Información de Prensa
Press kit con link de descarga fotos MANIFESTO de Julian Rosefeldt
Prensa Publicada
Muestras internacionales y grandes artistas locales coinciden en estos días: lo que hay que ver.
Joan Miró. En el Museo Nacional de Bellas Artes. /EFE
de Clarín
los videos más vistos
Por estos días, los museos de Buenos Aires ofrecen muestras y obras de calidad internacional y relevancia histórica, en colaboración con instituciones como el Reina Sofía de España y la Fundación Cartier de París.
Estas son algunas de las alternativas que es posible visitar:
La megamuestra “Les visitants”
Les visitants. Una muestra de muestras /dpa
En un recorrido laberíntico que gana el sexto y séptimo pisos del CCK se exhibe la colección de la Fundación Cartier de París, que intervino el artista Guillermo Kuitca: Les Visitants es, en rigor, una formidable muestra que el pintor argentino -una de las figuras del arte latinoamericano- creó para esta casa fundada en 1984.
La muestra acaba de inaugurar y se prolongará durante seis meses. Su originalidad reside en que reúne un total de 500 piezas de 22 artistas internacionales, desde el cineasta y artista plástico David Lynch a la directora de cine belga Agnès Varda, incorporando a la poeta y cantante estadounidense Patti Smith, así como a los fotógrafos Wolfgang Tillmans y Nobuyoshi Araki, que se ven por primera vez en la Argentina.
Kuitca ambientó una instalación inspirada en un cuadro del estadounidense David Lynch que le impactó especialmente –la obra se titula David’s Lynch Room Revisited- y cohabita con otros dibujos y cuadros del cineasta y creador norteamericano. Incluso hay obras que no pertenecían a la maison Cartier y Kuitca incorporó para ampliar la trama de sentidos, entre ellas Urutu (1928) de la de la paulista Tarsila do Amaral o Head (Man in Blue), del británico Francis Bacon; en proximidad con proyecciones y videoinstalaciones de artistas como Tony Oursler, Agnès Varda, Artavazd Pelechian, James Coleman, Raymond Depardon, entre otros. La puesta se completa con la proyección de la película Les Habitants (1970), de Pelechian, que se repite en continuado. En Sarmiento 151, de miércoles a domingos y feriados, de 13 a 20. Gratis.
Joan Miró en Bellas Artes
Colores. Joan Miró en Bellas Artes. /EFE
La exposición del genio catalán se abre como un enigma: colores y formas que sorprenden. Miró: la experiencia de mirar reúne 50 obras del artista: 18 pinturas, 6 dibujos, 26 esculturas y dos filmes con su propia palabra.
Se trata de la producción de sus últimos años -son trabajos que hizo entre 1963 y 1983 en su casa-taller de Mallorca, en los que creó sus obras más rupturistas, después de someterse a un proceso de definitiva introspección. En este sentido, la muestra puede leerse como la síntesis o el epílogo de la carrera de uno de los referentes del arte del siglo XX.
En el Museo Nacional de Bellas Artes, Av. del Libertador 1473, de martes a viernes, de 11 a 20; sábados y domingos, de 10 a 20. Gratis.
“Manifiesto”, en Proa
Audaz. Cate Blanchett, en Manifiesto
En el edificio emplazado en la Boca, a metros de Caminito, se presenta un collage de 50 manifiestos del siglo XX con el que Julian Rosefeldt cuestiona el rol del arte. Valiéndose de la enorme ductilidad de Cate Blanchett -capaz de componer a una enérgica coreógrafa, una punk extraviada, una periodista de televisión o una dulce maestra de escuela-, el cineasta desliza estasuperposición de fragmentos de manifiestos históricos. El proyecto no se limita al contenido de los textos: hurga en el potencial expresivo del cuerpo.
En Pedro de Mendoza 1929, de martes a domingos de 11 a 19. Entrada: $50; estudiantes, $30; jubilados, $20.
Eduardo Mac Entyre, en MACBA
Eduardo Mac Entyre, Mandala rojo, 1969
El Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires presenta Eduardo Mac Entyre. Sutilezas de la línea, exposición curada por Cristina Rossi que permitirá recorrer las transformaciones de la línea en su obra no figurativa. El guión curatorial reúne pinturas, cajas cinéticas, obras modulares y en papel.
Internacionalmente reconocido, el artista argentino cultivó diferentes líneas de expresión, tanto la abstracción como las posibilidades de la representación figurativa, a través de la explotación de todos los recursos plásticos disponibles.
En San Juan 328, de lunes a viernes de 11 a 19; sábados y domingos de 11 a 19.30. Martes cerrado. Entrada: $60. Miércoles: estudiantes, docentes y jubilados: sin cargo.
Diez maneras de mirar la ciudad
Claudio Larrea, Morfeo
Una exposición sobre Buenos Aires con la obra de diez fotógrafos de distintas generaciones, estilos y puntos de vista.
Se trata de un cruce de miradas que es a la vez testimonio y celebración de un lugar.
Ellos son: Horacio Coppola, Guido Chouela, Sara Facio, Alberto Goldestein, Nacho Iasparra, Claudio Larrea, Sammer Makarius, Gian Paolo Minelli, Harry Grant Olds y Grete Stern.
En Galería Jorge Mara -La Ruche, Paraná 1133, de lunes a viernes de 11 a 13.30 y 15 a 19.30; sábados 11 a 13.30.
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta Manifesto de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
Manifesto despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
Manifesto fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
Julian Rosefeldt (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Martes a Domingo
De 11h a 19h
Manifesto, Julian Rosefeldt’s film project that aspires to historical grandeur, landed in Buenos Aires as an overconstructed exhibition at Fundación Proa. Three rooms host twelve films starring Cate Blanchett, who performs a kind of textual survey of the twentieth-century avant-garde.
The actor, playing such diverse characters as a firm’s CEO, a news reporter and a stockbroker, recites the seminal texts of various art movements. The screenplay allows for small affinities in the coupling of character and text: Marinetti’s accelerationist emphasis and a financial employee; the Russian avant-garde and a scientist who finds, in a research complex, a black rectangular object. For the texts of Bruno Taut, Antonio Sant’Elia and Robert Venturi, Blanchett is a worker in a trash-incinerating facility, hinting at relationships between architecture, economic growth and environmental sustainability. With remarkable precision, the actor brings an emotional range to disparate artistic ideas, conveying in turn authority (a fancy choreographer), warmth (a first-grade teacher) and exaltation (a young punk lady in a bar).
Character development, nevertheless, gives way to synchronized lecturing via the primerisimo plano of Blanchett’s face and her simultaneous reciting, on all the screens, of discourses that can have an authoritarian undertone. This climatic synchronization shifts the viewer’s attention from the individual films to what occurs in the entirety of the room.
It’s a bit off-putting that Proa’s show doesn’t end with Rosefeldt’s work. A subtle pedagogical quality is already embedded in the virtues of Manifesto (the viewer, in a specific moment, confronts six of Blanchett’s giant faces reciting texts fundamental to the Western art canon) but, in addition to the films, the institution filled an extra floor with information (photos and texts) further explaining the characters, their manifestos and, more generally, what the avant-gardes of the past century were. It is a gesture more akin to the anti-avant-garde wooden donkey Bertold Brecht kept on his desktop with the famous lemma: “Even I must understand it.” Or at least, be lectured.
by Claudio Iglesias
24 AGO
al
29 OCT
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Olga Cossettini 141 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Se presentan obras de dos series: Madrid 1 y Madrid 2, estampadas entre 2013 y 2016 en los talleres de Benveniste Contemporary en Madrid.
Cierra 29.10.2017 Entrada $ 80.- Mie $ 40.-
04 AGO
al
30 OCT
Uruguay 967 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Cierra 30.10.2017 Entrada libre y gratuita
17 AGO
al
30 OCT
MAMBA - Museo de Arte Moderno de Buenos Aires
Av. San Juan 350 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Retrospectiva de Liliana Maresca (1951-1994), con obras inéditas relacionadas con sus proyectos colectivos Una Bufanda para la ciudad, Lavarte, La Kermesse y La Conquista.
Cierra 30.10.2017
14 AGO
al
31 OCT
Av. Santa Fe 1452 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Cierra 31.10.2017 Entrada libre y gratuita
27 SEP
al
04 NOV
Juan Ramírez de Velasco 1287 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Chiachio & Giannone
Cierra 04.11.2017 Entrada libre y gratuita
26 SEP
al
04 NOV
Loyola 32 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Leila Tschopp
Curador Hernán Borisonik / Bailarina invitada: Josefina Zuain
Cierra 04.11.2017 Entrada libre y gratuita
26 AGO
al
05 NOV
Av. Pedro de Mendoza 1929 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Instalación audiovisual de 13 videos interpretados por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cierra 05.11.2017
24 AGO
al
29 OCT
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Olga Cossettini 141 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Se presentan obras de dos series: Madrid 1 y Madrid 2, estampadas entre 2013 y 2016 en los talleres de Benveniste Contemporary en Madrid.
Cierra 29.10.2017 Entrada $ 80.- Mie $ 40.-
04 AGO
al
30 OCT
Uruguay 967 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Cierra 30.10.2017 Entrada libre y gratuita
17 AGO
al
30 OCT
MAMBA - Museo de Arte Moderno de Buenos Aires
Av. San Juan 350 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Retrospectiva de Liliana Maresca (1951-1994), con obras inéditas relacionadas con sus proyectos colectivos Una Bufanda para la ciudad, Lavarte, La Kermesse y La Conquista.
Cierra 30.10.2017
14 AGO
al
31 OCT
Av. Santa Fe 1452 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Cierra 31.10.2017 Entrada libre y gratuita
27 SEP
al
04 NOV
Juan Ramírez de Velasco 1287 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Chiachio & Giannone
Cierra 04.11.2017 Entrada libre y gratuita
26 SEP
al
04 NOV
Loyola 32 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Leila Tschopp
Curador Hernán Borisonik / Bailarina invitada: Josefina Zuain
Cierra 04.11.2017 Entrada libre y gratuita
26 AGO
al
05 NOV
Av. Pedro de Mendoza 1929 |
[mapa]
C.A.B.A. | Argentina
Instalación audiovisual de 13 videos interpretados por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cierra 05.11.2017
Blanchett. Desde la videoinstalación, la extraordinaria actriz le da rostro y voz a los Manifiestos.
Julian Rosefeldt (Munich,1965), fotógrafo, videasta, artista plástico, es el autor de Manifesto, instalación fílmica que se exhibe en Proa (Pedro de Mendoza 1929) y a la que debe dedicarse al menos dos horas para recorrer sus 13 pantallas en las que Cate Blanchett domina la escena.
El título se refiere a los manifiestos que, entre 1848 y 2002, realizaron filósofos, artistas, poetas, escritores, arquitectos, cineastas. Está el de Arquitectura con extractos de famosos arquitectos de diferentes épocas; por ejemplo, en 1914 Antonio Sant'Elía decía "no somos los hombres de las catedrales, de los palacios. Somos los de los grandes hoteles. Hagamos volar por los aires los monumentos, hundamos las calles y las plazas".
Blanchett hace el papel de una trabajadora en planta incineradora de basura en esas construcciones industriales y zonas sin alma. El Futurismo, entre 1909 y 1913, con Marinetti, Boccioni y Apollinaire, que argumentaban "destruiremos el culto al pasado, la obsesión con lo antiguo, la pedantería. Queremos liberar a nuestro país de innumerables museos que lo cubren como cementerios". Blanchett, como corredora de bolsa, como madre conservadora con esposo e hijos a la mesa, el rezo antes de comer recita: "Estoy a favor de un arte que sea político, erótico, místico, que haga algo distinto a estar sentado sobre su culo en un museo" (1961) de Claes Oldemburg que remite al Pop Art.
Blanchett como maestra y algunos manifiestos sobre el cine de Lars Von Trier (1995), Werner Herzog (1999), Jim Jarmusch (2002), que entre sus ideas está aquello de "nada es original, devoren películas viejas, nuevas, música, libros, elijan para robar sólo cosas que les hablen directamente al alma". No podían faltar los famosos manifiestos del Suprematismo/Constructivismo: Naum Gabo, Anton Pevsner, Kazimir Malevich, Rodchenko, entre 1916 y 1920. Blanchett como científica, como CEO en fiesta privada en relación con la época de gran espiritualidad de Kandinsky. "En lugar de hacer catedrales de Cristo, "la vida" o el hombre, las hacemos de nosotros mismos, de nuestros propios sentimientos, Barnett Newman (1948) y "¡Los pobres son animales detestables y los ricos son aburridos!", de Wyndham Lewis en su Manifiesto de 1914. Un recorrido por el Vorticismo, El Jinete Azul, el Expresionismo Abstracto. Arte Conceptual, Minimalismo, Cate Blanchett como presentadora de noticias, como punk tatuada y el Estridentismo/Creacionismo como vagabundo, en los que se menciona a Lucio Fontana y su Manifiesto Blanco (1946), a Guy Debord y el Manifiesto de la Internacional Situacionista (1960) entre otros. Y así, como coreógrafa, como coleccionista, como titiritera, científica o viuda en un funeral.
Pero no es que la actriz discursee o repita cada uno de estos manifiestos; son fragmentos y cada tanto en las pantallas simultáneamente se la ve y escucha pronunciando una suerte de letanía. Actuación extraordinaria, el cuerpo y la voz de la intérprete se transforman para brindar un compendio de reflexiones, cuestionamientos artísticos, políticos, las utopías que iban a cambiar el mundo, un verdadero banquete visual y auditivo.
(Clausura el 5 de noviembre. Martes a Domingos de 11 a 19).
Hasta el 5 de noviembre en Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929 – CABA) puede visitarse la video instalación “Manifesto” de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
En la muestra Manifesto, una versátil Blanchett interpreta 13 personajes distintos que evocan fragmentos de manifiestos (en su mayoría artísticos) elaborados a lo largo de la historia, pero a través de la representación de figuras estereotípicas, situadas en el presente, colocadas en escenarios descontextualizados de las producciones de los originales.
Se trata de una novedosa realización en la que el director compila una selección de fragmentos de manifiestos elaborados en distintas épocas, enunciados en contextos diversos, en simultáneo, con una duración de alrededor de 10 minutos cada uno, en los que cada uno, y juntos en su totalidad, construyen un relato propio.
Cada una de las pantallas está dedicada a un movimiento artístico determinado, cuyo “guión” está elaborado con fragmentos de los distintos escritos interpretados por la actriz, como si se tratara de un diálogo cotidiano, en la piel de distintos personajes.
Contemplada en su totalidad, pero también como cada pieza por separado, la obra y puesta que propone el director es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
Una mecha encendida y fragmentos del Manifiesto Comunista dan comienzo al recorrido, que atraviesa a una corredora de bolsa enunciando fragmentos de los manifiestos futuristas, una trabajadora de una planta incineradora de basura reflexiona, como en un trance, sobre los manifiestos de la arquitectura y la construcción, una maestra le enseña a sus pequeños alumnos que “nada es original”, a través de los escritos de Werner Herzog y Jim Jarmusch, una excéntrica coreógrafa le indica a su compañía los pasos a seguir al grito de “Fluxus!”, una viuda entierra a la vieja concepción del arte y la humanidad, en su discurso dadaísta, y una conductora de noticias entrevista a su corresponsal con preguntas sobre el arte conceptual.
