La persona retratada en esta obra es Ulises Aldrovandi, un gran naturalista de Bologna que patrocinó y promovió la observación directa de la naturaleza como forma privilegiada para la construcción del saber. Profesor de filosofía en Bologna, director, desde 1568 del Jardín Botánico de la ciudad, fundado por él mismo, Aldrovandi se jactaba de no haber descripto jamás algo sin haberlo tocado antes con sus propias manos y sin haber interpretado primero su anatomía. Esta pintura fue atribuida a Agostino Carracci; esta paternidad se debe a la utilización del método de enseñanza practicado por los miembros de la familia Carracci en la Academia degli Incamminati, fundada por ellos, donde el estudio de la verdad, basado en la observación de la naturaleza, habituaba al alumno a la adquisición de una visión personal de la realidad.