Prensa Publicada
La Fundación Proa presenta en estos días un “Panorama del arte contemporáneo” breve y variado, que incluye video, pintura mural, instalaciones, intervenciones, performance y cine independiente.
La muestra, que se subdivide en diferentes capítulos, los cuales a su vez en algunos casos se entrecruzan, se despliega en todas las salas y plantas de la Fundación, incluida la biblioteca-librería, la cafetería, la terraza y los lugares de paso. Sin embargo, esta “ocupación” del espacio no resulta abrumadora en relación con la disposición de las obras porque los respectivos curadores de cada una de la secciones lograron un resultado armónico entre los trabajos exhibidos, el espacio disponible y la percepción de los visitantes. Se trata más bien de un panorama de “cámara”, en el que el cruce de lenguajes y técnicas conviven y se complementan.
El primer capítulo de este paneo contemporáneo es la segunda edición de Art in the Auditorium, un programa coordinado por Rodrigo Alonso con la participación de instituciones y curadores internacionales: Whitechapel (Londres), The Institute for the Readjustment of Clocks, albergado por el Instanbul Modern (Estambul), Ballroom Marfa (Texas), Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea (Bérgamo), Citi Gallery (Wellington), Henie Onstad Kunstseneter (Oslo) y la anfitriona, Proa. Cada una de estas instituciones presentan, respectivamente, las obras de Ursula Mayer (Austria, 1970), Inci Eviner (Turquía, 1956), Aïda Ruilova (EE.UU., 1974), Patrizio Di Massimo (Italia, 1983), Nova Paul Nueva Zelanda, 1973), Lars Laumann (Noruega, 1975) y Charly Nijensohn (Argentina, 1966). Las obras están presentadas de modo aislado (como la de esta última) o en una ambientación compartida, aunque en diferentes formatos: pantallas, televisores, proyectores, monitores de computadora.
Según explica Alonso, “las piezas dan cuenta de la amplia variedad formal y conceptual de la que es capaz el medio electrónico. Algunas de ellas investigan las posibilidades narrativas del audiovisual de autor, otras trabajan a partir de imágenes de una fuerte carga simbólica, otras se basan en investigaciones históricas o culturales que se aproximan al documental, pero desde una perspectiva singular. En otros casos, existen exploraciones visuales, que mediante técnicas de animación o manipulación digital resaltan los valores estéticos de las imágenes. Así, el relato testimonial (Di Massimo, Laumann) coexiste con la reflexión filosófica (Mayer, Ruilova), o el oscuro paraje en el que se manifiesta una metáfora ecologista (Nijensohn) entra en contrapunto con la exaltación cromática y plástica (Paul, Eviner)”.
La obra más destacada de esta sección es la del argentino, en donde la silueta de un hombre a la deriva flota en un sector de la selva amazónica deforestada e inundada. Es un corto tan inquietante como poético, en el que el videasta, para hablar de cuestiones acuciantes y notorias, como las consecuencias del cambio climático, la modificación del ecosistema y la explotación indiscriminada de la naturaleza, se mete con elocuencia en el centro del problema.
En las salas 3 y 4 se presentan sendas muestras de Luisa Rabbia (Italia, 1970. Vive y trabaja en Nueva York) y Alejandra Seeber (Argentina, 1968. Vive y trabaja en Buenos Aires y Nueva York).
Rabbia, con curaduría de Beatrice Merz, exhibe dos trabajos: por una parte, una enorme instalación sobre pared, The Following Day, No One Died, 2009 (Al día siguiente, nadie murió), realizada en porcelana e impresión sobre vinilo. Por la otra, un video, Travels with Isabella. Travel Scrapbooks 1883-2008 (26’30”; 2008).
En el primero de sus trabajos, la gigantografía de un electrocardiograma que su padre se realizó un tiempo antes de morir (ampliada a ocho metros y medio de ancho), está atravesada en su superficie por caminos de porcelana, amasados por la artista. Así, las líneas rítmicas y modulaciones cardíacas que imprime el electro en el papel, están surcadas por un cordón que luce orgánico y agrietado e incluye la evocación de un bebé por nacer, le permite a L. R. reflexionar acerca del viaje introspectivo que suponen muerte y vida, de cerca.
Otro viaje, más complejo y plagado de mediaciones, es el que se cuenta en la segunda obra, un video inspirado en los álbumes de fotos que la coleccionista Isabella Stewart Gardner (ISG) reunió en sus viajes a China a fines del siglo XIX. Aquella colección sirve como fondo de un diario de viaje de Luisa Rabbia, que “incrusta” sus propios recuerdos e impresiones en el contexto de la cita de imágenes ajenas: dibujos, extractos de videos, piezas de museo que fueron motivo de una residencia de L. R. (en el Museo ISG de Boston). Según cuenta la artista en un diálogo con la curadora publicado por la Fundazione Merz el año pasado, “diferentes tiempos y lugares se unen en un viaje por la memoria que transcurre sin ningún orden cronológico. Creo que ésa es nuestra manera de recordar: aunque tomamos nota de la fecha y la hora, si cerramos los ojos, los acontecimientos pasados se unen, se mezclan entre sí, cambian de orden. Lo que queda es su sabor, indistinto. Como si, una vez que han pasado, las cosas se transformaran en un todo indiferenciado. Ese todo da por resultado nuestro presente, porque estamos hechos de todo lo que ocurrió antes. Como dijo Albert Einstein: “Las personas como nosotros, que creen en la física, saben que la distinción entre pasado, presente y futuro no es más que una ilusión que se obstina en persistir”.
La obra de Alejandra Seeber, Muro O’Reverie, es un mural compuesto de capas de empapelado, pintura y fresco. Con un efecto similar al que suscita ver una casa en demolición, el mural de Seeber, capa sobre capa, devela las funciones, historias y memorias que las paredes suelen revelar cuando se escarba un poco en los materiales. Los empapelados sucesivos y superpuestos, arrancados caóticamente, dejan ver diseños, estilos, épocas, gustos, que se traducen como espasmódicos efectos de sentido que permiten al espectador viajar en el tiempo, pero estando inmóvil. La mirada recorre todos esos patrones de diseño que construyen un patchwork ideológico, estético y cultural a ser interpretado.
