés, el latino de América del Norte y, sobre todo, el bien argentino, tienen puntos muy altos. Aquí, algunos hits de la programación artística que se viene:  En  la primer parte del año podrá visitarse la muestra del gran fotógrafo francés Robert Doisneau en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta . Autodidacta, se hizo famoso por sus fotografías en blanco y negro de personas paseando por  los distintos barrios de París y Gentilly en los años 50. Es especialmente conocida su foto El beso del hotel de Ville , mundialmente repoducida de todas las formas posibles y en todo tipo de objetos (tazas, alfombras, posters, cuadernos …) Seguramente usted tiene en su casa una copia de esta obra.

    Más adelante, en el mismo centro cultural se expondrán las muestras individuales de Juan Doffo, Duilio Pierri y Pablo Siquier durante los meses de mayo, septiembre y octubre, respectivamente y la de Eduardo Stupía, entre otros pesos pesados del arte nacional.

    En la primera mitad del año podrá verse la exposición de Fotografía mexicana en el Museo Nacional de Bellas Artes de la ciudad de Neuquén . Organizada en conjunto por esa institución y el famoso Centro de la Imagen de México, se mostrarán más de cien obras de los reconocidos Flor Garduño, Pablo Ortiz Monasterio y Cristina Kahlo.

    El mismo museo prepara para el mes de octubre una muestra antológica del maestro Gyula Kosice , durante la que también se emplazará una obra realizada y donada por el artista para la ocasión, en la plaza frente al  museo neuquino.
    Otra donación, esta vez de un mural grande del pintor y dibujante Pat Andrea , podrá verse a partir de marzo, instalado definitivamente sobre una de las paredes interiores del Museo de Arte del Tigre (MAT).


    Mientras tanto, el Museo Caraffa de la ciudad de Córdoba expondrá en la segunda mitad del año las muestras individuales del reconocido pintor porteño Pablo de Monte; del fotógrafo –ya más argentino que suizo- Gian Paolo Minelli; la retrospectiva del escultor Enio Iommi (esa que pudo verse el año pasado en el C. C. Recoleta); y una joyita internacional: la muestra de Artistas populares de México con la gráfica popular de ese país.

    El año se cerrará en este museo cordobés con  las nuevas pinturas de Carlos Alonso sobre el norte argentino, su serie más reciente.

    La porteña Fundación Alon apostará durante el 2011 a exhibiciones de artistas argentinos contemporáneos, rompiendo con su costumbre de exhibir sobre todo a los grandes maestros. Karim Makarius, Norma Bessouet y Eduardo Iglesias Brickles serán algunos de los expositores. Y Alon está en tratativas para llevar una gran muestra de Policastro al museo Eduardo Sívori de Palermo.
    En Junio podrá verse, también en Buenos Aires, la exposición Arte Latino en los Estados Unidos en la Fundación OSDE . Serán más de ochenta obras que darán cuenta de la construcción de la identidad latina en el país norteamericano. Está organizada junto al Smithsonian Latino Center de Washington y cuenta con la colaboración de la Embajada de los Estados Unidos en la Argentina.

    En la misma fundación durante septiembre, se expondrá la retrospectiva del gran escultor argentino Norberto Gómez . Se llamará  “De héroes, monstruos y monstruosidades” y será curada por Ana María Battistozzi.

    A fin de año, la misma institución expondrá Las cosas del creer: estética y religiosidad en Alfredo Gramajo , más de setenta obras organizadas alrededor de los ejes temáticos “fiestas”, “devociones y ritos”, “rostros” y “paisajes”.
      Habrá otra muestra a manera de retrospectiva que se realizará durante el mes de mayo en el Palais de Glace ; es la de Carmelo Arden Quinn . Es uno de los principales representantes del movimiento Madí y sus obras se exhibirán junto a las de otros artistas madíes.

    Donde el año reserva un par de delikatessen es en el Museo Nacional de Bellas Artes . Será fundamental la muestra de Arte cinético y óptico que se realizará en octubre. “Es la primera vez que se mostrará de una manera tan completa  ese tipo de arte de nuestro país”, explica su curadora, María José Herrera. Contará con obras de Le Parc, Marta Boto, García Rossi, Yvaral, Stein, Sobrino, Eduardo Rodríguez, Silva, Tomasello, Polesello, Ary Brizzi, Vidal, Mac Entyre y Espinosa.

    Claridad: la vanguardia en lucha, 1920- 1940 es el título de la exposición que se podrá ver también en ese mismo museo durante agosto. Curada por el diplomático Sergio Baur (quien en el 2010 realizó en la misma institución la exposición sobre la revista “Martín Fierro”), esta vez el tema será la revista Claridad y los artistas e intelectuales del grupo de Boedo.

    El toque internacional orientado al arte tecnológico estará presente durante julio en la exhibición de las preciosas obras del californiano Jim Campbell, en el Espacio de la Fundación Telefónica . En el mismo lugar se inaugurará, durante marzo, el Minuphone de Marta Minujín , recontrucción y aggiornamiento de una pieza histórica.

    Pero el 2011 será también un año de grandes cumpleaños, ya que el Malba festejará diez años de existencia y planea hacerlo con una muestra que expondrá  partes de su colección no exhibidas habitualmente; y el Salón Nacional de Artes Visuales cumplirá cien años y los festejará con Cien x cien , un recorrido a través de cien obras de grandes maestros nacionales que han sido premiados en el Salón.

    El año artísticose viene con todo y no sólo en Buenos Aires. Valdrá la pena hacerse lugar en la agenda para aprovecharlo al máximo.

    Fuente Diario CLARIN: http://www.clarin.com/sociedad/Arte-Cordoba-Ushuaia-Bourgeois-cineticos_0_413958637.html

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  • Título: Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 22/02/2011
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    Ver nota original (Ámbito Financiero)

    El 19 de marzo es el día de la muestra más esperada del año, «Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido» en Fundación Proa. La muestra estará acompañada por la edición de dos volúmenes especiales sobre la obra, la escritura y el pensamiento de la artista franco-norteamericana.

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  • Título: Una araña gigante en La Boca, el nuevo trabajo de Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 20/02/2011
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    Ver nota original (GaceMail)

    Créase o no, ya está en camino la gigantesca araña de la escultora francesa Louise Bourgeois, que será exhibida en la explanada de la Fundación Proa, en la Vuelta de Rocha, a partir del 10 de marzo.

    Un operativo sin precedente permitirá ver por primera vez en América del Sur esta pieza descomunal procedente del estudio de la artista en Nueva York. Por sus medidas fuera de serie -9 metros de altura por 10 de diámetro- el insecto de acero viaja en barco y llegará a La Boca para prologar la gran muestra que la Fundación Proa, por iniciativa de Adriana Rosenberg y con la curaduría de Philip Larratt, consagrará a la mayor escultora francesa del siglo XX. Pionera, iconoclasta y longeva, Louise Bourgeois murió el año último en Nueva York, a los 98 años.

    Los porteños compartirán con vascos, londinenses y neoyorquinos el privilegio de contemplar a metros de Caminito la obra que fue exhibida, en 1999, en el Guggenheim de Bilbao; en 2007, en el Turbine Hall de la Tate Modern, de Londres, y, en 2008, en la explanada del Centro George Pompidou, de París. La araña de esta historia itinerante se llama Maman y simboliza la trama familiar. Una saga de desencuentros tejida entre el poder y la represión.

    Por: Alicia de Arteaga
    Fuente: La Nación
    Más información: www.lanación.com.ar

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  • Título: Una araña gigante en La Boca, el nuevo trabajo de Louise Bourgeois
    Autor:
    Fecha: 20/02/2011
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    Ver nota original (Alto Foro)

    Créase o no, ya está en camino la gigantesca araña de la escultora francesa Louise Bourgeois, que será exhibida en la explanada de la Fundación Proa, en la Vuelta de Rocha, a partir del 10 de marzo.

    Un operativo sin precedente permitirá ver por primera vez en América del Sur esta pieza descomunal procedente del estudio de la artista en Nueva York. Por sus medidas fuera de serie -9 metros de altura por 10 de diámetro- el insecto de acero viaja en barco y llegará a La Boca para prologar la gran muestra que la Fundación Proa, por iniciativa de Adriana Rosenberg y con la curaduría de Philip Larratt, consagrará a la mayor escultora francesa del siglo XX. Pionera, iconoclasta y longeva, Louise Bourgeois murió el año último en Nueva York, a los 98 años.

    Los porteños compartirán con vascos, londinenses y neoyorquinos el privilegio de contemplar a metros de Caminito la obra que fue exhibida, en 1999, en el Guggenheim de Bilbao; en 2007, en el Turbine Hall de la Tate Modern, de Londres, y, en 2008, en la explanada del Centro George Pompidou, de París. La araña de esta historia itinerante se llama Maman y simboliza la trama familiar. Una saga de desencuentros tejida entre el poder y la represión.

