11 / 01 / 2024

Memorias de un violonchelo: Félicie Bazelaire en concierto

Domingo 21 de enero 18h
Actividad gratuita sin inscripción hasta completar la sala
Av. Pedro de Mendoza 2073

En su primera gira por Chile y Argentina, en colaboración con la Embajada de Francia y el IFA, en la sala de PROA21 se presenta por primera vez la contrabajista y violonchelista francesa Félicie Bazelaire.

Formada en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París, ciudad donde reside actualmente, Félicie orientó su carrera hacia la improvisación y la experimentación musical destacándose por la singularidad de sus proyectos que también incluyen la actuación, la escritura y la composición. Su último trabajo, OTOS, es una composición multipista basada en los sonidos de su propio contrabajo y en los de su mundo interior, material que adelanta en su primera visita a Buenos Aires.

¿Cuándo empezó tu vocación por la música?

En la infancia. Crecí en un ambiente culturalmente rico: mis padres siempre escuchaban música en casa. Me llevaban a conciertos, exposiciones, etc, todo en una estética clásica. Eso me dio una base para mis estudios de música clásica. Quería tocar el violonchelo desde muy joven porque hay una historia especial en mi familia: mi abuela materna tocaba el violonchelo y tomó lecciones con el famoso violonchelista francés Paul Bazelaire, primo de mi abuelo paterno. Este ‘bucle’ siempre me ha fascinado. No conocía a Paul Bazelaire, que era profesor en el Conservatorio de París, pero mi abuela me hablaba a menudo de él. El violonchelo forjó un vínculo especial entre ella y yo. Hablábamos mucho, estaba atenta a mis avances y le gustaba escucharme cuando tocaba mis composiciones. Hablamos de música con mucha sensibilidad.

En particular, ¿a qué se debe tu interés por los instrumentos de cuerda?

Mi interés por los instrumentos de cuerda surgió de forma natural, nunca me pregunté la razón. Quería aprender a tocar el violonchelo por motivos familiares pero también por motivos que se me escapan. Hoy me gusta la relación física con estos instrumentos, el contrabajo y el violonchelo, los sonidos del bajo y los sonidos continuos, y también las resonancias y la riqueza de los armónicos.

¿En qué momento de tu carrera te acercaste a la experimentación y la improvisación musical?

Durante mis estudios en el conservatorio la profesora de saxofón me ofreció lecciones de improvisación. Participé y sin querer se me abrió un mundo. Luego comencé a acompañar a narradores y actuar en obras de teatro, a componer buscando una nueva forma de actuar. Más tarde descubrí el movimiento Fluxus, trabajé con Philip Corner y poco a poco fui avanzando hacia la interpretación, siempre ligada a la música.

¿Cómo se construye un repertorio personal a partir de este enfoque no tradicional de la ejecución de un instrumento?

Comencé pidiéndoles a amigos músicos y compositores, cuyo trabajo amaba, que escribieran piezas para mí. Estas colaboraciones me permitieron un nuevo acercamiento al instrumento y abrieron nuevos pensamientos sobre la música y su transmisión. Crear una pieza también significa buscar soluciones y por tanto prestarse a descubrimientos, tanto técnicos como conceptuales. Las partituras gráficas o textuales, a veces con números y símbolos, permiten desarrollar procesos de pensamiento. Cuando el oyente escucha estas piezas está escuchando el resultado de un proceso. Los ejecutantes no están en el desarrollo de un resultado, sino en el movimiento del proceso. Cuando toco partituras o proposiciones así, me concentro en el material, en las reglas y códigos: es como un juego, juego con las reglas que me han propuesto. Tomo decisiones y esas decisiones crean la música.

A esos fines, ¿qué tan flexibles son los instrumentos de cuerda?

Hablaré principalmente del contrabajo: es un gran instrumento que tiene un potencial sonoro increíble…. ¡y suena de pies a cabeza! Hay muchas formas diferentes de tocarlo: en pizz o con arco, en jazz, en música clásica u otras, es un instrumento que puede desempeñar el papel de bajo además de solista. Y luego están las diferentes cuerdas que se pueden utilizar (tripa o metal) y los diferentes tipos de cuerdas del arco (blancas, negras y grises), todo ello ofrece una gama muy rica y permite una búsqueda precisa según lo que quiere desarrollarse.

¿Qué piezas clásicas son tus favoritas para tocar o escuchar?

Esta pregunta es demasiado amplia ….¡imposible responder!

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?

Actúo en la obra Baubò – de l’art de n’être pas mort, de y con Jeanne Candel y de la compañía La Vie Brève. Es una obra de teatro musical que se representa en Francia en la que interpreto diferentes roles: el de músico, pero también personajes enigmáticos, entre la interpretación y la actuación. En primavera se lanzará mi álbum OTOS, una pieza electroacústica compuesta íntegramente por mis propios sonidos de contrabajo.

También hago diferentes colaboraciones: Pipistrelle, con la poeta Patricia Favreau; Pianoïse, pieza para seis pianos verticales, de Emmanuel Lalande – a dúo con Tomàs Cabado.

¿Qué escucharemos en el concierto de Proa 21?

Voy a improvisar sobre ideas relacionadas con mi futuro álbum, OTOS: estoy trabajando en la escucha interior de los sonidos corporales, en los tinnitus y zumbidos, y en la memoria del oído, el “fondo”.

Con el auspicio de Tenaris – Ternium – Tecpetrol


Félicie Bazelaire vive y trabaja en París. En paralelo a sus estudios de violonchelo y contrabajo (en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París), se interesa por las formas artísticas abiertas y experimentales, la improvisación y la escritura musical. Su práctica abarca desde la interpretación hasta la escritura poética. Ha participado en Onceim (Orquesta de nuevas creaciones, experimentaciones e improvisaciones musicales) y en el Ensamble Hodos (en colaboración con Philip Corner). También trabaja en pequeños ensambles sobre proyectos improvisados y poéticos con David Chiesa, Léo Dupleix, Patricia Favreau, Emmanuel Lalande y Silvan Schmid. Gracias a su curiosidad por los conceptos de escritura originales, Félicie Bazelaire ha desarrollado un repertorio para contrabajo solo con piezas de Pierre-Antoine Badaroux, Patricia Bosshard, Laurent Pascal. Tocó y trabajó con Rodolphe Alexis, Tomàs Cabado, Isabelle Duthoit, Stephen O’Malley, Sarah Fisthole, Lauri Hyvärinen, Biliana Voutchkova, Eliane Radigue, Stefan Thut, Deborah Walker, Taku Sugimoto y Minami Saeki. En noviembre de 2022, Artderien publicó Bien à toi, un texto poético en el que desarrolla la correspondencia unilateral de una enigmática historia de amor. Actualmente participa en el proyecto Pianoïse de Emmanuel Lalande (obra para seis pianos verticales afinados microtonalmente); actúa en la obra de teatro musical Baùbo – de l’art de n’être pas mort de Jeanne Candel con la compañía La Vie Brève, y participó en el CD PLAY de Hannes Lingens. Es miembro de la asociación Chatons sous la pluie y organiza regularmente conciertos y exposiciones de artistas internacionales en el 26 Chaises – Espace Claudie en París.


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