Dialoguille, 2009
Vidrio soplado libre
La artista argentina Alejandra Seeber, radicada en Nueva York, presenta dos obras en diálogo. Por un lado, un mural de papeles pintados está presente en la Sala 5. Este Muro O’Reverie, realizado especialmente para Proa, da cuenta, a través del gesto de Seeber, de la historia, la memoria y el valor de las imágenes para reconstruir una época, un carácter, una manera de ver el mundo. La obra Dialogville, 2009 está constituída por grupos de burbujas de diálogos distribuidas en diversos lugares de la Fundación, lugares de encuentro, de conversaciones inconclusas, de diálogos interrumpidos. Estas obras, realizadas por la artista especialmente para Fundación Proa, muestran sintética y claramente el universo plástico de Seeber, ligado a la memoria, al rescate de la pintura y de la subjetividad de las imágenes en la historia. Las obras Muro O’Reverie, 2009 Pintura, fresco y diversas capas de empapelado En Muro O’Reverie, una pared revela la memoria de una habitación mediante la superposición de empapelados, fresco y pintura, que la artista arranca en segmento. Sugiere el paso del tiempo en un interior arquitectónico. Se trata así de la historia construida y ficcional de una habitación que ha tenido diversas funciones, como ser un cuarto infantil, un refugio punk rock adolescente, un aula de escuela, un local en liquidación, una bailanta, un garaje. La acción permite imaginar los sucesos y las vidas de aquellos que habitaron dichos espacios. Unido a la tradición de la pintura mural, Seeber usa elementos industriales: los empapelados para contar historias. Cada empapelado es la presencia de alguien que estuvo ahí y nos propone que, a través de las imágenes que la industria pone al alcance del individuo, se puedan reconocer tiempos, momentos, oficios. De esta manera las imágenes se convierten en signos arqueológicos en una gran ciudad. En una esquina, un agujero negro corta el efecto cromático del mural, en un vacío que, rasgando la pared misma, enfatiza el gesto de la artista: destapar, des-cubrir y esta metáfora del agujero negro se encuentra al lado de los restos de una escalera, de un rescate de las líneas abstractas de un edificio que desapareció. Dialogville, 2009-2010 Vidrio soplado libre. Medidas variables Realizado por Roberto Salazar, de Crystal Uno Presenta una serie de burbujas de diálogo que carecen de palabras. Se trata de esculturas de vidrio translúcido creadas con la técnica de soplado libre que remiten al lenguaje del cómic, pero que se encuentran, en este caso, vaciadas de texto, frases o conversaciones. ¿Ausencia de palabras o espacio abierto a la multiplicidad de conferencias? La artista pensó en el concepto de agrupación de estos diálogos, de cruce de estas conversaciones reunidas en los espacios en los que circulan los espectadores, saliendo de las exhibiciones, o ingresando al auditorio; rincones de opinión, para compartir alguna reflexión. Los grupos de burbujas encontrados en los rincones delimitan un espacio donde aconteció un diálogo: ¿amoroso, político, violento, artístico…? También en esta obra, Seeber nos muestra su territorio artístico que es la reconstrucción de la historia, el tiempo a través de signos, de imágenes vulgares y universales en la era global.
Alejandra Seeber nació en Buenos Aires en 1968. Vive y trabaja en Nueva York y Buenos Aires. Participó del programa para artistas jóvenes dirigido por Guillermo Kuitca en Fundación Proa (1994) y el C.C. Borges (1997). Fue seleccionada por el Atlantic Center for the Arts Residency Program (Florida) y desarrolló un proyecto en el edificio de Le Corbusier La Cité Radieuse (2003) con el apoyo de la Fundación Antorchas. Expuso en forma individual en Hausler Contemporary (Zurich), Galería Fernando Pradilla (Madrid), Virgil de Voldere Gallery (Nueva York), Sperone Westwater Gallery (Nueva York), Galería Dabbah Torrejón (Buenos Aires), Parlour Projects (Nueva York) y Alianza Francesa de Buenos Aires, entre otros espacios.