    Por: Alicia de Arteaga
    Fuente: La Nación
    Más información: www.lanación.com.ar

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  • Título: Una araña gigante en La Boca
    Autor: Alicia De Arteaga
    Fecha: 19/02/2011
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    Ver nota original (La Nación)

    Créase o no, ya está en camino la gigantesca araña de la escultora francesa Louise Bourgeois, que será exhibida en la explanada de la Fundación Proa, en la Vuelta de Rocha, a partir del 10 de marzo.

    Un operativo sin precedente permitirá ver por primera vez en América del Sur esta pieza descomunal procedente del estudio de la artista en Nueva York. Por sus medidas fuera de serie -9 metros de altura por 10 de diámetro- el insecto de acero viaja en barco y llegará a La Boca para prologar la gran muestra que la Fundación Proa, por iniciativa de Adriana Rosenberg y con la curaduría de Philip Larratt, consagrará a la mayor escultora francesa del siglo XX. Pionera, iconoclasta y longeva, Louise Bourgeois murió el año último en Nueva York, a los 98 años.

    Los porteños compartirán con vascos, londinenses y neoyorquinos el privilegio de contemplar a metros de Caminito la obra que fue exhibida, en 1999, en el Guggenheim de Bilbao; en 2007, en el Turbine Hall de la Tate Modern, de Londres, y, en 2008, en la explanada del Centro George Pompidou, de París. La araña de esta historia itinerante se llama Maman y simboliza la trama familiar. Una saga de desencuentros tejida entre el poder y la represión.

    Por: Alicia de Arteaga
     

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  • Título: Una araña de la escultora Louise Bourgeois rumbo a La Boca, Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 13/02/2011
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    Ver nota original (Thoughts on Architecture and Urbanism)

    Nota de Alicia de Arteaga para La Nación:
    Créase o no, ya está en camino la gigantesca araña de la escultora francesa Louise Bourgeois, que será exhibida en la explanada de la Fundación Proa, en la Vuelta de Rocha, a partir del 10 de marzo. Un operativo sin precedente permitirá ver por primera vez en América del Sur esta pieza descomunal procedente del estudio de la artista en Nueva York. Por sus medidas fuera de serie -9 metros de altura por 10 de diámetro- el insecto de acero viaja en barco y llegará a La Boca para prologar la gran muestra que la Fundación Proa, por iniciativa de Adriana Rosenberg y con la curaduría de Philip Larratt, consagrará a la mayor escultora francesa del siglo XX. Pionera, iconoclasta y longeva, Louise Bourgeois murió el año último en Nueva York, a los 98 años. Los porteños compartirán con vascos, londinenses y neoyorquinos el privilegio de contemplar a metros de Caminito la obra que fue exhibida, en 1999, en el Guggenheim de Bilbao; en 2007, en el Turbine Hall de la Tate Modern, de Londres, y, en 2008, en la explanada del Centro George Pompidou, de París. La araña de esta historia itinerante se llama Maman y simboliza la trama familiar. Una saga de desencuentros tejida entre el poder y la represión.

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  • Título: Calendario con futuro
    Autor: Albino Dieguez Videla
    Fecha: 13/02/2011
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    Ver nota original (La Prensa.)

    Los espacios culturales de la ciudad calientan motores para la largada del calendario artístico de este año donde se destacan los aniversarios de arteBA y Malba, las esculturas de Louise Bourgeois en Proa, las fotos del genial Robert Doisneau en el Recoleta y una gran muestra de arte cinético en el Museo de Bellas Artes.

    En tren de festejos, el Malba celebra sus diez años con más obras de la colección permanente en más salas -donde destacan Tarsila do Amaral, Frida Kahlo, Diego Rivera, Xul Solar y Antonio Berni-, y presentará un muestrario de todo lo ocurrido en este tiempo, a través de material gráfico y en formato audiovisual.

    COMO UN DEBUT

    Por primera vez en la Argentina, se exhibirán las esculturas de la francesa Louise Bourgeois (1911-2010) -de marzo a julio en ña Fundación Proa- obras monumentales de arañas, oníricas y surrealistas, que llegan al país bajo el título "El Retorno de lo Reprimido".

     Se exhibirán cerca de 75 obras de los diversos períodos de su producción -entre instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas "Mamá"- en una visión retrospectiva curada por el crítico Philip Larratt Smith, quien ya estuvo en ña Argentina como curador de la mega convocante exposición de Andy Warhol en el Malba.

    La vigésima edición de la feria de arte contemporáneo arteBA, uno de los encuentros más emblemáticos del Cono Sur, promete una gran convocatoria -del 19 al 23 de mayo en La Rural-, con la incorporación este año de "U-Turn Project Rooms", una sección de galerías internacionales para acercar lo mejor del arte contemporáneo.

    ARTE CINETICO

    De gran impacto visual será sin duda la muestra Arte cinéicoö que planea para octubre el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se reconstruirá la exposición histórica La inestabilidad (1964), con obras de Julio Le Parc, Víctor Vasarely y Jesús Rafael Soto, curada por María José Herrera. 

    En su rica y variada programación, el Centro Cultural Recoleta exhibirá en mayo en la sala Cronopios una muestra del genial francés Robert Doisneau (1912-1994), mientras que en julio reunirá a Juan Doffo, cuya obra se centra en paisajes de su Mechita natal (provincia de Buenos Aires); y en octubre a Pablo Siquier, uno de los grandes artistas argentinos surgidos en el 80.

    MIRANDO AL SUR

    Se destacan también Arte latino en Estados Unidos desde junio en Espacio de Arte de la Fundación Osde, un proyecto organizado junto con el Smithsonian Latino Center del Complejo Museográfico Smithsonian de Washington, con 80 obras que dan cuenta de la construcción de la identidad latina en los Estados Unidos, y de sus acuerdos y tensiones con la cultura mayoritaria. 

    Además, en ese mismo espacio de la calle Suipacha 658 se verá a fines de 2011 (entre noviembre y diciembre) Religiosidades contemporáneas, que pone en exhibición el modo en que el arte contemporáneo da cuenta de algunos rituales, como el del Gauchito Gil o la Difunta Correa, a través de obras de Marcos López, Víctor Quiroga, Miguel Ronsino y otros.

    La reciente reapertura en San Telmo del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), la feria especializada Buenos Aires Photo (del 25 al 30 de octubre), la Semana del Arte (del 25 de septiembre al 1 de octubre) y los tradicionales Gallery Nights, el ultimo viernes de cada mes en distintos barrios porteños, se suman a este efervescente mapa cultural.



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  • Título: La recomposición del pasado
    Autor:
    Fecha: 12/02/2011
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    Ver nota original ( La maja descalza)

    En marzo, y por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva en donde se mostrarán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción. La muestra se realiza en la Fundación PROA.

     

