*Las obras exhibidas enImpromptu, fueron producidas en Buenos Aires, 2014, en colaboración con estudiantes de la Universidad Nacional de las Artes, docentes y alumnos del Instituto Municipal de Cerámica de Avellaneda.
Las obras pertenecen a la colección del artista.
Sala 2
La ciudad del sueño eterno, 2014
Pólvora sobre papel
300 x 1200cm
Centinelas del Valle Encantado, 2014
Pólvora sobre papel
300 x 1600cm
Agua Grande, 2014
Pólvorasobrepapel
300 x 1600 cm
El colosal tamaño de los dibujos los convierte en obras espaciales, lo que permite que los espectadores entren en la escena del dibujo. El contenido de cada dibujo y la relación entre ellos reflejan las experiencias que tuve al explorar los paisajes de Argentina, al sentir con mi cuerpo la tierra de este país, y al dar un paseo por los paisajes geográficos y culturales de Argentina. Cuando hice los dibujos, usé mi cuerpo para volver a experimentar de nuevo los paisajes: las sierras de Cachi, con su niebla que va y viene a perpetuidad, y sus cactus pinchudos que absorben la humedad de la niebla; las inacabables Cataratas del Iguazú, sin principio ni fin; y el cementerio donde los eternos "residentes" dormitan en paz sobre la remota meseta de Cachi. Allí conocí a una familia y los ayudé a repintar la tumba de sus padres con unos brochazos de pintura fresca.
Cuando hice los dibujos, colocamos los papeles en el suelo. Usé mis brazos y manos para frotar y apretar la pólvora; entonces decidí dónde encender la mecha y dónde añadir peso en la parte superior del dibujo para intensificar la explosión. Este proceso me permitió volver a experimentar tanto las energías visibles como las invisibles de los paisajes, retomando así mi diálogo con la naturaleza. La explosión me permitió revisitar mis relaciones con la energía: las cascadas; el vapor de agua que se levanta; la lluvia que sigue; cómo esculpen movimientos en los valles, y cosas así. Cuando el público me observaba creando la obra, me vieron emprender un viaje a la naturaleza mientras dibujaba. Ellos también se embarcaron conmigo en una aventura, a la espera de que la pólvora provocara una transformación mágica, instantánea, tanto antes como después de la explosión. Todos me acompañaron en ese viaje, y sintieron el mismo entusiasmo y los mismos nervios que yo, expectantes ante un destino desconocido.
Gracias a la ardua labor y la inteligencia emocional de decenas de voluntarios de la Universidad Nacional de Artes (UNA), este conjunto de obras está extraordinaria mente arraigado en esta tierra.
Rastros de enredadera, 2014
Pólvora sobretela, dos paneles
630 x 174 cm
Se extendieron sobre lienzo las flores y las hojas de cerámica y se encendieron con pólvora. Tras la ignición, el humo color tinta oscura resultante dejó una imagen pictórica en el lienzo, con impresiones de las campánulas y de las hojas.