Presentación
Alejandro Cesarco

El artista Alejandro Cesarco presenta dos obras de su autoríaMarguerite Duras´ India Song, 2006 - en el marco de la exhibición “Otras Voces” – invitado por Florencia Malbrán Ellos, 2009-2010, junto con Ana Katz, en el marco de la muestra “Sintonías”, en el Espacio Contemporáneo, invitado por Cintia Mezza.

Marguerite Duras´ India Song, 2006. Video proyección de dos canales (9 min.), paredes rojas, texto, medidas variables

Marguerite Duras’ India Song (2006), de Alejandro Cesarco, presenta voces en tránsito. En dos grandes pantallas, se ve metraje de la película India Song (1975), dirigida por Marguerite Duras y basada en su obra teatral homónima (1973). Cesarco realizó una edición en la que desaparecen los personajes de la película. Sólo quedan los rastros de su presencia, en las copas de cristal finamente tallado, en el florero con rosas, el piano o la araña con caireles. Las dos proyecciones, en simultáneo, impiden fijar la atención y comienzan a manifestar cuán imposible es alcanzar ese sentido superador. Desaparecen, además, las voces de la película. Las reemplaza una voz en off femenina, escrita por Cesarco a partir de la literatura de Duras e inspirada en las “voces externas” que utilizaba la autora. Duras rompió con las convenciones narrativas mediante estas “voces externas,” que no procedían de los personajes de sus relatos ni tampoco se correspondían con la pluma omnisciente del escritor. Permitían, por ello, imaginar sensaciones y memorias bien diversas. A pesar de tales variaciones, la voz en off que presenta ahora Cesarco no tiene estridencias, es tan constante como el flujo de información que recibimos al ingresar en este espacio.

La voz habla de una historia de pasión. Habla de otras voces, invisibles, que narran la historia de dos personajes que “interpretan una danza de un amor fatal”. Los rincones de la mansión, vistos en las pantallas, parecen proveer a esa afición vehemente de una escenografía ideal. Y el color rojo que Cesarco eligió para las paredes no hace más que enfatizar la perturbación, el amor, el drama. El texto de Daniel Link, otro de los componentes de la obra, construye también este raro ambiente de deseo. Dos cuerpos, dos voces, miran el film India Song. Según Link, viven dos días de amor aunque, ahogada de calor, una de las voces le diga a la otra que no quiere siquiera tocarla. Recostadas en un colchón, entre murmullos, opinan sobre la película de Duras. Una voz comenta “hay que encontrar una manera de ver las cosas”, pero la respuesta es solamente una pausa.

“El aire está tan quieto y denso”, se lee en el texto de Link.  Si, la obra de Cesarco es espesa, está cargada de voces. Palabras muy grandes llenan el espacio: “feminismo”, “modernidad”, “colonia”, “literatura”, “cine”, “lepra”. Nada podría remover esta atmósfera intoxicante.


Espacio Contemporáneo
Alejandro Cesarco y Ana Katz
Ellos, 2009-2010
Situación para dos personajes, publicación y performance.
Cortesía de los artistas

Para el Epacio Contemporáneo de Fundación Proa, el artista pensó en la dirección de una performance conceptualizada en colaboración con la cineasta argentina Ana Katz. El visitante será sorprendido por diálogos aparentemente azarosos que, sin embargo, son parte de un guión que estará disponible en una edición impresa. Los performers, en su rol de empleados de la librería, dialogan sobre “la posibilidad de entender y transmitir la experiencia del otro” y acerca de “cómo la contemplación de las obras exhibidas en la institución influye en la reflexión intelectual del espectador”. El encuentro del espectador con ese texto podrá, o no, producir nuevos sentidos en la recepción de la escena. La obra cuenta con la colaboración de la reconocida actriz, directora y dramaturga Ana Katz. De este modo, esta situación genera un interrogante en el visitante, tal como lo enfatiza la siguiente frase del guión: “La belleza sigue siendo una pregunta”.

Presentación
Jorge Méndez Blake

La Biblioteca Borges, 2009-10, de Jorge Méndez Blake, continúa la investigación del artista en torno a las voces que dan sentido al concepto de “biblioteca”. Para Méndez Blake, el aspecto arquitectónico, material, de la biblioteca, su función en tanto archivador de libros, debería ser indiscernible de sus contornos culturales, sus posibilidades de generar y transformar el conocimiento.

La biblioteca, precisamente, es un tópico fundamental en la literatura de Borges. Méndez Blake explicó, sobre la obra que realizó especialmente para Proa, “el nombre Biblioteca Borges surgió al recordar los cuentos de La Biblioteca de babel y El jardín de los senderos que se bifurcan, ya que ésta biblioteca se forma por un módulo repetible al infinito y a la vez es un proyecto pensado para estar al aire libre, formando un laberinto en su repetición”. En aquel primer cuento, Borges propone una biblioteca, un universo, que consta de galerías geométricas e idénticas, que se repiten una y otra vez, creando un laberinto no obstante su regularidad.

Méndez Blake expone, junto a una serie de dibujos y un mural, una maqueta articulada en módulos. Utiliza una herramienta típica de la construcción para pensar un edificio cuya lógica excede a la de la arquitectura tradicional. Los módulos crean en el espacio una retícula sin un centro. Su construcción limpia y abstracta hace que no se vean los anaqueles con los libros. Cada uno de los módulos vendría a componer, paradójicamente, la biblioteca. Estas unidades, finitas y discretas, enumeran, en su parcialidad, lo infinito y lo maleable. La retícula podría alinearse así con la biblioteca que propone Borges, que incluye todo, de manera absoluta. Su cuento es muy claro: “Todo: la historia minuciosa del porvenir, las autobiografías de los arcángeles, el catálogo fiel de la Biblioteca, miles y miles de catálogos falsos, la demostración de la falacia de esos catálogos, la demostración de la falacia del catálogo verdadero, el evangelio gnóstico de Basílides, el comentario de ese evangelio, la relación verídica de tu muerte, la versión de cada libro a todas las lenguas, las interpolaciones de cada libro en todos los libros, el tratado que Beda pudo escribir (y no escribió) sobre la mitología de los sajones, los libros perdidos de Tácito”. Méndez Blake podría haberse inspirado en esta estructura en abismo para su biblioteca, que también presentaría voces que batallan entre sí, interrupciones y añadidos e implicaciones personales. Mientras que la voz del relato de Borges habla al “tú”, al lector —como la biblioteca es insondable, sabe acerca de tu muerte— la obra de Méndez Blake se nos abre a “nosotros”, los espectadores. El espejo en cada módulo multiplica las perspectivas de la biblioteca pero, además, nos devuelve nuestra imagen, nos interpela.

Los rectángulos del mural podrían ser tanto los lomos de los libros de la biblioteca, como los ladrillos que construyen sus estanterías. Los colores están tomados del diseño de las cubiertas de diversas ediciones de los libros de Borges. En la biblioteca que planteó Borges el sentido se desliza permanentemente. Los libros todo lo saben pero los hombres no logran encontrar la respuesta final. Méndez Blake exhibe este desplazamiento. Su obra cuestiona órdenes y métodos. Instala otras voces en la biblioteca, en la arquitectura, el arte y la cultura.