Prensa Publicada

  • Título: La gran bestia Lyon.
    Autor: Mariano Soto
    Fecha: 01/05/2020
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    En la novela La eternidad, de Milan Kundera, una de las protagonistas, Agnes, hermana mayor de Laura, en un momento cae en la cuenta que su hermana menor planteó toda su vida en imitar a Agnes, en parecerse lo más posible a ella; en copiar sus gestos, en vivir de su belleza, de su originalidad. Aunque con un resultado aparentemente opuesto. Con lo cual Agnes, agobiada, se pregunta si no existirán sólo un par de gestos, un par de “maneras de ser” que, luego, aún inconscientemente, todas las demás personas  imitan, más o menos infructuosamente.
    La muestra Aire de Lyon en Fundación Proa, es un recorte reformulado de la Bienal homónima curada por Victoria Noorthoorn en 2011. Al leer los textos de la curadora para la Bienal francesa, la línea conceptual trazada y la dinámica selectiva y criterial que la acompañan suenan vigorosas, interesantes. Incluso necesarias para nuestro momento histórico. El mismo título que cita aquel poema de Yeats –dubitación moderna pura- es una admonición que promete algo, como menos, intenso: “Una terrible belleza ha nacido”… pero lo que nos revela la hermana menor porteña es bastante menos que eso. En realidad, algunas de las obras ilustran este concepto a la perfección, pero el clima general no llega a tanto. Un solo gesto, dos resultados distintos.
    “La 11ª Biennale de Lyon quiere estar viva. Si pudiera ser considerada como un animal o como una bestia, lo elegiría” dice Noorthoorn en uno de los textos. Hermosa idea y linda y poética imagen, pero al producto final el traje le queda algo holgado. La bestia perdió un poco el rumbo con el viaje. O sufrió de jet lag.
    No obstante, varias son las obras que generan el encuentro con una belleza terrible o con lo terrible de la belleza, según quiera verse. O que interpelan sobre incertidumbres actuales ancladas en horrores de un pasado más o menos inmediato. La instalación de Robert Kuśmirowski es inmejorable ejemplo de ello. Como espectadores detrás de una cámara Gesell, vemos del otro lado una suerte de laboratorio-cámara de pruebas, con aires de película de espionaje setentosa. Verdaderamente inquietante, la pulcritud de todo el aparataje vintage nos clava un buen aguijón. Al lado, la misma obra salva con inteligencia lo que estuvo al borde de la obviedad: vislumbramos una silla eléctrica pero detrás de un vidrio esmerilado; el margen de inasibilidad la salva de caer en lo fácil.
    En la pared de enfrente, con papel y acuarelas, la sudafricana Marlene Dumas expone un muestrario de abusos y/o voluptuosidades enmascarados en la simpleza de unos dibujos preciosos y frescos, aparentemente infantiles. Esta instalación tiene cierto punto de contacto con la de gouaches rosadas exhibidas el año pasado en la misma Fundación Proa, en la muestra sobre Louise Bourgeois curada por Larrat-Smith.
    El recorte espacial llevado a cabo en la sala 2 en función de esta parte de la muestra, resulta largamente apreciable. La reformulación de los espacios expositivos en sujeción a un relato curatorial, son siempre bienvenidos. Un toque escenográfico o espectacularizante resulta hoy 100% legítimo y enriquecedor para el mundo de las artes visuales o, incluso, para el de la museología.
    La sala siguiente alberga otras dos obras potentes: la inquietante/humorística bolsa negra en movimiento de Eduardo Basualdo –que nos lleva del asco a la risa con un solo ticket- y la instalación de Eva Kotátková, Máquina de re-educación, donde imaginamos lectores de libros escolares encerrados en una cisterna como método/castigo, y, a continuación, una rueda que sumerge esos mismos libros en un piletón,según se la accione. En esta obra, por ejemplo, las tensiones internas que se producen según interpretemos el significado último como juego escolar rebelde o como método de represión a las ideas –o cualquiera otra lectura que se pueda hacer- va exactamente en la línea de la propuesta curatorial de jugar con sentidos opuestos, interpretar hacia un lado o hacia el contrario.
    Alrededor de la máquina re educadora, y como parte de la obra, una serie de dibujos/collages resultan redundantes en la intención de agregar algo que no hacía falta agregar. Se despegan estéticamente de la obra central y cuesta verlos como parte integrante, amén que están yuxtapuestos con un video y una instalación de otros dos artistas, lo cual vuelve el conjunto un poco confuso, haciendo perder fuerza a la tremenda obra de la artista checa.
    Como transición de la planta baja al primer piso, en la escalera, mientras se echa un último vistazo a los incomprensibles y sosos ready mades de Katinka Bock, la mucho más desmaterializada pero presente obra de Lenora de Barros (Utopy, 1996) resulta sorpresiva. Un sonido roto, ahogado por momentos, inesperado, nos deja perplejos mientras subimos: ¿escuchamos algo o no? ¿Era una voz de la calle? Sin espectacularidad ninguna, la obra funciona generando perplejidad, con mucho menos –y con mucho más- que una tabla apoyada contra la pared.
    En el piso superior, la apuesta cambia la proporción de componentes: si la planta baja jugaba con un posible costado humorístico de lo siniestro, en la planta alta predomina el humor, jugando a exponer airoso su lado siniestro, lo cual lo vuelve mucho más humorístico aún.
    La Bruja, la obra de Cildo Meireles, es la más efectiva en su tipo de site specific, inundándolo todo subrepticiamente, divertida y mala a la vez, como buena bruja. Los montones de lana negra funcionan como obra visual pero además se disparan en varias direcciones: cambian la percepción volumétrica del piso, entorpecen el paso, generan incomodidad de movimiento, guardan mugre, vierten su negrura solapada everywhere, pero con cara de yo no fui. En la sala donde La Bruja empieza con su hechizo lanar, las obras de Marina de Caro, los dibujos de Christian Lhopital y Marlene Dumas –otra vez- y el patético payaso de Laura Lima funcionan perfectamente como un todo. Tanto que, por momentos, pueden confundirse un artista con otro; pero a diferencia de en la sala de abajo, acá el efecto aporta y no merma. El chiste general predomina por sobre la anécdota particular de las partes.
    Trasponiendo la sala y llegando a la librería, el hall del Auditorio y la cafetería, el efecto de abigarramiento genera confusión perceptiva y, por tanto, va en detrimento del discurso y del concepto general. Parece gobernar el horror vacui, y el concepto de invadir los espacios institucionales con las obras creadas ex profeso deviene en estética de bazar que, por tanto que ofrece, no nos permite detenernos en nada en especial. El caso de la instalación de Diego Bianchi es emblemático de éste síntoma: demasiadas piezas, demasiadas situaciones, demasiados juegos matéricos. La intervención del vidrio de la escalera, blanqueado a la cal y grafitteado al mejor estilo obra en construcción; el nylon negro que cubre la vidriera y el silloncito clásico a punto de reventar bajo el peso de una piedrota casi gemela al menhir que portaba Óbelix, resultan el conjunto más aprehensible y expresivo. Muchas de las piezas son bellas –un accidente doméstico con reminiscencias surrealistas-; la coctelera chorreando cemento es increíble, por ejemplo, pero el efecto final es el de muchas cosas apretadas en un espacio chico y difícil. Con menos, la situación hubiera sido perfecta. Hacia abajo, en la escalera que lleva a la entrada, la intervención de Garrett Phelan es un gran acierto, y el negro predominante retoma la invasión espacial allí donde La Bruja se cansó de seguirnos.
    La idea de la belleza terrible, la posibilidad del disparate como posibilidad, la lectura y los ecos de las obras en sentidos antagónicos, el humor, la incertidumbre y el antídoto de poder reírnos de nosotros mismos como actores de nuestro tiempo, fueron todos elementos propuestos en el planteo de la Biennale de Lyon. En su versión reformulada material y espacialmente, la versión porteña, tal vez como escudo protector, se llamó a sí misma Aire de Lyon. No es lo mismo, es un aire de. Planteada así, la muestra se cubre a sí misma de una posible pérdida de activos. Compuesta de varios puntos altos y apoyada en una búsqueda narrativa inteligente, Aire de Lyon es buena y aporta una mirada. Pero imaginamos que su hermana francesa, desparramada en 14.000 m2 de museos, fundaciones y monumentales ex fábricas lyonesas, tuvo la posibilidad de jugar otro juego y lucirse en el intento.

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  • Título: ¿El aire es más liviano que el viento?
    Autor: Silvina Duna
    Fecha: 11/07/2012
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    Aire de Lyon, 35 obras de artistas contemporáneos. Curaduría de Victoria Noorthoorn. En Fundación Proa. Av. Pedro de Mendoza 1929. Del 17 de marzo hasta junio. De martes a domingo de 11 a 19 hs. Lunes cerrado.

    Proa abrió su año con la muestra Aire de Lyon, una versión reducida y modificada de la 11º Bienal de Lyon edición 2011. En Proa participan 35 de los 78 artistas de aquella bienal, algunos presentan las mismas obras y otros han sido invitados a desarrollar nuevas propuestas para esta exposición de Buenos Aires.
     
    La bienal de la ciudad francesa y esta exposición se fundamentaron en el proyecto curatorial de la argentina Victoria Noorthoorn, que sostiene sobre esta muestra en particular  que “(…) cada uno de los artistas habla en voz alta sobre su experiencia del presente, su condición de artista, y las condiciones de la exposición misma”.
     
    Aire de Lyon, más allá de las palabras curatoriales se muestra a veces un poco inconsistente. Presenta obras que investigan sobre diversos soportes y lenguajes, pero también sobre temáticas que se tornan tan diversas que produce desconcierto en su coexistencia en una misma muestra.
     
    Sin embargo, hay obras que presentan tal contundencia y claridad en sus propuestas que merecen ser destacadas porque tematizan concretamente una contemporaneidad -“experiencia del presente”, en palabras curatoriales- vista desde la óptica de las paradojas. Pero la contemporaneidad así propuesta es tan amplia y diversa como inabarcable y las obras que se destacan lo hacen por sus planteos precisos.
     
    “La bruja 1”, del carioca Cildo Meireles, es una de las imperdibles obras. Se presenta como un amasijo de lana que todo lo llena, una gran marea negra que se adentra y se enreda por las salas, entre la gente con 3000 kilómetros de hilo. Es un enorme caos y oscuridad que impone súbitamente un orden ocupando todo el espacio de exposición.
     
    Otro hallazgo es la obra de Laura Lima: un payaso que no hace nada y no divierte a nadie, lo llamativo es que parece un muñeco sentado en un rincón y finalmente se observa que respira, que se mueve imperceptiblemente, descubriendo que es un actor. “No tiene nada que ver con el espectáculo ni con el entretenimiento y está como olvidado: por eso está ahí, como tirado” aclara la artista.
     
    La propuesta del porteño Eduardo Basualdo produce hipnotismo y desasosiego, una bolsa que cuelga del techo parece tener un animal encerrado, con un mecanismo simple de un motor en movimiento, produce la angustia de ver el encierro y la asfixia con una obra simple, pero cautivante.
     
    Por último, “No. 84 (Document 2000 Hiroshima)” del holandés Michael Huisman conjuga la poética y la mecánica. Un perrito hecho con vendas, cinta de papel, pelo del artista, que mira con ojos de vidrio a través de la jaula donde está encerrado. Entre sus patas tiene una radio marca “Hiroshima” y mueve la cabeza mecánica y torpemente. Al costado de la jaula hay cinco botones y el presionar cada uno de ellos provocará distintas reacciones en este animal encerrado.
     
    Injusto sería decir que son las únicas obras interesantes de la muestra pero sin duda son las mejores. Posiblemente la excesiva apertura en la decisión curatorial -el presente, ser artista y la exposición- produce esa sensación de que las obras son interesantes, pero que su convivencia en una exposición pierde sentido. ¿Será la maldición de las segundas versiones?, ¿Qué habrá sucedido entre la muy elogiada edición de la 11º Bienal de Lyon y esta versión que tan sólo indica que son “Aires” de Lyon? ¿Será que las obras en serie menguan su valor si la totalidad que las convoca se modifica?
     
    Sin lugar a dudas, Proa sigue siendo un lugar excepcional y se constituye como uno de los espacios para la visibilidad del arte contemporáneo. Esta muestra ofrece todas las variables de lenguajes, materiales, soportes a los que el arte actual nos ha acostumbrado, simplemente será necesario reconsiderar las serias decisiones que deben tomarse sobre aquello que se muestra porque se podrán ver potenciadas o devaluadas en un vendaval de propuestas inconexas.

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  • Título: El Aire de Lyon impulsa al arte contemporáneo argentino.
    Autor:
    Fecha: 07/05/2012
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    La Bienal de Lyon, rebautizada en Buenos Aires bajo el nombre de “Aire de Lyon”, impulsa un arte contemporáneo argentino profuso que despierta asombro en el extranjero, aunque sigue siendo ignorado en casa.
    “Dentro de cinco años, veremos surgir el arte argentino, es muy fuerte”, afirma el director de la Bienal de Lyon, Thierry Raspail, durante la  inauguración en la Fundación Proa de esta exposición que prolonga en Argentina  la muestra francesa realizada de septiembre a diciembre último.
    Según Raspail, “la imagen en el extranjero del arte contemporáneo argentino  está muy por debajo de la realidad. Hay aquí una simbiosis entre las diferentes  disciplinas que no existe ya en Francia”.
    La argentina Victoria Noorthoor, de 40 años, es la arquitecta del éxito de la Bienal de Lyon, que en esta ocasión trajo a su país 35 de los 78 artistas de  la muestra por invitación de la directora de la Fundación Proa, Adriana  Rosenberg.
    Ocho de los nueve argentinos presentes en Lyon participan junto a artistas  de Francia, Colombia, Brasil, Holanda, Alemania, Polonia, República Checa,  Sudáfrica y Zimbawe, entre otros.
    La exhibición en el bello espacio de Proa, en el viejo puerto porteño de La  Boca, es además para Noorthoorn una oportunidad de patear el hormiguero.
    “En Buenos Aires, las instituciones son muy conservadoras, no se le da al  arte contemporáneo el espacio que necesita”, afirma.
    Para quien trabajó en el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York,  exquisita conocedora del arte contemporáneo latinoamericano, “tenemos un  escenario abundante pero los extranjeros no saben dónde verlo” .
    Es por ello que Noorthoorn inició conversaciones con la ciudad de Buenos  Aires para la creación de un gran espacio dedicado al arte “experimental”.
    Esta expresión artística tuvo su gran momento en Argentina en los años 60 y  su corazón en el Instituto Di Tella, con personalidades como Marta Minujín.
    Pero la explosión de la violencia de los años 70 y la dictadura  (1976-1983), no le permitieron expandirse y traducirse en espacios permanentes  de exposición.
    En la actualidad, los jóvenes artistas se forman asistiendo a talleres,  como el del artista Jorge Macchi, que forma parte de la exposición de Proa tras  participar en la Bienal de Lyon.
    También ofrecen formación el Instituto Universitario Nacional de Arte  (IUNA) y el Centro de Investigaciones artísticas (CIA), respaldados por el  Programa de artistas de la Universidad Di Tella.
    Para el artista aeromodelista Ernesto Ballesteros, autor de increíbles  esculturas que vuelan, hace falta de todas formas en Argentina un verdadero  espacio consagrado al arte experimental.
    “En Lyon puedo hacer volar mis aviones… aquí es imposible”, lamenta.
    Pese a todo, Irina Kirchuk, con 29 años la más joven de la muestra y que ha  transformado electrodomésticos en improbables máquinas en el bar de la  Fundación, es más optimista.
    “No hay un verdadero mercado de arte en Argentina, pero hay un teatro  alternativo muy rico, los artistas quizás no logran vender o exponer sus obras,  pero pueden aplicarlas en el teatro” afirma.
    Luciana Lamothe, nacida en 1975, cree, como Raspail, en la mezcla de  disciplinas.
    “Somos culturalmente abiertos a toda clase de influencias”, afirma mientras  vigila una estructura de tuberías rodantes llamada ‘Cuadrado’ que una joven  hace girar.
    Paradójicamente, este tipo de arte tan permeable a otras disciplinas se  torna muchas veces alejado de todo.
    “Hemos generado en Argentina un mundo desconectado del resto del arte  contemporáneo”, explica Diego Bianchi.
    Los primeros visitantes que ingresan a la muestra se sorprenden con una  bolsa de plástico negra que se mueve como si contuviera una pequeña bestia,  suspendida mediante una soga por Eduardo Basualdo.
    “¿Cómo lo haces?” le pregunta un visitante. “Ah… es un secreto!”,  responde.

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  • Título: Raport o lubelskich kulturalnych pod-bojach.
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    Fecha: 07/05/2012
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    Nie ulega najmniejszej wątpliwości, że najbardziej rozchwytywanym obecnie w kraju spektaklem są Bracia Karamazow wg Fiodora Dostojewskiego naszego, działającego w CK Teatru Provisorium, w reżyserii Janusza Opryńskiego.

     

    Provisorium rozchwytywane i Mądzik w tle
    Popremierowe (czerwiec 2011) laury zadziałały na organizatorów rozlicznych festiwali i przeglądów teatralnych jak rubinowa płachta na byka i za obowiązek poczytują sobie zaproszenie „naszych”, żeby dowartościować wydarzenie, które firmują. Skoro uznaliśmy w poprzednim wpisie marzec jako przełom po zimowej zapaści w kulturze, to – uwzględniając liczbę eksportowych (poza Lublinem, ale też już z zaliczeniem eskapad zagranicznych) występów Provisorium – nie znajdziemy konkurencji. Proszę oto, 13 marca Bracia zostali zaprezentowani w ramach Alternatywnych Spotkań Teatralnych Klamra w Toruniu w legendarnym (piszący te słowa smakował legendę już w 1968 roku!) Studenckim Klubie Pracy Twórczej Od Nowa. Tu dodatkowa ciekawostka z kręgu lubelskiego. Gościem specjalnym festiwalu był Leszek Mądzik, twórca Sceny Plastycznej KUL, który pokazał na wystawie swoje plakaty a także zaprojektował plakat do aktualnej edycji toruńskiego festiwalu. W pięknym mieście jedynego, obok lubelskiego, autentycznego, zachowanego Starego Miasta, nie był – co się zdarza niezwykle rzadko, bo na ogół siedzi w czasie przedstawień obok odpowiedzialnego za światła i dźwięk Piotra Szamryka – obecny mistrz Opryński. Przebywał już w Katowicach, zaproszony do jury XIV Ogólnopolskiego Festiwalu Sztuki Reżyserskiej Interpretacje (do legendy Provisorium zapewne przejdzie „ustawianie” przez Janusza na odległość, przez komórkę szczegółów technicznych spektaklu, co w absolutną konsternację wprowadziło obsługę sceny „Od-nowy”). Ostatniego dnia górnośląskiego festiwalu, 18 marca, zdaje się, że już po ogłoszeniu werdyktu ze zdobywcą głównej nagrody, Laurem Konrada, w czasie uroczystego zamknięcie Intepretacji Provisorium pokazało Braci Karamazow jako spektakl mistrzowski. Jakby tego było mało, dwa dni później, po szybkim przemieszczeniu się ekipy ze Śląska na Warmię i Mazury, 20 marca Bracia zostali zaprezentowani w ramach Olsztyńskich Spotkań Teatralnych na Scenie Centrum Edukacji i Kultury. Po spektaklu odbyło się jeszcze spotkanie z Januszem Opryńskim z cyklu Rozmowy o teatrze. Prowadziła Elżbieta Lenkiewicz. Jakby ktoś wątpił w mobilność najnowszego przedstawienia Provisorium, donoszę, że 17 kwietnia  zaprezentowane zostanie w ramach 47. Przeglądu Teatrów Małych Form Kontrapunkt 2012 w Szczecinie.

    Kamienie w Serbii
    Niechże ta ostatnia informacja będzie dobrym pretekstem dla przejścia do kolejnego punktu raportu o lubelskich kulturalnych pod-bojach, tu już akurat zagranicznych. Prawie dokładnie pięć lat temu na łamach Kuriera Lubelskiego donosiłem: „Dotarła do nas niezwykle radosna wiadomość ze Szczecina. Spektakl Kamienie w kieszeniach firmowany przez lubelską Scenę Graffiti zdobył Grand Prix tegorocznego 42. Przeglądu Teatrów Małych Form Kontrapunkt 2007, który zakończył się w stolicy województwa zachodniopomorskiego. O Grand Prix, czyli Wielką Nagrodę Publiczności oraz statuetkę ufundowaną przez Prezydenta Miasta Szczecina rywalizowało w tym roku 10 teatrów z całej Polski i trzy teatry niemieckie, prezentując 18 przedstawień. Przypomnijmy, że bardzo dobrze przyjmowaną od jesiennej prapremiery w Warszawie i premiery lubelskiej tragikomedię Marie Jones, światowej już sławy irlandzki hit na dwóch aktorów brawurowo wyreżyserował lublinianin Łukasz Witt-Michałowski. W spektaklu grają Bartłomiej Kasprzykowski, aktora krakowskiego Teatru Słowackiego, znany z serialu TVN Magda M. i Szymon Sędrowski z naszego Teatru Osterwy, pamiętny Caligula ze spektaklu wg Camusa czy Don Juan ze sztuki Moliera. Wcielają się oni w sztuce w aż 14 postaci – dwóch głównych bohaterów z małej wioski, kilku jej mieszkańców oraz członków hollywoodzkiej ekipy, która nakręca tam film, budząc w chłopakach tęsknotę za karierą w wielkim świecie X Muzy. Kurier, serdecznie dziś gratulujujacy laureatom, od poczatku towarzyszył projektowi trzech wciąż jeszcze młodych artystów, którzy poznali się na planie filmu i serialu Przedwiośnie pod koniec lat 90. Dzięki naszym publikacjom zainteresował się nim Klub Graffiti, który stał się sponsorem i producentem przedsięwzięcia. Tam Kamienie w kieszeniach były prezentowane co poniedziałek”. Niebawem, po tym sukcesie Witt-Michałowskiem zaproponowano pracę w CK. Tam stworzył Scenę Prapemier InVitro, w ramach której, już odmieniony najnowszą sytuacją zawodową aktorów (Bartek podbija Warszawę, Szymon odszedł z Osterwy wraz z Krzysztofem Babickim do Teatru Miejskiego w Gdyni) spektakl jest eksploatowany. Provisorium, które w ramach pokazów przedstawienia wg Dostojewskiego gościło już poza granicami kraju w Kijowie, Mińsku i Moskwie (wkrótce Rumunia), dopiero się wybiera na Kontrapunkt i należy życzyć twórcom podobnego sukcesu. Tymczasem Kamienie… ruszyły po raz pierwszy poza polskie granice. Nie mogę równie radośnie jak pół dekady temu donosić o sukcesie odniesionym przez naszych w serbskiej stolicy Belgradzie na odbywającym się w dniach 9-17 marca Międzynarodowym Festiwalu Teatralnym Slavija 2012. Konkurencja była zacna – teatry z Azerbejdżanu, Bośni i Hercegowiny, Bułgarii, Iranu, Rosji (2 spektakle z Uljanowska), Rumunii (2 sceny, w tym niemieckojęzyczna) i Serbii. Pokazane 13.03 lubelskie, zabawne Depovi puni kamenja jakoś nie powaliły na kolana macedońsko-serbskiego jury. Ponieważ to ładnie brzmi i można rzecz bez bólu zrozumieć, odtworzę w oryginale werdykt tego gremium: „pošto je odgledao svih devet prikazanih festivalskih predstava, odrao je sednicu u subotu, 17. marta 2012. godine i jednoglasno doneo sledeću odluku: Za najbolju predstavu u celini, ostvarenu na Jedanaestom međunarodnom pozorišnom festivalu Slavija 2012. iri proglašava predstavu Tengo, Fajdara Sakia, po motivima iz drame Medved, Antona Pavloviča Čehova, u izvođenju Pozorišta „Sina Group“ iz Teherana, Iran, i dodeljuje mu statuetu Don Kihot (główny laur – przyp. AM) – rad vajara Nikole-Kolje Milunovića”. Z tego, co wiem, Kamienie lada moment mają ruszyć w innym, wschodnim kierunku – do Mohylewa na Białorusi.  I szczęść Boże!

    Robert antypodowy
    Najdalej z naszych artystów zawędrował ten, który jest obecnie najsłynniejszym lubelskim, a może i polskim plastykiem. Podbijający z urokiem, ale i siłą walca Europę i jej zamorskie odpryski Robert Kuśmirowski. 17 marca dotarł na antypody (niesłusznie kojarzone głównie z Australią, a przecież chodzi o wszystkie rejony, gdzie ludzie chodzą do góry nogami), do argentyńskiej stolicy Buenos Aires. Nie wiem. Jeszcze z Robertem nie rozmawiałem po jego powrocie do macierzy w Warsztatach Kultury nieopodal wiaduktu Poniatowskiego, czy odnalazł tam natychające J. Opryńskiego ślady autora Trans-Atlantyku, alboż  czy przeżył przygody z interesu(interygu)-jących mnie Wielkich wygranych  Julio Cortázara. Wiem natomiast, że trafił w Ambasadzie RP na beton na miarę przepadłego PRL. To wtedy szermowało się przy byle okazji takimi stwierdzeniami, jak te, które znalazło się na oficjalnej stronie naszej placówki dyplomatycznej w mieście niezbyt odległym od końca świata – Patagonii. W krótkiej notce najważniejsze wydaje się – przy całym mym uznaniu dla twórczości Kuśmirowskiego – obrazujący nasze chciejstwo i kompleksy poważny, napędzający sukces polskiego przedstawicielstwa komunikat o naszym artyście pt. „rewelacja ostatniego Biennale Lyon”. Bogu dzięki, że w Internecie istnieje funkcja zwana linkami. Zdobywszy wiedzę, iż  „instalacje polskiego artysty można oglądać od 17 marca do 17 czerwca (jest czas, żeby się wybrać, nawet statkiem – polecam!) w Fundación Proa przy Av. Pedro de Mendoza 1929, Capital Federal”, po odpowiednim kliknięciu zyskujemy dużo większą wiedzę o wydarzeniu w fundacji, prezentującej Aire de Lyon, exhibicję  pod kuratelą Victorii Noorthoorn, która pełniła też funkcję „curadora de la 11ª Bienal de Lyon (2011)”. Postąpmy podobnie jak poprzednio, cytując – a sądzę, że i tu nie będzie problemów ze zrozumieniem treści – fragmenty z info Proa: „Los artistas que participaron de la Bienal, provenientes de diversas partes del mundo – Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Holanda, Irlanda, México, Perú, Polonia, Reino Unido, República Checa, Sudáfrica, Venezuela y Zimbabwe– exponen proyectos concebidos especialmente para los espacios de Proa u obras ya exhibidas el año pasado en la Bienal”. Do tego dochodzi konkretna, wcale nie wyróżniająca (może wyróżnił się sztuką, tego nie wiem – oby!) Roberta K. „lista de artistas participantes en Aire de Lyon incluye a Gabriel Acevedo Velarde (Perú), Zbynek Baladrán (República Checa), Ernesto Ballesteros (Argentina), Eduardo Basualdo (Argentina), Erick Beltrán (México), Diego Bianchi (Argentina), Katinka Bock (Alemania), François Bucher (Colombia), Virginia Chihota (Zimbabwe), Lenora de Barros (Brasil), Augusto de Campos (Brasil), Marina De Caro (Argentina), Julien Discrit (Francia), Marlene Dumas (Sudáfrica), Aurélien Froment (Francia), Michel Huisman (Holanda),  Christoph Keller (Alemania), Irina Kirchuk (Argentina), Eva Kotátková (República Checa), Robert Kusmirowski (Polonia), Luciana Lamothe (Argentina), Guillaume Leblon (Francia), Christian Lhopital (Francia), Laura Lima (Brasil), Jorge Macchi (Argentina), Cildo Meireles (Brasil), Bernardo Ortiz (Colombia), Garrett Phelan (Irlanda), José Alejandro Restrepo (Colombia), Tracey Rose (Sudáfrica),  Alexander Schellow (Alemania), Javier Téllez (Venezuela), Erika Verzutti (Brasil), Kemang Wa Lehulere (Sudáfrica) y Judi Werthein (Argentina). Ot, taki dziwny tłum nie do ogarnięcia przez Ambasadę PRL, pardon, RP!



