Desde el 30 de mayo de 2009
FUNDACION PROA presenta la segunda etapa de Comisuras de La Boca, una propuesta artística con obras producidas especialmente para el espacio de PROA Café, ideada por Karina Granieri y Julia Masvernat.
En la primera etapa, durante los meses de marzo y abril, se presentó un programa de videos (Gabriel Baggio, Vanessa Saimovici, Graciela Taquini, Leticia El Halli Obeid, Marco Paulo Rolla e Ivana Vollaro) y una performance de Gabriel Baggio, Conversación.
En esta segunda etapa, se presentan las intervenciones Capital Cultural, de Alicia Herrero, y Los gestos textiles, de Julia Masvernat. El objetivo es seguir mostrando investigaciones relacionadas con la idea de nutrición “no sólo como alimentación, sino también como conversaciones, transmisiones, recuerdos, accidentes, valores de uso, bienes culturales e intercambios”, según explican las coordinadoras del proyecto.
Desde hace tiempo, Alicia Herrero viene desarrollando una obra con dos ejes recurrentes: lo cotidiano y lo conversacional. En esta oportunidad, su trabajo Capital Cultural se formula a partir de la recopilación de imágenes de objetos afines, que produce un nuevo objeto de uso: individuales impresos en papel, que serán utilizados en PROA Café. Su obra propone reflexionar acerca de los intercambios simbólicos y la dimensión de valor y bienes culturales.
La propuesta Los gestos textiles, de Julia Masvernat, reúne una serie de textos recortados de su contexto original. “No hay sucesión de signos alineados unos detrás de otros, sino que la obra coquetea con la arquitectura de PROA Café e inventa nuevos miradores”, explica Karina Granieri, coordinadora del proyecto. De este modo, construye un nuevo texto hecho de fragmentos calados en papeles que se suspenden en el espacio que comunica a PROA Café con la Librería PROA. “Este nuevo paisaje de voces múltiples, remix de fuentes verborrágicas, propone sentidos abiertos: el gusto, el olor, el sonido, la escucha, el habla, el espacio vivenciado”, explica Karina Granieri, coordinadora de esta segunda etapa.
“En ambas propuestas, hay un procedimiento de ánimo deconstructivo que comienza por activar un ojo-bisturí que recorta imágenes, palabras y sentidos dispersos, mapea e interpreta un territorio. De esta manera, develan dinámicas de la sociedad y la cultura en la que vivimos”, agrega Granieri.
Impresión offset. Original collage
Alicia Herrero despliega su trabajo en diversos medios y prácticas. Varios de sus proyectos han sido expuestos en: dispari&dispari project (2009); Van Abbemuseum (2008); Mirta Demare Gallery (2008); 4th Göteborg Biennial for Contemporary Art Rethinking Dissent (2007); La Bienal del Fin del Mundo (2007); Museo de Arte Contemporáneo de Posadas (2006); MACRO (Museo de Arte Contemporáneo de Rosario) (2005); NGBK (Neue Gesellschaft für Bildende Kunst) (2003); Shedhalle (2003); Boijmans van Beuningen Museum (2001/02); entre otras.
Desarrolla Magazine in situ en diferentes ciudades y coordina el Laboratorio de Investigación en Prácticas Artísticas Contemporáneas (C.C.R.Rojas, Buenos Aires).
Las ideas que Alicia Herrero desarrolla desde hace tiempo se presentan en este renovado museo a través de la producción de un objeto de uso, un artefacto con funciones diversas, una materialidad de fronteras difusas entre productor y consumidor, entre realidad y representación. La artista elige los medios más adecuados para su trabajo en un acto que no establece una separación entre la esfera artística y la esfera social. Revisa el concepto de autonomía del arte como instancia de representación de una política, y en este movimiento comprende la relación que existe entre la obra de arte y el contexto en el que es exhibida. Asume de este modo los momentos paradojales emanados de ese vínculo. Busca eludir el espacio aurático y camufla su práctica en otras metodologías. Busca otro punto de apoyo para involucrar al espectador de arte y propone intervalos y argumentaciones cruzadas ¿Acaso no se produce para pensar, sentir, hablar, para poder mirar más allá de lo que vemos? Nos interesa observar cómo a través de las prácticas del ver y del pensar, las subjetividades artísticas tensionan las reglas del campo frente al juego que instala el dispositivo de exhibición y las tecnologías de la imagen.
En Capital Cultural, título de la intervención, los individuales utilizados en las mesas blancas del restaurant-café de la Fundación Proa fueron impresos en papel con una imagen/collage. El procedimiento de la artista comienza con la activación de un ojo-bisturí que recorta y archiva atributos de objetos, figuras y textos de catálogos impresos y online. Estos son re-cartografiados en el plano de sus composiciones. La propuesta de obra da continuidad a la serie en proceso Art & Capital. Reúne cifras en GBP, USD y EUROS con potiches, vajillas, diseños en porcelana, metal o cristal que corresponden a catálogos de galerías de subastas. Esta operación de construcción-deconstrucción apunta al problema de la valoración de la obra de arte, así como a la noción de capital y/o patrimonio. Crea una zona disidente o límite donde los signos y las formas dejan ver ciertas estructuras internas y contratos del Sistema del Arte. Viene al caso el artículo “Perspectiva del cono invertido” (Planta, revista nº 8). Allí Fernando Sucari nos acerca reflexiones de Stefan Garmer. Garmer utiliza el concepto de Marx acerca del fetichismo de la mercancía y se expresa así: "La magia de la obra de arte recuerda el fantasmagórico atractivo del fetiche: en vez de contrapesar su atractivo, la obra de arte imita a la mercancía. Como la mercancía, se la adora porque el trabajo, la sociedad y la historia que la produjeron se ocultan detrás de sus efectos espectaculares”.
