Ben Vautier,  príncipe del ego fue exponente destacado del movimiento neodadaísta Fluxus, teorizado por George Maciunas.  A partir de los años 50 el artista entra en contacto con artistas como Marcel Duchamp e Yves Klein. Es en ese período cuando se convence del predominio absoluto de la firma respecto a la obra de arte. En la estela de este proceso  realiza una serie de pinturas textuales que reflexionan sobre la naturaleza del arte y del artista.
Las doce pinturas textuales están compuestas principalmente por afirmaciones escritas en blanco sobre una tela con fondo negro. A través de estos aforismos el artista se relaciona con una multiplicidad de temáticas diferentes. Estas aserciones, que remiten siempre a indagaciones sobre el arte y sobre el ego, se exponen a la atención del público, transformándose en el motor de la obra misma
Je pense donc je sais (je ne sais pas)se transforma en una afirmación de presunción que parece hacer coincidir pensamiento y saber, aunque, si se da vuelta la frase, “je sais” se transforma en una denuncia de ignorancia.