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  • Título: Recomendaciones para hacer en Semana Santa.
    Autor:
    Fecha: 07/05/2012
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    Jugar con la imaginación: en la Fundación Proa proponen actividades diferentes para esta mini semana de vacaciones. Los sábados y domingos desde las 12 horas podrán participar de talleres para chicos y grandes en el marco de la exhibición Aire de Lyon, en el Centro Cultural Nómade. Crear, jugar y desarrollar la imaginación a partir del arte contemporáneo. También hay visitas guiadas durante los fines de semana y de martes a viernes desde las 17 horas. Avenida Pedro de Mendoza 1929 y Caminito, La Boca.

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  • Título: Estudiantes de la Escuela de Arte visitaron la Fundación Proa.
    Autor:
    Fecha: 05/05/2012
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    Recorrieron la muestra "Aires de Lyon" que exhibe obras de algunos de los mejores artistas contemporáneos.

    Estudiantes de la Escuela de Arte de Campana visitaron el pasado sábado la Fundación Proa, un centro de arte privado que cuenta con el apoyo permanente de Tenaris y la Organización Techint.

    Integrantes de las carreras de Diseño Gráfico, Música y Artes Visuales, a cargo del profesor Roberto De Paoli, visitaron el bellísimo edificio de Proa en el barrio de la Boca, gracias a la colaboración del área de Desarrollo Social de Tenaris.

    Los alumnos pudieron disfrutar de la muestra "Aires de Lyon", una nueva exposición que trajo al país algunos de los múltiples contenidos, mensajes, y articulaciones formales y conceptuales de que conformaron la experiencia de la 11ª Bienal de Lyon (2011). En Aire de Lyon participan 35 de los 78 artistas de aquella Bienal, y lo hacen bajo otras circunstancias y en otro formato: algunos de ellos han sido convocados a presentar obras exhibidas en la Bienal; otros, han sido invitados a desarrollar nuevas obras para esta exposición. En todos los casos, los artistas presentarán sus obras estableciendo nuevas relaciones, nuevos diálogos con los demás artistas participantes.

    "Con la exhibición Aire de Lyon, Proa dio inicio a la temporada 2012, en la que la voluntad de relacionar experiencias artísticas contemporáneas, incorpora material para contribuir a un diagnóstico y debate sobre el estado de la reflexión del arte.

    Como primera muestra del año, Aire de Lyon renueva la fuerza de su alma mater -la elogiadísima Bienal que la ciudad francesa albergó desde septiembre a diciembre de 2011- proyecto curatorial de la argentina Victoria Noorthoorn. Si con el verso del poeta inglés W. B. Yeats, "Una belleza terrible ha nacido", la Bienal anunciaba el valor del tiempo en sus postulados, con Aire de Lyon esa misma belleza se manifiesta en uno nuevo tiempo", asegura la directora de Proa sobre la muestra que puede disfrutarse hasta mediados de año.

    Los alumnos recibieron una visita guiada que les permitió conocer en detalle las obras más importantes de la muestra, así como los múltiples espacios que ofrece el reciclado edificio de Proa.

    Sobre la Fundación:

    Con un programa anual de exhibiciones temporarias y la organización de seminarios, cursos, conferencias y conciertos, Fundación Proa es -desde su inauguración- un punto de referencia ineludible para las artes de la ciudad de Buenos Aires.

    Su programación, centrada en la difusión de los grandes movimientos artísticos del siglo XX, incluye una diversidad de propuestas actuales como la fotografía, el video, el diseño, la música electrónica, además de la puesta en marcha de proyectos especiales.

    Como parte de su propuesta fundacional, Proa desarrolla programas de educación y de intercambio con prestigiosas instituciones culturales.

    Diez años después de su apertura en 1996, Fundación Proa encaró un proceso de renovación que concluyó en 2008 con la inauguración de su nueva sede. Un edificio de tres pisos que cuenta con cuatro salas de exhibición, un auditorio multimedial, una librería especializada, un restaurante y terraza, además de espacios de acción y apertura al público y una fachada transparente para comunicar experiencias desde el interior hacia el barrio. El proyecto y dirección de las obras es del estudio Caruso-Torricella de Milán, el mismo que en 1996 transformó el antiguo edificio en un emblemático punto de referencia para el arte contemporáneo en Buenos Aires.



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  • Título: Estudiantes de la Escuela de Arte visitaron la Fundación Proa.
    Autor:
    Fecha: 05/05/2012
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    Ver nota original (La Auténtica Defensa.)

    Recorrieron la muestra "Aires de Lyon" que exhibe obras de algunos de los mejores artistas contemporáneos.

    Estudiantes de la Escuela de Arte de Campana visitaron el pasado sábado la Fundación Proa, un centro de arte privado que cuenta con el apoyo permanente de Tenaris y la Organización Techint.

    Integrantes de las carreras de Diseño Gráfico, Música y Artes Visuales, a cargo del profesor Roberto De Paoli, visitaron el bellísimo edificio de Proa en el barrio de la Boca, gracias a la colaboración del área de Desarrollo Social de Tenaris.

    Los alumnos pudieron disfrutar de la muestra "Aires de Lyon", una nueva exposición que trajo al país algunos de los múltiples contenidos, mensajes, y articulaciones formales y conceptuales de que conformaron la experiencia de la 11ª Bienal de Lyon (2011). En Aire de Lyon participan 35 de los 78 artistas de aquella Bienal, y lo hacen bajo otras circunstancias y en otro formato: algunos de ellos han sido convocados a presentar obras exhibidas en la Bienal; otros, han sido invitados a desarrollar nuevas obras para esta exposición. En todos los casos, los artistas presentarán sus obras estableciendo nuevas relaciones, nuevos diálogos con los demás artistas participantes.

    "Con la exhibición Aire de Lyon, Proa dio inicio a la temporada 2012, en la que la voluntad de relacionar experiencias artísticas contemporáneas, incorpora material para contribuir a un diagnóstico y debate sobre el estado de la reflexión del arte.

    Como primera muestra del año, Aire de Lyon renueva la fuerza de su alma mater -la elogiadísima Bienal que la ciudad francesa albergó desde septiembre a diciembre de 2011- proyecto curatorial de la argentina Victoria Noorthoorn. Si con el verso del poeta inglés W. B. Yeats, "Una belleza terrible ha nacido", la Bienal anunciaba el valor del tiempo en sus postulados, con Aire de Lyon esa misma belleza se manifiesta en uno nuevo tiempo", asegura la directora de Proa sobre la muestra que puede disfrutarse hasta mediados de año.

    Los alumnos recibieron una visita guiada que les permitió conocer en detalle las obras más importantes de la muestra, así como los múltiples espacios que ofrece el reciclado edificio de Proa.

    Sobre la Fundación:

    Con un programa anual de exhibiciones temporarias y la organización de seminarios, cursos, conferencias y conciertos, Fundación Proa es -desde su inauguración- un punto de referencia ineludible para las artes de la ciudad de Buenos Aires.

    Su programación, centrada en la difusión de los grandes movimientos artísticos del siglo XX, incluye una diversidad de propuestas actuales como la fotografía, el video, el diseño, la música electrónica, además de la puesta en marcha de proyectos especiales.

    Como parte de su propuesta fundacional, Proa desarrolla programas de educación y de intercambio con prestigiosas instituciones culturales.

    Diez años después de su apertura en 1996, Fundación Proa encaró un proceso de renovación que concluyó en 2008 con la inauguración de su nueva sede. Un edificio de tres pisos que cuenta con cuatro salas de exhibición, un auditorio multimedial, una librería especializada, un restaurante y terraza, además de espacios de acción y apertura al público y una fachada transparente para comunicar experiencias desde el interior hacia el barrio. El proyecto y dirección de las obras es del estudio Caruso-Torricella de Milán, el mismo que en 1996 transformó el antiguo edificio en un emblemático punto de referencia para el arte contemporáneo en Buenos Aires.



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  • Título: Estudiantes de la Escuela de Arte visitaron la Fundación Proa.
    Autor:
    Fecha: 04/05/2012
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    Ver nota original (Info ZC. )

    Estudiantes de la Escuela de Arte de Campana visitaron el pasado sábado la Fundación Proa, un centro de arte privado que cuenta con el apoyo permanente de Tenaris y la Organización Techint.

     

    Integrantes de las carreras de Diseño Gráfico, Música y Artes Visuales, a cargo del profesor Roberto De Paoli, visitaron el bellísimo edificio de Proa en el barrio de la Boca, gracias a la colaboración del área de Desarrollo Social de Tenaris. 

    Los alumnos pudieron disfrutar de la muestra “Aires de Lyon”, una nueva exposición que trajo al país algunos de los múltiples contenidos, mensajes, y articulaciones formales y conceptuales de que conformaron la experiencia de la 11ª Bienal de Lyon (2011). En Aire de Lyon participan 35 de los 78 artistas de aquella Bienal, y lo hacen bajo otras circunstancias y en otro formato: algunos de ellos han sido convocados a presentar obras exhibidas en la Bienal; otros, han sido invitados a desarrollar nuevas obras para esta exposición. En todos los casos, los artistas presentarán sus obras estableciendo nuevas relaciones, nuevos diálogos con los demás artistas participantes. 

    “Con la exhibición Aire de Lyon, Proa dio inicio a la temporada 2012, en la que la voluntad de relacionar experiencias artísticas contemporáneas, incorpora material para contribuir a un diagnóstico y debate sobre el estado de la reflexión del arte.

    Como primera muestra del año, Aire de Lyon renueva la fuerza de su alma mater –la elogiadísima Bienal que la ciudad francesa albergó desde septiembre a diciembre de 2011– proyecto curatorial de la argentina Victoria Noorthoorn. Si con el verso del poeta inglés W. B. Yeats, “Una belleza terrible ha nacido”, la Bienal anunciaba el valor del tiempo en sus postulados, con Aire de Lyon esa misma belleza se manifiesta en uno nuevo tiempo”, asegura la directora de Proa sobre la muestra que puede disfrutarse hasta mediados de año. 

    Los alumnos recibieron una visita guiada que les permitió conocer en detalle las obras más importantes de la muestra, así como los múltiples espacios que ofrece el reciclado edificio de Proa.

    Sobre la Fundación:  

    Con un programa anual de exhibiciones temporarias y la organización de seminarios, cursos, conferencias y conciertos, Fundación Proa es -desde su inauguración- un punto de referencia ineludible para las artes de la ciudad de Buenos Aires.

    Su programación, centrada en la difusión de los grandes movimientos artísticos del siglo XX, incluye una diversidad de propuestas actuales como la fotografía, el video, el diseño, la música electrónica, además de la puesta en marcha de proyectos especiales.

    Como parte de su propuesta fundacional, Proa desarrolla programas de educación y de intercambio con prestigiosas instituciones culturales.

    Diez años después de su apertura en 1996, Fundación Proa encaró un proceso de renovación que concluyó en 2008 con la inauguración de su nueva sede. Un edificio de tres pisos que cuenta con cuatro salas de exhibición, un auditorio multimedial, una librería especializada, un restaurante y terraza, además de espacios de acción y apertura al público y una fachada transparente para comunicar experiencias desde el interior hacia el barrio. El proyecto y dirección de las obras es del estudio Caruso-Torricella de Milán, el mismo que en 1996 transformó el antiguo edificio en un emblemático punto de referencia para el arte contemporáneo en Buenos Aires.



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  • Título: Proa al Arte.
    Autor:
    Fecha: 04/05/2012
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    Ver nota original (El Caleidoscopio de Lucy)

    Victoria Noorthoorn y Roberto Jacoby en el ciclo Artistas + Críticos. La curadora de Aire de Lyon, Victoria Noorthoorn, dará una visita guiada junto con el artista Roberto Jacoby, en una oportunidad única para conocer las ideas clave que guiaron su investigación y su experiencia como curadora de la 11ª Bienal de Lyon (2011, Francia). En diálogo con uno de los artistas que participaron de la Bienal, Noorthoorn recorrerá con el público, sala por sala, las obras más destacadas de la exhibición. 

     

    Digamos que Victoria Noorthoorn es curadora independiente, licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Buenos Aires, recibió su Master of Arts en Curatorial Studies de Bard College, Nueva York. Fue coordinadora de proyectos del International Program, MoMA (Nueva York, 1998-2000), curadora de exposiciones contemporáneas en The Drawing Center, Nueva York (1999-2001) y curadora de Malba - Colección Costantini (Buenos Aires, 2002-2003). Por su parte, Roberto Jacoby es artista y sociólogo. Su actividad artística comenzó a mediados de los años sesenta, caracterizada desde entonces por un fuerte componente experimental. El año pasado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía organizó El deseo nace del derrumbe, su primera exposición retrospectiva con curaduría de Ana Longoni. Fue uno de los artistas argentinos representado en la 11ª edición de la Bienal de Lyon (Francia).
    Recordemos que “Artistas + Críticos” es el ciclo que convoca cada sábado a diversos escritores, críticos, periodistas, académicos y artistas para que sumen sus propias miradas a las visitas guiadas organizadas por el Departamento de Educación. Las próximas semanas estarán invitados algunos de los artistas argentinos que participan de la muestra, galeristas y críticos de arte.


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  • Título: Victoria Noorthoorn y Roberto Jacoby ofrecerán una visita guiada a la muestra 'Aire de Lyon'
    Autor:
    Fecha: 04/05/2012
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    Ver nota original (Arte en la red)

    Sábado 5 de mayo, 17 hs.

    La curadora de  Aire de Lyon, Victoria Noorthoorn, dará una visita guiada junto con el artista Roberto Jacoby, en una oportunidad única para conocer las ideas clave que guiaron su investigación y su experiencia como curadora de la 11ª Bienal de Lyon (2011, Francia). En diálogo con uno de los artistas que participaron de la Bienal, Noorthoorn recorrerá con el público, sala por sala, las obras más destacadas de la exhibición.

    Artistas + Críticos es el ciclo que convoca cada sábado a diversos escritores, críticos, periodistas, académicos y artistas para que sumen sus propias miradas a las visitas guiadas organizadas por el Departamento de Educación. Las próximas semanas estarán invitados algunos de los artistas argentinos que participan de la muestra, galeristas y críticos de arte.  

    Mayo

    • Sábado 5, 17 hs.
      Roberto Jacoby + Victoria Noorthoorn
    • Sábado 12, 17 hs.
      Orly Benzacar + Alberto Sendrós
    • Sábado 19, 17 hs.
      Jorge Macchi + Irina Kirchuk
    • Sábado 26, 17 hs.
      Eduardo Basualdo + Alicia de Arteaga
      Coordinadora: Ana Schwartzman

    Victoria Noorthoorn es curadora independiente, licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Buenos Aires, recibió su Master of Arts en Curatorial Studies de Bard College, Nueva York. Fue coordinadora de proyectos del International Program, MoMA (Nueva York, 1998-2000), curadora de exposiciones contemporáneas en The Drawing Center, Nueva York (1999-2001) y curadora de Malba - Colección Costantini (Buenos Aires, 2002-2003). Desde 2004 trabaja en proyectos independientes en Buenos Aires, Neuquén, Nueva York, San Pablo y Santiago de Chile. Entre otros destacados proyectos, fue curadora general de la 29ª Bienal de Arte de Pontevedra (2006), ha colaborado en la presentación del artista argentino León Ferrari en la 52ª Bienal de Venecia (2007), tuvo a su cargo la dirección de la 7ª Bienal del Mercosur (Porto Alegre, 2009) y en el 2010 curó la muestra retrospectiva de Marta Minujín en el Malba. El año pasado fue la curadora de la 11ª edición de la Bienal de Lyon (Francia), proyecto a partir del cual diseñó la muestra Aire de Lyon en Fundación Proa.

    Roberto Jacoby es artista y sociólogo. Su actividad artística comeenzó a mediados de los años sesenta, caracterizada desde entonces por un fuerte componente experimental. Vinculado con Oscar Masotta, en 1966 presentó, junto a Eduardo Costa y Raúl Escari, Happening para un jabalí difunto/Participación total, una obra que pone en evidencia los mecanismos de construcción de lo real que emplean los sistemas de comunicación de masas. Dos años más tarde participa en Tucumán Arde (1968). Desde entonces, trabaja en el campo de la sociología y el arte y desarrolla redes experimentales, como la red de artistas Bola de Nieve (1998), Chacra y Proyecto Venus (1999), además de diversas formas de colaboración, como la creación de la Fundación Start (1999), la revista Ramona (desde 2000) y el Centro de Investigaciones Artísticas (CIA) (2009). Sus obras fueron presentadas en importantes exposiciones internacionales, entre ellas Documenta Magazines, Kassel (2007); Inverted Utopias, Museum of Fine Arts, Houston (2004); y Global Conceptualism: Points of Origin, 1950s-1980s, Queens Museum of Art (Nueva York, 1999). El año pasado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía organizó El deseo nace del derrumbe, su primera exposición retrospectiva con curaduría de Ana Longoni. Fue uno de los artistas argentinos representado en la 11ª edición de la Bienal de Lyon (Francia).



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  • Título: Prácticamente infinito. Entrevista a Cildo Meireles.
    Autor: Juan Batalla
    Fecha: 01/05/2012
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    Ver nota original (Revista Sauna)

    La charla comenzó una mañana en su estudio de Botafogo, unas dos semanas antes de la inauguración de Aire de Lyon. Ahí está el morro, la pequeña calle se corta contra la tierra rojiza. La cadencia tranquila de Cildo contagia y, sentados en sillas exageradas, nos dejamos invadir por la luz que entraba desde el patio.
    Luego La Bruja llegó a Buenos Aires y hechizó Proa. La obra despliega una naturaleza tanto infinitamente expansiva como de vórtice atractor, suerte de agujero negro que se nutre de visitantes y objetos a los que devuelve  modificados. Y solo hay hilos y una escoba.
    Cildo es todo lo que es. Una biografía impresionante da cuenta del trayecto de este artista nacido en 1948 y consagrado al punto de que la Tate decidiera organizar una enorme muestra antológica de sus trabajos.
    La nota que sigue deriva de una conversación vía Skype que tuvimos días después de su paso por Argentina. Marco Antonio Portela, curador y artista carioca, facilitó que se hiciera y se ocupó también de las imágenes. Denise Maggioli colaboró con la desgrabación. Pudimos tocar varios temas, entre la infinidad que da ganas de abarcar en una entrevista a Cildo Meireles. 

     

    Me interesa hablar de tu experiencia como editor de una revista, Malasartes. Pese a que se publicó durante poco tiempo, dejó una marca y fue parte de una serie de revistas aparecidas en los ´70 que adelantaron bastante la discusión sobre artes visuales.

    En aquel tiempo fue importante. Significó participar de un grupo -éramos varios los editores que estábamos detrás de la revista-. Salieron pocos números, circuló más o menos durante un año. Fue un momento. Pero surgieron las dificultades propias de las publicaciones de arte y entonces había que redoblar la apuesta, porque Malasartes exigía mucha dedicación y tiempo de cada uno de los artistas que la hacíamos. Quedé en una encrucijada. Tenía que hacer la revista o hacer mi obra. Y opté por mi trabajo de artista.
    Pero creo que la revista cumplió su papel. Después participé con cuatro de los integrantes del staff de Malasartes de otro proyecto, que fue A parte do fogo. Unos años más tarde, a finales de los ´70 y comienzo de los ´80.

    ¿Y qué revista de arte sería bueno que exista hoy?

    Bueno, tal vez existan algunas que yo no conozco. Pero pienso que en un país como Brasil, si se hiciera una simplemente juntando a los mejores científicos, artistas, músicos, escritores, filósofos, seguramente dejaría de salir antes de cumplir dos años. Entonces terminamos hablando más bien de cómo hacer para resistir, de hacer un trabajo, esforzarse, algo en ese tren. Ahora, como el propio escenario de producción se tornó muy... no diría inestable, porque parece referir a lo opuesto de un equilibrio pero, en fin, poco estable y a veces hasta interesántemente experimental, creo que una revista, para referir a esa escena, debería tener una flexibilidad análoga. Y creo que ciertos números deberían ser CDs, porque contienen información sonora, y ahí prescindiría del papel. Estaría atento a cualquier otra necesidad que surja. Y luego cada nueva edición adoptaría un nuevo formato. Tendría que ir cambiando siempre. También tendremos cada vez más artistas trabajando con nuevas tecnologías. Así que creo que eso es lo básico, la haría lo suficientemente flexible como para incorporar nuevas y diferentes producciones.
    En cuanto a quiénes la hagan, pienso que si la revista fuese hecha exclusivamente por artistas seguramente caería en un impasse, como sucedió con Malasartes. Y creo que no estaría mal que fuese hecha por personas que estuviesen invirtiendo para instrumentar un análisis de producción de las artes. No exactamente artistas, sino aquellos que acompañan sus procesos. También podrían ser artistas que la entiendan como parte de su obra... Así que no tengo una respuesta definitiva, puede ir por varios caminos.

    ¿Y hacia dónde creés que debería orientarse hoy la crítica?

    Me parece... aquí en Brasil hace cosa de un mes salió publicado un artículo en el diario. Hablaba del libro de un joven brasileño que estudió en Londres, y el título era ese: ¿Hacia dónde va la crítica de arte? (1). El tema es el siguiente: si tomás en consideración los últimos 30 años, nosotros hemos sido testigos de una revolución. Creo que comenzó a tornarse más perceptible a través de la música, de la industria fonográfica; por cómo la música fue impactada por la revolución digital; a esta altura, ponele, sería bizarro si les preguntase a mis hijos de 21 y 27 años si han leído el diario de hoy; creo que ellos nunca agarraron un diario impreso para leer en sus vidas porque ellos ya están... están conectados. Entonces, es tan natural esta realidad para ellos que, cualquier pibe, cualquier pendejo de menos de tres años que ves en restaurantes, mientras está ahí todo el tiempo juega con videogames. Yo rompía los mouses, porque no tengo esa sensibilidad incorporada, la de quien usa estos medios desde que empezó a comer sólido. Todo se mueve de un modo y a una velocidad tales que hace que la crítica quiera refugiarse cada vez más en terreno seguro.

    Vos atravesaste otro huracán. El del conceptualismo, que modificó la lectura de todo lo que se exhibe en los espacios de arte.

    En un momento yo sentía una especie de ojeriza, de pavor respecto al arte conceptual. Había que leer mucho. Ibas a una muestra y la mayoría de los textos... no eran buenos; eran textos nuestros, de artistas, no eran los mejores de nuestra literatura. Yo casi que abominé de todo aquello. Pero entonces un día comprendí algo, a partir de una historia que me contó un amigo que estuvo preso. Un día él me dijo que, mientras estaba en la prisión, cuando veía algo, que podía ser la cobertura de celofán del paquete de cigarrillos, un palito de fósforo o la pluma de un ave, él tomaba ese objeto y pasaba horas imaginando qué cosa harían Cildo y sus colegas con eso. Entonces me di cuenta de una cosa: que el arte conceptual, entre todos los movimientos artísticos, quizá haya sido el más democrático; porque le permite a toda persona desarrollar cualquier idea con cualquier material. Fue una expansión, así, increíble de todos los campos. Independiente de la tinta, del pincel, de la tela, el soldador o el metal. Vos ahí tenías un repertorio prácticamente infinito, como no lo tenía ningún otro lenguaje. Y la literatura, de cualquier manera ella siempre está presa ahí en la gramática, en sus conflictos. De cierta manera perdimos algo respecto a lo visual, pero surgió otra cosa. Y a espejo de esto, por ejemplo, a  partir de los años ´60 la moda fue que vos decidieses lo que sería moda. Antes existían ideas marcadas. En Brasil, tenías el año del vestido tubo, de tal o cuál peinado, las mujeres usaban todas el mismo pelo y la misma ropa y tal. Pero a partir de finales de los años ´60, de los ´70, la moda se singularizó. Hay tendencias dominantes, hay modelos dominantes, pero de modo general, todo se volvió más individualista. Creo que eso es lo que el arte conceptual posibilitó.

    ¿Qué te sucede cuando vas a ver arte, qué te interesa?

    Me interesa la sorpresa... Claro que siempre iría a ver una exposición de Kosuth, pero sé más o menos con lo que me voy a encontrar. Mientras que, por ejemplo, en una muestra de Chris Burden o De Maria, ellos pueden abrirme un campo. Tiene que ver con cuestiones de estilo, hasta de fórmulas. Eso, me gusta ser sorprendido. Un artista como Igor Vamos, de California, del que no he oído hablar mucho... o esa chica inglesa, Ceal Floyer, me gusta ver sus cosas porque no sé qué voy a ver; me gusta cuando el terreno es inestable o indefinido. Ahora, también a causa de motivos personales, de viajes, durante años no pude acompañar la escena sistemática y  metódicamente. Entonces a veces me quedo con una visión  estroboscópica. Vas, viajás, pasás tiempo fuera y de repente te perdiste algo. Puede ser un penal importante en la final del campeonato. Y quedás con una visión deformada en relación a la realidad del lugar. A mí me gustaría acompañar mucho más de lo que lo hago.

    ¿Porqué volviste a exhibir La bruja, primero en la Bienal de Lyon y ahora en Buenos Aires?

    Mirá, desde mi punto de vista fue casualidad, no fue algo que yo decidiera. La obra está en la colección del Pompidou. De cualquier manera, es un trabajo que yo no pensé para exposiciones colectivas. La primera vez que se exhibió fue en la Bienal de São Paulo del 81, y ya era de esa forma, quiero decir, se la di a Zanini (curador de la Bienal, 2) y le dije: “Zanini, esta no es una pieza para una exposición grupal”. En un momento hasta tuve problemas com aquel dúo, Gilbert and George; ellos mandaron a las chicas del British Council a comprar tijeras... Se pensó también en que saliese del predio de la Bienal, pero podía enganchar a ciclistas y motociclistas  si tendía hilos desde un árbol a otro, y causar um accidente serio... no quería que fuera por las veredas, por los caminos y matar a alguien. Entonces, la obra quedó desplegada por los 3 pisos de la Bienal. Después de esa vez comencé a mostrarla en exhibiciones colectivas, por alguna razón la pieza asumió ese carácter. Aquí en Brasil se expuso varias veces, inclusive en una muestra de arte para chicos. Pero los montajes que más me gustaron fueron los que se hicieron en el Frac de Metz y en la Kunstverein de Hamburgo, por cómo se relacionaron ahí con la propia arquitectura.

    ¿Y cómo viste La Bruja en Proa?

    Bueno, llegué a Buenos Aires, la vi ya armada y fue lindo. Se encargaron de ella Rubens y William (asistentes) y, dentro de las circunstancias... Creo que el espacio resulta pequeño respecto al montaje. Pero, como te decía, esa pieza provoca diferentes cosas según la escala. Bajo ciertas circunstancias, se comporta como algo interactivo. En otras, puede funcionar como una escultura.

    Una instalación que abarca un espacio como lo hace esta, comunicándose con otras obras, tiene en cierta forma un espíritu operístico. Me recuerda que vos trabajaste en escenografías para teatro y cine en los ´70.

    No directamente, pero seguro que en algunos aspectos está influenciando algo de aquello... El asunto con esta obra, La bruja, es que no tiene cómo ser discreta; siempre resultará escandalosa, invasiva, no puede guardar compostura.
    Me gustó hacer escenografías para teatro. En el cine vos hacés una especie de prestidigitación, cambiando algunas cosas de lugar y creás un escenario. El teatro me parece que se aproxima más a las artes plásticas, donde todo tiene que encajar perfectamente; se debe hacer una utilización del espacio que es muy bonita. Tenés que desplegar lo que precisás, los elementos de auxilio de la acción, de la manera más compacta, discreta y eficaz posible. Y también me gusta esa cosa efímera del teatro más que el cine. En ese sentido aquellos trabajos pueden haber influenciado La Bruja, porque el teatro te obliga a lidiar con la idea de escala, que es un tema que me fascina y que es recurrente en mi obra.

    ¿Siguiendo con esos tiempos... ¿Te interesaste por el Tropicalismo (3)? ¿Es un movimiento que te resulte cercano?

    Mirá, en 1967 yo estaba volviendo a Río y había comenzado a oír en las calles Alegría Alegría y Domingo no parque, que era la música que lo inició. Los Mutantes. Era la banda de sonido de Río de Janeiro. Pero más tarde, mientras vivía en New York, lo veía a Hélio (Oiticica, 4) y él siempre se quejaba de que el Tropicalismo no era Tropicalía. Por más de que el nombre vino por el trabajo de Hélio, que había hecho una instalación  que, por suerte, pude ver cuando se mostró por primera vez para la Nova Objetividade, año ´67 creo, en el Museu da Arte Moderna de aquí, de Río. Y varios elementos de esa obra, de la instalación Tropicalía, reverberaban en la producción tropicalista. Pero yo también podía entender el espanto de Hélio porque, claro, en aquel momento, 1967, había mucha desigualdad de fuerzas entre el arte y la industria fonográfica. Está claro que el Tropicalismo derivó de ahí, de Tropicalía. Y se expandió mucho; comenzando por la música, luego incorporó actitudes, ropas, una serie de cosas. En la medida en que fui contemporáneo y asistí a eso, claro que me relacioné con el Tropicalismo. Pero siempre encontré a Tropicalía más interesante que al Tropicalismo.Alguna vez hablaste de "hacer arte para pensar lo que aun no ha sido pensado". ¿No tenés la sensación de que casi todo lo que vemos hoy más bien busca ilustrar ideas correctas y ya resueltas?

