Se trata de una copia de la obra autógrafa conservada en el Museo Boymans van Beuningen de Rotterdam, hecha probablemente en el taller del propio Guercino. La pequeña tela muestra dos figuras - ¿Diana y una ninfa? -  que están a punto de tomar un baño, con un encantador paisaje de fondo. La suavidad de las formas femeninas logran una correspondencia con las curvas de los elementos de la naturaleza; el dominio de la luz y del color están perfectamente calibrados. Es difícil sustraerse a la fascinación de una edad mitológica y arcádica en la cual el Cuerpo es partícipe, coprotagonista y guía de la belleza de la naturaleza.