Estas dos obras fueron realizadas por el artista checo a través del uso de dos de sus  elementos técnicos preferidos: el collage y el espejo. En No busques la mujer, la fotografía de Antonio Maniscalco en la que se representa un vagabundo vendado que camina ha sido recortada y puesta en el fondo de la reproducción de la célebre Muchacha de perfil de Pollaiolo (c. 1470), con lo que se resalta el noble perfil femenino y, al combinar en el collage estas dos imágenes heterogéneas, produce un gran efecto. En Retrato de bolsillo el rostro sereno y dulce de la mujer es alterado por la transposición de la imagen sobre una superficie espejada: la fragmentación del rostro es una representación simbólica de la condición del hombre en el mundo contemporáneo.