    Ahora encuentro aquella afirmación presuntuosa. Pero de alguna manera concuerdo con vos. Hay mucha producción nueva importante, pero también mucha repetición. Es normal, sucede con cada generación que se instala. Y está claro que lo que interesa de cada artista es justamente su singularidad, su contribución personal al proceso... un poco en el sentido de aquel concepto de Borges, de que no existen libros sino un único libro que está siendo escrito por todos los escritores a lo largo de la historia. Creo que el arte también es así. Todos participamos de la creación de un proyecto final compuesto por todos los aportes hechos en el tiempo. Y por supuesto que, cuanta más singularidad puedas agregar a la discusión, será mejor para ese todo.

    ¿Qué opinión tenés acerca de la enseñanza artística?

    Es un tema verdaderamente difícil. Porque al mismo tiempo que tengo el mayor respeto por todas las personas dedicadas a trabajar en la educación, por otra parte me parece que es extraño... esa idea del artista visual profesional. Está claro que hay un sistema asentado sobre esa idea. Pero por ejemplo, cuando se rompe un caño de agua en tu casa llamás a un plomero profesional. Y sabés que va a resolver el problema. Si tenés un problema con la madera, lo mismo: llamás a un carpintero. Porque lo que es llamarse un profesional es tener un standard de excelencia en prácticamente el 100% de los casos. Pero un artista no puede garantizar que cada vez que esté delante de una tela, un papel u otra cosa vaya a salir algo bueno. Al contrario, creo que debería dejarse de lado el 99% de lo que un artista hace. Yo no tiro todo por una cuestión sentimental, pero vos sabés que no es un aporte... ¿me entendés?... interesante, significativo. Entonces, pienso que esa cuestión del artista visual profesional es una contradicción en los propios términos. No existe el artista visual profesional. Existe el artista que hace cosas, y la mayoría de las cosas de ese artista son comercializadas. Lo que significa que el tipo vive de eso y por lo tanto es profesional. Pero al mismo tiempo es difícil.  Solo el tiempo va separando lo que tiene relevancia y lo que no en la obra de un artista. Estamos demasiado encima para saberlo.
    Ahora, la enseñanza de arte, yo favorezco que se siga llevando a cabo. Aunque pienso un poco como aquel poema de Walt Whitman, que decía que nadie le puede enseñar nada a nadie, que solo se puede aprender. Incluídos los propios profesores, que en esa ardua tarea para mediar situaciones terminan aprendiendo mucho también.

    Cildo, ¿qué relación tenés con los psicotrópicos dentro de tu proceso creativo?

    Para responderte, voy a tomar prestada una anécdota de uno de los genios de la música brasileña, Tim Maia, que ya murió. Una vez Tim fue al programa de tv de Marília Gabriela y le preguntaron maliciosamente porqué a veces no llegaba a sus propios shows, o lo hacía tan atrasado -había tenido problemas en Estados Unidos por eso-. Y su respuesta antológica fue: oh Marília; yo no fumo, no bebo ni jalo. Solo miento un poquito.


    1- http://oglobo.globo.com/blogs/prosa/posts/2012/03/03/para-onde-vai-critica-de-arte-434195.asp
    2- Walter Zanini : Curador de Sâo Paulo nacido en 1925. Tuvo a su cargo las Bienales de 1981 y 1983.
    3- Tropicalismo:  (http://es.wikipedia.org/wiki/Tropicalismo)
    4- Itaú Cultural (link)



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  • Título: PROA: Aire de Lyon
    Autor: Cristina Arostegui
    Fecha: 29/04/2012
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    El espacio Proa me resulta muy grato. Todas las veces que he ido a ver una  muestra, salí con  la sensación de que algo se había renovado dentro de mí misma.
    La respuesta a nuestra primera recorrida tentativa por la exhibición Aires de Lyon – fui con una amiga más o menos de mi misma edad y formación- fue de extrañeza, quizás hasta de rechazo. Secretamente, o no tan secretamente nos estaríamos preguntando al mismo tiempo: ¿Esto es arte?
    Ya con el pié adentro nos encontramos casi enmarañadas en una alfombra de hilos negros, totalmente informe, movediza, extendida por  diferentes zonas del edificio,  que nos hizo temer un traspié. Después nos enteramos  de que la instalación (que se originaba o finalizaba en una escoba) se  llamaba La bruja. Maquinarias antiguas integradas a un escenario con cierta tonalidad siniestra del que nos separaba un vidrio, enfrentaban presente y pasado, artificio y realidad sin  más interacción que el  sacudimiento interno que la visión provocaba. Una silla eléctrica que se veía  después de accionar  una perilla que activaba la iluminación y un tubo por el cual podíamos haber hablado sin escuchar respuesta. Imágenes oscuras sobre paredes muy blancas. Imágenes difíciles de adecuar a nuestros preconceptos fijados a través de la experiencia de frecuentar la historia del arte en sitios canonizados. Una bolsa negra pendiendo de un hilo, que parecía latir al ritmo de  algún encierro horripilante. Una bola  indeterminada y hasta contrahecha titulada:  Hombre semilla o el mito de lo posible. Título por demás sugerente si se piensa en lo amorfo del portante. La esfera del mundo haciendo girar por fuera y por dentro las palabras. Pero no cualquier palabra  sino aquellas con las que el exterior   nos sobresalta y conmociona.
    Todo esto que nos causó, en un primer momento,  esa atávica  reacción de distanciamiento cobró sentido o múltiples sentidos durante la visita guiada. Y hay que decir que en  lo que hace a entrenamiento de los guías Proa es un ejemplo. No son expositivos. No nos apabullan con  un libreto armado. No nos imponen  su impresión.  Los guías de Proa preguntan, nos preguntan, y los visitantes preguntamos a las obras y nos preguntamos a nosotros mismos. Sin lugar a dudas esto responde a un concepto de acercamiento al arte y comprensión del mismo  innovador, sustentado en  el libre acceso al conocimiento y en el propósito de  que cada grupo de visitantes confronte sus experiencias visuales y participe activamente  del hacer que significa toda creación.    En la ronda visual y de cuestionamiento uno siente que la cabeza va cambiando su orientación aprendida y fijada con  grampas no muy sutiles. Y entonces todo lo que nos causó  extrañeza al principio y hasta cierta repugnancia  empieza a mostrar hendijas por donde se filtra un aire nuevo. En este caso, el aire de Lyon. Una muestra que es un desprendimiento de la bienal de Lyon, cuyo subtítulo alude a un verso de Yeats: Una terrible belleza. Una estética de lo feo, que es parte también del mundo y una parte que debiera dejarnos tan perplejos como la observación de las instalaciones e imágenes que, de entrada,  no comprendimos.   Porque lo feo forma parte de la realidad  y sin embargo, por acostumbramiento  no llega a indignarnos lo suficiente. Es más, convivimos con ese    rasgo del entorno sin inmutarnos. El diálogo de las obras entre sí y el diálogo que suscitó el hábil guía entre los asistentes nos permitió responder al interrogante primero: ¿Esto es arte? Indudablemente salimos del espacio movilizadas emocionalmente y sintiendo que el lenguaje, los lenguajes son tan  inquietantes como la vida misma, de la cual el arte es una parte activa y reactiva. Salimos respirando de otra forma. Y si se piensa que la respiración es un acto esencial para la sobrevivencia,  es  indefectible que haber llegado hasta allí valió la pena.

    Por  último se me ocurre una frase que escribo con  el color de la esperanza y, por supuesto, no es una sentencia sino el resultado de una reflexión muy personal: No me debe asustar lo nuevo  por ser nuevo, sino todo lo viejo y caduco que se oculta bajo apariencias novedosas.



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  • Título: Las mejores muestras de arte moderno de Buenos Aires.
    Autor:
    Fecha: 29/04/2012
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    4. "Aire de Lyon" en Fundación PROA

     

    Con la exhibición Aire de Lyon, Proa da inicio a la temporada 2012, en la que la voluntad de relacionar experiencias artísticas contemporáneas, incorpora material para contribuir a un diagnóstico y debate sobre el estado de la reflexión del arte. Su curadora, Victoria Noorthoorn –que el año pasado curó la 11ª Bienal de Lyon– eligió un subtítulo para la muestra, a partir de un verso de William Yeats: “Ha nacido una belleza terrible”. Pero más que obras bellas, hay obras inusuales, que muy difícilmente podemos ver por Argentina. Obras exhibidas antes en Lyon, la presencia de artistas internacionales y locales traen nuevos Aires a nuestros “buenos aires”: un fragmento de contemporaneidad, con recortes de África, Europa del Este y Latinoamérica.



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  • Título: Aire de Lyon | Buenos Aires
    Autor:
    Fecha: 29/04/2012
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    The PROA Foundation begins this year’s season with the exhibition Aire de Lyon, that talks about contemporary art experiences, incorporating material to help diagnose and debate the state of the art of reflexion. The curator of this project is Victoria Noorthoorn.

     

    The exhibition Aire de Lyon, brings several video performances of the artist, poet and performer Lenora de Barros (nominated to PIPA 2010): Utopia (1996), Tempinhos (2008) and Uma (1993 – 1996). Lenora’s work in general, is in keeping with the tradition of Brazilian concrete poetry, exploring the relation between text and image, sound and image, while investigating the position of the individual as a subject, with its own voice in the world.



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  • Título: El refugio de la cultura.
    Autor: Osvaldo Quiroga
    Fecha: 29/04/2012
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    Ver nota original (Canal 7 / TV Pública)

    https://www.youtube.com/watch?v=DFvZ4nkKKxY&feature=youtu.be&ab_channel=Televisi%C3%B3nP%C3%BAblica

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  • Título: Itinerario Porteño
    Autor:
    Fecha: 28/04/2012
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    Ver nota original ( La República (Montevideo))

    En caso de visitar la vecina orilla, Urbano te ofrece un itinerario de los mejores lugares para visitar y vivir la cultura.

     

    ** (*) Aire de Lyon, diversas técnicas. Fundación Proa, Pedro de Mendoza 1929, La Boca, martes a domingos de 11.00 a 19.00. Entrada $ 12. Hasta el 24 de junio.



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  • Título: Cuando la palabra se convierte en imagen
    Autor: Nelson Di Maggio
    Fecha: 28/04/2012
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    Ver nota original (La República (Montevideo))

    Las numerosas e importantes muestras que se exhiben actualmente en Buenos Aires dificultan las opciones del visitante al mismo tiempo que atrapan con el vértigo de las revelaciones de movimientos y artistas.

    La confluencia es impresionante. El agotador recorrido, durante cuatro días, incluye el extensísimo Museo del Bicentenario, frente a la Casa Rosada, con un espacio dedicado a los frescos del mexicano Siqueiros y alumnos argentinos (Antonio Berni, Lino Spilimbergo, Juan A. Castagnino y el uruguayo Enrique Lázaro) ejecutados a la mejor gloria del cuerpo juvenil de Blanca Luz Brum, en lo que fuera el sótano de la residencia del periodista Natalio Botana, recuperados luego de largo litigio. Cercano, el Museo de de la Ciudad, en una vieja residencia, con empinada escalera de madera, sugestiva en su pobreza y elemental presentación, exhibe al olvidado dibujante uruguayo Aurelio Giménez (1877 – 1911) y su indomable sentido crítico de la sociedad epocal.

    La contemporaneidad y los hallazgos en los guiones curatoriales están en barrios apartados. En La Boca, la Fundación Proa, hospeda aspectos fragmentarios de la Bienal de Lyon, en una de las escasas desilusiones de esa institución dirigida por Adriana Rosenberg, mientras que en la Recoleta el Museo Nacional de Bellas Artes despliega sus habilidades curatoriales Sergio Baur en Claridad, la vanguardia en lucha. El Centro Fundación Telefónica despliega la inventiva tecnológica el español Daniel Canogar y por el lado de Palermo, el Malba confirma, una vez más, los múltiples e insoslayables atractivos que acostumbra a brindar: Arte latinoamericano, American Pie y León Ferrari (ver columna al lado).



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  • Título: Exploración del ser y el arte
    Autor:
    Fecha: 27/04/2012
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    Ver nota original (Guía Vulevú)

    Latinoamérica, Europa y Africa unidas en una sola muestra; 35 artistas están exponiendo en la Fundación Proa para transmitirnos a través de su visión en un análisis del ser, la condición del artista y la necesidad del arte en un mundo complejo en constante movimiento.

     

    Esta muestra, en que la curadora es Victoria Noorthoorn, también contiene obras que fueron realizadas especialmente para la última Bienal de Lyon. La misma invita a reflexionar sobre el estado del arte en un camino sin textos explicativos, como solemos ver en otras exposiciones; será una senda acompañada de poemas visuales del brasileño Augusto de Campos y la intervención sonora de Leonora de Barros, también del mismo país.

    Aire de Lyon es posible gracias a la colaboración de La Biennale de Lyon, la Fundación Mondriaan, la Embajada de Francia en la Argentina, la Alianza Francesa, el Instituto Francés y Ternium Siderar/Organización Techint.



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  • Título: Artistas + Críticos: María Gainza - Emilio García Wehbi
    Autor:
    Fecha: 27/04/2012
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    Ver nota original ( Ramona web)

    En un nuevo encuentro del ciclo de visitas guiadas por especialistas, la crítica de arte María Gainza y el artista y dramaturgo Emilio García Wehbi recorren con el público la exhibición Aire de Lyon.
    Sábado 28, 17 hs.

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  • Título: En exhibición
    Autor:
    Fecha: 24/04/2012
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    Ver nota original ( Ámbito Financiero)

    En Fundación Proa, el sábado comenzó el ciclo Artistas + Críticos, la primera visita guiada por especialistas estuvo a cargo del escritor Carlos Gamerro, Alejandro Tantanián y Rubén Mira. Más adelante, participará un mix integrado por Victoria Noorthoorn, María Gainza, Orly Benzacar, Alberto Sendrós, Roberto Jacoby, Jorge Macchi, Irina Kirchuk, Eduardo Basualdo y Emilio García Wehbi. (Av. Pedro de Mendoza 1929).

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  • Título: Una belleza sin razón
    Autor:
    Fecha: 19/04/2012
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    Ver nota original ( ArteHispano)

    Una muestra reúne a 35 artistas de procedencias diversas y obras que cuestionan desde lo estético la confianza ilimitada en la racionalidad.

    Desde un rincón, apoyada sobre la pared, una escoba se estira y crece. Crece tanto que llega a ocupar todo el espacio de exhibición, avanza sobre la librería de la sala contigua y se extiende en ella también. La escoba no es de paja sino de lana; sus hilos negros lo invaden todo como un aluvión mórbido que es posible pisar pero a riesgo de quedar atrapado en él. Así se muestra “La bruja” del brasileño Cildo Meireles, una obra que el artista concibió en 1979 y presentó en la Bienal de San Pablo en 1981. El año pasado Victoria Noorthorn la incluyó entre las piezas que integraron su propuesta curatorial para la Bienal de Lyon y ahora la acerca a Proa como uno de los tantos ecos de esa exhibición que adquieren aquí nueva fisonomía para expresar un espíritu similar.

    Sobre esa maraña de hilos se asienta también “El hombre semilla” de Marina de Caro. Una suerte de títere de gran cabeza con flecos acomodado en el piso, no muy lejos del rincón en que se despatarra el payaso triste que la brasileña Laura Lima dispuso rotar por distintos espacios. En diálogo con todo esto la serie de grandes dibujos a color de la propia De Caro se enfrentan a las carbonillas fantasmales del francés Christian Lhopital y sus dibujos de línea quebrada que recuerdan a los de Tim Burton. Junto a ellos, los expresivos dibujos de muñecas de la artista de Zimbabwe Virginia Chihota y “Los rechazados”, de la sudafricana Marlene Dumas, completan la escena. Estos últimos, una serie de retratos en tinta sobre papel que con exquisita sensibilidad representan rostros que se modifican con la superposición de planos. Y hay más en la vecindad: una videoperformance de Tracey Rose en la que la artista sudafricana encarna a Lucy, el primer antepasado femenino de la especie humana. Caracterizada como una mezcla de personaje de Alicia que emerge del inframundo y Ubu Rey, su creación cuestiona dogmas occidentales desde una disparatada recorrida a lomo de burro por el paraíso. Todo esto configura un clima fantástico. Un clima que pareciera evocar aquel pleasing horror que los ingleses acuñaron en el siglo XVIII para aludir a la sugestiva sensibilidad ante lo que produce temor, que aparece en los relatos para niños y en gran parte de la estética romántica. Algo de esto pareciera subyacer también en la elección del verso “Una terrible belleza ha nacido”, extraído del poema “Pascua”, que William Butler Yeats escribió en 1916, que inspiró la bienal de Lyon y mantiene su sentido aquí también. Sentido que, llevado a la exhibición, no pareciera demasiado distante de aquella belleza convulsa que reclamaba Breton; libertaria, pulsional, abierta al azar, a lo desconocido, desafiante del orden de la razón y capaz de salir al rescate de lo maravilloso.

    Muchas que se exhiben aquí comulgan con esos principios. Por caso, el “Jardín Secreto”, de Michel Huisman, que obliga al espectador a tirarse al piso para descubrir la maravilla y construir él mismo con su cuerpo una escena que recuerda una pintura de Magritte. También la reelaboración poética de objetos que lleva a cabo Diego Bianchi a partir de múltiples combinaciones, o la inquietud que provoca la presencia palpitante, desconocida, humana o animal, oculta en la obra de Eduardo Basualdo. Mucho de aquella belleza convulsa, retorna aggiornada en los lenguajes contemporáneos y en cómo éstos interpelan e incluyen al espectador. Pero también en cómo los artistas se incluyen a sí mismos en el mar de dudas que invade la condición del ser en el presente. Cómo manifiestan sus inquietudes acerca del destino de su obra y la vida propia que ésta asume. Una preocupación que en la obra “Cuadrado”, de Luciana Lamothe, adquiere desarrollo en el espacio en una suerte de construcción de andamios que escapa a las intenciones de la artista pero convive de manera muy sobria con el enigma de un tiempo detenido que anida en la obra de Jorge Macchi.

    Una común percepción de la condición humana transitando entre lo terrible y lo maravilloso ha sido rescatada en este recorte curatorial que integra 35 artistas de diversas procedencias. En él lo sensible se erige en principio y fundamento de toda experiencia estética transformadora, capaz de poner en tensión la confianza ilimitada en la razón. Justamente, la razón instrumental es puesta en juicio en la obra que montó el polaco Robert Kusmirowski. En ella, una parafernalia de dispositivos electromecánicos, distintivos de la modernidad industrial, construyen una vetusta escena de control que paso a paso lleva a la silla eléctrica. El espectador asiste a ella, preservando su distancia, como en una cámara Gesell.

    La didáctica está deliberadamente ausente en esta muestra. “La pedagogía mata”, decía el profesor en La lección de Ionesco. Noorthoorn parece acordar con él, invitando al espectador a desembarazarse de preconceptos y embarcarse en un viaje imaginario. Quizá esa intención llevó a la curadora a dar tan importante lugar a la “Máquina de re-educación”, de la polaca Eva Kotatkova que trata esta cuestión con agudeza crítica pero sensible en extremo.

    Aire de Lyon
    Lugar: Proa (Avenida Pedro de Mendoza 1929).
    Fecha: hasta fin de junio.
    Horario: martes a domingos de 11 a 19, lunes cerrado.
    Entrada: $ 12, jubilados $ 4, estudiantes $ 8.

     

    Fuente: Revista Ñ



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  • Título: Una terrible belleza ha nacido.
    Autor: Constanza Crowder
    Fecha: 19/04/2012
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    Ver nota original ( En viaje)

    Más de 30 obras de artistas de todo el mundo que participaron el año pasado de la 11°  Bienal de Lyon, en Francia, se exhiben en “Aire de Lyon”, muestra inaugural de la termporada 2012 de la Fundación Proa.
     
    El título alude tanto a un verso de un poema del irlandés William Yeats como al estado de incertidumbre que nos provoca la incapacidad de resolver las contradicciones del mundo –al que también hace referencia el poeta- y sirve a la curadora de esta muestra como disparador conceptual y herramienta metodológica para reunir obras disímiles que reflexionan desde y en torno a un tema desde un único aunque variado recorrido.
    “Esta muestra es una exploración en el hacernos cargo de este presente y el futuro cercano, reflexionando sobre la condición del artista y la necesidad del arte, explorando la riqueza de la contradicción, la perplejidad, el cambio y el movimiento”, nos cuenta Victoria Noordthoorn.

    Qué movilizan, como representan, que preguntas generan, que dudas, coincidencias y contradicciones son algunos de los puntos que obligan a detenerse en este viaje imaginario, sensorial e intelectual “donde cada uno de los artistas habla en voz alta”. Y está abierta la invitación para embarcarse. Es en la Boca, aquí cerquita.



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  • Título: Comunidad culltural
    Autor:
    Fecha: 10/04/2012
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    Ver nota original (Comunidad Metro (Metro FM 95.1))

    Nuestra amiga, colega y museóloga Lucila Pesoa, nos recomendó dos exposiciones muy interesantes. La primera fue “Aire de Lyon”, exhibición de la Fundación Proa en la que exponen 35 de los 78 artistas de Francia, Latinoamerica y Europa del Este que participaron de la 11° bienal de Lyon (Francia). Uno de los artístas es Eduardo Basualdo y su obra que despierta la más dispares reacciones en los espectadores (foto).

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  • Título: Aire de Lyon, Temporada 2012
    Autor:
    Fecha: 10/04/2012
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    Ver nota original (Guía Senior)

    Con la exhibición Aire de Lyon, Proa da inicio a la temporada 2012, en la que la voluntad de relacionar experiencias artísticas contemporáneas, incorpora material para contribuir a un diagnóstico y debate sobre el estado de la reflexión del arte.
    Como primera muestra del año, Aire de Lyon renueva la fuerza de su alma mater -la elogiadísima Bienal que la ciudad francesa albergó desde septiembre a diciembre de 2011- proyecto curatorial de la argentina Victoria Noorthoorn. Si con el verso del poeta inglés W. B. Yeats, "Una belleza terrible ha nacido", la Bienal anunciaba el valor del tiempo en sus postulados, con Aire de Lyon esa misma belleza se manifiesta en uno nuevo tiempo.
    Site-specifics concebidos para Proa, obras exhibidas antes en Lyon, la presencia de artistas internacionales y locales traen nuevos Aires a nuestros "buenos aires": un fragmento de contemporaneidad, con recortes de África, Europa del Este y Latinoamérica.
    Aire de Lyon, curada por Victoria Noorthoorn, es posible gracias a la colaboración de La Biennale de Lyon, la Fundación Mondriaan, la Embajada de Francia en la Argentina, la Alianza Francesa, el Instituto Francés y Ternium Siderar/Organización Techint.
    El acento recae desde junio en la investigación, dando cuenta así de las relaciones entre Brasil y la Argentina en el marco de una escena artística decisiva para ambos países: la década del 60. Política, consumo de masas y el ímpetu anti-institucional organizan la exhibición Pop, realismos y política. Brasil-Argentina, curada por Paulo Herkenhoff y Rodrigo Alonso.
    En octubre, la llegada a Proa de la primera retrospectiva sudamericana de la obra del gran artista suizo Alberto Giacometti, uno de los más importantes del siglo XX, presenta más de 130 obras de la colección de la Fundación Alberto y Anette Giacometti de París, en un acontecimiento único.
    ProaCine, en el marco del Bafici, estrena el documental Patience (After Sebald), de Grant Gee: una lectura personal de la novela Los anillos de Saturno, de W. G. Sebald; ProaLiteratura, en el Filba, invita a Buenos Aires a Mario Bellatin. Y a 100 años de su nacimiento, ProaMúsica rinde homenaje a John Cage.
    Damos la bienvenida a la temporada 2012 de Proa y agradecemos la presencia y el aporte de la Organización Techint en el desarrollo de nuestro programa cultural.
    Adriana Rosenberg

    Presidente

     

    Educación
    Visitas guiadas para público general: martes a viernes, 17 hs. / sábados y domingos: 15 y 17 hs.
Los martes de estudiantes, Librería Proa pone a disposición del público materiales de referencia: libros y catálogos de los artistas. Además, a las 16 hs. se realiza una visita guiada en profundidad.
    Para más información sobre visitas para escuelas, instituciones y grupos especiales: http://proa.org/esp/education.php / +54 11 4104 1041 / visitas@proa.org



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  • Título: Hiroshima
    Autor:
    Fecha: 07/04/2012
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    Ver nota original (Newsday)

    Visitors watch the work 'N0.84 (Document 2000 Hiroshima)', by Dutch artist Michel Huisman, part of the exhibition 'Aire de Lyon', presently at the Fundacion Proa, in Buenos Aires, on March 17, 2012. Aire de Lyon is an exhibition curated by Argentine Victoria Noorthoorn, where 35 plastic artists display their work after participating in the Biennale de Lyon 2011.

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  • Título: La renovación del lenguaje siempre está en movimiento
    Autor: Silvina Friera
    Fecha: 05/04/2012
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    Ver nota original (Rebelión)

    El cuadrado negro, ese “amuleto verbal” donde una coreografía de palabras blancas desmonta la gramática del ojo, podría aglutinar con precisión geométrica las huellas de añejas reyertas estéticas. Como si las bofetadas de uno de los principales acusados de matar la poesía brasileña aún conservaran un singular efecto residual. Augusto de Campos, uno de los fundadores de la poesía concreta junto con su hermano mayor Haroldo y con Décio Pignatari, recorre el sistema nervioso de sus poemas visuales que se exhiben en la muestra colectiva Aire de Lyon, una exposición curada por Victoria Noorthoorn de la que participan 35 de los 78 artistas que integraron la experiencia de la 11 Bienal de Lyon del año pasado. En una de las paredes de Proa flamea la “tensión de palabras-cosas en el espacio-tiempo”, la divergencia entre mirada y lectura, uno de los pilares del manifiesto de este movimiento experimental que ejecutó una de las renovaciones más audaces y radicales de la poesía latinoamericana. Después de cinco décadas de disidencia, el padre de esas criaturas mutantes, de esa constelación de signos que Caetano Veloso supo apreciar como pocos al musicalizar varios de sus poemas (como “Pulsar” o “Días, Días, Días”), sigue poniendo el cuerpo ante las balas de jóvenes o viejos pistoleros que todavía lo cuestionan.

     

    “Cuando era chico, no me gustaba la poesía ni escribir, pero hacía pequeños diseños. Haroldo, mi hermano, un año y medio mayor que yo, era muy precoz y escribía cuentos. Juntos hacíamos unas obras en unas hojas, como si fueran cuadros, que vendíamos a tíos y parientes; nuestras primeras víctimas, porque pagaban”, bromea el poeta en la entrevista con Página/12. “Mi padre hizo un sello que decía ‘los hermanos Campos’ y los poníamos en las hojitas. Yo prefería la pintura, lo visual, más que la narrativa. Haroldo fue mucho más verbal en su poesía, que se aproxima a lo que se llama neobarroco. Mi poesía, en cambio, es más escondida; tiene pocas palabras.” En el prólogo de la reedición de Poemas (Gog y Magog), la primera antología de De Campos que se publicó en el país, con selección, traducción y estudio crítico de Gonzalo Aguilar, Antonio Risério lo califica de inventor y maestro. “Inventor es el poeta cuya obra nos revela procesos poéticos hasta entonces inéditos. Maestro es quien se adueña de esos procesos, combinándolos particularmente en una obra al mismo tiempo serena y sanguínea. Augusto de Campos, como pocos, sintetiza ambas luces: es inventor (...) y se ha convertido en un maestro de procesos que él mismo y otros (...) inventaron. Algo así como si fuese posible fundir, en un solo creador, las personalidades de Velimir Khlébnikov y Bernart de Ventadorn. Augusto maestroinventor, con sus punti luminosi, sus stelegramas, sus enigmagens, sus profilogramas, todas sus delicatessen intersemióticas.”

