Marinetti faro del futurismo, nace en Alejandría (Egipto) en 1876. Fascinado por el estudio de la lengua, lee especialmente a los franceses y a los italianos del siglo XIX. Graduado en jurisprudencia, comienza a editar revistas y presentar conferencias: Poesía, la publicación que dirige en Milán, será el primer órgano de difusión del versolibrismo y la doctrina futurista.
El 20 de febrero de 1909 publica en Le Figaro el texto “Fondazione e Manifesto del Futurismo” (“Fundación y manifiesto del Futurismo”), considerado documento fundacional del movimiento.
Conoce a tres artistas capitales en el desarrollo del futurismo: los pintores Umberto Boccioni, Luigi Russolo y Carlo Carrà. Comienza, así, a idear y publicar los primeros manifiestos y organizar las primeras veladas futuristas.
Acentúa el perfil ruputurista de sus escritos, enfatizando la palabra en libertad y apelando a una subversiva disposición tipográfica. Su campo de acción va desplazándose cada vez más hacia la política. En 1919, participa junto a Benito Mussolini en una famosa concentración en Milán, aunque por algunos años se abstendrá del fascismo, al que volverá en 1923. Integra un regimiento especial durante la Primera Guerra Mundial y obtiene galardones.
Marinetti publica novelas y numerosos escritos. Su rol de performer propagandístico y catalizador de todos los momentos del futurismo lo devuelven, siempre, al centro de referencias del movimiento. Los viajes a Sudamérica en 1926 y 1936 confirman ese lugar. La selección que va efectuando de varios artistas –y su consecuente conversión al futurismo– convierten su función en emblema del universo de acciones que la formación logró desplegar. Muere en Como en 1944.
Giacomo Balla comienza a pintar desde el realismo social, el impresionismo y el postimpresionismo. Junto con Umberto Boccioni y Gino Severini firma el “Manifiesto de los pintores futuristas” de 1910 y se transforma, así, en uno de los artistas más transversales de todo el movimiento, al que abandona recién en 1937.
Balla es artífice de un gesto futurista muy representativo de la vanguardia: en 1913, subasta toda su obra figurativa con el anuncio: “Balla ha muerto. Aquí se venden las obras del difunto Balla”. El manifiesto sobre “La vestimenta antineutral” que firma en 1914 revela su corrimiento hacia otras zonas de la producción simbólica: Balla llevará la poética futurista hasta el diseño, el mobiliario, la vestimenta y los objetos, siendo el responsable de incorporar materiales no tradicionales al sistema de creación artística. Hasta antes de morir, en 1958, Balla enfatiza su retorno al realismo y su rechazo hacia las todas las formas ornamentales del arte, un abandono de la aventura y una reivindicación de los viejos modos que otras figuras del grupo, como el pintor Roberto Baldesarri –quien tras una temporada futurista vuelve a la figuración a fines de los años 20– experimentan anticipadamente. Otro pintor, Leonardo Dudreville, será signo, también, de ese abandono y de las posiciones más moderadas que muchos artistas prefieren adoptar, como Gianetto Malmerendi, quien ya en 1919 se aleja del futurismo.
Dedicado desde siempre a la decoración, Carlo Carrà adhiere al futurismo firmando el famoso e inicial manifiesto de los pintores de 1910. Su propuesta siempre conserva un fuerte sesgo personal que lo aleja del dogma futurista, al tiempo que su biografía revela la insistencia con la que el grupo logró su suscripción. En París descubre el cubismo y a su regreso a Italia, su obra potencia ese estilo.
Tullio Crali encarna la figura archivo del movimiento. Lee a Marinetti recién en 1925 e, inspirado por la simbología futurista, comienza a producir obra pictórica. En 1929, Marinetti lo admite en el seno de la formación. De esta manera, Crali va deslizándose por otras áreas productivas, como la arquitectura, la escenografía teatral, la moda y, fundamentalmente, la aeropintura, una disciplina lleva hasta el extremo de su investigación a través de los vuelos que muchos pilotos conocidos le permiten realizar para que pueda captar íntegramente las sensaciones propias de la gran altura. Crali mantendrá activa la prédica futurista, asumiendo para siempre el rol de artista del movimiento: conferencias, muestras, giras internacionales, veladas que nunca de protagonizar subrayan ese rol. Durante los últimos veinte años de su vida, se dedica a sistematizar las biografías y el material del grupo. Muere en el año 2000.