Otro conjunto de obras de Seeber está constituido por Dialogville, una serie de burbujas de vidrio soplado que, colgadas aquí y allá (en lugares de paso, en la librería), se inspiran en los globos de diálogo de las historietas. Diálogos vacíos sobre las cabezas de los visitantes, que pueden llenarse (o dejarse vacíos) con los pensamientos e intercambios verbales que surgen al paso. Este trabajo forma parte de otra secuencia del “panorama” de Proa: el capítulo “Sintonías”, coordinado por Cintia Mezza, incluye además obras de Elba Bairon (Bolivia, 1947. Vive y trabaja en Buenos Aires), Alejandro Cesarco (Uruguay, 1975. Vive y trabaja en Nueva York) y Esteban Pastorino (Buenos Aires, 1972).
Bairon presenta una instalación en la pared de la cafetería, hecha con yeso, hierro, esmalte y esténcil sobre el muro. Un paisaje abstracto y sutil, protagonizado por un conejo.
Esteban Pastorino exhibe dos obras, un estereoscopio y un periscopio. Enfoques, distorsiones y fragmentación del paisaje a través de dos instrumentos anacrónicos, para otear en el horizonte de La Boca desde la terraza de la Fundación Proa.
Cesarco, junto con la dramaturga Ana Katz, presenta una situación para dos personajes, como performance.
En relación con estas “Sintonías”, la curadora Olga Martínez presenta las célebres ediciones que Mirta Dermisache realiza desde hace décadas. Escrituras y textos ilegibles, elogiados a comienzos de los setenta por Roland Barthes, están ploteados sobre la pared de entrada a la librería en la que se venden ejemplares de la obra de Dermische.
Finalmente, la secuencia integrada por obras de Alejandro Cesarco y Jorge Méndez Blake (México, 1974), componen el capítulo “Otras voces”, curado por Florencia Malbrán. Mientras Cesarco presenta un video de nueve minutos sobre la película India Song, de Marguerite Duras, (basada en su obra teatral homónima), JMB muestra la instalación La Biblioteca Borges (pinturas sobre muro, madera, espejos, dibujos). En palabras de la curadora “ambos recurren a la literatura, pero también al cine y la arquitectura, para reflexionar sobre el presente y sus vínculos con el pasado”. El sábado 13 se proyecta el documental Copacabana, de Martín Rejtman. (Fundación Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929, hasta el 14 de marzo. Adultos: $10; jubilados y estudiantes: $6. Martes a domingos, de 11 a 19.)
La artista italiana Luisa Rabbia, presenta dos obras en su primera presentación en nuestro país. Curada conjuntamente con Beatrice Merz, la exhibición se desenvuelve alrededor de dos obras, que consisten en un video y una instalación sobre pared. Las obras de carácter íntimo recuperan el viaje como tema central ya sea éste un viaje por su mundo interno, o como en la apropiación de imágenes históricas.
El resultado es un diario íntimo, que como tal, utiliza sus propias obras y se apropia de ilustraciones ajenas: raíces infinitas, fragmentos de obras o segmentos de sus videos anteriores que funcionan como vasos sanguíneos en su historia de vida: Travels with Isabella. Travel Scrapbooks 1883-2008, 2008 (Viajes con Isabella, Recortes de viaje, 1883-2008) y The Following Day, No One Died, 2009 (Al día siguiente, nadie murió).
La artista comenta: “Este proyecto es un viaje hacia el medio de la vida, donde algún día, y de alguna manera se encuentran entre el amanecer y el atardecer; tal vez es parte de un gran viaje que comienza con el nacimiento y termina en la muerte...”
El video Travels with Isabella. Travel Scrapbooks 1883-2008 fue creado durante una residencia de artistas del Museo Isabella Stewart en Boston. Rabbia se inspiró en la colección de fotografías de Isabella Stewart Gardner (1840-1924), tomadas durante su viaje a China en 1883, para crear un fascinante sendero animado: una escena con imágenes de la antigua China en la que la artista compone su diario personal con dibujos, material en video de sus trabajos anteriores y obras tomadas de la colección del museo.
En la instalación The following day, no one died, un gran mural que reproduce un electrocardiograma, es intervenido con líneas de porcelana que interactúan como líneas de tiempo, el paso del tiempo, la grafía de la vida.
Una conversación: Beatrice Merz y Luisa Rabbia
Fragmentos de la entrevista publicada en Luisa Rabbia. In viaggio sotto lo stesso cielo. Fondazione Merz, Torino, 2009.
Beatrice Merz: La exposición (...) entreteje un mundo –que es el suyo- hecho de soledad, de inseguridad psicológica, de recuerdos compuestos por imágenes tomadas de las vidas de otros. El resultado es una especie de diario personal, una narrativa que consiste en una red de dibujos: raíces infinitas, instantáneas de obras y fragmentos de videos anteriores. Arterias de un camino de vida....
(...) ¿El dibujo es para usted un punto de partida o de llegada?
Luisa Rabbia: Es un punto de partida porque parece reunir y abarcar toda mi investigación previa. Es un punto de inicio porque es una técnica que se expande, tanto en sus significados como en los distintos medios que conlleva. Pero es también un punto de pasaje que registra todo lo que aparece en un determinado lapso de tiempo. El dibujo es como un guión cinematográfico que traduce las palabras en imágenes; pero muchas veces es como escribir sin saber exactamente de qué estamos hablando porque el dibujo nace de manera instintiva, durante un período más o menos prolongado.
(...)
