S/T (argumento), 2014
Intervención, hierro.
Cincuenta y un centímetros es el ancho de la cornisa que separa la terraza del exterior, es el espacio suficiente para poder caminar cómodamente por ella. S/T (argumento) es una estructura de metal que funciona como una pasarela con pasamanos y se encuentra ubicada en el límite entre dos escenarios que se disputan la acción. Se trata de un umbral transitable a partir de un tramo domesticado por un armazón de seguridad de seis metros de largo que sugiere la posibilidad de atravesar la delgada frontera entre el espacio seguro (de Fundación Proa) y el vacío (del espacio exterior). Es una invitación a pensar la posibilidad de experimentar la sensación de vértigo de caminar por la cornisa, transitar entre un mundo y otro, para finalmente definir a cuál entrar. Una propuesta que por la ausencia de los escalones de acceso queda en la promesa, ya que esta falta no permite llevar a cabo la acción tan fácilmente.
Un vaso de agua, 2014
Audio 25 minutos,
Guión y dirección: Leandro Tartaglia
Grabación, edición y mezcla: Mariano Ast
Voz español e inglés: Romina Propato
Materiales: mesa, sillas, equipos de sonido, mapa, lupa, dispenser y vaso de agua
En un formato epistolar una voz escribe una carta al futuro, para una o varias personas dentro 500 años o más hacia adelante. ¿Qué se necesita para hacer un vaso de agua? ¿Cómo será el agua que beberemos en 1000 años? Hacer preguntas que generan más preguntas alrededor de un elemento socialmente asimilado. El agua, está presente en el proceso de producción de cada cosa usamos. Tenemos una relación vital con ella, baja de la montaña al río, llega a la cuenca contaminada del Riachuelo.
Afiches en los descansos de las escaleras indican al público que en una mesa en el bar, hay una obra de teatro de sonido. Al llegar, mediante indicaciones simples, el público activa el reproductor de mp3 que inicia una documentación en diferentes direcciones: históricas, literarias, políticas, económicas, tecnológicas. Esta nueva pieza de teatro de sonido, intenta abrir interrogantes alrededor del agua como alimento, bien preciado, combustible, medio o frontera, y crear a partir de un objeto común, una serie de conexiones obvias o desconocidas, que revelan la complejidad encerrada en este objeto naturalizado. Sentados en el bar de Proa, el río no se ve y desde afuera el interior del bar tampoco. Desde un punto fijo, se proyectan recorridos y anulaciones.
Para estar a la altura, 2014
Estructura de MDF revestida en cemento.
En 2008 Proa reabre sus puertas luego de una gran reforma arquitectónica que incorpora dos imponentes ventanales de vidrio en la fachada “vuelve viable el sueño de un museo transparente y abierto, interactivo al exterior”. En el último piso de la Fundación, el Café invita a disfrutar de un menú delicioso “ofreciendo uno de los paisajes más extraordinarios de La Boca”. Paradójicamente, esta vista tan apreciada no deja verse cuando uno decide sentarse en sus mesas. Para estar a la altura es una pieza que consiste en la instalación de una tarima que eleva una mesa y sus sillas con el objetivo de apreciar una perspectiva más amplia del paisaje. Sobre la tarima el público tendrá la posibilidad de tener otro punto de vista de la relación interior/exterior. Esta obra atraviesa la problemática de los límites y la demostración de que ellos nunca son fijos ni exactos. A partir de un mínimo gesto, este sitespecific permite corrernos de lugar, elevarnos y poder ver hacia fuera un poco más de lo que el muro de la terraza permite. La tarima genera un desnivel, delimita un espacio que sutilmente remarca la diferencia en relación a su entorno, abre un juego que tiene que ver con tener acceso limitado, desear estar allí para ver desde ese único punto de vista, sabiendo que desde las otras mesas no se puede.