Además de las excelentes interpretaciones y la magistralidad con la que están ensamblados los fragmentos, es igual de impactante el trabajo estético y fotográfico de cada una de las puestas, en las que recursos como la las cámaras lentas juegan con los conceptos de velocidad y generan contrapuntos, los escenarios surrealistas se tensan con la enunciación sobre el minimalismo, y las metáforas encuentran perfecto correlato con las imágenes y su significación.
El sonido de cada “corto”, en simultáneo y cercano en cada una de las pantallas, invita a focalizar la atención sobre lo que se está mirando y escuchando, en lo que al principio parece ser un bullicio difícil de fragmentar en la atención, pero que luego encuentra anclaje y ritmo, y por momentos, consonancia.
Una muestra que propone un recorrido y una apreciación obligada en cada una de las pantallas, para entender y ensamblar conceptos, repensar y reactualizar el valor de cada uno de estos Manifiestos gracias a los cuales, y a través de su trabajo, crea uno, quizá apropiado para ésta época.
Sobre Julián Rosefeldt
En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Para más información, dirigirse a la web: http://www.proa.org
Apdh. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Rosario (Apdh) organiza mañana, martes 3, el séptimo encuentro de formación en la temática, bajo el tópico "Los Derechos Humanos, hoy. Testimonios e identidades". La actividad comenzará a las 17 y tendrá lugar en el aula 8 de la Facultad de Humanidades y Artes, de Entre Ríos 758, y contará con la presencia de Verónica Gauseño y de Mario Navarro, el nieto recuperado 119º.
Seguro. El Sindicato del Seguro de Rosario informa que el Día del Trabajador de ese sector se trasladó al lunes 23 de octubre por decisión del secretariado nacional del gremio. En ese marco, en dicha jornada no habrá atención tanto en la obra social como en la sede del gremio, tanto en Rosario como en el resto del país. Asimismo, desde el sector gremial se ha pedido a todas las cámaras aseguradoras que se adopte similar proceder, lo cual desde el sector empresario se ha dejado en libertad de criterio de cada empresa la decisión a tomar.
Jubilado. El Sindicato del Seguro informa que están disponibles las tarjetas para el festejo anual del Día del Jubilado que se realizará el 4 de noviembre en el predio del gremio ubicado en Pueblo Esther. Para más datos, preguntar en Calle Mitre 848, o a los teléfonos 4409896 y 4248177, de lunes a viernes de 10 a 18.
Escolar. El sindicato UPCN provincial informa que está abierta la inscripción para ayuda escolar. El trámite es on line. Se entregarán gratis zapatillas, útiles escolares y equipos de gimnasia. Los pasos a seguir son los siguientes: ingresar a www.upcnsfe.com.ar y hacer clic en en el Banner Ayuda Escolar, allí se completa y envía el formulario.
Cultural. La Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR (COAD) realizará un viaje de Turismo Cultural a Buenos Aires el sábado 28 de octubre para visitar en la Fundación PROA y la muestra Manifiesto de Julian Rosefeldt. Luego se hará un recorrido por el Parque de la Memoria con visita guiada y se asistirá a un espectáculo teatral. Para más datos comunicarse al 156-799500.
Fiesta. El Sindicato Químico de San Lorenzo firmó un convenio para el uso de salones de fiesta del gremio de Aceiteros de San Lorenzo. Estos espacios están en Timbues, Puerto General San Martín y San Lorenzo y cuentan con la última tecnología. También se sumo a la firma del Convenio el Sindicato Petroquimico (SOEPU).
Transporte. La Asociación de Transportistas Especiales de Santa Fe (Atraes) brinda asesoramiento sobre nuevos convenios. Para más datos comunicarse vía facebook www.facebook.com/transportitasespeciales, por mail en atraes.santafe@gmail.como al teléfono 155-699118.
Vladimir Ilich Lenin, arenga a la multitud. Debajo de la tarima, observa León Trotsky. Una imagen icónica de la Revolución Rusa de 1917
Este octubre a punto de empezar nos traerá múltiples evocaciones del centenario de la revolución rusa de 1917. Sus impactos en la Argentina, que fueron inmediatos y perdurables, como lo cuenta Hernán Camarero en su libro Tiempos Rojos (Sudamericana), incluyeron adhesiones y respaldos súbitos y apasionados al mismo tiempo que prevenciones y rechazos. Las izquierdas –socialistas, comunistas, anarquistas- animarán las luchas sociales y mentarán revoluciones, desde su organizaciones gremiales y políticas, pero estarán lejos de acceder al poder. Las derechas –conservadores, nacionalistas, populistas- alentarán golpes de Estado –a los que también llamarán “revoluciones”- y serán, de hecho, las que tomarán en nuestro país el Palacio de Invierno, siempre con el fantasma o el pretexto de la “amenaza comunista”. En esos cruces extraños, la dictadura más anticomunista y pro-occidental de nuestra historia terminó, 60 años más tarde, acudiendo a la Unión Soviética a la hora de comerciar, eludir las sanciones de los EE.UU. por las violaciones a los derechos humanos o emprender en soledad la recuperación de las Malvinas.
Manifiestos y anticipaciones
La magnífica muestra Manifesto, del artista alemán Julian Rosefeldt con participación estelar de Cate Blanchett, que se presenta hasta noviembre en Proa, arranca con la célebre cita del Manifiesto comunista de Marx y Engels, de 1848: “Todo lo sólido se desvanece en el aire”. Una anticipación de las revoluciones y represiones que signarían el siglo veinte. Pero también, de su dilución en los tiempos posmodernos. Como señala Jorge Saborido en “1917:la Revolución Rusa cien años después” (Eudeba), la Revolución de Octubre puso en primer plano cuestiones relativas a la conciliación entre justicia, igualdad y libertad que son todavía hoy relevantes, “aunque las respuestas dadas por los bolcheviques fueran trágicamente equivocadas”.
Hoy sábado 30 de septiembre, uno de los más tradicionales y pintorescos barrios porteños está de cumpleaños.
La Boca festeja su 147° aniversario y para ello organiza una fiesta popular en la cual participan los vecinos y más de 60 organizaciones de La Boca.
Junto al Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, que volvió a funcionar luego de 57 años de inactividad, se han de escuchar distintas propuestas musicales, murgas boquenses, comparsas, bandas y solistas.
A continuación les brindamos la actividades y propuestas previstas para el festejo:
Propuestas musciales
Actividades
Actividades extra
Espacios educativos
Fuente: Gobierno de la Ciudad
EPA 29 SEPTIEMBRE, 2017 CONCURSOS Y CONVOCATORIAS
Infohasta el 5 de noviembre –
en Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929 CABA –
martes a domingos de 11 a 19 hs –
entrada general $ 50.-
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad. Fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
Con inspiración en un collage de manifiestos que se acoplan a imágenes concebidas con gran belleza, esta gran instalación del artista alemán, nos sumerge en un sistema de pantallas coordinadas que consigue atraparnos y hacernos deambular a la vez.
Toda la planta baja de la Fundación Proa se ocupa con un sistema de pantallas algunas colgadas en la pared, otras dobles, desde donde se narran pequeñas historias protagonizadas por la actriz australiana Cate Blanchet, cuya ductilidad expresiva y su capacidad para interpretar personajes la hace socia inevitable de este proyecto. Julian Rosenfeldt explora las posibilidades del discurso vertido en las vanguardias de la primera mitad del siglo XX sobre todo, logrando una especie de manifiesto de los manifiestos. En esta serie de 12 relatos que fueron filmados en sólo 14 días en Berlín, se percibe la elaboración minuciosa de su autor, fascinado por la belleza de los textos de los manifiestos de artistas, poetas, arquitectos, coreógrafa y cineasta, que opera sobre los mismos para que puedan ser dichos en un momento como coro magistralmente coordinado, donde Blanchet en todas sus variaciones interpretativas, nos interpela a pantalla completa y a viva voz.
La secuencia tiene un prólogo donde no existe otro personaje que una mecha que se enciende, como símbolo de todo un recorrido que hará luego este formato declarativo cuya fuerza se basa en producir, provocar y sostener que algo debe cambiar a partir de ese texto. El autor contó en un reportaje que incluyó al Manifiesto Comunista “porque para mí –además de los Diez Mandamientos y las Tesis de Lutero– es algo así como la madre de todos los manifiestos.” De hecho, la fraseTodo lo sólido se desvanece en el aireconsiguió ser percibida como una traza que delimitaba un tiempo de otro nuevo.
La belleza de los conceptos, de la poesía de esos textos condujo a Rosenfeldt a reparar en sus semejanzas, no sólo discursivas, sino también porque la mayoría fueron formulados por jóvenes en un momento trascendente de sus vidas donde abandonan el nido familiar para hacer su vida. “Estas ideas comunes eran transmitidas con una energía increíble – una energía muy joven y salvaje” comentó el artista. Pero más allá de su plan de producción, lo que hace todavía más interesante su trabajo, es corroborar cierta incongruencia del personaje que encarna la actriz y el correlato de su discurso. Por narrar sólo una, en el segmento del POP ART encarnado por una madre conservadora presidiendo la mesa familiar, que recita el texto de Claes Oldenburg Estoy a favor de un arte..., 1961 y dice cosas como: “Estoy a favor de un arte que sea político, erótico, místico, que haga algo distinto a estar sentado sobre su culo en un museo. Estoy a favor de un arte que crezca sin saber siquiera qué es arte. Estoy a favor de un arte que se embrolle con la mierda del día a día e igual salga ganando.”
También merece un comentario el increíble relato donde Cate es tanto una presentadora del tiempo como la conductora de un noticiero, donde se intercambian ideas del conceptualismo del artista Sol Lewitt, junto al discurso anti originalidad de la artista estadounidense Elaine Sturtevant, fallecida en 2014 a los 89 años, quien dedicó cinco décadas a 'clonar' con levísimas diferencias cuadros de otros artistas, más el minimalismo de Adrian Piper, para jugar con la ficcionalidad del discurso televisivo que se revela en un momento donde el viento es producido por un ventilador y la lluvia por un sistema que la imita. En el intercambio entre los dos personajes se dicen cosas como “Todo el arte contemporáneo es falso, no porque sea una copia, apropiación, simulacro o imitación, sino porque carece del empuje crucial del poder, tripas y pasión. Todo en el hombre es una falsificación. Todo en el hombre es falso. No solo porque haga trampa y mienta con una facilidad encantadora y odie y mate con una velocidad determinada, sino también porque la nueva forma cibernética del hombre es el Hombre cual Dios.”
La viuda en el funeral que declama al poeta Tristán Tzara: “Yo estoy contra los sistemas: el único sistema todavía aceptable es el de no tener sistemas”; la coreógrafa exigente de un grupo de bailarinas que fuma y declama a otra coreógrafa, Yvonne Rainer “No al espectáculo. No al virtuosismo. No a las transformaciones y las ficciones. No al glamour y la trascendencia de las estrellas. No al estilo” mientras ella misma es un estilo bien determinado. O la titiritera que, rodeada de muchos personajes históricos reconocibles, toma a su propio doble y le dice entre otras cosas un segmento de Breton: “La existencia está en otro lado”.
Potente y maravillosa, esta muestra que ha recorrido otros espacios expositivos desde 2016 en Stuttgart, New York; Duisburg, Sydney y Berlin, está destinada a ser valorada desde la reflexión, la actualidad del texto, la proyección sobre el presente cargados de imágenes y el planteo sobre el futuro que algunos nos han ayudado a pensar. Como sostiene Rosenfeldt: “Los artistas, tanto como los escritores, los filósofos y los científicos, siempre fueron quienes, con sus pensamientos y ensayos, se atrevieron a formular algo cuya evidencia todavía debía ser demostrada.”
Ecología. Hoy, a las 20, en el Ciclo de Ecología que coordina el periodista Sergio Rinaldi en el Centro Cultural Fontanarrosa (San Martín y San Juan), se presentará el documental "En defensa propia, 10 años de la campaña Paren de Fumigarnos". Estarán presentes Carlos Manessi del "Centro Protección a la Naturaleza" y el director del documental, el periodista santafesino Ricardo Serruya. Entrada libre y gratuita.
Acceso. En el ciclo "Los derechos humanos hoy", encuentros semanales de formación, mañana, a las 17, en el aula 8 de la Facultad de Humanidades y Artes (Entre Ríos 758), se abordará el tema "Acceso a la Justicia y a la Salud. Reflexiones sobre acompañamiento en los jucios de lesa humanidad", con la participación de Mario López, de APDH, el fiscal federal Gonzalo Stara y el psicólogo Fernando Gómez.
Hambre. El próximo sábado, a las 14, en la Plaza del Che (Laprida y 27 de febrero) se realizará Una Noche sin hambre, recital de rock organizado por bandas rosarinas para recolectar alimentos no Perecederos para donarlos a personas en situación de calle. Actuarán las bandas Viceversa, Citrus Lex, Convertidos del Sistema, Los Hombres Huecos, Cultura Violenta, Voser, Chaman Chamanix, Los Otros, EtiliKo, Doctor Stimpy y Culto de Monos.
Jubilado. El Sindicato del Seguro informa que están disponibles las tarjetas para el festejo anual del Día del Jubilado que se realizará el 4 de noviembre en el predio del gremio ubicado en Pueblo Esther. Para más datos, preguntar en Calle Mitre 848, o a los teléfonos 4409896 y 4248177, de lunes a viernes de 10 a 18.
Transporte. La Asociación de Transportistas Especiales de Santa Fe (Atraes) brinda asesoramiento sobre nuevos convenios. Para más datos comunicarse vía facebook www.facebook.com/transportitasespeciales, por mail en atraes.santafe@gmail.como al teléfono 155-699118.
Escolar. El sindicato UPCN provincial informa que está abierta la inscripción para ayuda escolar. El trámite es on line. Se entregarán gratis zapatillas, útiles escolares y equipos de gimnasia. Los pasos a seguir son los siguientes: ingresar a www.upcnsfe.com.ar y hacer clic en en el Banner Ayuda Escolar, allí se completa y envía el formulario.
Cultural. La Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR (COAD) realizará un viaje de Turismo Cultural a Buenos Aires el sábado 28 de octubre para visitar en la Fundación PROA y la muestra Manifiesto de Julian Rosefeldt. Para más datos comunicarse al 156-799500.
Fragmentos de conocidos cineastas son una especie de epílogo en la última escena de Manifiesto, la muestra de Julian Rosefeldt que se exhibe actualmente en la Fundación PROA.
Allí Cate Blanchett le dice a sus alumnos “mañana comenzaremos juntos la construcción de una nueva ciudad”.
En la vorágine de la organización del Programa ANIDAR – Arquitectura y Niñez, otras miradas y pensamientos confluyen y nos dicen que éste es el camino.