BM: Durante su residencia en el Isabella Stewart Gardner Museum en
Boston realizó el video Travels with Isabella. Travel Scrapbooks 1883-2008 (Viajes con Isabella. Recortes de viaje, 1883-2008). Inspirándose en los álbumes de fotos de la coleccionista Isabella Stewart Gardner, reunidos durante sus viajes a China en 1883, produjo un fascinante viaje animado en el que las imágenes de la antigua China se convierten en telón de fondo de su diario personal compuesto por dibujos, extractos de otros videos y obras de la colección del museo. El resultado es una narrativa fantástica entre la imaginación contemporánea de la artista y la China histórica, entre el pasado y el presente, entre las vidas entrecruzadas de dos mujeres. (...) ¿Qué valor tienen el tiempo y el lugar en su obra? ¿Qué significa la combinación de cosas distantes en el tiempo y en la geografía?
LR: En Travels with Isabella, diferentes tiempos y lugares se unen en un viaje por la memoria que transcurre sin ningún orden cronológico. Creo que esa es nuestra manera de recordar: aunque tomamos nota de la fecha y la hora, si cerramos los ojos, los acontecimientos pasados se unen, se mezclan entre sí, cambian de orden. Lo que queda es su sabor, indistinto. Como si, una vez que han pasado, las cosas se transformaran en un todo indiferenciado. Ese todo da por resultado nuestro presente, porque estamos hechos de todo lo que ocurrió antes.
(...) Como dijo Albert Einstein: “Las personas como nosotros, que creen en la física, saben que la distinción entre pasado, presente y futuro no es más que una ilusión que se obstina en persistir”. Encontré esa frase cuando estaba totalmente sumergida en The following Day, No One Died (Al día siguiente nadie murió) y encontré un diálogo dentro de mí: no solo lo teorizaba, sino que lo estaba viviendo.
Me fascina pensar que a través del dibujo, línea por línea, registro esos pequeños segundos que parecen existir, pero son aquellos que componen las horas, los días, los años. Me interesa la conexión entre las cosas y la busco en el tiempo, en los lugares, en los pensamientos, en las acciones humanas.
(...)
BM: La serie de imágenes en video, de derecha a izquierda e ininterrumpida, me hace pensar en una partitura o, mejor aún, en un escrito sin puntuación, como un antiguo libro oriental. ¿Hay alguna referencia literaria? ¿Y cómo eligió la música?
LR: El álbum de recortes de Isabella Stewart Gardner estaba acompañado por un segundo diario de escritos, donde describía sus días. Algunas de mis imágenes están inspiradas en sus observaciones: por ejemplo, ella abre su diario con una referencia a los cuatro elementos y en el video vemos agua, fuego, tierra y viento. Pero en general preferí desarrollar un relato más abierto y abstracto, sin usar guiones que tendieran a ser demasiado específicos sobre los tiempos y lugares.
En Travels with Isabella trabajé combinando varias formas artísticas. Para la banda de sonido, Fa Ventilato (1) utilizó música del archivo del museo y creó una pista que, para simplificar, se pudiera dividir en tres partes: el comienzo y el final son, respectivamente, una pieza musical de Schubert (Gute Nacht) y otra de Beethoven (la sonata Claro de Luna) adaptadas, mezcladas y procesadas con nueva música electrónica. La parte central es un puente entre las dos melodías. Comienza cuando los ojos del hombre se cierran en la fotografía y el viaje se vuelve más interno. Los sonidos de Fa Ventilato son minimalistas y contemporáneos, y acompañan y subrayan los cambios de humor a medida que se desarrolla el viaje. Es una historia de vida, no contada a través de acontecimientos reales y personales, sino a través de sensaciones. Hasta el final.
(...)
BM: En The Following Day, No One Died, las líneas de la porcelana interactúan con una imagen gigante del electrocardiograma de su padre. El personaje principal, a diferencia de muchas de sus otras obras, ya no es un extraño sino una persona muy querida para usted. ¿Qué la llevó a tomar esa decisión y qué estaba buscando? Hábleme del proceso evolutivo de esa obra.
LR: En esa obra partí de una experiencia personal para analizar un momento que pertenece a la vida de todo ser humano: el momento de la pérdida de alguien que amamos. Es una obra que habla de aceptación, de procesos, y concluye con una imagen que espero refleje la vida, aun cuando haya nacido del dolor de la pérdida.
Mi contribución en esta obra interactúa con las líneas del latido cardíaco de mi padre, registrado en un electrocardiograma dos años antes de su muerte. Mi madre había escrito “¡todo bien!” en los informes médicos. Cuando tuve ese papel en mis manos, quise prolongar ese instante en el presente. Después de todo, si cada día pensamos en algo, si cada día interactuamos con ese algo, de algún modo continúa presente, y si está presente, sigue vivo.
La porcelana se presta al diálogo con el tiempo: tanto porque me permite realizar proyectos a gran escala que me atrapan durante un largo período, como por la cualidad misma del material. Habitualmente la vierto sobre extensas superficies de yeso, como si estuviera pintando y dibujando la forma de aquello que quiero retratar. Cuando empieza a secarse, la porcelana se raja naturalmente como la tierra bajo el sol, y de ese modo inicia su propia relación con el mundo exterior y con el paso del tiempo.
(...)
Desde mi perspectiva, The Following Day, No One Died no termina en sus 8,50 metros de ancho sino que continúa fuera de las grandes ventanas que cruzan la pared de la Fondazione. Vi el cielo, la vida y la luz entrar desde afuera como el latido cardíaco salía del electrocardiograma, haciéndose uno con el cielo y el tiempo.
El electrocardiograma nos muestra cómo el corazón dibuja, latido tras latido, su propia existencia, si tiene acceso a la pluma y el papel. Dentro de la Fondazione, el pulso aparece por un instante, y desaparece afuera.
(1) Altstätten (Suiza), 1967. Reside en Nueva York.
La artista
Luisa Rabbia nació en Italia en 1970. Vive y trabaja en Brooklyn, Nueva York.
