Muro O’Reverie, 2009
Pintura, fresco y diversas capas de empapelado
En Muro O’Reverie, una pared revela la memoria de una habitación mediante la superposición de empapelados, fresco y pintura, que la artista arranca en segmento. Sugiere el paso del tiempo en un interior arquitectónico. Se trata así de la historia construida y ficcional de una habitación que ha tenido diversas funciones, como ser un cuarto infantil, un refugio punk rock adolescente, un aula de escuela, un local en liquidación, una bailanta, un garage. La acción permite imaginar los sucesos y las vidas de aquellos que habitaron dichos espacios.
Unido a la tradición de la pintura mural, Seeber usa elementos industriales: los empapelados para contar historias. Cada empapelado es la presencia de alguien que estuvo ahí y nos propone que, a través de las imagénes que la industria pone al alcance del individuo, se puedan reconocer tiempos, momentos, oficios.
De esta manera las imágenes se convierten en signos arqueológicos en una gran ciudad.
En una esquina, un agujero negro corta el efecto cromático del mural, en un vacío que, razgando la pared misma, enfatiza el gesto de la artista: destapar, des-cubrir y esta metáfora del agujero negro se encuentra al lado de los restos de una escalera, de un rescate de las líneas abstractas de un edificio que desapareció.
Dialogville, 2009-2010
Vidrio soplado libre. Medidas variables
Realizado por Roberto Salazar, de Crystal Uno
Presenta una serie de burbujas de diálogo que carecen de palabras. Se trata de esculturas de vidrio translúcido creadas con la técnica de soplado libre que remiten al lenguaje del cómic, pero que se encuentran, en este caso, vaciadas de texto, frases o conversaciones. ¿Ausencia de palabras o espacio abierto a la multiplicidad de conferencias? La artista pensó en el concepto de agrupación de estos diálogos, de cruce de estas conversaciones reunidas en los espacios en los que circulan los espectadores, saliendo de las exhibiciones, o ingresando al auditorio; rincones de opinión, para compartir alguna reflexión.
Los grupos de burbujas encontrados en los rincones delimitan un espacio donde aconteció un diálogo: ¿amoroso, político, violento, artístico…? También en esta obra, Seeber nos muestra su territorio artístico que es la reconstrucción de la historia, el tiempo a través de signos, de imágenes vulgares y universales en la era global.