¿Cuántos colores hay en un campo de hierba para el bebé que gatea inconsciente del “verde”? ¿Cuántos arcoíris puede crear la luz para el ojo instruido? ¿Cuán atento a las variaciones de las ondas de calor puede estar ese ojo? Imaginen un mundo vivo con objetos incomprensibles y reluciente con la variedad infinita de movimiento e innumerables variaciones de color. Imaginen un mundo antes de ‘en el principio era el verbo’. Permitan que la así llamada alucinación entre al reino de la percepción, acepten las visiones en sueños, las ensoñaciones diurnas y los sueños nocturnos. No es necesario que el ojo de la mente perezca después de la infancia.
Stan Brakhage, Metáforas sobre la visión, 1963
Capítulo ‘Cine’ de la muestra MANIFIESTO de Julian Rosefeldt
Fundación PROA > http://www.proa.org/esp/exhibicion-proa-manifesto-de-julian-rosenfeldt-presentacion.php
En el marco de la muestra MANIFESTO de Julián Rosefeldt, protagonizada por Cate Blanchett se lanzó el programa de Artistas y Críticos todos los sábados a las 17 hs. en la Fundación Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929.
La exhibición exige nuevas propuestas de diálogo y de invitados.
Ya fueron de la partida el director y dramaturgo Alfredo Arias, el curador e investigador Rodrigo Alonso, y este sábado 23 le toca la actriz y escritora Maruja Bustamante quien reflexionará sobre los elementos performáticos presentes en MANIFESTO y su puesta en escena, principalmente los elementos teatrales que desarrolla esta obra.
Para cerrar el mes de septiembre, el sábado 30 la recorrida será con el historiador Rafael Cippolini.
MARUJA BUSTAMANTE es actriz, performer y directora. Escribe teatro. Participó en más de 40 obras en los últimos 15 años alternando los roles.
Entre sus obras más destacadas se encuentran: Adela está cazando patos, Mayoría, Paraná Porá, Trabajo para Lobos y Dios tenía algo guardado para nosotros. Co-escribió con otros 7 dramaturgos la ópera Mentir, sobre Ada Falcón con coordinación de Alejandro Tantanián.
Estudió cine en la Universidad del Cine. Se ha formado con maestros como Helena Ttritek, Mauricio Kartun, Ariel Barchilon y Ricardo Bartis. Ha recibido diversas nominaciones por sus trabajos y ha sido galardonada con el premio estimulo María Guerrero y el premio Trinidad Guevara a mejor autor. También fue jurado de los premios -Arte contra la discriminación- (Inadi), Operas Primas del Centro Cultural Ricardo Rojas, Premio Municipal de Dramaturgia de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy (2013) y del concurso Teatro y Rock convocado por Argentores y Radio Rock n Pop. Fue jurado y tutora de proyectos de artes escénicas en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires.
Ha organizado como gestora cultural ciclos de teatro (Ciclo Suiza, Punto de Partida) y también de artes multidiscplinarias (Primer Festival de la escena Queer, Arenga, Ciclo Balvanera) junto a otros artistas. Desde 2014 se desempeña como asesora en artes escénicas del Centro Cultural Ricardo Rojas.
Durante 2010 realizó intervenciones junto al colectivo Mucho Mas y al colectivo Actitud Peluche de los que forma parte (CCEBA, Festival de cine DIVERSA, Centro Cultural Sabato).
En 2014 apareció su primer antología de teatro reunido “Hija Boba y otras obras” editado por Blatt&Rios.
La palabra puede ser incendiaria. Lo prueban los manifiestos políticos, artísticos de quienes quisieron modificar lo establecido, patear el tablero, proponer lo nuevo desde el siglo XIX hasta ahora no más. ¿Qué quedó de todo eso? Algo parecido a esa loca sintonía de discursos simultáneos, un remolino de imágenes y sonido, en la voz de la camaleónica Cate Blanchett, que nos interpela. Así de conmovedora y fascinante es la experiencia Manifesto que puede vivirse en la Fundación Proa.
Ya el trailer, el de versión cinematográfica de la obra, te despierta. "Todo el arte actual es una farsa, pero después de la revolución, ¿quién recogerá la basura el lunes por la mañana?". El Manifesto creado por el cineasta, docente e investigador alemán Julian Rosefeldt es una clase de historia, un paneo por los discursos estéticos, y políticos, que rompieron las barreras entre sociedad y arte, que formatearon la manera de mirar. Pero también es una muestra cinematográfica, la reunión de 13 cortometrajes impecablemente producidos y filmados con Cate Blanchett como protagonista.
Leé tambiénCate Blanchett protagoniza el nuevo video de Massive Attack que da escalofríos
Ella es una presentadora de televisión, un ama de casa alienada, una punk pasada de alcohol, una meteoróloga bajo la lluvia, un homeless deshauciado, una científica, una coreógrafa severa y rigurosa, una broker que escupe el manifiesto futurista. Se ven, y se escuchan, en una puesta que técnicamente es deslumbrante: son pantallas enormes y delgadas, de una definición extraordinaria, dotadas de un sistema hípersofisticado de sonido que permite que veamos y escuchemos a la perfección cuando estamos frente a una de ellas, sin que interfiera el sonido de otras. Pero además, en un momento determinado sucede algo mágico: los 13 personajes, las 13 Blanchetts, se sincronizan, y uno se encuentra de pronto frente al desconcierto de ubicarse en el centro de un solo discurso.
"Rosefeldt toma los manifiestos de la historia del arte y arma como un texto, haciendo collage de alguna de sus interpretaciones y recrea una escena, de unos cuatro o cinco minutos cada una, en los que Blanchett interpreta 13 personajes distintos. Parece una recreación de la comedia humana actual, citando a Balzac", dice Adriana Ronsemberg, directora de Fundación Proa. "Él quería preguntarse si las ilusiones que los manifiestos tuvieron hace 100 años se lograron o no, dado que ahora somos testigos de ese sueño de un nuevo mundo. También, al elegirla a ella, habla de la posibilidad de que tenemos todos de ser otra persona, o de actuar otra persona. Tiene una infinita cantidad de lecturas y volvés varias veces a verla, porque el placer estético es subyugante".
En declaraciones al diario The Guardian, Rosefeldt contó: "Empecé a leer manifiestos históricos buscando referencias poéticas, pero de repente noté que los leía como la voz de nuevas generaciones, que no sólo cambiaron el arte, sino también el mundo". Durante 12 días se filmaron los cortos que reúnen a Blanchett con esos textos, un encargo que la actriz aceptó encantada. "Sucedió muy orgánicamente- dijo la australiana a The New York Times cuando el film, que reúne los cortos, se presentó en el festival de Tribeca-. Nos encontramos en Berlín a través de un amigo común. Yo conocía su trabajo, charlamos, surgió la idea. Para mí, todas las colaboraciones surgen no como una misión para lograr algo sino como las ganas de hacer algo con alguien, sin saber muy bien adónde llevará. No sentí que interpretaba 13 personajes, metiéndome psicológicamente en ellos, sino más bien que entraba en distintas situaciones, que se alineaban al exponer la amenaza común que expresan todos esos manifiestos. Disfruté mucho de varios de ellos, como el de la familia conservadora que almuerza rodeada de animales disecados, un corto en el que, además, participaron mi marido y mis hijos".
Entre ambientes contemporáneos y tomas desde un drone, la actriz le pone el cuerpo y la voz a dadaístas, suprematistas, futuristas, pensadores del cine como Jim Jarmusch o Lars Von Trier, representantes del pop art o del grupo Fluxus de Yoko Ono. Son textos apasionados, encendidos, que cuestionan lo establecido y hablan de asco, de libertad, de abolición de jerarquías, de la justicia suprema o de un fantasma que recorre Europa: el fantasma del comunismo, según el texto de Marx y Engels.
Se presenta en Fundación PROA “Manifesto”, la muestra del artista y cineasta alemán Julian Rosefeldt. Se trata de una recopilación de los principales manifiestos estéticos que demuestran, por derecho propio, la extraordinaria fuerza expresiva y poética de las sensiblidades que dieron forma a la vanguardia del siglo XX. Cada texto es interpretado de manera magistral por Cate Blanchett.
17|09|17
07:28
No todo el arte que se realiza en el presente es arte contemporáneo. La afirmación de Boris Groys indica una distinción entre la categoría de tiempo, en tanto temporalidad de realización del arte, en este caso, y la relación del arte con su tiempo, en términos más de programa y de pensamiento. El arte contemporáneo será, entonces, aquel que tenga el presente como una preocupación primordial entre sus condiciones de producción. Que piense ese estar en el mundo menos que sea la fecha de su accionar.
Por el contrario, continúa Groys en la distinción sobre los tiempos del arte, el arte moderno es aquel que tuvo relación con el pasado y, sobre todo, con el futuro. Hacia atrás cerró una tradición, le puso un punto final. Hacia adelante, diseñó el arte por venir. Esas fueron, con sus particularidades, las vanguardias que atrajeron para sí todas las desinencias posibles de los “ismos”. Entre ellos, el Futurismo fue más allá: hizo de ese tiempo algo completamente suyo.
En esa encrucijada temporal será productivo ver Manifesto, de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett. Porque no solamente actualiza esas dos instancias de descripción del arte, el moderno y el contemporáneo, sino que lo hace en el lugar más problemático de la vanguardia: sus manifiestos.
Mucha de la bibliografía que se ha encargado de ellos señala que el manifiesto, esa textualidad que explicita los contenidos y el programa de cada uno de los movimientos artísticos que han transitado el siglo pasado, es casi el acta de defunción. Que toda esa libertad creativa se ve encorsetada en las líneas que indican lo que se debe hacer. Que poco queda librado a la espontaneidad en la complicada intersección entre arte y vida. Esa que fue la meca y el sueño de sus artistas. Los manifestos, según algunos críticos, son la lápida de la vanguardia.
Sin embargo, Rosefeldt, que realiza un collage de cincuenta textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti), cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto comunista, de Marx y Engels, parece estar diciendo otra cosa. No exactamente lo contrario pero sí está mostrando que esos textos pueden tener una potencia artística. Quizá no para el futuro que estaban propiciando, para el arte de vanguardia, pero sí para el arte contemporáneo.
De esa manera, en cada una de las pantallas, Rosefeldt pone a funcionar una narración con imágenes que va a tener por texto cada uno de los mencionados. Una maestra de escuela, una madre religiosa que bendice los alimentos en la mesa familiar, una coreógrafa muy estricta, una presentadora del clima por televisión, una viuda, un pordiosero, una trabajadora fabril, una CEO, una punk, una titiritera, una agente de Bolsa, una científica, están interpretadas por la única Cate Blanchett. El vínculo entre estos pequeños relatos y los textos es, cuanto más lejano, más perfecto. El humor, destilado en dosis homeopáticas en alguno de ellos, es exquisito. El sonido cae de los parlantes y produce el efecto como si fuera un líquido sobre la cabeza.
La posición de las pantallas en el espacio de la sala dibuja un recorrido que se refuerza en el momento de la apoteosis: en todas ellas el recitado que se canta coincide. Todos los manifiestos que salen de la boca de la actriz están al mismo tiempo. Desajustados de los propios pero al servicio de un presente que los necesita para crear.
Manifesto
Julian Rosefeldt
Fundación Proa
Av. Pedro de Mendoza 1929
Martes a domingos de 11 a 19
laura isola
Nuevamente Proa nos deslumbra con una muestra que, a través del arte, expone una reflexión filosófica de gran interés.
El arquitecto alemán Julian Rosefeldt devenido en video artista y fotógrafo es un hombre de profundo estudio, en sus tempranos 52 años ha realizado una extensa producción que, en cada una de sus presentaciones, conlleva una profunda meditación y tiempo para su realización.
Su último producto artístico es Manifiesto. Una instalación audiovisual compuesta de 13 pantallas diseminadas, en este caso, en las 4 salas del espacio Proa, desde el 26 de agosto al 5 de noviembre, gracias a la colaboración del Instituto Goethe, luego de un recorrido por las principales salas del mundo desde principios del 2016.
La gran calidad de esta exhibición de arte, está dada tanto por lo visual como por lo reflexivo- filosófico, como es coherente con la producción de Rosenfeldt.
Estos 13 videos son interpretados magistralmente por la reconocida actriz australiana Cate Blanchett, quien en su paso por el cine y el teatro es una de las pocas actrices que obtuvo los cuatro premios más importantes del cine: dos Premios Óscar, tres Globos de Oro, tres BAFTA y tres premios del Sindicato de Actores de Cine (También posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood). En esta secuencia instalativa desarrolla diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral. Cada instalación está concebida como un film donde Blanchett relata en ese universo las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX, construyendo un relato a modo de collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas, entre los cuales se encuentran por nombrar algunos: Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana, poetas de la talla filosófica de Breton, Tzara, Marinetti, como así también están presentes los pensadores de géneros diversos como el cineasta Jim Jarmusch, el coreógrafo Yvonne Rainer, el Manifiesto
Comunista de Marx y Engels, donde el artista nos obliga a reflexionar. ¿Puede pensarse la actualidad y el presente como una época privada de manifiestos? ¿Qué sucedió con la creencia artística de que los manifiestos todavía eran capaces de situar un objeto artístico y de articular una discusión política dentro de su campo discursivo cuestionando el presente? Y nos interpela acerca de la validez de los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
Hace hincapié en el nivel argumentativo, cómo la palabra y su impulso sirve para dar forma a la realidad y el contenido que esta posee en cada realidad temporal.
Es importante ir con tiempo y escuchar repetidamente cada discurso, cada manifiesto, sentir cómo nos modifica y qué nos ocurre con la palabra tan bien expresada.
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
MANIFESTO fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum fu¨r Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
Organiza: Fundación Proa
Colabora: Goethe-Institut Buenos Aires
Patrocina: Embajada de Alemania en Argentina
Auspicia: Tenaris – Organización Techint
“Manifesto” del artista alemán Julian Rosefeldt (1965) es un pantallazo de la historia del arte del siglo XX. También es una proclama -tal la naturaleza del manifiesto- sobre la toma de conciencia del presente, de las contradicciones, del poder de la imagen, del poder de la palabra, del poder de la imagen cuando se le superpone la palabra, del poder de la palabra cuando se la cruza con la imagen.
A través de cortometrajes protagonizados por la actriz australiana Cate Blanchett Rosefeldt repone en Fundación PROA fragmentos de 50 manifiestos artísticos que convirtió en 13 collages respetando disciplina y teniendo en cuenta la cadencia de las palabras y el ritmo de la retórica de modo tal que enlazasen de manera armónica y casi sin distinción entre uno y otro.
Blanchett interpreta y narra cada episodio de aproximadamente 10 minutos de duración. El tono imperativo de los manifiestos se suaviza cuando una madre conservadora de Estados Unidos repite en forma de rezo alrededor de la mesa familiar los principios del Pop Art y se acentúa cuando una coreógrafa imparte indicaciones a un cuerpo de baile repitiendo las ideas del movimiento Fluxus.
Interpelados
Un manifiesto es una proclamación de principios, ideas y caminos a seguir. El más famoso es el Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels. La senda política que abrió fue tomada por los artistas a la hora de escribir los suyos. La referencia más directa de esto es el Manifiesto del futurismo de Filippo Tommaso Marinetti (1909) con su alabanza a las máquinas, la velocidad y la guerra. Rosefeldt pone a Blanchett en la piel de una corredora de bolsa atenta al panel de cotizaciones a repetir “Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad”.