Recibió su Master de la Accademia Albertina di Belle Arti de Turín, Italia.
Tuvo exhibiciones individuales en Massimo Audiello Gallery, Nueva York; Giorgio Persano Gallery, Turín, y realizó un proyecto especialmente elaborado para Arte All ´arte IX y X, curado por la Associazione Arte Continua, en San Gimignano.
En 2008 realizó el proyecto Travels with Isabella. Travel Scrapbooks 1883/2008 en Isabella Stewart Gardner Museum en Boston. En 2009 expuso Travelling under the same sky en la Fondazione Merz, Torino. Ese mismo año presentó Travels with Isabella. Travel Scrapbooks 1883/2008 en la Fondazione Querini Stampalia, Venecia.
http://www.luisarabbia.com
Luisa Rabbia
Fundación PROA, Sala 3
Curadora: Beatrice Merz
Organización: Fondazione Merz
Coordinación: Camila Jurado
Con el auspicio del Instituto Italiano de Cultura. Embajada de Italia en Argentina
Tenaris / Ternium
Fundación PROA
Av. Pedro de Mendoza 1929
La Boca, Caminito
[C1169AAD] Buenos Aires
Argentina
T [54.11] 4104.1000
Más información: www.proa.org/esp/
Fuente: Prensa PROA
En el Espacio así llamado se presenta Sintonías, obras de Mirtha Demirsache, Esteban Pastorino, Elba Bairon y Alejandro Cesarco.
En Fundación Proa, Pedro de Mendoza 1929. Entrada: $ 10.
Rabbia
Inauguran una serie de muestras en Fundación Proa, entre las que se destaca la de la artista italiana Luisa Rabbia, quien presenta dos obras Travels with Isabella: Travel Scrapbook 1883-2008 y The Following Day, No One Died.
En Fundación Proa, Pedro de Mendoza 1929. Entrada: $ 10.
La videoinstalación "Art in Auditorium II" -desde mañana en Fundación Proa- es una de las siete muestras que a lo largo del año se realizarán en destacados centros de arte de América, Asia, Europa y Oceanía, con obras de jóvenes artistas contemporáneos entre los que se encuentra el argentino Charly Nijensohn, autor de "Dead Forest Storm".
Se trata de un proyecto ideado por la galería británica Whitechapel, que se lleva a cabo a través del trabajo conjunto con otras seis instituciones internacionales que eligen -cada una por su cuenta- a un artista para mostrar las obras en conjunto y ofrecer un breve panorama de la producción mundial en el videoarte.
Cada institución decidió cómo mostrar esas obras y es así que en nuestro país Rodrigo Alonso eligió montar una videoinstalación con la producción de Nijensohn, Aida Ruilova, Nova Paul, Inci Eviner, Patrizio Di Massimo, Ursula Mayer y Lars Laumann.
Su trabajo fue organizar los filmes presentados y encontrarles una coherencia. Sobre esa consigna decidió abrir la muestra con "Dead Forest Storm", un hombre que resiste la lluvia sobre una balsa de madera, flotando a la deriva en medio de inmensos árboles talados.
La imagen proyectada en uno de los muros de la sala 1 de Proa es lírica y blanda, aunque el objetivo de Nijensohn fue expresar resistencia. Fundida en tonos azulados, la barcaza se desliza entre bruma clara debajo de la lluvia, un sonido que toma todo el lugar.
El hombre parado en la barca parece ejercer una oposición serena y pacífica, casi desapegada: "El trabajo de Nijensohn está relacionado de alguna manera con el folclore o la historia de este país y Latinoamérica, esto de soportar y resistir las adversidades tiene mucho que ver con nosotros y nuestro continente", dice Alonso.
Este no es el único eje que puede encontrarse en su obra, a lo largo de sus producciones también "se identifica una cosa autobiográfica sutil", señala Alonso. El artista dejó la Argentina después de la crisis de 2001 y desde ese entonces reside en Berlín.
El videasta elegido por su amplia y reconocida trayectoria -recibió el Konex de Platino en 2002 y representó al país en la Bienal de Venecia al año siguiente- suma otro condimento al filme. La tormenta en el bosque muerto fue filmada en el Amazonas, una selva diezmada por la tala indiscriminada de árboles.
"Nijensohn tiene un expreso compromiso de carácter ecológico si querés, el video fue filmado a drede en ese lugar y tiene que ver con una actualidad donde es necesario tomar conciencia sobre los cuidados del Planeta, afectado bruscamente por el cambio climático", indica Alonso.
El coordinador de la muestra que tiene su correlato en Londres (mismos artistas, distintos trabajos, distinta presentación) coordinó tres géneros cinematográficos para armar la segunda edición de "Art in Auditorium".
"Seguí tres líneas de trabajo: una tiene que ver con lo documental, otra se relaciona más con lo simbólico o metafórico (el caso de Nijensohn) y la última está relacionada con la animación y el trabajo plástico de la imagen a través del color y las formas", señala el curador.
"Mediante las postales que conseguí en París y Estambul, he intentado ofrecer a las jóvenes atrapadas en los dibujos una oportunidad de existir y contar su historia", relata la artista turca Eviner sobre su simbólico video "Nueva Ciudadana".
Uno de los documentales repasa la presencia del fachismo italiano en Libia (Di Massimo), y el otro más delirante, del noruego Laumann, registra la historia de una sueca que se declara enamorada del Muro de Berlín y que hasta cuenta con papeles que legitiman su casamiento con la pared, tal vez la más bizarra de las marginales historias culturales que este cineasta suele documentar, inspirado principalmente por la Internet.
La austríaca Mayers, por su parte, crea coreografías con protagonistas femeninas en "Interiores"; el neocelandés Paul reflexiona sobre la delicada construcción de los espacios públicos y privados de dos ciudades de su país; al que se suma "Two-timers", de la estadounidense Ruilova.