    Sarah Thornton*.- Louise Bourgeois hizo arte casi hasta el día de su muerte el 31 de mayo de 2010. Tenía noventa y nueve años. Bourgeois tuvo su primera gran muestra retrospectiva en el Museum of Modern Art de Nueva York en 1982. En ese momento tenía setenta y un años. Algunos pueden haberlo interpretado como un indicio de que era momento de retirarse. Pero Bourgeois comenzó a producir sus trabajos más ambiciosos -enormes esculturas arácnidas e instalaciones oníricas que llamaba “celdas”- a partir de los ochenta y tantos años. En la vejez tuvo problemas de movilidad, pero se mantuvo lúcida. Su voluntad de hierro era legendaria.
    “Sin duda Louise tenía la necesidad psicológica de trabajar”, explica Jerry Gorovoy, que fue su principal asistente durante treinta años. “Necesitaba registrar lo que sentía. Trabajaba para entender los orígenes de su ansiedad, para calmarse, para reparar o aliviar la culpa.” Gorovoy, un hippie elegante egresado de una escuela de arte, se encuentra en la casa de Bourgeois de West 20th Street en Chelsea, Nueva York. “La realidad es que no está aquí”, dice. “Todavía me parece increíble.” Cuaderno en mano, un tasador entra a la habitación. Su legado está en proceso de dividirse entre la familia y la fundación, a la que le correspondió esta casa, así como también la de al lado. Aún no se ha tomado ninguna decisión, pero lo más probable es que las casas urbanas se conviertan en un archivo y centro de investigación para estudiosos de Bourgeois.
    La casa de Bourgeois era por completo utilitaria. Cuando la artista y su esposo, Robert Goldwater, un historiador del arte, se mudaron a la casa alta y angosta de ladrillo marrón en 1962, ésta tenía un living en la parte trasera de la planta baja. Cuando murió Goldwater, en 1973, ese ambiente se convirtió en un taller-oficina abarrotado y caótico.
    Hace diez años la artista dejó de concurrir de forma regular a su taller de Brooklyn y empezó a pasar la mayor parte de su tiempo en esa habitación, donde se sentaba ante una mesa cuadrada de madera de espaldas a la cocina. A la izquierda de la mesa hay una confusión de pinturas, pinceles, lapiceras y lápices bajo una enorme cartelera cubierta de recortes y fotografías. A la derecha, libros y archivos se elevan detrás de una caprichosa colección de sillas antiguas. En sus últimos años, Bourgeois dormía a muy pocos metros de ahí, en una habitación de asceta con luz fluorescente en el techo y números de teléfono importantes escritos en la pared con grandes caracteres en marcador negro. Los únicos rastros de lujo son los aros de oro que aparecen en tantos retratos de la artista, los cuales se encuentran sobre una manta, casi como si se los hubiera acabado de sacar para dormir. “Toda la casa era un taller”, explica Gorovoy. “A Louise no le gustaba la vida doméstica.”
    En sus últimos años, Bourgeois encontró un proyecto artístico que le generaba una atracción patológica. La artista tenía fobia a deshacerse de cosas, de modo que acumuló armarios llenos de ropa -suya, de su esposo y de sus hijos (tuvo tres, de los cuales dos siguen con vida)-, así como manteles viejos y otros artículos. Empezó a incorporar prendas completas a su trabajo. Un año después comenzó a cortar la ropa, transformándola en las esculturas y collages que llamaba “dibujos en tela”. “Louise siempre decía que partía de una emoción, no de un concepto”, explica Gorovoy. “La ropa tiene recuerdos e historia. Ella quería procesar todo eso. Nunca mencionaba la palabra ‘muerte’, pero debe haber sentido que el reloj avanzaba.”
    En el sótano de la casa, en una mesa ubicada junto a una taladradora hidráulica y una máquina estampadora de sesenta años, Mercedes Katz termina la costura a mano de una pieza de Bourgeois que representa un reloj. Katz, una elaborada costurera argentina que alguna vez trabajó para Oscar de la Renta, contestó un aviso publicado en Women’s Wear Daily en octubre de 1999. Se convirtió en la principal asistente de Bourgeois -y, con frecuencia, la única- para las piezas de tela. Trabajaba seis días por semana de 11 a 19, si bien en los últimos tiempos lo hacía de 10 a 17.
    Trabajar en su casa con una costurera debe de haberle resultado natural y satisfactorio a Bourgeois. El padre de la artista se dedicaba a la reparación de tapices, de modo que Bourgeois creció rodeada de grupos de mujeres que cosían y tejían bajo la dirección de su madre. Bourgeois siempre evitó tener asistentes que fueran artistas y prefería trabajar con artesanos hábiles que no interfirieran con sus ideas.
    El selectivo mundo social de Bourgeois puede haber ensanchado su productividad. Como tenía características agorafóbicas, la artista dejó de asistir a sus propias inauguraciones. “Estaba cansada del mundo artístico de Nueva York”, señala Gorovoy. “A Louise le interesaba la pieza en la que trabajaba en ese momento. Le gustaba tener concentración y silencio.” Los domingos, sin embargo, Bourgeois alternaba con otros como anfitriona en salones a los que concurría gente que siempre era mucho menor que ella. “Los salones eran como una terapia de grupo”, explica Gorovoy. “Poetas, músicos y curadores terminaban peleando y llorando. Todo era cuestión de suerte, ya que nadie sabía quién iba a estar presente.”
    De todos los factores que contribuyeron a la longevidad de la creatividad de Bourgeois, tal vez el más determinante haya sido la inteligente lealtad de Gorovoy. El biógrafo de Bourgeois, Robert Storr (cuyo libro, Geometrías íntimas, se publicará el año próximo), destaca la importancia de la “presencia multifacética” de Gorovoy en la “motivación para seguir adelante” de la artista. Bourgeois se psicoanalizó desde 1951 hasta 1966 y siguió viendo a su terapeuta de forma periódica hasta 1980, el año en que Gorovoy empezó a trabajar para ella. “Cuando se está en el fondo de un pozo”, dijo una vez Bourgeois, “se mira alrededor y se dice: ‘¿Quién me va a sacar?’ En este caso, llegó Jerry y me ofreció una cuerda.”
    “Hicimos un trato”, dice Gorovoy. “Louise trabajaba y yo me ocupaba de todo lo demás.” Cuando Gorovoy se iniciaba como curador, antes de trabajar para Bourgeois, incorporó el trabajo de ésta a una muestra grupal. El curador del MoMA se interesó y organizó luego la retrospectiva. Una vez que empezó a trabajar para la artista, Gorovoy se ocupó de la coordinación con fundiciones, galeristas, curadores y críticos. “Mi misión era conseguir que la gente viera su trabajo, ya que me parecía que era muy importante”, explica. Esa división del trabajo en ocasiones generaba discusiones. “Tuvimos nuestras peleas. Me acusaba de presionarla. Me decía: ‘Eres tú el que quiere la muestra, Jerry. Yo no la quiero. ¡Lo voy a hacer por ti, pero no lo necesito!’” A Bourgeois le gustaba la notoriedad, pero no la distracción ni el hecho de que las exposiciones alejaran a Gorovoy de su lado.
    La vida laboral de Gorovoy está dedicada a la vida laboral de Bourgeois. ¿Por qué? “Pasaba un día, luego otro y después una semana”, dice. “Nunca dejé de aprender de Louise. Nunca logré reunir todas las piezas del rompecabezas. Ella sigue siendo un misterio para mí.” Suspira y agrega: “Louise era un ser humano poco común, una persona asombrosa, complicada.”
    Traducción: Joaquin Ibarburu.
    *Sarah Thornton es Licenciada en Historia del Arte y Doctora en Sociologia. Ha escrito sobre el mundo y el mercado del arte para importantes medios de Estados Unidos e Inglaterra, entre ellos The Economist, Artforum, The Art Newspaper y The New Yorker. Siete dias en el mundo del arte es su primer libro. Nacio en Canada pero vive desde hace veinte años en Londres.
    Fuente: Revista Ñ



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  • Título: Louise Bourgeois en Fundación Proa
    Autor: Vanesa Vicencio Dubost.
    Fecha: 08/02/2011
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    Louise Bourgeois. El Retorno de lo Reprimido

    Curador: Philip Larratt-Smith

    Por primera vez en Argentina se exhibirá Louise Bourgeois, una visión retrospectiva de su obra que, tal como sintetiza Philip Larratt-Smith, será "el primer análisis en profundidad de su relación con el psicoanálisis y el arte".

    Se exhibirán alrededor de setenta y cinco obras de los diversos períodos de su producción, instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas Maman. El catálogo reúne textos de especialistas sobre sus obras y un libro especial con los escritos de Bourgeois sobre el psicoanálisis.

    La muestra ser realiza en colaboración con el Studio Louise Bourgeois, y  se presentará en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, durante la temporada 2011.

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  • Título: Argentina: Arte 2011: las muestras más importantes del año
    Autor:
    Fecha: 01/02/2011
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    Ver nota original (Tus Buscadores.)

    El 2011 se viene cargado  de arte para todo el país. Los principales museos y fundaciones estarán inundados de exposiciones, muchas de ellas muy buenas. En marzo mismo inaugura el que promete ser el plato fuerte del año: la retrospectiva de la famosísima escultora francesa Louise Bourgeois en la Fundación Proa (ver recuadro).

    El arte cinético, el óptico, el arte mexicano, el francés, el latino de América del Norte y, sobre todo, el bien argentino, tienen puntos muy altos. Aquí, algunos hits de la programación artística que se viene:  En  la primer parte del año podrá visitarse la muestra del gran fotógrafo francés Robert Doisneau en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta . Autodidacta, se hizo famoso por sus fotografías en blanco y negro de personas paseando por  los distintos barrios de París y Gentilly en los años 50. Es especialmente conocida su foto El beso del hotel de Ville , mundialmente repoducida de todas las formas posibles y en todo tipo de objetos (tazas, alfombras, posters, cuadernos …) Seguramente usted tiene en su casa una copia de esta obra. Más adelante, en el mismo centro cultural se expondrán las muestras individuales de Juan Doffo, Duilio Pierri y Pablo Siquier durante los meses de mayo, septiembre y octubre, respectivamente y la de Eduardo Stupía, entre otros pesos pesados del arte nacional.

    En la primera mitad del año podrá verse la exposición de Fotografía mexicana en el Museo Nacional de Bellas Artes de la ciudad de Neuquén . Organizada en conjunto por esa institución y el famoso Centro de la Imagen de México, se mostrarán más de cien obras de los reconocidos Flor Garduño, Pablo Ortiz Monasterio y Cristina Kahlo.