El collage hecho en base a manifiestos sobre el arte conceptual y el minimalismoencuentra a la actriz en el cuerpo de una presentadora de noticias que dialoga al aire con una cronista apostada en la calle bajo la copiosa lluvia. Afirma la segunda: “Idea: la existencia de una idea es necesaria y suficiente para la existencia del arte. Forma: la existencia de la forma es necesaria, pero no suficiente para realizar la idea. Contexto: la existencia del contexto es necesaria, pero no suficiente para la forma a través de la cual una idea fue realizada”. Acto seguido, se nos revela que la lluvia era creada de manera artificial y lo importante era la idea de lluvia.
Si el manifiesto es una interpelación directa a los sujetos llevar esos textos al formato de pequeñas historias contadas a través de cortometrajes podría tomarse como un atajo más ameno para movilizar a las personas. El artista supera esa contradicción cuando ubica a Blanchett en primer plano, mirando directo al espectador y al mismo tiempo en cada corto a repetir fragmentos. Durante un minuto en las salas de PROA retumba la voz de la actriz que por la edición sonora suena eléctrica, monótona y artificial. Si el espectador hasta entonces creía poder mantenerse ajeno a la situación ya no lo estará. El artista lo interpeló a él también.
"Manifesto” de Julian Rosefeldt puede visitarse hasta el 5 de noviembre en Fundación PROA, Av. Pedro de Mendoza 1929, Ciudad de Buenos Aires.
Panfletos, plataformas electorales, poesía audaz: los manifestos son artefactos que combinan potencia estética y ambición política. Esta semana inauguró en Proa la exhibición de la obra audiovisual de Julian Rosefeldt titulada justamente Manifesto, protagonizada por la brillante actriz Cate Blanchett, en la que relata fragmentos de esas obras, desde Marx al dadaísmo.
En las últimas semanas el uso del concepto fue algo más controvertido: se llamó "Google Manifesto" al documento interno de un ingeniero que rechazaba la diversidad de género en tareas de software y, este último martes, también recibió ese apelativo una iniciativa evangélica, en Estados Unidos, que condenaba la homosexualidad. Curiosamente, 2017 comenzó con otro pretencioso manifiesto: la extensa carta en la que Mark Zuckerberg, creador de Facebook, exponía su credo en la misión filantrópica de la empresa, crear una comunidad global y contribuir a la construcción de lazos humanos. Justamente esa salvaje ambición es lo que atrae a Rosefeldt y parecía algo extemporánea.
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe-Institut, presenta MANIFESTO, de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.Julian Rosefeldt se valió de las metamorfosis de una estrella del cine para contarnos varias historias del arte en una sola. En trece cortometrajes, Cate Blanchett le puso el cuerpo y la voz a una serie de monólogos formados por un collage de citas de manifiestos estéticos. Al ver Manifesto, nos preguntamos qué pasaría si en una vida posible ella hubiera sido nuestra profesora de historia del arte. Seguramente recordaríamos las fechas sin esfuerzo, seríamos más sensibles, pronunciaríamos con elegancia los nombres de los artistas. Comprenderíamos que las vanguardias no se agotan en el filón de las artes visuales y que debemos considerar los casos de la poesía, la arquitectura, el cine. Nos convertiríamos en alumnos agradecidos y en espectadores expandidos.
A través de los manifiestos, los movimientos estéticos o políticos aclararon sus pretensiones de manera programática y combativa. Rosefeldt se concentra en los textos que produjeron las vanguardias de principios del siglo XX y la neovanguardia de los años 50 y 60, pero también hay proclamas más recientes, incluso alguna del siglo XXI. No falta una cita –oportunamente breve– de ese archimanifiesto que idearon Marx y Engels para difundir el espíritu del comunismo.
Hay algún lugar lugar para los movimientos poéticos latinoamericanos: aparece el estridentismo mexicano de Manuel Maples Arce y el creacionismo chileno de Vicente Huidobro. Para satisfacción de nuestro chauvinismo, no está ausente la mayor contribución argentina al género en el campo de las artes visuales: el "Manifiesto blanco" que redactó Lucio Fontana y que suscribieron diez de sus alumnos en el taller Altamira. ¿La fecha? El lejano año de 1946.
A esos textos emblemáticos, Rosefeldt los revitaliza al situarlos en contextos imprevistos. Podemos ver a Cate Blanchett como ama de casa conservadora de los años 50, rezando los principios del arte pop antes de almorzar con su familia. O como una coréografa con acento ruso dando instrucciones al cuerpo de baile, mientras recita las consignas de Fluxus. La reencontramos como viuda en un funeral, recitando pasajes de textos dadaístas; en cierto momento, su discurso se enciende y se transforma en una arenga violenta. En algunos casos, Blanchett nos regala dobles de sí misma: es a la vez la titiritera y su títere, o una conductora televisiva y también la cronista de exteriores que transmite su reporte bajo la lluvia.
La lista de combinaciones es generosa y no siempre sutil. Se mueve entre los polos de figuras estereotipadamente exitosas (una CEO etérea, una corredora bursátil, una reportera estrella, una coreógrafa despótica) y otras exageradamente marginales (un vagabundo desclasado, la trabajadora en una planta incineradora de basura). En uno de los videos, la relación entre el estridentismo y la contracultura punk se vuelve demasiado lineal. Pero muchas otras combinaciones sorprenden, y el efecto se refuerza al ver cada film más de una vez.
Casi todos los videos presentan una estructura dual. En un preámbulo percibimos el sonido ambiente y sobrevolamos los lugares, mientras las palabras de la actriz se insinúan bajo la forma de una voice-over. Esos planos generales y tomas cenitales se cuentan entre las predilecciones del autor: véase En la tierra de la sequía (2015/2017), donde el recurso se vuelve a la vez fascinante y un poco grandilocuente. Al hilo de esos virtuosos movimientos de cámara, en una segunda parte la voz flotante reencuentra la figura de Blanchett en alguno de sus múltiples avatares y da comienzo el tour de force actoral. Hay un momento mágico en que todos los videos se sincronizan, la actriz se dirige a la cámara y pasa a recitar el texto cantando una nota precisa: todas esas notas forman un acorde pasajero que, enseguida, vuelve a diluirse en el lenguaje hablado.
En un libro influyente y tendencioso, Después del fin del arte, el filósofo Arthur Danto destacó que el modernismo puede ser definido como la época de los manifiestos. También señaló que, por mero accidente, algunos de los principales movimientos del siglo XX, como el cubismo y el fauvismo, carecieron de proclamas explícitas. Porque no hace falta que los mismos artistas las escriban, ya que tarde o temprano los críticos se encargarán de redactarlas por ellos. Revistas como Artforum, October, The New Criterion, sostiene Danto, "son manifiestos escritos en serie, dividiendo el mundo del arte en el arte que importa y el resto". En contrapartida, la edad de los manifiestos habría introducido la filosofía en el corazón de la práctica artística.
Es difícil seguir confiando en la violencia retórica, el juvenilismo, el tono de certeza apodíctica, la acción restallante. En cuanto al afán de internacionalización, o la ambición de dirigirse a un destinatario más amplio que los propios pares, resulta claro que los objetivos se mantienen, pese a que hoy en día la redacción de manifiestos se volvió una práctica en desuso (con alguna que otra excepción puntual). "Es propio del momento poshistórico de la historia del arte ser inmune a los manifiestos y requerir otra práctica artística", escribe Danto a fines de los 90. "El manifiesto como medio de articulación artística ha perdido relevancia en el mundo globalizado", sostiene Rosefeldt en una entrevista reciente.
Parte del sentido de Manifesto apunta a interrogarse, sin demasiada solemnidad, sobre la vigencia o caducidad de un modo de entender la comunicación de los ideales estéticos y políticos. ¿Hasta qué punto estos textos conservan todavía su capacidad de interpelar? No hay respuesta sencilla a esa pregunta. Rosefeldt se acerca a los manifiestos del único modo en que parece posible hacerlo en el siglo XXI: con seriedad exenta de reverencia, sin cinismo pero con mucho humor, atento a la pertinencia pasajera de tal o cual tesis y a la eventual poesía que transmiten esas proclamas hiperbólicas.
Al presentar la obra de Rosefeldt, Proa redobla la apuesta pedagógica que es uno de sus sellos y logra hacer frente al desafío de retener al espectador. A diferencia del cine, la videoinstalación privilegia el uso voluntario del tiempo y la libertad de los trayectos espaciales: forzosamente uno mismo se vuelve parte activa del montaje. Los visitantes quedamos libres de deambular, de sumergirnos a placer, de ver y rever, de distraernos también. Incluso sin la ayuda de los subtítulos, la presencia de Cate Blanchett y el atractivo hollywoodense de la puesta nos invitan a permanecer por un tiempo indefinido, prolongando hipnóticamente la experiencia. Porque Manifesto propone, tanto para disfrute de entusiastas como de melancólicos, una lección agridulce sobre la modernidad y la pretensiones exorbitantes de la vanguardia.
* Manifesto, de Julian Rosefeldt, es una instalación audiovisual de 13 videos interpretados por Cate Blanchett. Podrá verse hasta el 5 de noviembre en Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929), de martes a domingo de 11 a 19. Con la colaboración del Goethe-Institut Buenos Aires y el auspicio de Tenaris – Organización Techint.
** En la página de Julian Rosefeldt (https://www.julianrosefeldt.com/film-and-video-works/) pueden verse la serie completa que compone Manifesto (2015), así como otros extraordinarios trabajos recientes del artista, tales como Deep Gold (2013/2014), In the Land of Drought (2015/2017) y The Swap (2015).
Todos los Martes, Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado, Domingos.
y cierra el Domingo 5 de Noviembre de 2017.
Fundación Proa
Julian Rosefeldt con su proyecto "Manifesto" arriba al PROA para ocupar sus 4 salas de exhibición.
¿Es posible aplicar los históricos manifiestos artísticos a la sociedad actual?
"Presentando a Cate Blanchett en trece personajes distintos, Manifesto rinde homenaje a la conmovedora tradición y a la belleza literaria de este género, utilizado por artistas a lo largo del siglo XX. En ambientes contemporáneos, la versátil actriz encarna y recrea hitos como los manifiestos de los Futuristas, de los Dadaístas, de los Suprematistas o los Situacionistas, del Pop Art o del Fluxus; también de cineastas como Lars von Trier o Jim Jarmusch. El film revela tanto el componente performático como la transcendencia política de esas declaraciones, muchas veces escritas en la furia de la juventud como un vívido llamado a la acción.
Manifesto plantea como interrogante si esas declaraciones apasionadas pueden ser aplicadas de manera universal en nuestra sociedad contemporánea y, a su vez, cuestiona el rol del artista en la actualidad."
Horarios de Manifesto de Julian Rosefeldt:
De martes a domingo
11 - 19 hrs.
Lunes cerrado.
Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Sobre la muestra
Cada instalación está concebida como un film dondeCate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX. Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad. La muestra fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
Sobre el artista
Julián Rosefeldt (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
MANIFESTO by Julian Rosefeldt, consists of 13 synchronized films starring Cate Blanchett who performs different roles guided by a selection of fragments of more than 50 manifestos of the 20th-century art history.
As a result we get surprising and provocative monologues from the thoughts of dadaist, futurists, architects, film directors, etc. The work is a lucid approach to the importance of the historical texts in our contemporary world.
The German artist Julian Rosefeldt is internationally recognized for his meticulously choreographed films. Inspired by art history, film and popular culture, Rosefeldt creates stunning multi-screen installations "in which the characters fight in the theater of the world"
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad. Fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
JULIAN ROSEFELDT (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen. En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Horarios:
Martes a Domingos de 11 a 19hs.
LUNES CERRADO
Bono Contribución: $50 general
$30 Estudiantes /$20 Jubilados
Menores de 12 años sin cargo
proa.org/esp/exhibicion-proa-manifesto-de-julian-rosenfeldt
Del 19 de agosto al 5 de noviembre, 2017
Organizado por la Fundación Proa y con la colaboración del Goethe-Institut Buenos Aires, del 19 de agosto al 5 de noviembre del 2017, se presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados por la actriz Cate Blanchett. Definidas como un cruce entre “lo performático y lo teatral” que abre el debate sobre el rol del arte en la actualidad, cada instalación representa un film donde Blanchett interpreta y rinde un homenaje a los artistas del siglo XX. Habrá reminiscencias de figuras como Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt o Lucio; poetas como Breton, Tzara y Marinetti, cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos. También tendrá un lugar la evocación del Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Av. Pedro de Mendoza 1929 (y Caminito), La Boca, Buenos Aires. Martes a domingo, 11 a 19; lunes cerrado.
Julian Rosefeldt
MANIFESTO
August 26–November 5, 2017
Fundación Proa
Av. Pedro de Mendoza 1929
Buenos Aires
Argentina
Hours: Tuesday–Sunday 11am–7pm
T +54 11410410004344
prensa@proa.org
proa.org
Facebook / Instagram / Twitter
Opening August 26, Fundación Proa presents, in collaboration with the Goethe Institut, MANIFESTO by Julian Rosefeldt. This magnificent installation consists of 13 synchronized films starring Cate Blanchett who performs different roles guided by a selection of fragments of more than 50 manifestos of the 20th century Art history.
As a result, we get a polyphonic ouvre that draws on more than 50 historical texts. Breton, Tzara, Marinetti, Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Yvonne Rainer and Marx/Engels, amongst others, inspire Blanchett to create astounding characters that range form a corporate CEO to a tattoed punk to a homeless man, each reciting surprising and provocative monologues from the thoughts of Dadaists, Futurists, Situationists, architects and film directors.
The work pays tribute to the literary beauty of the manifesto genre and stands as a lucid approach to the importance of the historical texts in our Contemporary world.
"In MANIFESTO, Julian Rosefeldt not only examines the concerns and intentions that are so compelling and urgent they must be expressed in the form of a manifesto; he is also interested in the specific rhetoric of manifestos and how they create a ‘call to action.' This leads him to ask: what do we do by saying something?"
(Anna-Catharina Gebbers and Udo Kittelmann)
The German artist Julian Rosefeldt (1965, Munich) is internationally recognized for his meticulously choreographed films. Inspired by Art History, film and popular culture, Rosefeldt creates stunning multi-screen installations in which the characters fight in the theater of the world.
From Marx and Engels’ “All that is solid melts into air” to Jim Jarmusch’s fifth golden rule “Nothing is Original,” German artist Julian Rosefeldt (b. 1965) delivers an impressively accomplished work, which takes the viewer on a fast-paced journey through the art of the 20th century by means of a very particular art form: the manifesto.
Rosefeldt did a painstaking amount of research before stopping at more than 50 published texts by some of the most prominent minds of the last century, from artists to theorists, filmmakers, architects, and dancers, covering the major art movements such as Futurism, Dadaism, Constructivism, Surrealism, Pop Art, Fluxus, Conceptual Art, and Minimalism, with a bonus vignette about cinema.