    No queda nadie en Proa. En el bar, casi en penumbras, la voz de De Campos suena con esa disonancia incorregible, tan joven y pasional en la manera de amplificar un reservorio de anécdotas acerca de una generación que se propuso la tarea ciclópea de renovar el lenguaje poético, los modos de escribir y de leer. ¿Quién diría que el fundador de la poesía concreta brasileña tiene 81 años? No tiene los ojos fatigados. No hay grietas infames del paso del tiempo en su rostro. Sólo ostenta las vibraciones de su prolija cabellera blanca. La novedad entraña peligro; consigue que cruja el acolchado círculo que protege privilegios y horada los casilleros de las identidades. En la década del ’50, los hermanos De Campos se cruzaron en el camino con Décio Pignatari y comenzaron juntos un trabajo de lecturas, debates y combates. “Nos encontrábamos semanalmente para discutir de poesía. En 1952 sacamos la revista-libro Noigandres y continuamos toda la vida amigos. En su primer libro, Carrossell, Décio tiene un poema que se llama ‘El juglar y la prostituta negra’, con muchos soportes, palabras que son cortadas por otras. Ya había una especie de montaje minimal que Haroldo y yo consideramos una obra precursora de esa tensión rigurosa por las palabras.”

    Como si del cajón de los recuerdos asomara una entrañable travesura, De Campos esboza una sonrisa. “Se dice que el primer conjunto más sistemático de poesía concreta sería mi Poetamenos (1953), dos poemas de hasta seis colores inspirados en la música de (Anton) Webern, en una melodía que se recorta y donde los instrumentos entran con muy pocas notas, lo que él y su maestro (Arnold) Schoenberg llamaban ‘melodías de timbres’”, explica. “Y también me inspiré en los pintores precursores de la pintura concreta, (Piet) Mondrian y (Kazimir) Malévich. Y naturalmente, la mayor influencia desde el punto de vista poético fue Mallarmé, el poema visual ‘Un coupe de dés’ (una tirada de dados), de 1897, cuya versión definitiva sólo fue publicada en 1914; es un poema al mismo tiempo simbolista y futurista. Para nosotros fue el punto de partida de los desarrollos de la poesía concreta.”

     

    –¿Sobre qué discutían a principios de la década del ’50?

     

    –La poesía estaba volviendo a convenciones anteriores al “modernismo”, que es diferente al modernismo latinoamericano-español. El modernismo, en Brasil, es la renovación que empezó en 1922 con la Semana de Arte Moderno en San Pablo. Este movimiento procuraba actualizar el lenguaje, influido por los futuristas. Y produjo grandes obras, como las de Mário de Andrade y Oswald de Andrade. Pero en 1945 los nuevos poetas cuestionaron este precedente experimental. Nos propusimos hacer un estudio de cómo estábamos, dónde debíamos entrar. Nos interesaban, especialmente, los inventores, no los poetas bien recibidos, los celebrados. Queríamos a los que habían sido marginalizados por buscar nuevos lenguajes que no habían sido asimilados, con esa ambición un poco juvenil que llamamos, a partir de Oswald de Andrade, “antropofagia cultural”. Teníamos la pretensión de estar más formados que los poetas del primer mundo, que tienden a ser monolingüistas. En San Pablo, por ser una ciudad cosmopolita, leíamos con mucha facilidad la literatura española, que se enseñaba en las escuelas en un curso obligatorio de un año. Y teníamos una muy buena librería de textos italianos y también una de franceses. En la posguerra, la lengua inglesa empezó a penetrar fuertemente, literariamente también. Entonces leíamos a Ezra Pound, E. E. Cummings y T. S. Eliot. Y también estudiamos un poco de alemán. Teníamos un cuadro amplio desde la periferia, no sólo por el acceso lingüístico, sino también por el hecho de que exploramos las líneas más invectivas para construir cosas nuevas e intentar renovar el lenguaje. No queríamos ser discípulos sólo de los europeos, queríamos contribuir con algo nuevo y que fuera precisamente lo que antes había postulado Oswald de Andrade, pero que sólo en pocos casos se había consustanciado: la idea de la “antropofagia cultural”. Oswald tenía la metáfora del indio que devora al enemigo, no por hambre, sino para heredar sus cualidades. Cuanto mayor valor del enemigo, mayor sería la recompensa de haberlo comido. Y proyectábamos esto para la literatura universal: devorar todo para intentar devolver una cosa original.

     

    –¿En qué sentido la poesía concreta cumplió con esta antropofagia?

     

    –No quiero hacer una evaluación de un movimiento en el que participé; ésta es tarea para los críticos y los que quieran hablar. Lo que puedo decir es que intentamos una síntesis, porque después de Mallarmé, de su primera gran aventura visual, los futuristas y los dadaístas hicieron contribuciones importantes. Pero la poesía concreta brasileña era diferente; radicalizó todo en un sentido constructivo. En nuestra gran síntesis consideramos especialmente las obras más radicales, como Finnegans Wake de James Joyce; a Ezra Pound con su método ideogramático que terminó en los Cantos, como un mosaico de collages; a Cummings con sus minivocablos ya trabajados al interior de las palabras. Radicalizamos más el lenguaje poético, que entonces nos parecía muy convencional. Todos estos escritores eran marginales, intraducibles, casos “anormales” de la literatura. En Francia, “Un coup de dés” de Mallarmé era considerado un fracaso.

     

    –¿Cómo definiría el motor de su búsqueda desde su primer libro hasta sus últimos poemas publicados?

     

    –Siempre busqué la invención, porque las vanguardias futuristas tendieron a pensar el pasado como algo que debía ser destruido. Yo prefiero el concepto que viene de Ezra Pound: los inventores son una categoría que se encuentra tanto en la modernidad como en el pasado. Pound colocaba entre los maestros a Dante y entre los inventores a un pequeño trovador medieval provenzal Arnaut Daniel, del que sólo se conocen dieciocho poemas, creador de la sextina. Pero esos poemas de Arnaut Daniel tuvieron influencia sobre Dante, que en la Divina Comedia lo encuentra en el Purgatorio y lo llama “il miglior fabbro del parlar materno”, el gran maestro de la lengua materna. No se trata de discutir quién es mayor. Ciertamente Dante es un gigante, un genio. Arnaut Daniel tal vez fue un poeta menor, por lo menos por lo que se conoce. Pero sin Arnaut Daniel, tal vez Dante no hubiera hecho lo que hizo. En mi visión, en aquel momento, era más importante intentar recuperar estos artistas que se ocuparon de renovar el lenguaje. La vanguardia, que es una metáfora militar un tanto desprestigiada, se expone a todos los riesgos. Eramos muy jóvenes y creíamos que íbamos a salvar la literatura brasileña. Pero hoy lo vemos con otros ojos.

     

    –¿Ojos más escépticos?

     

    –Sí, obviamente. Son muy pocos los artistas que siguen este tipo de propuestas arriesgadas. En Brasil hemos sido muy criticados; tienen un odio muy grande hacia la poesía concreta, que sigue dividiendo las aguas. Tal vez la poesía concreta tornó muy difícil escribir para los otros y es más cómodo regresar a las prácticas anteriores contra las cuales nos rebelamos. Es muy agradable para mí estar aquí y tener gente que cree en mis trabajos. Pero en mi país somos muy discutidos. Si somos tan discutidos es porque estamos vivos, porque incomodamos, ¿no? Somos una especie de piedra en el camino de la poesía brasileña. Dicen que sólo los pesimistas tienen sorpresas agradables (risas). Pero hay también muchos hechos compensadores, como que ahora salga una antología de mis poemas en Buenos Aires. A veces tengo una mejor recepción aquí que en Brasil, donde me atacan como si tuviera veinte años. Hay mucha gente que aún nos considera como monstruos de la poesía porque dice que la matamos...

     

    –¿A usted lo acusaron de haber matado la poesía en Brasil?

     

    –Ese era uno de los títulos de los periódicos: “Matan la poesía”. Pero ya somos viejos y hay una promoción por antigüedad y otra por mérito (risas). Ahora en las universidades, que antes eran muy hostiles, nos estudian.

     

    –¿Qué incomoda aún de la poesía concreta?

     

    –La formación cultural de la crítica es muy disciplinaria y nuestras obras ocupan un espacio interdisciplinar que hace que sea muy difícil aceptar poesías tan visuales: ¿cómo se leen esas palabras sueltas? Ahora hay menos resistencia, pero al principio hubo mucha. Fue terrible y sufrimos los peores ataques posibles; después se fueron moderando. Pero son pocos los que aceptan el desafío propuesto. Lo más común es que se escriba poesía como si la poesía concreta no hubiera existido. La discusión sobre la poesía concreta en Brasil no terminó, siempre aparece un joven pistolero que nos quiere desafiar (risas).

     

    –¿Cómo se renueva hoy el lenguaje?

     

    –Es algo difícil de responder, porque esa renovación siempre está en movimiento y las tácticas para llegar son diferentes. Hay artistas que tienen una preocupación estética y ética por crear obras que sean significativas, que importen un esfuerzo de conocimientos y no apenas llegar intuitivamente y poner en papel las primeras reacciones expresivas que tengan en relación a sus vivencias o a sus problemas. Cualquiera que sea el camino escogido, no es muy normal que venga con una reflexión profunda que dispute el trabajo de sus precedentes. Es más fácil que se ignoren las cuestiones que antes fueron puestas en juego. La situación de la poesía es tan mala en general... La poesía no es consumida por un público mayor, es una especie de ghetto: los poetas son leídos por otros poetas, su público es un público de poetas. Una de las concepciones más optimistas que tengo es que gracias a la tecnología digital esos ghettos son inter-ghettos. Puedes tener un público pequeño en Brasil, pero puedes hablar con otro grupo en Chile, otro en Islandia, otro en Francia o Estados Unidos. Una de las salidas de la poesía es Internet, no hay otra...

    * Aire de Lyon se puede ver hasta el 17 de junio, de martes a domingo de 11 a 19, en Proa (Pedro de Mendoza 1929). Entrada: 12 pesos.

    Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-24790-2012-04-04.html



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  • Título: Inquietud en el arte por las nuevas normas aduaneras.
    Autor:
    Fecha: 05/04/2012
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    Parece que para el arte y los museos la cosa está brava, a la hora de traer obras de arte del extranjero para exhibir de forma temporal. Las nuevas reglamentaciones aduaneras, y los cambios en los mecanismos del otorgamiento de las franquicias por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores a cada Embajada, hace que la entrada al país de obras de arte y muestras se complique.

     

    Los hechos lo confirman: la exposición “Bye, bye, American Pie”, inaugurada en el MALBA la semana pasada, no pudo gestionarse con la rapidez necesaria. Lo cuenta Victoria Giraudo, coordinadora ejecutiva de curaduría del MALBA: “Con ‘Bye Bye…’ solicitamos a la Embajada de los Estados Unidos la franquicia diplomática para entrar las obras al país. De entrada nos dijeron que con mucho gusto pedirían la franquicia para Malba, pero luego me enviaron este e-mail: “Lamentablemente hay ciertas regulaciones nuevas que no nos permiten apoyar exhibiciones a través de la franquicia diplomática como solíamos hacer, ya que no cumplimos con las nuevas condiciones establecidas por el ministerio para esta exhibición. Nos gustaría seguir apoyándolos en sus actividades, pero lamentablemente ya no lo podremos hacer a través de franquicias. Espero entiendan que está fuera de nuestras manos”.

    Así que realizamos la importación temporal por la vía normal de las obras de arte y, por suerte, no tuvimos problemas. Generalmente la franquicia ayuda a acelerar los trámites aduaneros, y esto es importante, ya que allí las obras de arte podrían deteriorarse, no están dadas las condiciones de temperatura ni humedad, entre otras; además, como las fotografías y las serigrafías no son consideradas por la Aduana argentina como obras de arte, al entrar sin franquicia hay que pagar seguros de caución”.

    “Es muy importante que el patrimonio de un país que entra a otro país sea custodiado adecuadamente”, comenta Adriana Rosenberg, directora de la Fundación Proa, de la Boca. “La franquicia diplomática ayuda a que se de a las obras un tratamiento de patrimonio, y a que no sean tratadas como si fueran un auto”, dice claramente Rosenberg. Y sabe bien de qué habla: hace sólo dos semanas, al inaugurar la exposición con artistas internacionales “Aire de Lyon”, a Proa le resultó muy complejo ingresar al país parte de la obra del brasilero Cildo Meireles: una obra de arte contemporáneo compuesta por tres mil kilómetros de lana.

    “No comprendo por qué dejaron de otorgar franquicias diplomáticas en estos casos”, dice Rubén Méndez, de la empresa de transporte internacional de obras de arte “Delmiro Méndez e hijo”. “Las razones no están claras. Llamé al Ministerio de Relaciones Exteriores y no me quisieron informar, me dijeron que sólo hablan con Embajadas u organismos internacionales”, comenta Méndez.

    La misma respuesta que obtuvo Clarín al llamar ayer a la Dirección de Franquicias del mismo Ministerio. La secretaria nos informó: “Toda la información que tenemos, por decreto presidencial, no es abierta al público.” ¿Pero podríamos saberel nombre de la persona a cargo del área? “No”, contestó “no puedo informarte el nombre de la funcionaria a cargo”. Misterio.



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  • Título: Antropofagia cultural
    Autor:
    Fecha: 04/04/2012
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    El cuadrado negro, ese “amuleto verbal” donde una coreografía de palabras blancas desmonta la gramática del ojo, podría aglutinar con precisión geométrica las huellas de añejas reyertas estéticas. Como si las bofetadas de uno de los principales acusados de matar la poesía brasileña aún conservaran un singular efecto residual. Augusto de Campos, uno de los fundadores de la poesía concreta junto con su hermano mayor Haroldo y con Décio Pignatari, recorre el sistema nervioso de sus poemas visuales que se exhiben en la muestra colectiva Aire de Lyon, una exposición curada por Victoria Noorthoorn de la que participan 35 de los 78 artistas que integraron la experiencia de la 11 Bienal de Lyon del año pasado. En una de las paredes de Proa flamea la “tensión de palabras-cosas en el espacio-tiempo”, la divergencia entre mirada y lectura, uno de los pilares del manifiesto de este movimiento experimental que ejecutó una de las renovaciones más audaces y radicales de la poesía latinoamericana. Después de cinco décadas de disidencia, el padre de esas criaturas mutantes, de esa constelación de signos que Caetano Veloso supo apreciar como pocos al musicalizar varios de sus poemas (como “Pulsar” o “Días, Días, Días”), sigue poniendo el cuerpo ante las balas de jóvenes o viejos pistoleros que todavía lo cuestionan.

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  • Título: La renovación del lenguaje siempre está en movimiento.
    Autor: Silvina Friera
    Fecha: 04/04/2012
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    El cuadrado negro, ese “amuleto verbal” donde una coreografía de palabras blancas desmonta la gramática del ojo, podría aglutinar con precisión geométrica las huellas de añejas reyertas estéticas. Como si las bofetadas de uno de los principales acusados de matar la poesía brasileña aún conservaran un singular efecto residual. Augusto de Campos, uno de los fundadores de la poesía concreta junto con su hermano mayor Haroldo y con Décio Pignatari, recorre el sistema nervioso de sus poemas visuales que se exhiben en la muestra colectiva Aire de Lyon, una exposición curada por Victoria Noorthoorn de la que participan 35 de los 78 artistas que integraron la experiencia de la 11 Bienal de Lyon del año pasado. En una de las paredes de Proa flamea la “tensión de palabras-cosas en el espacio-tiempo”, la divergencia entre mirada y lectura, uno de los pilares del manifiesto de este movimiento experimental que ejecutó una de las renovaciones más audaces y radicales de la poesía latinoamericana. Después de cinco décadas de disidencia, el padre de esas criaturas mutantes, de esa constelación de signos que Caetano Veloso supo apreciar como pocos al musicalizar varios de sus poemas (como “Pulsar” o “Días, Días, Días”), sigue poniendo el cuerpo ante las balas de jóvenes o viejos pistoleros que todavía lo cuestionan.

    “Cuando era chico, no me gustaba la poesía ni escribir, pero hacía pequeños diseños. Haroldo, mi hermano, un año y medio mayor que yo, era muy precoz y escribía cuentos. Juntos hacíamos unas obras en unas hojas, como si fueran cuadros, que vendíamos a tíos y parientes; nuestras primeras víctimas, porque pagaban”, bromea el poeta en la entrevista con Página/12. “Mi padre hizo un sello que decía ‘los hermanos Campos’ y los poníamos en las hojitas. Yo prefería la pintura, lo visual, más que la narrativa. Haroldo fue mucho más verbal en su poesía, que se aproxima a lo que se llama neobarroco. Mi poesía, en cambio, es más escondida; tiene pocas palabras.” En el prólogo de la reedición de Poemas (Gog y Magog), la primera antología de De Campos que se publicó en el país, con selección, traducción y estudio crítico de Gonzalo Aguilar, Antonio Risério lo califica de inventor y maestro. “Inventor es el poeta cuya obra nos revela procesos poéticos hasta entonces inéditos. Maestro es quien se adueña de esos procesos, combinándolos particularmente en una obra al mismo tiempo serena y sanguínea. Augusto de Campos, como pocos, sintetiza ambas luces: es inventor (...) y se ha convertido en un maestro de procesos que él mismo y otros (...) inventaron. Algo así como si fuese posible fundir, en un solo creador, las personalidades de Velimir Khlébnikov y Bernart de Ventadorn. Augusto maestroinventor, con sus punti luminosi, sus stelegramas, sus enigmagens, sus profilogramas, todas sus delicatessen intersemióticas.”

    No queda nadie en Proa. En el bar, casi en penumbras, la voz de De Campos suena con esa disonancia incorregible, tan joven y pasional en la manera de amplificar un reservorio de anécdotas acerca de una generación que se propuso la tarea ciclópea de renovar el lenguaje poético, los modos de escribir y de leer. ¿Quién diría que el fundador de la poesía concreta brasileña tiene 81 años? No tiene los ojos fatigados. No hay grietas infames del paso del tiempo en su rostro. Sólo ostenta las vibraciones de su prolija cabellera blanca. La novedad entraña peligro; consigue que cruja el acolchado círculo que protege privilegios y horada los casilleros de las identidades. En la década del ’50, los hermanos De Campos se cruzaron en el camino con Décio Pignatari y comenzaron juntos un trabajo de lecturas, debates y combates. “Nos encontrábamos semanalmente para discutir de poesía. En 1952 sacamos la revista-libro Noigandres y continuamos toda la vida amigos. En su primer libro, Carrossell, Décio tiene un poema que se llama ‘El juglar y la prostituta negra’, con muchos soportes, palabras que son cortadas por otras. Ya había una especie de montaje minimal que Haroldo y yo consideramos una obra precursora de esa tensión rigurosa por las palabras.”

    Como si del cajón de los recuerdos asomara una entrañable travesura, De Campos esboza una sonrisa. “Se dice que el primer conjunto más sistemático de poesía concreta sería mi Poetamenos (1953), dos poemas de hasta seis colores inspirados en la música de (Anton) Webern, en una melodía que se recorta y donde los instrumentos entran con muy pocas notas, lo que él y su maestro (Arnold) Schoenberg llamaban ‘melodías de timbres’”, explica. “Y también me inspiré en los pintores precursores de la pintura concreta, (Piet) Mondrian y (Kazimir) Malévich. Y naturalmente, la mayor influencia desde el punto de vista poético fue Mallarmé, el poema visual ‘Un coupe de dés’ (una tirada de dados), de 1897, cuya versión definitiva sólo fue publicada en 1914; es un poema al mismo tiempo simbolista y futurista. Para nosotros fue el punto de partida de los desarrollos de la poesía concreta.”

     

    –¿Sobre qué discutían a principios de la década del ’50?

     

    –La poesía estaba volviendo a convenciones anteriores al “modernismo”, que es diferente al modernismo latinoamericano-español. El modernismo, en Brasil, es la renovación que empezó en 1922 con la Semana de Arte Moderno en San Pablo. Este movimiento procuraba actualizar el lenguaje, influido por los futuristas. Y produjo grandes obras, como las de Mário de Andrade y Oswald de Andrade. Pero en 1945 los nuevos poetas cuestionaron este precedente experimental. Nos propusimos hacer un estudio de cómo estábamos, dónde debíamos entrar. Nos interesaban, especialmente, los inventores, no los poetas bien recibidos, los celebrados. Queríamos a los que habían sido marginalizados por buscar nuevos lenguajes que no habían sido asimilados, con esa ambición un poco juvenil que llamamos, a partir de Oswald de Andrade, “antropofagia cultural”. Teníamos la pretensión de estar más formados que los poetas del primer mundo, que tienden a ser monolingüistas. En San Pablo, por ser una ciudad cosmopolita, leíamos con mucha facilidad la literatura española, que se enseñaba en las escuelas en un curso obligatorio de un año. Y teníamos una muy buena librería de textos italianos y también una de franceses. En la posguerra, la lengua inglesa empezó a penetrar fuertemente, literariamente también. Entonces leíamos a Ezra Pound, E. E. Cummings y T. S. Eliot. Y también estudiamos un poco de alemán. Teníamos un cuadro amplio desde la periferia, no sólo por el acceso lingüístico, sino también por el hecho de que exploramos las líneas más invectivas para construir cosas nuevas e intentar renovar el lenguaje. No queríamos ser discípulos sólo de los europeos, queríamos contribuir con algo nuevo y que fuera precisamente lo que antes había postulado Oswald de Andrade, pero que sólo en pocos casos se había consustanciado: la idea de la “antropofagia cultural”. Oswald tenía la metáfora del indio que devora al enemigo, no por hambre, sino para heredar sus cualidades. Cuanto mayor valor del enemigo, mayor sería la recompensa de haberlo comido. Y proyectábamos esto para la literatura universal: devorar todo para intentar devolver una cosa original.

     

    –¿En qué sentido la poesía concreta cumplió con esta antropofagia?

     

    –No quiero hacer una evaluación de un movimiento en el que participé; ésta es tarea para los críticos y los que quieran hablar. Lo que puedo decir es que intentamos una síntesis, porque después de Mallarmé, de su primera gran aventura visual, los futuristas y los dadaístas hicieron contribuciones importantes. Pero la poesía concreta brasileña era diferente; radicalizó todo en un sentido constructivo. En nuestra gran síntesis consideramos especialmente las obras más radicales, como Finnegans Wake de James Joyce; a Ezra Pound con su método ideogramático que terminó en los Cantos, como un mosaico de collages; a Cummings con sus minivocablos ya trabajados al interior de las palabras. Radicalizamos más el lenguaje poético, que entonces nos parecía muy convencional. Todos estos escritores eran marginales, intraducibles, casos “anormales” de la literatura. En Francia, “Un coup de dés” de Mallarmé era considerado un fracaso.

     

    –¿Cómo definiría el motor de su búsqueda desde su primer libro hasta sus últimos poemas publicados?

     

    –Siempre busqué la invención, porque las vanguardias futuristas tendieron a pensar el pasado como algo que debía ser destruido. Yo prefiero el concepto que viene de Ezra Pound: los inventores son una categoría que se encuentra tanto en la modernidad como en el pasado. Pound colocaba entre los maestros a Dante y entre los inventores a un pequeño trovador medieval provenzal Arnaut Daniel, del que sólo se conocen dieciocho poemas, creador de la sextina. Pero esos poemas de Arnaut Daniel tuvieron influencia sobre Dante, que en la Divina Comedia lo encuentra en el Purgatorio y lo llama “il miglior fabbro del parlar materno”, el gran maestro de la lengua materna. No se trata de discutir quién es mayor. Ciertamente Dante es un gigante, un genio. Arnaut Daniel tal vez fue un poeta menor, por lo menos por lo que se conoce. Pero sin Arnaut Daniel, tal vez Dante no hubiera hecho lo que hizo. En mi visión, en aquel momento, era más importante intentar recuperar estos artistas que se ocuparon de renovar el lenguaje. La vanguardia, que es una metáfora militar un tanto desprestigiada, se expone a todos los riesgos. Eramos muy jóvenes y creíamos que íbamos a salvar la literatura brasileña. Pero hoy lo vemos con otros ojos.

     

    –¿Ojos más escépticos?

     

    –Sí, obviamente. Son muy pocos los artistas que siguen este tipo de propuestas arriesgadas. En Brasil hemos sido muy criticados; tienen un odio muy grande hacia la poesía concreta, que sigue dividiendo las aguas. Tal vez la poesía concreta tornó muy difícil escribir para los otros y es más cómodo regresar a las prácticas anteriores contra las cuales nos rebelamos. Es muy agradable para mí estar aquí y tener gente que cree en mis trabajos. Pero en mi país somos muy discutidos. Si somos tan discutidos es porque estamos vivos, porque incomodamos, ¿no? Somos una especie de piedra en el camino de la poesía brasileña. Dicen que sólo los pesimistas tienen sorpresas agradables (risas). Pero hay también muchos hechos compensadores, como que ahora salga una antología de mis poemas en Buenos Aires. A veces tengo una mejor recepción aquí que en Brasil, donde me atacan como si tuviera veinte años. Hay mucha gente que aún nos considera como monstruos de la poesía porque dice que la matamos...

     

    –¿A usted lo acusaron de haber matado la poesía en Brasil?

     

    –Ese era uno de los títulos de los periódicos: “Matan la poesía”. Pero ya somos viejos y hay una promoción por antigüedad y otra por mérito (risas). Ahora en las universidades, que antes eran muy hostiles, nos estudian.

     

    –¿Qué incomoda aún de la poesía concreta?

     

    –La formación cultural de la crítica es muy disciplinaria y nuestras obras ocupan un espacio interdisciplinar que hace que sea muy difícil aceptar poesías tan visuales: ¿cómo se leen esas palabras sueltas? Ahora hay menos resistencia, pero al principio hubo mucha. Fue terrible y sufrimos los peores ataques posibles; después se fueron moderando. Pero son pocos los que aceptan el desafío propuesto. Lo más común es que se escriba poesía como si la poesía concreta no hubiera existido. La discusión sobre la poesía concreta en Brasil no terminó, siempre aparece un joven pistolero que nos quiere desafiar (risas).

     

    –¿Cómo se renueva hoy el lenguaje?

     

    –Es algo difícil de responder, porque esa renovación siempre está en movimiento y las tácticas para llegar son diferentes. Hay artistas que tienen una preocupación estética y ética por crear obras que sean significativas, que importen un esfuerzo de conocimientos y no apenas llegar intuitivamente y poner en papel las primeras reacciones expresivas que tengan en relación a sus vivencias o a sus problemas. Cualquiera que sea el camino escogido, no es muy normal que venga con una reflexión profunda que dispute el trabajo de sus precedentes. Es más fácil que se ignoren las cuestiones que antes fueron puestas en juego. La situación de la poesía es tan mala en general... La poesía no es consumida por un público mayor, es una especie de ghetto: los poetas son leídos por otros poetas, su público es un público de poetas. Una de las concepciones más optimistas que tengo es que gracias a la tecnología digital esos ghettos son inter-ghettos. Puedes tener un público pequeño en Brasil, pero puedes hablar con otro grupo en Chile, otro en Islandia, otro en Francia o Estados Unidos. Una de las salidas de la poesía es Internet, no hay otra...



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  • Título: Denuncia poética, no documental.
    Autor: Marina Oybin
    Fecha: 04/04/2012
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    En un entramado social tenso, de arena política convulsionada, en algunos casos al límite del abismo, ¿cómo responder desde el arte? ¿Qué son capaces de decirnos las experiencias artísticas contemporáneas en este escenario? Esta fue una de las preocupaciones centrales que impulsó a Victoria Noorthoorn en su investigación para la Bienal de Lyon. Poniendo el eje en el contexto sociopolítico europeo, la curadora organizó una serie de viajes de investigación por Africa, Europa Central y del Este. “La Bienal de Lyon nunca tuvo la voluntad de poner en escena ni de exhibir representaciones nacionales ni regionales: fundamentalmente fue una exposición de individuos que provienen de distintas partes del mundo en diálogo entre sí”. Y agrega: “Lo que me sedujo en todos los casos es que no son denuncias de tipo documental, son denuncias poéticas”.

    -Estuve en Sudáfrica, Zimbabwe, Nigeria, Kenia. Hice más bien la Africa subsahariana. Fue una experiencia reveladora: no fui con la pretensión de abarcar todo el arte sudafricano sino simplemente de entender las relaciones sociales.

    -Sudáfrica es muy polarizada, ¿los artistas seleccionados pertenecen al mismo nicho social? ¿Son de clase alta o está más disperso?
    -En el caso de Sudáfrica, mis contactos fueron curadores de origen africano: me metí en la comunidad originaria. También vi el trabajo de varios artistas de clase alta pero no me pareció que estuvieran hablando de temas interesantes. Marlene Dumas es una excepción.