    El mismo museo prepara para el mes de octubre una muestra antológica del maestro Gyula Kosice , durante la que también se emplazará una obra realizada y donada por el artista para la ocasión, en la plaza frente al  museo neuquino.

    Otra donación, esta vez de un mural grande del pintor y dibujante Pat Andrea , podrá verse a partir de marzo, instalado definitivamente sobre una de las paredes interiores del Museo de Arte del Tigre (MAT).

    Mientras tanto, el Museo Caraffa de la ciudad de Córdoba expondrá en la segunda mitad del año las muestras individuales del reconocido pintor porteño Pablo de Monte; del fotógrafo –ya más argentino que suizo- Gian Paolo Minelli; la retrospectiva del escultor Enio Iommi (esa que pudo verse el año pasado en el C. C. Recoleta); y una joyita internacional: la muestra de Artistas populares de México con la gráfica popular de ese país.

    El año se cerrará en este museo cordobés con  las nuevas pinturas de Carlos Alonso sobre el norte argentino, su serie más reciente.

    La porteña Fundación Alon apostará durante el 2011 a exhibiciones de artistas argentinos contemporáneos, rompiendo con su costumbre de exhibir sobre todo a los grandes maestros. Karim Makarius, Norma Bessouet y Eduardo Iglesias Brickles serán algunos de los expositores. Y Alon está en tratativas para llevar una gran muestra de Policastro al museo Eduardo Sívori de Palermo.

    En Junio podrá verse, también en Buenos Aires, la exposición Arte Latino en los Estados Unidos en la Fundación OSDE . Serán más de ochenta obras que darán cuenta de la construcción de la identidad latina en el país norteamericano. Está organizada junto al Smithsonian Latino Center de Washington y cuenta con la colaboración de la Embajada de los Estados Unidos en la Argentina.

    En la misma fundación durante septiembre, se expondrá la retrospectiva del gran escultor argentino Norberto Gómez . Se llamará  “De héroes, monstruos y monstruosidades” y será curada por Ana María Battistozzi.

    A fin de año, la misma institución expondrá Las cosas del creer: estética y religiosidad en Alfredo Gramajo , más de setenta obras organizadas alrededor de los ejes temáticos “fiestas”, “devociones y ritos”, “rostros” y “paisajes”.

    Habrá otra muestra a manera de retrospectiva que se realizará durante el mes de mayo en el Palais de Glace ; es la de Carmelo Arden Quinn . Es uno de los principales representantes del movimiento Madí y sus obras se exhibirán junto a las de otros artistas madíes.

    Donde el año reserva un par de delikatessen es en el Museo Nacional de Bellas Artes . Será fundamental la muestra de Arte cinético y óptico que se realizará en octubre. “Es la primera vez que se mostrará de una manera tan completa  ese tipo de arte de nuestro país”, explica su curadora, María José Herrera. Contará con obras de Le Parc, Marta Boto, García Rossi, Yvaral, Stein, Sobrino, Eduardo Rodríguez, Silva, Tomasello, Polesello, Ary Brizzi, Vidal, Mac Entyre y Espinosa.

    Claridad: la vanguardia en lucha, 1920- 1940 es el título de la exposición que se podrá ver también en ese mismo museo durante agosto. Curada por el diplomático Sergio Baur (quien en el 2010 realizó en la misma institución la exposición sobre la revista “Martín Fierro”), esta vez el tema será la revista Claridad y los artistas e intelectuales del grupo de Boedo.

    El toque internacional orientado al arte tecnológico estará presente durante julio en la exhibición de las preciosas obras del californiano Jim Campbell, en el Espacio de la Fundación Telefónica . En el mismo lugar se inaugurará, durante marzo, el Minuphone de Marta Minujín , recontrucción y aggiornamiento de una pieza histórica.

    Pero el 2011 será también un año de grandes cumpleaños, ya que el Malba festejará diez años de existencia y planea hacerlo con una muestra que expondrá  partes de su colección no exhibidas habitualmente; y el Salón Nacional de Artes Visuales cumplirá cien años y los festejará con Cien x cien , un recorrido a través de cien obras de grandes maestros nacionales que han sido premiados en el Salón.

    El año artísticose viene con todo y no sólo en Buenos Aires. Valdrá la pena hacerse lugar en la agenda para aprovecharlo al máximo.

     

    Fuente:
    Diario Clarín Revista Ñ

    www.clarin.com



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  • Título: Variado calendario de arte 2011 en Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 01/02/2011
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    Ver nota original ( Diario de Cultura)

    Los espacios culturales de la ciudad calientan motores para la largada del calendario artístico de este año donde se destacan los aniversarios de arteBA y Malba (foto), las esculturas de Louise Bourgeois en Proa, las fotos del genial Robert Doisneau en el Recoleta y una gran muestra de arte cinético en el Museo de Bellas Artes.

    En tren de festejos, el Malba celebra sus 10 años con “más obras de la colección permanente en más salas” -donde destacan Tarsila do Amaral, Frida Kahlo, Diego Rivera, Xul Solar y Antonio Berni-, y presentará un muestrario de todo lo ocurrido en este tiempo, a través de material gráfico y en formato audiovisual.

    Por primera vez en la Argentina, se exhibirán las esculturas de la francesa Louise Bourgeois (1911-2010) -de marzo a julio en Fundación Proa- obras monumentales de arañas, oníricas y surrealistas, que llegan al país bajo el título “El Retorno de lo Reprimido”.

    Se exhibirán cerca de 75 obras de los diversos períodos de su producción -entre instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas `Mamá`- en una visión retrospectiva curada por el crítico Philip Larratt Smith, quien ya estuvo en Argentina como curador de la mega convocante exposición de Andy Warhol en el Malba.

    La vigésima edición de la feria de arte contemporáneo arteBA, uno de los encuentros más emblemáticos del Cono Sur, promete una gran convocatoria -del 19 al 23 de mayo en La Rural-, con la incorporación este año de “U-Turn Project Rooms”, una sección de galerías internacionales para acercar lo mejor del arte contemporáneo.

    De gran impacto visual será sin duda la muestra “Arte cinético” que planea para octubre el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se reconstruirá la exposición histórica La inestabilidad (1964), con obras de Julio Le Parc, Víctor Vasarely y Jesús Rafael Soto, curada por María José Herrera.

    En su rica y variada programación, el Centro Cultural Recoleta exhibirá en mayo en la sala Cronopios una muestra del genial francés Robert Doisneau (1912-1994), mientras que en julio reunirá a Juan Doffo, cuya obra se centra en paisajes de su Mechita natal (provincia de Buenos Aires); y en octubre a Pablo Siquier, uno de los grandes artistas argentinos surgidos en el 80.

    Se destacan también “Arte latino en Estados Unidos” desde junio en Espacio de Arte de la Fundación Osde, un proyecto organizado junto con el Smithsonian Latino Center del Complejo Museográfico Smithsonian de Washington, con 80 obras que dan cuenta de la construcción de la identidad latina en los Estados Unidos, y de sus acuerdos y tensiones con la cultura mayoritaria.

    Además, en ese mismo espacio de la calle Suipacha 658 se verá a fines de 2011 (entre noviembre y diciembre) “Religiosidades contemporáneas”, que pone en exhibición el modo en que el arte contemporáneo da cuenta de algunos rituales, como el del Gauchito Gil o la Difunta Correa, a través de obras de Marcos López, Víctor Quiroga, Miguel Ronsino y otros.

    La reciente reapertura en Barracas del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), la feria especializada Buenos Aires Photo (del 25 al 30 de octubre), la Semana del Arte (del 25 de septiembre al 1 de octubre) y los tradicionales Gallery Nights, el ultimo viernes de cada mes en distintos barrios porteños, se suman a este efervescente mapa cultural.

    Fuente: Mercedes Ezquiaga, Agencia Télam.



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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed.
    Autor:
    Fecha: 01/02/2011
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    Using her traumatic childhood as inspiration, French-American artist and sculpter, Louise Bourgeois, creates pieces rich in human drama.
    .
    In 2011, Buenos Aires’ Fundacion Proa art gallery will be host to 75 of these works, including her world renowned Maman.
    .
    Do not miss the opportunity to delve into the world of this inspirational artist, a woman whose legacy still reverberates throughout contemporary art.

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  • Título: Louise Bourgeois: El Retorno de lo Reprimido.
    Autor:
    Fecha: 01/02/2011
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    Ver nota original (MutualArt.)