His Manifesto is a series of 13 short films, each dedicated to a bloc of art manifestos, set in everyday scenarios where characters from all walks of life go about their business while effortlessly declaiming pieces of those manifestos.
And then there’s Cate Blanchett, although there’s no “then” about her: it speaks volumes about a performer when their artistry becomes so intertwined with their work that they become their work and vice versa. Blanchett plays 13 characters in a stunning tour de force nd, needless to say, in her widest proof of performance range to date. She embodies a homeless man, a broker, a worker t a garbage incineration plant, a CEO, a tattooed punk, a scientist, a funeral speaker, a puppeteer, a conservative mother, a choreographer, a news anchor, a reporter, and a teacher, all of whom are endowed with different accents, appearances and demeanours.
There is a constant flow of point and counterpoint in the screening of these videos. As the funeral peaker, a plucky, black-netted Blanchett channels Tristan Tzara’s Dada Manifesto: “Abolition of logic: Dada. Abolition of memory: Dada. Abolition of archaeology: Dada. Abolition of the future: Dada. Dada is still shit. But from now on we want to shit in different colours.”
Another scene shows Blanchett as a dapper CEO at a party, talking in an assertive tone to some guests efore reading her speech from cue cards. And while she’s reciting Wyndham Lewis’ 1914 Manifesto about the “great art vortex,” a nearby screen interrupts its showing of Blanchett as a scientist declaiming Suprematist and Constructivist texts to display the image of a solid-coloured spiral staircase reminiscent of a vortex.
Rosefeldt’s Manifesto is screened at Proa in three rooms on the ground floor, with an upper room dedicated to information about artistic manifestos and the different art movements featured in the installation. If you go with a non-English speaker, be warned: the artist insisted on not marring the videos with subtitles. You will find sheets with the Spanish translation of every video next to each screen, courtesy of the Proa team which worked closely with Rosefeldt. But non- English speakers may need to set aside more time to experience the installation, as reading the texts before watching the videos may be necessary to enjoy them more fully.
Manifesto is not Rosefeldt’s first foray into filmmaking, he is quite an accomplished video artist and it shows. The cinematography by Christoph Krauss is also to be commended. If at any point you struggle with the breadth and depth of the texts so aptly voiced by Cate Blanchett, the audio-visual material is quite an entertaining and immersive experience in itself. In fact, each short film pauses at the same time, when Blanchett looks directly into the camera and starts chanting in a monotone, artificial voice parts of a manifesto, before the moment passes and the videos fall back to their own pace. It is a stunning moment, not only aurally but also visually: as the chants from all the screens converge, you can turn and see a close-up of Blanchett’s face in different disguises on all those displays, and it’s remarkable.
If there is little doubt that watching Blanchett for hours on end is a thing of beauty, some may wonder about the purpose of Rosefeldt’s project. In an interview, the artist said: “It’s just like giving all these male voices to a woman, making them accessible and fresh. Freeing them from the weight of art history. These artists wanted to change the world, but the whole world is made up of teachers, conservative mothers and garbage workers. So this is a love declaration to life in general, and giving up this idea that the artist is separate from society.”
The last scene shows Blanchett as a teacher spouting Jarmusch’s Golden Rules and Dogme 95 filmmaking canons to elementary school students, all based on the notion that “Nothing is Original. Steal from anywhere that resonates with inspiration or fuels your imagination” and ending with Lebbeus Woods’ words: “Tomorrow we begin together the construction of a city.”
Whether or not this is the idea you will take with you when leaving the installation at Proa, there is enough to make you wonder and ponder for quite some time, from Blanchett’s matchless performances to the contrast of having everyday people declaim such potent words.
When and where
Manifesto, by Julian Rosefeldt, is on show at Proa, until November 5. Av. Pedro de Mendoza 1929, La Boca / Caminito, www.proa. org. Tuesday to Sunday, 11am to 7pm. General admission: 50 pesos. Discounts available.
La actriz australiana es la gran protagonista de Manifesto, la mega instalación audiovisual del alemán Julian Rosefeldt que acaba de llegar a Proa.
Una maestra, un homeless, una chica punk, una viuda, una científica, una agente de bolsa… Sí, Cate Blanchett puede ser todo eso, y mucho más, y así lo demuestra en Manifesto, la instalación audiovisual del alemán Julian Rosefledt que acaba de llegar a Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929). La muestra, que se presentó en Berlín en 2016 y de ahí ha viajado a distintas ciudades del mundo, reconstruye a través de 13 singulares videos, fragmentos de diferentes manifiestos artísticos y políticos del siglo pasado, desde el comunismo hasta el pop art. También hay referencias al mundo del cine (Jim Jarmusch), la danza (Yvonne Rainer) y la poesía (André Breton). Importante: la entrada es gratuita con previa inscripción.Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta Manifesto de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
Manifesto despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
Manifesto fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum fu¨r Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
Julian Rosefeldt
(Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Julian Rosefeldt
Manifesto
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre de 2017
Fundación Proa
Av. Pedro de Mendoza 1929
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Las vanguardias políticas y estéticas son siempre infantiles. Se enojan y rompen las cosas. Quisieran volver a un momento adánico y empezar todo de nuevo. No es una presunción inexacta porque lograron provocar una crisis tanto en el arte como en las flexiones de su pensamiento: la crítica y la filosofía. Claro que, en el caso de las vanguardias artísticas, ellas no pretendían retrotraer el arte a ese tiempo en el que no se lo llamaba arte y en el que algunos hombres -que tampoco habrían podido llamarse todavía artistas- dibujaban con tierra coloreada un bisonte en las paredes internas de una cueva. No. Las vanguardias son como esos chicos que quieren conquistar el poder para salirse con la suya e imponer sus caprichos. Esos caprichos (seamos justos) expandieron para siempre el horizonte de lo que era posible artísticamente.
Los manifiestos fueron la gran invención de las vanguardias, su arma de destrucción. En los manifiestos conviven las dos tendencias de las que hablaba antes: la del chico que no quiere obedecer y la del adulto que quiere mandar. Pensaba en esto a propósito de Manifesto, la formidable instalación audiovisual del alemán Julian Rosefeldt que inauguró el sábado en Fundación Proa.
Pasemos el caso en limpio. Manifesto es una videoinstalación con 13 videos, en 12 de los cuales actúa Cate Blanchett. En cierto modo, todo Manifesto es un one-woman show, el de Blanchett, cuyo trabajo es colosal en cada una de sus episódicas transformaciones: maestra de escuela, homeless, punk reventada, CEO, ama de casa, titiritera y siguen las metamorfosis. Todos esos breves videos tienen un momento de sincronización y, en un instante que parece eterno, escuchamos y vemos al unísono cada manifiesto leído por Blanchett, que mira de frente a la cámara.
Pero Rosefeldt no deja intactos los textos de cada manifiesto. Eso habría sido muy sencillo. Más bien, los mezcla como un mazo de naipes y los baraja de nuevo. Todos los manifiestos son finalmente intercambiables; el suyo podría ser, con razón, el manifiesto total, el manifiesto de todos los manifiestos y, a la vez, la lápida que clausura el manifiesto y sus pretensiones totalitarias.
A las vanguardias les gustaba hablar a los gritos, y a los devotos de ellas también les gusta que les hablen a los gritos. Sin embargo, no hay estridencia en la videoinstalación de Rosefeldt; no hay estridencia visual ni sonora ni gestual (en el rostro proteico de Blanchett, que es una y es muchas). Que el video dedicado a Dadá (el grito por excelencia) tenga por escena un funeral debería darnos bastante que pensar. Hay algo fúnebre en Manifesto. El propio Rosefeldt lo dice: "El manifiesto como medio de articulación artística ha perdido relevancia en el mundo globalizado". Es una buena noticia.
Por ejemplo, el progresismo político adora también los manifiestos, pero una cierta deformación óptica le impide advertir dos cosas: que, por un lado, los manifiestos son un límite (un límite que abre un horizonte nuevo, cierto), pero un límite en cualquier caso a la noción del progreso (el Manifiesto comunista de Marx y Engels es el ejemplo más claro de la pretensión del fin de la historia), y que, por otro lado, el manifiesto mismo es una cosa del pasado.
La experiencia que propone Rosefeldt se vuelve así una fascinante arqueología artística y política, una cápsula hecha de imágenes, sonidos y palabras (que son también sonido) que podría contener toda la información sobre la ilusión infantil de la revuelta. Así, su instalación es semejante a una visita a la cueva de Lascaux, salvo que en lugar de bisontes se representan utopías engañosas. Parece algo lejano en el tiempo, pero Rosefeldt nos habla a cada uno de nosotros, incluso en estas costas.
Ya rompimos todo lo que podía romperse. El único gesto vanguardista que nos queda parece ser el de la conservación.
Hasta el 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
MANIFESTO fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
La obra puede visitarse hasta el 5 de noviembre en Fundación PROA, Av Don Pedro de Mendoza 1929
Sorteamos 10 entradas entre todos los que se inscriban hasta el 14 de septiembre a las 12 h. Ver bases y condiciones acá
Una instalación de trece pantallas recorre fragmentos de los artistas más representativos de los movimientos artísticos del siglo XX.
28|08|17
17:21
Hasta el 5 noviembre, Fundación Proa presenta en colaboración con el Goethe Institut, Manifesto, de Julian Rosefeldt, una obra audiovisual protagonizada por la actriz Cate Blanchett.
A través de los distintos videos que se proyectan en forma sincronizada, pueden reconstruirse los fragmentos más significativos de diferentes manifiestos artísticos y políticos del siglo pasado. Así, están presentes textos de personajes históricos o contemporáneos en apariencia tan disímiles como Marx y Engels, el artista pop Claes Oldenburg, los cineastas Jim Jaramusch, Lars von Trier y Werner Herzog, el dadaísta Tristan Tzara y el surrealista André Breton, entre muchos otros.
El realizador descontextualiza esos textos al ser pronunciados por personajes con historias de vida tan ajenas a ellos como una maestra, una trabajadora de una planta incineradora de basura, una titiritera o una corredora de bolsa, por mencionar sólo algunos ejemplos. La obra parece no terminar allí, sino que se sigue viva en el interior del espectador una vez que abandona la sala, como un rompecabezas que termina de armarse dentro de cada visitante.
En una entrevista, Rosefeldt dijo sobre los textos que toma para su obra “no deberíamos olvidar que fueron escritos con frecuencia por hombres muy jóvenes que apenas habían abandonado la casa de sus padres cuando tomaron la pluma. Por eso, sus manifiestos no fueron solamente textos que intentaban subvertir al arte –y eventualmente al mundo entero– y revolucionarlo; al mismo tiempo son testimonios de la búsqueda de una identidad, pregonada al mundo con gran inseguridad. Entonces, leo al manifiesto artístico primeramente como la expresión de una juventud desafiante, y luego como literatura, como poesía”.
Manifesto puede verse en Fundación Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929 (a metros de Caminito, en el barrio de la Boca), de martes a domingo de 11 a 19.
HOW Art Museum (Shanghai) is pleased to announce its inaugural exhibition MANIFESTO: Julian Rosefeldt. Works 2005-2017, on view from September 20 to December 31, 2017. It is the first comprehensive institutional solo show of Julian Rosefeldt in China since 2012 and presents important aspects of Rosefeldt’s production over the past 12 years. Comprising five film installations and 21 photo works, the recent and widely known work Manifesto marks the heart of the exhibition. It is our great honor to present the film installation for the very first time in Asia on occasion of the museum’s opening.
Manifesto (2015) is a 13-channel film installation that pays homage to the moving tradition and literary beauty of artist manifestos. Manifesto draws on the writings of artist groups, as well as the musings of individual artists, architects, dancers and filmmakers. Passing the ideas of Kazimir Malevich, André Breton, Jim Jarmusch and other influencers through his lens, Rosefeldt has edited and reassembled 13 collages of artists’ manifestos. Performing this "manifesto of manifestos" as a contemporary call to action, while inhabiting 13 different personas, actress Cate Blanchett imbues new dramatic life into both famous and lesser-known words within unexpected contexts. Manifesto questions whether the words have withstood the passage of time and what is the role of the artist in society today.
Meanwhile, Rosefeldt’s two most recent film works, In the Land of Drought (2017/2015) and The Swap (2015) are exhibited. The works comment upon recent discourses debating the future of our planet and society, while referring to different film genres. The Ship of Fools (2007) and Clown (2005), Rosefeldt’s previous works exploring the relationship between man and nature are also presented in the exhibition. The exhibition receives support from Department for Culture and Education of the German Consulate General Shanghai.
Manifesto has been co-commissioned by the ACMI – Australian Centre for the Moving Image Melbourne, the Art Gallery of New South Wales Sydney, the Nationalgalerie – Staatliche Museen zu Berlin and the Sprengel Museum Hanover. The work is co-produced by the Burger Collection Hong Kong and the Ruhrtriennale. It was realized thanks to the generous support of the Medienboard Berlin-Brandenburg and in cooperation with Bayerischer Rundfunk.
About Julian Rosefeldt
Julian Rosefeldt, born in Munich, Germany in 1965, is a Berlin-based artist and filmmaker. He is internationally renowned for his visually opulent and meticulously choreographed moving image artworks, mostly presented as multi-screen installations. Rosefeldt has had numerous international exhibitions at museums including Park Avenue Armory Hall, Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart, Australian Centre for the Moving Image. His work is held in collections including the Neue Nationalgalerie, Saatchi Collection and the Museum of Modern Art.
About HOW Art Museum
HOW Art Museum was founded by the Chinese collector Mr. Zheng Hao, and Mr. Yun Cheagab was appointed as director of the museum since 2012. It enjoys two museums, namely HOW Art Museum (Shanghai) and HOW Art Museum | Wenzhou. The latter opened in 2013, and has held nearly 20 contemporary art exhibitions.
After five years’ preparation, HOW Art Museum (Shanghai), as a brand-new cultural institution which boasts multiple functions including contemporary art collection, exhibition, research and education will open to public in September, 2017. It pioneers to create a new model of operating a “Night Art Museum” for the convenience of the public, opening from 1 to 10pm regularly, and 10am to 10pm on the weekends and holidays. Meanwhile, HOW Art Museum also carries out international exchange programs and outdoor public activities, such as the International Curatorial Residency Program, Outdoor Film Festival and Sculpture Park to establish a brand-new art complex and cultural landmark in Shanghai.
MANIFESTO: Julian Rosefeldt. Works 2005-2017
September 20–December 31, 2017
HOW Art Museum
Zuchongzhi Road
No 1, Lane 2277
Shanghai
China
tingyan.yin@howartmuseum.org
www.howartmuseum.org
Instagram / Facebook / Weibo
La actriz Cate Blanchett se transforma para volver a pronunciar discursos claves en la cultura occidental.
Camaleónica. Desde las pantallas de la muestra, Blanchett pronuncia las proclamas en la piel de personajes contemporáneos. / Julian Rosefeldt
de Clarín
los videos más vistos
La experiencia podría ser un capítulo de Black Mirror, la serie distópica que reflexiona sobre cómo la tecnología afecta la vida cotidiana, la tuerce, la modifica. La escena es así: a la vez y distribuidas en salas oscuras, trece pantallas son la única luz y presentan fragmentos de un todo, que se construye como un collage en video, con doce protagonistas diferentes, pero que son la misma. El recorrido completo lleva dos horas, y se esfuman como segundos.
