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CHICKS en PROA, acortando las distancias

Por Cintia Mezza

Dicen que las relaciones a larga distancia nunca funcionan, y que la falta de contacto o comunicación, y la incertidumbre sobre el vínculo, son los fantasmas que acaban por devorarse las mejores intenciones. Pero esto pareciera no afectar a las relaciones entre… ¡historietistas! Desde 2008, Bas, Clara Lagos, Delius, Julia Homersham, Maartje Schalkx, Powerpaola y Sole Otero –siete mujeres historietistas de distintas partes del mundo–, integran el colectivo CHICKS ON COMICS que, mediante los recursos narrativos del comic contemporáneo, produce viñetas, diálogos, publicaciones y exhibiciones dibujadas, en diversas plataformas virtuales y redes sociales. 

Se autodefinen: “creamos un espacio de difusión y encuentro entre mujeres historietistas, y la ironía sobre cuestiones de género y el trabajo colectivo son los temas que llevamos al comic como sello del grupo”. Tienen un método: seleccionan temas y en “modo online” postean en sus redes incisivos dibujos, entre filosóficos y sensibles, capaces de hasta conversar en silencio (Silent Conversations es uno de sus formatos más famosos en la web). Se auto-retratan con frecuencia, son protagonistas de muchos de los dilemas que dibujan. Las invitan como expositoras y conferencistas en encuentros internacionales de historietistas y comiqueros, y ellas invitan a numerosas colegas a participar de sus proyectos, -verdaderas aliadas que se conocen en la web como las “Guest Chicks”-. Reflexionan constantemente, dentro y fuera de las viñetas, generando preguntas oraculares cuyas respuestas tienen un denominador común: el acto de “reunirse” a dibujar, ese lenguaje que, superando idiomas, se desplaza ágilmente del papel a la red y consigue acortar todas las distancias. 

Las CHICKS ON COMICS presentan en PROA trabajos inéditos, materializados esta vez sobre papeles, tela, impresiones en vinilo y animaciones, en escala de gran formato antes no exploradas. A partir de esta exhibición, PROA también acerca distancias entre públicos y artistas, activando, desde el espacio de la librería, un proyecto que orbita en el universo del libro, la ilustración, los fanzines, la historieta, el comic, y otras combinaciones interdisciplinarias en el nuevo territorio expandido del arte contemporáneo. Las obras de las CHICKS en PROA enfocan precisamente en la pregunta por “el arte”. Por un lado, cómo se relaciona cada una con las disciplinas artísticas y los diversos lenguajes contemporáneos, y al mismo tiempo, rastreando en la historia el lugar de las mujeres en el medio artístico. Sus respuestas -siempre dibujadas-, cuentan con una esperada dosis de diálogo agudo, humor absurdo e ironía; e incluso interpelan, en esta ocasión, a los visitantes que se acercan, ya no mediados por la web, sino cara a cara con las obras.

La gran familia historietística

Judith Gociol

Nadie nace de un repollo. 
Las CHICKS ON COMICS lo saben. 
Por eso, generosas y agradecidas con sus abuelas-tías-hermanas-hijas gráficas, trazaron esta otra genealogía, reivindicatoria de las parientas relegadas del relato de la gran familia historietística nacional.

Por lo menos durante cuarenta años, guionistas y dibujantes quedaron opacadas tras seudónimos, trabajos compartidos o sin firma, y estilos que emulaban los caminos ya transitados por una producción mayoritariamente masculina. Entre fines de los años 70 y la década de 1980, la presencia de las mujeres tomó otro cuerpo, no solo por la cantidad de dibujantes que se sumaron a trabajar sino por la disrupción que provocaron en las representaciones gráficas de lo femenino. 

Hasta entonces la comicidad estaba apoyada en una característica excepcional (las protagonistas eran demasiado modernas, o no paraban de comer, o aparecían como diosas de una belleza y un erotismo imposibles, o devenían en superheroínas…), y si no eran anzuelos seductores para el lector, la contracara resultó el arquetipo tradicional de tono melodramático arrastrado de los viejos folletines y de las telenovelas. Novias, esposas, madres, hijas, secretarias y otras partenaires ideadas por varones que asumían las fantasías de los modelos socialmente deseados o temidos.

Las nuevas protagonistas, en cambio, fueron mostradas en tiras y cuadritos con la complejidad que implica ser “comunes y corrientes” y la heroicidad desplegada en la aventura cotidiana. Sinceras, autocríticas y culposas, resultaron herederas del feminismo, un movimiento que las liberó de muchas ataduras pero, a la vez, las obligó a lidiar con demasiados frentes a la vez.

A partir de los 2000, esta vertiente queda inscripta en lo que se llama “historieta autobiográfica”. Un marco contenedor del cual CHICKS ON COMICS han dado un valioso salto antes de que se les volviera un corsé. Siguen contando su aldea, claro, pero apuestan también a contar el mundo. 

Es un momento clave en esta genealogía que parece ya haber superado los cuadritos estancos de los inicios: los varones empiezan a dibujar pañales y a narrar los avatares domésticos mientras las mujeres entran y salen de la casa.