El trabajo humano es uno de los temas permanentes en el desarrollo de Víctor Grippo a través de un interés antropológico de rescate de hábitos ancestrales y de un lenguaje de retorno a lo simbólico.
Desde 1966 señaló la centralidad cultural de la herramienta apuntando, entre otras razones, a una “coincidencia entre arte y trabajo”. En 1976 realizó la instalación Algunos Oficios, homenaje a los cinco oficios tradicionales de herrero, carpintero, albañil, picapedrero y horticultor. Esta relación entre arte y oficio se prolongó a lo largo de toda su trayectoria.
Mesa de Albañil es un ejemplo de lo citado. Se trata de una mesa  donde parece descansar momentáneamente la acción de un trabajador – yeso, cuchara de albañil, plomada-. La mesa, como el lugar de síntesis del trabajo y la vida humana, es otra de las constantes en su obra. En su tabla se halla escrita la siguiente frase: “Ellos cantan haciendo la casa de los otros” (Elogio de los albañiles italianos. Gustavo Riccio). La obra se completa con una cúpula de vidrio similar a las que pueden encontrarse en salas de exhibición o museos de ciencias naturales.