Aunque el resultado final es el mismo, a la vez es diferente para cada espectador, porque el paseo individual nunca es exacto. Cada cual llega, fragmenta, como le sale. O como puede. Y las trece pantallas, con sus doce protagonistas, dicen, hablan, interpretan, reinventan y se apropian de 50 textos históricos de los manifiestos más importantes del arte y la política. Todas esas personas en escena son Cate Blanchett, camaleónica, inquietante, en Manifesto, una instalación audiovisual del videoartista y fotógrafo alemán Julian Rosefeldt, que se inauguró este sábado en Fundación Proa.
Como en un mantra coral que encarna Blanchett, las pantallas, individualizadas, expiden ideas de artistas, entre otros Malevich y el suprematismo. También hablan poetas, por ejemplo André Breton y Tristan Tzara. Están entre los cineastas que proponen cosas los dogmas y reglas de Lars von Trier o Werner Herzog. Hay voces de coreógrafos como Yvonne Rainer, y arquitectos, y también las doctrinas de Karl Marx y Friedrich Engels.
Todo lo dice desdoblada, cada vez distinta, irrepetible, Blanchett, que ya había demostrado que hace lo que quiere con el envase de su cuerpo cuando en 2007 fue el mejor Bob Dylan en la películaI’m not there, de Todd Haynes. “Nada es original, así que pueden robar de donde sea”, indica una profesora joven a su alumnado, que cuando lo muestra la cámara está compuesto por un grado de niños de Primaria. Una presentadora de noticiero, casi robótica, pero desafiante, relata un último momento en forma de los Manifestos de Arte Conceptual de Sturtevant: “Todo artista actual es falso”.
Un homeless se exalta con el Manifiesto Blanco de Lucio Fontana, una broker expone el futurismo de Filippo Tommaso Marinetti, una trabajadora de una planta de incineración de basura dice la arquitectura de Bruno Taut, una punk escupe el estridentismo del poeta Manuel Maples, hay una científica suprematista, una señora dadaísta que habla en un funeral, una titiritera surrealista, una ejecutiva en una fiesta empresarial que expone el expresionismo abstracto de Wyndham Lewi, el Manifesto Fluxus de George Maciunas tiene voz de coreógrafa y la sensualidad Pop Art de Claes Oldenburg atraviesa a una madre conservadora.
La única de las trece piezas en la que no se ve a la actriz muestra en pantalla una llama ardiendo, mientras la voz de Blanchett declama elManifiesto Comunista. La muestra podría ser, en un punto, un recorrido audiovisual por la historia del arte occidental del siglo XX, que pasea entre las vanguardias, y apenas pisa el XXI con las Golden Rules of Filmmaking de Jim Jarmush, que son de 2002. Y la pregunta que podría sobrevalorar la experiencia es si es posible aplicar los manifiestos históricos, icónicos, a la sociedad actual.
De alguna forma tan intelectual como estética, tangible y a la vez ilusoria, siempre hipnótica, Rosefeldt actualiza los viejos manifiestos y el collage que arma exuda una respuesta posible: cada idea, al menos presentada así, resulta vigente. “Hoy, la escena del arte es una red global y un negocio con diferentes posibilidades expresivas. El manifiesto como medio de articulación artística ha perdido relevancia en el mundo globalizado”, reflexiona en una entrevista reciente.
Un manifiesto es una declaración pública de intenciones y principios. Un manifiesto, además, tiene la intención de romper, detonar, lo que se da por sentado, proponiendo algo nuevo. Un manifiesto es una mina terrestre en las representaciones tradicionales que espera, paciente, que la pisen para hacer volar por los aires determinadas estructuras. En este universo de palabras, imágenes y conceptos que propone Rosefeldt, el programa que se le manifiesta al mundo-público es cierta reflexión: ¿decir es también hacer?
“Elegí el título Manifesto como una declaración de que el foco de esta obra está sobre todo en los textos –y en su poesía–, sean de artistas visuales, cineastas, escritores, performers o arquitectos. Manifesto es un homenaje a la belleza de los manifiestos de los artistas, un manifiesto de manifiestos”, explica Rosefeldt. Y propone: “Sería recomendable que leyéramos los manifiestos artísticos como sismógrafos de sus épocas”.
Los trece videos que componen Manifesto, producidos y dirigidos por Rosefeldt, se realizaron en doce días a fines de 2014. La instalación se mostró en 2015, en Australia, y durante 2016 en distintas ciudades de Alemania. También estuvo en Nueva York, Sydney y París. En enero de 2017 se presentó una versión en el Festival de Cine de Sundance, formato en el que se lo pudo ver en MALBA. Ahora, en colaboración con el Goethe Institut, la muestra se queda en Proa hasta el 5 de noviembre.
FICHA DE LA MUESTRA
En Proa, Pedro de Mendoza 1929. Martes a domingos, de 11 a 19. Entrada: $ 50. Estudiantes: $ 30. Jubilados: $ 20.
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral. Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata en ese universo las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
¿Puede pensarse la actualidad y el presente como una época privada de manifiestos? ¿qué sucedió con la creencia artística de que los manifiestos todavía eran capaces de situar un objeto artístico y de articular una discusión política dentro de su campo discursivo cuestionando el presente?.
MANIFESTO despliega en las cuatro salas de exhibición de Fundación Proa los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
En Manifesto, Julian Rosefeldt no trabaja sólo con los contenidos y las intenciones, tan urgentes e irresistibles que deben ser volcadas en un manifiesto. Le interesa también la retórica específica de los manifiestos y su carácter de llamado a la acción. Y esto lo lleva a formular la pregunta: ¿Qué hacemos al decir algo? Al nivel argumentativo, un manifiesto proclama y postula algo. Pero por sobre todo, sirve
concretamente para dar forma a la realidad. En un manifiesto, la relación entre el habla y la acción puede ser analizada tanto en su contenido como desde la teoría de los actos del habla.
Como una combinación de texto funcional y artístico, los manifiestos pueden ubicarse “en algún lugar entre literatura y no-literatura, poética y poema, texto e imagen, palabra y acción.” Las intervenciones cargadas de humor de Tristan Tzara torcieron las convenciones lingüísticas y así también la lógica de su comprensión del lenguaje.
“Tomen un diario. Tomen tijeras. Elijan un artículo de ese diario con una extensión que contemple la
que intentan darle a su poema. Recorten el artículo. Recorten luego con cuidado cada palabra de ese
artículo y pónganlas en una bolsa. Agítenla levemente. Saquen un recorte tras otro. Cópienlos a conciencia en el orden en que salieron de la bolsa. El poema se asemejará a ustedes. Y así serán escritores infinitamente originales con una sensibilidad carismática, aun cuando no sea comprendida por la gente” – esa es la recomendación de Tzara para disolver las estructuras conocidas y dejar que emerjan nuevas.
Pero los manifiestos no son simplemente una suerte de información o indicación actoral. El carácter
afirmativo de su lengua y su estilo apodíctico, imperativo, su tono declamatorio, el uso del tiempo
futuro, de superlativos y de hipérboles, pero también las frecuentes enumeraciones, las series
memorables y los pensamientos polarizados intentan generar un efecto apelativo. El estilo
distintivo del manifiesto apunta a crear un impacto emocional. Rosefeldt devela, además de textos casi
imposibles de recitar, manifiestos de cualidades verdaderamente teatrales.
Los trece collages textuales que Julian Rosefeldt compuso con una gran cantidad de manifiestos
también subvierten las expectativas. Sobre todo a través de su yuxtaposición con las imágenes
fílmicas. Aquí no son jóvenes enojados montados en barricadas o que proclaman sus demandas ante
asambleas secretas. Al contrario: son mayormente mujeres, con frecuencia no las más jóvenes, que
formulan los textos o bien como monólogos internos solo para sí mismas o ante un público que
espera cualquier cosa menos un discurso que llame a la revolución
MANIFESTO fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich
Inauguración Sábado 26 de Agosto hasta el 5 de Noviembre de 2017 en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929 - CABA) @FundacionPROA
Julian Rosefeldt (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen. En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras. Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras. En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Manifesto se exhibirá como instalación desde el 26 de agosto al 5 de noviembre en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929, CABA).
Antes de ver a Cate Blanchett en Manifesto, reviví 10 grandes papeles de su carrera.
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral. Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata en ese universo las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX. Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels. ¿Puede pensarse la actualidad y el presente como una época privada de manifiestos? ¿qué sucedió con la creencia artística de que los manifiestos todavía eran capaces de situar un objeto artístico y de articular una discusión política dentro de su campo discursivo cuestionando el presente?. MANIFESTO despliega en las cuatro salas de exhibición de Fundación Proa los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad. MANIFESTO fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
- Publicidad -El videoartista y fotógrafo Julian Rosefeldt nació en Munich en 1965. Estudió arquitectura en Munich y Barcelona. Luego de recibirse en 1994 comienza a incursionar en el mundo del video con su compañero de estudios y artista Piero Steinle. Sus primeras obras (Detonation Deutchland, 1996; News, 1998 y Global Soap, 2000/01) están marcadas por la idea de que el mundo contemporáneo está sobresaturado de imágenes, por lo que trabaja con la edición de filmaciones preexistentes. En el año 2001 realiza la video instalación de 9 canales, Asylum, la primera escrita, dirigida y producida por el artista. Rosefeldt se inspira en el cine, el arte, la política y la sociedad para realizar videos meticulosamente coreografiados que usualmente son presentados en elaboradas e imponentes instalaciones multipantalla. En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras. Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras. Su última obra a la fecha, Manifesto, 2015 consta de 13 films sincronizados con la actuación de Cate Blanchett interpretando diversos personajes guionados por una selección de fragmentos de más de 50 manifiestos de la historia del arte. El resultado son 13 provocadores monólogos a partir de los pensamientos de dadaístas, futuristas, arquitectos, directores de cine, etc. La obra es una lúcida mirada sobre la importancia de los textos históricos en nuestro mundo contemporáneo. En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich. Desde 1999 vive y trabaja en Berlín.
Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral. Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
La inauguración será el 26 de agosto a las 17h. con entrada gratuita
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad. JULIAN ROSEFELDT (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participó de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Fecha y horario de inauguración: 26 de agosto a las 17 h.
Lugar: Fundación Proa. Av Don Pedro de Mendoza 1929
Entrada sin cargo el día de la inauguración
Ayer comenzó en Fundación Proa el complejo montaje de Manifiesto, la videoinstalación del alemán Julian Rosefeldt en la que la actriz australiana Cate Blanchett sintetiza y expande algunas de las voces que marcaron el rumbo de la política y el arte del siglo XX. Las trece pantallas con sus trece historias se muestran en simultáneo, lo que transforma este trabajo en una especie de abrumadormash-up en el que se cruzan las reflexiones del manifiesto comunista con las de los dadaístas y futuristas; las convicciones de Lars von Trier con las de Lucio Fontana. ¿El resultado? Una pieza política hipnótica, mágica, irónica y orquestal cuestionadora de los tiempos actuales.
La gran Cate Blanchett interpreta a seres habitantes de ciudades devastadas, a una señora que sirve el almuerzo en una pulcra y diabólica casa y a una maestra en cuyo pizarrón se lee "nada es original" ante la mirada de niños que la escuchan citar a Jim Jarmusch y a Werner Herzog. A priori, las 13 pantallas dispersas en el espacio y ajustadas según un riguroso sistema de planos sonoros podrían representar mundos cerrados. Pero no es así. Como viene sucediendo desde hace tres años en distintos centros culturales del mundo, en un momento milimétricamente calculado, todos los rostros de las diversas Blanchetts miran a cámara y el cántico individual se transforma en una voz coral monótona, misteriosa y robótica, como si fuera el propio manifiesto de la obra. "Ese momento es como una armonía que rompe la cuarta pared y en la que todos esos manifiestos se convierten en uno: tal vez la voz del arte en la sociedad", reflexionó Rosefeldt, cineasta y videasta cuya producción propone un cruce entre el ensayo fílmico y la representación performática.
Manifiesto es tan visual como teatral. De hecho, quien le propuso trabajar al artista con esta maestra de la actuación fue Thomas Ostermeier, uno de los directores escénicos que renovaron el teatro germano. El trabajo en conjunto tuvo sus efectos para este creador, titular de una cátedra en la Academia de Arte de Munich. Según Google, su cara suele ser reemplazada en las búsquedas por algunos de los rostros de esta camaleónica actriz.
Que sea una mujer la que sintetiza este entramado de voces revolucionarias no es un dato menor. Salvo la historia de un homeless, el resto de las narraciones están protagonizadas por una misma mujer. En la trama sobre el futurismo, Blanchett es una agente de valores; en la dedicada al surrealismo, una fabricante de muñecos; para el pop art, una madre de familia conservadora; para el expresionismo abstracto, una alta ejecutiva en una fiesta privada, y para el arte conceptual, una conductora de un noticiero de TV.
"Como mujer que trabaja en el cine y en el teatro -tranquilizó Blanchett a Rosefeldt cuando le propuso protagonizar este obra- estoy entrenada para decir las palabras de los hombres". Ese desplazamiento de género es tan político como el humor que atraviesa este "manifiesto de manifiestos", cuya dramaturgia dependerá del interés de cada espectador porque no hay un orden preestablecido para ir de una historia a la otra. Rosefeldt cree que el humor deriva de la combinación entre la palabra hablada y el escenario propiamente dicho.
Y esos escenarios alucinados, de paisajes tan perfectos como inquietantes, fueron filmados en Berlín en apenas doce días de 2015. En esas intensas jornadas fue tomando cuerpo este collage de textos históricos que tiene dos extremos cronológicos: el Manifiesto Comunista, de Marx y Engels (1848), y el poema-statement de Sturtevant, figura del arte de la apropiación (2004).
De Berlín a Nueva York, las críticas han sido sumamente elogiosas para Manifiesto. Pero antes de las repercusiones, antes de la filmación y mucho antes de que Ostermeier le propusiera trabajar con la intérprete ganadora de dos Oscar, la idea en sí misma fue tomando cuerpo mientras Rosefeldt trabajaba en la película Deep Gold, un homenaje a Luis Buñuel. "Si comparamos el potencial rupturista que tuvo el arte en el pasado -dijo el artista cuando presentó esa obra en Madrid-, parece que estamos viviendo en una época de masturbación cultural. [...] Así que, en lugar de sorprendernos, el arte a menudo provoca lo contrario: nos hace sentir bien. Nos olvidamos de que el arte es un privilegio de las clases educadas que no ayuda mucho a los desprotegidos".
Muchos de los manifiestos de Manifiesto hablan de seres desprotegidos, de desplazados, de marginales. También del arte. El trailer de la obra afirma: "Todo el arte actual es una farsa, pero después de la revolución, ¿quién recogerá la basura el lunes por la mañana?". No hay respuesta.