    Nacida en Sudáfrica, Marlene Dumas eligió vivir en Amsterdam horrorizada por el Apartheid. Con absoluta frescura y sensibilidad, Marlene pone el foco en la condición humana actual: hay en sus tintas en pequeño formato tragedia y belleza. Como en un sino inevitable se suceden desde violencia y sojuzgamiento hasta escenas amorosas.

    A unos pasos, en la instalación participativa del polaco Robert Kusmirowski, el espectador puede devenir verdugo. Es un dispositivo eficaz: los experimentos, como las acciones, pueden tener consecuencias trágicas. Su obra produce un extraño efecto, como si alguna vez hubiéramos visto esos objetos que el artista recolectó en Buenos Aires y puso en ese espacio detrás de vidrios. “Es una antología de la historia de la electricidad desde los inicios, cuando empezó a utilizarse la energía para generar una mejor calidad de vida, hasta llegar a la silla eléctrica”. Kusmirowski explica: “Por tu decisión algunas personas vivirán o morirán. No estoy hablando de política sino de estética”.

    -Pero usó una silla eléctrica.
    -En mi país la silla eléctrica es normal: a veces la gente hace bromas sobre esto: el tema puede ser dramático o no, como en esta obra que presento.

    Otro de los imperdibles es “Nº 84 (Document 2000 Hiroshima)” del holandés Michel Huisman. Bella, amputada, fantasmagórica pieza mecánica de un singular animal enjaulado que se mueve por inercia al compás de la música. La obra, que con una botonera propone la participación del espectador, es inolvidable. Tanto como “Nº 74 (Surrendering Birds)” (aves que se rinden), de 1999, esos pájaros en cajitas de zapatos con etiquetas que alertan: “el fabricante no se responsabiliza en caso de que los pájaros se rehúsen a rendirse”. Ya en el último piso, Michel Huisman me invita a pasar a “The secret garden” (1990): hay que acostarse boca arriba en el piso, poner la cabeza en una caja que el artista tapa con una tela apenas húmeda: sólo queda perderse en ese fantástico jardín. Me quedo unos instantes ahí adentro: se lo aseguro, uno está en otro sitio. Proa desaparece. “La obra es acerca de morir y vivir en este espacio y en este momento: es muy abstracta y concreta a la vez”, dice Huisman. Y señala a una mujer que acaba de acostarse. “En este momento ella está en un jardín: no está en el museo, pero su cuerpo permanece aquí”. Poético, Huisman remata: “Siempre estamos eligiendo, si hacés la elección apropiada, podrás estar en algún jardín secreto”.



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  • Título: Una belleza sin razón.
    Autor: Ana María Battistozzi
    Fecha: 04/04/2012
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    Desde un rincón, apoyada sobre la pared, una escoba se estira y crece. Crece tanto que llega a ocupar todo el espacio de exhibición, avanza sobre la librería de la sala contigua y se extiende en ella también. La escoba no es de paja sino de lana; sus hilos negros lo invaden todo como un aluvión mórbido que es posible pisar pero a riesgo de quedar atrapado en él. Así se muestra “La bruja” del brasileño Cildo Meireles, una obra que el artista concibió en 1979 y presentó en la Bienal de San Pablo en 1981. El año pasado Victoria Noorthorn la incluyó entre las piezas que integraron su propuesta curatorial para la Bienal de Lyon y ahora la acerca a Proa como uno de los tantos ecos de esa exhibición que adquieren aquí nueva fisonomía para expresar un espíritu similar.

     

    Sobre esa maraña de hilos se asienta también “El hombre semilla” de Marina de Caro. Una suerte de títere de gran cabeza con flecos acomodado en el piso, no muy lejos del rincón en que se despatarra el payaso triste que la brasileña Laura Lima dispuso rotar por distintos espacios. En diálogo con todo esto la serie de grandes dibujos a color de la propia De Caro se enfrentan a las carbonillas fantasmales del francés Christian Lhopital y sus dibujos de línea quebrada que recuerdan a los de Tim Burton. Junto a ellos, los expresivos dibujos de muñecas de la artista de Zimbabwe Virginia Chihota y “Los rechazados”, de la sudafricana Marlene Dumas, completan la escena. Estos últimos, una serie de retratos en tinta sobre papel que con exquisita sensibilidad representan rostros que se modifican con la superposición de planos. Y hay más en la vecindad: una videoperformance de Tracey Rose en la que la artista sudafricana encarna a Lucy, el primer antepasado femenino de la especie humana. Caracterizada como una mezcla de personaje de Alicia que emerge del inframundo y Ubu Rey, su creación cuestiona dogmas occidentales desde una disparatada recorrida a lomo de burro por el paraíso. Todo esto configura un clima fantástico. Un clima que pareciera evocar aquel pleasing horror que los ingleses acuñaron en el siglo XVIII para aludir a la sugestiva sensibilidad ante lo que produce temor, que aparece en los relatos para niños y en gran parte de la estética romántica. Algo de esto pareciera subyacer también en la elección del verso “Una terrible belleza ha nacido”, extraído del poema “Pascua”, que William Butler Yeats escribió en 1916, que inspiró la bienal de Lyon y mantiene su sentido aquí también. Sentido que, llevado a la exhibición, no pareciera demasiado distante de aquella belleza convulsa que reclamaba Breton; libertaria, pulsional, abierta al azar, a lo desconocido, desafiante del orden de la razón y capaz de salir al rescate de lo maravilloso.

    Muchas que se exhiben aquí comulgan con esos principios. Por caso, el “Jardín Secreto”, de Michel Huisman, que obliga al espectador a tirarse al piso para descubrir la maravilla y construir él mismo con su cuerpo una escena que recuerda una pintura de Magritte. También la reelaboración poética de objetos que lleva a cabo Diego Bianchi a partir de múltiples combinaciones, o la inquietud que provoca la presencia palpitante, desconocida, humana o animal, oculta en la obra de Eduardo Basualdo. Mucho de aquella belleza convulsa, retorna aggiornada en los lenguajes contemporáneos y en cómo éstos interpelan e incluyen al espectador. Pero también en cómo los artistas se incluyen a sí mismos en el mar de dudas que invade la condición del ser en el presente. Cómo manifiestan sus inquietudes acerca del destino de su obra y la vida propia que ésta asume. Una preocupación que en la obra “Cuadrado”, de Luciana Lamothe, adquiere desarrollo en el espacio en una suerte de construcción de andamios que escapa a las intenciones de la artista pero convive de manera muy sobria con el enigma de un tiempo detenido que anida en la obra de Jorge Macchi.

    Una común percepción de la condición humana transitando entre lo terrible y lo maravilloso ha sido rescatada en este recorte curatorial que integra 35 artistas de diversas procedencias. En él lo sensible se erige en principio y fundamento de toda experiencia estética transformadora, capaz de poner en tensión la confianza ilimitada en la razón. Justamente, la razón instrumental es puesta en juicio en la obra que montó el polaco Robert Kusmirowski. En ella, una parafernalia de dispositivos electromecánicos, distintivos de la modernidad industrial, construyen una vetusta escena de control que paso a paso lleva a la silla eléctrica. El espectador asiste a ella, preservando su distancia, como en una cámara Gesell.

    La didáctica está deliberadamente ausente en esta muestra. “La pedagogía mata”, decía el profesor en La lección de Ionesco. Noorthoorn parece acordar con él, invitando al espectador a desembarazarse de preconceptos y embarcarse en un viaje imaginario. Quizá esa intención llevó a la curadora a dar tan importante lugar a la “Máquina de re-educación”, de la polaca Eva Kotatkova que trata esta cuestión con agudeza crítica pero sensible en extremo.



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  • Título: Cuando la periferia se vuelve centro.
    Autor: Alicia de Arteaga
    Fecha: 03/04/2012
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    Ver nota original (La Nación / adn Cultura)

    Nos habíamos acostumbrado a pensar en Buenos Aires como la capital cultural del Mercosur, por su patrimonio, museos, calendario y por la exitosa feria arteBa, consolidada como líder de la región. Habrá que doblar la apuesta, porque la semana última el calendario porteño se enriqueció con exposiciones de nivel internacional.

    Cuando la Argentina vive sometida al candado de la importación, las obras de arte se abren paso en las fronteras. Con logística del primer mundo, la Fundación Proa montó en La Boca una versión de la 11» Bienal de Lyon, una exitosa pieza curatorial de la argentina Victoria Noorthoorn, saludada por la crítica como "la hermana menor de la Bienal de Venecia". En muchos casos, las obras se crearon en la sede de Proa... y no sin dificultades. Bruja , obra maestra del brasileño Cildo Meireles, es una instalación realizada con 3000 kilómetros de hilo de algodón.

    Por las características de la textura, las bobinas debían importarse de Porto Alegre. Candado importador mediante, casi fracasa el proyecto de Meireles. Las autoridades del área imaginaban un "negocio textilero" en ciernes. Por suerte, una foto publicada en adn cultura demostró que no se trataba de materia prima para tejer remeras, sino de una obra de arte contemporáneo.

    Pensar en esta ciudad remota como destino de muestras globales será de ahora en más la tarea del carismático Philip Larrat Smith, curador internacional de Malba. Bye Bye American Pie , inaugurada el jueves, abre el camino con una secuencia estética y política del derrumbe del imperio norteamericano, según la mirada de siete artistas de culto. Imperdible.

    Paradójicamente, en un escenario donde las inversiones extranjeras caen de manera preocupante, las empresas siguen empeñadas en impulsar proyectos culturales. El jueves último, el embajador de Italia, Guido La Tella; Laura Buccellato, directora del Mamba, y el presidente de Ferrero Rocher presentaron la notable muestra "Palabras imágenes y otros textos", donde se cotejan obras conceptuales de la Colección Palli, de Italia, con las de artistas argentinos que en el mismo momento sintonizaban similares poéticas visuales con sorprendentes analogías.

    En la ultima década, los museos porteños elevaron el estándar expositivo y hoy es posible importar exposiciones de este nivel. Basta pensar en las renovadas salas del MNBA, en los 15 años de Proa y en la prodigiosa historia de Malba, que en una década ha ganado el lugar de referente del arte latinoamericano. Ahora la pinacoteca se "internacionaliza" con el desembarco, el 18 del actual, de obras maestras de la Colección Malba, como el Tarsila, el Frida y el Rivera cubista, en el Museo de Bellas Artes de Houston.

    Estas acciones atraen turistas y fortalecen la identidad cultural de la ciudad, pero son también una genuina oportunidad para los artistas argentinos. El cotejo de sus trabajos en un contexto de calidad es garantía de legitimación en otros andariveles. Basta pensar en dónde están parados hoy creadores como Adrián Villar Rojas, Tomás Saraceno y Eduardo Basualdo.



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  • Título: Arte polaco contemporáneo.
    Autor:
    Fecha: 01/04/2012
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    Ver nota original (Embajada de Polonia en Buenos Aires.)

    Conozcan el arte de Robert Kuśmirowski, un artista polaco cuyas obras se presentarán en el marco de la exposición “Aire de Lyon” en la Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929, Capital Federal). La muestra permanecerá abierta entre el 17 de marzo y 17 de junio.

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  • Título: Photo gallery for Aire de Lyon.
    Autor:
    Fecha: 01/04/2012
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    Ver nota original (Ramona web)

    http://www.ramona.org.ar/node/41993/image_gallery

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  • Título: Aire de Lyon.
    Autor:
    Fecha: 01/04/2012
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    Ver nota original (1:1BA)

    Los artistas que participaron de la Bienal, provenientes de diversas partes del mundo -Alemania, Argentina, Brasil, China, Colombia, Francia, Holanda, Irlanda, México, Perú, Polonia, Reino Unido, República Checa, Sudáfrica, Venezuela y Zimbabwe– exponen proyectos concebidos especialmente para los espacios de Proa u obras ya exhibidas el año pasado en la Bien

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  • Título: Aire de Lyon.
    Autor:
    Fecha: 01/04/2012
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    Ver nota original (Cuisine & Vins)

    Como primera muestra del año, Aire de Lyon renueva la fuerza de su alma mater —la elogiadísima Bienal que la ciudad francesa albergó desde septiembre a diciembre de 2011— proyecto curatorial de la argentina Victoria Noorthoorn.

    Aire de Lyon es una nueva exposición que responde al desafío de compartir con el público, algunos de los múltiples contenidos, mensajes, y articulaciones formales y conceptuales que conformaron la experiencia de la 11ª Bienal de Lyon (2011). Participan 35 de los 78 artistas de aquella Bienal, y lo hacen bajo otras circunstancias y en otro formato: algunos de ellos han sido convocados a presentar obras exhibidas en la Bienal; otros, han sido invitados a desarrollar nuevas obras para esta exposición. En todos los casos, los artistas presentarán sus obras estableciendo nuevas relaciones, nuevos diálogos con los demás artistas participantes.

    Aire de Lyon invita al espectador a cuestionar lo dado y sus preconceptos, y a embarcarse en un viaje imaginario en el cual cada uno de los artistas hablan en voz alta sobre su experiencia del presente, su condición de artista, y las condiciones de la exposición misma. Invita al espectador a un viaje sensorial e intelectual cuyo puerto de arribo es incierto o aún desconocido. www.proa.org

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  • Título: Aire de Lyon
    Autor:
    Fecha: 01/04/2012
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    Ver nota original (in-lan)

    Aire de Lyon: curada por Victoria Noorthoorn, esta muestra exhibe los trabajos de los artistas que participaron en la Bienal de Lyon de 2011, también organizada por Noorthoorn. Entre los participantes están Gabriel Acevedo Velarde (Perú), Ernesto Ballesteros y Eduardo Basualdo (Argentina), Cildo Meireles (Brasil), Erick Beltrán (México), François Bucher, Bernardo Ortiz y José Alejandro Restrepo (Colombia), entre otros.

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  • Título: Una variedad cautivante
    Autor: Albino Diéguez Videla
    Fecha: 01/04/2012
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    Ver nota original ( La Prensa)

    Un conjunto de proyectos artísticos internacionales y argentinos, reunidos bajo el título de "Aire de Lyon", ha llegado a la porteña Fundación Proa.

    La muestra reúne proyectos con la curaduría de Victoria Noorthoorn -invitada a la Bienal de Lyon y antes directora de las bienales de Pontevedra y del Mercosur- concebidos especialmente para los espacios de la fundación pero también contiene obras ya exhibidas el año pasado en la propuesta francesa bajo el lema "Ha nacido una belleza terrible", que inspiró el verso de William Butler Yeats.

    Hay trabajos de artistas provenientes de Alemania, Brasil, Colombia, Francia, Holanda, Irlanda, México, Perú, Polonia, Reino Unido, República Checa, Sudáfrica, Venezuela, Zimbabwe y la Argentina.

    En "Aire de Lyon" exponen Gabriel Acevedo Velarde (Perú), Zbynek Baladrán (República Checa), Ernesto Ballesteros (Argentina), Erick Beltrán (México), Katinka Bock (Alemania), Francois Bucher (Colombia), Virginia Chihota (Zimbabwe), Lenora de Barros (Brasil), Julien Discrit (Francia), Marlene Dumas (Sudáfrica), Aurélien Froment (Francia) y Michel Huisman (Holanda), entre muchos otros.

    Hasta el 17 de junio en Pedro de Mendoza 1929, La Boca, de martes a domingo de 11 a 19 (lunes cerrado).



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  • Título: ¿Qué hacer en Semana Santa?
    Autor:
    Fecha: 30/03/2012
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    Ver nota original (Entremujeres.com)

    Jugar con la imaginación: en la Fundación Proa proponen actividades diferentes para esta mini semana de vacaciones. Los sábados y domingos desde las 12 horas podrán participar de talleres para chicos y grandes en el marco de la exhibición Aire de Lyon, en el Centro Cultural Nómade. Crear, jugar y desarrollar la imaginación a partir del arte contemporáneo. También hay visitas guiadas durante los fines de semana y de martes a viernes desde las 17 horas. Avenida Pedro de Mendoza 1929 y Caminito, La Boca.

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  • Título: Perfume francés
    Autor: Victoria Verlichak
    Fecha: 30/03/2012
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    Aire de Lyon”, en Fundación Proa, es una selección de 35 de los 78 artistas participantes en la 11ª Bienal de Lyon (2011). “El título de la muestra es acertado porque el ‘aire de Lyon’ está en Proa”, dice Orly Benzacar. La curadora Victoria Noorthoorn eligió a estos artistas para que exploren “el estado actual de urgencia en el mundo y en las artes. Tanto la Bienal como esta exposición parten de la base que la imaginación es el primer motor de emancipación y el medio principal del conocimiento”. Cerca de la vida, las prácticas artísticas contemporáneas provocan maravilloso asombro como enervante desasosiego. El espectador debe darse el lujo de analizar sin ataduras los sentimientos, las ideas o el disgusto que le sugieren los trabajos. Buena parte de las obras fueron realizadas aquí para el sitio específico de Proa, que se encuentra literalmente envuelta por fragmentos de poesía de Augusto de Campos, las “interrupciones” de Garrett Phelan con pintura industrial sobre paredes de las escaleras y por los 3.000 km de hilo negro de algodón de “La bruja 1”, de Cildo Meireles. Brotan de una escoba de madera, rodean otras obras, trepan por las paredes, cuelgan del techo. Meireles apunta que la obra habla “del caos y el orden”, que inesperadamente proviene de un útil y poco sorprendente “elemento doméstico que adquiere una escala enorme”.

    El arte contemporáneo provoca tanto desconcierto como incredulidad en algunos que se niegan a pensar que una bolsa de consorcio, colgante y mecida por un mecanismo oculto, es considerada como obra. Sin embargo, “Sin título” de Eduardo Basualdo despierta temor tanto como deseos de conocer su misterio. Reclama atención por su intrigante simplicidad, su evidente fragilidad y por su enigmático significado. ¿Qué y por qué se mueve lo que se esconde en la bolsa? ¿Es un animal vivo o un espíritu pícaro?
    Igual sencillez material hay en la obra de Jorge Macchi, que desafía la percepción y modifica la visión de lo habitual. Discurre sobre la angustia y la fugacidad, proyectando sobre la pared un reloj cuyas agujas no despegan de “10:51” porque las agujas se topan ilusoriamente con el techo. Lejos de lo espectacular, en el video “El arte de la retórica manual”, José Alejandro Restrepo cruza historia y análisis del lenguaje corporal al presentar en un aparato de TV a quien parece ser un político hablando; sus palabras no se oyen pero sí sus golpes de puño .sobre una mesa.
    Los aparatos que integran el trabajo de Robert Kusmirowksi se expanden en planta baja. Parecen mecanismos que describen distintos pasos relacionados con la energía eléctrica. Se los puede ver a través de varias ventanas. La última es pequeña y de vidrio opaco, junto a ella hay un botón rojo. Tras pulsarlo, la sorpresa. Entre las instalaciones monumentales se encuentran dos relacionadas con el conocimiento como la de Erick Beltrán y la de Eva Kotátková: “Máquina de re-educación”. Somete a los libros a distintos procesos, y más, para romper con “los patrones de comunicación” que fuerzan “opiniones” e imponen “normas sociales a la gente”.



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  • Título: Una violenta belleza
    Autor: Daniel Gigena
    Fecha: 30/03/2012
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    Ver nota original (ADN/La Nación)

    Uno de los múltiples recorridos de Aire de Lyon en La Boca es el que establecen los dibujos de Marlene Dumas (Cape Town, Sudáfrica, 1953), Virginia Chihota (Chitugwiza, Zimbabwe, 1983) y Kemang Wa Lehulere (Cape Town, 1984). Sus obras encajan con el lema de la muestra en la manera de enlazar la belleza con los hechos terribles del mundo, y se relacionan por la técnica simple que han elegido y por su pertenencia a un continente aún sin descubrir. La represión, la violencia sexual y la sumisión orbitan en el cuaderno de muñecas de Chihota, que parece superponer el trazo rápido de una escolar aburrida a las efigies inquietantes de Hans Bellmer: amordazadas, en poses extravagantes o desarticuladas, sus figuras adquieren visos rituales. Ritos eróticos, sadomasoquistas o tiernos invaden los dibujos de Dumas, cuya doble participación en la muestra (con una serie de trabajos fechados entre los años setenta y 2004 y Los rechazados , un conjunto de retratos descartados por diversas instituciones a los que ella reutilizó con superposiciones, añadidos o calados) está plenamente justificada: su obra impregna la imaginación del visitante con asociaciones imprevistas y una sucesión acelerada de momentos clave en la historia del arte contemporáneo, de las guerrilla girls al pop. El trabajo de Lehulere consiste en una puesta en imágenes de relatos y testimonios vinculados a los temas de la memoria y el olvido. Sus ilustraciones, como calcadas de un manual de instrucciones para sumergirse en la amnesia, operan con troquelados, siluetas vacías y soportes rotos. Potentes, portadores de una belleza violenta atemperada en algún caso por el uso elegante de la tinta china y el blanco, por el humor de la línea o por un parentesco lejano con el cómic, los dibujos de estos tres africanos (aunque Dumas vive en Ámsterdam e integra el elenco de nada menos que la galería Saatchi) tal vez interpelen ciertas narrativas argentinas.

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  • Título: Una bienal de dos mundos.
    Autor: Alicia de Arteaga
    Fecha: 30/03/2012
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    Ver nota original (ADN/La Nación)

    No recuerdo antecedentes de una experiencia como la encarada por Adriana Rosenberg y Victoria Noorthoorn para reeditar en Buenos Aires la exitosa 11a Bienal de Lyon, que consagró internacionalmente a la curadora argentina formada en Nueva York. Una situación geográfica curiosa repite el paisaje expositivo, porque ambos espacios están en las márgenes de un río. En Lyon, la bienal se articuló en torno a una antigua fábrica de azúcar, La Sucrerie, ubicada en las orillas del Saona, mientras en Buenos Aires la sede de Proa tiene vista al Riachuelo y al puente transbordador Nicolás Avellaneda. Mi recorrida por la bienal de Lyon fue en compañía del cálido sol de otoño y de Aldo Paredes, joven artista ecuatoriano y guía inspirado. Allá como acá ha sido un acierto hilvanar el recorrido con la poesía concreta de Augusto de Campos y dejar en libertad la maraña de ideas-hilos-trampas de Cildo Meireles para hacer de su Bruja la obra medular de la muestra.

     

    El polaco Robert Kusmirowski repitió el método con otro recurso, porque el espectador debe asomarse y espiar como un voyeur lo que sucede en el interior de una habitación donde "descansan" viejas maquinarias en desuso. Se extraña El Puxador de Laura Lima, una de las obras más mediáticas de la bienal francesa, que mereció elogios por su "tropicalidad", esa renovación estética que mucho tuvo que ver con la incorporación en el listado de 78 artistas a latinoamericanos que están en el "corazón" de la curadora y la acompañaron en sus experiencias profesionales en las bienales de Pontevedra y el Mercosur.

    Una línea para decir que Eduardo Basualdo (Buenos Aires, 1977) tiene una cuerda creativa sin fronteras. El año pasado en Lyon montó un lago artificial que respiraba, bautizado El silencio de las sirenas. Era un cráter acuático tocado por una luz lunar que desaparecía delante de nuestros ojos. Activar dispositivos mágicos o de presunta crueldad es un registro en el que vibra Basualdo. Para esta muestra eligió una bolsa de residuos que tiene en su interior algo que se mueve, ¿un gato, una liebre?, y que pugna por salir. En realidad, es un motor activado eléctricamente. Con Aire de Lyon Victoria Noorthoorn montó una muestra bajo el mismo concepto rector de los versos de Yeats. En eso pensó Thierry Raspail, fundador de la bienal francesa, cuando visitó Proa antes del multitudinario opening .



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  • Título: Otros horizontes.
    Autor: Daniel Molina.
    Fecha: 30/03/2012
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    Sin la utopía, que permite dibujar territorios inexplorados y trazar el mapa de lo por venir, el arte se tornaría monótono y repetitivo. Y la vida -que imita al arte- se volvería burocrática. La utopía es una tensión hacia lo nuevo y desconocido que mueve el arte en busca de otros horizontes. El tiempo no para. El mundo no se detiene. El artista busca darle sentido al trayecto de esa flecha arrojada al vacío que es nuestra vida. No hay un saber totalizador que nos cobije en sus certezas: es más, no hay certezas. La modernidad es la tierra de la incertidumbre. Este espíritu de duda y conflicto es el que inspiró al irlandés William Butler Yeats al escribir en 1916 uno de sus versos más citados: "Una terrible belleza ha nacido".

     

    Tomando como título y estandarte ese verso de Yeats, la curadora argentina Victoria Noorthoorn organizó la 11» Bienal de Lyon (2011). Ahora, en Fundación Proa, presenta Aire de Lyon , una muestra de la que participan 35 de los 78 artistas de aquella bienal, con obras específicas para esta muestra y con algunas obras que se vieron en la ciudad francesa. El espíritu de Aire de Lyon hace honor a las preguntas, dudas y aciertos que tuvo la bienal, pero, debido al distinto formato y tamaño, los diálogos y las confrontaciones que se establecen entre las obras son otras.

    El espectador ingresa en la muestra a través de una sala despojada y en penumbras. Al frente se ve la obra del argentino Jorge Macchi (1963), un reloj proyectado que no puede señalar el paso del tiempo porque la aguja se ha detenido en contacto con el techo. El centro de la sala lo ocupa la escultura- performance de la argentina Luciana Lamothe (1975): se intenta avanzar en línea recta pero el cuadrado de barras de metal obliga a girar. Dos videos -del peruano Gabriel Acevedo Velarde (1976) y del francés Guillaume Leblon (1971)-, un poema visual del brasileño Augusto de Campos (1931) y un par de obras de la alemana Katinka Bock (1976) completan la sala: todas hablan, con lenguajes distintos y de maneras diversas, de la dificultad de acceder a lo real. Un vidrio apoyado en la pared, de Bock, es una de las obras más potentes de esta muestra: con casi nada, pura transparencia y sombra, genera un poema visual de una intensidad inusitada.

    En las otras dos salas de la planta baja se destacan los dibujos de la sudafricana Marlene Dumas (1953), las esculturas del holandés Michel Huisman (1957) y la instalación del argentino Eduardo Basualdo (1977). Las obras de Dumas son aguadas monocromas que resuelven en un par de trazos imágenes sensuales de extrema expresividad. Las esculturas de Huisman (en especial la realizada para Hiroshima) apelan a la crueldad y la ternura de manera indiscernible. La instalación de Basualdo es una de las metáforas más potentes, siniestras y, a la vez, misteriosas de la muestra: el terror y el juego, todo en uno. En estas salas se exhibe un video que la sudafricana Tracey Rose (1974) realizó en el muro que separa Israel de Palestina, esculturas de la brasileña Erika Verzutti (1971) y una gran instalación de la checa Eva Kotátková (1982) en la que se relee, en clave irónica, el constructivismo soviético.

    En la cuarta sala, en el primer piso, se halla la obra más significativa de la muestra: La bruja I (1979-1981), del brasileño Cildo Meireles (1948). Esta obra utiliza 3000 kilómetros de hilo negro (que parten de una escoba y se expanden por distintas salas). La obra de Meireles plantea una dificultad en sí misma: los espectadores se enredan y tropiezan, la tierra se acumula en el piso, etc. También invade e incluye los demás trabajos, que parecen ser comentarios o glosas a la obra de Meireles: tiene una capacidad imperial para integrar todo. Hasta tal punto su presencia se impone que la obra de la argentina Marina De Caro -que se instala sobre el hilo negro- parece fuera de lugar, como interrumpiendo el fluir magnético de los poderes de la bruja.

    Una de las apuestas más interesantes de esta muestra es la preeminencia que le da al dibujo: en este piso se ven las obras, entre absurdas, frágiles e irónicas, del francés Christian Lhopital (1953) y otra serie de Dumas: Los rechazados , retratos de seres que podemos imaginar falibles, fallidos. En la biblioteca se exhiben dos videos: el del checo Zbynek Baladrán (1973) -que presenta distintos objetos, conductas o agrupaciones vistas como universos posibles: un aleph compuestos por otros alephs)- y el del argentino Ernesto Ballesteros (1963), que registra el vuelo de planeadores ultralivianos y se acompaña por un gabinete en el que se exponen los modelos. Una gran esfera, en la que están inscriptos saberes enciclopédicos, sin orden ni concierto, es obra del mexicano Erick Beltrán (1974).

    En el pasillo que lleva al último piso se encuentra una instalación del argentino Diego Bianchi (1969): se acumulan objetos en proceso de transmutación, con formas reconocibles (como sillas o caños o mesas), pero intervenidos por una capa de plástico o siliconas o tierra. Bianchi es un gran hacedor de mutantes. Incluso presenta una irónica y gigante araña medio zaparrastrosa (metal y materiales descartados) que rima con las espléndidas y lujosas arañas de Louise Bourgeois que se mostraron en el mismo espacio hace unos meses. Junto al ingreso al auditorio se exhibe un video del francés Julien Discrit (1978) que presenta un objeto no identificado que rueda por el bosque y que produce una rara sensación hipnótica.