    A retrospective on artist Louise Bourgeois’ work will be exhibited in Argentina for the first time. Curator Philip Larratt-Smith states that this show will be the “first in depth analysis on her relationship with psychoanalysis and art.” Over seventy-five works from all of her diverse periods of production, including installations, sculptures, objects and one of her famous “Maman” will be on display. The exhibition catalogue will reunite texts by art specialists on her work and a special book with Bourgeois’ writings on psychoanalysis.
    The show Hill be produced with the collaboration of the Louise Bourgeois Studio and will also be presented at Tomie Ohtake Institute of San Pablo and the Museum of Modern Art of Rio de Janeiro, during 2011.

    Curator: Philip Larratt-Smith

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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed.
    Autor:
    Fecha: 01/02/2011
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    Ver nota original (Nile Guide.)

    A major solo exhibition of the late Louise Bourgeois' work, The Return of the Repressed, starts its South American tour at Buenos Aires' cutting-edge Fundación Proa. Born in Paris in 1911, Bourgeois was based in New York until her death.

She worked "in dialogue" with most of the 20th century's pivotal international avant-garde artistic movements, from Surrealism to Conceptual art, but always remained apart, powerfully inventive and often at the forefront of contemporary art.

Renowned for her highly autobiographical works, exploring often dark and painful secrets from her past, Bourgeois is best known for her "Cells" and "Spiders". Crouching Spider is an immense, towering arachnid sculpted in bronze.

The Return of the Repressed moves to São Paolo's Instituto Tomie Ohtake and on to Rio de Janeiro's Museu de Arte Moderna.
    © WhatsOnWhen 2011

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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed
    Autor:
    Fecha: 01/02/2011
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    Ver nota original (Hotel Book)

    A major solo exhibition of the late Louise Bourgeois' work, The Return of the Repressed, starts its South American tour at Buenos Aires' cutting-edge Fundación Proa. Born in Paris in 1911, Bourgeois was based in New York until her death.
    She worked "in dialogue" with most of the 20th century's pivotal international avant-garde artistic movements, from Surrealism to Conceptual art, but always remained apart, powerfully inventive and often at the forefront of contemporary art.

    Renowned for her highly autobiographical works, exploring often dark and painful secrets from her past, Bourgeois is best known for her "Cells" and "Spiders". Crouching Spider is an immense, towering arachnid sculpted in bronze.

    The Return of the Repressed moves to São Paolo's Instituto Tomie Ohtake and on to Rio de Janeiro's Museu de Arte Moderna

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  • Título: Louise Bourgeois: The Return of the Repressed
    Autor:
    Fecha: 01/02/2011
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    Ver nota original ( Whatsonwhen)

    A major solo exhibition of the late Louise Bourgeois' work, The Return of the Repressed, starts its South American tour at Buenos Aires' cutting-edge Fundación Proa. Born in Paris in 1911, Bourgeois was based in New York until her death.
    She worked "in dialogue" with most of the 20th century's pivotal international avant-garde artistic movements, from Surrealism to Conceptual art, but always remained apart, powerfully inventive and often at the forefront of contemporary art.

    Renowned for her highly autobiographical works, exploring often dark and painful secrets from her past, Bourgeois is best known for her "Cells" and "Spiders". Crouching Spider is an immense, towering arachnid sculpted in bronze.

    The Return of the Repressed moves to São Paolo's Instituto Tomie Ohtake and on to Rio de Janeiro's Museu de Arte Moderna

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  • Título: Arte 2011: las muestras más importantes del año.
    Autor: Antonella de Alva
    Fecha: 27/01/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (Siempre Formosa)

    El 2011 se viene cargado  de arte para todo el país. Los principales museos y fundaciones estarán inundados de exposiciones, muchas de ellas muy buenas. En marzo mismo inaugura el que promete ser el plato fuerte del año: la retrospectiva de la famosísima escultora francesa Louise Bourgeois en la Fundación Proa (ver recuadro).

     El arte cinético, el óptico, el arte mexicano, el francés, el latino de América del Norte y, sobre todo, el bien argentino, tienen puntos muy altos. Aquí, algunos hits de la programación artística que se viene:  En  la primer parte del año podrá visitarse la muestra del gran fotógrafo francés Robert Doisneau en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta . Autodidacta, se hizo famoso por sus fotografías en blanco y negro de personas paseando por  los distintos barrios de París y Gentilly en los años 50. Es especialmente conocida su foto El beso del hotel de Ville , mundialmente repoducida de todas las formas posibles y en todo tipo de objetos (tazas, alfombras, posters, cuadernos …) Seguramente usted tiene en su casa una copia de esta obra.

     Más adelante, en el mismo centro cultural se expondrán las muestras individuales de Juan Doffo, Duilio Pierri y Pablo Siquier durante los meses de mayo, septiembre y octubre, respectivamente y la de Eduardo Stupía, entre otros pesos pesados del arte nacional.

     En la primera mitad del año podrá verse la exposición de Fotografía mexicana en el Museo Nacional de Bellas Artes de la ciudad de Neuquén . Organizada en conjunto por esa institución y el famoso Centro de la Imagen de México, se mostrarán más de cien obras de los reconocidos Flor Garduño, Pablo Ortiz Monasterio y Cristina Kahlo.

    El mismo museo prepara para el mes de octubre una muestra antológica del maestro Gyula Kosice , durante la que también se emplazará una obra realizada y donada por el artista para la ocasión, en la plaza frente al  museo neuquino.

    Otra donación, esta vez de un mural grande del pintor y dibujante Pat Andrea , podrá verse a partir de marzo, instalado definitivamente sobre una de las paredes interiores del Museo de Arte del Tigre (MAT).

    Mientras tanto, el Museo Caraffa de la ciudad de Córdoba expondrá en la segunda mitad del año las muestras individuales del reconocido pintor porteño Pablo de Monte; del fotógrafo –ya más argentino que suizo- Gian Paolo Minelli; la retrospectiva del escultor Enio Iommi (esa que pudo verse el año pasado en el C. C. Recoleta); y una joyita internacional: la muestra de Artistas populares de México con la gráfica popular de ese país.

    El año se cerrará en este museo cordobés con  las nuevas pinturas de Carlos Alonso sobre el norte argentino, su serie más reciente.

    La porteña Fundación Alon apostará durante el 2011 a exhibiciones de artistas argentinos contemporáneos, rompiendo con su costumbre de exhibir sobre todo a los grandes maestros. Karim Makarius, Norma Bessouet y Eduardo Iglesias Brickles serán algunos de los expositores. Y Alon está en tratativas para llevar una gran muestra de Policastro al museo Eduardo Sívori de Palermo.

    En Junio podrá verse, también en Buenos Aires, la exposición Arte Latino en los Estados Unidos en la Fundación OSDE . Serán más de ochenta obras que darán cuenta de la construcción de la identidad latina en el país norteamericano. Está organizada junto al Smithsonian Latino Center de Washington y cuenta con la colaboración de la Embajada de los Estados Unidos en la Argentina.

    En la misma fundación durante septiembre, se expondrá la retrospectiva del gran escultor argentino Norberto Gómez . Se llamará  “De héroes, monstruos y monstruosidades” y será curada por Ana María Battistozzi.

    A fin de año, la misma institución expondrá Las cosas del creer: estética y religiosidad en Alfredo Gramajo , más de setenta obras organizadas alrededor de los ejes temáticos “fiestas”, “devociones y ritos”, “rostros” y “paisajes”.

      Habrá otra muestra a manera de retrospectiva que se realizará durante el mes de mayo en el Palais de Glace ; es la de Carmelo Arden Quinn . Es uno de los principales representantes del movimiento Madí y sus obras se exhibirán junto a las de otros artistas madíes.

      Donde el año reserva un par de delikatessen es en el Museo Nacional de Bellas Artes . Será fundamental la muestra de Arte cinético y óptico que se realizará en octubre. “Es la primera vez que se mostrará de una manera tan completa  ese tipo de arte de nuestro país”, explica su curadora, María José Herrera. Contará con obras de Le Parc, Marta Boto, García Rossi, Yvaral, Stein, Sobrino, Eduardo Rodríguez, Silva, Tomasello, Polesello, Ary Brizzi, Vidal, Mac Entyre y Espinosa.

    Claridad: la vanguardia en lucha, 1920- 1940 es el título de la exposición que se podrá ver también en ese mismo museo durante agosto. Curada por el diplomático Sergio Baur (quien en el 2010 realizó en la misma institución la exposición sobre la revista “Martín Fierro”), esta vez el tema será la revista Claridad y los artistas e intelectuales del grupo de Boedo.

    El toque internacional orientado al arte tecnológico estará presente durante julio en la exhibición de las preciosas obras del californiano Jim Campbell, en el Espacio de la Fundación Telefónica . En el mismo lugar se inaugurará, durante marzo, el Minuphone de Marta Minujín , recontrucción y aggiornamiento de una pieza histórica.