Del proyecto ideado por Whitechapel participan además el espacio cultural GAMeC, de Italia; el Kunstsenter, de Noruega; el Istanbul Modern, de Turquía, y la City Gallery, de Nueva Zelanda.
Las exhibición podrá visitarse durante el verano en las salas 1 y 2 del edificio de Pedro de Mendoza 1929, La Boca.
Como una Babel del arte, en el remozado edificio de la Boca se inauguraron distintas muestras que proponen técnicas y narrativas diversas, en donde coexisten artistas de varios países.
Hace tiempo ya que el verano no supone ni impone cortes en la agenda cultural porteña. Se trate de teatro, cine, danza, música o de todas estas formas juntas e integradas en exhibiciones, que cada vez con mayor frecuencia dan cuenta de la lógica interdisciplinaria que domina las manifestaciones del arte contemporáneo. La cita del sábado pasado lo puso de manifiesto al caer la tarde en la Boca, cuando la térmica trepaba más allá de los 36 grados. Frente al típico paisaje del Riachuelo, la Fundación Proa estrenó en una misma velada, Copacabana, el documental de Martín Rejtman sobre esa festividad boliviana en Buenos Aires; la segunda edición de Art in the Auditorium dedicada al video contemporáneo y una serie de instalaciones e intervenciones site specific que involucran al edificio, a tres curadoras y a siete artistas en torno de posibilidades, limitaciones, evocaciones y sugerencias.
La selección de formas de video contemporáneo que el curador Rodrigo Alonso articuló por segunda vez con la participación de la Whitechapel de Londres, la Gallería de Arte Moderna de Bérgamo, la City Gallery de Wellington, el Henie Onstadt Kunstsenter de Oslo, el Institute for the Readjustment of Clocks de Istanbul y el Ballroom Marfa de Texas ocupa el amplio espacio de la planta baja con un panorama de formatos varios que, en su diversidad de temas y tratamientos, pone de relieve, entre otras cuestiones, la actual coexistencia de formas narrativas, experimentales y documentales, algo que ya el año pasado había puesto de relieve la primera edición de este ciclo.
Así, tras recibir al ingreso el impacto visual y sonoro de Dead Forest, la video instalación que Charly Nijensohn realizó en una zona inundada y deforestada de Amazonia, el interés del espectador queda librado a opciones varias. Según el tiempo que decida dedicar a cada una, tiene a su disposición los inquietantes formalismos de la austríaca Ursula Mayer, que funden interiores físicos y psíquicos cruzando en una emblemática arquitectura modernista, esculturas de Barbara Hepworth y Max Ernst con dos misteriosas figuras femeninas que van y vuelven como si fueran parte del mismo ámbito que recorren. El enfoque personal del italiano Patricio de Massimo sobre la historia colonial de su país en Libia, que cruza visiones propias y fuentes documentales, la delirante relación amorosa con el muro de Berlín que Lars Laumann rescató de Internet, la relectura del universo ornamental que realiza la artista turca Inci Eviner, el universo de pesadilla de la norteamericana Aida Ruilova o la crítica urbana que realiza el neocelandés Nova Paul.
En tanto los pisos superiores albergan las propuestas de las curadoras Florencia Malbrán, Beatrice Merz y Olga Martínez que, aunque concebidas de manera separada, mantienen con los conjuntos desplegados de la planta baja al segundo piso más conexiones de las enunciadas.
Escrituras "ilegibles"
Centro geográfico del edificio, la librería biblioteca es el primer ámbito de esas conexiones. A él refiere desde un lugar preferencial la obra de Mirta Dermisache convocada por Olga Martínez. Sus escrituras "ilegibles", puro signo vaciado de sentido reaparecen después de un largo tiempo con un trabajo emblemático de 1972, originalmente presentado en el CAYC; un Texto mural reciente (2009) que introduce ciertos desflecados en el trazo y una Lectura pública, que corresponde a un giro menos intimista que introduce la artista a partir de 2005.
La escritura de Dermisache, definida por ella misma como algo que "no quiere decir nada", sintoniza en algún punto con la idea de "fracaso" aplicada a toda reconstitución del pasado, tal como la planteó Marguerite Duras y representó para ella el verdadero logro de India Song. La obra, concebida primero como pieza de teatro y luego llevada al cine por la escritora, es retomada ahora por el uruguayo residente en Nueva York Alejandro Cesarco, uno de los dos artistas convocados por Florencia Malbrán. Cesarco realiza una operación sobre el material fílmico de Duras que pone de relieve y desmenuza diferentes planos en una estructura narrativa. Limpia la escena de personajes y deja sólo los ámbitos y los objetos para la evocación de su ausencia. Introduce voces que reconstruyen las propias innovaciones de la autora Duras y un texto adicional de Daniel Link que remite a esa reconstrucción que fracasa a pesar de las múltiples voces.
De este clima de imposibilidad generalizada no se escapa Dialogville de Alejandra Seeber. Sus globos de vidrio soplado, que remiten al código comunicacional del cómic, permanecen suspendidos y vacíos de contenido. Tampoco los objetos de Elba Bairon y su intervención mural en el último piso de la cafetería que parecieran detenidos en el momento de una narración visual que ha quedado congelada, cuyos fragmentos permanecen dispersos y mudos.
En este contexto, el planteo del mexicano Jorge Méndez Blake surge nítido y formalista. En el eje de esos cruces que tienen como referencia a la biblioteca, lo suyo pareciera referir más bien a un ordenamiento formal que se arroga condición de metáfora. Módulos que se articulan y hacen de esa estructura una posibilidad infinita en continuo crecimiento y múltiples direcciones, como la imaginó Borges. Y en el sentido de esas direcciones múltiples que dispara todo conocimiento y combina cruces en el tiempo y el espacio emerge una curiosidad: aquí, hoy en Argentina, se encuentran múltiples pasados coloniales: la India blanca de Marguerite Duras, el pasado colonialista de Italia y la China reflejada por Isabella Stewart Gardner que recreó la joven italiana Luisa Rabbia convocada por Beatrice Mertz.