    Ya en el último piso, siguiendo el entramado del hilo negro de la obra de Meireles se encuentran las obras de dos argentinas. La primera es Cosa , un inflable formalmente indefinible, de Judi Werthein (1967). Luego están las esculturas surgidas de la refuncionalización de viejos electrodomésticos que realizó Irina Kirchuk (1983): una mirada lúdica, más propia de la patafísica que de la tecnología de punta, sobre el mundo que habitamos.

    Máquinas, telas, dibujos, aparatos, fragmentos de cosas, videos, instalaciones, voces, letras, esculturas con materiales no convencionales, hilos, entramados y objetos intervenidos: el arte contemporáneo se resiste a reducirse a un grupo de soportes. Todo material (y hasta la inmaterial voz) puede ser sustrato del hecho artístico. Las utopías de nuestra época no se someten a ninguna regla. Por el contrario, las subvierten. El arte vive de ese aire: un vendaval que transmuta los valores.



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  • Título: Aire de Lyon
    Autor:
    Fecha: 28/03/2012
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    La Fundación PROA de Buenos Aires presenta actualmente Aire de Lyon, una muestra que reúne una selección de trabajos, presentados hace unos meses en la prestigiosa Bienal de Lyon en Francia.
    Los artistas, provenientes de distintas partes del mundo, exponen proyectos concebidos para el lugar o bien ya exhibidos el año pasado, e invitan a descubrir múltiples contenidos, formales y conceptuales.
    Un viaje sensorial e intelectual que bien vale la pena hacer.

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  • Título: En exhibición
    Autor:
    Fecha: 27/03/2012
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    Ver nota original (Ámbito Financiero)

    En La Boca la Fundación Proa inauguró la temporada con «Aire de Lyon» (muestra elogiada como Bienal que la ciudad francesa albergó desde septiembre a diciembre de 2011). El proyecto de la argentina Victoria Noorthoorn consiste en varios Site-specifics concebidos para Proa por artistas internacionales y locales de África, Europa del Este y Latinoamérica.

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  • Título: Bienal de Lyon: Preguntas para el arte
    Autor:
    Fecha: 26/03/2012
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    Ver nota original ( Cristina Civale)

    Algunos de los 35 plásticos que exponen intervendrán distintos espacios de la Fundación Proa.

    La semana previa a la inauguración de Aire de Lyon, la Fundación Proa parecía un gran taller: decenas de montajistas, asistentes y artistas trabajaban contrarreloj para dejar todo listo para la inauguración, el sábado 17. La muestra es una suerte de versión porteña de la prestigiosa Bienal de Lyon 201.
    La Bienal, curada por la argentina Victoria Northoorn, deslumbró a la crítica especializada y muchos se atrevieron a decir que la legendaria Bienal de Venecia no estaba a la altura de esta apuesta refrescante, minuciosamente investigada y con los pies puestos en los problemas contemporáneos.
    De los 78 artistas que participaron aquella vez, 35 trajeron sus obras a Buenos Aires, lo que convierte a Aire de Lyon en una apuesta novedosa y arriesgada. Los artistas harán obras de sitio específico: es decir no mostrarán las que presentaron en, sino que intervendrán distintos espacios de la Fundación Proa con obras creadas para esta exhibición que promete ser la más destacada del año en Buenos Aires. Los proyectos fueron concebidos especialmente para los espacios de Proa, o son obras ya exhibidas el año pasado en la Bienal. Cuenta Victoria Northoorn sus intenciones allá, pero también ahora: “Aquélla fue una Bienal para la cual viajé e investigué extensamente en Europa y en África de modo de responder a inquietudes precisas: hacerse cargo de la incertidumbre del presente y del futuro cercano, reflexionando sobre la condición del artista y sobre la necesidad de arte”.
    Northoorn encontró un aliado en el poeta brasileño Augusto de Campos, creador de la poesía concreta, y cuyos poemas estarán ploteados como una obra más en los espacios expositivos. De Campos, presente en la inauguración, se quedó en Buenos Aires para dar charlas también en distintos espacios culturales de la ciudad.
    A lo largo del año se harán presentes veinte de los artistas que exponen y darán charlas gratuitas al público así como clínicas para colegas. En marzo llegan Christian Lhopital + Ernesto Ballesteros, Katinka Bock + Laura Lima Eva, Kotátková + Marina De Caro, Robert Kusmirowski + José Alejandro Restrepo, Michel Huisman + Bernardo Ortiz, y el ya mencionado Augusto de Campos + Lenora de Barros.
    Northoorn expresa así la catarata de preguntas que espera dejar en el aire con esta nueva apuesta: “¿Cómo podemos abordar, desde el ámbito artístico, la cuestión sobre la condición humana y la condición actual del artista? ¿Cómo pueden otras disciplinas artísticas -como el teatro, la literatura y la música- nutrir visiones artísticas que son, más que nunca, holísticas? ¿Cuál es el poder de transformación del arte? ¿Es la utopía aún posible? ¿Qué es lo que las imágenes y las obras de esta exposición desean y hacen, qué es lo que movilizan y cómo representan, antes que qué representan”.
    Tratarán de responder estas preguntas ocho artistas argentinos (Ernesto Ballesteros, Eduardo Basualdo, Diego Bianchi,Marina De Caro, Irina Kirchuk, Luciana Lamothe, Jorge Macchi y Judi Werthein); los otros son de Brasil, Colombia, México, Perú, Alemania, Francia, República Checa, Irlanda, Holanda, Polonia, Sudáfrica y Zimbabwe.



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  • Título: Aire de Lyon
    Autor: Victoria Noorthoorn (Texto Curatorial)
    Fecha: 26/03/2012
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    Ver nota original ( Artishock)

    Aire de Lyon es una nueva exposición que responde al desafío de compartir con el público de la ciudad de Buenos Aires algunos de los múltiples contenidos, mensajes y articulaciones formales y conceptuales que conformaron la experiencia de la 11ª Bienal de Lyon (2011).

     

    En Aire de Lyon participan 35 de los 78 artistas de aquella Bienal, y lo hacen bajo otras circunstancias y en otro formato: algunos de ellos han sido convocados a presentar obras exhibidas en la Bienal; otros, han sido invitados a desarrollar nuevas obras para esta exposición. En todos los casos, los artistas presentarán sus obras estableciendo nuevas relaciones, nuevos diálogos con los demás artistas participantes.

    Me animo a decir que, en su conjunto, intentamos hacer honor al espíritu de la Bienal sin pretender acercarnos a la inmensidad de los 14.000 m2 de las cuatro sedes de aquella ciudad francesa. Aire de Lyon comparte con su madre, la 11ª Bienal de Lyon, algunos de sus objetivos. Aquélla fue una Bienal para la cual viajé e investigué extensamente en Europa y en África de modo tal de responder a inquietudes precisas: hacerse cargo de la incertidumbre del presente y del futuro cercano, reflexionando sobre la condición del artista y sobre la necesidad de arte, explorando en todo momento la riqueza de la contradicción, la perplejidad, el cambio y el movimiento. A lo largo de esta investigación, compartí la perplejidad del poeta irlandés William Butler Yeats al reflexionar sobre su propio presente en su poema Pascua, 1916, que incluye el famoso verso que dio el título a la Bienal: Una terrible belleza ha nacido.

    En este poema, Yeats reflexiona sobre la insurrección en la cual cientos de rebeldes irlandeses intentaron emanciparse del dominio británico. A primera vista, el poema podría leerse como celebración de los mártires que dieron sus vidas por la causa de la independencia. Sin embargo, con una lectura más detenida, resulta claro que la actitud de quien habla es de duda y perplejidad. Como afirma Carlos Gamerro en su ensayo para el catálogo de la Bienal 2011, el poema alterna incómodamente entre la afirmación, el cuestionamiento y la negación y está, fundamentalmente, en guerra consigo mismo.

    El poema hace patente que somos incapaces de resolver las contradicciones del presente y convertirlas en evidencias. Como tal, el título de la Bienal – Una terrible belleza ha nacido – actuó más como una herramienta metodológica que como un tema, permitiendo al proyecto explorar la fuerza de la paradoja y de la tensión, y ocuparse del estado actual de urgencia en el mundo y en las artes.

    Considerada en su totalidad, tanto la Bienal como esta exposición parten de la base que la imaginación es el primer motor de emancipación y el medio principal del conocimiento: a ella le debemos los avances científicos y tecnológicos, y es parte fundamental de toda mejora a nivel cultural, social, política o económica.

    Incorporando el más amplio espectro de poéticas desarrolladas por los artistas para responder a un mundo convulsionado, la Bienal exploró diversas experiencias de opresión y la necesidad fundamental de liberación. Manifestó la posibilidad de (aún hoy) creer en la utopía, y de desenmascarar algunas de las más terroríficas acciones que tuvieron lugar bajo su nombre. Se permitió creer que el arte es un medio de conocimiento que permite la conjunción e incluso la contradicción de muy diversas metodologías, sean éstas racionales (por ejemplo, una vuelta a las nociones modernas de ciencia y de lo enciclopédico) o irracionales (por ejemplo, recurrir al misticismo, a la fantasmagoría, a la alucinación, al delirio, el juego, y el azar).

     A diferencia de Lyon, donde la Bienal se articuló a lo largo de una serie de diez recorridos que se respondían los unos a los otros en contrapunto, como en la música, en Fundación Proa ofrecemos un único y amplio recorrido a lo largo de todos los rincones de su sede, cuya naturaleza, visualidad y contenidos van mutando y contraponiéndose de modo tal de ir respondiendo a una serie de preguntas descaradamente ambiciosas, que incluyen a las siguientes: ¿Cómo podemos abordar, desde el ámbito artístico, la cuestión sobre la condición humana y sobre la condición actual del artista? ¿Cómo pueden otras disciplinas artísticas – como el teatro, la literatura y la música – nutrir visiones artísticas que son, más que nunca, holísticas? ¿Cuál es el poder de transformación del arte? ¿Es la utopía aún posible? ¿Cuál es su relevancia en la actualidad? ¿Cómo exploran los artistas de hoy los elementos más básicos de las artes visuales – la imagen, la noción de espacio, la noción de línea, la noción de tiempo – para proponer alternativas a la norma establecida (o, lo que es peor, a un aterrador proceso de normalización)?

    Todos a lo largo de esta exposición nos interrogamos (siguiendo al historiador norteamericano W.J.T. Mitchell) qué es lo que las imágenes y las obras desean y hacen, qué es lo que movilizan y cómo representan (antes que qué representan). Nos proponemos señalar el poder de la imagen, ése que puede alterar drásticamente un orden establecido y simultáneamente afirmar la importancia del artificio en el arte. Puesto que, como escribió Oscar Wilde, “el artista es un inventor, no un cronista”; “el placer supremo en literatura es lograr lo no existente”; y “yo defiendo la mentira en el arte”.

    Vale decir, el arte requiere una distancia respecto de lo real para existir como tal –como construcción artificial–, de manera que se ocupe elocuentemente de la complejidad de lo real, y esta distancia se torna, a su vez, en objeto central de la investigación artística.

    Aire de Lyon invita al espectador a cuestionar lo dado y sus preconceptos, y a embarcarse en un viaje imaginario en el cual cada uno de los artistas hablan en voz alta sobre su experiencia del presente, su condición de artista, y las condiciones de la exposición misma. Invita al espectador a un viaje sensorial e intelectual cuyo puerto de arribo es incierto o aún desconocido.

     ALGUNAS OBRAS EN AIRE DE LYON

     Marlene Dumas

     Algunos dirán que no hay nada más inocente y abstracto que una línea sobre el papel. Pero si esa misma línea es trazada sobre la tierra, de pronto todo cambia. Y eso queda inexorablemente claro al observar la reciente obra de Marlene Dumas, Territory Paintings, acerca del muro que divide Israel de Palestina. En la Bienal de Lyon 2011 y en Aire de Lyon, presentamos cien dibujos creados por Dumas entre 1979 y 2004, en relación a los cuales los siguientes versos de su poema Contra el muro (2010) resultan pertinentes:

    La primera marca es la peor. El dibujo de una línea corta el papel en dos. El dibujo de mapas y fronteras convierte a vecinos en extranjeros. En las culturas militares generaciones enteras de niños han crecido pensando solamente en imágenes de enemigos. El arte es una manera de dormir con el enemigo. (Marlene Dumas, Contra o Muro, Mayo 2010; publicado originalmente en Contra o Muro. Marlene Dumas 2010, cat., Porto: Museu Serralves, 2010, p. 57)

    Los rechazados es una importante serie de dibujos de Marlene Dumas. Esta serie se encuentra integrada por una combinación–superposición, entrecruzamiento– de los diversos dibujos que fueran rechazados por diversos curadores y por diversas instituciones a lo largo de la vida de la artista, y que la artista ha irreverentemente recompuesto y re-utilizado.

     Gabriel Acevedo Velarde

    A propósito de esta película de animación, Gabriel Acevedo Velarde manifestó: “En algunos momentos de claridad, uno toma la decisión de hacer cambios radicales.Sin pomposidad ni heroísmo, uno reconoce con naturalidad que ha llegado la hora de dejar de ser cómplice. Cuando hice esta animación quería describir todo el tiempo que pasa sin que esto suceda”.

     Eduardo Basualdo

    Sobre su nueva obra concebida especialmente para Aire de Lyon, el artista indica: “La salvación se esconde en un nombre. El nombre se esconde en el alfabeto. Adivinarlo es imposible. El único camino es nombrar una a una, todas y cada una de las palabras del universo. Álamo, sorber, bandera, fijación…”.

     Diego Bianchi

    Sobre su trabajo para Aire de Lyon, Diego Bianchi ha establecido: “Levantar un monumento a las nimiedades más absolutas. Crear tragedias a partir de los dramas más cotidianos, más democráticos. Cargo el deber de enrostrar las minucias más comunes, sepan disculpar, y de dejarlas fijadas, congeladas, retenidas aunque sea por un momento. Bueno, tan relativo es el tiempo humano… Se hacen esculturas de mármol, hierro y bronce para superar el tiempo, para permanecer por unos instantes más. Este globo sigue girando como loco. En otro momento todo esto y este río putrefacto de enfrente pueden ser un Edén”.

     Eva Kotátková

    En su Máquina de re-educación, Eva Kotátková continúa con su exploración de los procedimientos restrictivos y manipulativos, y la forma en que estos afectan el contrato social entre los individuos. La artista se interesa particularmente en el rol que ocupa la educación en el control y el abuso social. En sus instalaciones y dibujos, el cuerpo está sujeto a mecanismos que, según Kotátková, “sólo sirven para unificar los patrones de comunicación, para forzar las opiniones, y para imponer normas sociales a la gente”. El individuo “queda atrapado en una red de interdependencias represivas que ya no son visibles: se convierten en jaulas de madera, andamios metálicos, habitaciones aisladas, y amarres de cuerdas”. 

    Cildo Meireles

    Esta obra utiliza unos 3.000 kilómetros de hilo para invadir la totalidad del espacio expositivo. Según Meireles: “Exhibí por primera vez esta obra en la Bienal de San Pablo de 1981, utilizando 2.500 kilómetros de hilo que recorrían los tres pisos del edificio. Esa era mi propuesta: una especie de caos en el que se impone súbitamente un orden, un significado, una suerte de explicación. La escoba es ambigua y puede ser considerada como el principio y fuente de una enorme expansión, o tal vez como el punto final donde todo se contrae y se comprime. Y contiene también otra paradoja, por el hecho de que en vez de limpiar, la escoba genera un embrollo caótico. En la Bienal de San Pablo, el personal de limpieza se sentía muy frustrado: ¡no lograban mantener limpia esa zona!”.

    Para la Bienal de Lyon 2011 y para Aire de Lyon, Meireles aceptó el desafío: instalar La Bruja 1 de modo tal que estructurara la totalidad del piso de la muestra en donde los otros artistas también expondrían sus obras.

     José Alejandro Restrepo

    En relación al film exhibido en la Bienal de Lyon 2011 y en Aire de Lyon, Restrepo referió al siguiente fragmento de los Ensayos de Montaigne: “Con las manos requerimos, prometemos, llamamos, rogamos, suplicamos, negamos, rehusamos, interrogamos, admiramos, contamos, confesamos, nos arrepentimos, tememos, nos avergonzamos, dudamos, instruimos, mandamos, incitamos, estimulamos, juramos, testimoniamos, acusamos, condenamos, absolvemos, injuriamos, despreciamos, desafiamos, desdeñamos, adulamos, aplaudimos, bendecimos, humillamos, nos mofamos, nos reconciliamos, recomendamos, exaltamos, festejamos, nos regocijamos, nos quejamos, nos entristecemos, exclamamos, reprendemos, ¿y qué otra cosa no ejecutamos, con variación y multiplicación, que emula la lengua?” (Ensayos, II, 12). 

    Javier Téllez

    El Rinoceronte de Durero fue rodada enteramente en el panóptico del Hospital Miguel Bombarda de Lisboa, y realizado en colaboración con los pacientes psiquiátricos externos de la clínica, quienes integran el elenco de la película. Construido en 1896 en el terreno del mayor hospital psiquiátrico de Lisboa, el panóptico fue diseñando como una prisión para los criminales inimputables, siguiendo los planos originales de Jeremy Bentham. La narración fragmentaria de El rinoceronte de Durero fue escrita por los pacientes en una serie de talleres de escritura que se realizaron antes del rodaje de la película, en los que los pacientes se imaginaban a sí mismos como habitantes de ese ex asilo mental y actuaban escenas de ficción en el interior de la celda que se les asignaba. Esta reconstrucción de la vida cotidiana en una institución psiquiátrica se completa con una voz en off que cita textos como la carta de presentación del panóptico redactada por Jeremy Bentham, el mito de la cueva de Platón, y el cuento corto de Franz Kafka, La madriguera.

    Judi Werthein

    “Cosa llegó a Buenos Aires, y anteriormente a Lyon, luego de un viaje a través del mundo, que comenzó en agosto de 2009, con escalas en Estocolmo, Banja Luka, Miami, Madrid, México, Colonia y Nueva York. En cada exhibición, Cosa habita un espacio negativo, sin jamás mostrarse por entero, sin revelar su forma completa. Fue realizada intencionalmente en China, y encargada por teléfono con una simple instrucción: que el peso de la pieza no fuese mayor que el peso máximo permitido por paquete por la empresa Federal Express”.  -Judi Werthein

    AIRE DE LYON

    Curada por Victoria Noorthoorn

    Fundación PROA, Buenos Aires, Argentina

    Del 17 de marzo a junio del 21012

     Con los artistas:

    Gabriel Acevedo Velarde, Zbynek Baladrán, Ernesto Ballesteros, Eduardo Basualdo, Erick Beltrán, Diego Bianchi, Katinka Bock, François Bucher,Virginia Chihota, Lenora De Barros, Augusto De Campos, Marina De Caro, Julien Discrit, Marlene Dumas, Aurélien Froment, Michel Huisman, Christoph Keller, Irina Kirchuk, Eva Kotátková, Robert Kuśmirowski, Luciana Lamothe, Guillaume Leblon, Christian Lhopital, Laura Lima, Jorge Macchi, Cildo Meireles, Bernardo Ortiz, Garrett Phelan, José Alejandro Restrepo, Tracey RoseAlexander Schellow,Javier Téllez,Erika Verzutti, Kemang Wa Lehulere, Judi Werthein



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  • Título: De Lyon a La Boca
    Autor:
    Fecha: 23/03/2012
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    Ver nota original (ADN/La Nación)

    Thierry Raspail, director y fundador de la Bienal de Lyon, Francia, visitó la versión porteña montada por la curadora Victoria Noorthoorn en la sede de la Fundación Proa. Asombrado con la calidad de los espacios expositivos, Raspail celebró el trabajo de Noorthoorn que fue consagratorio para la argentina, directora anteriormente de las bienales de Pontevedra y del Mercosur.

     

    Gagosian en San Pablo Considerado el galerista más poderoso e influyente del mundo, Larry Gagosian viajó a San Pablo para vivir "la semana Giacometti", a propósito de la formidable muestra del escultor suizo que se verá en la Pinacoteca, y luego viajará a Buenos Aires para ser exhibida en la Fundacíon Proa. La intensa agenda paulista incluye una "soirée Gagosian", sólo para invitados "muy" especiales.



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  • Título: Obras de arte contemporáneo que tienen mucho para decir
    Autor: Mercedes Pérez Bergliaffa
    Fecha: 23/03/2012
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    Ver nota original (Clarín)

    Ahí está, tirado en el piso, un payaso a tamaño natural que parece muerto. Un muñeco rodeado de pinturas, dibujos, esculturas y esos tres mil kilómetros de lana negra que lo inundan todo, que invaden la mitad de la Fundación Proa. La lana es una obra del archirreconocido carioca Cildo Meireles que todo lo llena, como una gran marea negra que se adentra y se enreda por las salas, por entre la gente.

     

    Pero, ¡oh, sorpresa! Ahora el payaso semimuerto, tirado al lado de la lana, mueve la cabeza: después de diez horas de estar ahí, muestra que no es un muñeco, que es humano, algo vivo que está sentado sobre el piso. “Es un clown que contrató la artista brasileña Laura Lima”, explica una de las guías. “En realidad, es un antipayaso que no entretiene a nadie”, comenta la artista, en un portuñol muy clarito. “No tiene nada que ver con el espectáculo ni con el entretenimiento y está como olvidado: por eso está ahí, como tirado”.

    Todo esto ocurre en el marco de la exhibición Aire de Lyon , que inauguró el sábado pasado. Su curadora, Victoria Noorthoorn –que el año pasado curó la 11ª Bienal de Lyon– eligió un subtítulo para la muestra, a partir de un verso de William Yeats: “ Ha nacido una belleza terrible ”. ¿Pero es que realmente ha nacido en Proa una terrible belleza? ¿Esto ha pasado? Más que obras bellas, hay obras inusuales, que muy difícilmente podemos ver por Argentina.

    Hay obras de esas que usted no puede dejar de ver, como todas –TODAS– las que fueron creadas por artistas de Europa del Este. Por ejemplo, la del polaco Robert Kusmirowski: una habitación enorme a la que no se puede acceder, pero en la que sí pueden observarse –a través de ventanas– antiguas instalaciones eléctricas pesadas, caducas, viejas, y una silla negra, solitaria, reminiscencias de vaya a saberse qué pensamientos oscuros. O la de Eva Kotátková y su máquina de mojar libros – Máquina de reeducación – una especie de rulero de metal negro, gigante, que uno tiene que mover con una palanca –cuesta, hay que hacer fuerza– y así hacer rotar los libros, que van pasando por agua, deshaciendo su escritura. “La idea es que la tinta tiña, finalmente, el agua de negro”, explica la checa. A sólo algunos días de la inauguración, esto todavía no ocurrió, pero no hay que perder las esperanzas. “Traje algunos libros de Praga, otros los compré en la avenida Corrientes”, cuenta Kotátková.

    Hay falsas “piedras” que respiran –son bolsas de plástico negro, como de consorcio, con motores dentro–, con sensación de estertor (obra del argentino Eduardo Basualdo). Están las dos series de dibujos increíbles de esa excepcional artista sudafricana que es Marlene Dumas. Una de ellas está ubicada en la Planta Baja, “Los rechazados”: son dibujos que ningún galerista, curador ni museo quiso aceptarle nunca para exponer.

    Ahora, si hay una obra que se lleva el premio del público es Número 84, documento 2000, Hiroshima 2000 , del holandés Michel Huisman. Un perrito hecho con vendas, cinta de papel, el pelo del artista, que nos mira con ojos de vidrio a través de la jaula donde está encerrado. Entre sus patas tiene una radio marca “Hiroshima”. Mueve la cabeza mecánica y torpemente. Al costado de la jaula hay cinco botones. Si va, apriételos . Sonará una melodía en japonés, al compás de la cual el perrito nos mira. Quédese ahí, devuélvale la mirada. A su costado estarán la habitación de Kusmirowski y los dibujos de Dumas. En ese momento, comprenderá todo lo que una obra de arte puede dar cuando tiene algo (mucho) para decir. Aprovéchelo.



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  • Título: Bienal de Lyon: Preguntas para el arte
    Autor: Cristina Civale
    Fecha: 22/03/2012
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    Ver nota original ( Diario Z)

    La semana previa a la inauguración de Aire de Lyon, la Fundación Proa parecía un gran taller: decenas de montajistas, asistentes y artistas trabajaban contrarreloj para dejar todo listo para la inauguración, el sábado 17. La muestra es una suerte de versión porteña de la prestigiosa Bienal de Lyon 201.

     

    La Bienal, curada por la argentina Victoria Northoorn, deslumbró a la crítica especializada y muchos se atrevieron a decir que la legendaria Bienal de Venecia no estaba a la altura de esta apuesta refrescante, minuciosamente investigada y con los pies puestos en los problemas contemporáneos.

    De los 78 artistas que participaron aquella vez, 35 trajeron sus obras a Buenos Aires, lo que convierte a Aire de Lyon en una apuesta novedosa y arriesgada. Los artistas harán obras de sitio específico: es decir no mostrarán las que presentaron en, sino que intervendrán distintos espacios de la Fundación Proa con obras creadas para esta exhibición que promete ser la más destacada del año en Buenos Aires. Los proyectos fueron concebidos especialmente para los espacios de Proa, o son obras ya exhibidas el año pasado en la Bienal. Cuenta Victoria Northoorn sus intenciones allá, pero también ahora: "Aquélla fue una Bienal para la cual viajé e investigué extensamente en Europa y en África de modo de responder a inquietudes precisas: hacerse cargo de la incertidumbre del presente y del futuro cercano, reflexionando sobre la condición del artista y sobre la necesidad de arte".

    Northoorn encontró un aliado en el poeta brasileño Augusto de Campos, creador de la poesía concreta, y cuyos poemas estarán ploteados como una obra más en los espacios expositivos. De Campos, presente en la inauguración, se quedó en Buenos Aires para dar charlas también en distintos espacios culturales de la ciudad.

    A lo largo del año se harán presentes veinte de los artistas que exponen y darán charlas gratuitas al público así como clínicas para colegas. En marzo llegan Christian Lhopital + Ernesto Ballesteros, Katinka Bock + Laura Lima Eva, Kotátková + Marina De Caro, Robert Kusmirowski + José Alejandro Restrepo, Michel Huisman + Bernardo Ortiz, y el ya mencionado Augusto de Campos + Lenora de Barros.

    Northoorn expresa así la catarata de preguntas que espera dejar en el aire con esta nueva apuesta: "¿Cómo podemos abordar, desde el ámbito artístico, la cuestión sobre la condición humana y la condición actual del artista? ¿Cómo pueden otras disciplinas artísticas -como el teatro, la literatura y la música- nutrir visiones artísticas que son, más que nunca, holísticas? ¿Cuál es el poder de transformación del arte? ¿Es la utopía aún posible? ¿Qué es lo que las imágenes y las obras de esta exposición desean y hacen, qué es lo que movilizan y cómo representan, antes que qué representan".

    Tratarán de responder estas preguntas ocho artistas argentinos (Ernesto Ballesteros, Eduardo Basualdo, Diego Bianchi,Marina De Caro, Irina Kirchuk, Luciana Lamothe, Jorge Macchi y Judi Werthein); los otros son de Brasil, Colombia, México, Perú, Alemania, Francia, República Checa, Irlanda, Holanda, Polonia, Sudáfrica y Zimbabwe.



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  • Título: Una muestra internacional en Fundación PROA
    Autor:
    Fecha: 21/03/2012
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    Ver nota original ( La Razón/Cultura)

    “Aire de Lyon” es la muestra plástica que, con la participación de 35 artistas de nuestro país y del exterior, acaba de inaugurar la Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929, en La Boca). Se podrá visitar hasta mediados de junio y allí se verán muchas de las obras que tuvieron repercusión en la Bienal de esa ciudad francesa, el año pasado. La muestra cuenta con la curaduría de Victoria Noorthorn y entre los artistas argentinos que participan se encuentran Jorge Macchi, Eduardo Basualdo y Ernesto Ballesteros. Mientras que el grupo de visitantes incluye al polaco Robert Kusmirowski, con su “reflexión sobre la energía”. La instalación de Kusmirowski cuenta con tres ventanas: generación de electricidad, sensación de servicio común y la última, con un vidrio translúcido. Kusmirowski ya reflexionó en la muestra de Lyon sobre el plagio en la literatura.