El caso del florentino Ardengo Soffici condensa el poder de atracción y propaganda que el futurismo pudo desarrollar: con una visión fuertemente publicitaria, Soffici se encarga de desarrollar los titulares y la marca de la revista La Voce, de la que se convierte en colaborador central. Tras visitar una muestra del futurismo en Milán, Soffici destruye al movimiento. Carrà, Russolo, Marinetti y Boccioni van al encuentro del artista y se suscita una riña que culmina, al tiempo, con la reivindicación que Soffici efectúa del sistema futurista, llegando a definirlo como “la única vanguardia”.
Fortunato Depero, personaje capital del grupo, oriundo de Trento (ciudad en la que construyó su famosa casa y a la que le dejó más de 3500 obras que hoy integran el Museo di Arte Moderna e Contemporanea de Trento e Rovereto, organizador junto a Proa de El universo futurista: 1909 - 1936) es sobre todo consignado como el responsable de un objeto capaz de aglutinar la visión del mundo futurista: el “libro abulonado”, primer ejemplo de libro-objeto futurista. Pintor, poeta, dramaturgo (los títeres serán excluyentes en su propuesta dramática), escritor, Depero se dedica a los collages y termina inclinándose fuertemente hacia la propaganda, a través de esos panfletos que la casa futurista conserva.
Renato Di Bosso es otro de los artistas más abocados al género de la aeropintura. Y a los desplazamientos disciplinares: en 1933, publica el “Manifiesto futurista sobre la corbata italiana” y también suscribe el “Manifiesto futurista para la ciudad musical”. Enrico Prampolini, por su parte, es quien publica “Bombardeemos la Academia e industrialicemos el arte”, uno de los manifiestos más singulares y radicales de la corriente. Prampolini, además de interesarse por la arquitectura, se aboca también a la aeropintura.
Los objetos de Nicolaj Diulgheroff sintetizan el recorrido de un artista especial dentro del universo futurista, ya que desde sus primeras experiencias, combina una intensa producción pictórica con su función de proyectista arquitectónico, gráfico publicitario y decorador. En 1931 abre el restaurante Taverna Futurista del Santopalato en Turín, una estructura realizada en aluminio, que hasta hoy está considerada por los especialistas como la obra arquitectónica más estrictamente futurista que se haya finalizado jamás. Otros proyectos –como el “Faro para la victoria de la máquina” de 1927– lo posicionan en un lugar específico de la vanguardia.
Thayaht (Ernesto Michahelles) junto a su hermano inventa la TUTA (o el “overol”), una prenda concebida para interpretar el ritmo de la vida moderna y gestada al calor de las exigencias dinámicas de los futuristas, un diseño que aparece con una anticipación significativa respecto de las propuestas desarrolladas en ese mismo campo por la Bauhaus y el Constructivismo ruso. El artista es uno de los mayores representantes del futurismo en la moda: llega a colaborar con la vestimenta fascista y con casas de París, encargándose de toda la identidad de las marcas y alcanzando el desarrollo de perfumes y accesorios.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos destruyen su estudio florentino y pierde gran parte de sus obras. Ya cerca de su retiro definitivo, crea el CIRNOS, un centro de observación espacial para la interceptación de platos voladores y extraterrestres.
Emilio Pettoruti nace en La Plata y, becado para viajar a Europa, asimila las vanguardias y, en especial, el futurismo como puede observarse en el óleo Composición futurista de 1914; por otro lado, la serie de grafitos que comienza ese mismo año muestran investigaciones en torno a la plasmación del dinamismo y del movimiento. Su interés por el arte moderno lo lleva también a experimentar las estéticas cubistas y a realizar sus primeros collages. Sus obras Luces en el paisaje, de 1915, y Vallombrosa de 1916, exponen el dinamismo futurista, la esquematización de la forma y su particular experimentación con la proyección de la luz sobre las superficies. En esa época se desempeña, también, como ilustrador, proyecta vitraux y diseña trajes y decorados para teatros de marionetas.