Manifiesto tuvo también su versión fílmica, que se estrenó en el Festival de Sundance, la misma que se pudo ver en la Bienal de Performance. La maquinaria de voces, desde el sábado y con el auspicio del Instituto Goethe y la embajada de Alemania, llega a Proa. La rabia y la poesía de esas voces históricas, concepto que desarrolló el artista en una nota publicada en este mismo diario, volverán a entrar en diálogo con lo cotidiano.
Tres claves para conocerla¿Quién es Julian Rosefeldt?
La página oficial del artista (
julianrosefeldt.com) es sumamente completa. Allí se pueden descubrir sus obras previas, lo que puede servir para contextualizar su búsqueda estética y entender algunas claves de Manifiesto.
Tomarse tiempo para recorrer
La videoinstalación está compuesta por 13 historias de 10 minutos cada una, por lo cual se sugiere ir con tiempo. Por pedido del autor, las historias -habladas en inglés- no estarán subtituladas. Se entregará una hoja con la traducción de cada una de ellas.
Para conocer más
Hasta el 5 de noviembre, Manifiesto copará todo el primer piso de Proa (Pedro de Mendoza 1929). En el segundo piso se montará un espacio con información sobre los manifiestos citados por Rosefeldt.
“Manifiesto”, una instalación audiovisual del alemán Julian Rosefeldt, integrada por 13 videos interpretados por Cate Blanchett en diferentes roles que atraviesan lo performático y lo teatral, se inaugurará el próximo 26 de agosto en Fundación Proa, ubicada en la Avenida Pedro de Mendoza 1929, en el barrio de La Boca.
Cada instalación está concebida como un film donde la actriz australiana relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del Siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Rosefeldt, construyendo un relato propio con un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
La obra, que se exhibirá hasta el 5 de noviembre, despliega los interrogantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
“Manifiesto”, que fue presentada en distintas partes del mundo, es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática y sus proyecciones e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
Desde el próximo sábado 26 de agosto se podrá ver en PROAManifesto, la obra de Julian Rosefeldt que recorre el mundo. En múltiples pantallas, se ve a la actriz Cate Blanchett interpretar diversos monólogos cuyos textos entretejen algunos de los manifiestos más conocidos de la historia del arte y la política, en general vinculados a los movimientos de avant-garde, mezclados con otros más oscuros que Rosefeldt investigó para la ocasión y con manifiestos relativamente jóvenes como lasGolden Rules of Filmmaking de Werner Herzog, Jim Jarmusch y Lars Von Trier de 2004. Manifesto vale la pena por muchas razones, y el virtuosismo de Cate Blanchett no es una menor; pero tal vez lo más interesante de la obra son las preguntas que propone al espectador, que en algún punto tiene que tomar la decisión de leerla como un homenaje, una ironía, un epitafio, un grito de guerra o una canción desesperada.
¿Qué pueden decirnos hoy los manifiestos? ¿Nos hablan de un espíritu perdido e irrecuperable, o de algo que todavía está entre nosotros? ¿De qué relación entre el arte y la política pueden dar cuenta, y qué nos queda de ella en el siglo XXI?
"Los manifiestos políticos y estéticos tienen un valor en sí mismos, independientemente de las realizaciones que luego se verifiquen. Representan, por decirlo de algún modo, una línea de demarcación de lo que ya no puede tolerarse más, de lo que se pretende inventar, de lo que se aspira o se sueña", dice el crítico literario Daniel Link.
Aunque los manifiestos suscitaron interés y conversación desde que existen, no fue hasta hace un par de décadas que se empezó a pensar seriamente en el manifiesto como género literario. El francés Claude Abastado fue uno de los primeros teóricos que intentaron identificar los rasgos genéricos del manifiesto. Aunque resulte problemático, dice Abastado en el dossier fundacional que publicó la revista Littérature en 1980, hay que aceptar que el criterio para clasificar a un texto como manifiesto es fundamentalmente pragmático: las formas que adoptan los manifiestos son mutantes, pero todas son estrategias discursivas al servicio de la función polémica y antagonista que caracteriza al género. "En la escritura de los manifiestos", dice Abastado, "escribir es ante todo hacer".
En su libro Legitimizing the Artist. Manifesto Writing and European Modernism, 1885-1915 (2003, University of Toronto Press), el teórico italiano Luca Somigli realiza un análisis histórico y programático de los manifiestos artísticos nacidos entre finales del siglo XIX y principios del XX. Es durante esos años que el uso de la metáfora de la vanguardia (la parte de una fuerza militar que marcha por delante del resto), que hasta entonces se había aplicado solamente a movimientos políticos, se extiende a los movimientos artísticos, dando comienzo a una relación entre ambas (las vanguardias políticas y las vanguardias estéticas) mucho menos pacífica y lineal de lo que a veces se supone. En esa misma época aparece en los artistas vinculados a estas vanguardias la consciencia de su lugar en la sociedad, en particular en las emergentes sociedades de mercado: Baudelaire, sin ir más lejos, comparó en sus diarios íntimos al arte con la prostitución, en una metáfora que Benjamin rescata como fundacional de la autoconciencia del arte moderno, del artista que sabe que vende y se vende. Es desde el reconocimiento de estas contradicciones, dice Somigli, que el artista puede comunicar la verdad sobre las bases ideológicas de la sociedad burguesa, y así recuperar para sí una función nueva y potencialmente revolucionaria.
La tesis central de Somigli es que los manifiestos aparecen como una estrategia de respuesta a un problema que estalla en la modernidad: la legitimación del arte como herramienta de cambio social y no mera commodity, de los artistas como agentes políticos por derecho propio. Esta respuesta, lejos de ser una "solución", produce nuevas aporías en el vínculo entre arte y revolución, entre lo poético y lo político, que vale la pena seguir pensando un siglo después.
Una relación particularEntre los fragmentos más fácilmente reconocibles en los monólogos de Blanchett se encuentran, por supuesto, los del Manifiesto Comunista: "todo lo sólido se desvanece en el aire", dice desafiante la voz en off de Blanchett, y deja al desnudo la poesía de un texto que no se gasta aunque lo hayamos escuchado cientos de veces. Pero además de habernos dado uno de los manifiestos más famosos de la historia, el comunismo es un gran escenario para estudiar la relación entre aquellos que escribieron manifiestos políticos y aquellos que escribieron manifiestos artísticos. En convergencia con esta autoconciencia política de los artistas que se veía en Baudelaire, aparece como nunca en esta época la posibilidad de la convergencia entre la revolución política y la revolución estética, y con ella una serie de preguntas cruciales sobre esta articulación. La filósofa e historiadora Susan Buck-Morss analiza este fenómeno en su libro Mundo soñado y catástrofe. La desaparición de la utopía de masas en el Este y el Oeste, proponiendo por primera vez una diferenciación entre las vanguardias políticas y los movimientosavant-garde. "Hay que distinguir dos tipos de vanguardia", explica Jorge Dubatti, crítico e investigador teatral. "La artística (avant-garde) es aquella en la que la declaración está más asimilada a los principios estéticos y la acción a una fuerza subversiva de todo orden, a una revolución no definida salvo por su apertura: contra lo estatuido, contra las razón, contra la moral, pero sin una meta propositiva clara. En cambio la vanguardia política (vanguard) es la que pone la fuerza subversiva del arte al servicio con una causa extraartística: por ejemplo, un partido político".
Pero con la revolución, la revolución política y la revuelta estética se empiezan a pensar como dos caras de la misma moneda. Esta concepción pone a los artistas en una posición complicada, especialmente cuando el leninismo, en 1918, puso a los anarquistas en la mira: artistas como Malevich, Tatlin y Maiakovskii empiezan a preocuparse por los costos que implicaba para la libertad creativa trabajar demasiado cerca del Estado, aun si se trataba de un Estado revolucionario. "Antonin Artaud hace vanguardia artística pero se distancia del surrealismo cuando Breton y su grupo ponen el surrealismo al servicio del comunismo. Libertad subversiva sin meta clara versus la subversión puesta al servicio de un partido. Vanguardia artística y vanguardia política usan los manifiestos de manera diferente", explica Dubatti.
La pregunta por el significado de un arte revolucionario se hace entonces cada vez más difícil. Los movimientos de avant-garde parecían ser el arte más revolucionario en términos de su ruptura con las prácticas artísticas tradicionales; pero, ¿era un "arte proletario" el que practicaban estos artistas, al menos en un sentido clarividente, un arte que fuera a liberar a los trabajadores aunque ellos todavía no lo supieran? ¿O, por el contrario, se trataba de un arte burgués, al no subordinarse a los designios y necesidades del partido? ¿Podía el arte servir a la revolución de los proletarios? ¿El arte solo puede legitimarse como revolucionario cuando se pone al servicio de algo externo, y que paradójicamente limita sus búsquedas a la representación de un mensaje que le viene de afuera, obligándolo a reproducir estrategias estéticas antiguas y -tal vez incluso- conservadoras?
Más allá de la revolución rusa, estas preguntas todavía no tienen soluciones definitivas, y quizás nunca la tengan. "Las vanguardias históricas demostraron su carácter aporístico", dice Link. "Los callejones sin salida con los que se encontraban cada vez que intentaban articular el 'fuera de tiempo' propio del manifiesto con la historicidad propia de la práctica (política o estética)".
Lo que se hizo evidente en esta época y podemos seguir pensando en estos días es que esta lucha por la legitimidad no es solamente un conflicto entre el arte y la política, sino también entre las ideas revolucionarias y la práctica, entre el deseo de destruir lo viejo y la necesidad de pensar la construcción de lo nuevo. Los manifiestos parecen ser muy efectivos respecto de lo primero, pero lo segundo es, tal vez por su propia naturaleza, un eterno proyecto por venir.
A días de la apertura en Proa, Julian Rosefeldt dice a La Nacion: "Algo que me resultó muy interesante es que estos manifiestos que leemos de grandes artistas fueron escritos cuando ellos eran muy jóvenes y todavía no tenían obra, antes de que las obras que los hicieron célebres siquiera existieran". Ese hiato temporal entre el manifiesto y la obra tal vez nos hable también de la relación entre dos espíritus, el destructivo y el productivo, que están en permanente conflicto en el arte pero se necesitan mutuamente.
Sería fácil decir que el gesto progresista del manifiesto (en el sentido marxista-hegeliano de la palabra progreso) murió con los grandes relatos, y que por eso encontramos tantos menos manifiestos en nuestros días; que hoy sería ingenuo, impropio de nuestra posmodernidad irónica, autoconsciente y desesperanzada, seguir llamando a la revolución del arte. Pero la realidad histórica es bastante más compleja: los manifiestos empiezan a deconstruirse a sí mismos prácticamente desde su apogeo. En el mismo 1918 de los suprematistas, Tristan Tzara publica en Zurich el primer manifiesto dadaísta, que explícitamente se ríe (aunque sin cinismo) del acto "solemne" de publicar un manifiesto.
Claramente, sin embargo, hoy los manifiestos dan que hablar mucho menos que hace cien años. "Los manifiestos son conmovedores porque transmiten claramente la sensación de que alguna vez alguien creyó profundamente en esos principios y los quiso transmitir como una forma de contagio, entusiasmo y búsqueda de adhesión. Lo que tal vez ha cambiado es la fuerza de confianza en el futuro que transmitían las vanguardias, hoy sometida a una mayor incertidumbre", piensa Dubatti.
"La escena del arte a principios del siglo pasado era todavía muy pequeña, y los que escribían manifiestos eran incluso una minoría dentro de esa escena minúscula. Para ser escuchados, los artistas tenían que gritar", dice Rosefeldt en el catálogo en español de Manifiesto. "La escena del arte hoy es una red global de negocios con diversos medios de expresión. El manifiesto como soporte de articulación artística se ha vuelto menos relevante en un mundo del arte globalizado", sigue en ese texto. Pero en la conversación que tuvo con La Nación, Rosefeldt agrega sin contradecirse que "el mundo es un lugar muy distinto hoy de lo que lo era hace tres años, cuando yo empecé conManifesto. La emergencia de Trump, las situaciones en Turquía, Brasil, Francia, Filipinas, por mencionar solo algunos casos salientes, hacen que los manifiestos hoy vuelvan a ser más necesarios que nunca. Porque el manifiesto, aunque sea impulsivo o rabioso, también es poético: tiene rabia pero también poesía. Los manifiestos están escritos con la rabia de un pueblo pero también con poesía: cada palabra en ellos tiene un sentido. En cambio, el discurso de los populismo de derecha es rabia en un envase vacío. Espero que la lectura y el trabajo sobre los manifiestos que está desatando mi trabajo pueda llevar a pensar en esto, en nuevos manifiestos para la rabia de nuestra época".
Tres circunstancias hacen de Manifesto (2015) una obra singular: la experiencia de las vanguardias históricas y las neovanguardias del siglo XX (del dadaísmo a Fluxus y la Internacional Situacionista); la extraordinaria cualidad actoral de Cate Blanchett, que no le hace asco a nada, y los paisajes, la mayoría de las veces sobrenaturales, de Berlín y su entorno inmediato (la luz septentrional, los bosques, la arquitectura).
Manifesto será exhibida en su formato “instalación” a partir del sábado 26 de agosto en la Fundación Proa. Pero es también una película dirigida por Julian Rosefeldt (estrenada en Sundance este año). En los dos casos, Cate Blanchett desempeña trece papeles (un linyera, una coreógrafa de vanguardia, una maestra de primaria, una periodista de televisión, una marionetista, una viuda reciente, etc.) que le permiten decir, en situaciones típicas para cada uno de esos caracteres (un ensayo de ballet, una clase, un entierro, la plegaria antes del almuerzo) fragmentos de manifiestos clásicos, desde el célebre Manifiesto comunista (1848) de Marx y Engels (“todo lo sólido se desvanece en el aire”) hasta las Reglas de oro de la cinematografía (2004), de Jim Jarmusch.
El collage resultante es inquietante y desolador, porque nos devuelve palabras sobre la necesaria destrucción del arte para la construcción de una vida totalmente nueva y porque lo hace a través de los comportamientos más estereotipados (desde lo físico hasta lo verbal). Como si la protesta no alcanzara a transformarse en grito.
Julian Rosefeldt. MANIFESTO
August 26th – November 5th 2017
Organization: Fundación Proa
Collaboration: Goethe-Institut Buenos Aires
Sponsor: Embassy of Germany in Argentina
Main Sponsor: Tenaris - Techint Organization
Manifesto by Julian Rosefeldt, consists of 13 synchronized films starring Cate Blanchett who performs different roles guided by a selection of fragments of more than 50 manifestos of the 20th-century art history.
As a result we get surprising and provocative monologues from the thoughts of dadaist, futurists, architects, film directors, etc. The work is a lucid approach to the importance of the historical texts in our contemporary world.
The German artist Julian Rosefeldt is internationally recognized for his meticulously choreographed films. Inspired by art history, film and popular culture, Rosefeldt creates stunning multi-screen installations "in which the characters fight in the theater of the world"
26 de agosto – 5 de noviembre 2017
Organiza: Fundación Proa
Colabora: Goethe-Institut Buenos Aires
Patrocina: Embajada de Alemania en Argentina
Auspicia: Tenaris – Organización Techint
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
MANIFESTO fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
JULIAN ROSEFELDT (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
MANIFESTO fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
JULIAN ROSEFELDT (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral. Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad. JULIAN ROSEFELDT (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participó de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Fecha y horario de inauguración: 26 de agosto a las 17 h.
