Presentación 
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Futurismo no es futuro. Futurismo no es exceso de modernidad. Futurismo quiere decir: acontecimiento artístico único. Libre. Fascinación por el presente. Por el rumbo irreversible del “progreso”. Es artes visuales, literatura, cine, arquitectura, teatro, danza, cocina y moda.

A partir del 1º de abril, Fundación Proa presenta El Universo Futurista. 1909 - 1936, una exhibición histórica con más de 240 obras provenientes del MART y bajo la curaduría de su directora, Gabriella Belli. La muestra revela el furor creativo de los futuristas en cada una de las disciplinas que abordaron a partir de la aventura vanguardista que gestó el poeta Filippo Tommaso Marinetti, en 1909. Una visión del mundo: un sistema de creación puesto al servicio de las novedades, ignorando el pasado, acompañando a principios del siglo XX en Italia el surgimiento de las luces, el ruido de los automóviles, la aparición de las industrias. La metamorfosis de las grandes ciudades: Las casas durarán menos que nosotros, anticipa uno de los manifiestos.

Una sección documental da cuenta de los Viajes de Marinetti a Argentina, Brasil y Uruguay (en 1926 y 1936), y de las controvertidas opiniones de los intelectuales de la época. Emilio Pettoruti, reconocido como el artista futurista latinoamericano, está presente en la exhibición con obras de la época.

La histórica exhibición se plantea en las cuatro salas, cada una dando identidad a las diversas disciplinas en diálogo. Un universo de contradicciones y libertades que demuestra la capacidad creativa de las primeras vanguardias históricas y sus ambiciones utópicas.

Es un orgullo para Proa festejar los 100 años del Futurismo con una exhibición deslumbrante, gracias al apoyo permanente de Tenaris – Organización Techint.

Conversación con Adriana Rosenberg, directora de Fundación Proa
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A 100 años del nacimiento del futurismo, y luego de las celebraciones internacionales en varios museos del mundo, Fundación Proa presenta la muestra El Universo Futurista: 1909 – 1936, que por primera vez en Argentina, alberga más de 240 obras que dan cuenta de la riqueza interdisciplinaria del movimiento artístico más controvertido del siglo XX.

De esta manera, Proa intensifica su proyecto de acercar a nuestro país los movimientos y artistas más representativos del siglo XX, en colaboración con destacados museos e instituciones internacionales. Organizada conjuntamente con el MART –la institución que posee la mayor cantidad de obras futuristas en Italia– y con el apoyo de la Embajada de Italia en Argentina y el auspicio permanente de Tenaris/Organización Techint, presentamos El Universo Futurista: 1909 – 1936, un recorrido único y extraordinario.

¿Hay una continuidad entre esta muestra y Marcel Duchamp, una obra que no es una obra de arte, la muestra con la que Proa celebró su primera década, en 2008?
En su programa, Proa asume el compromiso de presentar a los más destacados movimientos de vanguardia y a artistas de reconocimiento internacional. Siempre, montando exhibiciones especialmente diseñadas para nuestra institución y pensadas para nuestra realidad. Es un gran desafío institucional que Proa ha logrado mantener. En ese sentido, organizar Duchamp y ahora Futurismo es para Proa –y también para nuestro país– un orgullo. En 2009 se cumplieron los 100 años de la publicación del primer manifiesto futurista, y nosotros, reconociendo la importancia de su relectura, nos sumamos a los festejos con esta exhibición.

¿Cuál es la riqueza del Futurismo en relación a los otros movimientos de la vanguardia?
El futurismo, a diferencia de otras formaciones de vanguardia, decidió enérgicamente traspasar la frontera del arte y transformar la vida, o inventar un “nuevo mundo”. Por eso mismo, es una las utopías más notables del siglo XX, atravesada y definida por la Primera Guerra Mundial, que marca un antes y un después en su poética. Así es que este concepto de totalidad, de voluntad transformadora del mundo cotidiano, invade la arquitectura, el arte, la moda, la cocina, deslizándose cada vez más hacia esa novedosa forma de vida que logró imponer. Eso hace que el modo de exhibirlo sea muy difícil, es decir, sea tan complejo como su propia complejidad. Es un movimiento de mucha diversidad.
La intención de Fundación Proa es entonces generar una exhibición que dé cuente de este universo, sin limitarse a la pintura, a la literatura o a la arquitectura. El objetivo, para nada simple, es revelar ese universo: más que presentar una corriente, nos interesa abrir las puertas de un mundo.