Filippo T. Marinetti (1876 – 1944)
Poeta y fundador del movimiento futurista
Pintura
Roberto M. Baldessari (Iras) (1894 – 1965)
Giacomo Balla (1871 – 1958)
Francesco Cangiullo (1884 – 1977)
Carlo Carrà (1881 – 1966)
Tullio Crali (1910 – 2000)
Fortunato Depero (1892 – 1960)
Umberto Boccioni (1882 – 1916)
Renato Di Bossio (Renato Righetti) (1905 – 1982)
Nicolaj Diulgheroff (1901 – 1982)
Gerardo Dottori (1884 – 1977)
Leonardo Dudreville (1885 – 1975)
Julius Evola (Giulio Cesare Andrea Evola) (1898 – 1974)
Giannetto Malmerendi (Giovanni Malmerendi) (1893 – 1968)
Renato Paresce (René) (1886 – 1937)
Emilio Pettoruti (1892 – 1971)
Enrico Prampolini (1894 – 1956)
Romolo Romani (1884 – 1916)
Luigi Russolo (1885 – 1947)
Gino Severini (1883 – 1966)
Ardengo Soffici (1879 – 1964)
Escultura
Roberto M. Baldessari (Iras) (1894 – 1965)
Giacomo Balla (1871 – 1958)
Tullio Crali (1910 – 2000)
Fortunato Depero (1892 – 1960)
Gerardo Dottori (1884 – 1977)
Thayaht (Ernesto Michahelles) (1893 – 1959)
Fotografía
Mario Bellusi (1893 – 1955)
Ottavio Bérard (1896 – 1975)
Antón Giulio Bragaglia (1890 – 1960)
Mauro Camuzzi (1893 – 1964)
Mario Castagneri (1892 – 1940)
Cesare Cerati (1898 – 1969)
Gianni Croce (1896 – 1981)
Fortunato Depero (1892 – 1960)
Rosetta Amadori Depero
Edmund Kesting (1892 – 1970)
Alberto Montacchini (1894 – 1956)
Ivos Pacetti (1901 – 1970)
Giulio Parisio (1891 – 1967)
Enrico Pedrotti (1905 – 1965)
Tato (Guglielmo Sansoni) (1896 – 1974)
Guido Tovo
Artes aplicadas
Tullio Crali (1910 – 2000)
Fortunato Depero (1892 – 1960)
Renato Di Bossio (Renato Righetti) (1905 – 1982)
Enrico Prampolini (1894 – 1956)
Arquitectura
Tullio Crali (1910 – 2000)
Fortunato Depero (1892 – 1960)
Literatura
Roberto M. Baldessari (Iras) (1894 – 1965)
Giacomo Balla (1871 – 1958)
Paolo Buzzi (1874 – 1956)
Francesco Cangiullo (1884 – 1977)
Carlo Carrà (1881 – 1966)
Tullio Crali (1910 – 2000)
Fortunato Depero (1892 – 1960)
Tullio D’Albisola (Tullio Mazzotti) (1899 – 1971)
Corrado Govoni (1884 – 1965)
Filippo T. Marinetti (1876 – 1944)
Armando Mazza (1884 – 1964)
Gino Severini (1883 – 1966)
Ardengo Soffici (1879 – 1964)
Volt Futurista (Vicenio Fani-Ciotti) (1888 – 1927)
Teatro
Mario Chiattone (1891 – 1957)
Tullio Crali (1910 – 2000)
Fortunato Depero (1892 – 1960)
Enrico Prampolini (1894 – 1956)
Danza
Giannina Censi (1913 – 1995)
Manifiestos
Fedele Azari (1896 – 1930)
Giacomo Balla (1871 – 1958)
Henry Bidou
Umberto Boccioni (1882 – 1916)
Francesco Cangiullo (1884 – 1977)
Mario Carli (1888 – 1935)
Carlo Carrà (1881 – 1966)
Bruno Corra (Bruno G. Corradini) (1892 – 1976)
Valentine de Saint-Point (1875 – 1953)
Filippo T. Marinetti (1876 – 1944)
Ugo Piatti
Francesco B. Pratella (1880 – 1955)
Luigi Russolo (1885 – 1947)
Emilio Settimelli (1891 – 1954)
Gino Severini (1883 – 1966)
Tato (Guglielmo Sansoni) (1896 – 1974)