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  • Título: Fundación PROA | Aire de Lyon
    Autor:
    Fecha: 20/03/2012
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    Ver nota original (Cátedra Minacori - Pintura / IUNA)



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  • Título: Poesía: Augusto de Campos: Me he esforzado en renovarme.
    Autor:
    Fecha: 19/03/2012
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    Ver nota original (Poesía expandida)

    Para algunos, el máximo poeta vivo del Brasil; para otros, un viejo y dogmático enemigo en querellas estéticas; desde la aparición hace ya sesenta años de su primer libro, El rey menos el reino, pasando por la etapa de la poesía concreta y hasta el día de hoy, nadie ha quedado indiferente frente a Augusto de Campos. Es que el poeta, que hace poco cumplió 81 años, no ha dejado de intervenir con vitalidad en la escena, con sus poemas y en debates. Y un recorrido a través de obras como Poetamenos, Pos-todo, Sin salida, entre otras, permite observar ese trabajo experimental y resistente, de "poeta en huelga", sostenido a lo largo de más de medio siglo, que ha convertido a De Campos en un protagonista central de la poesía de la segunda mitad del siglo XX. En ese lapso, De Campos colaboró con un amplio abanico de artistas, que va de sus compañeros de la poesía concreta (su hermano Haroldo y Décio Pignatari), a Caetano Veloso y Adriana Calcanhotto, y de allí a un artista visual como Julio Plaza, para llegar, por el camino de la experimentación, a producir hoy bajo el formato de lo que ha dado en llamar Clip-Poemas, poemas animados o video poemas. De este modo, construyó una trayectoria inquietante que anticipó y toca nervios centrales de la poética contemporánea (la producción de sentido más allá de la "originalidad", la traducción creativa, el trabajo con la ilegibilidad, la indagación acerca del lugar de la poesía en un mundo híper-mediatizado), que podría considerarse a partir del concepto de arrière-garde ("retaguardia"), en el sentido de que supone una continuación crítica, recontextualizada y post-utópica de algunas de las líneas centrales de la modernidad estética, de Mallarmé a las vanguardias históricas.

    Este mes, con motivo de la muestra Aire de Lyon, el poeta visita Buenos Aires, al tiempo que se lanza una reedición de Poemas (la antología de su obra que hizo Gonzalo Aguilar en 1994), por el sello Gog y Magog. Para la segunda mitad del año, se espera el lanzamiento por Ediciones Stanton de Caja blanca, un boxset que reunirá obras centrales de su trabajo con su producción más reciente, incluyendo un CD con poemas multimedia. Las perspectivas de Augusto de Campos, polémicas y radicales, recorrieron en esta entrevista el presente de su obra, la relación entre poesía y crítica, y el vínculo entre la poesía hispanoamericana y la brasileña, entre otros temas.

    -¿Cuánto cree que se apartó de los principios de la poesía concreta desde que el movimiento se disolvió y qué cosas de aquel programa cree que continúan en el centro de su poética?
    -Es difícil de responder. Soy un franco adepto del lema duchampiano: "No repetir". Pero no es fácil. Si uno no reacciona, tiende a repetir los propios hallazgos. Produzco poco. Y me he esforzado en renovarme con todos los medios de que dispongo, las más diversas tecnologías, traducciones de autores antiguos y modernos. Habrá quien piense que continúo siendo "concreto". Personalmente, pienso que mi ortodoxia inicial –necesaria para patear el tablero sentimentaloide de la poesía brasileña del momento– cedió cuando ocurrió el golpe militar del 64. Quise reaccionar, asimilé el lenguaje pop y expuse, en la Galería Atrium, en el centro de Sâo Paulo, no sin cierto riesgo, los poemas "Olho por Olho", "SS", "Gold(w)eater" y "O antiruido", que llamé "popcretos", en diciembre de aquel año fatídico. Cambié los tipos "futura", emblemáticos de nuestra utopía bauhaus-concretista, por la minianarquitectura de tipos e imágenes recortados de diarios y revistas. La ortodoxia semántica inicial también fue relativizada, ya en los años 60, por poemas aleatorios como "Acaso" y "Cidade City Cité", influenciados por Mallarmé (Le Livre) y por la "indeterminación" de John Cage. Las letras desordenadas de la imprenta fueron sustituidas en los años 70 por los tipos "letraset", adhesivos y transferibles, con los cuales compuse "O pulsar, O quásar", "Memos" y otros tantos poemas. En los años 90, cuando llegó a mis manos mi primera computadora Mac, amplié todavía más esas experiencias anteriores, llegando al "clip-poema" y a las presentaciones "verbivocovisuales" con mi hijo, el músico Cid Campos. En cierta forma, McLuhan tenía razón, en su famoso slogan: "El medio es el mensaje". Creo que cambié bastante; pero como soy medio músico, medio artista gráfico, continúo indagando en un área interdisciplinar que no es muy clasificable, pero que de todos modos tiene que ver con la idea de una poesía "verbivocovisual" postulada por la poesía concreta.

    -¿Cómo evalúa hoy aquella aventura y la relación que estableció con la sociedad brasileña? ¿Dónde cree que influyó más, y qué autores jóvenes le interesan?
    -Prefiero no hacer yo mismo esa "evaluación", puesto que he sido parte de la aventura. Todo lo que puedo decir es que procuramos actualizar el lenguaje poético, en un momento en que éste amenazaba con retroceder hacia prácticas pre-modernas. La persecución de las dictaduras nazi y estalinista, y las vicisitudes de las dos grandes guerras habían interrumpido las innovaciones realizadas por las primeras vanguardias, de las cuales el pionero –entresiglos– fue Mallarmé con "Una tirada de dados". Urgía rehabilitarlo, sacar de la marginalización a esa obra, así como a las experiencias más radicales de Joyce, Pound, Apollinaire, Cummings, Gertrude Stein y otras, y ponerlas de nuevo en circulación, inclusive traduciendo aquellas que se tenían por intraducibles para nuestro idioma. En el mismo sentido hicimos "re-visiones" de nuestra propia literatura, pero a partir de una perspectiva sincrónica y no canónica que privilegió nombres entonces marginalizados como Gregorio de Matos, Sousandrade, Kilkerry, Qorpo Santo y Oswald de Andrade. Nos pusimos como misión la traducción creativa de obras de todas las épocas buscando acentuar la importancia de la poesía de invención, generalmente despreciada en favor de obras clásicas y reconocidas. Trabajamos mucho y con mucha pasión, eso puedo decirlo. Y puedo agregar también que ningún otro movimiento, en nuestra literatura, generó tanta polémica y reacciones tan negativas. El resto no me cabe juzgarlo. En cuanto a la influencia y a los nuevos poetas, no me gusta mucho emitir juicios, pues creo, como Pound, que los viejos no deben opinar sobre los jóvenes, porque tienden a gustar de los que más se les parecen. Y la poesía es grande y contempla muchas direcciones. Aun así, tengo simpatía especial por aquellos que, como Arnaldo Antunes, Lenora de Barros y André Vallias, encaran los desafíos de las nuevas tecnologías y experimentan con un lenguaje intermedial, todavía no dominado.

    -¿Cuál es la relación entre poesía y tecnología, y cómo considera la hibridación entre distintas disciplinas artísticas?
    -A mí me parece que es un camino muy promisorio, dados los recursos que nos ofrecen las nuevas tecnologías para la producción artística. Un modo de salir del "ghetto" que me parece coherente con el proyecto de la poesía concreta de hacer una intervención "verbivocovisual". A propósito de esto, siempre recuerdo las profecías de Walter Benjamin sobre el futuro de la escritura, a partir de la tirada de dados mallarmeana: en uno de los fragmentos de "Calle de dirección única", él prevé la necesidad de que el poeta explore la escritura icónica y se involucre en nuevas prácticas, como la expertise en grafías y diagramas, como un modo de responder a las crecientes provocaciones de la tecnología. En el mismo sentido, las premoniciones de McLuhan, y las más recientes de Timothy Leary, ya en plena era digital. Sin embargo, me parece también que es un camino tan difícil como cualquier otro. Detrás de la exuberancia de los medios tecnológicos, que seducen por su riqueza, hay, en la mayoría de los ejemplos que he visto, una gran pobreza poética unida a un deslumbramiento facilista. Pero a pesar de estas reservas, que supongo se deben a que estamos en un momento de transición, apuesto mucho a la "hibridación" intermedial. No excluyo, sin embargo, la continuidad de las poéticas unidisciplinares. Todo depende de un temperamento, de un carácter, de una habilidad que no está en todos. Esto se entiende perfectamente en el arte musical, que pone en evidencia la existencia de disposiciones hasta genéticas a tocar un instrumento o componer, mientras la poesía aparenta no exigir ningún don especial. Sin embargo por eso, por ser engañosa en su aparente facilidad, es la más difícil de las artes.

    -Usted se vale también de recursos "tradicionales" de la poesía, como la rima y el metro. Y por momentos cierta entonación lírica, cierto "yo" fuerte, aparecen en su poesía, integrados en nuevas estructuras.
    -La paronomasia, o sea, la semejanza sonora, que incluye a la rima, así como al ritmo y eventualmente al metro, si el ritmo adoptado tiene un patrón repetitivo, son elementos que no desaparecen por el hecho de utilizarse nuevos recursos tecnológicos, sino que pueden ser reasimilados por éstos, en nuevas combinatorias. Ahora bien, el abordaje poético tiene muchos tonos, y no es fácil encuadrar a la poesía. Mis poemas no son indiferentes a las emociones y al empeño lírico (si por esto entendemos las vivencias afectivas). No tengo el desinterés de Cage por lo emocional, aunque deteste el llanto y el sentimentalismo. Mi poesía es –a veces– hasta pasional, pero de una pasión contenida, concentrada, como la que hay en la música de Webern –"non multa sed multum": una novela en un suspiro, como la definió Schoenberg.

    -En "Contra-boom de la poesía latinoamericana" usted habla de una desconexión, en poesía, entre Brasil y el resto de América; pero rescata a dos poetas que serían parte de la misma tendencia experimental de la poesía concreta: Girondo y Huidobro. ¿Cómo entiende usted la relación del concretismo con esos proyectos?
    -Efectivamente, con excepción de Borges y de unos pocos otros, como Girondo y Huidobro, veo a la literatura iberoamericana de lengua española muy impregnada de surrealismo –lo que no es una condena, sino antes una constatación. Décio Pignatari bromeaba en los 50, diciendo que "Brasil no tuvo nunca surrealismo porque el país ya es surrealista". Sin embargo, es difícil y peligroso hacer generalizaciones. Siempre se encuentran excepciones estilísticas que escapan a las clasificaciones maniqueas. Tengo para mí, aun así, la idea de que ocurrió, específicamente en la poesía de Brasil, un esfuerzo particular en el sentido de un constructivismo que no tiene parangón, por ejemplo, con lo que ocurrió en los mismos años en la poesía de la América Latina de lengua española y en la poesía de Estados Unidos. Mientras la poesía beat se acercaba a tendencias surrealizantes y los artistas de los 50 privilegiaban una abstracción expresionista, los brasileños postulábamos una poesía fundamentada en el constructivismo, en el arte geométrico y concreto, de cuño más racional, bajo la utopía de una liberación del subdesarrollo y del caos social –lo que ocurrió con las artes, pero no con la poesía de otros países latinoamericanos.

    -En su obra hay una presencia obsesiva del signo negativo, del rechazo y de la exclusión: "expoeta", "poetamenos", "no-poemas", "despoesía", "anticrítico" e incluso "antipoesía" son términos que vuelven recurrentemente en sus textos. ¿Podría hablar del significado que tienen para usted?
    -Seguramente esas expresiones tienen en común el deseo de apartarse del "camino real" de la poesía, de la poesía contractual y normativizada, y tienen antecedentes tanto en Cabral do Melo Neto como en la poética de Mallarmé, el poeta "en huelga", sintetizada por Valéry en los escritos en que, contra las acusaciones de oscuridad que pesaban sobre su maestro, proponía una ética-estética de los rechazos: "El trabajo severo, en literatura, se manifiesta y opera por medio de rechazos; se podría decir, incluso, que se mide por el número de rechazos". Traducen también, al mismo tiempo, una instintiva "difficulté d'être" personal que me hace solidarizarme con Marianne Moore, cuando escribe sobre la poesía "I too dislike it" ("A mí también me desagrada"), y reconocer, sin embargo, que no hay nada que yo sepa hacer mejor, y que hacer poesía es difícil, casi imposible para mí.

    -"El anticrítico" (1986), entre otros libros suyos, muestra la intervención del poeta en el campo de la crítica. ¿Cuál es la relación entre crítica y poesía, o bien la trama entre lectura y escritura?
    -Mis modelos son Poe, Mallarmé, Valéry, Pound, Borges, Oswald de Andrade, Cage, entre otros: poetas-críticos o críticos pragmáticos que trabajan a partir de la experiencia viva de las lecturas y del hacer, y no de una visión diacrónica e historicista. Me gusta definirme como Pound se definió: un crítico "stop-gap" (tapa-agujeros). Es decir, un lector atento a los vacíos del canon académico, a la marginalidad excluida del mármol canónico. De ahí la "re-visión" de autores del pasado, la crítica vía traducción de los intraducibles. La crítica de los críticos tiende a hundirse en los valores institucionalizados y tiene enormes dificultades para entender los cambios y actualizaciones de lo ya codificado. Es muy raro que un crítico acompañe lo que hay de más renovador en el lenguaje literario de su tiempo, y más especialmente en la poesía. Hay grandes excepciones, como Benjamin, Jakobson o McLuhan, pero justamente: no son la regla. Naturalmente hay trabajos críticos notables de interpretación y profundización, pero casi siempre "post-factum". A los poetas y a los poetas-críticos, en cambio, les cabe el abrir caminos.

    -¿Y hacia dónde se dirige Augusto de Campos hoy, el "expoeta" que, "pos-todo", escribe "no-poemas" recorriendo incansable un camino "sin salida"?
    -Ni yo lo sé. Busco lo "difícil fácil", pero raramente lo encuentro.

    http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Augusto-Campos-Aire-Lyon-clip-poemas_0_665333480.html

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  • Título: Aires de Lyon: 35 miradas sobre un presente complejo, en Proa.
    Autor:
    Fecha: 18/03/2012
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    Aire de Lyon da título a la muestra inaugurada hoy en la porteña fundación Proa, donde la curadora Victoria Noorthoorn reúne a 35 artistas de Latinoamérica,Europa y Africa, con obras creadas para esta exposición y otras exhibidas en la última Bienal de Lyon, que componen un análisis profundo sobre la situación del ser, la condición del artista y la necesidad del arte en un mundo complejo en constante movimiento.

    Aire de Lyon propone un recorrido libre por los tres pisos del edifico de La Boca, que cada espectador definirá según lo interpelen las atmósferas creadas en cada espacio, sin textos explicativos más que los poemas visuales del brasileño Augusto de Campos, las intervenciones sonoras de su coterránea Leonora de Barros, y cada una de las esculturas, estructuras, dibujos, objetos, proyecciones y videos que van señalando el camino.

    En avenida Pedro de Mendoza 1929 hasta la fachada es diferente, oscurecida por el irlandés Garrett Phelan, el negro toma buena parte de sus paredes, y los ventanales que dan al Riachuelo ya no dejan ver el río, materiales de desecho y enormes plásticos oscuros cubren los vidrios como parte de la obra de otro artista, el argentino Diego Bianchi.

    Los creadores argentinos son un componente importante en esta exposición: Bianchi, Marina de Caro, Luciana Lamothe, Irina Kirchuk, Jorge Macchi, Eduardo Basualdo, Ernesto Ballesteros y Judi Werthein, todos los que expusieron en Lyon menos Roberto Jacoby que prefirió no participar al considerar que su obra, un trabajo muy fuerte sobre la huella del Holocausto en Francia, perdía sentido en otro lugar.

    El punto de partida aquí no es una sola variable, éste es un trabajo orgánico que se armó pensando qué combinación de obras podían constituir un proyecto en sí mismo, dijo Noorthoorn a Télam, responsable de haber curado la Bienal de Lyon 2011 que impresionó a la crítica y el público europeos con movilizadores contenidos y gran calidad artística, mientras que otras bienales más afianzadas y tradiciones no generaron mayor novedad.

    El punto de partida acá es que esto no es la Bienal de Lyon, aseguró la curadora, pero sí una observación minuciosa de la cuestión del ser y el estar en este mundo en este momento, lo cual se contituyó en una de las cuestiones fundamentales a la hora de armar ambas muestras.

    Su intención fue mantener la diversidad de exploraciones, que van desde la situación político-histórica que hoy nos constituye -habiendo pasado por un siglo XX muy complicado conreferencias a Hiroshima o al colonialismo africano con toda su violencia-, a obras sobre cómo nos condiciona la educación, sobre la condición humana o la utopía, pasando de un lugar de angustia en una sala a otro de liberación e imaginación, de ver cómo podríamos cambiar este mundo en la siguiente.

    Ahí están las sudafricanas Marlene Dumas y Tracey Rose, una con dibujos líricos y crudos, la otra con videos irónicos y provocativos, ambas observando qué ocurre en las líneas de frontera, denunciando e interviniéndolas: ¿Adán no habrá sido una mujer negra? se pregunta Rose en uno de sus videos, y en otro se pasea delante del muro que separa Israel de Palestina pintada de rosa, vestida sólo con una bombacha aleopardada y una guitarra eléctrica.

    También están Kemang Wa Lehulere,con Aunque sangres -dibujos sobre el olvido, la amnesia y la memoria-; o el holandés Michel Huisman haciendo dialogar una vez más la poética y la mecánicaen la jaula No.84; la Máquina de re-educación de la checa Eva Kotatkova; o la monumental puesta en escena del polaco Robert Kusmirowski, diseñada especialmente para PROA con la electricidad como conductor.

    Desgraciadamente la prensa quiere que uno simplifique en dos líneas todo un pensamiento complejo y justamente yo creo en el arte porque el arte no tiene palabras y no encapsula aquello que es complejo. La muestra es un recorrido virtual, poético,espiritual y sensorial que a su vez explora la relación entre texto imagen, resumió Noorthoorn.

    Hay una relación muy conflictiva dentro de las artes visuales entre texto e imagen, una gran confusión explicó-: se pretende que un curador explicite en cinco líneas una investigación de dos años, y justamente yo estoy tratando de escaparme de ese lugar ymostrarle al espectador un recorrido muy rico y muy variado de obras,pensamientos y propuestas que son visuales.

    Noorthoorn es tajante: Acá uno tiene que venir a ver, y ver desde qué lugar es interpelado según sus propias experiencias, historia y conocimientos. Por eso en lugar de textos diciéndole al espectador cómo leer la exposición, elegí poemas de De Campo y dejar que esas poéticas, esas poesías, produzcan su propia evocación y mantengan su propio misterio, que accionen sobre el espectador fuera de lo dogmático.

    La exposición se completa con los tres mil kilómetros de hilo negro que dan forma a la escoba del brasileño Cildo Meireles y cubren todo un piso de PROA; y obras de sus coterráneas Erika Verzuttiy Laura Lima; de Guillaume Leblon; del peruano Gabriel Acevedo Velarde; y de los colombianos José Alejandro Restrepo y Bernardo Ortiz.

    A ellos se suman Virginia Chihota, de Zimbabwe; Zbynek Baladrán, de República Checa; el gigantesco globo de madera donde el mexicano Erick Beltrán explora el concepto de enciclopedia; JulienDiscrit, de Francia; y la alemana Katinka Bock.

    Mientras que en el auditorio puede verse un continuado de videos de Rose; de Aurelien Froment (Francia); de los alemanes Alexander Schellow y Christoph; del colombiano Francois Bucher; y delvenezolano Javier Téllez.

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  • Título: Marcas de nuestro mundo
    Autor:
    Fecha: 18/03/2012
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    Ver nota original (La Nación Revista)

    En septiembre del año pasado, la argentina Victoria Noorthoorn, historiadora del arte y curadora independiente, deslumbró a los medios franceses con su curaduría de la Bienal de Lyon. "Frente a la venerada Bienal de Venecia, muy decepcionante este año, su hermana menor de Lyon aparece como una bocanada de aire fresco", se pudo leer en Le Figaro. "Refrescante", se regocijó Le Monde. "Como curadora invitada más inspirada por la duda que absorbida por la alegría, Victoria Noorthoorn ha ganado su apuesta y ha logrado mostrarnos la época actual", escribió Philippe Azoury en Libération.
    A menos de un año del impacto logrado en Europa, la curadora, invitada por la Fundación Proa, recrea en Buenos Aires el espíritu, los cuestionamientos y la búsqueda que plasmó en la Bienal francesa.
    Aire de Lyon se llama la nueva exposición, que "responde al desafío de compartir con el público de la Ciudad de Buenos Aires algunos de los múltiples contenidos, mensajes y articulaciones formales y conceptuales que conformaron la experiencia de la 11a Bienal de Lyon", en palabras de Noorthoorn.
    Decidida a plasmar en su trabajo esa esencia evanescente pero fundante que es el espíritu de época, la curadora viajó por Europa y Africa, y reflexionó sobre la condición del artista en momentos históricos marcados por la contradicción, la perplejidad y el movimiento.
    "A lo largo de esta investigación -explica Noorthoorn en el texto curatorial- compartí la perplejidad del poeta irlandés William Butler Yeats al reflexionar sobre su propio presente en su poema Pascua, 1916, que incluye el famoso verso que dio el título a la Bienal: Una terrible belleza ha nacido."
    La especialista decidió que la exposición debería estar atravesada por las dificultades que cada generación humana ha encontrado para hacer evidentes las contradicciones del momento. "La Bienal - continúa- exploró diversas experiencias de opresión y la necesidad fundamental de liberación. Manifestó la posibilidad de (aún hoy) creer en la utopía, y de desenmascarar algunas de las más terroríficas acciones que tuvieron lugar bajo su nombre. Se permitió creer que el arte es un medio de conocimiento que permite la conjunción e incluso la contradicción de muy diversas metodologías, sean estas racionales (por ejemplo, una vuelta a las nociones modernas de ciencia y de lo enciclopédico) o irracionales (por ejemplo, recurrir al misticismo, a la fantasmagoría, a la alucinación, al delirio, el juego, y el azar)".
    Entre los artistas convocados figuran los argentinos Ernesto Ballesteros, Eduardo Basualdo, Diego Bianchi, Marina De Caro, Luciana Lamothe y Jorge Macchi. Con ellos, las brasileñas Laura Lima y Leonora de Barros, la sudafricana Marlene Dumas, el holandés Michel Huisman y el brasileño Augusto de Campos, entre otros, asumen el desafío de dialogar con la belleza terrible y fascinante de nuestro presente.

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  • Título: Aire de Lyon.
    Autor:
    Fecha: 17/03/2012
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    Los artistas que participaron de la 11º Bienal de Lyon, provenientes de diversas partes del mundo -Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Holanda, Irlanda, México, Perú, Polonia, Reino Unido, República Checa, Sudáfrica, Venezuela y Zimbabwe– exponen proyectos concebidos especialmente para los espacios de Proa u obras ya exhibidas el año pasado en la Bienal.

    Artistas participantes

    Gabriel Acevedo Velarde (Perú), Zbynek Baladrán (República Checa), Ernesto Ballesteros (Argentina), Eduardo Basualdo (Argentina), Erick Beltrán (México), Diego Bianchi (Argentina), Katinka Bock (Alemania), François Bucher (Colombia), Virginia Chihota (Zimbabwe), Lenora de Barros (Brasil), Augusto de Campos (Brasil), Marina De Caro (Argentina), Julien Discrit (Francia), Marlene Dumas (Sudáfrica), Aurélien Froment (Francia), Michel Huisman (Holanda),  Christoph Keller (Alemania), Irina Kirchuk (Argentina), Eva Kotátková (República Checa), Robert Kusmirowski (Polonia), Luciana Lamothe (Argentina), Guillaume Leblon (Francia), Christian Lhopital (Francia), Laura Lima (Brasil), Jorge Macchi (Argentina), Cildo Meireles (Brasil), Bernardo Ortiz (Colombia), Garrett Phelan (Irlanda), José Alejandro Restrepo (Colombia), Tracey Rose (Sudáfrica),  Alexander Schellow (Alemania), Javier Téllez (Venezuela), Erika Verzutti (Brasil), Kemang Wa Lehulere (Sudáfrica) y Judi Werthein (Argentina).



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  • Título: Fundación Proa
    Autor:
    Fecha: 17/03/2012
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  • Título: Aire de Lyon
    Autor:
    Fecha: 17/03/2012
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    Ver nota original (Revista Debate)

    Abre sus puertas la exhibición coordinada por Victoria Noorthoorn -curadora de la 11ª  Bienal de Lyon, el año pasado- que acerca a Buenos Aires una selección de trabajos de artistas internacionales que participaron de la bienal. Se podrá visitar hasta el 17 de junio.

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  • Título: Aire de Lyon
    Autor:
    Fecha: 17/03/2012
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  • Título: Augusto de Campos: Me he esforzado en renovarme.
    Autor: Gerardo Jorge
    Fecha: 17/03/2012
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    Para algunos, el máximo poeta vivo del Brasil; para otros, un viejo y dogmático enemigo en querellas estéticas; desde la aparición hace ya sesenta años de su primer libro, El rey menos el reino, pasando por la etapa de la poesía concreta y hasta el día de hoy, nadie ha quedado indiferente frente a Augusto de Campos. Es que el poeta, que hace poco cumplió 81 años, no ha dejado de intervenir con vitalidad en la escena, con sus poemas y en debates. Y un recorrido a través de obras como PoetamenosPos-todo o Sin salida, entre otras, permite observar ese trabajo experimental y resistente, de “poeta en huelga”, sostenido a lo largo de más de medio siglo, que ha convertido a De Campos en un protagonista central de la poesía de la segunda mitad del siglo XX. En ese lapso, De Campos colaboró con un amplio abanico de artistas, que va de sus compañeros de la poesía concreta (su hermano Haroldo y Décio Pignatari), a Caetano Veloso y Adriana Calcanhotto, y de allí a un artista visual como Julio Plaza, para llegar, por el camino de la experimentación, a producir hoy bajo el formato de lo que ha dado en llamar Clip-Poemas, poemas animados o video poemas. De este modo, construyó una trayectoria inquietante que anticipó y toca nervios centrales de la poética contemporánea (la producción de sentido más allá de la “originalidad”, la traducción creativa, el trabajo con la ilegibilidad, la indagación acerca del lugar de la poesía en un mundo híper-mediatizado), que podría considerarse a partir del concepto de arrière-garde (“retaguardia”), en el sentido de que supone una continuación crítica, recontextualizada y post-utópica de algunas de las líneas centrales de la modernidad estética, de Mallarmé a las vanguardias históricas.

    Este mes, con motivo de la muestra Aire de Lyon, el poeta visita Buenos Aires, al tiempo que se lanza una reedición de Poemas (la antología de su obra que hizo Gonzalo Aguilar en 1994), por el sello Gog y Magog. Para la segunda mitad del año, se espera el lanzamiento por Ediciones Stanton de Caja blanca, un boxset que reunirá obras centrales de su trabajo con su producción más reciente, incluyendo un CD con poemas multimedia. Las perspectivas de Augusto de Campos, polémicas y radicales, recorrieron en esta entrevista el presente de su obra, la relación entre poesía y crítica, y el vínculo entre la poesía hispanoamericana y la brasileña, entre otros temas.

    -¿Cuánto cree que se apartó de los principios de la poesía concreta desde que el movimiento se disolvió y qué cosas de aquel programa cree que continúan en el centro de su poética?
    -Es difícil de responder. Soy un franco adepto del lema duchampiano: “No repetir”. Pero no es fácil. Si uno no reacciona, tiende a repetir los propios hallazgos. Produzco poco. Y me he esforzado en renovarme con todos los medios de que dispongo, las más diversas tecnologías, traducciones de autores antiguos y modernos. Habrá quien piense que continúo siendo “concreto”. Personalmente, pienso que mi ortodoxia inicial –necesaria para patear el tablero sentimentaloide de la poesía brasileña del momento– cedió cuando ocurrió el golpe militar del 64. Quise reaccionar, asimilé el lenguaje pop y expuse, en la Galería Atrium, en el centro de Sâo Paulo, no sin cierto riesgo, los poemas “Olho por Olho”, “SS”, “Gold(w)eater” y “O antiruido”, que llamé “popcretos”, en diciembre de aquel año fatídico. Cambié los tipos “futura”, emblemáticos de nuestra utopía bauhaus-concretista, por la minianarquitectura de tipos e imágenes recortados de diarios y revistas. La ortodoxia semántica inicial también fue relativizada, ya en los años 60, por poemas aleatorios como “Acaso” y “Cidade City Cité”, influenciados por Mallarmé (Le Livre) y por la “indeterminación” de John Cage. Las letras desordenadas de la imprenta fueron sustituidas en los años 70 por los tipos “letraset”, adhesivos y transferibles, con los cuales compuse “O pulsar, O quásar”, “Memos” y otros tantos poemas. En los años 90, cuando llegó a mis manos mi primera computadora Mac, amplié todavía más esas experiencias anteriores, llegando al “clip-poema” y a las presentaciones “verbivocovisuales” con mi hijo, el músico Cid Campos. En cierta forma, McLuhan tenía razón, en su famoso slogan: “El medio es el mensaje”. Creo que cambié bastante; pero como soy medio músico, medio artista gráfico, continúo indagando en un área interdisciplinar que no es muy clasificable, pero que de todos modos tiene que ver con la idea de una poesía “verbivocovisual” postulada por la poesía concreta.