La artista que trabaja sobre la memoria en el gran mural que reproduce un electrocardiograma concebido a raíz de la muerte de su padre, usa en el video Travels with Isabella fotografías que la coleccionista americana tomó en su viaje de 1883 y compone un diario con dibujos y registros que, como no podía ser de otro modo, funciona como collage.
Coexistencia visual equiparable a las múltiples voces de la narrativa, el collage se expande infinitamente en Muro O'Reverie, la intervención mural de Alejandra Seber que superpone empapelados e imágenes en una singular lectura de las huellas que conservan los muros de Buenos Aires. Memoria de pasadas aspiraciones sociales, usos privados y estéticas que definen identidad, sus rastros se mantienen más allá de las presencias que le dieron origen. Residente en Nueva York, Seeber extrae de esos muros que se desnudan sin pudor, los signos arqueológicos de su ciudad.
ARTE EN LA BOCA. Un fin de semana agitado y multitudinario se vivió en la Fundación Proa con motivo de la inauguración de las actividades de verano del espacio ubicado a la vera del Riachuelo, en el barrio de la Boca. Luisa Rabbia, artista italiana instalada en Nueva York, presentó la instalación "Electrocardiograma", un mural intervenido con un electrocardiograma de su padre -ya fallecido- como una forma de representar las relaciones entre afectividad, arte y memoria. Estuvieron Edgardo Cozarinsky, Jorge Macchi, Roberto Jacoby y Gabriela Bejerman, entre otros. El día anterior se había mostrado la obra a la prensa con un almuerzo para periodistas e invitados. Participaron la directora de Proa, Adriana Rosenberg, y Beatrice Merz, curadora de la muestra de Rabbia, recientemente designada directora del prestigioso museo de arte contemporáneo Castello di Rivoli. Dos de los asistentes, Sergio Bizzio y Lucía Puenzo, contaron que esa noche asistirían al recital del grupo Metallica junto a Blas, el hijo adolescente de Bizzio. "Le bajé de Internet toda la discografía de la banda", reveló orgulloso el escritor.
LO NUEVO DE REJTMAN. El sábado pasado también se estrenó en Proa la película Copacabana, dirigida por Martín Rejtman, un documental de una hora que registra los preparativos y la realización de la fiesta de la virgen de Copacabana, en el barrio de Pompeya. La asistencia a la primera función excedió los lugares previstos y los organizadores tuvieron que programar otra proyección para que nadie se quedara afuera. Entre los asistentes se vio a Mirtha Busnelli, Juan José Cambre, Vivi Tellas, Alan Pauls, Daniel Hendler y Ana Katz y, quien participa de la muestra de arte contemporáneo en Proa con una performance que realiza en la librería junto al artista uruguayo Alejandro Cesarco.
Veinticinco siglos después de Platón, ¿la verdad le dice algo valioso a nuestra época? No: para nuestra cultura, el mundo ya no es algo dado a priori e inmodificable, sino que es un proceso de constante transformación. La filosofía pragmática anglosajona y la francesa post-estructuralista -inspiradas, ambas, por Nietzsche- postulaban que la verdad puede ser tomada en serio sólo cuando dejamos de lado que es un relato ilusorio. En la ciudad utópica que Platón diseñó en su libro La república se expulsaba a los poetas porque se los consideraba subversivos, incapaces de someterse a lo "verdadero" e "inmutable". Esa resistencia del artista "a lo verdadero" se ha vuelto masiva en la cultura contemporánea.
Las muestras con las que Proa inaugura el año del Bicentenario son una puesta en escena de esa potencia del arte actual: el desmantelamiento completo de la idea de verdad y la creación de nuevos mapas -necesariamente parciales y hasta contradictorios-, capaces de señalar caminos a nuestro devenir mutante.
La muestra Otras voces, curada por Florencia Malbrán, presenta dos obras muy diferentes que reflexionan sobre la densidad de los conceptos de tiempo y espacio, recurriendo a lo arquitectónico, lo cinematográfico y, sobre todo, a (la elusión de) lo literario. La obra del uruguayo Alejandro Cesarco Marguerite Duras´ India Song es un diálogo imposible con la famosa obra de Marguerite Duras. En ese film, Duras puso en práctica el relato por medio de "voces externas", que no provienen de los personajes del film. Cesarco lleva ese procedimiento al extremo: editó el film de Duras para dejar sólo los ambientes y los objetos. Todo es evocación: lo único que sucede es el espacio, como escenario de un tiempo imposible. A la vez, una voz externa reflexiona en off. Como la nueva edición se proyecta simultáneamente en dos pantallas, la dislocación del relato se acentúa. A esta cita de citas se le agrega una voz parásita extra: la de un texto de Daniel Link, en la que otras voces hablan a partir del film. Este texto también se presenta en inglés, aunque sin los subtítulos que tiene la película.
La otra obra de esta sección fue realizada por el mexicano Jorge Méndez Blake y presenta un espejado laberinto borgeano que refleja una pintura en la pared opuesta; esto da la idea de los fragmentos de una biblioteca tan infinita como formal, sin otra sustancia que su imagen: el ideal actual de un libro sin contenido. Para muchos artistas, la literatura parece haberse transformado en una cita sin sentido, sin referencia, sin sustancia: lo que no se lee.
En otra sala, curada por Beatrice Merz, se presentan dos obras de Luisa Rabbia que indagan -a través de un mural y un video- sobre el "viaje en el tiempo" como un eterno presente sin sucesión. El relato fílmico parte de una selección de imágenes de viajes exóticos y de diversas épocas, fundidos en un continuum que une todo en un imaginario retrofuturista. En el mural, Rabbia parte de la imagen de un electrocardiograma que le hicieron a su padre un par de años antes de morir, cuando aún "todo estaba bien".