¿Fue por eso que pensaron en el Mart, que es el museo que tiene la mayor cantidad de obra futurista en Italia y que cuenta, además, con un archivo indispensable para investigadores?
Exactamente, el Mart es el museo más destacado en materia de colecciones futuristas de las diversas disciplinas, y cuenta con un archivo histórico que es una extraordinaria fuente de investigación. Fue en diálogo con su directora, Gabriella Belli, que coincidimos en traer futurismo a Argentina. El Mart tiene a su cargo gran parte del patrimonio del movimiento, y una de sus tres sedes, además, es la “Casa Depero”, de Fortunato Depero, una figura central del futurismo, que donó a la institución su casa y cerca de 3.500 obras.

¿En qué aspectos se diferencia El Universo Futurista de las muestras sobre el movimiento que se presentaron en el Centro Pompidou, en París, en la Tate Modern Gallery de Londres, y en Roma?
Quien vive en Europa o en Estados Unidos y acostumbra visitar museos, conoce el Futurismo desde pequeño. Los  europeos lo estudian en la escuela. Para ellos es algo familiar. Por ende, cuando conmemoraron los 100 años del movimiento, los diversos museos del mundo plantearon diferentes propuestas curatoriales. Por ejemplo, el Pompidou y la Tate de Londres presentaron una visión del futurismo a nivel global, con una enorme cantidad de obra, muy centrada en la pintura e incorporando además al futurismo ruso y la de otros países. En Milán, en cambio, la decisión fue festejar el Futurismo y su legado hasta la actualidad, y tomar toda la ciudad con las diversas disciplinas artísticas, a lo largo de varios meses: hubo teatro, comida, moda y cine en toda la ciudad. Fue un evento muy convocante y de gran orgullo para Italia. En Argentina, primero tenemos que presentar el tema, darlo a conocer y mostrarlo en su amplitud multidisciplinaria, dando cuenta de la vastedad del grupo y de los proyectos de los artistas. Poesía y literatura son muy importantes; arquitectura, moda, teatro, también. Por eso que todas ellas conviven en El universo futurista. No se puede importar una exhibición: acá, nuestro gran desafío fue pensarla para nuestro entorno.

¿Y cómo ponen de manifiesto, entonces, esa singularidad?
En el catálogo de la muestra, por ejemplo, estamos publicando alrededor de 13 manifiestos futuristas traducidos al español, un material que para un lector europeo ya no es necesario – ya que tienen muchas ediciones en cada idioma - pero para nosotros es un aporte fundamental: el manifiesto es una proclama que ilumina esa revolución que los artistas impulsaron, cada uno de ellos, con una escritura muy peculiar y con un uso de la tipografía completamente renovador.

Acá se conocen las dos visitas de Marinetti a Argentina, y la obra de Emilio Pettoruti, nuestro representante futurista.
Es cierto, Marinetti llega en dos oportunidades, en el 26 y en el 36, y para difundir el movimiento. Como ven, el Futurismo ya tenía una idea de exportación cultural y de utopía de globalización. Por eso, el catálogo y la exhibición cuentan con un apartado especial que expone esos dos viajes y las diversas repercusiones que tuvo en nuestro país. Este apartado, y la inclusión de obra de Emilio Pettoruti, es la manera de retomar eso que muchos ya conocen acerca de esta vanguardia.

¿Cómo está organizada El universo futurista: 1909 - 1936?
La exhibición esta compuesta por más de 240 piezas, entre obras y documentos, casi todas pertenecientes a la colección del Mart. A través de diversos grupos de obras, se pueden comprender las bases de los primeros manifiestos. Luego, hay algunas reconstrucciones, como por ejemplo la obra de Russolo, el Intonarumori, los personajes teatrales de Depero, un espacio especial dedicado a la pintura y a la escultura, una sección destacada sobre la fotografía y una sección muy importante sobre la literatura y su revolución textual y tipográfica. Un universo.