Mario Merz
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Nació el 1 de enero de 1925, en Milán, Italia. Criado en Turín, estudió medicina durante dos años en la Universita degli Studi di Torino. Seunió al grupo antifascista ÒJusticia y LibertadÓ durante la segunda guerra mundial; casi a su término fue detenido y encarcelado en 1945 por razones políticas. En la cárcel dibujó incesantemente sobre cualquier clase de material que tenía a su alcance. En 1950 comenzó a pintar con óleo sobre tela. Su primera exhibición individual se realizó en la Galleria La Bussola en Turín en 1954, donde incluyó obras cuya temática se relacionaba con sistemas ecológicos. Alrededor de 1966, comenzó a perforar lonas y objetos -botellas, paraguas, impermeables- con tubos de neón, alterando los materiales a través de una infusión simbólica de energía.

En 1967, Merz se asoció con otros artistas italianos -Giovanni Anselmo, Alighiero & Boetti, Luciano Fabro, Jannis Kounellis, Giulio Paolini, Giuseppe Penone, Michelangelo Pistoletto, Gilberto Zorio y su mujer Marisa Merz- constituyendo un movimiento artístico articulado por el crítico y curador Germano Celant denominado Arte Povera: arte tridimensional pobre en materiales y rico en significados. Los materiales que utilizaban no tenían voluntad de representar. Los artistas abandonan entonces el objeto de construcción del arte tradicional y éste aparece como un proceso ligado íntimamente a la vida, no es un producto acabado.

La relación arte-vida es la gran consigna artística del Arte Povera. Los materiales que utilizan no poseen un gran significado cultural, su interés reside en el hecho de que están en contacto directo con el hombre. Así, importa la idea de que el hombre activa dichos materiales para otorgarles un sentido. Este movimiento artístico histórico se caracterizó por una estética anti-elitista que incorporaba materiales propios de la vida cotidiana y del mundo orgánico en protesta por la deshumanizante naturaleza de la industrialización y del consumismo capitalista.

Desde 1968, Merz utiliza la imagen del Iglú, que se convirtió en su marca de autor. A lo largo de los años el IGLU fue construido con diversos materiales. Suele tener un esqueleto de metal y cubierto con fragmentos de arcilla, cera, lodo, vidrio, arpillera y ramas, frecuentemente acompañadas por frases políticas o literarias en tubos de neón.

En 1970, Merz comenzó a utilizar la fórmula de Fibonacci de progresión matemática dentro de sus trabajos, transmitiendo el concepto mediante el uso de los numerales y la figura del espiral.

Al momento de realizar su primera exposición individual en el Walker Art Center de Minneapolis, Estados Unidos, en 1972, ya había comenzado a agregar a la iconografía de sus obras una serie de periódicos amontonados, animales arquetípicos y motocicletas. A estos elementos se les sumó posteriormente la mesa como símbolo de la necesidad humana para la plenitud y la interacción. Con frecuencia, Merz responde al ambiente específico de sus exposiciones a través de la incorporación de materiales propios del área y adaptando la escala de la obra al espacio, como ocurre en Fundación Proa en Buenos Aires.

Merz posee una larga carrera de exhibiciones internacionales. incluyéndolo tanto en exhibiciones de Arte Conceptual, Arte de Proceso y Minimalismo, y "Arte Povera". También desde hace unos años sus muestras retrospectivas se incorporaron la Agenda de los más importantes museos del mundo.

Representando a uno de los movimientos más trascendentes de la posguerra europea, Merz se destaca por la versatilidad de su propia obra y un largo proceso creativo que lo consagra como uno de los grandes maestros del arte del siglo XX.

Mario Merz

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