La pieza plantea un espacio topológico situado en la zona social del espacio museístico como condición de uso. Se involucra definitivamente con quienes tomen contacto, ya sea participando de un ready-made performático, utilizándolo como poster de pared, papel envoltorio o tirándolo a la basura. El capital simbólico, Bourdieu dixit, no tiene una dirección obligatoria de uso.
Papel calado
Artista visual y diseñadora gráfica. Su trabajo se desarrolla en diversos medios y técnicas: objetos en madera, instalaciones de papel calado, proyecciones de sombras, juegos interactivos audiovisuales, plataformas web. La relación íntima con los materiales y sus transformaciones (de forma y de sentido) es una temática recurrente en sus proyectos. Expuso sus obras en diversas muestras grupales e individuales (C.C.R.Rojas, C.C. Recoleta, CCEBA, arteBA, VideoBrasil, Fundación Telefónica, fundacion pROA, Galería BM). Participó en la beca Rojas-UBA-Kuitca 2003-2005. Formó parte del colectivo Terraza y del Taller Popular de Serigrafía. Es docente universitaria en arte electrónico y dicta un taller de arte audiovisual para jóvenes.
Necesito estas palabras escritas
Arthur Bispo do Rosario
Arrugamos el texto, al mismo tiempo que lo fracturamos por medio de la lectura y la escucha. Lo replegamos sobre sí mismo. Relacionamos entre sí los pasajes que se corresponden. Cosemos juntas las partes dispersas, extendidas, divididas sobre la superficie de las páginas o en la linealidad del discurso: leer un texto es reencontrar los gestos textiles que le han dado su nombre.
¿Qué es lo virtual? Pierre Lévy
En el trabajo de Julia Masvernat hay un rumor de enunciación de todo lo que está en el mundo… para que el hilo rojo de la experiencia pase de una mano a otra, la frase es de Walter Benjamin. Citar las fuentes podría ser un camino, pero no creo que se trate de eso hoy. Los textos que componen la obra de Julia en muchos casos son frases que están hechas de palabras ajenas. Son nombres propios. Sentir lo ajeno como propio, una operación que remite al copy left, al uso comunitario de las palabras, saludable polisemia que aún resiste a los procesos de naturalización de sentido.
Los gestos textiles convocan a un nuevo texto, a un nuevo paisaje de voces múltiples: remix de fuentes verborrágicas que pueden desbordar hasta el silencio. Donde la perspectiva pierde la razón y se fractura, proponiendo sentidos abiertos: el gusto, el olor, el sonido, la escucha, el habla, el espacio vivenciado, un intento de conversaciones prolongadas. Las voces gritan y escuchan, peligros y tesoros dibujados de la boca al oído.
Todas las frases, palabras, fragmentos, tienen un origen, un devenir. Fueron encontradas, seleccionadas, coleccionadas por su presencia poética y conceptual, por su valor histórico, por su reserva de datos, y es de infinitas lecturas y escuchas que este curso es posible. Como si los textos le dieran a la artista órdenes, órdenes que se trasladan de la lectura a la escritura calada en papel, órdenes de letras manuscritas con predominio de curvas que anudan y evocan el grafismo de nuestras primeras escrituras formales.
Las textos están aquí y ahora esperando un intercambio, una actualización, un detenimiento tan preciso y accidentado como el movimiento que marca el ritmo de la lectura en el espacio aéreo de un hueco, un hueco institucional. No hay sucesión de signos alineados unos detrás de otros, la obra coquetea con la arquitectura e inventa miradores, una construcción suspendida en un instante congelado. Frágil artesanía monumental que se prueba a sí misma, que prueba su fuerza, sus campos de fuerzas.
Nota: lo señalado en bastardilla corresponde al repertorio de textos de la obra.
Comisuras de La Boca es una propuesta coordinada por Karina Granieri y Julia Masvernat que se produce para el contexto específico del restaurante/cafetería de la Fundación Proa y nace a partir de una iniciativa de la institución como método de trabajo.
Reúne un programa de videos e intervenciones que despliegan imágenes, textos, palabras, diagramas; investigaciones en torno a la idea de nutrición, no sólo como alimentación sino también como gestos textiles: conversaciones, transmisiones, recuerdos, accidentes, valores de uso, bienes culturales e intercambios.
Los proyectos actuarán interfiriendo el lugar creando momentos de desvíos en los contenidos habituales del espacio y provocando un envolvimiento lúdico y reflexivo con aquellos que tuvieran disponibilidad. Vehículos y dispositivos afines al espacio del restaurante/cafetería serán plataformas de encuentro con lo que está sucediendo.
La propuesta se irá completando en capas a modo de trabajo en proceso, e inaugura su primera etapa con la presentación de una serie de videos y una performance en la terraza de Proa. Los videos, dispuestos en una pantalla a modo de ventana hacia situaciones cotidianas, en su mayoría, son relatos que suceden en espacios domésticos donde la cámara interviene con el fin de registrar y exteriorizar un lenguaje interior, un acontecimiento dialógico.
Av. Pedro de Mendoza 1929, La Boca, Buenos Aires.
[54.11] 4104 . 1000
De martes a domingo de 11 a 19 horas.
Admisión: $ 10 (general), $ 6 (estudiantes) y $ 3 (jubilados).
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