    Pero el 2011 será también un año de grandes cumpleaños, ya que el Malba festejará diez años de existencia y planea hacerlo con una muestra que expondrá  partes de su colección no exhibidas habitualmente; y el Salón Nacional de Artes Visuales cumplirá cien años y los festejará con Cien x cien , un recorrido a través de cien obras de grandes maestros nacionales que han sido premiados en el Salón.

      El año artísticose viene con todo y no sólo en Buenos Aires. Valdrá la pena hacerse lugar en la agenda para aprovecharlo al máximo.

    Informe: Antonella de Alva

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  • Título: Variado y agitado calendario artistico 2011.
    Autor:
    Fecha: 27/01/2011
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    Ver nota original (Terra.)

    Los espacios culturales de la ciudad calientan motores para la largada del calendario artístico de este año donde se destacan los aniversarios de arteBA y Malba, las esculturas de Louise Bourgeois en Proa, las fotos del genial Robert Doisneau en el Recoleta y una gran muestra de arte cinético en el Museo de Bellas Artes.

    En tren de festejos, el Malba celebra sus 10 años con más obras de la colección permanente en más salas -donde destacan Tarsila do Amaral, Frida Kahlo, Diego Rivera, Xul Solar y Antonio Berni-, y presentará un muestrario de todo lo ocurrido en este tiempo, a través de material gráfico y en formato audiovisual.

    Por primera vez en la Argentina, se exhibirán las esculturas de la francesa Louise Bourgeois (1911-2010) -de marzo a julio en Fundación Proa- obras monumentales de arañas, oníricas y surrealistas, que llegan al país bajo el título El Retorno de lo Reprimido.

    Se exhibirán cerca de 75 obras de los diversos períodos de su producción -entre instalaciones, esculturas, objetos y una de sus famosas `Mamá`- en una visión retrospectiva curada por el crítico Philip Larratt Smith, quien ya estuvo en Argentina como curador de la mega convocante exposición de Andy Warhol en el Malba.

    La vigésima edición de la feria de arte contemporáneo arteBA, uno de los encuentros más emblemáticos del Cono Sur, promete una gran convocatoria -del 19 al 23 de mayo en La Rural-, con la incorporación este año de U-Turn Project Rooms, una sección de galerías internacionales para acercar lo mejor del arte contemporáneo.

    De gran impacto visual será sin duda la muestra Arte cinético que planea para octubre el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se reconstruirá la exposición histórica La inestabilidad (1964), con obras de Julio Le Parc, Víctor Vasarely y Jesús Rafael Soto, curada por María José Herrera.

    En su rica y variada programación, el Centro Cultural Recoleta exhibirá en mayo en la sala Cronopios una muestra del genial francés Robert Doisneau (1912-1994), mientras que en julio reunirá a Juan Doffo, cuya obra se centra en paisajes de su Mechita natal (provincia de Buenos Aires); y en octubre a Pablo Siquier, uno de los grandes artistas argentinos surgidos en el 80.

    Se destacan también Arte latino en Estados Unidos desde junio en Espacio de Arte de la Fundación Osde, un proyecto organizado junto con el Smithsonian Latino Center del Complejo Museográfico Smithsonian de Washington, con 80 obras que dan cuenta de la construcción de la identidad latina en los Estados Unidos, y de sus acuerdos y tensiones con la cultura mayoritaria.

    Además, en ese mismo espacio de la calle Suipacha 658 se verá a fines de 2011 (entre noviembre y diciembre) Religiosidades contemporáneas, que pone en exhibición el modo en que el arte contemporáneo da cuenta de algunos rituales, como el del Gauchito Gil o la Difunta Correa, a través de obras de Marcos López, Víctor Quiroga, Miguel Ronsino y otros.

    La reciente reapertura en Barracas del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), la feria especializada Buenos Aires Photo (del 25 al 30 de octubre), la Semana del Arte (del 25 de septiembre al 1 de octubre) y los tradicionales Gallery Nights, el ultimo viernes de cada mes en distintos barrios porteños, se suman a este efervescente mapa cultural.

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  • Título: Bourgeois en Argentina
    Autor: Mercedes Pérez Bergliaffa
    Fecha: 23/01/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original (Clarín)

    La Fundación Poa rompió todos los moldes al decidir la exposición que inaugurará en marzo, “Louise Bourgeois, el retorno de lo reprimido”. Mundialmente famosa, Bourgeois fue una escultora fuertemente subjetiva, de tendencia figurativa, que utilizaba algunos materiales nobles pero, sobre todo, muy expresivos y dramáticos. Sus temas son la memoria, el dolor y las relaciones familiares complejas. Hay que decir que fue a partir de sus 70 años, en 1982, cuando esta artista saltó a la fama, la que le duró hasta el año pasado, cuando falleció en Nueva York a los 98 años. Traerla por primera vez a la Argentina –y a Sudamérica- no es tema menor: sus esculturas son inmensas, pesadísimas, muy costosas y ni el traslado ni los permisos son tarea fácil.

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  • Título: o que vendrá en Buenos Aires.
    Autor: Nelson Di Maggio
    Fecha: 17/01/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original ( La República (Montevideo))

    El 2011 se viene cargado  de arte para todo el país. Los principales museos y fundaciones estarán inundados de exposiciones, muchas de ellas muy buenas. En marzo mismo inaugura el que promete ser el plato fuerte del año: la retrospectiva de la famosísima escultora francesa Louise Bourgeois en la Fundación Proa.

     El arte cinético, el óptico, el arte mexicano, el francés, el latino de América del Norte y, sobre todo, el bien argentino, tienen puntos muy altos. Aquí, algunos hits de la programación artística que se viene:  En  la primer parte del año podrá visitarse la muestra del gran fotógrafo francés Robert Doisneau en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta . Autodidacta, se hizo famoso por sus fotografías en blanco y negro de personas paseando por  los distintos barrios de París y Gentilly en los años 50. Es especialmente conocida su foto El beso del hotel de Ville , mundialmente repoducida de todas las formas posibles y en todo tipo de objetos (tazas, alfombras, posters, cuadernos …) Seguramente usted tiene en su casa una copia de esta obra.

     Más adelante, en el mismo centro cultural se expondrán las muestras individuales de Juan Doffo, Duilio Pierri y Pablo Siquier durante los meses de mayo, septiembre y octubre, respectivamente y la de Eduardo Stupía, entre otros pesos pesados del arte nacional.

     En la primera mitad del año podrá verse la exposición de Fotografía mexicana en el Museo Nacional de Bellas Artes de la ciudad de Neuquén . Organizada en conjunto por esa institución y el famoso Centro de la Imagen de México, se mostrarán más de cien obras de los reconocidos Flor Garduño, Pablo Ortiz Monasterio y Cristina Kahlo.

    El mismo museo prepara para el mes de octubre una muestra antológica del maestro Gyula Kosice , durante la que también se emplazará una obra realizada y donada por el artista para la ocasión, en la plaza frente al  museo neuquino.

    Otra donación, esta vez de un mural grande del pintor y dibujante Pat Andrea , podrá verse a partir de marzo, instalado definitivamente sobre una de las paredes interiores del Museo de Arte del Tigre (MAT).

    Mientras tanto, el Museo Caraffa de la ciudad de Córdoba expondrá en la segunda mitad del año las muestras individuales del reconocido pintor porteño Pablo de Monte; del fotógrafo –ya más argentino que suizo- Gian Paolo Minelli; la retrospectiva del escultor Enio Iommi (esa que pudo verse el año pasado en el C. C. Recoleta); y una joyita internacional: la muestra de Artistas populares de México con la gráfica popular de ese país.

    El año se cerrará en este museo cordobés con  las nuevas pinturas de Carlos Alonso sobre el norte argentino, su serie más reciente.

    La porteña Fundación Alon apostará durante el 2011 a exhibiciones de artistas argentinos contemporáneos, rompiendo con su costumbre de exhibir sobre todo a los grandes maestros. Karim Makarius, Norma Bessouet y Eduardo Iglesias Brickles serán algunos de los expositores. Y Alon está en tratativas para llevar una gran muestra de Policastro al museo Eduardo Sívori de Palermo.

    En Junio podrá verse, también en Buenos Aires, la exposición Arte Latino en los Estados Unidos en la Fundación OSDE . Serán más de ochenta obras que darán cuenta de la construcción de la identidad latina en el país norteamericano. Está organizada junto al Smithsonian Latino Center de Washington y cuenta con la colaboración de la Embajada de los Estados Unidos en la Argentina.

    En la misma fundación durante septiembre, se expondrá la retrospectiva del gran escultor argentino Norberto Gómez . Se llamará  “De héroes, monstruos y monstruosidades” y será curada por Ana María Battistozzi.

    A fin de año, la misma institución expondrá Las cosas del creer: estética y religiosidad en Alfredo Gramajo , más de setenta obras organizadas alrededor de los ejes temáticos “fiestas”, “devociones y ritos”, “rostros” y “paisajes”.