Estas obras se acompañan con una instalación realizada por la argentina Alejandra Seeber, que también reflexiona sobre el tiempo a través de las marcas que dejan en una pared los retazos de empapelados y pinturas: permiten leer, como en un palimpsesto 3D, la cohabitación fantasmal de diversos personajes en una misma sala. Como en la obra de Cesarco con el archivo de Duras o en la de Méndez Blake con las metáforas de Borges, el congelado viaje en el tiempo de Rabbia y Seeber se repliega en un instante perpetuo, absolutamente denso. Es una conciencia que sueña moverse, pero está encerrada en su eterno presente, rediseñando siempre un pasado imaginario.
Hay otras muestras en Proa. Grafías visualmente poéticas, de Mirta Dermisache, en la librería. En la terraza dos obras, muy diferentes pero ambas muy inteligentes y exquisitas: instrumentos ópticos con los que Esteban Pastorino nos invita a ver lo real transformado por la intermediación del cristal, el instrumento y el punto de vista, y un mural y una instalación de Elba Bairon que juega, a partir de un muy sensual y despojado dibujo de historieta, con las metáforas de la comida: vivir para acabar en un plato. En la planta baja se despliegan varios videos que forman parte de la segunda edición de Art in the Auditorium; entre ellos, se proyecta una obra de Charly Nijensohn realizada especialmente para esta exhibición.
El recorrido total demanda tiempo. Además, exige un espectador dispuesto a enfrentarse con la diversidad desbordada que es hoy el arte contemporáneo: esa variedad de proyectos -que a veces dialogan entre ellos y otras marchan por caminos tan distantes que parecen enfrentados- es uno de los bordes visibles del enorme mapa de nuestra época.
Buenos Aires, 25 de enero (Télam, por Dolores Pruneda Paz).- Con las instalaciones "Viaje con Isabella.." y "El día después.." -durante todo el verano en Fundación Proa- la artista italiana Luisa Rabbia plantea un "juego de construcción y deconstrucción" de la memoria a partir del cual genera mundos subjetivos y tiempos paralelos.
Las dos obras -una instalación realizada con la ampliación a gran escala de un electrocardiograma del padre de la artista y un video diseñado en base al diario de viaje de Isabella Stewart, una aventurera y coleccionista del 1800- son, a su vez, "una síntesis sobre la vida y la muerte", explica Rabbia a Télam.
"Estos dos trabajos nacen de la experiencia personal y del tiempo: en uno tomo un momento del pasado para no dejarlo morir (el `electro` se realizó años antes de que su padre muriera) y en el otro transformo ese momento pasado apropiándome de fotografías ajenas e interviniéndolas", asegura la artista, de visita en el país para presentar su obra.
"Viajes con Isabella, recortes de viaje, 1883-2008" es el título del video de 26 minutos que Rabbia armó con fotografías e imágenes de la bitácora que Stewart confeccionó durante una visita a China.
Esta estadounidense -hija de una familia acaudalada de origen irlandés- fundó el museo de Boston que lleva su nombre. Isabella (1840-1924) tenía una gran afinidad por el arte y comenzó esa empresa de manera azarosa, durante numerosos viajes por Europa y Asia en los que compraba obras de todo tipo.
Además de provocar suspicacias en la alta sociedad de aquella época por sus costumbres excéntricas y su gusto por la aventura, Stewart devino en una destaca mecenas y coleccionista que ayudó a cimentar las bases artísticas de su ciudad.
Beatrice Merz, directora del Castello de Rivoli -uno de los museos de arte contemporáneo más destacados de Europa- señaló que Rabbia no utilizó imágenes de la vida personal de Stewart, sino solamente las que ilustraban el viaje que 117 años atrás emprendió esa mujer por ciudades como Shanghai y Beijing.
Se trata de la intervención digital de ese periplo -dice la artista- "Con esas fotografías armé un largo paisaje nuevo, una historia que se inicia con la muerte (la de Stewart) y que tiene que ver con el propio viaje. No es mi historia ni la de la de ella sino algo más general, la de la vida y la muerte".
Merz -también en Buenos Aires como curadora de esta muestra- señaló que la dupla tiempo memoria fue trasladada por Rabbia en otros términos a "El día siguiente, nadie murió".
"Ella intervino los trazos del `electro` de su padre para dejar un registro del pasado en el presente. Esas líneas -resaltadas con porcelana fría- parten de la tierra hacia lo alto en un simbolismo de la profundidad de la propia la propia historia", asegura la curadora.
Rabbia "trae al presente el corazón sano de su padre, que murió en el el intervalo definido entre esa sanidad y la actualidad, aquí usa a la memoria como transobrdador", agrega.
"Todo lo remarcado en porcelana es lo que ocurrió en tiempo real, lo que queda trazado en el presente es el ritmo pasado de aquel corazón. Esta obra tiene que ver con tomar lo que ocurre y reprensarlo, una ecuación que dice trascendencia igual a no muerte", concluye por su parte la artista italiana.
En medio de las instalaciones de Rabbia se encuentra "DailogVille", un mural de Alejandra Seeber en el que tiempo y memoria también juegan pero se presenta como las distintas capas de un empapelado que van contando la historia de un lugar a través de sus rasgaduras.
Residente en Nueva York, Seeber fue invitada por PROA para trabajar en diálogo con Rabbia, "se trata del rescate de la pintura mural con dos tecnologías muy distintas", asegura la directora de la fundación, Adriana Rosenberg.
"Alejandra se adueña de elementos industriales (empapelados para paredes) con los que representa el tiempo, cada papel simboliza una de las sucesivas capas de habitantes que ocuparon el espacio al que ella hace referencia: una playa de estacionamiento, un hospital, una concesionario".