    -¿Cómo evalúa hoy aquella aventura y la relación que estableció con la sociedad brasileña? ¿Dónde cree que influyó más, y qué autores jóvenes le interesan?
    -Prefiero no hacer yo mismo esa “evaluación”, puesto que he sido parte de la aventura. Todo lo que puedo decir es que procuramos actualizar el lenguaje poético, en un momento en que éste amenazaba con retroceder hacia prácticas pre-modernas. La persecución de las dictaduras nazi y estalinista, y las vicisitudes de las dos grandes guerras habían interrumpido las innovaciones realizadas por las primeras vanguardias, de las cuales el pionero –entresiglos– fue Mallarmé con “Una tirada de dados”. Urgía rehabilitarlo, sacar de la marginalización a esa obra, así como a las experiencias más radicales de Joyce, Pound, Apollinaire, Cummings, Gertrude Stein y otras, y ponerlas de nuevo en circulación, inclusive traduciendo aquellas que se tenían por intraducibles para nuestro idioma. En el mismo sentido hicimos “re-visiones” de nuestra propia literatura, pero a partir de una perspectiva sincrónica y no canónica que privilegió nombres entonces marginalizados como Gregorio de Matos, Sousandrade, Kilkerry, Qorpo Santo y Oswald de Andrade. Nos pusimos como misión la traducción creativa de obras de todas las épocas buscando acentuar la importancia de la poesía de invención, generalmente despreciada en favor de obras clásicas y reconocidas. Trabajamos mucho y con mucha pasión, eso puedo decirlo. Y puedo agregar también que ningún otro movimiento, en nuestra literatura, generó tanta polémica y reacciones tan negativas. El resto no me cabe juzgarlo. En cuanto a la influencia y a los nuevos poetas, no me gusta mucho emitir juicios, pues creo, como Pound, que los viejos no deben opinar sobre los jóvenes, porque tienden a gustar de los que más se les parecen. Y la poesía es grande y contempla muchas direcciones. Aun así, tengo simpatía especial por aquellos que, como Arnaldo Antunes, Lenora de Barros y André Vallias, encaran los desafíos de las nuevas tecnologías y experimentan con un lenguaje intermedial, todavía no dominado.

    -¿Cuál es la relación entre poesía y tecnología, y cómo considera la hibridación entre distintas disciplinas artísticas?
    -A mí me parece que es un camino muy promisorio, dados los recursos que nos ofrecen las nuevas tecnologías para la producción artística. Un modo de salir del “ghetto” que me parece coherente con el proyecto de la poesía concreta de hacer una intervención “verbivocovisual”. A propósito de esto, siempre recuerdo las profecías de Walter Benjamin sobre el futuro de la escritura, a partir de la tirada de dados mallarmeana: en uno de los fragmentos de “Calle de dirección única”, él prevé la necesidad de que el poeta explore la escritura icónica y se involucre en nuevas prácticas, como la expertise en grafías y diagramas, como un modo de responder a las crecientes provocaciones de la tecnología. En el mismo sentido, las premoniciones de McLuhan, y las más recientes de Timothy Leary, ya en plena era digital. Sin embargo, me parece también que es un camino tan difícil como cualquier otro. Detrás de la exuberancia de los medios tecnológicos, que seducen por su riqueza, hay, en la mayoría de los ejemplos que he visto, una gran pobreza poética unida a un deslumbramiento facilista. Pero a pesar de estas reservas, que supongo se deben a que estamos en un momento de transición, apuesto mucho a la “hibridación” intermedial. No excluyo, sin embargo, la continuidad de las poéticas unidisciplinares. Todo depende de un temperamento, de un carácter, de una habilidad que no está en todos. Esto se entiende perfectamente en el arte musical, que pone en evidencia la existencia de disposiciones hasta genéticas a tocar un instrumento o componer, mientras la poesía aparenta no exigir ningún don especial. Sin embargo por eso, por ser engañosa en su aparente facilidad, es la más difícil de las artes.

    -Usted se vale también de recursos “tradicionales” de la poesía, como la rima y el metro. Y por momentos cierta entonación lírica, cierto “yo” fuerte, aparecen en su poesía, integrados en nuevas estructuras.
    -La paronomasia, o sea, la semejanza sonora, que incluye a la rima, así como al ritmo y eventualmente al metro, si el ritmo adoptado tiene un patrón repetitivo, son elementos que no desaparecen por el hecho de utilizarse nuevos recursos tecnológicos, sino que pueden ser reasimilados por éstos, en nuevas combinatorias. Ahora bien, el abordaje poético tiene muchos tonos, y no es fácil encuadrar a la poesía. Mis poemas no son indiferentes a las emociones y al empeño lírico (si por esto entendemos las vivencias afectivas). No tengo el desinterés de Cage por lo emocional, aunque deteste el llanto y el sentimentalismo. Mi poesía es –a veces– hasta pasional, pero de una pasión contenida, concentrada, como la que hay en la música de Webern –“non multa sed multum”: una novela en un suspiro, como la definió Schoenberg.

    -En “Contra-boom de la poesía latinoamericana” usted habla de una desconexión, en poesía, entre Brasil y el resto de América Latina; pero rescata a dos poetas que serían parte de la misma tendencia experimental de la poesía concreta: Girondo y Huidobro. ¿Cómo entiende usted la relación del concretismo con esos proyectos?
    -Efectivamente, con excepción de Borges y de unos pocos otros, como Girondo y Huidobro, veo a la literatura latinoamericana de lengua española muy impregnada de surrealismo –lo que no es una condena, sino antes una constatación. Décio Pignatari bromeaba en los 50, diciendo que “Brasil no tuvo nunca surrealismo porque el país ya es surrealista”. Sin embargo, es difícil y peligroso hacer generalizaciones. Siempre se encuentran excepciones estilísticas que escapan a las clasificaciones maniqueas. Tengo para mí, aun así, la idea de que ocurrió, específicamente en la poesía de Brasil, un esfuerzo particular en el sentido de un constructivismo que no tiene parangón, por ejemplo, con lo que ocurrió en los mismos años en la poesía de la América Latina de lengua española y en la poesía de Estados Unidos. Mientras la poesía beat se acercaba a tendencias surrealizantes y los artistas de los 50 privilegiaban una abstracción expresionista, los brasileños postulábamos una poesía fundamentada en el constructivismo, en el arte geométrico y concreto, de cuño más racional, bajo la utopía de una liberación del subdesarrollo y del caos social –lo que ocurrió con las artes, pero no con la poesía de otros países latinoamericanos.

    -En su obra hay una presencia obsesiva del signo negativo, del rechazo y de la exclusión: “expoeta”, “poetamenos”, “no-poemas”, “despoesía”, “anticrítico” e incluso “antipoesía” son términos que vuelven recurrentemente en sus textos. ¿Podría hablar del significado que tienen para usted?
    -Seguramente esas expresiones tienen en común el deseo de apartarse del “camino real” de la poesía, de la poesía contractual y normativizada, y tienen antecedentes tanto en Cabral do Melo Neto como en la poética de Mallarmé, el poeta “en huelga”, sintetizada por Valéry en los escritos en que, contra las acusaciones de oscuridad que pesaban sobre su maestro, proponía una ética-estética de los rechazos: “El trabajo severo, en literatura, se manifiesta y opera por medio de rechazos; se podría decir, incluso, que se mide por el número de rechazos”. Traducen también, al mismo tiempo, una instintiva “difficulté d’être” personal que me hace solidarizarme con Marianne Moore, cuando escribe sobre la poesía “I too dislike it” (“A mí también me desagrada”), y reconocer, sin embargo, que no hay nada que yo sepa hacer mejor, y que hacer poesía es difícil, casi imposible para mí.

    -“El anticrítico” (1986), entre otros libros suyos, muestra la intervención del poeta en el campo de la crítica. ¿Cuál es la relación entre crítica y poesía, o bien la trama entre lectura y escritura?
    -Mis modelos son Poe, Mallarmé, Valéry, Pound, Borges, Oswald de Andrade, Cage, entre otros: poetas-críticos o críticos pragmáticos que trabajan a partir de la experiencia viva de las lecturas y del hacer, y no de una visión diacrónica e historicista. Me gusta definirme como Pound se definió: un crítico “stop-gap” (tapa-agujeros). Es decir, un lector atento a los vacíos del canon académico, a la marginalidad excluida del mármol canónico. De ahí la “re-visión” de autores del pasado, la crítica vía traducción de los intraducibles. La crítica de los críticos tiende a hundirse en los valores institucionalizados y tiene enormes dificultades para entender los cambios y actualizaciones de lo ya codificado. Es muy raro que un crítico acompañe lo que hay de más renovador en el lenguaje literario de su tiempo, y más especialmente en la poesía. Hay grandes excepciones, como Benjamin, Jakobson o McLuhan, pero justamente: no son la regla. Naturalmente hay trabajos críticos notables de interpretación y profundización, pero casi siempre “post-factum”. A los poetas y a los poetas-críticos, en cambio, les cabe el abrir caminos.

    -¿Y hacia dónde se dirige Augusto de Campos hoy, el “expoeta” que, “pos-todo”, escribe “no-poemas” recorriendo incansable un camino “sin salida”?
    -Ni yo lo sé. Busco lo “difícil fácil”, pero raramente lo encuentro.

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  • Título: Arte Contemporáneo
    Autor:
    Fecha: 14/03/2012
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    Victoria Noorthoorn ha sido la curadora de la 11ª Bienal de Lyon (2011)- y auspiciada por Tenaris/Organización Techint.
    Los artistas que participaron de la Bienal, provenientes de diversas partes del mundo -Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Holanda, Irlanda, México, Perú, Polonia, Reino Unido, República Checa, Sudáfrica, Venezuela y Zimbabwe– exponen proyectos concebidos especialmente para los espacios de Proa u obras ya exhibidas el año pasado en la Bienal.

    La lista de artistas participantes en Aire de Lyon incluye a Gabriel Acevedo Velarde (Perú), Zbynek Baladrán (República Checa), Ernesto Ballesteros (Argentina), Eduardo Basualdo (Argentina), Erick Beltrán (México), Diego Bianchi (Argentina), Katinka Bock (Alemania), François Bucher (Colombia), Virginia Chihota (Zimbabwe), Lenora de Barros (Brasil), Augusto de Campos (Brasil), Marina De Caro (Argentina), Julien Discrit (Francia), Marlene Dumas (Sudáfrica), Aurélien Froment (Francia), Michel Huisman (Holanda),  Christoph Keller (Alemania), Irina Kirchuk (Argentina), Eva Kotátková (República Checa), Robert Kusmirowski (Polonia), Luciana Lamothe (Argentina), Guillaume Leblon (Francia), Christian Lhopital (Francia), Laura Lima (Brasil), Jorge Macchi (Argentina), Cildo Meireles (Brasil), Bernardo Ortiz (Colombia), Garrett Phelan (Irlanda), José Alejandro Restrepo (Colombia), Tracey Rose (Sudáfrica),  Alexander Schellow (Alemania), Javier Téllez (Venezuela), Erika Verzutti (Brasil), Kemang Wa Lehulere (Sudáfrica) y Judi Werthein (Argentina).

    Aire de Lyon permanecerá expuesta hasta el 17 de junio.
    La Biennale de Lyon
    Mondriaan Foundation
    Embajada de Francia en Argentina
    Institut Français
    Alianza Francesa
    Con el auspicio de Tenaris – Ternium Siderar - Organización Techint

     

     

    "Aire de Lyon".
    Curadora: Victoria Noorthoorn
    Inauguración: Sábado 17 de marzo de 2012. Hasta el 17 de junio



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  • Título: Aires de Lyon en Proa
    Autor: Alicia de Arteaga
    Fecha: 13/03/2012
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    A toda máquina, una nube de artistas, montajistas, técnicos y artesanos bajo la batuta de Victoria Noorthoorn cambian el paisaje de la Fundación Proa en la tórrida siesta de marzo. Todavía recuerdo cuando Cildo Meireles mostró los hilos que había encontrado en Brasil para tejer su eterna y sinuosa  Bruja con 3000 kilómetros de hilo negro (foto).  La travesía del  material textil para esa obra colosal  ha sido una verdadera epopeya, de esas que encara con enjundia Adriana Rosenberg, presidenta de Proa. En este país de fronteras cerradas es complicado crear una obra de arte para una muestra pública que durará tres meses y que enriquece de manera notable la oferta cultural.  Sin olvidar, y cito a CFK, que “la cultura es ante todo libertad”. Aires de Lyon se inaugura el sábado al mediodía en Proa con una selección de los trabajos expuestos en la 11° edición de la Bienal de Lyon, Francia. Hay fervor contemporáneo en el vecindario de Quinquela. Allí estaban trabajando en el montaje de sus obras Diego Bianchi (abajo) y Eduardo Basualdo. Instantáneas con Nikon Coolpix

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  • Título: Reflexión sobre la energía, la apuesta de Kusmirowski
    Autor:
    Fecha: 13/03/2012
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    Ver nota original (La Nación)

    Un escritorio metálico de la década del 70, antiguas luminarias urbanas, marcos de ventanas, cables y otros elementos eléctricos arrumbados en ferias de usados y corralones formarán parte de la instalación del artista polaco Robert Kusmirowski que integrará la muestra plástica Aire de Lyon, en la Fundación Proa, y que promete sorpresa y controversia.

    Será un homenaje a la creatividad y un espacio para reflexionar sobre el uso que cada uno puede darle al mismo invento. En este caso, la energía eléctrica y la posibilidad de observar desde tres ventanas distintos usos de la energía: desde un generador hasta una silla iluminada especialmente que, según la visión del espectador, puede tratarse de una silla eléctrica.

    Kusmirowski forma parte del grupo de 35 artistas plásticos de nuestro país y del exterior que exhibirán sus creaciones en Buenos Aires entre el próximo sábado y el 17 de junio, y que tuvieron muy buena repercusión en la 11a Bienal de Lyon, el año pasado, curada por la argentina Victoria Noorthoorn, que también cumple aquí el papel central de seleccionar y organizar la muestra.

    En la bienal de Lyon, que se desarrolló casi en simultáneo con la Bienal de Arte de Venecia, Kusmirowski sorprendió con una instalación para reflexionar sobre el plagio en la literatura. En Buenos Aires, redoblará la apuesta: la antología de la energía o cómo un acto creativo puede interpretarse según su observador.

    Mientras daba indicaciones a sus colaboradores sobre dónde ubicar tableros eléctricos, escritorio, paneles, lámparas de alumbrado público y otros elementos, que consiguió en el Ejército de Salvación, en Emaús y en Techint, Kusmirowski dialogó con La Nacion sobre su obra: "Quiero que sea una experiencia bella, no traumática. La instalación es el fetiche de lo visual".

    La instalación consta de tres partes y de tantas interpretaciones como personas la vean. Va desde la energía eléctrica como acto creativo individual hasta la reflexión sobre cómo se usa para bien o para mal, pasando por el concepto de uso colectivo.

    "La gente va a decidir qué mira y cómo mira", anticipó al comentar someramente qué se verá. Desde una primera ventana, la generación de electricidad. Desde una segunda ventana, un tablero eléctrico, un escritorio y cables aéreos; la sensación de servicio común. La tercera ventana, la única con vidrio translúcido, dependerá del espectador. Si aprieta una tecla, verá la forma de una silla sobre un pequeño escenario.

    ¿Una silla eléctrica? ¿La idea de que una creación puede ser al mismo tiempo excelente y perjudicial para el hombre? "La gente va a decidir si mira o no. Es probable que alguien crea que es una silla eléctrica. Otros pensarán otras cosas", desafió, al descartar que la obra haga referencia al pasado político argentino.

    "En todo caso, el uso de la electricidad como elemento para eliminar a los humanos comenzó durante la Segunda Guerra Mundial. Y no es potestad de ninguna nación en particular", argumentó Kusmirowski, quizás anticipándose al eventual revuelo que puede generar su obra.

    Siete artistas argentinos, entre quienes se destaca Jorge Macchi, participarán de la muestra Aire de Lyon, junto con pares de Francia (Julien Discrit, Aurèlien Froment, Guillaume Leblon y Christian Lhopital), Brasil (Lenora de Barros, Augusto de Campos, Erika Verzutti, Laura Lima y Cildo Meireles), República Checa (Zbynek Baladrán y Eva Kotátková), Sudáfrica (Marlene Dumas, Tracey Rose y Kemag Wa Lehulere), Alemania (Katinka Bock, Alexander Schellow y Christoph Keller), Venezuela (Javier Téllez), Holanda (Michel Huisman), Colombia (José Alejandro Restrepo, François Bucher y Bernardo Ortiz), Irlanda (Garret Pghelan), Perú (Gabriel Acevedo Velarde), México (Erick Beltrán) y Zimbabwe (Virginia Chihota).

    Los argentinos son Ernesto Ballesteros, Eduardo Basualdo, Diego Bianchim, Marina De Caro, Irina Kirchuk, Luciana Lamothe y Judi Werthein.



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  • Título: Aire de Lyon
    Autor:
    Fecha: 05/03/2012
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    Ver nota original (Galería Joan Prats)

    A partir del 17 de marzo, Fundación Proa presenta Aire de Lyon, una exhibición curada por Victoria Noorthoorn -curadora de la 11ª Bienal de Lyon (2011).

     



    Los artistas que participaron de la Bienal, provenientes de diversas partes del mundo -Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Holanda, Irlanda, México, Perú, Polonia, Reino Unido, República Checa, Sudáfrica, Venezuela y Zimbabwe– exponen proyectos concebidos especialmente para los espacios de Proa u obras ya exhibidas el año pasado en la Bienal.

    La lista de artistas participantes en Aire de Lyon incluye a Gabriel Acevedo Velarde (Perú), Zbynek Baladrán (República Checa), Ernesto Ballesteros (Argentina), Eduardo Basualdo (Argentina), Erick Beltrán (México), Diego Bianchi (Argentina), Katinka Bock (Alemania), François Bucher (Colombia), Virginia Chihota (Zimbabwe), Lenora de Barros (Brasil), Augusto de Campos (Brasil), Marina De Caro (Argentina), Julien Discrit (Francia), Marlene Dumas (Sudáfrica), Aurélien Froment (Francia), Michel Huisman (Holanda), Christoph Keller (Alemania), Irina Kirchuk (Argentina), Eva Kotátková (República Checa), Robert Kusmirowski (Polonia), Luciana Lamothe (Argentina), Guillaume Leblon (Francia), Christian Lhopital (Francia), Laura Lima (Brasil), Jorge Macchi (Argentina), Cildo Meireles (Brasil), Bernardo Ortiz (Colombia), Garrett Phelan (Irlanda), José Alejandro Restrepo (Colombia), Tracey Rose (Sudáfrica), Alexander Schellow (Alemania), Javier Téllez (Venezuela), Erika Verzutti (Brasil), Kemang Wa Lehulere (Sudáfrica) y Judi Werthein (Argentina).

    Aire de Lyon permanecerá expuesta hasta el 17 de marzo al 17 de junio, 2012
    Con el auspicio de La Biennale de Lyon
    www.proa.org
    www.galeriajoanprats.com
     

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  • Título: El largo ovillo de Cildo Meireles
    Autor:
    Fecha: 03/02/2012
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    Ver nota original (ADN / La Nación)

    El célebre artista conceptual brasileño Cildo Meireles recorrió días pasados las instalaciones de la Fundación Proa con dos ovillos de lana (uno marrón y otro negro) en una mano y un metro en la otra.Tomaba medidas, aunque falta todavía un mes y medio para que se abra al público la muestra en la que se verá su obra más conocida, La bruja. La instalación fue presentada por primera vez en 1981. Consiste en una escoba cuyo tejido extiende el artista con más de tres mil kilómetros de lana. Es una obra que cambia según la arquitectura de las galerías en las que es montada. En Proa estará desde el 17 de marzo.

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  • Título: Stronghold (2011).
    Autor: Carlos Gamerro
    Fecha: 01/01/2012
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    Ver nota original ( Escritores del mundo)

    A nivel del suelo, la habitación es inexpugnable. Hay una puerta de fierro, cerrada o condenada, e ínfimas hendijas a través de las cuales no se ve nada distinto: pero la vaga amalgama de luz y sombra que se percibe es ominosa y lúgubre. Las paredes son circulares, al parecer de hierro fundido (pero el que las toca percibe que se trata de madera pintada; como todo, esto también es teatro).

    Para ver en el interior hay que subir al piso superior. Desde allí, se aprecia una única habitación circular, revestida de bibliotecas curvas. En el centro hay una gran caldera, o salamandra gigante, rodeada por un enorme desorden de cajas y papeles semicarbonizados. Los libros que llenan los estantes alimentan esta caldera.

    Este dispositivo hubiera hecho las delicias del cura y el barbero: en una sola habitación, la biblioteca y la pira. La quema de los libros de don Quijote se hubiera realizado con mayor facilidad y eficiencia.

    Sobre todo por un detalle: los libros que llenan los anaqueles tienen los lomos vueltos hacia la pared. Así, el escrutinio se hace innecesario: como los prisioneros que entraban a las cámaras desnudos, estas víctimas también son despojadas de su identidad como condición previa al extermino.

    Stronghold es una obra del polaco Robert Kuśmirowski, nacido en Lodz en 1973, y se exhibió hasta el 31 de diciembre de 2011 en la Bienal de Lyon, curada por la argentina Victoria Noorthoorn. Robert Kuśmirowski vendrá a Buenos Aires en marzo 2012, en el marco de la muestra “Aire de Lyon” que, curada también por V.N., se realizará en Fundación PROA.

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  • Título: Consigna: encontrar la belleza que nace
    Autor: Ana Martínez Quijano
    Fecha: 27/12/2011
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    Ver nota original (Ámbito Financiero)

    La Fundación Proa exhibirá parte de la 11ª Bienal de Lyon, curada por Victoria Noorthoorn y signada por Yeats.

    Alcanzar la felicidad es el anhelo de todos, pero la expresión de este deseo se multiplica en los finales del año, cuando se cruzan saludos gentiles que auguran un feliz porvenir. Es verdad, no todos analizan el sentido de sus palabras, pero aquellos formados en la materia del arte y la estética, pueden encontrarle un significado especial a este anhelo de felicidad generalizado. Para comenzar, Stendhal entendía la belleza como una «promesa de felicidad». Luego, si bien este concepto cayó durante años en el olvido, la posmodernidad llegó con su invitación a estetizar la existencia y, de este modo, se silenciaron las voces de la autoritaria vanguardia que marginó lo bello durante décadas. La belleza, destronada, anhelada e, incluso, abusada, reapareció entonces en la escena del arte y, con ella, también regresó el recuerdo de aquella vieja promesa de felicidad.

    No obstante, los siempre cambiantes criterios de la belleza, que han variado desde considerarla una aspiración suprema del arte hasta despreciarla como un pecado, continúan siendo inestables.

    A fines del siglo XX y principios del XXI, varios teóricos del arte consideraron que el tema merecía una nueva reflexión, entre ellos, Hal Foster («Belleza compulsiva»), Umberto Eco («Historia de la belleza») y Arthur Danto («El abuso de la belleza»).

    En el territorio local y durante la década del 90, la belleza tuvo protagonismo incomparable, único en el campo artístico internacional. Este año, la 11° Bienal de Lyon, a cargo de la curadora Victoria Noorthoorn, ostenta como título un conocido verso de Yeats: «Una terrible belleza ha nacido». Entre los artistas de todo el mundo, como Fernando Bryce, John Cage, Marlene Dumas, Sarah Pierce, Cildo Meireles y José Restrepo, participaron de la Bienal que acaba de cerrar sus puertas, los argentinos Ernesto Ballesteros, Eduardo Basualdo, Diego Bianchi, Marina de Caro, Luciana Lamothe, Jorge Macchi y Judi Werthein.

    En marzo de 2012, Northoorn, fiel a sus orígenes argentinos y luego de una gestión celebrada por «Le Figaro» y otros medios de Francia, traerá gran parte de la megamuestra a la Fundación Proa.

    Para abordar el tema de la belleza la curadora, que consolidó su fortaleza en las vertientes más sensibles del arte, comienza por abrir camino a lo racional y también a lo irracional y, así cuestiona: «¿Porque es necesario reflexionar -una vez más- sobre la noción de lo bello? ¿Lo bello -según lo dicho por Rainer María Rilque- es siempre el principio del terror? ¿Hay algo bello que no sea terrible? ¿La emergencia de lo bello mitiga la dureza de la realidad o en realidad subraya e incrementa sus horrores?»

    La visión dramática del poema «Pascua» de Yeats, que trata sobre los héroes de un levantamiento en Irlanda y es una advertencia acerca de los corazones que acaban convertidos en piedra por sacrificarse tanto, es el rumbo elegido para la Bienal que llegará a la Fundación de La Boca.

    Los tiempos que corren han dejado atrás el conocido el texto de Charles Baudelaire, «El pintor de la vida moderna» y el capítulo que le dedica a «Lo bello, la moda y la felicidad», donde observa que a pesar de considerar a Stendhal «un espíritu impertinente, guasón, incluso repulsivo», se acerca a la verdad más que muchos otros al decir que «lo bello no es sino la promesa de la felicidad». Sin embargo, en la cuidada traducción española de la editorial Gallimard, se observa: «Baudelaire cita libremente las palabras de Stendhal en su Historia de la pintura en Italia, donde el autor dice: La belleza es la expresión de una cierta manera habitual de buscar la felicidad; las pasiones son la manera accidental».

    Danto sostiene que la belleza, a diferencia de otras cualidades estéticas, «es un valor», tiene ese estatus. Pero lo cierto es que la felicidad prometida por momentos se desvanece, como una ilusión.

    Hace seis años, en el libro recientemente reeditado por la editorial Prometeo, «Lo contrario de la infelicidad. Promesas estéticas y mutaciones políticas en el arte actual», el teórico argentino José Fernández Vega, se preguntaba si dicha promesa de felicidad no se habría revelado excesiva para nuestro tiempo. El texto plantea interrogantes imprescindibles acerca del futuro el arte, como la resistencia que ofrece a que lo inserten en el mundo de los productos, a que lo rebajen y lo pongan al servicio del entretenimiento y a que lo consideren como un mero consuelo existencial o un refugio de valor financiero.

    A modo de respuesta a ésta y otras preguntas Fernández Vega, dice: «En la época del fin de todas las cosas, el arte podría intentar, al menos, convertirse en lo contrario de la infelicidad». Luego cita al escritor W.G. Sebald, quien entiende que «la explicación de nuestra infelicidad personal y colectiva ofrece la experiencia de que, aunque sea a duras penas, puede lograrse todavía lo contrario de la infelicidad».

    El libro se abre luego como un abanico, se despliega con un profundo análisis sobre la autonomía del arte, o sobre la muerte anunciada por Hegel. Fernández Vega discute la posición de Danto que auguró el fin del arte, aclara que Hegel propiciaba la «contemplación reflexiva», que «jamás entregó un certificado de defunción literal», y niega que la supervivencia del arte esté condicionada a «convertirse él mismo en filosofía».

    «¿Vale la belleza por sí misma?», cuestiona Fernández Vega y recurre entonces a Kant, quien alegó que era «una forma que se justificaba en el goce subjetivo», un goce que el filósofo llamaba «desinteresado», ya que no estaba condicionado por lecciones moralizantes, ni contenidos cognitivos, ni por ventajas materiales o la utilidad.

    El texto del argentino recorre el pensamiento de Adorno, sus consideraciones sobre el placer y la política, y lo cita cuando sostiene que un arte bello sería aquel que «no se rinde de manera servil ante un público adiestrado por la industria cultural».

    La relación siempre «circunstancial» del arte actual con la belleza culmina con la argumentación acerca de «lo sublime para reemplazar a lo bello». Sublime es acaso la única palabra que permite hablar de arte de un modo que no es meramente descriptivo, es aquello que «excede toda medida de los sentidos».

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