      Habrá otra muestra a manera de retrospectiva que se realizará durante el mes de mayo en el Palais de Glace ; es la de Carmelo Arden Quinn . Es uno de los principales representantes del movimiento Madí y sus obras se exhibirán junto a las de otros artistas madíes.

      Donde el año reserva un par de delikatessen es en el Museo Nacional de Bellas Artes . Será fundamental la muestra de Arte cinético y óptico que se realizará en octubre. “Es la primera vez que se mostrará de una manera tan completa  ese tipo de arte de nuestro país”, explica su curadora, María José Herrera. Contará con obras de Le Parc, Marta Boto, García Rossi, Yvaral, Stein, Sobrino, Eduardo Rodríguez, Silva, Tomasello, Polesello, Ary Brizzi, Vidal, Mac Entyre y Espinosa.

    Claridad: la vanguardia en lucha, 1920- 1940 es el título de la exposición que se podrá ver también en ese mismo museo durante agosto. Curada por el diplomático Sergio Baur (quien en el 2010 realizó en la misma institución la exposición sobre la revista “Martín Fierro”), esta vez el tema será la revista Claridad y los artistas e intelectuales del grupo de Boedo.

    El toque internacional orientado al arte tecnológico estará presente durante julio en la exhibición de las preciosas obras del californiano Jim Campbell, en el Espacio de la Fundación Telefónica . En el mismo lugar se inaugurará, durante marzo, el Minuphone de Marta Minujín , recontrucción y aggiornamiento de una pieza histórica.

    Pero el 2011 será también un año de grandes cumpleaños, ya que el Malba festejará diez años de existencia y planea hacerlo con una muestra que expondrá  partes de su colección no exhibidas habitualmente; y el Salón Nacional de Artes Visuales cumplirá cien años y los festejará con Cien x cien , un recorrido a través de cien obras de grandes maestros nacionales que han sido premiados en el Salón.

      El año artísticose viene con todo y no sólo en Buenos Aires. Valdrá la pena hacerse lugar en la agenda para aprovecharlo al máximo.

    Informe: Antonella de Alva



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  • Título: o que vendrá en Buenos Aires.
    Autor: Nelson Di Maggio
    Fecha: 17/01/2011
    Ver nota completa
    Ver nota original ( La República (Montevideo))

    La planificación de una temporada, propia de sociedades civilizadas, ya quedó establecida en Buenos Aires. En todos los rubros. Las artes visuales tienen el privilegio de arrancar, tempranamente, en el mes de marzo, con la muestra de Louise Bourgeois en la Fundación Proa. El enorme talento de la escultora franco-estadounidense sorprenderá a quienes no la conocen y gratificará, una vez más, a los que, desde hace una década y media, siguen su trayectoria en bienales, documentas y muestras personales en los principales centros culturales del mundo.

    Su nombre, incluido en una exposición colectiva que pasó por Montevideo ( Lines of Vision, dibujo de mujeres en el Centro Municipal de Exposiciones, 1990) y aun en la importante Exposición Internacional por el fin del hambre en el mundo,1989,conocida en Buenos Aires, pasó inadvertido. Como en general aconteció durante décadas antes de estallar su celebridad en Europa, que se diseminó, incontenible, "urbi et orbi" Su primera retrospectiva europea fue en 1989, la documenta de 1992 y la bienal de Venecia de 1993 la catapultaron a la categoría de mito viviente, que luego confirmarían las bienales de Lyon, San Pablo y nuevamente Venecia.

    Nacida en París en 1911, en un hogar de restauradores de tapices, en el cual Louise se encargaba de las partes raídas y de alterar el sexo de los angelotes con ramos de flores al gusto de los clientes puritanos. Formada en matemáticas en la Sorbona frecuentó la Escuela de Bellas Artes y las academias de arte RANSON, Julien y la Grande Chaumière, así como los talleres de Fernand Léger, André Lhote, Othon Friesz, Roger Bissière e Yves Brayer. También asistió a las clases de la Escuela del Louvre.,

    Compartió la estética cubista y surrealista y los cotidianos gustos del Art déco y la moda de Coco Chanel a la que su madre la habituó, trajes que conservaría toda su vida y utilizaría para sus instalaciones... En los inestables años del facismo y nazismo, de la guerra civil española, Louise conoció a Robert Goldwater, historiador de arte estadounidense, y se marchó a Estados Unidos. Allí comenzó a pintar primero para luego dedicarse a la escultura con envíos regulares a exposiciones colectivas. En su taller de Brooklyn, por coincidencia, una vieja manufactura de tejidos, comenzó a construir, sin prisa y una apabullante capacidad de invención, una obra que apresa los vericuetos del inconsciente, los miedos y represiones de la infancia (las arañas que devoraban los mosquitos en su hogar, el padre dominante y donjuanesco), moviéndose en la dialéctica de los opuestos (duro-blando, femenino-masculino, liso-rugoso, geométrico-orgánico, pesado-leve, adentro-.afuera, figurativo-abstracto) hasta culminar en una síntesis y una androginia primordial atravesada por el erotismo y sensualidad de fuerte impacto en enormes instalaciones. Su exposición en el Río de la Plata será un acontecimiento histórico.

    En mayo, Arte BA cumple 20 años. En los pabellones de La Rural transcurrirá entre 19 y el 23 de mayo, con una renovada programación, con el proyecto U-Turn Project Rooms y un homenaje a Carmelo Arden Quin con una mesa de discusión el día 22 de ese mes.

    La III Bienal del Fin del Mundo, en Ushuaia, estará a cargo de Consuelo Císcar, directora del IVAM de Valencia, en agosto y setiembre. El Museo Nacional de Bellas Artes anuncia un repaso del arte geométrico para octubre, mientras los artistas Juan Melé, Kosice, Blazko (todos provenientes de arte madí) y Polesello, tendrán sus respectivas monográficas. Con la apertura del Museo de Arte Moderno en la avenida San Juan, la capital porteña, si no se convierte en la capital cultural del Cono Sur, como desean y proclaman el nacionalismo argentino, pues es imposible arrebatarle el cetro a San Pablo), se aproxima bastante.



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  • Título: NoticiasMéxico.info.
    Autor:
    Fecha: 11/01/2011
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    Ver nota original (NoticiasMéxico.info.)

    allecida apenas el pasado 31 de mayo, la escultora franco-estadunidense Louise Bourgeois (1911-2010), conocida por su obra abstracta y de connotaciones oníricas, quien trabajó hasta días antes de su muerte, dejó programada una serie de exposiciones y actividades, aunque ninguna relacionada con el centenario de su nacimiento, que se celebrará el 25 de diciembre de este año, situación que podría cambiar según se acerque la fecha, informó a La Jornada, Wendy Williams, directora del estudio de la artista.

    Bourgeois, gran dama del modernismo tardío, todavía alcanzó a colaborar personalmente en la exposición Bellmer/Bourgeois-doble sexus, abierta el 24 de abril en la Sammlung Scharf-Gerstenberg, Nationalgalerie, en Berlín, Alemania, que luego itineró al Gemeentemuseum, en La Hague, y el 26 de marzo se abrirá en la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus, Estados Unidos. Cabe recordar que la artista expuso La elegancia de la ironía en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo en 1996.

    La muestra confronta su obra con la del surrealista Hans Bellmer, ambas fuertemente influenciadas por las experiencias de infancia, ya que en los dos casos la relación con un padre dominante es un factor en especial relevante. Una de las piezas sobresalientes de la exhibición es Célula XXVI (2003). Habría que mencionar que en 1986 Bourgeois empezó a crear lo que llamó sus células, instalaciones que forman la sección más importante de su obra más reciente. Ellas reúnen muchos aspectos de su producción más temprana: el cuerpo humano, la ambigüedad sexual y la búsqueda por la identidad.

    La célula comprada por el museo holandés consta de una jaula oval construida con un alambrado metálico. Dentro se encuentra un gran espejo, suspendida una figura humana hecha de textil y dos delicados vestidos colgantes. La naturaleza de Célula XXVI es ambigua; por una parte, es un lugar de refugio del mundo exterior, por otra, se asocia con el encarcelamiento.

    Bourgeois ya no colaboró en Louise Bourgeois: The Fabric Works, en la Fondazione Vedova, Venecia, Italia (5/6/10-12/9/10), que viajó a Hauser & Wirth, en Londres, Inglaterra (14/10/10-18-12-10); ni en Louise Bourgeois: Madre e hijo, en el Museo Nórdico de Acuarela (19/9/10-5/12/10), que viajará al Kunstforeningen, Copenhague, Dinamarca (29/1/11-15/5/11), o Louise Bourgeois: Moi, Eugénie Grandet, en la Maison de Balzac, París, Francia (2/11/10-7/2/11).