Lugar: Fundación Proa. Av Don Pedro de Mendoza 1929
Entrada sin cargo el día de la inauguración
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017 se presenta en la Fundación PROA, en colaboración con Goethe Institut, “MANIFESTO” de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata en cada una de las distintas situaciones y contextos que le toca interpretar, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX, que efectivamente hayan sido concebidos como tales. Contiene y se basa en textos pertenecientes a varios manifiestos artísticos narrados en trece filmes. La muestra se comporta como un elocuente recorrido audiovisual por la historia del arte occidental del siglo XX a través de los diferentes movimientos que se han desarrollado en este convulso siglo.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
Todos los filmes están interpretados por Cate Blanchett en doce roles diferentes. Rosefeldt actualiza el contenido de los manifiestos, declamados perfectamente por Blanchett, cuyos contenidos e ideas vuelven a ser extremadamente vigentes a través del personaje escogido por el artista y el ambiente que lo rodea. El collage de textos históricos seleccionados por el director está compuesto por manifiestos de artistas, arquitectos, coreógrafos y directores de cine, incluyendo textos de: Filippo Tommaso Marinetti para el Manifesto Futurista (1909) recitado por el personaje de una broker; Tristán Tzara y su Manifesto Dadá (1918) aparece en el discurso de una elegante señora en un funeral; las palabras Suprematistas de Kazimir Malevich (1916) resurgen a través de una científica; André Breton y su Manifesto Surrealista (1924) aparecen en el discurso de una marionetista.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad. Fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
Sobre el director
JULIAN ROSEFELDT (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
FICHA
Manifesto
Género: Drama
Año: 2015
País: Australia
Director: Julian Rosefeldt
Guión: Julian Rosefeldt
Fotografía: Christoph Krauss
26 de agosto – 5 de noviembre 2017
Organiza: Fundación Proa
Colabora: Goethe-Institut Buenos Aires
Patrocina: Embajada de Alemania en Argentina
Auspicia: Tenaris – Organización Techint
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe Institut, presenta MANIFESTO de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Julian Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
MANIFESTO despliega los interrogantes totalizantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
MANIFESTO fue presentada en 2016 en Staatsgalerie Stuttgart; Park Avenue Armory, New York; Ruhrtriennale 2016, Duisburg; Art Gallery of New South Wales, Sydney y Museum für Gegenwart, Berlin. En 2017 en: Capital of Culture, Aarhus; Ecole des Beaux Arts de Paris y Villa Stuck, Munich.
JULIAN ROSEFELDT (Munich, 1965) vive y trabaja en Berlín. Su obra es un cruce complejo de ensayo fílmico y representación performática. Sus films e instalaciones audiovisuales asocian la reflexión filosófica, la política y la crítica a la imagen.
En el año 2004 participa de la Bienal de San Pablo representando a Alemania. Sus obras integran importantes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran el MoMA de Nueva York; la Neue Nationalgalerie de Berlín; el ACMI– Australian Centre for the Moving Image de Melbourne; el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y la Saatchi Collection de Londres entre otras.
Expone internacionalmente desde 1997. Entre sus más exposiciones individuales más recientes se destacan: Villa Struck de Munich (2017), Park Avenue de Nueva York (2016), Hamburger Bahnhof – Museum für Gegenwart de Berlin (2016) y ACMI – Australian Centre for the Moving Image, Melbourne (2015) entre otras.
En el año 2009 fue profesor invitado por la facultad de Media Art de la Universidad Bauhaus de Weimar. Actualmente es miembro de la Academia Bávara de Bellas Artes y es profesor de Digital Time-Based Media en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Desde el 26 de agosto al 5 de noviembre del 2017, Fundación Proa, en colaboración con el Goethe-Institut, presenta MANIFESTO, de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.La instalación audiovisual, interpretada por Cate Blanchett, se exhibirá en la Fundación Proahasta el 5 de noviembre.
"Manifiesto", una instalación audiovisual del alemán Julian Rosefeldt, integrada por 13 videos interpretados por la actriz Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral, se inauguró en Fundación Proa.
Cada instalación está concebida como un film donde Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
La actriz interpreta a 13 personajes diferentes, que van desde un vagabundo, pasando por un profesor, un rockero y una presentadora de televisión.
La obra, que se exhibirá hasta el 5 de noviembre, despliega los interrogantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
El próximo 19 de agosto en Fundación Proa se estrenará la instalación audiovisual del alemán Julian Rosefeldt, integrada por videos protagonizados por la actriz Cate Blanchett.
"Manifiesto", una instalación audiovisual del alemán Julian Rosefeldt, integrada por 13 videos interpretados por la actriz Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral, se inauguró en Fundación Proa.
Cada instalación está concebida como un film donde Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
La actriz interpreta a 13 personajes diferentes, que van desde un vagabundo, pasando por un profesor, un rockero y una presentadora de televisión.
La obra, que se exhibirá hasta el 5 de noviembre, despliega los interrogantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
“Manifiesto”, una instalación audiovisual del alemán Julian Rosefeldt, integrada por 13 videos interpretados por la actriz Cate Blanchett en diferentes roles que cruzan lo performático y lo teatral, se inaugurará el próximo 19 de agosto en Fundación Proa.
Cada instalación está concebida como un film donde Cate Blanchett relata, en ese universo, las palabras más sobresalientes de los artistas del siglo XX.
Las 13 pantallas presentan fragmentos seleccionados por Rosefeldt, construyendo un relato propio: un collage de 50 textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti) cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto Comunista de Marx y Engels.
La obra, que se exhibirá hasta el 5 de noviembre, despliega los interrogantes que marcan nuestra cultura, preguntándose por la validez actual de estas declaraciones y el rol del arte en la actualidad.
Manifesto, el filme del artista audiovisual alemán Julian Rosefeldt, comienza con un plano cerrado y lento de una explosión. En verdad es una mecha consumiéndose, lanzando chispas, fuego, luces de colores, probablemente también calor. No podría haber una imagen mejor que ese incendio, la llama que conduce algo que va a salir disparado por el aire, para introducir un trabajo que recorre los principales manifiestos de los movimientos de vanguardia centrales del siglo XX y el XXI. Es que un manifiesto es un llamado a la acción. Algo tiene que destruirse para que aparezca lo nuevo y ese movimiento siempre es violento, una explosión. Todo lo sólido se desvanece en el aire escribieron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista que es de algún modo, modelo de todos los otros manifiestos que estaban por venir. Es con esa frase también que se prologa esta suerte de película. Una obra con apariencia de película, una película con apariencia clásica, conformada por textos históricos, dichos por la hermosa voz y rostro de Cate Blanchett.
Julian Rosefeldt está llegando a Buenos Aires invitado por el Goethe Institut para presentarla en el marco de la 2° Bienal de Performance de Argentina, una interesantísima iniciativa privada e independiente que se realiza en una veintena de museos, espacios culturales, galerías y diferentes sitios de la ciudad que conforman un diseño de exhibición descentralizado, en el que se verán y escucharán artistas y académicos internacionales, así como un seleccionado de lo más potente de la escena del teatro, danza y artes visuales locales que dialoga con el performance art. Hay tiempo de ver cosas hasta al 7 de junio.
Es en este contexto estimulante y experimental que se verá este Manifesto y así hay que entender su particularidad: se trata de un proyecto audiovisual en formato de museo performance en el que la inigualable Cate Blanchett recita una serie de más de 30 manifiestos artísticos enmarcada en diferentes escenas de gran ficción cinematográfica. Es, claro está, un homenaje a a la hermosa, poética y combativa tradición de los manifiestos artísticos y se propone indagar su vínculo con la sociedad actual. ¿Es posible que estos párrafos virulentos y esperanzados tengan alguna clase de resonancia con el presente, llevados a una situación contemporánea?
Hay que saber que Rosefeldt es un cineasta y videasta de escala internacional, profesor invitado en la Bauhaus-Universität Weimar, enseña en la Academia de Bellas Artes de Munich, realizó exhibiciones en museos y festivales en todo el mundo y su trabajo integra las colecciones de la Neue National Galerie de Berlín, la Saatchi de Londres y el MoMA de Nueva York. Por eso Manifesto se exhibió por primera vez como una instalación multipantalla en el Australian Centre for the Moving Image y en el Museum für Gegenwart de Berlín. Cada uno de los doce capítulos de la obra se veían en una pantalla y espacio diferente del museo generando distintos climas.
Pero la versión que llega a Buenos Aires es diferente. Es en formato “película”, una adaptación lineal de Manifesto, tal como fue estrenada con bombos y platillos en el Sundance Film Festival 2017. Una compilación en la que los episodios están uno detrás del otro, generando una suerte de narrativa hermosa y cinematográfica en un sentido clásico, en el que la sorpresa también radica en esperar una nueva y camaleónica aparición de la diva Blanchett que pasa de ser hermosa a pavorosa, de frágil a temeraria, de rica a proletaria y así sucesivamente. Y por supuesto los despampanantes espacios donde todo tiene lugar, escenografías naturales y arquitecturas deslumbrantes, filmadas con lentitud y densidad plástica.
Volveré y seré dicho por millonesA no confundir, no se trata de una teatralización ni una representación de los manifiestos. De hecho la relación entre las imágenes y las palabras no tiene nada de literal y tiende a ser bastante caprichosa y compleja. Como dice Rosefeldt: “La idea principal no era ilustrar los textos de cada manifiesto en particular, sino permitir a Cate encarnarlos. Ella es el manifiesto.” ¿Y qué son los manifiestos para este artista?: “Es la escritura más hermosa y fascinante. Podía escuchar las palabras como si se hablaran. Me di cuenta de que no eran sólo documentos históricos de arte, sino el material de texto más animado y realizable. Ellos me hicieron pensar en algo teatral y así comencé a imaginar estos manifiestos como una performance, liberada del polvo de la historia del arte y el tiempo presente.”
El Manifiesto que se verá en el Malba recorre doce escenarios distintos. En cada uno de ellos Cate Blanchett realiza un personaje con una caracterización diversa y siempre impactante. En un capítulo llega a hacer dos personajes a la vez y a tener una conversación consigo misma de uno y otro lado de la pantalla. El primer episodio –que es el que más difusión ha tenido– la actriz australiana está caracterizada como un linyera que vaga por zonas periféricas y derruidas, acompañada por un perro pulguiento, mientras grita como un oráculo temible textos de Guy Debord. El vínculo entre los planos de cielos plomizos y la voz aguardentosa enarbolada por Blanchett es perfecto para iluminar las palabras del Situacionismo, al igual que textos de Lucio Fontana y su White Manifiesto.
Casi como una autocita de lo que ya había hecho en I’m Not There (Todd Haynes, 2007) la actriz se va convirtiendo en muchas diferentes a la vez. Trece personajes diferentes: un corredor de bolsa, una madre conservadora, un CEO, un orador funeral, una chica punk, una coreógrafa, una maestra, un trabajador de fábrica, una conductora de noticias y una movilera que mantienen una conversación, una titiritera, una científica y el susodicho homeless.
Lo interesante es el vínculo que Rosefeldt encontró entre la intención original de esos textos icónicos y las escenas presentes. Los manifiestos están recortados en pedacitos y mezclados de modo tal que se rearman casi en un sentido nuevo en cada uno de los episodios. A veces el vínculo es de reafirmación, como en el caso del violento manifiesto futurista que es dicho en una oficina donde un corredor de bolsa, con la vista clavada en monitores con gráficos, se carga de una ansiedad insana, otros inesperado, como la muchacha punk diciendo en un bar atiborrado de yonquis el manifiesto creacionista de Vicente Huidobro, otros definitivamente irónico, como la maestra que les dice a sus niños las prohibiciones del manifiesto de Dogma 95 como si se tratara de las consignas para una tarea escolar. Es que en esas reglas enarboladas de modo tan estricto por Lars von Trier y Thomas Vinterberg, esos “No se puede usar música incidental”, “Los rodajes tienen que llevarse a cabo en localizaciones reales”, “No se pueden usar lentes diversos ni filtros”, ¿no tenían ya algo un poco ridículo o infantil?
Un nuevo grito de guerraAcerca de esta dimensión nueva que nace del collage de fragmentos y que seguramente tiene que ver con cómo la escucha contemporánea resignifica los sentidos originales, Rosenfelt cuenta: “Antes de comenzar a escribir el guión y colmar los manifiestos, el desarrollo del trabajo implicó una gran cantidad de investigación y análisis textuales. Con la excepción de un fragmento citado de Karl Marx y el Manifiesto de Friedrich Engels del Partido Comunista de 1848, mi selección comienza a principios del siglo XX con el legendario 1909 La Fundación y Manifiesto del Futurismo de Filippo Tommaso Marinetti y termina poco después del cambio de siglo. Incluí a Karl Marx, porque para mí es la madre de todos los manifiestos, además de los Diez Mandamientos y la Tesis Luterana. El manifiesto más actual que he usado es las Reglas de Oro del Cine (2004) del director estadounidense Jim Jarmush. De todos los autores del manifiesto que leí, elegí subjetivamente unos sesenta cuyos manifiestos me parecieron los más fascinantes y también los más recitativos. O los elegí porque se adaptaban unos a otros. Por ejemplo, los comentarios de Vassily Kandinsky y Franz Marc corresponden muy bien con los pensamientos de Barnett Newman. Y también podrían vincularse los textos de André Breton y Lucio Fontana, mientras que los escritos de los muchos artistas Dada o Fluxus podrían ser combinados en una especie de condensación, una especie de Super-Dada o Super-Fluxus-Manifesto. A través de cortes y la combinación de textos originales de numerosos manifiestos, surgieron doce collages de manifiesto. Y éstos leen armoniosamente dentro de cada collage hasta el punto de que las fronteras entre los fragmentos de texto ya no pueden ser identificadas.” En síntesis: “He construido Manifesto como una serie de episodios que se pueden ver por separado, pero que también se pueden ver juntos en su totalidad, como un coro de voces diferentes. En este sentido el Manifesto se convirtió en un nuevo texto en sí mismo: un manifiesto de manifiestos.”
Manifesto plantea como interrogante si esas declaraciones apasionadas y guerreras pueden resonar en el presente. En todos esos Ismos estaba el empoderamiento del arte para discutir la propia institución, su vínculo con la sociedad y en lo posible la más sonora ruptura con el pasado. Y ahora, ¿no es este mismo gesto un homenaje posmoderno? ¿un rescate y un hundimiento de aquellos motivos de la modernidad? Rosefeldt encuentra en el cine y en la magnífica Cate Blanchett el canal para que sus preciosas puestas en escena se eleven a la escala de aquellos mitos de la historia del arte. Inicia así una conversación a través de los siglos. Con una ayudita del cine.
Manifesto se puede ver a las 17 y a las 19 el lunes 22 de mayo. Proyección y entrevista pública al artista por Agustín Pérez Rubio. En Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415. A mediados de agosto la obra se exhibirá en Proa en su versión completa, como instalación multipantalla.