Así lo afirma Rosenberg mientas gesticula hacia los papeles con ositos, flores, rayas, arabescos y árboles con los que la artista cubrió una de las paredes del edificio ubicado en Pedro de Mendoza 1929, en el barrio de La Boca.
"A través de la estética de esas imágenes se puede reconstruir mundos, dar identidad a las personas y armar historia determinadas. Ahí es donde entra la memoria", asegura.
La instalación de Seeber incluye una ironía: una especie de agujero negro que encierra la idea de que todo desaparece en un espacio inasible donde quedan fuera las dos variables con las que las artistas armaron toda la instalación. (Télam).- dpp-mag25/01/2010 17:44
Cuando
Sábado 23 de Enero
19:00hs
Donde
Pedro de Mendoza 1929
4303-0909
Descripción
Un panorama del video contemporáneo con obras de los artistas Charly Nijensohn (Argentina), Lars Laumann (Noruega), Inci Eviner (Turquía), Ursula Mayer (Inglaterra), Patrizio Di Massimo (Italia), Aïda Ruilova (Estados Unidos) y Nova Paul (Nueva Zelanda)
Luisa Rabbia y Alejandra Seeber. Videos e Instalaciones.
Poema 20
Alejandro Cesarco y Jorge Méndez Blake.
Resonancias
Intervenciones y Site Specific.
Artistas: Mirtha Dermisache, Alejandro Cesarco, Elba Bairon, Esteban Pastorino y Alejandra Seeber.
Curadoras: Cintia Mezza y Olga Martínez.
www.proa.org
Website
Lunes 18 de enero, mediodía. En la plaza San Martín hay una congestión de ómnibus y "bañaderas" gigantes pintadas de colores flúo, listas para llevar a "navegar" por la ciudad a turistas llegados de todas partes. Por las calles de Buenos Aires circulan los buses amarillos y negros con pasajeros provistos de auriculares, en visitas guiadas políglotas, con escala obligada en edificios patrimoniales.
En la vereda del Malba, la cola da vuelta la esquina. Todo indica que el caudal de visitantes atraído por la muestra de Andy Warhol no sólo cumplirá con creces la expectativa de los organizadores, sino que, y esto es un leading case, la taquilla pagará la exposición más cara del año ¡con público de verano!
La tarea del incansable ministro Lombardi por difundir en el planeta la marca Buenos Aires ha comenzado a dar sus frutos y el verano porteño registra una ocupación hotelera récord. Los diarios dicen que el rally Dakar ha incrementado un 20 por ciento el flujo de turistas y que, ajeno a todo tipo de "receso" de calendario, el gobierno de la ciudad avanza en protagonismo de cara al Bicentenario con el efímero pabellón del Rosedal.
Es una forma de liderar la iniciativa en la agenda 2010, aunque Macri no ignora que tiene en sus manos la perla de la celebración de Mayo: la reapertura del Teatro Colón con La Boh è me , de Puccini.
Hace tiempo, y no tanto, la tradición indicaba que la cortina bajaba en diciembre y se levantaba en marzo.
En el mundo del arte quedaban los conocidos de siempre, clásicos resistentes a las marcas térmicas, como Breuer Moreno, con sus remates de los miércoles, y las galerías de Arroyo, atentas al desembarco de pasajeros de cruceros cinco estrellas. Turismo mediante, los hábitos han cambiado.
Hay quienes se atreven a abrir un local en pleno enero y hay actores que suben al escenario cuando muchos creen que la música está sonando en otra parte. Estrenó Enrique Pinti y está de vuelta Fabio Alberti con la divinaCoty Nosiglia, en Palermo Hollywood. Si bien Buenos Aires ya no exhibe esa proverbial relación costo-beneficio que la puso en el mapa tras la gran crisis de 2001, el turismo crece impulsado por razones genuinas, por el boca en boca que ha convertido a esta ciudad remota en un destino deseado. Inaugurar en verano puede ser una tendencia. Dentro de pocos días la Fundación Proa exhibirá, simultáneamente con la galería Whitechapel, el último video de Charly Nijensohn, que vive y trabaja en Berlín. Quien quiera ver ese paisaje desolado tiene dos opciones: tomar un avión a Londres o un taxi a La Boca.
Fundación PROA inaugura el 23 de enero de 2010 una serie de eventos simultáneos. “Art in the Auditorium”, segunda parte, se trata de una visión audaz y actual sobre el video contemporáneo internacional, en la que PROA presenta el video del artista argentino Charly Nijensohn “Dead Forest Storm”, 2009.
También participan los artistas Lars Laumann (Noruega), Inci Eviner (Turquía), Ursula Mayer (Inglaterra), Patrizio Di Massimo (Italia), Aïda Ruilova (Estados Unidos) y Nova Paul (Nueva Zelanda). Las otras instituciones participantes son la Whitechapel Gallery de Inglaterra, la GAMeC de Italia, el Kunstsenter de Noruega, el Istanbul Modern de Turquía y la City Gallery de Nueva Zelanda.
Además, se verá una serie de instalaciones e intervenciones con artistas locales e internacionales:
Luisa Rabbia, artista italiana que vive en Nueva York, presenta el video “Travels with Isabella. Travel Scrapbooks 1883-2008”, 2008, junto a la instalación “The Following Day, No One Died”, 2009.
Alejandra Seeber, artista argentina residente en Nueva York, muestra sus obras de wallpaper y sus notables burbujas de vidrio.
Por otra parte, también estarán Mirtha Dermisache, Elba Bairon y Esteban Pastorino, coordinados por Cintia Mezza y Olga Martínez.
La curadora Florencia Malbrán presentará los recientes trabajos “Marguerite Duras’ India Song” de Alejandro Cesarco y los recientes trabajos de Jorge Méndez Blake.
Fundación PROA
Av. Pedro de Mendoza 1929
La Boca, Caminito
[C1169AAD] Buenos Aires
Argentina
T [54.11] 4104.1000
Más información: www.proa.org/esp/
Fuente: Prensa PROA