    El pasado 8 de diciembre, en asociación con el Museo Solomon R. Guggenheim y el espacio artístico alternativo White Columns, Rob Pruitt dio a conocer sus Galardones Artísticos 2010 que, por una parte, fueron para Bourgeois.

    Dichos premios reconocen a individuos, exposiciones y proyectos que impactaron el arte contemporáneo el año pasado.

    Para 2011 están programadas No me abandonen: Louise Bourgeois/Tracey Emin Collaboration, Hauser & Wirth Colnaghi, Londres (16/2/11-12/3/11); Louise Bourgeois: El regreso de los reprimidos, Fundación Proa, Buenos Aires, Argentina (26/3/11-5/6/11), que posteriormente viajará al Instituto Tomie Ohtake, Sao Paulo, y al Museo de Arte Moderno, Río de Janeiro, ambos en Brasil.

    Fuente: La Jornada



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  • Título: Louise Bourgeois dejó lista una extensa agenda de exposiciones
    Autor: Merry MacMasters.
    Fecha: 03/01/2011
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    • La artista franco-estadunidense trabajó hasta pocos días antes de morir en exhibiciones y actividades no relacionadas con el centenario de su natalicio, que se cumple a finales de este año

       

      Fallecida apenas el pasado 31 de mayo, la escultora franco-estadunidense Louise Bourgeois (1911-2010), conocida por su obra abstracta y de connotaciones oníricas, quien trabajó hasta días antes de su muerte, dejó programada una serie de exposiciones y actividades, aunque ninguna relacionada con el centenario de su nacimiento, que se celebrará el 25 de diciembre de este año, situación que podría cambiar según se acerque la fecha, informó a La Jornada, Wendy Williams, directora del estudio de la artista.

      Bourgeois, gran dama del modernismo tardío, todavía alcanzó a colaborar personalmente en la exposición Bellmer/Bourgeois-doble sexus, abierta el 24 de abril en la Sammlung Scharf-Gerstenberg, Nationalgalerie, en Berlín, Alemania, que luego itineró al Gemeentemuseum, en La Hague, y el 26 de marzo se abrirá en la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus, Estados Unidos. Cabe recordar que la artista expuso La elegancia de la ironía en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo en 1996.

      La muestra confronta su obra con la del surrealista Hans Bellmer, ambas fuertemente influenciadas por las experiencias de infancia, ya que en los dos casos la relación con un padre dominante es un factor en especial relevante. Una de las piezas sobresalientes de la exhibición es Célula XXVI (2003). Habría que mencionar que en 1986 Bourgeois empezó a crear lo que llamó sus células, instalaciones que forman la sección más importante de su obra más reciente. Ellas reúnen muchos aspectos de su producción más temprana: el cuerpo humano, la ambigüedad sexual y la búsqueda por la identidad.

      La célula comprada por el museo holandés consta de una jaula oval construida con un alambrado metálico. Dentro se encuentra un gran espejo, suspendida una figura humana hecha de textil y dos delicados vestidos colgantes. La naturaleza de Célula XXVI es ambigua; por una parte, es un lugar de refugio del mundo exterior, por otra, se asocia con el encarcelamiento.

      Bourgeois ya no colaboró en Louise Bourgeois: The Fabric Works, en la Fondazione Vedova, Venecia, Italia (5/6/10-12/9/10), que viajó a Hauser & Wirth, en Londres, Inglaterra (14/10/10-18-12-10); ni en Louise Bourgeois: Madre e hijo, en el Museo Nórdico de Acuarela (19/9/10-5/12/10), que viajará al Kunstforeningen, Copenhague, Dinamarca (29/1/11-15/5/11), o Louise Bourgeois: Moi, Eugénie Grandet, en la Maison de Balzac, París, Francia (2/11/10-7/2/11).

      El pasado 8 de diciembre, en asociación con el Museo Solomon R. Guggenheim y el espacio artístico alternativo White Columns, Rob Pruitt dio a conocer sus Galardones Artísticos 2010 que, por una parte, fueron para Bourgeois.

      Dichos premios reconocen a individuos, exposiciones y proyectos que impactaron el arte contemporáneo el año pasado.

      Para 2011 están programadas No me abandonen: Louise Bourgeois/Tracey Emin Collaboration, Hauser & Wirth Colnaghi, Londres (16/2/11-12/3/11); Louise Bourgeois: El regreso de los reprimidos, Fundación Proa, Buenos Aires, Argentina (26/3/11-5/6/11), que posteriormente viajará al Instituto Tomie Ohtake, Sao Paulo, y al Museo de Arte Moderno, Río de Janeiro, ambos en Brasil.

      También hay exposiciones pendientes en las galerías Marlborough Graphics, Londres, Inglaterra; Cheim & Read, Nueva York, y la Kunsthalle Wien, Viena, Austria.

      Cabe recordar que la instalación de Bourgeois, Los condenados, los poseídos y los amados, será develada el 29 de junio de 2011, en Vardo, Noruega. El proyecto está dedicado a las víctimas de la caza de brujas del siglo XVII, y hecha en colaboración con el arquitecto Peter Zumthor. La silla incendiada y el anillo de espejos de Bourgeois simbolizan la muerte de las brujas de Vardo, y serán contenidas en un cubo de vidrio diseñado por Zumthor. Un segundo edificio, elaborado en madera y tela por Zumthor, celebrará las vidas de las brujas.

      Louise Bourgeoius nació en las afueras de París; a los ocho años de edad, redibujaba los diseños de los textiles gastados en el negocio de restauración de tapices de sus padres. Estudió en París en la Ècole du Louvre, antes de mudarse, en 1938, a Estados Unidos con su esposo, el historiador del arte Roberto Goldwater.

      El tema de su obra siempre fue su vida y experiencias. El arte, alguna vez escribió, “es la experimentación –más bien la rexperimentación– de un trauma”. De acuerdo con información proveniente de la galería Hauser & Wirth, Bourgeois fue pionera en un nuevo tipo de arte en que la multiplicidad de formas y materiales se utilizan para excitar y exorcizar las emociones. Mediante motivos recurrentes –partes corporales, casas, arañas y skeins de hilo, el uso dramático de colores y una vasta variedad de medios–, Bourgeois desarrolló un código profundamente potente, personal y simbólico. Era una pensadora original, quien siempre estaba al frente de nuevos desarrollos artísticos, sin embargo, nunca asociada directamente con los movimientos de vanguardia de su tiempo.

      Fue hasta 1966 que la muestra Abstracción excéntrica, curada por Lucy Lippard en la Galería Fischbach, en Nueva York, atrajo atención crítica y pública a su obra.

      En 1982, el Museo de Arte Moderno, en la gran manzana organizó una retrospectiva de su producción. Una década después participó en Documenta IX, y en 1993 representó a Estados Unidos en la Bienal de Venecia.

      Después del Tate

      En 2001 fue la primera artista comisionada para llenar la Turbine Hall, espacio de 3 mil 400 metros cuadrados, en el Tate Modern. Una retrospectiva mayor que abrió en el Tate Modern en 2007, para después itinerar al Centro Pompidou, en París; al Museo Guggenheim, en Nueva York; al Museo de Arte Contemporáneo, en Los Ángeles, y al Museo y Jardín de Escultura Hirshhorn, en Washington, DC, consolidaron su reputación como la gran dama del modernismo tardío, una de las artistas más importantes y visionarias del siglo XX y principios del XXI.

      Para la escultora Yvonne Domenge, Louise era ejemplo de libertad de expresión, porque trabajó todos los materiales, los temas y los formatos que quiso. Deja un ejemplo de ligereza, de juego, de capacidad de investigación de materiales. Nunca se enfrentó a sí misma, nunca se limitó; siempre escuchó su voz interior de fuego, de creatividad y de deseo de expresión.



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  • Título: Louise Bourgeois
    Autor: Robert Pincus-Witten
    Fecha: 01/01/2011
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    Curated by Philip Larratt-Smith

     

    This major survey of Bourgeois’s work, titled “The Return of the Repressed,” is being billed as the “first in-depth examination of the artist’s relationship to psychoanalysis.” Yet that over-eggs the pudding, since all Bourgeois exhibitions—be they modest or ambitious—must engage psychoanalysis as the most convincing mode of formal interpretation. Indeed, the sculptor’s Freudian analysis was as transformative for her work as Jackson Pollock’s Jungian analysis was for his. At Fundación Proa, an exhibition of nearly one hundred pieces made between 1946 and 2009 takes on this subject directly, as does a catalogue featuring an examination of the late artist’s recently uncovered writings. Cold-shouldered by AbEx society, Bourgeois should now be seen as having but one AbEx parallel—Pollock himself_.



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